No sé si deba ir en este hilo o en otro que se acaba de abrir, pero creo que puede quedar en ambos.
Hace unos días tuvimos en la oficina los días de descanso, semana santa, por lo que desde el 25 se cerraron las oficinas. El 26 por la tarde recibí un correo de mi jefe pidiéndome unos datos que le eran urgentes, así que para no tener que ir el miércoles temprano, decidí ir a conseguirlos a mi laptop que tengo en mi escritorio; cuando llegué al edificio solo estaba el vigilante, le saludé y aborde el elevador. Esperaba no encontrarme a nadie porque estaba en fachas: conjunto y calzado deportivos, medio peinada y sin maquillaje ¡fatal definitivamente!
Al llegar al piso pude observar que algunas luces de la oficina estaban encendidas, aunque el vidrio es opaco puedes darte cuenta de ello. Supuse que alguien las había dejado encendidas por error, así que no presté importancia. Cuando iba a meter la llave a la cerradura me percaté que estaba desconectada la alarma y se escuchaba un tono de música con un volumen discreto, no estaba segura si era un descuido o alguien estaba dentro así que traté de ser un tanto silenciosa al abrir la puerta. No fue tan difícil y no necesité recorrer mucho para observar que uno de mis compañeros de oficina estaba de pie frente a la silla de una de las chicas de la oficina. Él se estaba masturbando mientras tenía la mirada hacía abajo, fija en la silla, lo hacía un tanto lento y no supe que hacer, si retirarme furtivamente, hacer ruido para fingir que estaba entrando y darle tiempo a que subiera su pantalón, así que por instinto dejé que siguiera. Durante algunos minutos lo miré jugando con su pene hasta que eyaculó en el asiento.
Supongo que estaba fantaseando con Laura, la compañera de oficina y la silla fue algo como un fetiche para él al saber que ahí se sienta ella; decidí que era mejor pasar desapercibida y de manera discreta salí y me dirigí al baño, al fondo del piso. No pasaron muchos minutos cuando escuché una voz tarareando una canción. Estaba feliz y contento por haber fantaseado con esa chica. Esperé hasta que el elevador cerró las puertas y me dirigí directamente a esa silla: se veía que el semen lo había esparcido en el asiento y tenía cierto olor el ambiente.
Voy a dejar claro que ciertamente me excitó pensar que alguien ha hecho lo mismo en mi silla o escritorio, o con el lápiz labial o mi maquillaje o las galletas y dulces que guardo en el cajón de mi escritorio.
Durante la noche no dejé de pensar en lo que había visto y ello me llevó a fantasear con algo similar, pero eso, lo cuento en otro hilo porque es una fantasía.