Imaginé que mi esposo entraba al baño mientras estaba en la ducha y me tomaba por la cintura, besaba mi cuello, su mano derecho apretaba mi cintura y con la otra me tomaba de la cadera para hacerme sentir su cuerpo, haciéndome el amor bajo la regadera lo que terminaba por hacerme salir tarde rumbo a la oficina y al ir bajando por las escaleras, el vecino, que es un tanto mayor pero atractivo, que vive dos pisos abajo, al pasar por su puerta, me tomaba del brazo y me introducía a su casa, cerraba la puerta y sin dejarme de besar, me despojaba de mi ropa para hacerme el amor, ahí, en la puerta de su casa y de pie.
Ya sé, el primero es un sueño y lo segundo una fantasía. El sueño se puede cumplir, la fantasía no me atrevería, por lo menos no con alguno de mis vecinos.