Si tengo que confesar algo sería lo que pasó hace ya muchos años, en mi época de adolescente, cuando empiezas a conocer la sexualidad. Y claro, la primera aproximación que hacemos casi todos es a través de nuestros padres. Como cualquier hijo, yo escuchaba a mis padres mientras follaban y son las primeras excitaciones que recuerdo, y claro está, las primeras pajas que me hacía mientras los oía.
Cuando lo hacían el ruido y chirriar de la vieja cama de madera los delataba, y así en el silencio de la noche el ruido a veces hasta me despertaba del sueño. Papá solía dar fuerte a mamá, y a pesar que casi no se les escuchaba para no despertar a sus hijos, en ocasiones se le escuchaba a ella quejarse por las penetraciones que recibía.
Alguna vez que otra, cuando podía, me salía de la cama y acercaba mi oreja a la ventana que daba acceso a la puerta de su habitación para escucharlos mejor. Era tremendamente morboso y excitante.
No creo que sea una confesión demasiado original, ya que, como he dicho, la mayoría de hijos han escuchado a sus padres en la cama.