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Vicio en Estado Puro - Capitulo 001
Catrina estaba tomando una cerveza con Rosi en una terraza de su ciudad, Rosi le preguntaba:
-... ¿Y cómo va tu vida sexual, Catrina?
-Podría ir mejor.
-Una vez que se prueban cosas nuevas, luego se llegan a echar de menos.
-No es eso, que también.
Catrina vio venir por la acera a cuatro chicas que parecían las dueñas de la ciudad por su modo de caminar. Caminaban por La acera como las chicas de la película Jóvenes y brujas caminaba por el pasillo del colegio, solo que en vez de tres, eran cuatro y vestían monos negros deportivos, escotados y sin mangas, calzaban zapatillas deporte a juego y llevaban gafas de sol y bolsos al hombro. Catrina le preguntó a Rosi.
-¿Esas que vienen ahí no son tus amigas?
-Son.
-Por la forma de caminar parecen cuatro macarras.
-Su seriedad hace que se aparte la gente a su paso, pero todo es pantalla.
Al llegar a la terraza, las muchachas cogieron cuatro sillas y se sentaron a la mesa con ellas. Eli, que era de piel muy oscura, tetona, culona y de cabello rizo y corto, se quitó las gafas y le dijo a Catrina:
-Así que tú eres la nueva muñeca de Rosi.
A Catrina no le gustó lo que le había llamado.
-Yo no soy ninguna muñeca.
Llegó el camarero y les preguntó:
-¿Qué va a ser?
Le respondió Pili, que tenía el cabello marrón y largo, y que era morena, de ojos azules, delgada y con poco de todo, menos de belleza, que de eso iba sobrada.
-Seis gin tonics, y retira esa bebida de nenas.
El camarero le dijo:
-Son sesenta euros.
-¿Es que hay que pagar por anticipado?
-Quienes no son clientes, sí, en verano hay mucho fresco.
Echó la mano al bolso, sacó de la cartera un billete de cincuenta euros y otro de diez y se los dio. El camarero retiró las cervezas y los vasos, limpió la mesa y se fue.
Eli siguió hablando con Catrina.
-¿Ya te dijo Rosi cuál es la iniciación en nuestro círculo?
-Ni me dijo nada, ni quiero entrar en ningún círculo. -miró para Rosi- Me has traído engañada.
-Un poco, pero era para que conocieras en persona a mis amigas. Nadie te obliga a entrar en nuestro círculo, lo malo, para mí, es que no puedo volver a acostarme contigo si no entras, es una de nuestras reglas.
-Tú lo has dicho, lo malo es para ti.
Conchi, que era un bombón moreno, con el cabello negro, los ojos del mismo color y con mucho de todo, tomó la palabra.
-Una pena, eres aún más bella de lo que nos había dicho Rosi.
Regresó el camarero con las bebidas, las puso encima de la mesa y se fue a atender a otros clientes.
Catrina se levantó y se iba a marchar. Mari le dijo:
-No te vayas. Ya les dije que era apurar demasiado el naipe, pero nunca me hacen caso. Siéntate y disfruta del gin tonic. No te preocupes que nadie va a proponer nada más.
Catrina se sentó y no la volvieron a molestar, ni con el círculo, ni con la iniciación, ni con ninguna tontería hasta que a Eli con el tercer gin tonic se le calentó la boca.
-... El recuerdo más dulce que tengo yo, es cuando os corristeis las cuatro en mi boca el día de mi iniciación...
Mari, que tenía el cabello marrón y corto, carita de ángel y cuerpo de jamona, la cortó.
-No hables de la iniciación delante de Catrina.
Catrina era muy curiosa, y lo de que se corrieran las cuatro en la cara de Eli había despertado su curiosidad.
-Por mí que hable lo que quiera, como yo no me voy a iniciar...
Eli le tomó la palabra.
- El más placentero cuando me comisteis entre las cuatro y el más erótico cuando me follaron el coño y el culo, aquellos dos amigos de Pili.
Catrina le preguntó:
-¿Todo eso fue durante la iniciación?
-Sí.
Conchi le dijo:
-Eso y otras cosas.
Catrina seguía con ganas de saber.
-¿Quién fundó el círculo, Rosi?
-Pili y Conchi, de eso hace tres meses.
Conchi la corrigió.
-Cuatro meses.
-Cuatro meses de lujuria y pasión.
-Bueno, yo me voy yendo que ya estoy bastante contenta y podría acabar haciendo o diciendo alguna tontería. Llámame alguna vez, Rosi. ¿O es que tampoco puedes?
-Claro que puedo, te llamaré.
Al despedirse, se levantaron y la besaron todas en la mejilla.
Rosi le dijo:
-También me podrías llamar tú, si cambias de opinión.
-No pienso cambiar de opinión.
Eran las diez de la mañana, Benito, el marido de Catrina, con su bolsa de viaje en la mano, le dio un beso, y le dijo:
-El lunes estoy de vuelta. Pórtate mal.
-Sabes que no podría.
Luego de irse su marido, recibió una llamada de Rosi:
-¿Cómo vas bomboncito?
-Ahí andamos.
-Te noto desanimada... ¿Está a tu lado tu marido? ¿No estaré molestando?
-No estás molestando, y mi marido no está en casa. Tiene una reunión en Barcelona. Tengo el fin de semana libre.
-Anímate. Ven a pasarlo bien.
-Si fuera contigo sola, iría.
-Conmigo no te correrías diez o doce veces.
-Quítale alguna.
-¿Quitar? Eli se corrió quince veces, claro que tú no creo que tengas tanto aguante.
-Por supuesto que lo tengo, pero yo no quiero formar parte de ningún círculo.
-No serías la primera que se inicia y después no quiere quedarse en el círculo, nosotras no obligamos a nadie.
-No sé.
-Mejor que pasar el fin de semana sola...
-Eres una calienta bragas.
-¿Vendrás?
-Vale, iré. ¿A qué hora quieres que vaya?
-¿A las cuatro te viene bien?
-Sí, dame la dirección...
Catrina estaba desnuda y con los ojos vendados sobre la carpeta de una amplia habitación. Tenía los brazos y las piernas en asta. Las cinco del círculo, masturbándose y desnudas, parecían lobas comiéndola. María le devoraba la boca como nunca antes se la habían devorado, Pili le magreaba y le devoraba la teta derecha, Conchi le magreaba y le devoraba la teta izquierda. Estaban a quien mejor lo hacía, Rosi besaba, lamía y acariciaba su vientre y su ombligo y Eli le comía el coño de manera exquisita. De fondo se oía música, chill out para follar, lo que atenuaba el coro de gemidos de las seis.
Pili dejó de comerle la teta y le puso el coño en la boca. Mari ocupó su sitio en a teta. Catrina sintió como el coño de Pili goteaba en sus labios y sacó la lengua, Pili, sin dejar de frotar el clítoris, restregó el coño contra ella y en nada le dio en la boca una deliciosa corrida. Catrina, comenzó a temblar y le dio tal corrida en la boca a Eli que casi la ahoga.
Al acabar de correrse, Pili, volvió a la teta. Mari, de comerle la boca y la teta, pasó a ponerle el coño en la boca. Catrina volvió a sacar la lengua y Mari comenzó a darse un homenaje con ella, al tiempo que friccionaba su clítoris.
Eli siguió comiéndole el coño de Catrina como solo ella sabía hacer, o sea, lamiendo los labios vaginales, chupándolos, lamiendo su clítoris, chupándolo, metiendo y sacando la punta de la lengua en su vagina, metiendo y sacando la mitad de la lengua y enterrándola y desenterrándola. En ningún momento le metió los dedos, pues era de las que pensaban que en una comida de coño los dedos sobran.
Con toda la lengua enterrada en el coño, Mari, se corrió en boca de Catrina. Catrina se volvió a correr en la boca de Eli, que se tragó otra descomunal corrida.
Era el turno de Conchi. Mari fue a por la teta que Conchi había dejado huérfana. Con Mari comiéndole una teta, Pili comiéndole la otra teta, Rosi ocupándose de su vientre y de su ombligo y Eli de su coño, dijo Conchi:
-Abre la boca que yo no tardo nada en correrme.
Catrina abrió la boca, Conchi se dio cera, y poco después descargó en la boca de Catrina.
Luego le puso Rosi el coño en la boca. Rosi iba a tener para todas, pues metió dos dedos dentro del coño, se acarició el punto G, y poco después, corriéndose, soltó varios chorros de jugos que salpicaron hasta a Eli.
Elí dejó de comerle el coño, pero por poco tiempo, ya que luego de ponerle su coño en la boca hicieron un 69 en que se acabaron corriendo las dos.
Mari, Pili, Conchi y Rosi, vieron como se corría y luego comenzaron ellas a hacer un 69.
A acabar de correrse Catrina y Eli, la segunda se puso en pie, le dio una mano a Catrina y la ayudó a levantarse. Con los jugos de su corrida bajando por el interior de sus mulos, sintió como dos manos se posaban en su cintura y otras dos en sus tetas. No eran manos de mujer y el olor corporal que le llegó era de hombre. Sintió una lengua lamer su ojete y otra lengua lamer su coño. Quienes fuera los nuevos participantes, no tenían prisa, pues no pararon de lamer hasta que Catrina se corrió en la boca de uno de ellos.
-¡joooder, hoy me vais a dejar seca! ¡¡Me corrooooo!!
Se corrió. No le dieron tiempo ni a recuperar el aliento. Uno le echó las manos a las nalgas, la levantó en alto en peso y le metió la polla hasta las trancas. Catrina rodeo su cuello con los brazos. El otro se la metió en el culo. Eli le echó mano a la nuca, atrajo su cara hacia ella. Le metió la lengua en la boca, y luego le preguntó:
-¿Es tu primera doble penetración?
-Sí.
-Gózala.
Eli la iba a besar mientras los otros le daban caña. Le dieron caña para aburrir, aunque Catrina no tuvo tiempo para aburrirse, los gemidos de Rosi, Mari, Pili y Conchi y el placer que estaba sintiendo con el mete y saca en su coño y en su culo y los magreos de tetas del que le estaba dando por el culo, no dejaron que se aburriera.
Poco después sintió como le llenaban de leche el culo y el coño, y comiéndole la boca al que tenía enfrente, se corrió con ellos.
-¡¡Me corro, me corro, me corro, me corrooooo!!
Con ella se corrieron Mari y Rosi. Pili. Conchi y Eli se correrían más tarde.
Aun con las pollas dentro del coño y del culo, se quitó la venda de los ojos y vio al que le había follado el coño, era su cuñado.
-¡Jorge!
-Giró la cabeza y vio a su marido.
-¡Benito!
Benito le sonrió y le dijo:
-Te dije cuando te casaste conmigo que no te ibas a aburrir.
-¡Qué razón tenías!
II
Catrina echó una ojeada por la mirilla de la puerta y vio a una muchacha que había llamado al timbre. Era una chica, alta y morena, a la que no conocía. Abrió la puerta del piso y le preguntó:
-¿Qué deseas?
-Hacer un pis.
La chica tenía los ojos, los labios y las uñas pintadas de negro, vestía una camiseta negra sin mangas, falda muy corta de color negro, medias negras y calzaba unos zapatos del mismo color, con grandes plataformas. Su cabello era negro y largo, al cuello llevaba una cadena de plata con una cruz y en las orejas unos grandes aros de plata. Era muy bonita, pero a Catrina no le dio buena espina.
-¿Quién te abrió el portal?
-Tu vecino Jorge me dio la llave. Quedé con él en su piso y llevo más de una hora esperando.
-¿De qué conoces a Jorge?
La muchacha echó una mano al coño, apretó las piernas y con cara de estar meándose, le dijo:
-¿Puedo pasar para hacer pis? Tengo muchas ganas.
Le volvió a preguntar.
-¿De qué conoces a Jorge?
-Es mi primo. Me meo.
Catrina se echó a un lado.
-Pasa.
Catrina cerró la puerta y luego la condujo hasta el baño. Metiéndose dentro, le dijo:
-Gracias.
Catrina, que llevaba puesto un vestido de color azul, corto y ceñido al cuerpo y que calzaba zapatos marrones con muy poco tacón, se fue a la sala de estar a seguir tomando su cerveza fría.
Al rato, la muchacha salió del baño con una sonrisa en los labios, y sonriendo, llegó a la sala.
-Gracias de nuevo. Me voy a esperar a Jorge.
Catrina quería saber más cosas de ella, le dijo:
-¿Quieres tomar una cerveza fría y esperarlo aquí mientras charlamos?
-Si no es mucha molestia...
-No es molestia ninguna. Siéntate donde quieras.
Fue a la cocina y volvió con una Estrella Galicia en lata y un vaso de tubo, y se la dio. Luego se sentó al lado de la joven en un sofá de tres plazas, y le dijo:
-Así que tú eres prima de Jorge.
-Sí, prima y algo más.
-¿Cómo te llamas?
-Rosi.
Sin duda era la Rosi de la que le había hablado Jorge.
-¿No te vi en mi boda?
-¿Cómo me ibas a ver si no nos conocíamos?
-No nos conocíamos, pero si eres prima de Jorge, también eres prima de Benito.
-¡¿Benito es tu marido?!
-Sí, lo es. ¿Por qué no te invitaron a la boda?
-Fui invitada a vuestra boda, pero no pude ir.
-Antes habías dicho que Jorge y tú erais algo más que amigos.
-Antes no sabía que eras su cuñada.
-¿Qué cambia que sea su cuñada?
-Que no te puedo hablar con claridad.
-Soy su cuñada, no su madre.
-Me caes genial, te lo diré.
Rosi le quitó la anilla a la cerveza, y echándola en el vaso de tubo, le dijo:
-Le damos, ya sabes.
-Sí, ya sé, supongo que sin que lo sepa la familia.
-Supones bien, aunque a mí me importaría un pimiento que lo supieran, eso, o lo otro.
-¿Qué es lo otro?
-Que soy bisexual.
Catrina fingió que no lo sabía.
-¿Y mi cuñado lo sabe?
-Sí.
-¿Y no le importa?
-No es que no le importe, es que hasta hizo un par de orgías con las cinco.
-¡¿Las cinco?!
-Sí, tengo cuatro follamigas.
-¡¿Y pudo con las cinco!
-Sí, es una fiera. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Te daré la respuesta sin que me preguntes. No, no he estado con una mujer, ni pienso estar. Es algo antinatural.
-No hagas de adivina que no es lo tuyo.
-¿Cuál era la pregunta?
-¿Nunca has hecho una orgía?
-No.
-¿Y un trío?
-Una orgía, lo mismo que un trío, o follar con otra mujer, es algo antinatural.
-Yo lo veo natural.
-Tú, eres tú, y yo soy yo, para gustos dicen que se han hecho los colores.
-Eso es cierto, pero si te empotraran dos hombres, uno por el culo y otro por el coño, cambiaría tu percepción de lo natural y lo antinatural
-¿Habla la voz de la experiencia?
-Habla, aunque a mí lo que más me gusta de las orgías es lo que hago con mis cuatro amigas.
Catrina empezó a sentir una curiosidad insana.
-¿Qué haces para gustarte tanto?
-Ponerme con los brazos y las piernas en aspa para que Mari me coma la boca, Pili y Conchi las tetas, y para que Eli me coma el coño, y siempre en ese orden.
-¿Por algún motivo en particular?
-Sí, Mari es la que mejor besa, Pili y Conchi las mejores comiendo tetas y Eli la que mejor come el coño.
-¿Así se llaman tus amigas?
-Sí. ¿Quieres ver sus fotos?
-Si no están desnudas.
-Las tengo desnudas y vestidas.
Cogió el bolso, sacó el teléfono móvil de él. Fue a una carpeta y le enseñó las fotos de las tres amigas.
-La del centro es Conchi, la de la izquierda es Mari, a su derecha está Pili y la de la derecha es Eli.
-Deja que adivine. Conchi es española, Mari y Pili sudamericanas y Eli es africana.
-Como adivina no puedes ser peor. Eli es brasileña, y Mari, Pili y Conchi son españolas ¿Quieres verlas desnudas?
-No, bueno, sí, enseña, a ver qué gustos tenéis mi cuñado y tú.
Le enseñó las fotos.
-Son unas verdaderas vampiresas.
-Sí que lo son. ¿Quieres ver como me follan?
Quería, pero se hizo la puritana.
-¡No!
-¿Tienes miedo a ponerte cachonda viendo el video?
-¿Y si me pusiera, qué?
-Que yo huelo la excitación.
-¿Y?
Rosi le tocó el interior de un muslo. Catrina le quitó la mano.
-Estate quieta.
Le dio un beso en el cuello.
-O te estás quieta, o te vas.
-Te dije que Eli era la mejor comiendo coños de las tres, lo que no te dije es que yo soy mejor que ella.
-Me la suda como seas de buena comiendo coños.
-Te sudaría, pero sudarías jugos.
Le volvió a tocar el interior del muslo y luego subió hasta el coño y le dio un pico. Catrina se puso de pie.
-¡A ver, niña, estás en una casa ajena, y en una casa ajena, se respeta!
Rosi le echó las manos a la cintura y le frotó la boca en el vestido a la altura del coño. Catrina, separándola de ella, le dijo:
-¡Te va a caer una castaña que te va quedar la boca del revés!
Rosi se disculpó.
-Lo siento, pero estás tan buena que tenía que intentarlo.
-Ya lo has intentado. ¿Te vas a comportar?
-Sí.
-A ver si es verdad.
Catrina se sentó de nuevo al lado de Rosi. Sentarse a su lado después de lo que le había hecho, habiendo sofás libres, en vez de echarla de su piso, le dijo a Rosi que acabaría mojando, por eso se tomó las cosas con calma, que era lo que quería Catrina.
-Te tiré los tejos y no sé ni tu nombre.
-Catrina, me llamo Catrina.
-Y eres adivina.
Catrina sonrió por primera vez, echó un trago de cerveza, y le dijo:
-Tienes sentido del humor, y a lo mejor hasta tienes algo de cultura.
A Rosi le fastidiaban las indirectas, pero se armó de paciencia.
-Pues sí, domino tres idiomas.
-¿Qué idiomas son esos?
-Francés, inglés e italiano.
-¿De verdad?
-De verdad, mis inclinaciones sexuales no tienen nada que ver con mi cultura.
-¿A qué te dedicas, Rosi?
-Soy esteticista.
-Un buen oficio para una mujer con tu orientación sexual.
-No se liga mucho, no creas. Por cierto, tienes unas manos preciosas, -le cogió la mano derecha- tus dedos son delgados y largos, lástima que las arruines con el color de tus uñas.
-¿Qué le pasa al color de mis uñas?
-Que ese rojo ya no se lleva, debías pintar de rosa las uñas -le echó la mano derecha al mentón y se lo subió, -las uñas y los labios, y en la sombra de ojos te iba mejor un azul más clarito... Siempre llevo conmigo mis útiles de trabajo. ¿Quieres que te cambie el look?
-¿Y cuánto me costará?
-Nada.
-Voy a desmaquillarme a mi habitación.
-Tengo yo...
-Prefiero desmaquillarme yo.
Catrina se fue a su habitación, encendió la cámara de video y la puso mirando a la coqueta, luego se sentó en el taburete de la coqueta, abrió un cajón, sacó lo que tenía que sacar y comenzó a desmaquillarse.
Rosi dejó que pasara un tiempo prudencial, luego fue junto a Catrina, echó el bolso encima de la cama, y le dijo:
-Apuesto mi culo a que eres más bonita sin pintar que pintada.
-Te dije que te quedaras en la sala.
-No podía esperar para verte al natural.
-Pues ya estoy desmaquillada.
Rosi fue a su lado, le puso los brazos en los hombros y viendo en el espejo su cara y la de Catrina, le dijo:
-Tu cara hace fea a la mía.
-Eso no es verdad.
Le echó las manos a las tetas y se las magreó. Catrina no la reprendió.
-Tú nunca te das por vencida.
-Con una preciosidad, no.
Le echo una mano al mentón, le giró la cara y le dio un pico en los labios.
-Estamos solas al lado de una cama. No seas tonta, deja que te haga diabluras.
-No voy a manchar mi cama.
-Te haré feliz aquí mismo.
Le apartó el cabello para un lado y le besó el cuello.
-No quiero que me hagas nada.
Rosi le cogió la mano derecha, y sin que Catrina se resistiera, se la metió dentro de las bragas, y le dijo:
-En ese caso hazlo tú.
-No voy a hacer nada.
Le estiró dos dedos, se los metió dentro de la vagina y le movió la mano con la suya.
-¿Oyes el ruido del chapoteo?
Le volvió a girar el mentón. Esta vez le metió la punta de la lengua en la boca. Catrina se dejó besar, luego Rosi le susurró al oído:
-Deja que te coma el coño.
-No.
Catrina echó la cabeza hacia atrás y comenzó a gemir.
-¿Vas a perder una oportunidad como esta, para conocer la sensación de correrte en la boca de una mujer?
-No me interesa conocer esa sensación.
Le metió la lengua en la boca, la besó, y luego le dijo:
-Imagina mi lengua entrando y saliendo de tu coño.
-No quiero imaginar. ¡Oooooh! Para de mover la mano,
-La volvió a besar y luego, magreándole las tetas, le dijo:
-Gírate y dime que quieres que te coma el coño.
-No.
La besó en la nuca.
-Pídeme que te como el coño y que te haga correr.
-No.
Le besó el cuello, sin dejar de masturbala.
-Gírate y díme qué te quieres correr en mi boca.
-No te lo voy a pedir.
-Le dio otro beso con lengua.
-Gírate y dímelo.
-No.
Le quitó la mano del coño y chupó los dedos pringados de jugos.
-Dime que te quieres correr en mi boca.
Catrina ya no estiró más el chicle.
-Quiero correrme en tu boca.
La giró en la silla, hizo que se pusiera en pie y le bajó las bragas. Catrina se volvió a sentar en el taburete, se abrió de piernas y apoyó la espalda en la cómoda. Rosi vio su coño encharcado, y le dijo:
-¡Qué coño más rico!
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Vicio en Estado Puro - Capitulo 001
Catrina estaba tomando una cerveza con Rosi en una terraza de su ciudad, Rosi le preguntaba:
-... ¿Y cómo va tu vida sexual, Catrina?
-Podría ir mejor.
-Una vez que se prueban cosas nuevas, luego se llegan a echar de menos.
-No es eso, que también.
Catrina vio venir por la acera a cuatro chicas que parecían las dueñas de la ciudad por su modo de caminar. Caminaban por La acera como las chicas de la película Jóvenes y brujas caminaba por el pasillo del colegio, solo que en vez de tres, eran cuatro y vestían monos negros deportivos, escotados y sin mangas, calzaban zapatillas deporte a juego y llevaban gafas de sol y bolsos al hombro. Catrina le preguntó a Rosi.
-¿Esas que vienen ahí no son tus amigas?
-Son.
-Por la forma de caminar parecen cuatro macarras.
-Su seriedad hace que se aparte la gente a su paso, pero todo es pantalla.
Al llegar a la terraza, las muchachas cogieron cuatro sillas y se sentaron a la mesa con ellas. Eli, que era de piel muy oscura, tetona, culona y de cabello rizo y corto, se quitó las gafas y le dijo a Catrina:
-Así que tú eres la nueva muñeca de Rosi.
A Catrina no le gustó lo que le había llamado.
-Yo no soy ninguna muñeca.
Llegó el camarero y les preguntó:
-¿Qué va a ser?
Le respondió Pili, que tenía el cabello marrón y largo, y que era morena, de ojos azules, delgada y con poco de todo, menos de belleza, que de eso iba sobrada.
-Seis gin tonics, y retira esa bebida de nenas.
El camarero le dijo:
-Son sesenta euros.
-¿Es que hay que pagar por anticipado?
-Quienes no son clientes, sí, en verano hay mucho fresco.
Echó la mano al bolso, sacó de la cartera un billete de cincuenta euros y otro de diez y se los dio. El camarero retiró las cervezas y los vasos, limpió la mesa y se fue.
Eli siguió hablando con Catrina.
-¿Ya te dijo Rosi cuál es la iniciación en nuestro círculo?
-Ni me dijo nada, ni quiero entrar en ningún círculo. -miró para Rosi- Me has traído engañada.
-Un poco, pero era para que conocieras en persona a mis amigas. Nadie te obliga a entrar en nuestro círculo, lo malo, para mí, es que no puedo volver a acostarme contigo si no entras, es una de nuestras reglas.
-Tú lo has dicho, lo malo es para ti.
Conchi, que era un bombón moreno, con el cabello negro, los ojos del mismo color y con mucho de todo, tomó la palabra.
-Una pena, eres aún más bella de lo que nos había dicho Rosi.
Regresó el camarero con las bebidas, las puso encima de la mesa y se fue a atender a otros clientes.
Catrina se levantó y se iba a marchar. Mari le dijo:
-No te vayas. Ya les dije que era apurar demasiado el naipe, pero nunca me hacen caso. Siéntate y disfruta del gin tonic. No te preocupes que nadie va a proponer nada más.
Catrina se sentó y no la volvieron a molestar, ni con el círculo, ni con la iniciación, ni con ninguna tontería hasta que a Eli con el tercer gin tonic se le calentó la boca.
-... El recuerdo más dulce que tengo yo, es cuando os corristeis las cuatro en mi boca el día de mi iniciación...
Mari, que tenía el cabello marrón y corto, carita de ángel y cuerpo de jamona, la cortó.
-No hables de la iniciación delante de Catrina.
Catrina era muy curiosa, y lo de que se corrieran las cuatro en la cara de Eli había despertado su curiosidad.
-Por mí que hable lo que quiera, como yo no me voy a iniciar...
Eli le tomó la palabra.
- El más placentero cuando me comisteis entre las cuatro y el más erótico cuando me follaron el coño y el culo, aquellos dos amigos de Pili.
Catrina le preguntó:
-¿Todo eso fue durante la iniciación?
-Sí.
Conchi le dijo:
-Eso y otras cosas.
Catrina seguía con ganas de saber.
-¿Quién fundó el círculo, Rosi?
-Pili y Conchi, de eso hace tres meses.
Conchi la corrigió.
-Cuatro meses.
-Cuatro meses de lujuria y pasión.
-Bueno, yo me voy yendo que ya estoy bastante contenta y podría acabar haciendo o diciendo alguna tontería. Llámame alguna vez, Rosi. ¿O es que tampoco puedes?
-Claro que puedo, te llamaré.
Al despedirse, se levantaron y la besaron todas en la mejilla.
Rosi le dijo:
-También me podrías llamar tú, si cambias de opinión.
-No pienso cambiar de opinión.
Eran las diez de la mañana, Benito, el marido de Catrina, con su bolsa de viaje en la mano, le dio un beso, y le dijo:
-El lunes estoy de vuelta. Pórtate mal.
-Sabes que no podría.
Luego de irse su marido, recibió una llamada de Rosi:
-¿Cómo vas bomboncito?
-Ahí andamos.
-Te noto desanimada... ¿Está a tu lado tu marido? ¿No estaré molestando?
-No estás molestando, y mi marido no está en casa. Tiene una reunión en Barcelona. Tengo el fin de semana libre.
-Anímate. Ven a pasarlo bien.
-Si fuera contigo sola, iría.
-Conmigo no te correrías diez o doce veces.
-Quítale alguna.
-¿Quitar? Eli se corrió quince veces, claro que tú no creo que tengas tanto aguante.
-Por supuesto que lo tengo, pero yo no quiero formar parte de ningún círculo.
-No serías la primera que se inicia y después no quiere quedarse en el círculo, nosotras no obligamos a nadie.
-No sé.
-Mejor que pasar el fin de semana sola...
-Eres una calienta bragas.
-¿Vendrás?
-Vale, iré. ¿A qué hora quieres que vaya?
-¿A las cuatro te viene bien?
-Sí, dame la dirección...
Catrina estaba desnuda y con los ojos vendados sobre la carpeta de una amplia habitación. Tenía los brazos y las piernas en asta. Las cinco del círculo, masturbándose y desnudas, parecían lobas comiéndola. María le devoraba la boca como nunca antes se la habían devorado, Pili le magreaba y le devoraba la teta derecha, Conchi le magreaba y le devoraba la teta izquierda. Estaban a quien mejor lo hacía, Rosi besaba, lamía y acariciaba su vientre y su ombligo y Eli le comía el coño de manera exquisita. De fondo se oía música, chill out para follar, lo que atenuaba el coro de gemidos de las seis.
Pili dejó de comerle la teta y le puso el coño en la boca. Mari ocupó su sitio en a teta. Catrina sintió como el coño de Pili goteaba en sus labios y sacó la lengua, Pili, sin dejar de frotar el clítoris, restregó el coño contra ella y en nada le dio en la boca una deliciosa corrida. Catrina, comenzó a temblar y le dio tal corrida en la boca a Eli que casi la ahoga.
Al acabar de correrse, Pili, volvió a la teta. Mari, de comerle la boca y la teta, pasó a ponerle el coño en la boca. Catrina volvió a sacar la lengua y Mari comenzó a darse un homenaje con ella, al tiempo que friccionaba su clítoris.
Eli siguió comiéndole el coño de Catrina como solo ella sabía hacer, o sea, lamiendo los labios vaginales, chupándolos, lamiendo su clítoris, chupándolo, metiendo y sacando la punta de la lengua en su vagina, metiendo y sacando la mitad de la lengua y enterrándola y desenterrándola. En ningún momento le metió los dedos, pues era de las que pensaban que en una comida de coño los dedos sobran.
Con toda la lengua enterrada en el coño, Mari, se corrió en boca de Catrina. Catrina se volvió a correr en la boca de Eli, que se tragó otra descomunal corrida.
Era el turno de Conchi. Mari fue a por la teta que Conchi había dejado huérfana. Con Mari comiéndole una teta, Pili comiéndole la otra teta, Rosi ocupándose de su vientre y de su ombligo y Eli de su coño, dijo Conchi:
-Abre la boca que yo no tardo nada en correrme.
Catrina abrió la boca, Conchi se dio cera, y poco después descargó en la boca de Catrina.
Luego le puso Rosi el coño en la boca. Rosi iba a tener para todas, pues metió dos dedos dentro del coño, se acarició el punto G, y poco después, corriéndose, soltó varios chorros de jugos que salpicaron hasta a Eli.
Elí dejó de comerle el coño, pero por poco tiempo, ya que luego de ponerle su coño en la boca hicieron un 69 en que se acabaron corriendo las dos.
Mari, Pili, Conchi y Rosi, vieron como se corría y luego comenzaron ellas a hacer un 69.
A acabar de correrse Catrina y Eli, la segunda se puso en pie, le dio una mano a Catrina y la ayudó a levantarse. Con los jugos de su corrida bajando por el interior de sus mulos, sintió como dos manos se posaban en su cintura y otras dos en sus tetas. No eran manos de mujer y el olor corporal que le llegó era de hombre. Sintió una lengua lamer su ojete y otra lengua lamer su coño. Quienes fuera los nuevos participantes, no tenían prisa, pues no pararon de lamer hasta que Catrina se corrió en la boca de uno de ellos.
-¡joooder, hoy me vais a dejar seca! ¡¡Me corrooooo!!
Se corrió. No le dieron tiempo ni a recuperar el aliento. Uno le echó las manos a las nalgas, la levantó en alto en peso y le metió la polla hasta las trancas. Catrina rodeo su cuello con los brazos. El otro se la metió en el culo. Eli le echó mano a la nuca, atrajo su cara hacia ella. Le metió la lengua en la boca, y luego le preguntó:
-¿Es tu primera doble penetración?
-Sí.
-Gózala.
Eli la iba a besar mientras los otros le daban caña. Le dieron caña para aburrir, aunque Catrina no tuvo tiempo para aburrirse, los gemidos de Rosi, Mari, Pili y Conchi y el placer que estaba sintiendo con el mete y saca en su coño y en su culo y los magreos de tetas del que le estaba dando por el culo, no dejaron que se aburriera.
Poco después sintió como le llenaban de leche el culo y el coño, y comiéndole la boca al que tenía enfrente, se corrió con ellos.
-¡¡Me corro, me corro, me corro, me corrooooo!!
Con ella se corrieron Mari y Rosi. Pili. Conchi y Eli se correrían más tarde.
Aun con las pollas dentro del coño y del culo, se quitó la venda de los ojos y vio al que le había follado el coño, era su cuñado.
-¡Jorge!
-Giró la cabeza y vio a su marido.
-¡Benito!
Benito le sonrió y le dijo:
-Te dije cuando te casaste conmigo que no te ibas a aburrir.
-¡Qué razón tenías!
II
Catrina echó una ojeada por la mirilla de la puerta y vio a una muchacha que había llamado al timbre. Era una chica, alta y morena, a la que no conocía. Abrió la puerta del piso y le preguntó:
-¿Qué deseas?
-Hacer un pis.
La chica tenía los ojos, los labios y las uñas pintadas de negro, vestía una camiseta negra sin mangas, falda muy corta de color negro, medias negras y calzaba unos zapatos del mismo color, con grandes plataformas. Su cabello era negro y largo, al cuello llevaba una cadena de plata con una cruz y en las orejas unos grandes aros de plata. Era muy bonita, pero a Catrina no le dio buena espina.
-¿Quién te abrió el portal?
-Tu vecino Jorge me dio la llave. Quedé con él en su piso y llevo más de una hora esperando.
-¿De qué conoces a Jorge?
La muchacha echó una mano al coño, apretó las piernas y con cara de estar meándose, le dijo:
-¿Puedo pasar para hacer pis? Tengo muchas ganas.
Le volvió a preguntar.
-¿De qué conoces a Jorge?
-Es mi primo. Me meo.
Catrina se echó a un lado.
-Pasa.
Catrina cerró la puerta y luego la condujo hasta el baño. Metiéndose dentro, le dijo:
-Gracias.
Catrina, que llevaba puesto un vestido de color azul, corto y ceñido al cuerpo y que calzaba zapatos marrones con muy poco tacón, se fue a la sala de estar a seguir tomando su cerveza fría.
Al rato, la muchacha salió del baño con una sonrisa en los labios, y sonriendo, llegó a la sala.
-Gracias de nuevo. Me voy a esperar a Jorge.
Catrina quería saber más cosas de ella, le dijo:
-¿Quieres tomar una cerveza fría y esperarlo aquí mientras charlamos?
-Si no es mucha molestia...
-No es molestia ninguna. Siéntate donde quieras.
Fue a la cocina y volvió con una Estrella Galicia en lata y un vaso de tubo, y se la dio. Luego se sentó al lado de la joven en un sofá de tres plazas, y le dijo:
-Así que tú eres prima de Jorge.
-Sí, prima y algo más.
-¿Cómo te llamas?
-Rosi.
Sin duda era la Rosi de la que le había hablado Jorge.
-¿No te vi en mi boda?
-¿Cómo me ibas a ver si no nos conocíamos?
-No nos conocíamos, pero si eres prima de Jorge, también eres prima de Benito.
-¡¿Benito es tu marido?!
-Sí, lo es. ¿Por qué no te invitaron a la boda?
-Fui invitada a vuestra boda, pero no pude ir.
-Antes habías dicho que Jorge y tú erais algo más que amigos.
-Antes no sabía que eras su cuñada.
-¿Qué cambia que sea su cuñada?
-Que no te puedo hablar con claridad.
-Soy su cuñada, no su madre.
-Me caes genial, te lo diré.
Rosi le quitó la anilla a la cerveza, y echándola en el vaso de tubo, le dijo:
-Le damos, ya sabes.
-Sí, ya sé, supongo que sin que lo sepa la familia.
-Supones bien, aunque a mí me importaría un pimiento que lo supieran, eso, o lo otro.
-¿Qué es lo otro?
-Que soy bisexual.
Catrina fingió que no lo sabía.
-¿Y mi cuñado lo sabe?
-Sí.
-¿Y no le importa?
-No es que no le importe, es que hasta hizo un par de orgías con las cinco.
-¡¿Las cinco?!
-Sí, tengo cuatro follamigas.
-¡¿Y pudo con las cinco!
-Sí, es una fiera. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Te daré la respuesta sin que me preguntes. No, no he estado con una mujer, ni pienso estar. Es algo antinatural.
-No hagas de adivina que no es lo tuyo.
-¿Cuál era la pregunta?
-¿Nunca has hecho una orgía?
-No.
-¿Y un trío?
-Una orgía, lo mismo que un trío, o follar con otra mujer, es algo antinatural.
-Yo lo veo natural.
-Tú, eres tú, y yo soy yo, para gustos dicen que se han hecho los colores.
-Eso es cierto, pero si te empotraran dos hombres, uno por el culo y otro por el coño, cambiaría tu percepción de lo natural y lo antinatural
-¿Habla la voz de la experiencia?
-Habla, aunque a mí lo que más me gusta de las orgías es lo que hago con mis cuatro amigas.
Catrina empezó a sentir una curiosidad insana.
-¿Qué haces para gustarte tanto?
-Ponerme con los brazos y las piernas en aspa para que Mari me coma la boca, Pili y Conchi las tetas, y para que Eli me coma el coño, y siempre en ese orden.
-¿Por algún motivo en particular?
-Sí, Mari es la que mejor besa, Pili y Conchi las mejores comiendo tetas y Eli la que mejor come el coño.
-¿Así se llaman tus amigas?
-Sí. ¿Quieres ver sus fotos?
-Si no están desnudas.
-Las tengo desnudas y vestidas.
Cogió el bolso, sacó el teléfono móvil de él. Fue a una carpeta y le enseñó las fotos de las tres amigas.
-La del centro es Conchi, la de la izquierda es Mari, a su derecha está Pili y la de la derecha es Eli.
-Deja que adivine. Conchi es española, Mari y Pili sudamericanas y Eli es africana.
-Como adivina no puedes ser peor. Eli es brasileña, y Mari, Pili y Conchi son españolas ¿Quieres verlas desnudas?
-No, bueno, sí, enseña, a ver qué gustos tenéis mi cuñado y tú.
Le enseñó las fotos.
-Son unas verdaderas vampiresas.
-Sí que lo son. ¿Quieres ver como me follan?
Quería, pero se hizo la puritana.
-¡No!
-¿Tienes miedo a ponerte cachonda viendo el video?
-¿Y si me pusiera, qué?
-Que yo huelo la excitación.
-¿Y?
Rosi le tocó el interior de un muslo. Catrina le quitó la mano.
-Estate quieta.
Le dio un beso en el cuello.
-O te estás quieta, o te vas.
-Te dije que Eli era la mejor comiendo coños de las tres, lo que no te dije es que yo soy mejor que ella.
-Me la suda como seas de buena comiendo coños.
-Te sudaría, pero sudarías jugos.
Le volvió a tocar el interior del muslo y luego subió hasta el coño y le dio un pico. Catrina se puso de pie.
-¡A ver, niña, estás en una casa ajena, y en una casa ajena, se respeta!
Rosi le echó las manos a la cintura y le frotó la boca en el vestido a la altura del coño. Catrina, separándola de ella, le dijo:
-¡Te va a caer una castaña que te va quedar la boca del revés!
Rosi se disculpó.
-Lo siento, pero estás tan buena que tenía que intentarlo.
-Ya lo has intentado. ¿Te vas a comportar?
-Sí.
-A ver si es verdad.
Catrina se sentó de nuevo al lado de Rosi. Sentarse a su lado después de lo que le había hecho, habiendo sofás libres, en vez de echarla de su piso, le dijo a Rosi que acabaría mojando, por eso se tomó las cosas con calma, que era lo que quería Catrina.
-Te tiré los tejos y no sé ni tu nombre.
-Catrina, me llamo Catrina.
-Y eres adivina.
Catrina sonrió por primera vez, echó un trago de cerveza, y le dijo:
-Tienes sentido del humor, y a lo mejor hasta tienes algo de cultura.
A Rosi le fastidiaban las indirectas, pero se armó de paciencia.
-Pues sí, domino tres idiomas.
-¿Qué idiomas son esos?
-Francés, inglés e italiano.
-¿De verdad?
-De verdad, mis inclinaciones sexuales no tienen nada que ver con mi cultura.
-¿A qué te dedicas, Rosi?
-Soy esteticista.
-Un buen oficio para una mujer con tu orientación sexual.
-No se liga mucho, no creas. Por cierto, tienes unas manos preciosas, -le cogió la mano derecha- tus dedos son delgados y largos, lástima que las arruines con el color de tus uñas.
-¿Qué le pasa al color de mis uñas?
-Que ese rojo ya no se lleva, debías pintar de rosa las uñas -le echó la mano derecha al mentón y se lo subió, -las uñas y los labios, y en la sombra de ojos te iba mejor un azul más clarito... Siempre llevo conmigo mis útiles de trabajo. ¿Quieres que te cambie el look?
-¿Y cuánto me costará?
-Nada.
-Voy a desmaquillarme a mi habitación.
-Tengo yo...
-Prefiero desmaquillarme yo.
Catrina se fue a su habitación, encendió la cámara de video y la puso mirando a la coqueta, luego se sentó en el taburete de la coqueta, abrió un cajón, sacó lo que tenía que sacar y comenzó a desmaquillarse.
Rosi dejó que pasara un tiempo prudencial, luego fue junto a Catrina, echó el bolso encima de la cama, y le dijo:
-Apuesto mi culo a que eres más bonita sin pintar que pintada.
-Te dije que te quedaras en la sala.
-No podía esperar para verte al natural.
-Pues ya estoy desmaquillada.
Rosi fue a su lado, le puso los brazos en los hombros y viendo en el espejo su cara y la de Catrina, le dijo:
-Tu cara hace fea a la mía.
-Eso no es verdad.
Le echó las manos a las tetas y se las magreó. Catrina no la reprendió.
-Tú nunca te das por vencida.
-Con una preciosidad, no.
Le echo una mano al mentón, le giró la cara y le dio un pico en los labios.
-Estamos solas al lado de una cama. No seas tonta, deja que te haga diabluras.
-No voy a manchar mi cama.
-Te haré feliz aquí mismo.
Le apartó el cabello para un lado y le besó el cuello.
-No quiero que me hagas nada.
Rosi le cogió la mano derecha, y sin que Catrina se resistiera, se la metió dentro de las bragas, y le dijo:
-En ese caso hazlo tú.
-No voy a hacer nada.
Le estiró dos dedos, se los metió dentro de la vagina y le movió la mano con la suya.
-¿Oyes el ruido del chapoteo?
Le volvió a girar el mentón. Esta vez le metió la punta de la lengua en la boca. Catrina se dejó besar, luego Rosi le susurró al oído:
-Deja que te coma el coño.
-No.
Catrina echó la cabeza hacia atrás y comenzó a gemir.
-¿Vas a perder una oportunidad como esta, para conocer la sensación de correrte en la boca de una mujer?
-No me interesa conocer esa sensación.
Le metió la lengua en la boca, la besó, y luego le dijo:
-Imagina mi lengua entrando y saliendo de tu coño.
-No quiero imaginar. ¡Oooooh! Para de mover la mano,
-La volvió a besar y luego, magreándole las tetas, le dijo:
-Gírate y dime que quieres que te coma el coño.
-No.
La besó en la nuca.
-Pídeme que te como el coño y que te haga correr.
-No.
Le besó el cuello, sin dejar de masturbala.
-Gírate y díme qué te quieres correr en mi boca.
-No te lo voy a pedir.
-Le dio otro beso con lengua.
-Gírate y dímelo.
-No.
Le quitó la mano del coño y chupó los dedos pringados de jugos.
-Dime que te quieres correr en mi boca.
Catrina ya no estiró más el chicle.
-Quiero correrme en tu boca.
La giró en la silla, hizo que se pusiera en pie y le bajó las bragas. Catrina se volvió a sentar en el taburete, se abrió de piernas y apoyó la espalda en la cómoda. Rosi vio su coño encharcado, y le dijo:
-¡Qué coño más rico!
-