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Un Convento Lleno de Monjas Lujuriosas – Capítulos 001 al 005
Un Convento Lleno de Monjas Lujuriosas – Capítulo 001
La vida de Tomás ha sido dura, huérfano desde que nació y con un constante recorrido por orfanatos, siempre esperando ser adoptado, nunca pasó. Esto afectaría a la mayoría de personas en esta situación, pero a él no. Tomás tuvo la gran suerte de tener a una mujer a su lado, una pelirroja exuberante llamada Fiorela.
Fiorela cuidó al pequeño Tomás, ella lo vio desde niño hasta adulto, vivió todo ese proceso. Al principio Tomás la veía como una madre, a medida que crecía esta mentalidad fue cambiando hasta llegar a la adolescencia. Con las hormonas revoloteando Tomás notó la bella figura de su amiga Fiorela.
“¿Todo el tiempo fue así?” llegó a preguntarse
Ciertamente tardó bastante en darse cuenta que su amiguita, madre adoptiva, hermana adoptiva, como sea, tardo en darse cuenta que Fiorela ya era toda una milf. Y que mala suerte para él, porque se perdió el proceso de como esas tetas iban creciendo hasta alcanzar su gran tamaño y también se perdió cómo se fue formando ese enorme culo.
Tomás hasta este punto solo quería solo una cosa, ver que había bajo esos pantalones, ver ese coñito pelirrojo y obviamente fallársela como nadie lo había hecho nunca.
Esta parejita ya tenía un trato calentón, comentarios picaros por parte de ambas partes…
“que buena estás Fiorelita”, “que buen culito”, “y cuando me enseñas que hay ahí abajo”
Aún no lo habían hecho, pero no faltaba mucho…
El carro que los transportaba había llegado pro fin al nuevo convento, el convento de Santa Angela, su nuevo hogar. Este convento era más grande que los demás en los que han estado, se nota que tenían mucho más presupuesto. Pero ese no era la única mejora de este convento, lo que más llamó la atención de Tomás, fueron las monjas.
Las monjas del convento de Santa Angela eran todas milfs, mujeres maduras y exuberantes. Mujeres provenientes de Alemania y Austria, la mayoría altas, rubias y de ojos claros, que, a pesar de tener hábitos negros, sus pechos eran tan grandes que se notaban, del mismo modo estas mujeres caminaban realzando el culo. Era regla para ellas andar realzando sus mejores atributos, así lo ordenaba su patrona Santa Angela.
Estas monjitas recibieron a los nuevos inquilinos con emoción, besos y abrazos…
“Nuestros nuevos hermanos han llegado” “Que la Santísima Angela los bendiga” “Por la santísima que lindos son” “Fiorela es una mujer muy hermosa” “el joven Tommy es muy guapo también…”
Tommy…
Toda su vida Tomás ha luchado contra ese nombre, “Tommy”. Antes le daba igual, ya que era un niño, pero hoy ya tenia 20 años, ya era un hombre y tenía que hacérselos saber. Además, era nuevo aquí, una nueva vida, tenía que empezar con buen pie…
Tomás: Hermosas mujeres, encantado de verlas y gracias por recibirnos en su casa, pero mi nombre es Tomás, no Tommy…
No funcionó, al contrario, esto solo hizo peor las cosas…
“Que lindo, nuestro pequeño Tommy es todo un caballerito” “Te equivocas, nuestro Tommy ya es todo un hombrecito” “Que alegría tener a un hombrecito tan educado, bienvenido seas Tommy” – Respondieron las monjas.
Tomás se rindió por ahora, pero no quería que lo trataran como a un niño otra vez. No todo era tan malo, al decir esto todas las monjas se echaron encima de Tomás y a Fiorela, Tomás sintió como los pechos de esas mujeres se estrujaban contra él.
Tomás y Fiorela fueron guiados por las monjas a través de todo el convento, nuevamente mostrando el lujo del convento y lo buenas que estaban las monjas. Los sacerdotes parecía que no estaban o quizás estaban ocupados en otros asuntos, los cierto es que este convento era controlado por las maduras con túnica.
En lo alto del convento, en el tercer piso, Tomás vio de lejos a la mejor de todas estas mujeres, la hermana superiora Angela. Él la miro mientras conversaba con unos sacerdotes, ella le devolvió una mirada mucho más pícara y una sonrisa lasciva. La mujer retornó a su habitación, Tomás no supo más de ella hasta la noche
El día siguió, terminado el recorrido ambos recibieron instrucciones de lo que tenían que hacer en su nuevo hogar. Tomás tenía que ayudar en las funciones del hogar y a acomodar la sala de las santas misas, Fiorela haría lo mismo y luego haría su conversión a monja del convento, Tomás pensó que cuando se vuelva monja no tendría oportunidad de tener sexo con Fiorela, debía darse prisa.
Tomás y Fiorela trabajaron arduamente en el convento hasta que llegó la noche, Fiorela fue la primera en irse a su habitación, Tomás tuvo que realizar algunos encargos más, situación que le disgustó ya que quiso acompañarle.
Estaba muy oscuro para cuando Tomás terminó sus labores del día y era un largo trayecto desde la sala donde estaba hasta su habitación. Tomás recorrió los oscuros pasillos sin saber lo que encontraría…
“Ayyy no tan fuerte” “más duro, no te detengas” “sigue así, que bien lo haces putita”
¿Eran gemidos? ¿En un convento? Estaba seguro que no era una mala jugada de su mente, eso eran gemidos tanto de hombres como mujeres.
Había unos 4 portones, definitivamente los gemidos provenían de dentro. Todos esos portones estaban cerrados, salvo uno.
La curiosidad le ganó, entró sigilosamente hasta llegar al gran salón y no podía creer lo que estaba frente a sus ojos…
Era la orgía más bizarra que había visto en su vida, un banquete sexual tan bizarro que no se podría comparar ni con las pelis porno más guarras que había visto, la realidad había superado la ficción. Las monjas que lo habían recibido ese mismo día, esas señoras encantadoras estaban dándole placer a unos hombres en traje, algunos de ellos eran políticos que si pudo reconocer. Las monjas estaban chupándoles la polla a esos hombres, les entregaban el culo, algunas estaban satisfaciendo a dos o tres al mismo tiempo, por otro lado, los sacerdotes estaban haciendo lo mismo con guapas mujeres de alta clase. Las figuras de rectitud y santidad que la tenía en mente, eran los personajes más guarros y salvajes.
El joven miró lo suficiente, salió de ahí antes de que se den cuenta. Miro detrás de uno de esos portones y habían 3 más. ¿Esto era un convento o un prostíbulo? Al menos ya sabía de donde sacaban tanto presupuesto.
Su querida Fiorela en algún momento se convertiría en una de esas monjas, Fiorela era una mujer bella que encajaría con ese perfil. ¿Algún día Tomás se convertiría en uno de esos sacerdotes? Por un lado le gustaba la idea de complacer a bellas mujeres de alta sociedad, pero no conocía la opinión de su querida Fiorela…
Cuando entró a su habitación las sorpresas no se detuvieron, ahí estaba la mujer de sus pensamientos, Fiorela, encima semidesnuda…
- Fiorela: Oh…Tomás, me asustaste (Dijo la mujercita mientras se tapaba con la sabana)
- Tomás: lo siento, no quería asustarte
- Fiorela: yo…estaba a punto de bañarme, no encontraba mi ropa y me di cuenta que esta era tu habitación, lo siento…
- Tomás: no pasa nada linda, esta es tu habitación también…
- Fiorela: Que locura…tú también oíste
- Tomás: si lo oí, este convento no es para nada como los demás. Entré a una de las salas…
- Fiorela: ¿tú también entraste? Digo…a mi me ganó la curiosidad, nunca pensé que esas amables señoras sean así de calientes…fue muy intenso…
El solo recordar lo que vio tras esa puerta hizo que Fiorela se calentara, ya estaba desvariando, en ropa interior y en frente del chico que crio desde que era un bebé…
- Fiorela: jeje ya no se ni lo que estoy diciendo, lamento haber entrado a tu habitación, ya me voy…
Fiorela recogió su ropa, cuando le dio la espalda a Tomás este aprovechó y la abrazó
- Fiorela: Tomás…que…que haces
- Tomás: Tu y yo vimos lo que hacen esas monjas, algún día tú te volverás una monjita…
- Fiorela: yo…yo no lo se
- Tomás: serías una monja hermosa
- Fiorela: ¿tú crees?
- Tomás: tengo entre mis brazos a una mujer hermosa, una mujer caliente y hermosa
- Fiorela: no es lo que piensas, es que lo que vi me impactó mucho…
Tomás ya tenía la polla dura, tomó por la cintura a su mujer y frotó su entrepierna contra ese culito
- Tomás: y dime, ¿esto te pone caliente?
- Fiorela: Tomás…parece que si te gustó lo que había en esa sala…
- Tomás: no es eso, es tu cuerpo lo que me la puso dura, estos pechos…
- Fiorela: ay, no…no los toques así nomás
- Tomás: me encantaba mirarlas, pero tocarlas se siente mucho mejor
- Fiorela: puedo sentir…tu miembro, ya estás empalada
- Tomás: quieres que me detenga
- Fiorela: no…pero…podrías quitarte tu…
No terminó de decirlo y Tomás ya se estaba quitando los pantalones. Frotó su miembro contra los muslos carnosos de la mujer…
- Fiorela: wow sí que estás caliente
Tomás también aprovechó para quitarle el sostén…
- Tomás: Estos pezones están duros, tú también estás caliente
- Fiorela: este lugar nos ha puesto así, nos vuelve locos…
- Tomás: yo siempre te he tenido ganas…
- Fiorela: te he criado desde pequeño, sería raro hacerlo…por eso no me atrevía…
- Tomás ¿esto se siente raro?
Pasó su polla por debajo del calzoncito de Fiorela, estaba rozando su coñito con su miembro.
- Fiorela: wow…Tomás, está dura, caliente
- Tomás: te convertirás en una monjita en este convento, ¿no quieres que practiquemos un poco?
- Fiorela: si, ayúdame a convertirme en una monja
Le metió la polla, “ayyyy” gimió Fiorela. La mujercita disfrutaba los empujones que le aventaba su hombre, abrió más las piernas y alzó el culo todo lo que pudo, Tomás aceptó esta invitación.
- Fiorela: estás hecho todo un hombre…mi hombre
- Tomás: Te gusta como te coge tu hombre
- Fiorela: si, si me gusta
Tomás le sacó la polla de golpe, tomo a la mujer y la puso de espaldas contra la cama, ella lo recibió con las piernas abiertas.
En esta pose Tomás podía ver por completo el cuerpo desnudo de Fiorela…
- Fiorela: en esta pose…me da un poco de vergüenza…
- Tomás: ¿te avergüenza que tu hombre te vea desnudo? Me encargaré de solucionar eso…
Tomás en esta pose podía llegar más profundo del coñito de Fiorela…
- Fiorela: está entrando mucho, no voy a aguantarla más
El hombre se acercó al rostro de Fiorela y la besó, ella lo abrazó y le siguió con un beso más profundo.
Ambos se quedaron abrazados y besándose por un buen rato, Tomás no dejó de penetrar ese coñito cada vez más mojado. El hombre era resistente, más que Fiorela, ya que hizo que se corriera primero.
Fiorela estaba cansada pero no quería frenar a Tomás, apretó su coñito para hacer que Tomás se corriera rápido o sino se iba a desmayar…
- Tomás: Estás más apretada…
- Fiorela: apenas puedo resistir…
- Tomás: en ese caso terminaré de una vez…
Tomás aumentó el ritmo, ambos estuvieron muy intensos hasta que el varón llegó al orgasmo. Fiorela sintió como esa polla la llenaba de leche caliente…la mujer terminó rendida, estaba satisfecha, era la mejor manera de empezar una nueva vida en ese convento.
Tomás se acercó una vez más a su mujercita y le dio un beso, la chica se quedó dormida, satisfecha. Seguido, tomó una toalla y se dirigió a las duchas.
Habían varios sacerdotes duchándose, Tomás sabía de la clásica de que a los sacerdotes les gusten los chicos, pero le dio igual, el iba a lo suyo, le daba igual…
Estaba ahí para bañarse y le daba igual quien más estuviera en el baño…o eso era lo que pensaba…
Cuando el joven volteó la mirada el baño estaba vació, estaba solo pero no por mucho.
“Alta, rubia, grandes pechos, caderas anchas, era la lideresa del convento, la reina, la madre superiora Angela”
La había visto de lejos pero ahora estaba a pocos metros, ella entró completamente desnuda, ni cubriéndose con la toalla ni nada, con total firmeza entró y encendió su ducha.
La hermana superior Angela empezó con su aseo, sin ninguna preocupación, ella estaba sola en su baño. ¿Por qué se había metido a un baño de hombres? Sepa Dios esa respuesta, igual no importaba ya que todo el convento le pertenecía.
¿Por qué el joven se había escondido? ¿No se suponía que iba a imponerse ante todos en ese convento? Parece que el aura de la madre superiora era más intimidante que la del pequeño Tomás.
“No me importa, terminaré de bañarme y me iré” pensó ingenuamente Tomás, pero no, ni el mismo se lo creía…
Otra vez presa de la curiosidad, Tomás intentó acercarse a la fuente de la lujuria en un patético intento sin dejar de esconderse claro…
Se posicionó en una caseta más cerca a la de la mujer enorme…
“¿Qué haces?, si te descubre estás jodido, ¿no es manera de presentarte ante ella?” “O mejor si, anda y muéstrale la polla, no tienes por qué tenerle miedo” “ESTÁS JODIDAMENTE LOCO, ES LA JEFA, ABORTA LA MISIÓN, ABORTA”…esos fueron los pensamientos divididos que tuvo el muchacho en medio de esta complicada situación.
Y ciertamente el chico estuvo a punto de abandonar la iniciativa, tomar su toalla e irse de ahí, pero…
“Ayy…si justo ahí…hazlo más duro…”
Gemidos, otra vez escuchando gemidos en este convento, definitivamente tenían que ser de ella, no había de otra. Se le puso dura de solo presenciar este porno auditivo…
Tomás se siguió acercando a la fuente de los gemidos, como gritaba esta mujer, y cómo lo estaba poniendo al pequeño Tommy…
Tomás llegó a ver de cerca como los dedos de la madre superiora la satisfacían, como se autocomplacía, estaba más húmeda por la acción de sus dedos que por el agua de la ducha.
Automáticamente Tomás se empezó a masturbar también, lo poco que vio de la madre superiora le sirvió para estimularse.
La mujer le subió al agua caliente al máximo casi, el vapor inundó todo el baño. Una gran jugada de la mujer grandota
Que mala suerte para el muchacho, estaba en plena masturbada y su fuente se le había apagado. No quería cortar el rollo, cerró los ojos y con las pocas imágenes que tenía de la madre superiora Angela simuló más en su mente, masturbarse con los recursos de tu memoria, un clásico.
El hombre estaba dándole muy duro al onanismo, eventualmente la mujer le cortaría el rollo, no por esconderse dentro de esa neblina, si no por algo más intenso…
- Hermana Angela: no le des tan duro querido, te podrías hacer daño
- Tomás: woah…madre superiora…no…
La madre superiora Angela apareció en frente de Tomás, sorprendiéndolo…
- Hermana Angela: ¿qué tenemos aquí? Nuestro pequeño Tommy haciendo cosas lascivas en frente de mí…
- Tomás: no sabía que estaba ahí, lo siento…un momento, me llamo Tomás, no Tommy
- Hermana Angela: haces estos actos perversos delante de mí y aún así ¿exiges un trato especial?
- Tomás: No es un trato especial, mi nombre real es Tomás, todas aquí tienen que llamarme así
- Hermana Angela: eres el pequeño Tommy, mi pequeño Tommy, y veo que tendremos que hacer algo contigo, debemos corregirte…
- Tomás: no necesito corrección
- Hermana Angela: eso lo decido yo…
La hermana superior Ángela acarició la mejilla de su pequeño Tommy, este intentaba no encogerse, la tenía muy difícil. Era una mujer que imponía respeto, temor, tanto en estatura como en su mirada filosa.
La enorme mujer luego se puso de cuclillas en frente de Tomás, le agarró la verga…
- Hermana Angela: tiene buen tamaño, ¿te gustó lo que viste cierto?
- Tomás: apenas vi algo…
- Hermana Angela: Claro que si querido Tommy…ay mira se pone más dura cuando la acaricio, que tierno…
- Tomás: es usted quien me está agarrando la verga, ¿Cómo quiere que me ponga?
- Hermana Angela: Awww, tomaré eso como un cumplido
Agarró con fuerza el miembro de Tomás y lo agitó rápido…
- Hermana Ángela: ¿quieres que te respetemos aquí cierto? Veamos si realmente te lo mereces…
- Tomás: NO…que… ¿qué hace?
- Hermana Ángela: si eres tan hombrecito como aparentas, supongo que aguantarás esto…
Con la reputación en juego, Tomás aguantó como nunca lo había hecho. Si lograba que la mismísima jefa lo respetase, entonces todos en el convento lo harían. Aguantó todo lo que pudo, por el honor…
- Hermana Ángela: vaya vaya, te estás haciendo el fuertecito. En ese caso, veamos si aguantas esto…
La hermana superiora usó su mortífera lengua, acariciando gentilmente la cabecita de la polla de Tomás. Con una mano sostenía el miembro del joven y para rematar con la otra se acariciaba el coño.
Fue un duro golpe para el muchacho, demasiada estimulación para un hombre. Tomás empezó a temblar, estaba en problemas
- Hermana Angela: ¿Y bien? Es este el “Tomás” que me pide respeto, “Tomás” no puede aguantar este simple aperitivo
- Tomás: ¡JODER! (Gimió temblando)
- Hermana Angela: esa boquita sucia, también merece un castigo. Hay tanto que castigar en este pervertido hombrecito, me voy a divertir mucho contigo…
La mujer siguió, sin piedad…
La carne es débil, y lo fue aquí también. La hermana superiora Angela hizo que Tomás acabara, el semen que largó de su polla le cayó en la cara, tal y como ella quería…
- Hermana Angela: que desastre has hecho…pero bueno…Vaya presentación oficial ¿no?
- Tomás: Yo…lo siento, no quería…lo siento
- Hermana Angela: tú primer encuentro con tu jefa, TÚ DUEÑA, no veo un hombre, veo un pequeño Tommy pervertido que no sabe aguantar sus impulsos primitivos
- Tomás: No pude evitarlo, es usted muy hermosa, quería verla…
- Hermana Angela: SILENCIO…ya fue suficiente, limpiarás este desastre y volverás a tu habitación. Mañana te castigaré severamente por lo que has hecho
- Tomás: lo siento…
- Tomás: NO…Esto no se ha acabado
- Hermana Angela: ¿Perdón? He dicho que se acabó Tommy…
- Tomás: Mi nombre es Tomás y te dije que no se ha acabado. Haré todo lo posible para que me respetes, para que llames por mi verdadero nombre
- Hermana Angela: que adorable, el pequeño Tommy se cree un hombre
- Tomás: SOY UN HOMBRE, y te prometo que terminarás reconociéndome como tal…
- Hermana Angela: parece que tienes agallas, pero solo parece…está bien, demuéstralo si tienes valor para ello
- Tomás: lo haré
- Hermana Angela: pero…ni sueñes que te lo pondré fácil
- Tomás: me da igual, ponlo tan difícil como quieras
- Hermana Angela: lo haré, y cuando falles, te arrepentirás de jugar a ser hombrecito, te aventaré a los lobos…veremos si sobrevives
- Tomás: y cuando yo gane, me respetarás, seré tu hombre y serás mía y de nadie más
- Hermana Angela: trato hecho
La guerra estaba declarada, una lucha de egos únicamente por el honor…
Un jugoso premio para el ganador y un humillante castigo para el perdedor…
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Un Convento Lleno de Monjas Lujuriosas – Capítulos 001 al 005
Un Convento Lleno de Monjas Lujuriosas – Capítulo 001
La vida de Tomás ha sido dura, huérfano desde que nació y con un constante recorrido por orfanatos, siempre esperando ser adoptado, nunca pasó. Esto afectaría a la mayoría de personas en esta situación, pero a él no. Tomás tuvo la gran suerte de tener a una mujer a su lado, una pelirroja exuberante llamada Fiorela.
Fiorela cuidó al pequeño Tomás, ella lo vio desde niño hasta adulto, vivió todo ese proceso. Al principio Tomás la veía como una madre, a medida que crecía esta mentalidad fue cambiando hasta llegar a la adolescencia. Con las hormonas revoloteando Tomás notó la bella figura de su amiga Fiorela.
“¿Todo el tiempo fue así?” llegó a preguntarse
Ciertamente tardó bastante en darse cuenta que su amiguita, madre adoptiva, hermana adoptiva, como sea, tardo en darse cuenta que Fiorela ya era toda una milf. Y que mala suerte para él, porque se perdió el proceso de como esas tetas iban creciendo hasta alcanzar su gran tamaño y también se perdió cómo se fue formando ese enorme culo.
Tomás hasta este punto solo quería solo una cosa, ver que había bajo esos pantalones, ver ese coñito pelirrojo y obviamente fallársela como nadie lo había hecho nunca.
Esta parejita ya tenía un trato calentón, comentarios picaros por parte de ambas partes…
“que buena estás Fiorelita”, “que buen culito”, “y cuando me enseñas que hay ahí abajo”
Aún no lo habían hecho, pero no faltaba mucho…
El carro que los transportaba había llegado pro fin al nuevo convento, el convento de Santa Angela, su nuevo hogar. Este convento era más grande que los demás en los que han estado, se nota que tenían mucho más presupuesto. Pero ese no era la única mejora de este convento, lo que más llamó la atención de Tomás, fueron las monjas.
Las monjas del convento de Santa Angela eran todas milfs, mujeres maduras y exuberantes. Mujeres provenientes de Alemania y Austria, la mayoría altas, rubias y de ojos claros, que, a pesar de tener hábitos negros, sus pechos eran tan grandes que se notaban, del mismo modo estas mujeres caminaban realzando el culo. Era regla para ellas andar realzando sus mejores atributos, así lo ordenaba su patrona Santa Angela.
Estas monjitas recibieron a los nuevos inquilinos con emoción, besos y abrazos…
“Nuestros nuevos hermanos han llegado” “Que la Santísima Angela los bendiga” “Por la santísima que lindos son” “Fiorela es una mujer muy hermosa” “el joven Tommy es muy guapo también…”
Tommy…
Toda su vida Tomás ha luchado contra ese nombre, “Tommy”. Antes le daba igual, ya que era un niño, pero hoy ya tenia 20 años, ya era un hombre y tenía que hacérselos saber. Además, era nuevo aquí, una nueva vida, tenía que empezar con buen pie…
Tomás: Hermosas mujeres, encantado de verlas y gracias por recibirnos en su casa, pero mi nombre es Tomás, no Tommy…
No funcionó, al contrario, esto solo hizo peor las cosas…
“Que lindo, nuestro pequeño Tommy es todo un caballerito” “Te equivocas, nuestro Tommy ya es todo un hombrecito” “Que alegría tener a un hombrecito tan educado, bienvenido seas Tommy” – Respondieron las monjas.
Tomás se rindió por ahora, pero no quería que lo trataran como a un niño otra vez. No todo era tan malo, al decir esto todas las monjas se echaron encima de Tomás y a Fiorela, Tomás sintió como los pechos de esas mujeres se estrujaban contra él.
Tomás y Fiorela fueron guiados por las monjas a través de todo el convento, nuevamente mostrando el lujo del convento y lo buenas que estaban las monjas. Los sacerdotes parecía que no estaban o quizás estaban ocupados en otros asuntos, los cierto es que este convento era controlado por las maduras con túnica.
En lo alto del convento, en el tercer piso, Tomás vio de lejos a la mejor de todas estas mujeres, la hermana superiora Angela. Él la miro mientras conversaba con unos sacerdotes, ella le devolvió una mirada mucho más pícara y una sonrisa lasciva. La mujer retornó a su habitación, Tomás no supo más de ella hasta la noche
El día siguió, terminado el recorrido ambos recibieron instrucciones de lo que tenían que hacer en su nuevo hogar. Tomás tenía que ayudar en las funciones del hogar y a acomodar la sala de las santas misas, Fiorela haría lo mismo y luego haría su conversión a monja del convento, Tomás pensó que cuando se vuelva monja no tendría oportunidad de tener sexo con Fiorela, debía darse prisa.
Tomás y Fiorela trabajaron arduamente en el convento hasta que llegó la noche, Fiorela fue la primera en irse a su habitación, Tomás tuvo que realizar algunos encargos más, situación que le disgustó ya que quiso acompañarle.
Estaba muy oscuro para cuando Tomás terminó sus labores del día y era un largo trayecto desde la sala donde estaba hasta su habitación. Tomás recorrió los oscuros pasillos sin saber lo que encontraría…
“Ayyy no tan fuerte” “más duro, no te detengas” “sigue así, que bien lo haces putita”
¿Eran gemidos? ¿En un convento? Estaba seguro que no era una mala jugada de su mente, eso eran gemidos tanto de hombres como mujeres.
Había unos 4 portones, definitivamente los gemidos provenían de dentro. Todos esos portones estaban cerrados, salvo uno.
[lindo gatito, vamos…entra]
La curiosidad le ganó, entró sigilosamente hasta llegar al gran salón y no podía creer lo que estaba frente a sus ojos…
Era la orgía más bizarra que había visto en su vida, un banquete sexual tan bizarro que no se podría comparar ni con las pelis porno más guarras que había visto, la realidad había superado la ficción. Las monjas que lo habían recibido ese mismo día, esas señoras encantadoras estaban dándole placer a unos hombres en traje, algunos de ellos eran políticos que si pudo reconocer. Las monjas estaban chupándoles la polla a esos hombres, les entregaban el culo, algunas estaban satisfaciendo a dos o tres al mismo tiempo, por otro lado, los sacerdotes estaban haciendo lo mismo con guapas mujeres de alta clase. Las figuras de rectitud y santidad que la tenía en mente, eran los personajes más guarros y salvajes.
El joven miró lo suficiente, salió de ahí antes de que se den cuenta. Miro detrás de uno de esos portones y habían 3 más. ¿Esto era un convento o un prostíbulo? Al menos ya sabía de donde sacaban tanto presupuesto.
Su querida Fiorela en algún momento se convertiría en una de esas monjas, Fiorela era una mujer bella que encajaría con ese perfil. ¿Algún día Tomás se convertiría en uno de esos sacerdotes? Por un lado le gustaba la idea de complacer a bellas mujeres de alta sociedad, pero no conocía la opinión de su querida Fiorela…
Cuando entró a su habitación las sorpresas no se detuvieron, ahí estaba la mujer de sus pensamientos, Fiorela, encima semidesnuda…
- Fiorela: Oh…Tomás, me asustaste (Dijo la mujercita mientras se tapaba con la sabana)
- Tomás: lo siento, no quería asustarte
- Fiorela: yo…estaba a punto de bañarme, no encontraba mi ropa y me di cuenta que esta era tu habitación, lo siento…
- Tomás: no pasa nada linda, esta es tu habitación también…
- Fiorela: Que locura…tú también oíste
- Tomás: si lo oí, este convento no es para nada como los demás. Entré a una de las salas…
- Fiorela: ¿tú también entraste? Digo…a mi me ganó la curiosidad, nunca pensé que esas amables señoras sean así de calientes…fue muy intenso…
El solo recordar lo que vio tras esa puerta hizo que Fiorela se calentara, ya estaba desvariando, en ropa interior y en frente del chico que crio desde que era un bebé…
- Fiorela: jeje ya no se ni lo que estoy diciendo, lamento haber entrado a tu habitación, ya me voy…
[es tu oportunidad… ¿dejarás que se valla?]
Fiorela recogió su ropa, cuando le dio la espalda a Tomás este aprovechó y la abrazó
- Fiorela: Tomás…que…que haces
- Tomás: Tu y yo vimos lo que hacen esas monjas, algún día tú te volverás una monjita…
- Fiorela: yo…yo no lo se
- Tomás: serías una monja hermosa
- Fiorela: ¿tú crees?
- Tomás: tengo entre mis brazos a una mujer hermosa, una mujer caliente y hermosa
- Fiorela: no es lo que piensas, es que lo que vi me impactó mucho…
Tomás ya tenía la polla dura, tomó por la cintura a su mujer y frotó su entrepierna contra ese culito
- Tomás: y dime, ¿esto te pone caliente?
- Fiorela: Tomás…parece que si te gustó lo que había en esa sala…
- Tomás: no es eso, es tu cuerpo lo que me la puso dura, estos pechos…
- Fiorela: ay, no…no los toques así nomás
- Tomás: me encantaba mirarlas, pero tocarlas se siente mucho mejor
- Fiorela: puedo sentir…tu miembro, ya estás empalada
- Tomás: quieres que me detenga
- Fiorela: no…pero…podrías quitarte tu…
No terminó de decirlo y Tomás ya se estaba quitando los pantalones. Frotó su miembro contra los muslos carnosos de la mujer…
- Fiorela: wow sí que estás caliente
Tomás también aprovechó para quitarle el sostén…
- Tomás: Estos pezones están duros, tú también estás caliente
- Fiorela: este lugar nos ha puesto así, nos vuelve locos…
- Tomás: yo siempre te he tenido ganas…
- Fiorela: te he criado desde pequeño, sería raro hacerlo…por eso no me atrevía…
- Tomás ¿esto se siente raro?
Pasó su polla por debajo del calzoncito de Fiorela, estaba rozando su coñito con su miembro.
- Fiorela: wow…Tomás, está dura, caliente
- Tomás: te convertirás en una monjita en este convento, ¿no quieres que practiquemos un poco?
- Fiorela: si, ayúdame a convertirme en una monja
Le metió la polla, “ayyyy” gimió Fiorela. La mujercita disfrutaba los empujones que le aventaba su hombre, abrió más las piernas y alzó el culo todo lo que pudo, Tomás aceptó esta invitación.
- Fiorela: estás hecho todo un hombre…mi hombre
- Tomás: Te gusta como te coge tu hombre
- Fiorela: si, si me gusta
Tomás le sacó la polla de golpe, tomo a la mujer y la puso de espaldas contra la cama, ella lo recibió con las piernas abiertas.
En esta pose Tomás podía ver por completo el cuerpo desnudo de Fiorela…
- Fiorela: en esta pose…me da un poco de vergüenza…
- Tomás: ¿te avergüenza que tu hombre te vea desnudo? Me encargaré de solucionar eso…
Tomás en esta pose podía llegar más profundo del coñito de Fiorela…
- Fiorela: está entrando mucho, no voy a aguantarla más
El hombre se acercó al rostro de Fiorela y la besó, ella lo abrazó y le siguió con un beso más profundo.
Ambos se quedaron abrazados y besándose por un buen rato, Tomás no dejó de penetrar ese coñito cada vez más mojado. El hombre era resistente, más que Fiorela, ya que hizo que se corriera primero.
Fiorela estaba cansada pero no quería frenar a Tomás, apretó su coñito para hacer que Tomás se corriera rápido o sino se iba a desmayar…
- Tomás: Estás más apretada…
- Fiorela: apenas puedo resistir…
- Tomás: en ese caso terminaré de una vez…
Tomás aumentó el ritmo, ambos estuvieron muy intensos hasta que el varón llegó al orgasmo. Fiorela sintió como esa polla la llenaba de leche caliente…la mujer terminó rendida, estaba satisfecha, era la mejor manera de empezar una nueva vida en ese convento.
Tomás se acercó una vez más a su mujercita y le dio un beso, la chica se quedó dormida, satisfecha. Seguido, tomó una toalla y se dirigió a las duchas.
Habían varios sacerdotes duchándose, Tomás sabía de la clásica de que a los sacerdotes les gusten los chicos, pero le dio igual, el iba a lo suyo, le daba igual…
Estaba ahí para bañarse y le daba igual quien más estuviera en el baño…o eso era lo que pensaba…
Cuando el joven volteó la mirada el baño estaba vació, estaba solo pero no por mucho.
“Alta, rubia, grandes pechos, caderas anchas, era la lideresa del convento, la reina, la madre superiora Angela”
La había visto de lejos pero ahora estaba a pocos metros, ella entró completamente desnuda, ni cubriéndose con la toalla ni nada, con total firmeza entró y encendió su ducha.
La hermana superior Angela empezó con su aseo, sin ninguna preocupación, ella estaba sola en su baño. ¿Por qué se había metido a un baño de hombres? Sepa Dios esa respuesta, igual no importaba ya que todo el convento le pertenecía.
¿Por qué el joven se había escondido? ¿No se suponía que iba a imponerse ante todos en ese convento? Parece que el aura de la madre superiora era más intimidante que la del pequeño Tomás.
“No me importa, terminaré de bañarme y me iré” pensó ingenuamente Tomás, pero no, ni el mismo se lo creía…
[Eres un gatito adorable, no tengas miedo, ven con mami…]
Otra vez presa de la curiosidad, Tomás intentó acercarse a la fuente de la lujuria en un patético intento sin dejar de esconderse claro…
Se posicionó en una caseta más cerca a la de la mujer enorme…
“¿Qué haces?, si te descubre estás jodido, ¿no es manera de presentarte ante ella?” “O mejor si, anda y muéstrale la polla, no tienes por qué tenerle miedo” “ESTÁS JODIDAMENTE LOCO, ES LA JEFA, ABORTA LA MISIÓN, ABORTA”…esos fueron los pensamientos divididos que tuvo el muchacho en medio de esta complicada situación.
Y ciertamente el chico estuvo a punto de abandonar la iniciativa, tomar su toalla e irse de ahí, pero…
“Ayy…si justo ahí…hazlo más duro…”
Gemidos, otra vez escuchando gemidos en este convento, definitivamente tenían que ser de ella, no había de otra. Se le puso dura de solo presenciar este porno auditivo…
Tomás se siguió acercando a la fuente de los gemidos, como gritaba esta mujer, y cómo lo estaba poniendo al pequeño Tommy…
Tomás llegó a ver de cerca como los dedos de la madre superiora la satisfacían, como se autocomplacía, estaba más húmeda por la acción de sus dedos que por el agua de la ducha.
Automáticamente Tomás se empezó a masturbar también, lo poco que vio de la madre superiora le sirvió para estimularse.
La mujer le subió al agua caliente al máximo casi, el vapor inundó todo el baño. Una gran jugada de la mujer grandota
[si quieres ver más, acércate si te atreves]
Que mala suerte para el muchacho, estaba en plena masturbada y su fuente se le había apagado. No quería cortar el rollo, cerró los ojos y con las pocas imágenes que tenía de la madre superiora Angela simuló más en su mente, masturbarse con los recursos de tu memoria, un clásico.
El hombre estaba dándole muy duro al onanismo, eventualmente la mujer le cortaría el rollo, no por esconderse dentro de esa neblina, si no por algo más intenso…
- Hermana Angela: no le des tan duro querido, te podrías hacer daño
- Tomás: woah…madre superiora…no…
La madre superiora Angela apareció en frente de Tomás, sorprendiéndolo…
- Hermana Angela: ¿qué tenemos aquí? Nuestro pequeño Tommy haciendo cosas lascivas en frente de mí…
- Tomás: no sabía que estaba ahí, lo siento…un momento, me llamo Tomás, no Tommy
- Hermana Angela: haces estos actos perversos delante de mí y aún así ¿exiges un trato especial?
- Tomás: No es un trato especial, mi nombre real es Tomás, todas aquí tienen que llamarme así
- Hermana Angela: eres el pequeño Tommy, mi pequeño Tommy, y veo que tendremos que hacer algo contigo, debemos corregirte…
- Tomás: no necesito corrección
- Hermana Angela: eso lo decido yo…
La hermana superior Ángela acarició la mejilla de su pequeño Tommy, este intentaba no encogerse, la tenía muy difícil. Era una mujer que imponía respeto, temor, tanto en estatura como en su mirada filosa.
La enorme mujer luego se puso de cuclillas en frente de Tomás, le agarró la verga…
- Hermana Angela: tiene buen tamaño, ¿te gustó lo que viste cierto?
- Tomás: apenas vi algo…
- Hermana Angela: Claro que si querido Tommy…ay mira se pone más dura cuando la acaricio, que tierno…
- Tomás: es usted quien me está agarrando la verga, ¿Cómo quiere que me ponga?
- Hermana Angela: Awww, tomaré eso como un cumplido
Agarró con fuerza el miembro de Tomás y lo agitó rápido…
- Hermana Ángela: ¿quieres que te respetemos aquí cierto? Veamos si realmente te lo mereces…
- Tomás: NO…que… ¿qué hace?
- Hermana Ángela: si eres tan hombrecito como aparentas, supongo que aguantarás esto…
Con la reputación en juego, Tomás aguantó como nunca lo había hecho. Si lograba que la mismísima jefa lo respetase, entonces todos en el convento lo harían. Aguantó todo lo que pudo, por el honor…
- Hermana Ángela: vaya vaya, te estás haciendo el fuertecito. En ese caso, veamos si aguantas esto…
La hermana superiora usó su mortífera lengua, acariciando gentilmente la cabecita de la polla de Tomás. Con una mano sostenía el miembro del joven y para rematar con la otra se acariciaba el coño.
Fue un duro golpe para el muchacho, demasiada estimulación para un hombre. Tomás empezó a temblar, estaba en problemas
- Hermana Angela: ¿Y bien? Es este el “Tomás” que me pide respeto, “Tomás” no puede aguantar este simple aperitivo
- Tomás: ¡JODER! (Gimió temblando)
- Hermana Angela: esa boquita sucia, también merece un castigo. Hay tanto que castigar en este pervertido hombrecito, me voy a divertir mucho contigo…
La mujer siguió, sin piedad…
[Necesitarás más que esto si crees que puedes ganarme]
La carne es débil, y lo fue aquí también. La hermana superiora Angela hizo que Tomás acabara, el semen que largó de su polla le cayó en la cara, tal y como ella quería…
- Hermana Angela: que desastre has hecho…pero bueno…Vaya presentación oficial ¿no?
- Tomás: Yo…lo siento, no quería…lo siento
- Hermana Angela: tú primer encuentro con tu jefa, TÚ DUEÑA, no veo un hombre, veo un pequeño Tommy pervertido que no sabe aguantar sus impulsos primitivos
- Tomás: No pude evitarlo, es usted muy hermosa, quería verla…
- Hermana Angela: SILENCIO…ya fue suficiente, limpiarás este desastre y volverás a tu habitación. Mañana te castigaré severamente por lo que has hecho
- Tomás: lo siento…
[¡Recupera tu Orgullo HOMBRE!]
- Tomás: NO…Esto no se ha acabado
- Hermana Angela: ¿Perdón? He dicho que se acabó Tommy…
- Tomás: Mi nombre es Tomás y te dije que no se ha acabado. Haré todo lo posible para que me respetes, para que llames por mi verdadero nombre
- Hermana Angela: que adorable, el pequeño Tommy se cree un hombre
- Tomás: SOY UN HOMBRE, y te prometo que terminarás reconociéndome como tal…
- Hermana Angela: parece que tienes agallas, pero solo parece…está bien, demuéstralo si tienes valor para ello
- Tomás: lo haré
- Hermana Angela: pero…ni sueñes que te lo pondré fácil
- Tomás: me da igual, ponlo tan difícil como quieras
- Hermana Angela: lo haré, y cuando falles, te arrepentirás de jugar a ser hombrecito, te aventaré a los lobos…veremos si sobrevives
- Tomás: y cuando yo gane, me respetarás, seré tu hombre y serás mía y de nadie más
- Hermana Angela: trato hecho
La guerra estaba declarada, una lucha de egos únicamente por el honor…
Un jugoso premio para el ganador y un humillante castigo para el perdedor…
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