Sorprendí a mi Hijastra con su Novio - Capítulos 001 al 003

heranlu

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Sorprendí a mi Hijastra con su Novio - Capítulo 001


Eran mediados de junio, un martes o miércoles cualquiera en el que estando en la oficina a media mañana el jaleo que había no me dejaba concentrarme, por lo que decidí irme a casa a seguir preparando los informes que tenía que mandar al día siguiente. Así que recogí mis cosas y en 10 minutos ya estaba entrando por la puerta del portal de casa. Lo hago a menudo cuando necesito concentrarme, ya que esos 10 minutos de trayecto me sirven para despejarme, y en casa, no hay nadie que me moleste pues mi mujer está trabajando y mi hijastra está en el instituto.

Al llegar a la puerta de casa, me extrañó que la llave no estuviera echada, y para mis adentros refunfuñé, sin saber quién había sido la responsable, por no haber cerrado correctamente la puerta. No fui justo, porque al pasar a casa y nada más dejar las cosas, escuche ruido que venía de la zona de dormitorios, así que alguna de las dos estaba en casa. Me dirigí a los dormitorios, pasando primero por el nuestro, donde no encontré a nadie. A continuación me dirigí al de mi hijastra, gire por el pasillo a la derecha que enlaza con el pasillo principal, y nada más girar me encontré de bruces con el espectáculo. La puerta del cuarto estaba abierta, así que nada más enfilar el pasillo, veo al fondo a mi hijastra de rodillas, de espaldas a la puerta, y a su noviete enfrente de ella. La primera imagen fue un flash, muy rápido, pero no necesité ni medio segundo, ni mirar a la cara del noviete de la nena que estaba con los ojos en blanco y agarrandola del cuello, para saber que Sofia le estaba haciendo una mamada.

Di tres pasos rápidos y me planté en la habitación. El momento fue de total desconcierto. No pensé, solo me planté allí. No se si entre diciendo algo o gritando, no soy consciente. El chaval fue el primero que me vio venir y su reacción, también automática, fue sacarla de la boca a Sofía y dejarse caer sentado encima de la cama, tapándose sus partes con las dos manos. La más desconcertada era Sofía, que no sabía que estaba pasando por estar de espaldas. Cuando se giró y me vió, se puso a llorar con una inmediatez que no entiendo como el cuerpo es capaz de generar las lágrimas que le caían por la mejilla en nada de tiempo. Su cara estaba completamente desencajada, llorando, mientras con una mano cubría sus pechos y con la otra su sexo. Poco tenía que ocultar que no hubiera visto ya, pues sus pechos los había visto innumerables veces cuando hace topless en la playa, y su sexo, no es que lo hubiese visto, pero con los tangas que se pone y con los que alguna vez me la he cruzado por el pasillo, tampoco habia mucho que imaginar.

Sofía tiene ahora 18 años, y la verdad es que físicamente está espectacular: 1,65 de altura, rubia de ojos miel, y un cuerpo perfecto que solo algunas afortunadas pueden lucir. Más de una vez se me ha pasado por la cabeza, para mi propia sorpresa, como con semejante bombón en casa nunca he tenido ninguna clase de atracción sexual hacia ella, cosa que sí me ha pasado con alguna de sus amigas. Supongo que aunque solo es mi hija putativa, al conocerla desde tan pequeña había desarrollado algún tipo de sentimiento paternal que te impide tener deseos con tus hijas. Hasta ahora.

- ¡Que vergüenza que nos hayas pillado así! - decía entre sollozos.

- ¡Por Favor!¡Por favor!¡no se lo cuentes a mama! - repetía mientras seguía llorando y se acercaba a mi.

Finalmente me alcanzó y me agarró en un abrazo, apoyando su cara contra mi pecho, empapándome con sus lágrimas. Más que un abrazo, era una súplica, un intento inconsciente de retenerme para que no fuese a contárselo a su madre. Hasta ahora, creo que yo no había dicho aún dos palabras, pero le devolví el abrazo y comencé a calmarla.

- No te preocupes Sofía, que a mamá no le voy a contar nada… pero joe, no se que decir, en menuda situación nos has puesto.

Mientras, acariciaba su espalda, de arriba abajo, hasta llegar por debajo de su cintura. Estuvimos un rato así, hasta que Sofía comenzó a calmarse. Y yo a excitarme. No sé el motivo, quizás la situación, el roce de su piel suave… No sé, pero empecé a sentirme excitado, y sintiendo como mi pene empezaba a erguirse hasta donde le permitía el pantalón. Sofía se percató de lo que me estaba pasando, se separó un poco de mí, y me miró a la cara, preguntándome con la mirada que qué estaba pasando.

- Lo que está pasando aquí, será nuestro secreto y esta me la debes. - Le medio susurre.

Tampoco sé porque hice lo que ocurrió a continuación, pero estando yo como flotando, sin ser consciente plenamente de la realidad, le pase la mano por la nuca y la dirigí hacia el panolis de su noviete. Este seguía sentado en la cama, sin haber dicho una palabra y aún cubriéndose su pene como con las dos manos. No entiendo como el imbécil aún podía seguir empalmado. Y tampoco porque yo actué de esta manera, pero una vez que estuvimos enfrente de él, presionado la nuca de Sofía, le hice arrodillarse delante de él, y dirigí su cara contra la polla del chaval. Le pedí que siguiera con lo que estaba haciendo cuando los sorprendí y Sofía obedeció, comenzando a mamarsela lentamente, al ritmo que yo le marcaba con mi mano. Al momento la dejé que siguiera sola, y me arrodille detrás de ella. La acariciaba desde atrás, suavemente, acariciando sus pechos, sintiendo como sus pezones se endurecían, recorriendo su figura mientras ella seguía mamando. Baje mi mano hasta su sexo, abriendo sus labios lentamente y empezando a masajear su clitoris, lentamente, sintiendo como se empapaba y se estremecía. Jugando con la velocidad y la presión, haciendo que durase, sin que se corriese.

Pasados unos minutos, paré de masturbarla y me incorporé. Me desabroche el pantalón y saqué mi polla que estaba a punto de explotar solo por la excitación que tenía. Volví a coger la nuca de Sofía para volver a dirigirla a mi voluntad y le hice dejar de chupársela al panoli de su novio. Hice que se incorporará a mi lado y la besé. Ella no rehusó, y comenzó a darme su lengua de manera algo torpe, pero poco a poco fuimos haciéndonos con el juego de lengua y comiéndonos lascivamente la boca.

Con semejante calentón, me habría follado a Sofía de la manera más sucia que me pudiera imaginar, pero no se si por cierto remordimiento, hice algo que nunca pensé que pudiera haber hecho en mi vida. Con la mano que me quedaba libre, agarre de los pelos al chaval, y tiré de él hasta bajarlo de la cama y ponerlo de rodillas entre Sofía y yo. Le puse mi polla en sus labios, y aunque con alguna reticencia inicial, finalmente abrió la boca y empezó a hacerme una felación.

Previamente, había tenido alguna experiencia en trios con dos mujeres, y desde luego muchas fantasías, pero nunca se me habría pasado tener nada con otro tío. Y ahí estábamos los tres, yo morreandose con mi hijastra, y follandome la boca de su novio. Sofía lo miraba, y no daba crédito, pero estaba tan excitada que todo le daba igual. Seguiamos comiendonos la boca, mientras que con una mano recorria su cuerpo y frotaba su sexo, y con la otra, agarrando por los pelos al chaval, controlaba la mamada que me estaba haciendo. No tardé mucho en correrme así, momento en el que tiré de la cabeza del chaval hasta sentir que mi glande tocaba su garganta y corriéndome como un energúmeno. Una corrida bestial en su garganta, que le provocaba arcadas y le impedía respirar. Finalmente el chaval se zafó como pudo de mi, y de rodillas, agachado y apoyándose sobre sus antebrazos, comenzó finalmente a respirar y a recuperarse. Me sorprendí a mí mismo de cómo había tomado el control del chaval, que en realidad, si se lo hubiera propuesto quizás podría haberme noqueado, ya que era un tío atlético, con sus 185 cm de estatura y la fuerza de los 18 años.

Sofía lo miraba con cara de estar alucinada con lo que estaba pasando. En un cruce de miradas con ella, me dedicó una sonrisa cómplice y picarona. Volví a coger de los pelos al chaval, y le pedí a Sofía que se tumbase en la cama y que se abriese de piernas. Obedeció y se quedó mirándome fijamente a los ojos, esperando a ver qué era lo siguiente que iba a ocurrir.

Llevé la cabeza del chico a la entrepierna de Sofía, y la froté la cara contra su sexo hasta que comprendió que era lo que se esperaba de él. Sofía, encantada, abrió su piernas todo lo que pudo, y su cara de disfrute era digna de enmarcar. Como se mordía el labio, con sus manos agarrando la cabeza del chico y dirigiendolo ella. Me pareció que esto no lo había experimentado antes y tengo la impresión de que hasta ahora, ella había sido su juguete sexual. Ahora las tornas habían cambiado, ella lo manejaba a su antojo, estremeciéndose, y disfrutando de verdad. Ahora él era su juguete. En esto que Sofía alcanzó rápidamente su primer orgasmo. Las piernas le temblaban mientras echaba su cabeza atrás y tiraba con fuerza de la cabeza de su novio contra su sexo, apretando la cabeza con sus muslos, como buscando eternizar ese instante. Yo la ayudaba, empujando la cabeza del chaval y obligándole a seguir comiendeselo. Sin llegar a parar, Sofía se recompuso de ese primer orgasmo, y se relajó durante unos minutos mientras el chaval seguía haciendo su trabajo. Poco a poco, el grado de excitación volvió a subir, tanto por parte de Sofía como por el mio. Sofía volvía a gemir, retorcerse y estremecerse de placer, y yo volvía a tener una erección considerable. No quise privar a Sofía de lo que estaba gozando, así que me sitúe por detrás del chaval, y le separé los glúteos dejando visible su ano. Sin ninguna clase de preparación ni dilatación, intente penetrarle, pero no hubo manera de que entrara. El chaval no parecía dispuesto, y quería dejar de trabajarse a Sofía para discutir mis intenciones. Pero Sofía no estaba dispuesta a que la dejase a medias y cruzó sus piernas sobre su cuello, atrapando su cabeza, quedando atrapado con su cabeza entre las piernas de Sofía y su culo amenazado por mi polla. Dudo que en ese momento él estuviese utilizando su lengua con el sexo de Sofía, pero aún así, Sofía si que estaba disfrutando de la situación. Sentirlo dominado la excitaba. Me miraba con una cara de placer y morbo que nunca podría haber imaginado en ella.

El chaval se fue relajando poco a poco y asumiendo lo que tocaba, y con un poco de saliva y el sudor que nos impregnaba, conseguí penetrarle. No me caía bien, así que no tuve muchos miramientos en las embestidas que le daba. Por momentos se estremecía de dolor y gimoteaba, lo que ponía a Sofía más cachonda todavía. A mi, ver la cara de Sofía me ponía aún más. Retroalimentabamos nuestra excitación sin llegar a tocarnos, solo con la mirada y con nuestro juguete compartido. Estuve un rato follandole el culo, hasta que tuve un nuevo orgasmo. Descargué en su interior, y tras algún minuto que tardé en recomponerme, me levanté para irme al baño. Por mi parte ya había terminado.

Al salir del baño, me asomé a la habitación y parecía que la acción ya había terminado. Sofía estaba tumbada, relajada, y su chico derrotado, abrazado a ella a la altura de la cintura mientras ella jugaba con sus dedos entre su pelo. Con lo vivido un rato antes, y con esa estampa, supe que Sofía iba a disfrutar de ese chico de verdad.

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heranlu

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Sorprendí a mi Hijastra con su Novio - Capítulo 001



No era capaz de concentrarme. Me había metido en el despacho a intentar avanzar un poco con el trabajo, pero no había manera. Ya hacía una hora desde que los había dejado en la cama y 30 minutos desde que el chaval se había ido, y yo sin dar la cara. No era capaz de quitarme de la cabeza lo ocurrido y jodido con un sentimiento de culpa y arrepentimiento que solo lo entendería alguien que alguna vez haya tomado una decisión de la que se esté arrepintiendo toda su vida. ¿Cómo pudo haber sucedido?

¿Cómo pude actuar de esa manera y como pude jugarme mi relación por un calentón así? Desde luego, que si mi mujer se entera, lo menos que iba a pasar es que me echara de casa. Eso si no se le pasaba por la cabeza caparme como poco.

¿y Sofía? Ahí estaba, al otro lado del pasillo, en su habitación. Y no había venido a decirme nada después de que se fuera el noviete. ¿Qué se le estaría pasando por la cabeza?. No creo que vaya a contarle nada a su madre. Al fin y al cabo, no le iba a contar que se dedica a faltar a clase y follar con el noviete en casa cuando no estamos. Además, parece que no le ha disgustado para nada lo que había pasado. No, no creo que vaya a decir nada. Pero, ¿y ahora qué? ¿Qué iba a pasar? ¿Debería acercarme a hablar con ella? No me atrevía. Soy un cobarde. ¿Cómo iba a poder mirarla?

Una cosa era cierta. Donde antes no había ningún tipo de atracción, en ese momento, y a pesar de lo mal que me sentía y lo acojonado que estaba, me estaba excitando al pensar en ella.

Pasarón varias horas en las que estuve encerrado en el despacho hasta que Sandra, mi mujer, llegó de trabajar. Como es habitual, tanto Sofía como yo salimos a recibirla al pasillo, y fue en ese momento donde nos cruzamos por primera vez desde lo de la mañana. Los dos disimulamos como si no hubiera pasado nada.

Sofía volvió rápido a su habitación, su hábitat natural con la edad que tiene. Y yo pude dejar de pensar un poco en lo ocurrido al empezar a hablar con Sandra sobre cómo había ido el día, preparar la cena y demás rutina.

Sandra se fue a dormir a su hora habitual, pronto para mi, que no soy capaz de meterme en la cama antes de la media noche. Y ahí estaba yo, sentado delante de la tele, sin hacerle caso y otra vez el rumrum en la cabeza dándole vueltas a lo ocurrido.

En esto que me salta una notificación en el móvil, y al echarle un vistazo… es un whatsup de Sofia…

  • Hola
  • Hola
  • Q tal?
  • Bien, y tu?
  • echa polvo x lo de esta mñna
  • De verdad que lo siento, no debería haber pasado. Entiendo que te encuentres así y tenemos que hablar. Te pido perdon, y por favor, no le cuentes nada a mama. Hablamos cuando tengamos un rato. y de verdad que lo siento mucho
  • ???
  • No tengo palabras, no se donde meterme…
  • no te preocupes, q no dire nada 🙂
  • Gracias, y en cuanto mama no este, a ver si hablamos. Siento mucho que ahora estes tan mal
  • ?? no estoy mal
  • Pero no dices que estas echa polvo
  • jjajajajajajaajajaaja. Echa polvo de cansancio 😀. La verdad es que me ha encantado lo de esta mañana. ¿Puedo hacerte una pregunta?
  • buuuffff, me acabas de quitar un peso de encima que no te puedes hacer ni idea. Si, dime…
  • eres homosexual?
  • Que va!! por que preguntas eso?
  • como esta mañana no me has echo nada, y te has follado x el culo a Alex…
  • Lo de esta mañana… como decirlo… cuando os he visto me he pillado un calenton y ha pasado lo que ha pasado…
  • y p q no me has tocado a mi?
  • A ver, no soy tu padre, pero tengo cierto sentimiento, por decirlo de alguna manera… y la cosa se ha desmadrado, pero de alguna manera… es como si hubiera un límite que no pudiera sobrepasar..
  • pero yo no te gusto?
  • No es eso, pero es que no puedes gustarme
  • ???
  • Es que me siento casi como si fuese tu padre… físicamente eres imponente, tienes un cuerpazo.. eres una rubia cañon e irresistible para cualquiera. De hecho, esta mañana me he calentado de verdad cuando te has abrazado desnuda a mi…
  • 🙂 sabes en lo que llevo pensando todo el día???
  • No, dime…
  • al principio me puse muy nerviosa cuando nos sorprendiste, pero luego llevo toda la tarde super excitada pensando en lo q ha pasado. Cuando lo recuerdo, ummm.
  • Me dejas loco. Esto tenemos que olvidarlo y como si no hubiese ocurrido
  • x?
  • Porque no está bien. Lo que te decia, lo hablamos cuando no este mama y nos olvidamos
  • pero si nosotros no somos familia. No te gustaría follarme?
  • No
  • entonces no te gusto?
  • Joe Sofia, que no es eso.
  • pues yo ahora estoy super cachonda. Me estoy tocando pensando en ti con tu polla en la boca de Alex mientras me besas. Me gustaria que pasases ahora y me besaras…
  • Eso no va a pasar
  • bueno, yo me lo imagino… me imagino q ahora me agacho, la sacas de la boca de Alex, y me empiezas a follar despacito… ummmm q es lo q mas te gusta de mi cuerpo?
  • No sigas por ahí
De repente, me llegó un video. Lo abro, y ya no me sorprendió lo que contenía. Sofía se estaba chupando los dedos índice y corazón, lentamente, con los ojos cerrados, recreándose, mientras que con la otra mano se acariciaba esos preciosos pechos. Eran 10 seg, y lo veía en bucle, una vez tras otra. Me puse supercachondo. Pero había más, llegó otro vídeo. Ahora sacaba sus dedos de la boca y acariciaba con ellos sus labios, recorriendo a continuación su cuello hasta llegar a sus pechos, y finalmente, hasta su sexo, donde suavemente se abrió camino y comenzo a acariciar su clitoris, primero sutilmente, y en seguida con más intensidad…

No pude aguantarme, e introduje la mano por dentro del pantalón, y me agarre la polla que ya estaba completamente erecta. Agarrándola con mucha fuerza, como intentando estrangularla para bajar la erección, a la vez que me hacía una especie de paja muy lenta, un puedo y no quiero, o un quiero y no debo.

En mi cabeza ya solo tenía un pensamiento, pasar a la habitación de Sofia y follarmela. Follarmela guarro. En ese momento, ni siquiera pensé en que Sandra se pudiera levantar y sorprendernos (la verdad es que habría sido la primera vez en muchos años que se hubiese despertado y levantado en las 5 o 6 horas siguientes de irse a dormir) y una vez más, sin pensar en las consecuencias y pensando con la polla, me dirigí al dormitorio de Sofía.

Estaba casi por completo a oscuras, salvo la poca luz de la calle que entraba por la ventana con las persianas prácticamente bajadas del todo. Sin mediar palabra, me acerque a la cama donde Sofía estaba esperándome, segura de que yo iba a aparecer por allí, no se inmuto cuando entre por la puerta y siguia masturbandose abierta completamente de piernas. Me meti en su cama, entre sus piernas, y sin más, aparte sus manos y mi polla tomó el relevo de sus dedos. Se la clavé fuerte y hasta el fondo. Sin miramientos, fruto del calentón que llevaba y con la ayuda de los fluidos que inundaban a Sofía. Agarré su nuca con una mano, y tiré de su cabeza hacia mí, mientras que me la follaba a base de golpe de cadera, intentando con cada embestida romperla en dos. Era una follada salvaje, no por rápida, pero si por poner toda la fuerza de la que era capaz en cada clavada. Sofia me rodeaba con sus piernas, disfrutándolo y ahogando sus gemidos contra mi boca. Tardó poco en correrse. Sentí como se estremecía, como su espalda se arqueaba y sus piernas se tensaban hasta el punto de clavar sus talones fuertemente contra mis piernas. Tuve que taparle la boca fuertemente para evitar que se escapara por completo un gemido delator mientras seguía follándola con todo. Esta explosión de placer de Sofía, fue lo que me faltaba para llegar yo también al clímax. Y me corrí, me corrí empujando con la polla hasta el fondo mientras le tapaba la boca con la mano, dándole toda la leche que me quedaba después de los dos polvos de por la mañana.

Me quedé un par de minutos entre sus piernas, pero enseguida me entró el agobio por lo que acababa de hacer nuevamente. Sin cruzar palabra, me fui rápidamente al baño a darme una ducha rápida, y a la cama con Sandra a volver a darle vueltas a la cabeza…

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Sorprendí a mi Hijastra con su Novio - Capítulo 003

Había pasado una hora, y ahí volvía a estar con el runrún en la cabeza. Acostado al lado de Sandra y dándole vueltas de nuevo a lo que estaba pasando con Sofía. ¿Podía estar comportándome peor? No solo le estaba poniendo los cuernos a la mujer que quiero, sino que lo estaba haciendo con su hija y lo acababa de hacer con ella durmiendo bajo el mismo techo. Lo peor de todo, es que estando los dos ahí tumbados, con nuestras piernas entrelazadas y Sandra durmiendo profundamente, yo volvía a tener una erección tremenda pensando en Sofía y todo lo ocurrido. Una vez más, la razón iba por un lado y los instintos por otro. No conseguí pegar ojo en toda la noche, como tampoco conseguí bajar el calentón que tenía. Lo que si fue cambiando a lo largo de la noche, fue mi posición respecto a lo ocurrido. Poco a poco me fui convenciendo de que lo que había pasado había sido de lo más morboso y excitante que me había ocurrido en mi vida, y que, por qué no asumirlo y disfrutar el momento.

Sobre las 6 de la mañana, sonó el despertador, y Sandra enseguida salto de la cama, con esa energía que la caracteriza al despertar la jornada. Justo lo contrario que yo. Somos un búho y una alondra claramente.

- ¿No te levantas cari? - me preguntó al ver que me hacía el remolón y no salía de la cama como cualquier otro día.

- No, me quedo un rato más. No he pegado ojo está noche. Me quedo un rato más y me quedo trabajando desde casa.

Sandra, termino con su rutina de ducha, desayuno y arreglarse, para, como un reloj, acabar sobre las 7 como todos los días y salir para el trabajo.

Mientras, yo seguía dándole vueltas, y seguía con mi calentón, no imaginando situaciones morbosas, simplemente recordando y convencido de que quería repetir. Quería más. Nada más cerrarse la puerta de la calle tras salir Sandra, no habrían pasado ni 2 minutos cuando Sofía irrumpió en mi habitación. Creo que mi primer pensamiento fue, que la suerte estaba de mi lado. Ahí estaba ella, vestida solo con unas braguitas y una camiseta. Y mi polla a punto de reventar.

- Carlos... - solo por como dijo mi nombre, note que algo no iba bien, y mi calentón dio paso a un pensamiento de "la he cagado". Mi reacción fue de desconcierto absoluto. Todo a lo que había estado dando vueltas por la noche, y todo lo convencido que había acabado para seguir disfrutando la nueva situación, se me venía abajo.

- Hola Sofi, joe, sabía que era un error. Lo que hemos hecho está mal y de verdad que tenemos que olvidarlo como si no te hubiera pasado...

- No, no es eso... - me interrumpió Sofía. Su tono de voz, la noté asustada. Donde anoche había una loba lasciva, ahora había una niña asustada - lo que pasa es que... - continuo diciendo

- ¿Que es lo que te pasa? - pregunte

- Estoy preocupada. Mama siempre me ha insistido que haga lo que quiera, que tenga todo el sexo que quiera, pero siempre con precaución, que si me quedo embarazada es arruinarme la vida y anoche, te corriste mucho dentro de mi...

La interrumpí con una carcajada entre nerviosa y de alivio, a lo que me devolvió una cara de sorpresa, de no saber que estaba pasando.

- Sofi, no te preocupes por eso. Hace años que disparo de fogueo. Me hice la vasectomía y no he podido dejarte embarazada. Y si, haz caso a tu madre, porque de verdad que un embarazo a tu edad te destroza la vida a ti y a todos los de esta casa.

A Sofía le cambió la cara. Se relajo por completo y se le escapó una sonrisa de oreja a oreja. Pensé que la pobre tampoco habría dormido pensando en esto, pero me confesó que había dormido profundo y muy relajada, que había sido al despertar cuando se le cruzó la idea del embarazo y que estaba esperando a que se fuera mamá para venir a verme.

- Pues yo no he pegado ojo - le confesé a Sofía - Si tu no te arrepientes de lo que ha pasado, yo tampoco. Tu me dirás que es lo que quieres hacer a partir de ahora.

Sofía, ya más relajada, se metió bajo las sábanas y se tumbo a mi lado, abrazándose a mi mientras echaba una de sus piernas sobre mi. Acerco sus labios a los míos, y me beso dulcemente. Yo correspondí a ese beso, mientras que mi mano acariciaba su muslo. Fue un beso tierno, más de enamorados que otra cosa. Seguimos besándonos así durante un buen rato, mientras Sofía acariciaba mi torso, y mis manos recorrían su cuerpo dibujando su figura de guitarra. En un momento dado, sus mano acaricio mi polla, que seguía completamente en erección. No sé si en algún momento, a pesar del acojone que por un momento había pasado, había llegado a bajar. Sofía dejó de besarme y se incorporo un poco para mirarme directamente a los ojos, y dedicarme una sonrisa pícara que me hizo sentirme completamente aliviado. En esa mirada volví a ver a esa loba que la noche anterior me había provocado hasta ser incapaz de controlar mis instintos más primarios.

- Parece que está no siente ningún remordimiento y se ha quedado con ganas de más - me dijo Sofía con cara de tener la situación completamente controlada

- Ya ves, se ha encaprichado de ti - le contesté con una sonrisa.

- Yo te ayudo a bajar ese calenton, pero no esperes que te folle, que estoy dolorida de tanto roce.

Después de lo pasado la noche y el día anterior, me sorprendió el cambio de discurso de Sofía. En mi cabeza, yo me la había follado a ella, no al revés. Ahora hablaba de follarme ella a mi... Me sorprendía su confianza.

Lentamente, se deslizó debajo de las sábanas, hasta que su cara se situó enfrente de mi polla. Bajo mi boxer lo justo para que quedara libre, y sin rodeos, la agarró fuertemente de la raíz con las dos manos. Me descapullo lentamente y comenzó a recorrer el glande con la lengua, suavemente, despacio, escupiendo de vez en cuando para lubricarlo. Estuvo jugando un par de minutos con su lengua, hasta que finalmente se la introdujo en la boca. Poco más del capullo, que empezó a succionar a la par que recorría con la lengua y comenzaba una ligera masturbación con las manos con las que la seguía agarrando fuertemente de raiz. Enseguida comence a notar una mamada cálida, bien húmeda por la mezcla de mis fluidos junto con la gran cantidad de saliva que estaba utilizando. Me contuve para no cogerle la cabeza y comenzar a follarle la boca como un poseso. No tarde mucho en comenzar a correrme y Sofía seguía manteniendo el ritmo, sin inmutarse, recibiendo mi corrida en su boca y sin detenerse hasta que yo, ya fuera de control con un espasmo tras otro, tuve que pararla. Se tomó unos segundos extrangulandomela con sus manos, hasta que finalmente la libero y subió de nuevo hasta enfrentar sus labios con los mios. Comenzó a besarme con su boca aun llena de mis fluidos, desparramando parte sobre mis labios, e introduciéndo parte en mi boca mientras nuestras lenguas jugaban. Tras un par de minutos, dijo que se tenía que ir a ducharse que iba a llegar tarde a clase.

Desde aquel momento, llevamos un par de meses disfrutando del morbo de lo prohibido, del riesgo. Hemos normalizado la relación que tenemos, con encuentros de lo más variopinto y sin ningún tipo de pudor. Hay días que por la mañana cuando sale Sandra, echamos un polvo en nuestra cama o en la de Sofia. Cuando no follamos, me encanta cuando se tumba boca abajo o se pone a cuatro en su cama, y aprovecho para comerle el coño y masturbarla. Creo que no ha pasado una oportunidad en la que nos hayamos quedado solos, en la que hayamos aprovechado para montarnos algo. Algunas noches, tampoco ha sido impedimento que Sandra estuviese en casa y hayamos aprovechado que se acuesta pronto y su sueño profundo, para echar un polvo rápido en la habitación de Sofía o que en el sofá nos hayamos masturbado debajo de una manta o que me haya echo una mamada. Ha habido veces, en que estando con el calentón yo solo en el sofá, me he pasado a su habitación, y solo con sacarme la polla y ponérsela delante, me hace una mamada o le follo la boca sin mediar palabra. Todo sin remordimientos, disfrutando y compartiendo nuestras fantasías y realizando, o con la mente puesta en realizar alguna que hasta ahora solo podían ser fantasías inalcanzables
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