janny27
Virgen
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Relato 1 Janeth
Hola, buenas tardes, me llamo Janeth, tengo 27 años, soy soltera, independiente y autosuficiente. Estuve esperando un poco puliendo el relato por lo que es la primera vez que comparto algo de mí por estos medios y me gustaría hacerlo lo mejor que se pueda.
Me gustaría explayarme relatando por este foro como pasé de ser virgen a ser una mujer hipersexual. Aclaro que me resulta terapéutico escribir mis experiencias ya que hay muchas cosas que no se les puede contar a las personas que conozco, pero que las disfruté en grande. Por ser el primer relato comenzaré de mi primera relación sexual, ya que fue algo inusual. Así que aquí va, espero disfruten y me den su opinión
Relato 1 Janeth Comenzando en el sexo.
Para entrar en contexto, parto de cuando yo tenía 14 años ya que comencé a tener nociones de lo que es el sexo. Vivía en un pueblo no muy grande con mis padres y hermano menor, llevaba una vida social estable con mis compañeros y compañeras de escuela. Una vida muy normal por así decirlo.
Una ocasión noté que una de mis amigas no tenía buen semblante, tenía la mirada baja y casi no quería hablar. No pude evitar acercarme cuando ella estaba sola y preguntarle qué era lo que le pasaba realmente. Me pidió hablar más en privado y le conté que mis padres trabajaban hasta tarde en el restaurante familiar y que todos los días tenía un par de horas a solas en mi casa. Aceptó mi invitación y nos encerramos en mi cuarto. Me pidió que le guardara el secreto y prometí ser una tumba. Se puso nerviosa, cerró sus manos un par de veces y me contó que tomó la peor decisión de su vida (así lo expresó), que había perdido su virginidad. Le pregunté si la habían abusado o algo así, pero me dijo que no, en verdad fue todo consensuado. Continuó explicando que fue un dolor horrible, que sintió que se desgarraba y que sangró, que aunque solo fue doloroso al inicio no podía quitarse la sensación de asco. Le di las mejores palabras que se me ocurrieron y un abrazo, continué diciendo… Supongo que solo pase el tiempo podrás disfrutar del sexo sin preocupaciones, es un cambio que acaba de suceder, dale chance a tu cuerpo de que se adapte. Ella me dijo…. No estoy triste, solo siento un asco terrible.
Gradualmente mis amigas fueron perdiendo sus virginidades entre los 14 y 16 años y contaban la misma historia de terror, donde había dolor, sangre y asco terrible. Lo que a mi me aterraba por lo que yo me negaba a tener esa primera vez.
Claro que mientras mas pasaba el tiempo y mis amigas tenían relaciones, ahora solo contaban historias placenteras de sus experiencias sexuales y yo era la única que no me animaba a dar el paso, aunque me expresaran…. Vale la pena sentir ese dolor al principio, las demás veces son geniales.
Pasaron los años y me seguí negando. Me llegué a graduar de la prepa a mis 17 años, la hora de mudarme de casa ya que en el pueblo donde viven mis padres no había universidad y me mudé a la ciudad mas próxima a continuar con mis estudios.
En la universidad me frustré más, al parecer era la única chica virgen de todo el campus, pero le mentí a mis nuevas amistades. Me robaba las historias de mis amigas y las contaba como mías, pero eso no me quitaba la frustración y deseo de sexo. Mi cuerpo ya estaba mas que preparado, yo en verdad quería experimentar el sexo, pero aun así universitaria me seguía aterrando tener esa primera vez.
Cumplí mis 18 años ahora ya era una mujer mayor de edad, cuidaba desde entonces mucho mi cuerpo, me gustaba practicar yoga, mantener mi vientre plano y modestia a parte la naturaleza me dio unos pechos un poco grandes, un trasero firme y labios carnosos. Pero no se me quitaba la frustración de mi cobardía hacia enfrentar mi desvirgación mi cuerpo estaba deseoso, mi mente también, pero mi cobardía dominaba. En ocasiones me animaba y decía un sí, pero a la hora me arrepentía, deje a muchos chicos frustrados y molestos por mi arrepentimiento y no eran las únicas frustraciones, yo también llegaba a casa a darme golpes en la cabeza por cancelar al ultimo momento.
Faltaba un día para cumplir mis 19 años, escuchaba a las personas hablar y hablar de sexo y era lo mejor al parecer, todos los anuncios publicitarios tenían alguna referencia que me recordaba el sexo, mi mente a cada rato me recordaba que necesitaba del sexo, mi cuerpo me daba señales y me sentí frustrada aún más. Pero comprendí que tenía un regalo en mí, mi mente. No había sido solo el mejor promedio, me faltó utilizar un poquito mi cerebro, de hecho, ojalá se me hubiera ocurrido antes sentarme a pensar y encontrar la solución. Lo hice.
En mi tiempo de universitaria me hice de una amiga medico joven, le conté mi situación sin omitir que quería experimentar el sexo y que me quería evitar esa primera vez, así que le pedí si me podría anestesiar y romper mi himen.
Ella me dijo que le pareció una excelente idea, que le hubiera gustado que se le ocurriera a ella e incluso me dijo que le pareció un pensamiento maduro y moderno, que no me frustrara con esas ideas de la mayoría de las chicas de “mi primera vez tiene que ser especial y romántica” a lo que respondí… yo solo quiero comenzar a experimentar el sexo, ya veré si quiero romántico o lo que sea, no quiero ser desvirgada así, es todo. Me agradó su respuesta, le pregunté cuando podría ser y ella me dijo que en ese momento si yo estaba dispuesta y obvio que estaba más que dispuesta.
Todo fue muy profesional, me pidió que me desnudara y me pusiera la bata en privado, luego que me recostara en la camilla. Se puso guantes de látex y comenzó a untarme un gel de lidocaína para anestesiarme. En efecto, sentía por completo adormecidas mis partes íntimas. Comenzó a meterme dedito, sentí que algo se rompió, pero no experimenté ni un grado de dolor, luego fueron dos deditos y me dijo…. Listo, adiós himen. Pregunté… Ya quedo?... Ella me respondió… Si, solo falta limpiarte. Con toallitas esterilizadas limpió toda mi sangre, me indicó que podía vestirme. Antes de despedirme le pregunté cuanto dinero debía pagarle, pero me dijo que lo tomara como un regalo de cumpleaños, añadió diciendo… en aproximadamente 40 minutos recuperarás tu sensibilidad. Agradecí emocionada y me fui a mi casa.
Estaba en la ducha y en efecto, recuperé mi sensibilidad, me sentía sublime metiendo mis deditos, explorando partes de mi cuerpo a las que nunca había llegado y teniendo sensaciones que no eran conocidas para mi y sin un grado de dolor. Me sequé y comencé a pensar en mi primera relación sexual.
Estaba 100% lista, seguía pensando en los detalles mientras tomaba una clase en la universidad, ahora mi cuestión era…. ¿con quien será? ¿conseguiré un novio? ¿algún amigo de confianza? ¿Quién será, quien será?... La respuesta me vino cuando terminó la clase de “economía” y entró el sexy profesor de 32 años que nos impartía la clase de “emprendimiento” por lo que hago pause aquí para contarles como es ese bombón….
Físicamente es alto, complexión atlética, piel morena clara, cabello negro, ojos obscuros una voz que pareciera tuviera epicentro y mentalmente profesional, nunca cedió a los coqueteos de las amigas, conocedor, sabía responder a temas de artes, ciencias, historia, filosofía. Uffff para todo tenía a parte de una conversación super agradable y gracioso.
Rápido lo decidí, “el será mi primer relación sexual”. Estaba pensando en cómo acercarme e insinuarme ya que nunca lo había hecho, pero el profe nos hizo un comunicado. Nos dijo que sería su última clase ya que se mudaría a otro estado por un cambio de adscripción. Pensé que era la oportunidad perfecta, tendría sexo sin apegos ni compromisos ni nos sentiríamos incomodos en clases, solo la cuestión era darme prisa.
Me mentalice, traté de al menos por ese rato incrustarme una personalidad ajena a la mía, me repetía en mi mente…. Janeth, no eres virgen, eres sensual, finge que ya has tenido experiencia, no lo pienses, se directa, anda y ve…. Me funcionó, sentí que una parte sensual de mí se activó, se terminó la clase y desabroche los últimos botones de mi camisa y la anudé para dejar a la vista mi cintura, alcancé al profe en un pasillo algo privado y le dije… Profe, antes de que se vaya debo confesar algo, desde hace mucho tiempo he fantaseado con usted en secreto, me sentiría halagada si antes de irse me deja darle una despedida como se debe, nadie tiene que enterarse. Él dijo que podía en un par de días, me sorprendió su respuesta rápida.
Esos días estaba muy emocionada, confieso que recurrí a la pornografía ´para tener una idea de que hacer, había visto antes pero esta vez la disfrute y me imaginaba en el lugar de aquellas actrices, practique el sexo oral con bananas hasta que se llegó el día.
Estaba realmente nerviosa pero emocionada, solo pensaba en el porno y hacer lo mismo, abrió la puerta de su departamento para recibirme y nos fundimos en un beso lo deje manosearme y babearme el cuello, realmente se sentía agradable, gradual, lento y sensualmente nos fuimos despojando de nuestras prendas hasta que quedamos completamente desnudos. Me encantó que me viera así, nadie me había visto desnuda y con deseo. Me arrodillé y vi su cosa erecta y muy dura, y así como en la pornografía comencé a hacerle oral, la primera vez que tocaba un pene y la primera vez que tenía uno en mi boca, en verdad amé ese momento, me gustaba la textura, la sensación hasta el sabor, supe que el oral era lo mío, en verdad lo disfrutaba.
Llegó el momento, me recosté en la cama y separé mis rodillas el se deslizó y se colocó entre mis piernas, lamio mis pesoncitos por un rato puso su pene en la entrada de mi vagina y lentamente comenzó a entrar, deje escapar un gemido. Ufff la sensación, era la primera vez que tenía un pene dentro de mí al fin, “me están cogiendo” comencé a moverme, creí que los gemidos de las actrices eran fingidos, pero a mí me salían tan naturales me encantaba, cambiamos de posición, él se recostó y yo lo cabalgaba, movía mi cintura en círculos y a veces como serpenteando mientras él me tomaba de la cintura y ocasionalmente jugaba con mis pechos, experimenté por primera vez un orgasmo, pero le decía… sigue, sigue, sigue…… seguimos cambiando de posiciones, me estaba dando “de perrito”, tuve un segundo orgasmo y a los 5 segundos sentí sus espermas dentro de mí.
Nos recostamos un rato muy satisfechos, yo estaba en las nubes con una súper sonrisa que no podía simular y no quería simularla, era todo felicidad hasta que me pregunto… ¿te estás cuidando verdad? Abrí los ojos como platos, pensé…. No recordaba que con el sexo se embarazan las personas, si me daba miedo perder mi virginidad el parto es mucho peor, me estaba tensando hasta que él se rio y me dijo… no te apures, la verdad estoy operado, no quiero hijos, solo quería ver tu reacción. Me relaje de nuevo, le di las gracias y nos despedimos, saliendo de ahí fui a que me pusieran el implante anticonceptivo, en definitiva pensé en tener sexo con regularidad pero sin bebés.
Las chicas comúnmente quieren que su primera vez sea de ensueño, pero mi primera vez fue excepcional, de hecho el profe nunca supo que fue mi primera relación sexual
FIN
Hola, buenas tardes, me llamo Janeth, tengo 27 años, soy soltera, independiente y autosuficiente. Estuve esperando un poco puliendo el relato por lo que es la primera vez que comparto algo de mí por estos medios y me gustaría hacerlo lo mejor que se pueda.
Me gustaría explayarme relatando por este foro como pasé de ser virgen a ser una mujer hipersexual. Aclaro que me resulta terapéutico escribir mis experiencias ya que hay muchas cosas que no se les puede contar a las personas que conozco, pero que las disfruté en grande. Por ser el primer relato comenzaré de mi primera relación sexual, ya que fue algo inusual. Así que aquí va, espero disfruten y me den su opinión
Relato 1 Janeth Comenzando en el sexo.
Para entrar en contexto, parto de cuando yo tenía 14 años ya que comencé a tener nociones de lo que es el sexo. Vivía en un pueblo no muy grande con mis padres y hermano menor, llevaba una vida social estable con mis compañeros y compañeras de escuela. Una vida muy normal por así decirlo.
Una ocasión noté que una de mis amigas no tenía buen semblante, tenía la mirada baja y casi no quería hablar. No pude evitar acercarme cuando ella estaba sola y preguntarle qué era lo que le pasaba realmente. Me pidió hablar más en privado y le conté que mis padres trabajaban hasta tarde en el restaurante familiar y que todos los días tenía un par de horas a solas en mi casa. Aceptó mi invitación y nos encerramos en mi cuarto. Me pidió que le guardara el secreto y prometí ser una tumba. Se puso nerviosa, cerró sus manos un par de veces y me contó que tomó la peor decisión de su vida (así lo expresó), que había perdido su virginidad. Le pregunté si la habían abusado o algo así, pero me dijo que no, en verdad fue todo consensuado. Continuó explicando que fue un dolor horrible, que sintió que se desgarraba y que sangró, que aunque solo fue doloroso al inicio no podía quitarse la sensación de asco. Le di las mejores palabras que se me ocurrieron y un abrazo, continué diciendo… Supongo que solo pase el tiempo podrás disfrutar del sexo sin preocupaciones, es un cambio que acaba de suceder, dale chance a tu cuerpo de que se adapte. Ella me dijo…. No estoy triste, solo siento un asco terrible.
Gradualmente mis amigas fueron perdiendo sus virginidades entre los 14 y 16 años y contaban la misma historia de terror, donde había dolor, sangre y asco terrible. Lo que a mi me aterraba por lo que yo me negaba a tener esa primera vez.
Claro que mientras mas pasaba el tiempo y mis amigas tenían relaciones, ahora solo contaban historias placenteras de sus experiencias sexuales y yo era la única que no me animaba a dar el paso, aunque me expresaran…. Vale la pena sentir ese dolor al principio, las demás veces son geniales.
Pasaron los años y me seguí negando. Me llegué a graduar de la prepa a mis 17 años, la hora de mudarme de casa ya que en el pueblo donde viven mis padres no había universidad y me mudé a la ciudad mas próxima a continuar con mis estudios.
En la universidad me frustré más, al parecer era la única chica virgen de todo el campus, pero le mentí a mis nuevas amistades. Me robaba las historias de mis amigas y las contaba como mías, pero eso no me quitaba la frustración y deseo de sexo. Mi cuerpo ya estaba mas que preparado, yo en verdad quería experimentar el sexo, pero aun así universitaria me seguía aterrando tener esa primera vez.
Cumplí mis 18 años ahora ya era una mujer mayor de edad, cuidaba desde entonces mucho mi cuerpo, me gustaba practicar yoga, mantener mi vientre plano y modestia a parte la naturaleza me dio unos pechos un poco grandes, un trasero firme y labios carnosos. Pero no se me quitaba la frustración de mi cobardía hacia enfrentar mi desvirgación mi cuerpo estaba deseoso, mi mente también, pero mi cobardía dominaba. En ocasiones me animaba y decía un sí, pero a la hora me arrepentía, deje a muchos chicos frustrados y molestos por mi arrepentimiento y no eran las únicas frustraciones, yo también llegaba a casa a darme golpes en la cabeza por cancelar al ultimo momento.
Faltaba un día para cumplir mis 19 años, escuchaba a las personas hablar y hablar de sexo y era lo mejor al parecer, todos los anuncios publicitarios tenían alguna referencia que me recordaba el sexo, mi mente a cada rato me recordaba que necesitaba del sexo, mi cuerpo me daba señales y me sentí frustrada aún más. Pero comprendí que tenía un regalo en mí, mi mente. No había sido solo el mejor promedio, me faltó utilizar un poquito mi cerebro, de hecho, ojalá se me hubiera ocurrido antes sentarme a pensar y encontrar la solución. Lo hice.
En mi tiempo de universitaria me hice de una amiga medico joven, le conté mi situación sin omitir que quería experimentar el sexo y que me quería evitar esa primera vez, así que le pedí si me podría anestesiar y romper mi himen.
Ella me dijo que le pareció una excelente idea, que le hubiera gustado que se le ocurriera a ella e incluso me dijo que le pareció un pensamiento maduro y moderno, que no me frustrara con esas ideas de la mayoría de las chicas de “mi primera vez tiene que ser especial y romántica” a lo que respondí… yo solo quiero comenzar a experimentar el sexo, ya veré si quiero romántico o lo que sea, no quiero ser desvirgada así, es todo. Me agradó su respuesta, le pregunté cuando podría ser y ella me dijo que en ese momento si yo estaba dispuesta y obvio que estaba más que dispuesta.
Todo fue muy profesional, me pidió que me desnudara y me pusiera la bata en privado, luego que me recostara en la camilla. Se puso guantes de látex y comenzó a untarme un gel de lidocaína para anestesiarme. En efecto, sentía por completo adormecidas mis partes íntimas. Comenzó a meterme dedito, sentí que algo se rompió, pero no experimenté ni un grado de dolor, luego fueron dos deditos y me dijo…. Listo, adiós himen. Pregunté… Ya quedo?... Ella me respondió… Si, solo falta limpiarte. Con toallitas esterilizadas limpió toda mi sangre, me indicó que podía vestirme. Antes de despedirme le pregunté cuanto dinero debía pagarle, pero me dijo que lo tomara como un regalo de cumpleaños, añadió diciendo… en aproximadamente 40 minutos recuperarás tu sensibilidad. Agradecí emocionada y me fui a mi casa.
Estaba en la ducha y en efecto, recuperé mi sensibilidad, me sentía sublime metiendo mis deditos, explorando partes de mi cuerpo a las que nunca había llegado y teniendo sensaciones que no eran conocidas para mi y sin un grado de dolor. Me sequé y comencé a pensar en mi primera relación sexual.
Estaba 100% lista, seguía pensando en los detalles mientras tomaba una clase en la universidad, ahora mi cuestión era…. ¿con quien será? ¿conseguiré un novio? ¿algún amigo de confianza? ¿Quién será, quien será?... La respuesta me vino cuando terminó la clase de “economía” y entró el sexy profesor de 32 años que nos impartía la clase de “emprendimiento” por lo que hago pause aquí para contarles como es ese bombón….
Físicamente es alto, complexión atlética, piel morena clara, cabello negro, ojos obscuros una voz que pareciera tuviera epicentro y mentalmente profesional, nunca cedió a los coqueteos de las amigas, conocedor, sabía responder a temas de artes, ciencias, historia, filosofía. Uffff para todo tenía a parte de una conversación super agradable y gracioso.
Rápido lo decidí, “el será mi primer relación sexual”. Estaba pensando en cómo acercarme e insinuarme ya que nunca lo había hecho, pero el profe nos hizo un comunicado. Nos dijo que sería su última clase ya que se mudaría a otro estado por un cambio de adscripción. Pensé que era la oportunidad perfecta, tendría sexo sin apegos ni compromisos ni nos sentiríamos incomodos en clases, solo la cuestión era darme prisa.
Me mentalice, traté de al menos por ese rato incrustarme una personalidad ajena a la mía, me repetía en mi mente…. Janeth, no eres virgen, eres sensual, finge que ya has tenido experiencia, no lo pienses, se directa, anda y ve…. Me funcionó, sentí que una parte sensual de mí se activó, se terminó la clase y desabroche los últimos botones de mi camisa y la anudé para dejar a la vista mi cintura, alcancé al profe en un pasillo algo privado y le dije… Profe, antes de que se vaya debo confesar algo, desde hace mucho tiempo he fantaseado con usted en secreto, me sentiría halagada si antes de irse me deja darle una despedida como se debe, nadie tiene que enterarse. Él dijo que podía en un par de días, me sorprendió su respuesta rápida.
Esos días estaba muy emocionada, confieso que recurrí a la pornografía ´para tener una idea de que hacer, había visto antes pero esta vez la disfrute y me imaginaba en el lugar de aquellas actrices, practique el sexo oral con bananas hasta que se llegó el día.
Estaba realmente nerviosa pero emocionada, solo pensaba en el porno y hacer lo mismo, abrió la puerta de su departamento para recibirme y nos fundimos en un beso lo deje manosearme y babearme el cuello, realmente se sentía agradable, gradual, lento y sensualmente nos fuimos despojando de nuestras prendas hasta que quedamos completamente desnudos. Me encantó que me viera así, nadie me había visto desnuda y con deseo. Me arrodillé y vi su cosa erecta y muy dura, y así como en la pornografía comencé a hacerle oral, la primera vez que tocaba un pene y la primera vez que tenía uno en mi boca, en verdad amé ese momento, me gustaba la textura, la sensación hasta el sabor, supe que el oral era lo mío, en verdad lo disfrutaba.
Llegó el momento, me recosté en la cama y separé mis rodillas el se deslizó y se colocó entre mis piernas, lamio mis pesoncitos por un rato puso su pene en la entrada de mi vagina y lentamente comenzó a entrar, deje escapar un gemido. Ufff la sensación, era la primera vez que tenía un pene dentro de mí al fin, “me están cogiendo” comencé a moverme, creí que los gemidos de las actrices eran fingidos, pero a mí me salían tan naturales me encantaba, cambiamos de posición, él se recostó y yo lo cabalgaba, movía mi cintura en círculos y a veces como serpenteando mientras él me tomaba de la cintura y ocasionalmente jugaba con mis pechos, experimenté por primera vez un orgasmo, pero le decía… sigue, sigue, sigue…… seguimos cambiando de posiciones, me estaba dando “de perrito”, tuve un segundo orgasmo y a los 5 segundos sentí sus espermas dentro de mí.
Nos recostamos un rato muy satisfechos, yo estaba en las nubes con una súper sonrisa que no podía simular y no quería simularla, era todo felicidad hasta que me pregunto… ¿te estás cuidando verdad? Abrí los ojos como platos, pensé…. No recordaba que con el sexo se embarazan las personas, si me daba miedo perder mi virginidad el parto es mucho peor, me estaba tensando hasta que él se rio y me dijo… no te apures, la verdad estoy operado, no quiero hijos, solo quería ver tu reacción. Me relaje de nuevo, le di las gracias y nos despedimos, saliendo de ahí fui a que me pusieran el implante anticonceptivo, en definitiva pensé en tener sexo con regularidad pero sin bebés.
Las chicas comúnmente quieren que su primera vez sea de ensueño, pero mi primera vez fue excepcional, de hecho el profe nunca supo que fue mi primera relación sexual
FIN
