Penetrando a mamá

munny

Virgen
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Mar 9, 2010
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Era aún muy pequeño cuando garabateaba todo papel que llegaba a mis manos. “Ema me ama…Mamá me mima…mamá me mima”. Desde all�*, y como elemento recurrente, la calidez de mi madre se posó en mi vida como nudo central y, paulatinamente, fue tiñendo con su color particular todos mis actos.
Silvia se llama mi madre y es aún una mujer muy atractiva. Sus 42 años la muestran como una dama que combina perfectamente la formalidad con una muy especial sensualidad. Es profesora de Biolog�*a en varias escuelas de educación media y polimodal, lo que le brinda la posibilidad de tener un manejo solvente del vocabulario juvenil y, más aún, una correcta comprensión de las caracter�*sticas propias de una etapa tan compleja como la adolescencia.
A sus 42 años, Silvia es todav�*a una mujer bell�*sima. Yo dir�*a, sin temor a equivocarme, que es una de esas mujeres que excitan a los hombres a primera vista. Mamá no provoca…solo insinúa. Mamá no se regala…hace que el hombre ofrezca sus mejores recursos en pos de lo que desea. Su cabello, ni muy largo ni muy corto, es castaño claro y sus ojos marrones. Mide 1.68 mts. y sus turgentes senos hacen que los señores se vuelvan a mirarla a su paso. Su cola, sin ser muy grande, es aun firme y sabe moverla con toda la gracia propia de una dama elegante y sensual.
Todo comenzó un sábado por la noche del pasado mes de Septiembre. Un clima más veraniego que primaveral invitaba al paseo y, ocasionalmente, a disfrutar de una bebida fresca. Mis amigos Javi y Andrés, integrantes de un equipo juvenil de rugby hab�*an viajado al interior del pa�*s para enfrentar un compromiso del calendario anual.
-“Mami”- grité, mientras sal�*a del baño envuelto en un toallón, -“¿Qué hago esta noche? Los chicos fueron a Salta a jugar un partido y la noche está demasiado linda como para encerrarse en casa. Ella, que preparaba sus clases semanales, no alzó la vista de los papeles y replicó: -“Yo tampoco tengo con quien salir. ¿Qué te parece si vamos a tomar algo juntos? Hace mucho que no lo hacemos”-
Su propuesta me sorprendió y no encuentro una explicación para ello. No ser�*a nuestra primera salida juntos, pero…no sé…noté algo especial en su voz o quizás, inconscientemente, hac�*a mucho tiempo que esperaba que esta situación se diera as�*, naturalmente.
-“Cómo no, mami”-, respond�*…-“¿tenés alguna idea de dónde podemos ir?”-
-“No lo sé, Ale. Lili me habló, el otro d�*a, de un sitio muy piola, accesible, con muy buena atención y cerca de casa. Podemos probar”-, respondió.
As�* fue. A la hora convenida salimos en su coche. Estaba hermosa, quizás era la más deliciosa versión de mamá que haya visto hasta ese momento. Ten�*a puesto un conjunto celeste de casaquilla y pollera. Luc�*a un importante escote que dejaba ver el nacimiento de unos pechos maravillosos. Su falda, que no llegaba a ser mini, suger�*a más que lo que mostraba, y lo que suger�*a promet�*a ser inolvidable.
El lugar elegido, como lo hab�*a prometido Lili, se mostraba como acogedor y discreto. Mostraba una intimidad que, combinada con un sobrio buen gusto, hac�*a que uno se sintiera identificado con el ambiente y dispuesto a brindarse por entero a la persona que lo acompañaba. Una música suave, magistralmente interpretada por piano, saxo y bater�*a, serv�*a de delicado fondo auditivo para conversar en un tono intimista apto para la confidencia.
Comenzamos bebiendo cerveza a mi elección. Mami me dijo que yo, esa noche, era el mimado y pod�*a elegir. Estaba realmente deliciosa, muy suave y helada. Conversábamos amablemente sobre nimiedades cuando le pregunté sobre algunos señores que –en distintos momentos- supuse sus amantes. Ella, con su habitual velocidad mental, salió fácilmente del paso quitándole toda trascendencia a las relaciones mencionadas.
Nuestras rodillas, de vez en cuando, chocaban bajo la mesa y yo –en principio- solo atinaba a retirar las m�*as. En una oportunidad, no las alejé e hice presión sobre sus muslos para intentar profundizar el contacto, a lo cual accedió momentáneamente, para replegarse. Miré fijamente su rostro y noté una sonrisa p�*cara bailando en sus labios.
De pronto, el volumen de la música subió y dos o tres parejas encararon decididamente hacia una pista del baile que, hasta el momento, nos hab�*a pasado inadvertida quizás por su oscuridad. –“Lili no me hab�*a comentado que aqu�* se baila”-, dijo. –seguro que se le ha olvidado. A propósito, Ale…¿cómo te llevas vos con el baile?
La miré a los ojos y le contesté: -“Más o menos, soy bastante tronco, pero con esta música lenta seguro me las arreglo. Con Mariana –mi ex novia- sal�*amos seguido a bailar, y ten�*a que cumplir”-.
Se paró, me tomó de la mano y llevándome hacia la pista, me dijo: -“Ven�*, vamos a probar. Tal vez sea una buena maestra para vos…”-.
Nos paramos frente a frente. Comenzamos a movernos a un ritmo superior al que propon�*a la música, bastante separados. Mi brazo derecho ceñ�*a t�*midamente su talle y su mano izquierda se posaba en mi hombro como para mantenerme a distancia. Esto me hizo sentir molesto. Ella pareció notarlo, sonrió y recostó su cabeza sobre mi pecho, oprimió mi mano y me acarició suavemente la nuca al tiempo que dec�*a: -“Esto se baila as�*…más apretaditos, Dejémonos llevar”-.
Sent�* en mi pecho el contacto con sus pechos y no pude evitar que mi miembro despierte del letargo. Apoyé mi mano en su espalda y la apreté más contra mi cuerpo para sentirla plena y vibrando. Ella amagó a detenerme con su mano en mi pecho, pero se detuvo y comenzó a moverse muy insinuante, pegadita a mi cuerpo. La sensación de sus tetas palpitando sobre m�* era fascinante y mi mano –quizás en una actitud refleja- principió a acariciar suavemente su espalda desnuda.
-“Ale, Ale”-, susurró-, -“Ale, portate bien, bebé”-, dijo, pero no se separo de m�* ni un palmo. Solté su mano, y llevé la m�*a hacia su cintura para, junto con la otra, incrementar la presión y arrimarla contra m�*. Su mano, ya libre, fue hacia mi cuello y se enlazó con la que ten�*a en mi hombro. Su rostro estaba muy junto al m�*o y sent�*a que su aliento me quemaba.
Mis manos oprimieron su talle pegando su sexo al m�*o. Mi pierna derecha forzó a sus muslos a franquear el paso y sintió, por primera vez, el miembro erecto de su hijo establecer contacto con su sexo ardiente. No dijo nada, solo sent�* que sus dedos ejercieron mayor presión sobre mi cuello y que sus lolas comenzaron a refregarse contra mi pecho.
Mi calentura comenzó a tornarse inconmensurable. Mi pija crec�*a incesantemente y ella la sent�*a, sobre la ropa, moverse en su entrepierna.
-“Ale…Ale”-, musitó.-“¿Qué me estás haciendo?”-, y su cintura empezó a cimbrear, impulsando a su vagina a ir al encuentro de mi bulto que la estaba subyugando. –“Ale, soy tu mami…Ale, por favor…”- No pudo terminar la frase, mi boca buscó la suya. Al sentir el calor de mis labios quiso retirarse. La apreté contra m�* sin violencia pero con decisión. Tomé su mentón, la besé largamente, la obligué a abrir su boca para recibir mi lengua contra la suya. –“Yo mando esta noche, mami, no lo olvides, dame esa lengua que te la como toda”-.
Levantó la vista y me miró como insinuando una queja. No la dejé hablar. –“Ya es suficiente, Silvia, no te resistas más. La realidad dicta que esta noche será mi hembra y ya no hay retorno. Dejate llevar, hermosa m�*a…mi yegüita adorada”-.

-“Ale…Ale”-, susurró. Sus labios abrieron y su lengua se disparó al encuentro de la m�*a. Más abajo, nuestras pelvis se buscaban con desesperación, iniciando un movimiento casi propio del coito.
-Ale…Ale, mi bebé, ¿qué le hacés a mami? Me estás haciendo mojar toda, mi machito lindo”-.
-“Hace tiempo que te deseo, Silvia. Esta noche vas a ser m�*a. Quiero cogerte hasta que amanezca. Quiero que te sientas m�*a, que me desees, que me reconozcas, que esperes anhelante mis penetraciones y que gimas como una potranca cuando la tengas toda adentro. Me vas a dar tu concha cuando yo quiera. Voy a coger tu culo cuando yo disponga. Vas a ser m�*a…mami, enteramente m�*a. Quiero llenarte de leche…Silvia”-.
“-Mi amor, mi Ale..yo también quiero ser tuya esta noche. Deseo ser tu hembra, entregarme totalmente a tus caprichos. Siento que me dominás, que podés hacer conmigo lo que quieras. Ámame, Ale. Ámame como un hombre quiere a su puta. Soy toda tuya…guachito m�*o…”-
Nuestros cuerpos estaban como fundidos en medio de la pista, nuestros labios se devoraban y la humedad de su concha era perceptible a través de la ropa. Los primeros jugos preseminales tend�*an a escapar de mi verga enhiesta y Silvia gem�*a…!como gem�*a mi madre!”-
-“Vamos a casa, por favor vamos casa”-, rogó. –“No puedo más, quiero ya tenerte adentro y siento que la gente nos mira. Vamos a casa, Alejandro”-.
¿Cómo negarse ante semejante pedido? ¿Qué hombre con sangre en las venas puede ignorar tal llamado a la lujuria más anhelada?
Abrazados como novios salimos del boliche. Mi abrazo amarrado a su cintura y su mano derecha acariciando mi pecho a través de la camisa. Ninguno de los presentes pod�*a siquiera sospechar que esa pareja amante que se retiraba estaba integrada por madre e hijo.
El viaje en el coche se hizo interminable. Ni bien partimos levanté su falda y acaricié sus muslos, mientras mis labios buscaban su cuello y bajaban traviesos hasta el nacimiento de sus senos.
-“Alejandro, mi amor, esperá que lleguemos”-, gem�*a, -“Ay, bebé, cuidado que podemos tener un accidente”-. Mi mano ya arribaba a su bombacha y jugueteaba en su raja sobre la tanga. Luego, met�* mi dedo por debajo del elástico inferior y con él recorr�* los labios inflamados de su conchita, pudiendo comprobar la humedad que emanaba de ella. Silvia, mi madre, no hac�*a más que gemir, abriendo más sus piernas como invitándome a avanzar en mi exploración por sus fantásticos montes.
-“Ale…Ale, no puedo más, no seas malito. Estoy muy caliente amorcito. Mami ha estado mucho tiempo sin tener un hombre en su cama y no ve la hora de sentirte muy adentro. Quiero tenerte, hijito, que me cojas como lo hac�*a tu padre, que me des y des durante todo el tiempo que quieras. Quiero recibir esa pija enorme que tenés, que me abra toda. Haceme tuya…no puedo más.”-
Consideré, entonces, que mi expedición de reconocimiento hab�*a finalizado y que era hora de internarse en la espesura. Lentamente…muy lentamente, fui hundiendo mi �*ndice en su concha, arrancándole un gemido estremecedor: -“Bebé….mi bebé, me estás matando. ¿Ves como pusiste la cachucha de mamita?”-. No era para menos, su sexo estaba tan rebozante de jugos como si un hombre se hubiera derramado en su interior. No cab�*an dudas que Silvia, mi mami, me hab�*a regalado su primer orgasmo.
-“Ale, mi vida, quisiera tener tu pija en mis manos y no puedo. Mamá quiere darte mucho placer, hermoso, pero ahora debe atender al volante”-
Afortunadamente, llegamos a casa. Mamá detuvo el motor y me abrazó y besó con suma pasión. Buscó mi lengua con desesperación mientras su mano se posó apresuradamente en mi bragueta. –“Qué hermosa verga, mi hombre, me mor�*a por agarrarla. No puedo creer que ese pitito que entalcaba hace no mucho tiempo sea la misma pija que me va a coger hasta el hartazgo esta noche. La quiero. ¡Cómo la quiero!
Bajamos del auto, abrimos la puerta de entrada y subimos casi corriendo las escaleras que nos conduc�*an a su dormitorio. Una vez all�*, Silvia empezó a desabotonar mi camisa muy despacito. La abrió y su lengua, muy suavemente, recorrió mi pecho desde arriba hacia abajo, deteniéndose en mis tetillas y bajando luego hacia mi abdomen. Su mano ya se hab�*a adueñado de mi poronga y proced�*a a pajearla con mucho amor. Apretaba el glande como queriendo reconocer la pija que se iba a comer, lo acariciaba y su boca iba hacia la m�*a y mord�*a mis labios y se apropiaba de mi lengua y gem�*a…mi mamita gem�*a.
“-Tranquila, Silvi…mi amor. Bajame el pantalón y quitame el slip. Podés tragarte mi pija ahora”:- le dec�*a, mientras mis manos magreaban sus tetas, metiéndose por encima de su generoso escote. –“Chupala, mami, hace años que lo espero. Dame lengua hasta que vuelque en tu boca toda la leche que guardo para vos. Tragate mi semen, mi hembrita caliente, que después voy a clavarte hasta que digas, basta por favor. Vas a obedecerme, turrita m�*a. Te voy a montar en todas las posiciones. Mi verga va a entrar y salir de tus agujeros cuando quiera, y no se te ocurra detenerla porque tus nalgas van a conocer mis manos. Te voy a dar mucha pija…mami…toda la que te ha faltado en este tiempo.
Silvia, mi mamá, m�* querida Silvia. ¡Como chupaba mi garrote! ¡Con qué deleite rodeaba con su lengua mi rosado glande! ¡Con qué alborozo iniciaba un furioso mete y saca! Empapaba la verga con su saliva, para secarla luego. –“Silvia, yegüita,…!Cómo te la comés, mami. As�*…cometela as�*, preciosura. No pares, por favor, que estoy llegando. Más…dame más que me vengo. Ya llego, mami. As�*…As�*. Ay…hummmmmmmmm, ¡qué hermoso! Tragá puta, tomatela, no dejes que se escape nada”-
Mi pija eyaculó todo el l�*quido guardado para mamá durante tantos años. La boca de Silvia no bastaba para contener tanta leche acumulada y chorros del l�*quido blanco y viscoso ca�*an por la comisura de sus labios. –“As�*, mi potranquita. Toda la leche de tu bebé es para vos. Ahora limpiá bien mi pija, no quiero que quede una sola gota”-
Mami se dedicó con devoción a la tarea de limpieza. –“Qué rico, bebé. Beb�* toda la leche de mi potrito y ahora te quiero llenándome toda. Quiero que me hagas tuya, que me sometas, que me poseas, que me uses como si fuera la puta más grande del mundo. Cogeme Ale, por favor, haceme sentir bien mujer. Mi concha te pide a gritos. Cogeme, vidita…no me hagas esperar más. Estoy muy caliente…muy caliente”-
Los veinte cent�*metros de mi verga ya daban muestras de recuperación. Mami, como cuando era niño, procedió a quitar mi pantalón. Estaba, él también, muy mojado por mi lechita. Mami me quitó hasta la última prenda y dijo: “Ahora si, bonito, estás como cuando viniste al mundo. En bolas para mami, mi vida. Te quiero…te quiero.”-
La besé tiernamente en la boca, la tomé de la mano, la conduje amablemente hacia la cama y, con firmeza, la obligué a tenderse boca arriba. Beb�* sus labios con vehemencia y, sin dejar de besar su piel, fui bajando hasta sus maravillosas tetas. Lam�*, en forma circular, la aureola de sus pezones mientas sus manos apretaban mi cabeza contra su cuerpo. –“Chupá, mi amor, como cuando eras chiquito. Comete nuevamente las tetas de mamá. Tragate esos pezones que te alimentaron, dame tu lengua…”- No dejé que Silvia rogara demasiado y sus erectos capullos fueron, alternativamente, desapareciendo en mi boca. Los mordisquee delicadamente, los apreté entre mis labios y los agasajé hasta el cansancio.
“¿Te gusta, mi putita? Mirá como tu nene te come las tetas. Sent�* mi dedo, hermosa, ah�* va…abr�* ese culo…abrilo te digo que lo estoy preparando para después”- Y Silvia, obedeció…ya estaba aprendiendo a obedecer y, mientras disfrutaba de una esplendida chupada de tetas, gozaba de un dedo moviéndose en forma de tirabuzón en su cola, dilatándola para la culeada que, indefectiblemente, iba a tener luego.
-“Cogeme ahora, Ale, por favor. Damela ya. La quiero as�*, sin forro, Quiero sentir su calor. Quiero gozarte vaciándote dentro de m�*. Dasela a mami, vida. ¡Te deseo tanto!
Mami ten�*a razón, ya estaba lista para ser pose�*da. Me acosté encima de ella y la besé largamente en la boca, enredando mi lengua en la suya que la esperaba ansiosa. Mi pija, que de tan parada ten�*a vida propia, buscaba afanosamente su entrepierna. Separaba sus rodillas mov�*a su talle, gem�*a como loca. Tomé sus piernas y las coloqué sobre mis hombros, dejando su concha indefensa, a entera disposición de mi monstruito sediento. Mamá, mi Silvia, incrementaba el volumen de sus gemidos. –“Ahora si, hembrita m�*a, vas a ser cogida como nunca, Recibime”-
De un solo empellón le clavé mi pija hasta que mis huevos hicieron tope. Dio un alarido desgarrador -¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!, despacio, mi alma, que me part�*s!”-, se quejó.
-No, mami, putita. Aguantá la pija as�*, metida hasta el fondo. Mové esa concha. As�*…as�*…as�*. ¡Eso, mami…eso! Ah�* está, toda adentro…cometela, es tuya, sentila moverse. Apretá las piernas, yegüita, que acaricien mis bolas. Si…dame esa lengua en mi boca…, te estoy cogiendo, mami, te estoy cogiendo”-
-“S�*, mi ángel, ya no me duele. Me estás volviendo loca. Movete as�*…no parés…sent�* como mi concha quiere retenerte. Mi amor…escuchá el ruido de mis liquidos…estoy empapada. Quiero esa pija, dame más…no te parés, guachito…besame, mordeme, apretame las tetas. Soy tuya…tuya…
Mami gem�*a, deliraba. Me pija no paraba de moverse dentro suyo y su concha acompañaba cada una de sus embestidas. Sus espléndidas tetas se balanceaban al ritmo de la cogida y mi dedo �*ndice volv�*a a sodomizarla, lo cual la hac�*a gritar de calentura.
¡”Ay bebé, mi bebé, mi hermosa criatura! ¡Qué polvo me estás echando! Mami es tuya…toda tuya. Haceme la concha, hermoso…as�*. Seguite moviendo, potrito m�*o que estoy llegando. Quiero que acabemos juntos, vida. Dame tu lechita, la quiero. Llename. Dale…as�*…movete turrito que ya estoy. Damela..quiero pija. Más…más…más.”-
¡Ay mami, es la concha más hermosa que he cogido! ¡Cómo te la comés, putita! Sent�* como mis huevos te golpean. Si, mi amor, vamos a acabar. Movete, puta, movete. Sent�* cómo mi pija entra y sale. Mové esa concha que te la lleno de leche. Tomá, hermosa…para vos. Ay mami…me vengo..me vengo…te quiero mami….maaaaaaaaami”-.
-“Aleeee, Aleeee, siiiiii, siiiiii, bebé, bebé, bebé, si…si…si. Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ¡Cuánta leche, amorcito, cómo me entra! Dale esa lengua a mami. ¡Ay Ale, cómo acabo, amor! ¡Ay, mi vida, no parás de llenarme de leche! ¡Qué calentita, guachito! NO…no me las saque todav�*a. As�*…as�*…quiero sentir tus últimas sacudidas.
Mi semen corr�*a por las piernas de mamá que no pudo retenerlo todo. Yo mojaba mis dedos en él y lo untaba en sus labios. Ella, lo recog�*a con su lengua y lo saboreaba como al manjar mas deseado.
¡Qué hermoso cogida, Alejandro! Creo que nunca he gozado tanto. Tu padre ten�*a una hermosa verga pero le faltaban pasión e imaginación. Por lo que estoy vendo, creo que de eso a vos te sobra, cielo.
La besé en la boca, manchandome con mis propios jugos y le dije: -Todav�*a falta lo mejor mami. Vas a ver cuánta creatividad tengo en la cama. Tu culito, que me parece muy estrecho, va a ser penetrado sin piedad. Vas a tener que bancarme adentro, mami. Te guste o no, voy a hacerte el culo y creo que lo vas a disfrutar. Me has demostrado que sos una putita divina y como tal te la vas a tragar por detrás”-
-“Ay amor, no puedo decirte que mi cola es virgen. En verdad, tu padre era bastante formal y nunca me cogió por all�*. Pero, un amante ocasional, me sedujo hasta tal punto que me la dio por el culo. No lo gocé demasiado porque creo que no lo hizo bien. La metió de golpe y comenzó a moverse rápidamente. Cuando me estaba acostumbrando a su tamaño, acabó adentro de mi. En verdad, fue una gran decepción ya que hab�*a fantaseado mucho con una buena culeada”-
-“Qué hermosa mina sos, Silvi Si no fueras mi madre podr�*a enamorarme de vos. Si, divina, me encanta que me acaricies la pija as�*. Me parece, putita, que la estás excitando para que te haga la cola. ¿Querés que te coja por el culo, no? Te veo apuradita. Te encanta la verga, mami. Podr�*a cogerte durante horas…muchas horas…”-
-“Si, mi bebé, quiero sentirte en mi culo, ahora. Esta noche sos mi dueño, soy totalmente tuya. Mi culo te desea…te quiere adentro. Pero querelo, cariño, haceme gozar no sufrir, quiero volverme loquita y que me lo llenes de lechita. Sos mi amor,,,Ale…m�*o”-
-“Hoy te dije que iba a cogerte como se me antojara y que no pod�*as resistirte. Pero te amo, Silvi, y quiero que disfrutes. S�*, mami, voy a llenarte el culo de leche…pero no voy a rompértelo…voy a amarlo”-.
Mi verga ya estaba nuevamente al palo por sus continuas caricias. Me tend�* con mi palo apuntando al cielorraso y la tomé amorosamente de la mano. –“Ven�*, Silvi, sentate arriba de mi pija y manejá la penetración con la cintura. Andate enterrandola a medida que la soportes. Tu culito te irá pidiendo verga según la desees”-
Me miró y sonrió con expresión de novia enamorada. Lubriqué la puerta de su ano con mi saliva y esperé impaciente. Tomó mi vara con amor, pasó su lengua por la cabeza rosada, abrió sus piernas y comenzó a sentarse, a autosodomizarse con la verga enhiesta de su amado retoño.
Su mirada no se separaba de la m�*a. Su mord�*a el labio inferior en una mezcla de lascivia y sufrimiento. Mi glande ya era agradecido huésped de ese deseado anfitrión. Silvi gem�*a suavemente: -¡Ay Ale!…me duele pero me gusta…la siento entrar muy suavecito.muy lubricada, ¡Ay Ale! Me está abriendo toda, mi amor, como me culeás. ¡Ay, vida! Enterramela un poquito vos, movete despacito, yo te freno si no aguanto. ¡Ay, guachito hermoso” As�*, hasta ah�*. ¡Cómo la siento! ¡Me quema el orto, vida, pero me encanta! As�*, acariciame el cl�*toris. Sos hermoso, es bárbaro como me lo hacés..as�* vale la pena. ¡Ay Ale…Ay Ale…Ay Ale…! Enterramela amor…la quiero toda…damela…llename el culo. Ayyyyyy asi, asi, asi”.
Mis test�*culos golpeaban contra las nalgas de Silvi. Mi verga estaba hundida hasta el fondo en su culo, La mujer que, hasta hace un momento, ped�*a clemencia en la penetración, mi madre, ya se mov�*a furiosamente con veinte cent�*metros de pija llenándole el ano. –“As�*, turrito, ¡Qué culeada me estás pegando! La tengo toda adentro. ¡Como me llena! Movete guachito, rompeme el culo, hacé que acuerde de tu pija por varios d�*as. Dame fuerte…muy fuerte..culeame bien culeada. As�*…as�*, ¡Cómo me gusta!
Empecé a darle mi pija como ella solicitaba. Su culo ped�*a y ped�*a y mi verga no pod�*a negarse. La puse como un perrito, con su culo en pompa, y la ensarté sin lastima. Dio un fuerte grito pero ni amagó retirarse. Comenzó a moverse en dirección a mi verga buscando hacer cada vez más profunda la penetración. Gritaba como una loca…!Cómo gem�*a mami! Yo, loco de morbo, se la enterraba hasta lo huevos, la dejaba un rato all�* –bien clavada- y luego comenzaba a moverme como un poseso. Por momentos la sacaba fuera de su orto, dejando que solo la cabeza quedará en contacto con su orificio. Luego, casi con violencia, la hund�*a hasta que casi se comiera las bolas, y me mec�*a a su mismo ritmo. Ella, en ese instante, parec�*a lista a tragarse todo lo que se le ofreciera.
-“Silvi, putita, ya casi no doy más. Nunca te imaginé capaz de comerte semejante cogida. Silvi voy a acabar, vida. ¡Cómo te hago el culo, mami! Siento como te lo abro Silvi. Mové ese orto, yegua, damelo todo”-
“- Si, mi amor, mi culo es solo tuyo. Me lo rompiste, bebé, pero nunca he gozado tanto. Soy tu esclavo, llename el culo de leche, damela…damela…la quiero…”
Fui, una vez más un niño desobediente con mi madre. Saqué mi poronga de su culo, admirando como su orificio quedaba abierto y redondo, la di vuelta y la dejé mirando hacia m�*. Mi verga no necesitó más que dos sacudidas para comenzar a vaciarse en la cara de mami. Ella, gimiendo, comenzó a recibir un torrente de l�*quidos a la vez que convulsionaba llegando a su enésimo orgasmo. La leche chorreaba por la cara de madre, bordeaba sus tetas hinchadas y parec�*a querer llegar a su sexo.
“-Ay mi amor…mi amor…mi amor, cuánta leche para mami-“ ¡Ay Ale, nunca me han cogido como ahora, vida”- dec�*a mientas limpiaba le leche que quedaba en mi garrote con su boca. –“Ale, mi vida, soy tu esclava. Culeame cuando quieras, bebé. Estaré todas las noches esperándote…siempre dispuesta, siempre lista. Soy tuya, vidita, para siempre tuya”-
Cogimos toda la noche. Mi mami y yo lo hicimos en todas las posiciones y en todas las formas.
En una próxima entrega relataré otros polvos con mami y cómo fuimos incorporando otros elementos a esta hermosa relación incestuosa.
sos una puytita silvi mira uqesoy argentino
 
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