maxwellsilver
Virgen
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- Ago 3, 2010
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Hola, me llamo Néstor, y hace ya unos 3 tres años que me sucedió lo que ahora voy a contarles.
Yo viv�*a en una familia normal, era hijo único, mis padres se quer�*an y todo nos iba bien, hasta que de pronto, mi padre sufrió un cáncer y a causa de esta grave enfermedad tuvo que estar ingresado unos 3 meses. Los meses sin mi padre fueron muy duros tanto para m�* como para mi madre.
Después de estos 3 meses, ya nada volvió a ser igual. La relación entre mis padres empezó a empeorar, mi padre hab�*a das que no dorm�*a en casa, y cada d�*a mi madre estaba más triste.
Mi madre se llama Irene, tiene 36 años (me tuvo a los 18). Es una mujer muy bien cuidada, con un cuerpo esbelto y muy buena figura. Buenos senos, y un culo de infarto, auque a mi es nunca me hab�*a atra�*do.
Yo, de bien pequeño, siempre me estiraba en el mismo sofá que ella mientras mirábamos la tele después de comer, y mi padre ocupaba un viejo sillón que nos regaló mi abuelo por navidades.
Siempre he tenido una obsesión por las media, y de pequeño sol�*a hacerle masajes a mi madre por todas las piernas (ella dorm�*a con un camisón, las medias y unas finitas bragas). Ella nunca le dio importancia, puesto que era un juego infantil, por lo que al yo ir creciendo segu�* con esa práctica que a mi tanto me gustaba.
Todo empezó cuando yo ten�*a 18 años, en el que un d�*a, al masajearle las piernas de cómo de costumbre, noté una importante erección. Hasta ahora nunca me hab�*an excitado esas piernas, con esas medias suaves, y fue a partir de ese d�*a que empezaron mis fantas�*as con mi madre.
A partir de ese d�*a, me quedaba mirando la tele hasta que mi madre y mi padre (si estaba en casa) se dorm�*an, y entonces empezaba un masaje por todas sus medias, con especial énfasis en los pies, que tanto me gustan. D�*a a d�*a esos masajes se fueron haciendo más intensos, y hasta me atrev�*a a hacerlos aunque mi madre estuviera despierta. A ella le relajaban las piernas, muy cansadas de toda una jornada de trabajo, y a mi me excitaban much�*simo.
Un d�*a en que ella ya dorm�*a, me percaté de que ten�*a las piernas ligeramente abiertas, fue en ese preciso instante en que crucé la l�*nea que separa las fantas�*as de la realidad. Le pod�*a ver perfectamente sus braguitas, blancas, y un coño totalmente rasurado. Mi madre siempre ha sido muy coqueta, pero nunca imaginé que se rasurase su preciosa concha. Tuve much�*simas tentaciones de tocarle, pero mi padre estaba esa noche en casa y no me atrev�* a nada más.
A partir de ese d�*a yo esperaba con ansias otra oportunidad en que mi madre se quedara dormida abierta de patas, pero mientras tanto mis masajes iban subiendo por sus piernas, y llegaban casi a su culo.
Al fin llegó mi oportunidad, all�* estaba otra vez, abierta de patas, y mi padre esa noche no dorm�*a en casa, por lo que intente tocarle all�* donde nunca antes hab�*a llegado. Todo iba de maravilla, hasta que al tocarle la vulva, mi madre se despertó. Se quedo muy sorprendida de que mi mano estuviera por esa zona de su cuerpo, y casi al instante empezó a poner su cara mas amarga. Si no daba una explicación rápidamente, me iba a caer la de Dios, a si que le dije que simplemente le quer�*a bajar el camisón, que se le hab�*a subido demasiado, y se le ve�*an sus partes más �*ntimas.
Mi madre no dijo nada, y creo que se creyó mi mentira, pero a partir de ese d�*a se me fue de la cabeza la idea de tocarle más su vulva, as�* que me tuve que conformar con los masajes.
Un d�*a, yo prosegu�*a con mi masaje diario, el pie de mi madre me toco el pene, totalmente erecto, y se me ocurrió la mejor idea que hab�*a tenido hasta el momento. Me saque la polla de mi bóxer y la empecé a frotar con su pie. Nunca hab�*a estado tan excitado, as�* que agarré el otro pie y me empecé a masturbar con los pis de mi madre.
Cada d�*a que pod�*a y que no estaba mi padre en casa me empezaba a masturbar con los pies de mi madre, mientras sin ninguna impunidad le tocaba su hermoso trasero.
Cierto d�*a, ya cansado de la paja con los pies de mi madre, me levanté y le empecé a pasar la polla por sus senos y cara, hasta que me paré en los labios. Rocé con el capullo sus labios, y lentamente y con mucho cuidado de no despertarla empecé a introducirle la punta de mi miembro en su boca. A la que ve�*a que se empezaba a despertar paraba, y cuando volv�*a a estar dormida, segu�*a.
Siempre iba con cuidado de no correrme dentro de su boca, hasta que un d�*a pasó.
Ella se despertó al instante, y se quedo más que sorprendida de la situación. Yo estaba de rodillas, junto a su cara, con mi polla en su boca, y su boca llena de semen. Ella se atragantó y rápidamente escupió todo el semen que no se hab�*a tragado involuntariamente.
Yo estaba convencido de que ella se lo contar�*a a papa y él me echar�*a de casa, pero mi sorpresa fue cundo, al ella acabarse de limpiar, me dio:
- hac�*a mucho tiempo que nadie se terminaba en mi boca, ya hab�*a olvidado el gusto del semen.
Yo me quedé atónito, y mi madre, al ver mi cara, me dijo:
- que cre�*as, que no sab�*a que cada d�*a te masturbas con mis pies o me metes tu enorme polla en tu boca?
Eso ya acabo de sorprenderme, no me lo pod�*a creer, mi madre sab�*a que yo me masturbaba con ella y nunca dijo nada. Yo, después de un silencio incómodo, le pregunté:
- porque nunca me dijiste que lo sab�*as, y porque no me dec�*as que parara?
Ella me respondió que a ella le excitaba much�*simo, y cuando se iba a la cama siempre se masturbaba pensado en ese momento, as�* que yo ya empecé a ver que mi madre estaba muy necesitada de sexo y que follar�*a hasta con su hijo.
Conociendo su situación desesperada le empecé a insinuar que lo que más me gustar�*a ser�*a utilizar ese agujero que ella nunca me dejó tocar.
Ahora era ella la sorprendida, y antes de que ella pudiera decir nada me abalancé sobre ella y le bajé las bragas. All�* estaba frente m�*o ese precioso coño, depilado, y pidiéndome a gritos que le diera un poco de marcha.
Primero le hice una sabrosa lamida general, da abajo hacia arriba, parándome en su cl�*toris, que notaba cómo se iba hinchando por momentos. Mi madre no tardó en ponerse cachonda, y mi saliva se empezó a mezclar con sus jugos vaginales.
Ya pod�*a o�*r como ella iba dejando ir pequeños gemidos de placer, as�* que le introduce uno de mis dedos, mientras yo segu�*a lamiendo esa preciosa concha.
Primero solamente introduje un dedo, después dos, y finalmente tres, hasta que se corrió y grito como no hab�*a o�*do a nadie gritar de placer.
Ahora el terreno ya estaba abierto, as�* que sin darle tiempo a recuperarse introduje mi miembro de un golpe. Su interior estaba calentito y empecé a empujar con más fuerza, primero poco a poco, después con más ah�*nco, hasta que, al cabo de 10 minutos, nos fundimos en un maravilloso orgasmo que aún hoy recuerdo.
Yo pensaba que la noche ya se habr�*a acabado, y empezaba a preguntarme las consecuencias de mis actos. Mientras me duchaba, preparándome para ir a la cama, mi madre entro en el baño. Aún llevaba el camisón, todo manchado de sus fluidos y restos de mi semen, y me dijo que parase un momento, que ella no hab�*a quedado del todo satisfecha. Yo estaba atónito, no solo hab�*a mantenido relaciones con mi madre, sino que ella quer�*a más y más.
De repente se quitó el camisón, dejando ver sus hermosos pechos que yo aún no hab�*a visto, y se introdujo con migo en la ducha. Apoyó su pie derecho en una pared, y cogiéndome con brusquedad por el hombro me hizo arrodillar y me pidió que volviese a lamer todo el coño, que mi padre nunca le hab�*a dado placer oral. Vista mi situación, empecé a hacer lo único que pod�*a hacer en esa situación, as�* que empecé a lamerle el coño a mi madre. Ella encendió la ducha, y empezó a enjabonarse todo el cuerpo. Yo empecé a introducir mis dedos en su vulva ya dilatada, y ella empezó otra vez a gemir de placer.
Antes de que ella terminase me mando levantarme. All�* estaba yo, delante de mi madre, toda ella enjabonada, con mi polla a mil y en mi boca aún sus flujos. Empecé a sobarle los senos, y ella empezó a masturbarme. Yo le susurraba al o�*do que lo hac�*a mejor cuando estaba despierta que cuando dorm�*a, cosa que la incitó a meterse todo mi miembro en su boca, y a empezar a lamer a una gran velocidad.
Me corr�* dentro de su boca, esta vez se lo tragó todo, y entonces se levantó y me pidió que le diera por el culo, que papa tampoco nunca se lo hab�*a hecho y que ten�*a muchas ganas, as�* que se puso con la cabeza pegada al suelo de la ducha, y con las manos aún jabonosas se empezó a separar las nalgas del culo.
Como era su primera vez cog�* un poco de jabón e introduje un dedo en ese hermoso ano, luego dos, y al final tres. Ella gem�*a como antes, y yo le met�* toda la polla de golpe dentro de su estrecho ano. Aunque ya hab�*a dilatado con los dedos, ella gritó de dolor, pero a medida que iba empujando cada vez más, y cada vez con más fuerza, sus gemidos de dolor se transformaron en ahogados gritos de placer, placer incontrolado que le produc�*a mi miembro dentro de su recto.
Pod�*a ver como ella no paraba de masturbarse. Ella se corrió un par de veces, hasta que y me vine dentro de su ano, descargué toda mi leche, y ella segu�*a masturbándose.
Creo que no se dio ni cuneta que saque mi polla, ya flácida, de su ano, mi madre estaba como pose�*da por un instinto sexual que jamás hab�*a visto, y parec�*a querer recuperar todo el sexo que papa nunca le hab�*a dado en una noche.
Tuve que sacar a rastras a mi madre de la bañera, la sequé, le puse el camisón y la acosté en su cama. Ella calló rendida, mientras que yo me pase casi toda la noche en vela pensando en las consecuencias que podr�*a tener mis actos aquella noche.
A la mañana siguiente, al despertarme, vi a mi madre en el sofá de casa con una amiga suya. Era sábado, y los sábados ella acostumbraba a traer amigas a casa, para no sentirse tan sola.
La sorpresa fue que mientras yo me preparaba mi café pude o�*r como mi madre le estaba contando todo lo sucedido la noche anterior a su amiga. Le estaba incitando a quedarse esa noche para probarme!
Yo me quede atónito, mi madre estaba convenciendo a una amiga suya para que tuviera relaciones sexuales conmigo, eso era inconcebible, pero esa, amigos m�*os, es otra historia y será contada en otro relato.
Yo viv�*a en una familia normal, era hijo único, mis padres se quer�*an y todo nos iba bien, hasta que de pronto, mi padre sufrió un cáncer y a causa de esta grave enfermedad tuvo que estar ingresado unos 3 meses. Los meses sin mi padre fueron muy duros tanto para m�* como para mi madre.
Después de estos 3 meses, ya nada volvió a ser igual. La relación entre mis padres empezó a empeorar, mi padre hab�*a das que no dorm�*a en casa, y cada d�*a mi madre estaba más triste.
Mi madre se llama Irene, tiene 36 años (me tuvo a los 18). Es una mujer muy bien cuidada, con un cuerpo esbelto y muy buena figura. Buenos senos, y un culo de infarto, auque a mi es nunca me hab�*a atra�*do.
Yo, de bien pequeño, siempre me estiraba en el mismo sofá que ella mientras mirábamos la tele después de comer, y mi padre ocupaba un viejo sillón que nos regaló mi abuelo por navidades.
Siempre he tenido una obsesión por las media, y de pequeño sol�*a hacerle masajes a mi madre por todas las piernas (ella dorm�*a con un camisón, las medias y unas finitas bragas). Ella nunca le dio importancia, puesto que era un juego infantil, por lo que al yo ir creciendo segu�* con esa práctica que a mi tanto me gustaba.
Todo empezó cuando yo ten�*a 18 años, en el que un d�*a, al masajearle las piernas de cómo de costumbre, noté una importante erección. Hasta ahora nunca me hab�*an excitado esas piernas, con esas medias suaves, y fue a partir de ese d�*a que empezaron mis fantas�*as con mi madre.
A partir de ese d�*a, me quedaba mirando la tele hasta que mi madre y mi padre (si estaba en casa) se dorm�*an, y entonces empezaba un masaje por todas sus medias, con especial énfasis en los pies, que tanto me gustan. D�*a a d�*a esos masajes se fueron haciendo más intensos, y hasta me atrev�*a a hacerlos aunque mi madre estuviera despierta. A ella le relajaban las piernas, muy cansadas de toda una jornada de trabajo, y a mi me excitaban much�*simo.
Un d�*a en que ella ya dorm�*a, me percaté de que ten�*a las piernas ligeramente abiertas, fue en ese preciso instante en que crucé la l�*nea que separa las fantas�*as de la realidad. Le pod�*a ver perfectamente sus braguitas, blancas, y un coño totalmente rasurado. Mi madre siempre ha sido muy coqueta, pero nunca imaginé que se rasurase su preciosa concha. Tuve much�*simas tentaciones de tocarle, pero mi padre estaba esa noche en casa y no me atrev�* a nada más.
A partir de ese d�*a yo esperaba con ansias otra oportunidad en que mi madre se quedara dormida abierta de patas, pero mientras tanto mis masajes iban subiendo por sus piernas, y llegaban casi a su culo.
Al fin llegó mi oportunidad, all�* estaba otra vez, abierta de patas, y mi padre esa noche no dorm�*a en casa, por lo que intente tocarle all�* donde nunca antes hab�*a llegado. Todo iba de maravilla, hasta que al tocarle la vulva, mi madre se despertó. Se quedo muy sorprendida de que mi mano estuviera por esa zona de su cuerpo, y casi al instante empezó a poner su cara mas amarga. Si no daba una explicación rápidamente, me iba a caer la de Dios, a si que le dije que simplemente le quer�*a bajar el camisón, que se le hab�*a subido demasiado, y se le ve�*an sus partes más �*ntimas.
Mi madre no dijo nada, y creo que se creyó mi mentira, pero a partir de ese d�*a se me fue de la cabeza la idea de tocarle más su vulva, as�* que me tuve que conformar con los masajes.
Un d�*a, yo prosegu�*a con mi masaje diario, el pie de mi madre me toco el pene, totalmente erecto, y se me ocurrió la mejor idea que hab�*a tenido hasta el momento. Me saque la polla de mi bóxer y la empecé a frotar con su pie. Nunca hab�*a estado tan excitado, as�* que agarré el otro pie y me empecé a masturbar con los pis de mi madre.
Cada d�*a que pod�*a y que no estaba mi padre en casa me empezaba a masturbar con los pies de mi madre, mientras sin ninguna impunidad le tocaba su hermoso trasero.
Cierto d�*a, ya cansado de la paja con los pies de mi madre, me levanté y le empecé a pasar la polla por sus senos y cara, hasta que me paré en los labios. Rocé con el capullo sus labios, y lentamente y con mucho cuidado de no despertarla empecé a introducirle la punta de mi miembro en su boca. A la que ve�*a que se empezaba a despertar paraba, y cuando volv�*a a estar dormida, segu�*a.
Siempre iba con cuidado de no correrme dentro de su boca, hasta que un d�*a pasó.
Ella se despertó al instante, y se quedo más que sorprendida de la situación. Yo estaba de rodillas, junto a su cara, con mi polla en su boca, y su boca llena de semen. Ella se atragantó y rápidamente escupió todo el semen que no se hab�*a tragado involuntariamente.
Yo estaba convencido de que ella se lo contar�*a a papa y él me echar�*a de casa, pero mi sorpresa fue cundo, al ella acabarse de limpiar, me dio:
- hac�*a mucho tiempo que nadie se terminaba en mi boca, ya hab�*a olvidado el gusto del semen.
Yo me quedé atónito, y mi madre, al ver mi cara, me dijo:
- que cre�*as, que no sab�*a que cada d�*a te masturbas con mis pies o me metes tu enorme polla en tu boca?
Eso ya acabo de sorprenderme, no me lo pod�*a creer, mi madre sab�*a que yo me masturbaba con ella y nunca dijo nada. Yo, después de un silencio incómodo, le pregunté:
- porque nunca me dijiste que lo sab�*as, y porque no me dec�*as que parara?
Ella me respondió que a ella le excitaba much�*simo, y cuando se iba a la cama siempre se masturbaba pensado en ese momento, as�* que yo ya empecé a ver que mi madre estaba muy necesitada de sexo y que follar�*a hasta con su hijo.
Conociendo su situación desesperada le empecé a insinuar que lo que más me gustar�*a ser�*a utilizar ese agujero que ella nunca me dejó tocar.
Ahora era ella la sorprendida, y antes de que ella pudiera decir nada me abalancé sobre ella y le bajé las bragas. All�* estaba frente m�*o ese precioso coño, depilado, y pidiéndome a gritos que le diera un poco de marcha.
Primero le hice una sabrosa lamida general, da abajo hacia arriba, parándome en su cl�*toris, que notaba cómo se iba hinchando por momentos. Mi madre no tardó en ponerse cachonda, y mi saliva se empezó a mezclar con sus jugos vaginales.
Ya pod�*a o�*r como ella iba dejando ir pequeños gemidos de placer, as�* que le introduce uno de mis dedos, mientras yo segu�*a lamiendo esa preciosa concha.
Primero solamente introduje un dedo, después dos, y finalmente tres, hasta que se corrió y grito como no hab�*a o�*do a nadie gritar de placer.
Ahora el terreno ya estaba abierto, as�* que sin darle tiempo a recuperarse introduje mi miembro de un golpe. Su interior estaba calentito y empecé a empujar con más fuerza, primero poco a poco, después con más ah�*nco, hasta que, al cabo de 10 minutos, nos fundimos en un maravilloso orgasmo que aún hoy recuerdo.
Yo pensaba que la noche ya se habr�*a acabado, y empezaba a preguntarme las consecuencias de mis actos. Mientras me duchaba, preparándome para ir a la cama, mi madre entro en el baño. Aún llevaba el camisón, todo manchado de sus fluidos y restos de mi semen, y me dijo que parase un momento, que ella no hab�*a quedado del todo satisfecha. Yo estaba atónito, no solo hab�*a mantenido relaciones con mi madre, sino que ella quer�*a más y más.
De repente se quitó el camisón, dejando ver sus hermosos pechos que yo aún no hab�*a visto, y se introdujo con migo en la ducha. Apoyó su pie derecho en una pared, y cogiéndome con brusquedad por el hombro me hizo arrodillar y me pidió que volviese a lamer todo el coño, que mi padre nunca le hab�*a dado placer oral. Vista mi situación, empecé a hacer lo único que pod�*a hacer en esa situación, as�* que empecé a lamerle el coño a mi madre. Ella encendió la ducha, y empezó a enjabonarse todo el cuerpo. Yo empecé a introducir mis dedos en su vulva ya dilatada, y ella empezó otra vez a gemir de placer.
Antes de que ella terminase me mando levantarme. All�* estaba yo, delante de mi madre, toda ella enjabonada, con mi polla a mil y en mi boca aún sus flujos. Empecé a sobarle los senos, y ella empezó a masturbarme. Yo le susurraba al o�*do que lo hac�*a mejor cuando estaba despierta que cuando dorm�*a, cosa que la incitó a meterse todo mi miembro en su boca, y a empezar a lamer a una gran velocidad.
Me corr�* dentro de su boca, esta vez se lo tragó todo, y entonces se levantó y me pidió que le diera por el culo, que papa tampoco nunca se lo hab�*a hecho y que ten�*a muchas ganas, as�* que se puso con la cabeza pegada al suelo de la ducha, y con las manos aún jabonosas se empezó a separar las nalgas del culo.
Como era su primera vez cog�* un poco de jabón e introduje un dedo en ese hermoso ano, luego dos, y al final tres. Ella gem�*a como antes, y yo le met�* toda la polla de golpe dentro de su estrecho ano. Aunque ya hab�*a dilatado con los dedos, ella gritó de dolor, pero a medida que iba empujando cada vez más, y cada vez con más fuerza, sus gemidos de dolor se transformaron en ahogados gritos de placer, placer incontrolado que le produc�*a mi miembro dentro de su recto.
Pod�*a ver como ella no paraba de masturbarse. Ella se corrió un par de veces, hasta que y me vine dentro de su ano, descargué toda mi leche, y ella segu�*a masturbándose.
Creo que no se dio ni cuneta que saque mi polla, ya flácida, de su ano, mi madre estaba como pose�*da por un instinto sexual que jamás hab�*a visto, y parec�*a querer recuperar todo el sexo que papa nunca le hab�*a dado en una noche.
Tuve que sacar a rastras a mi madre de la bañera, la sequé, le puse el camisón y la acosté en su cama. Ella calló rendida, mientras que yo me pase casi toda la noche en vela pensando en las consecuencias que podr�*a tener mis actos aquella noche.
A la mañana siguiente, al despertarme, vi a mi madre en el sofá de casa con una amiga suya. Era sábado, y los sábados ella acostumbraba a traer amigas a casa, para no sentirse tan sola.
La sorpresa fue que mientras yo me preparaba mi café pude o�*r como mi madre le estaba contando todo lo sucedido la noche anterior a su amiga. Le estaba incitando a quedarse esa noche para probarme!
Yo me quede atónito, mi madre estaba convenciendo a una amiga suya para que tuviera relaciones sexuales conmigo, eso era inconcebible, pero esa, amigos m�*os, es otra historia y será contada en otro relato.