Soy Verónica MarÃ*a S. Tengo 37 años y una hija de 19. Soy comerciante y vivo en una casa grande con mi socio y hermano. Para todo el mundo somos eso: socios y hermanos y todos piensan que no somos otra cosa y dormimos en cuartos separados, como corresponde.
Voya empezar por el final. Tal vez cuente más adelante cómo comenzó esto, pero temo que pueda salirme un poco largo.
Para contar esta parte de la historia, digamos que estamos en la mañana de un domingo.
Fui la primera en despertar. Franco estaba a mi derecha, Mica a la izquierda. Los tres desnudos, apenas cubiertas algunas partes del cuerpo con la sábana. Estiré mi mano izquierda hacia el pubis de Mica. Ella abrio las piernas, considero que en un movimiento reflejo, y yo comence a recorrer su rajita casi púber. Estiré mi brazo derecho y agarré con la punta de los dedos la verga de Franco, gorda y rosada, que con la suave masturbación que empece a hacerle comenzó a ponerse dura. En silencio, retiré por completo la sábana y bajé mi cabeza hacia las entrepiernas de ambos. Empecé a chupar la pija de mi hermano mientras seguÃ*a acarciando al concha de Mica, de mi Mica querida, de la Mica que habÃ*a parido hacÃ*a diecinueve años, de la Mica que era mi hija querida de toda la vida pero cuya personalidad completa no habÃ*a conocido hasta ahora. Mica es parecida a mi, mide mas o menos 1,68 ó 69, tiene pelo castaño, es excelentemente roporcionada, está pensando en iniciar una carrera porque terminó recién el secundario, hace gimnasia...
Hasta hace unos dÃ*as todavÃ*a no estaba segura de lo que iba a hacer...
Ahora comenzaba el despertar de los tres y yo no sabia cómo serian los dias
después. En realidad queria que no hubieran dias después y que el tiempo comenzado en la noche no terminara nunca.
Como digo, mamaba a mi hermano dormido y acariciaba la conchita de mi
hijita, que también dormÃ*a. En un momento dejé de chupársela a Franco y
pasé mi nariz por la rajita de Mica, acariciándola como con un pene y a la
vez absorbiendo los olores interiores y perifericos de esa concha que supongo me va a seguir acompañando toda mi vida aunque sea en el recuerdo.
Esta mañana sólo estaba tratando de que lo comenzado en la noche no terminara. Se empezaron a despertar los dos a la vez y yo, despues de besar
la conchita de Mica muy tiernamente, me apuré en ir otra vez arriba y buscar
sus bocas, sin importar el aliento en ayunas, que suele ser desagradable
pero que ahora me pareció una dulzura total; a los pocos segundos ya estábamos los tres besándonos de nuevo, mezclando las salivas y buscando las otras lenguas con un ritmo de fiebre.
Pero ¿cómo empezó esto?
Mica está casada. No tiene hijos. Como su marido, diez años mayor que ella, tuvo que viajar de manera impostergable, ella fue a mi negocio -el que tenemos con Franco- a preguntarme si no querÃ*a que viniera a vivir unos dÃ*as conmigo.
Supongo que en ese pedido no habÃ*a otra intención que a de estar unos dÃ*as > con su madre y con el tÃ*o al que, me dijo, querÃ*a por el buen trato y el respeto que él siempre tuvo con todo el mundo. También me dijo que en la familia se comentaba qué bueno era que dos hermanos compartieran una casa sin conflicto de ninguna naturaleza, cuando conocemos en nuestro ambiente hermanos que se llevan como perro y gato. Hasta ahÃ* era todo absolutamente inocente.De todo lo que pasó despues no sé si hubo algo de premeditación de parte de ella porque nunca habÃ*a ocurrido nada raro desde cuando me separé de mi marido -el padre de ella- y ella alternó periodos en que vivia conmigo o con él. Ahora pienso si no habrá tenido algún asunto con su padre... Pero con lo que le pasó conmigo lo otro no me importa nada. Ella se casó dos años despues de nuestra separacion.
Ahora, en estos pocos dÃ*as de estada en casa, mantuvo una vida tranquila, colaboró con el mantenimiento de la limpieza y el orden y buscó de hablar mucho conmigo, sobre todo en las noches en que Franco o se habÃ*a ido a dormir a su dormitorio o habÃ*a salido para departir, según él, con amigos, o ir a ver una pelicula.
Dormiamos juntas, en la cama grande, sin que ella me preguntara jamas por qué mantenia esa cama de dos plazas si vivia sola, haciendo cuenta que mi hermano dormÃ*a en el otro dormitorio donde habÃ*a una cama chica. A veces me despertaba con ella abrazándome el cuello o -en cucharita- sujetandome por la cintura pegada a ella, de frente, pegada a mÃ*, respirándome en la cara. En un principio no se me despertaron deseos sexuales, que yo suponÃ*a que ella no me los querÃ*a provocar, aunque acostada conmigo o andando por la casa cuando estábamos solas, se mostraba sin ningún recato, con muchÃ*simos menos pudores que cuando era chica y eramos una familia.
Pero una noche, yo leÃ*a una novela y ella los avisos de un diario -no te digo cuál porque si te lo digo sabrás dónde vivo-. Me sorprendió cuando me dijo:
-Ma, como será hacer el sexo una madre con su hija?
-Qué pregunta, hija...-
-Fijate este aviso: "Madre e hija a tu disposicion, lesb. y participas si queres".
-Es una animalada- le dije.
-Es solamente coger, me dijo.
-Pero eso es incesto!- le dije ya un poco alarmada.
-¿Y qué, eso que tiene de malo si nadie se entera?
-Pero lo ponen en un aviso...
-A lo mejor no son nada hija y madre y ponen el aviso para despertar el morbo, total quien les va a pedir documento...-me retrucó.
Hasta ahÃ*, un diálogo picante pero nada del otro mundo, aunque era la primera vez que hablábamos asÃ* nosotras dos.
Pero lo que siguió después ya tuvo otro color.
Ella habló un rato largo porque yo no me animaba a abrir la boca y no la abrÃ* hasta que estuve segura.
Me dijo, palabra más palabra menos:
"Ma, ¿acaso no te gustarÃ*a que tu hija te cogiera. No te imagas lo que me gusta dormir con vos, y no es que extrañe a Juanqui. Cada vez más me gustan tus olores: los de tus perfumes, los de tu aliento, los de tu cuerpo cuando estas dormida, los de tu transpiracion, y quisiera estar dentro de vos y nacer de nuevo pero siendo consciente de los lugares que voy conociendo y recorriendo en los nueve meses y en la salida. Además, aunque no hay señales, yo sospecho, que querés que te diga, de vos y del tio..."
Me habló mucho durante por lo menos media hora, y yo ni si ni no. Pero ella comenzó a besarme lacara, el cuello, a morderme las orejas, a pasarme la lengua por la nariz, mientras me acariaba la cintura, la espalda, y los muslos. No tardamos en besarnos en la boca, con suavidad y timidez al principio, después cada vez con mas violencia, nos desvestimos rapidamente minutos mas tarde yo estaba recorriendo con la nariz, la boca y la lengua esa ajita, esos labios, esos pliegues, ese clÃ*toris grande como el mio y sorbiendo esos jugos deliciosos y tan abundantes también como los mÃ*os.
Trate de que mientras yo la chupaba ella no me chupara a mÃ*, porque no queria distraerme y me queria concentrar toda en esa grutita empapada por sus chorros y mi saliva. Después ella, no sin antes avisarme que era la primera vez que estaba con una mujer, me arrancó gritos y un orgasmo tras otro, y perdi la cuenta de cuantos fueron y ella tampoco sabia despues cuantos habian sido sus orgasmos.
Ess primera vez, una semana antes del trÃ*o que harÃ*amos con mi hermano y del que despertaba este domingo (como contaba al principio de esta página), estuvimos asÃ*, besándonos, tocándonos, masturbándonos, chupándonos, frotando concha con concha hasta agotarnos, pero coincidimos en no usar ningún aparato, sólo la piel, las piernas, las manos, la lengua, las narices, hasta los dedos de los pies. Paramos cuando sentimos que Franco entraba y se dirigÃ*a directamente al otro dormitorio...
Después trataré de contar sobre el trio....