La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulos 001 al 006

heranlu

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La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulos 001 al 006


La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulo 001



Antonio era un joven de casi 18 años que vivía entusiasmado por las aventuras eróticas. En la escuela se la pasaba espiando y fisgoneando a las chicas de su clase y a algunas maestras. Además en casa le encantaba leer de todo lo relacionado al tema de lo erótico lo entretenía mucho, Antonio pasaba mucho tiempo en internet en donde no solo hacía tarea o jugaba fortnite o LOL aunque en realidad pasaba más tiempo leyendo relatos eróticos pues le permitían usar más su imaginación que solamente ver videos.

Un viernes al salir de la escuela Antonio visitó un mercado ambulante de libros que había llegado a la ciudad, como si se tratara de un circo de lo raro ya que no era un mercado de libros común y corriente, era un mercado de libros prohibidos, un festival de blasfemia y tabús que habrían hecho sonrojar al mismísimo marqués de Sade. Atraído por ciertos temas de sexo de ciertos libros, preguntó al vendedor:

-Disculpe señor, ¿cuánto cuestan los libros?

-Mira, todo es por poco dinero, no importa el título o el tema, puedes ver sin compromiso mi joven amigo.

Antonio advirtió que el vendedor era algo extraño, después de un buen rato de pasearse por el stand, vio algo, un libro de aventuras eróticas de inmediato él se sintió atraído por el libro. Miró el libro con detenimiento, a pesar de estar interesado en saber y experimentar todo en relación con el sexo, el incesto no había pasado por su mente, pues su familia no era nada rara, era la clásica familia bien acomodada de buenas costumbres, inculcada en la religión y normas de la sociedad, por lo que él pensaba que el incesto era algo muy pervertido, no le interesaba.

El vendedor, advertido la forma de reaccionar de Antonio, le comento:

-Este libro es interesante muy educativo.

-Esto no es educativo, es pervertido... es...

-Se ve que tú eres de los fogosos que se interesa por todo lo relacionado con el sexo, ¿no?

-Mira no me interesa esto, solo me llamó la atención.

-Toma, te lo regalo. Acéptalo, con él sentirás nuevas sensaciones y vivirás experiencias que nunca creíste que vivirías, es tuyo.

-Mira, no lo quiero.

Pero al alzar la vista el vendedor ya había desaparecido. Extrañado, regreso a su casa, con el libro en su mochila, sin embargo no toco el libro en todo el trayecto, al llegar a casa lo puso en un estante del librero en su habitación.

Paso pensativo toda la tarde, por la noche acudió al llamado de su madre a cenar. Al bajar aún pensativo por lo ocurrido en la feria, sin darse cuenta miro a su madre, de nombre Lorena, quien era una hermosa mujer de treinta siete años de piel blanca y pelo negro, muy bien de cuerpo, piernas torneadas y una cadera hermosa, sus abundantes senos muy bien parados y firmes. Por primera vez la contemplo de una manera muy sexual, incluso ella extrañada le dijo:

-Te sientes bien, te veo raro.

-Estoy bien, solo siento un poco de fiebre. - Su madre le toco la frente, su roce lo excito mucho.

-Estas bien, no tienes nada cariño. Por cierto papá salió de viaje, recibió una llamada urgente de la capital, sobre un asunto de la compañía, volverá dentro de un mes.

-Es raro papá siempre planea sus viajes, esto es improvisado.

-Lo sé pero así es esto, por cierto, Tus hermanas no estarán estas dos noches, Laura se fue a nadar al rancho de Lili y Alicia se fue con su amiga Lulú. Estaremos solos, es triste que la familia este separada por un rato, pero estaremos bien tu y yo. Así que piensa en que hacer, porque el fin de semana entero ¡soy toda tuya! - Exclamo su madre sonriendo en tono de broma, pero no lo tomo así Antonio.

Un poco asustado Antonio le dijo:

-Mamá voy a acostarme. Tengo sueño.

-Bueno, duerme bien, reponte, acaso te disgusta pasar estos días conmigo, pensé que nos acercaríamos más con eso de la escuela y...

-No, no es eso. Lo siento buenas noches

Más tarde, Antonio en su habitación se revolvía pensando estaba extrañado por lo sucedido, seria casualidad acaso que su padre saliera, al igual que sus hermanas, teniendo a su bella madre para él solo, y sobre todo con el suceso del extraño libro.

Por primera vez lo tomó y comenzó a leerlo, el libro era color rojo fuego, como el de la pasión insana, con una extraña portada, signos raros dibujados en ella, en la primera hoja había un grabado de una pareja haciendo el amor y un diablo abrazándolos. No le atemorizo, siguió adelante y el primer párrafo decía: "incesto, lo prohibido y más deseado, quizá sea por lo mismo, este libro te puede dar lo que quieres, solo tómalo y hazlo tuyo por siempre."

Antonio se sintió muy excitado, y comenzó a devorar el libro, lo leía y sus deseos antes reprimidos ahora eran mayores, se detuvo en un capitulo en especial que se titulaba: "doblegar a quien deseas", a la mente de Antonio vino la imagen de su madre, sin saber por qué, siguió la lectura:

"Debes hacer esto, doblegar es sencillo si pones la voluntad y el deseo incestuoso lo será más, debes comenzar así, debes estudiar este ritual y seguirlo al pie de la letra así poseerás a tu deseo, primero debes hacer un ritual con velas, consigue una prenda de la persona deseada y realízalo..."

Antonio ya excitado no se detuvo a pensar en normas o tabúes y salió al cuarto de lavado, cuidándose de que su madre no lo viera, revolvió la ropa y encontró unas pantis de su madre, al regresar, al pasar por el baño descubrió que su madre se duchaba, al no haber nadie más en la casa, decidió espiarla, con mucho cuidado abrió la puerta y observo, detrás del cristal de la regadera, se mostraba su madre en su esplendor, una diosa de marfil, si bien el deseo de él no había sido muy fuerte en un principio, con las palabras de su madre que hacían eco en su mente ¡Soy toda tuya! Ahora había tomado una decisión, él poseería a su madre como fuera, realmente la haría suya. Llegando a su habitación, excitado realizo el ritual tal como el libro lo decía, se cortó con su navaja de explorador y se masturbo con la sangre pensando en su madre tal como lo decía el ritual, al cambiar de hoja el libro decía:

"Ahora, que has ofrendado el sudor, tu sangre y aroma de tu deseo, posees el don de doblegar, pero la primera vez lo debes hacer con su voluntad, es decir, que ella acepte tu control, debes hacerlo mediante la hipnosis…"

Antonio ahora se sentía extraño, el deseo ya no lo dejaba pensar, su mente era ya otra y había ideado la manera de engañar a su madre para doblegarla, así pues un poco más tarde esa noche, mientras ellos veían la televisión

-Mamá fíjate que en un programa mencionaron el incesto, ¿Qué es eso?-

El rostro de Lorena se llenó de un color rojo y algo enojada dijo:

-¡¿Que programa es ese?! ¡No lo veas, eso es una asquerosidad! no te diré que es, pero la iglesia lo prohíbe, nunca lo menciones.

-¿Es muy malo mami?

-Es terrible, nunca más lo menciones o ya verás la tunda que te daré.

-Porque eres así tan moralista, nunca harías algo malo, pervertido, bueno no sé qué es eso, pero no lo harías ¿verdad?

Extrañada por la pregunta de Antonio su madre respondió:

-No, nunca, soy decente tengo moral y nunca haría una cosa así, ahora dime ¿qué tiene que ver eso contigo?

-Nada, solo era una duda.

Lorena ya no dijo nada, se quedó callada mirando a su hijo y preguntándose qué clase de programa mostraría esos temas.

Por su parte Antonio observo discretamente a su madre cuando ella se levantó a la cocina por algo, era hermosa, no entendía que con un cuerpo así ella le fuera fiel a su padre y mucho menos que fuera tan recatada. Siempre usando vestidos largos o jeans no ajustados, ¡Que desperdicio de hembra! Pero pronto eso cambiaría.

De alguna extraña manera, Antonio obtenía lo que necesitaba para lo que el libro le pedía para los rituales, en este caso consulto una vez más su libro que ahora lo apreciaba mucho, su madre no cedería tan fácilmente a la hipnosis, así en la página seiscientos sesenta, la respuesta apareció:

"Si la mujer no cede fácilmente, harás lo siguiente, prepararas un té con hierbas de campo bañaras estas con semen y sudor tuyo, dáselo y al tomarlo su deseo empezara a arder"

Antonio obtuvo las hierbas y realizo todo, mientras su madre veía la televisión se las arregló para servirle él te:

-Mami, prepare un té de flores ¿Quieres una taza para el cansancio?

-Bueno, gracias, pero no creas que olvidare lo de hace rato...

Sirviéndole la taza, ella lo probó, Antonio sonrió malévolamente

-Esta delicioso, ¿Qué flores son?

- De flores tropicales. Mamá, quiero pedirte algo, Nacho me grabo un programa de los extraordinario, según hay una parte de la hipnosis, hago un trabajo del tema y me gustaría tu opinión, ¿Quisieras verlo conmigo?

-Vale, mira que estás raro, no te gusta compartir casi nada conmigo y ahora hasta mi opinión me pides de varios temas, debe ser un trabajo de rescate, mira que si repruebas papá se enojara mucho…

-No, es solo un tema para redacción, entonces...

-Bien, pero rápido deseo ver mi serie favorita.

Antonio colocó una grabación del programa que en efecto tenía tiempo atrás. La escena mostraba como hipnotizar y varias actuaciones, al terminar.

-¿Qué opinas Mami? ¿Será real o no, que crees?

-No creo, solo si me hipnotizaran lo creería

-Déjame hipnotizarte- Dijo Antonio un tanto excitado.

-No digas tonteras, tú no sabes.-Exclamo Lorena.

-Mira si lo que vimos es cierto lo podré hacer y lo comprobaras.

-Bueno, que hago.- Dijo Lorena un tanto cansada pero intrigada. Un brillo asomo en las pupilas de Antonio. Todo salía a la perfección. Se paró y trajo lo necesario, que ya había preparado, Un reloj y una vela.

-Mira solo ve este reloj y siente el calor de esta vela, apagare las luces para que no molesten nuestra concentración, y escúchame con detenimiento.

El reloj era un hermoso reloj dorado de bolsillo con un símbolo extraño: Una escuadra y un compás cruzados con un ojo en el centro, fue un regalo de su tío Pablo, él nunca pensaría que fin tendría con Antonio. La vela, la había comprado hace tiempo con su amigo Nacho que era un fanático de la hipnosis y el control mental, era rara tenía forma de mujer y era roja. Desprendía además una extraña fragancia. Lorena quien se atemorizo un poco al apagarse la luz, pero se desconcertó más cuando miro las cosas con detenimiento.

-Oye este reloj es hermoso... Pero esta vela es de mal gusto no compres cosas así…

-Vamos a empezar- Antonio sonrió malévolamente al encender la vela.

Lorena, lo observo, sintió una extraña atracción por el reloj, Antonio empezó a hablar, realizando todo como lo había visto en el programa, su madre empezó a perder lentamente la conciencia, sintiendo miedo ella quiso reaccionar, callarlo pero ya era muy tarde. Antonio la veía con una mirada muy penetrante que le daba miedo y la sumía poco a poco bajo su control, extrañada por el comportamiento de su hijo, le dijo con voz alterada:

-Antonio, para me siento... mal, me siento…

-Bien muy bien, no temas no te dañare… Te enseñare a dar placer, te daré placer.- Dijo Antonio claramente emocionado

Lorena se sacudió como loca y terriblemente asustada casi gritando dijo:

-Placer, ¿cómo? Yo no… se… ¿De qué hablas?- Dijo su madre queriendo incorporarse del sofá,

Lorena se movía, quería escapar de su captor, pero el té de Antonio junto con el aroma de la vela la doblegaban, la dejaban sin fuerza, Antonio pronuncio una frase en latín “Incestus servus meus eris in aeternum” y Lorena cayo doblegada, casi sin fuerzas para luchar.

-Madre, es tiempo de que te cambie la mente, que abras tus ojos a un nuevo mundo y un nuevo sexo.-Atemorizada por lo que oía, Lorena meneaba la cabeza, no podía creer lo que su hijo le decía y le pedía, Antonio proseguía- Escúchame bien, siente mis palabras, que se queden en tu cuerpo y tu mente. Madre, escúchame, soy ahora tu deseo, me deseas como hombre y deseas ser mi mujer, mi hembra.

-No, tu eres mi hijo, no quiero, yo soy tu… ma… dre- respondió Lorena meneando la cabeza.

-Eres mi amante, mi zorra, mi puta, dilo me deseas, siente el fuego de tu concha, te pide placer, no importa con quien sólo quieres placer y tú quieres coger conmigo.

Al escuchar esto Lorena se revolvió como poseída por un fuego que le quemaba su vientre, su mirada lentamente comenzó a cambiar, cambios que Antonio noto con gusto.

-Olvida tu moral, tu religión, no cuentan más eres una hembra deseosa, todo lo bueno dentro de ti lo perderás, tienes un deseo incontenible por sexo, acéptalo me deseas, ámame conviértete en mi zorra.

-no, soy… tuuuu, mmmmmaaaa... soooyyy… ¡ttuuuuuu mmmaaaaaahh mmm!

Sus gritos de desesperación se convertían lentamente en jadeos en deseo, deseo con el que ella no podía luchar más.

Antonio grito con voz fuerte la frase anteriormente dicha por el:

- "¡INCESTUS SERVUS MEUS ERIS IN AETERNUM!" (en mi esclava incestuosa te convertiras para siempre)

Lentamente la mirada de Lorena comenzó a cambiar, su forma de hablar también.

-Nnoo....yo....- Trató de decir mientras se lamía los labios con deseo.

-Eres mi amante, mi zorra, ¡dilo me deseas!

Lorena se reclino, ya no luchaba más, ya con una nueva voz más sensual y una nueva forma de pensar más sexual, abriéndose su vestido al separar las piernas y su escote con las manos dijo:

-Sí, soy tu amante, tu zorra, tu puta, te deseo como nunca y seré lo que tu ordenes, quiero que me cojas- Lorena era otra, la mujer de buenas maneras y costumbres ya no existía, en su lugar solo quedaba una zorra que pedía saciar su deseo- Ven, Hijo mío, te quiero dentro de mí tómame. Llena mis entrañas con tu virilidad ¡SOY TODA TUYA!


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La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulo 002


Mientras pensaba esto, observaba a su madre desnuda sobre su cama. Con el rostro lleno de perversidad, recordaba como sometió a su madre a sus perversos deseos.

A su mente vinieron imágenes de la noche anterior:

-¡TÓMAME HIJO! ¡SOY TUYA! Muéstrame ese nuevo sexo que ya tengo ansia de ti- Repetía Lorena con la mano puesta sobre su concha y frotándose el cuerpo con la otra.

-Seguro lo quieres, ya no eres la santurrona y moralista de siempre.- le ordenó Antonio.

-¡No! Nunca más lo seré gracias a ti, ahora muéstramelo- Lorena se retorcía por sentirlo dentro de ella, al observar esto Antonio solo sentía excitación.

-Bueno lo primero que harás será lo siguiente madre, bailaras sensualmente para mí, despojándote de tu ropa.

-Lo haré para ti mi amor, te pertenezco-

Lorena ardiendo se dirigió al aparato de sonido y puso algo de música sensualmente y mordiéndose los labios, al ritmo de “Earned it” comenzó a moverse como nunca lo había hecho. Antonio observaba todo desde el sofá, era tremendamente excitante ver a su madre desnudándose para él. Lorena se dirigió hacia su hijo y amo con movimientos sensuales, primero se paró frente a él, colocándole su entrepierna al ras de su boca, luego se agacho abrió su falda en su esplendor, por lo que Antonio admiro las piernas de su madre y su ropa interior que llevaba, Lorena se paró y se desgarro el vestido, que dando solo en ropa interior mostrando el sujetador blanco nada sensual y unas bragas poco reveladoras cubiertas por unas pantimedias color carne “ya cambiare eso” pensó Antonio mientras veía la poco sexy ropa interior de su bella madre.

Como una gata en celo fue junto a Antonio y de manera súbita se arrancó el sujetador, dejando ver sus senos, Antonio la tomo entre sus brazos y la beso con pasión, ella le metió su lengua y le dijo sensualmente al oído.

-¡Hazme el amor ya, que ardo por ti hijo mío!

Antonio la cargó y la llevó a su recamara, fue allí, donde él una vez que tuvo recostada a su madre, la beso por todo su cuerpo al llegar a sus piernas le quito con cuidado las pantimedias, iba besando sus piernas conforme iba retirando la prenda que cubría las piernas de su madre, Con cada beso iba bajando cada vez más esas pantimedias, mientras alternaba los besos de una pierna al a otra besaba sus muslos, beso sus rodillas y llegó a las pantorrillas, beso los tobillos y pies de su madre mientras iba enrollando la prenda poco a poco para retirarla hasta que por fin pudo quitarlas por completo su madre quedo solo en bragas. Antonio se acercó a su madre percibió el aroma del húmedo sexo de su madre que se mordía los labios y con sus manos acariciaba el cabello de su hijo quien de un solo jalón le arranco las bragas él ya no aguantaba y hundió su cara entre las piernas de su madre comiéndose su conejito con todos su vellos púbicos, lamiendo con fuerza su clítoris sin embargo Lorena estaba gritando de pasión, le suplicaba a su hijo que ya la penetrara. Antonio se quitó la ropa temblando de emoción, completamente desnudo dirigió su erecto y reluciente verga hacia la cavidad de su madre, intentó penetrarla de un golpe pero por la falta de experiencia falló. El nerviosismo no ayudaba mucho así que Lorena amorosamente tomo el miembro de su hijo y lo llevó a su concha. Una vez dentro Antonio la penetro de una manera salvaje, ella en todo momento se portó complaciente con él. Lorena gemía de placer, un placer que nunca antes había sentido y que de haberlo sentido antes seguramente habría pensado que era pecado, pero ahora no, ahora la bella madre se permitía sentir y disfrutar, y tal vez el que su hijo le estuviera proporcionando ese placer era lo que lo aumentaba aún más.

Antonio bombeaba con frenesí el velludo chocho de su madre mientras la escuchaba gemir y besaba su cuello bajando hasta sus tetas, las acariciaba y besaba con firmeza de pero de forma tierna. Al llegar a los pezones lamio la aureola recorriendo con su lengua ese círculo oscuro, eso hacia estremecer aún más a su madre, quien se retorcía tratando de alcanzar la cara de su hijo en un vano intento por besarlo. El frenesí de Lorena aumentó cuando Antonio se metió el pezón a su boca y lo empezó a chupar con fuerza, como si quisiera sacarle leche para alimentarse como un bebé pasaba alternando de un pezón al otro, y mientras se ocupaba de uno con su boca, apretaba el otro con sus dedos como tratando de ordeñarlo delicadamente. Estas sensaciones combinadas tenían en el éxtasis a Lorena quien sintió el orgasmo más intenso de su vida.

Al ver como se retorcía su madre, Antonio acabó dentro de ella, llenando el útero del que él había salido con su propia semilla, sin preocuparse siquiera si su madre aún era fértil o si usaba algún método anticonceptivo, aunque sus padres eran tan conservadores que no usaban ningún tipo de método que no fuera autorizado por la iglesia. En realidad eso no les importo a ninguno de los dos, Estaban disfrutando y su placer no tenía cabida para pensar en consecuencias. Antonio lleno el coño de su madre con su leche y se besaron apasionadamente metiendo la lengua en la boca del otro.

Cuando Lorena sintió la verga de su hijo fuera de su cuerpo se lanzó mordiéndose los labios sobre ella para besarla y limpiarla. Lorena chupaba la verga de su hijo que a pesar de haberse corrido no había bajado su tamaño. Incluso se sentía aún más grande. La excitada madre estaba disfrutando el sabor del pedazo de carne que estaba chupando, el sabor del pene de su hijo, mezclado con los restos de semen junto con sus propios jugos vaginales. Para ella eso hace unas horas habría sido algo asqueroso y pervertido, pero ahora era lo más natural del mundo.

Antonio sentía la caliente boca de su madre en su pene y podía ver como entraba y salía al ritmo de la cabeza de su madre. Eso estaba excitando aún más a Antonio y Lorena podría sentir dentro de su boca como la verga de su hijo seguía endureciéndose. Antonio hizo una señal a su madre tocándole suavemente la cabeza para que se diera la vuelta, Antonio quería volver a penetrar a su madre, pero esta vez en cuatro. Lorena entendió y obedeció, Ahora su único propósito era servir a su amo, sentirse deseada por el hombre que le enseño las delicias del incesto. Ella se puso en cuatro con las piernas separadas y la cabeza agachada apoyada en el colchón para ofrecer su bello trasero a su hijo. Antonio podía ver claramente el ano y la vagina de su madre y aunque en su mente estaba la idea de sodomizar a su madre no quería hacerlo tan pronto, Pensó en disfrutar de ese agujero de alguna forma especial. Antonio apuntó a la vagina de su madre y la penetro de nuevo con más seguridad y más fuerza. Lorena tenía el coño empapado lo que facilitó las salvajes penetraciones de su hijo; ella gritaba como puta barata, gemía del placer que su propio hijo le provocaba y en ocasiones mordía la sabana para callar sus gritos. Antonio penetraba a su madre de perrito, le daba nalgadas dejando rojas las redondas y firmes nalgas de su madre mientras le jalaba el oscuro cabello para apoyarse. Así jalando su cabello Antonio levantó a su madre para acercarla a él y poderla besar y acariciar los pechos de su madre, Lorena devolvió el beso apasionadamente y sintió una fuerte cadena de poderosos orgasmos que la tiraron sobre el colchón mientras se retorcía. Ver a su madre así éxito a Antonio quien se separó de su madre y la colocó bocarriba y masturbándose furiosamente eyaculo sobre la cara y pechos de su madre, quedó cubierta del espeso liquido blanco de su hijo y como pudo recogió con su dedo los restos del semen de su hijo para llevárselos a la boca.

El resto de la noche Antonio la hizo suya de mil maneras, incluso algunas de manera sadomasoquista, La ató a la cama y uso pinzas de ropa en su cuerpo, le daba golpes en la cara haciéndola decir que era su perra, y que él era su amo. Lorena obedecía encantada de sentirse humillada y deseada, ella no recordaba que era su madre y cada vez pedía más, hasta que por fin se quedaron dormidos los dos abrazados.

Los pensamientos de Antonio se fueron al sentir una mano sobre su entrepierna que lo devolvió a la realidad interrumpiendo su recuerdo de la noche anterior:

-¿Quieres más cariño? Hijo, ven estoy dispuesta.- Era Lorena que despertaba con hambre de lujuria, tocándose sus senos y abriendo las pierna para que Antonio observara su concha.

-No, por ahora no, solo quiero comer, prepara el desayuno.

-Házmelo, quiero estar contigo- respondió Lorena, su rostro era el de una mujer deseosa.

-No, si haces el desayuno te daré lo que deseas, madre esclava mía

-Lo haré, para que me premies, amo y señor mío- Dijo en un tono burlón la hechizada mujer, se incorpora de un salto y comenzó a ponerse su albornoz

-No te pongas ropa, ve así, recuerda ya no eres la misma ¿o sí?

-No. Soy tu esclava, tu puta y obedeceré todo lo que ordenes

Lorena salió desnuda rumbo a la cocina, mientras Antonio se bañaba y vestía. Cuando bajo a la cocina, vio a su madre desnuda sonriéndole mientras cocinaba para Antonio su desayuno favorito, hotcakes con chispas de chocolate. Rumbo a la cocina encontró la mesa de fotografías, tomo una que era de su madre con sus dos hermanas en vestidos de verano, la pequeña y tierna Alicia y Laura la protectora hermana mayor y pensó: “Tengo a una pero faltan dos. Pronto serán mías las tres”

Mientras Antonio desayunaba, le dijo a su madre:

-¿Puta, Cuando vuelven mis hermanas?

-¿Tus hermanas…? Alicia en cinco días, el fin de semana y Laura hasta la otra semana ¿por qué? No pensaras en… convertirlas también ¿O sí?- Lorena comenzó a pensar de nuevo, el recuerdo de sus hijas la despertó, asustada le dijo a Antonio.- ¡No a ellas no las someterás! No.... ¡¿Pero que hice?! ¡¿En qué me convertiste?! Eres un…-

-Soy tu amo y señor y tú eres mi puta, mi zorra, eso eres ahora madre ¡Te he convertido en mi esclava sexual!- Dijo Antonio de forma autoritaria

-¡No! Me voy de aquí.

Lorena corrió, partió rumbo a la puerta de la calle, pero al darse cuenta que iba desnuda, no tuvo más remedio que volver a su habitación. Pero Antonio ya la esperaba ahí:

-¿A dónde vas amada madre?

-¡Lejos de ti monstruo! Prevendré a tus hermanas y se lo diré a todos.

-No iras a ningún lado, Zorra, ven a mí y sírveme.

-No lo haré, quítate de mi camino. Pero al dar un paso a la puerta Antonio repitió una frase, la misma de la noche anterior: “Incestus servus meus eris in aeternum”. Fue como ponerle un lazo a Lorena, al escuchar la frase, cayó de rodillas. Sintiéndose excitada otra vez al grado de perderse en la locura maligna que la sumía.

-¿No vas a ningún lado verdad?, o acaso ya no deseas el sexo prohibido que te enseño. –Le dijo Antonio viéndola en ese estado- Mis caricias que te vuelven loca, además me ayudaras a tener a mis hermanas, madre, ¿no es así?-

-No mi amo, no iré a ningún lado. Soy tuya, tu zorra por siempre, hazme sentir el deseo del incesto en mi sangre y vientre- Dijo Lorena sin descaro alguno, que al alzar su rostro denotaba su deseo una vez más- Y claro, ellas serán tuyas, como yo, ¿Qué quieres que haga para empezar, amado Amo y Señor?

-Bien, lo primero es que te compraras ropa sexy, no más vestidos largos. Minifaldas de piel y la lencería más provocativa que encuentres-Dijo Antonio mientras se sentaba en la cama, viendo la aceptación de su madre- Además iras a depilarte ese chocho peludo que tienes madre, quiero a mis zorras totalmente sin vellos. Es todo lo que harás por el momento esclava.-

-Bien mi amo lo haré, vivo por y para ti.- Lorena se acercó a su hijo como gata en celo, caminando en cuatro patas buscando servirlo y satisfacerlo.

-Y tal vez después veamos algunos tatuajes y piercings para ti Zorra.- Dijo Antonio mientras su madre desabrochaba el pantalón de su hijo.

-Sí Amo.- Dijo Lorena antes de meterse a la boca el pene ya liberado de su hijo.

Lorena chupó la verga de su hijo hasta hacerlo eyacular y tragó toda la leche de su hijo. Luego se bañó y se vistió para ir al centro comercial a cumplir las órdenes de su amo.
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La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulo 003


A menudo ocurre que, el alcanzar nuestro objeto de deseo, esto hace que perdamos interés en él, deja de llamar nuestra atención y la excitación disminuye. Esto no sucede con el sexo prohibido, menos aún si es provocado y sostenido por fuerzas oscuras. La excitación de Rogelio por estar cogiéndose a la otrora modosa Lorena, nunca cesaba. Cada vez que la sometía a una nueva perversión su erección se hacía más firme. Tal vez era idea suya, quizá era parte del pacto demoniaco, pero notaba que su verga había aumentado gradualmente de tamaño y grosor y ahora las venas se marcaban más, también sucedía que tenía un mejor rendimiento y el placer aumentaba con cada follada. Se había pasado toda la semana follando a su madre y también adaptándola a su nueva misión. Le enseñaba cómo hablar y cómo comportarse. Su ideal era comportarse como las actrices porno: convirtiendo cada situación en algo sexual.

Su andar cambió, de mujer recatada a mover las caderas y nalgas escandalosamente, tropezando con los tacones altos, caminando siempre como si fuera una prostituta buscando cliente. Al sentarse siempre lo hacía con al menos dos puños de separación entre sus rodillas. Si se le veía el tanga, mejor aún. Se reía con la boca abierta y haciendo mucho ruido, como si se esforzara por llamar la atención. Su GUAPÍSIMO hijo la había puesto a ver videos para aprender a perrear como las adolescentes que hace tan solo unas semanas detestaba. Mientras lo hacía le daban ataques de risa ¡Se sentía tan estúpida y feliz al hacerlo! No entendía como pasó tantos años sin practicarlo, se aseguraría que sus hijas también aprendieran. Aprendió a usar palabras altisonantes con frecuencia, metiéndolas en toda situación, incluso si no eran necesarias.

La antigua madre modelo se pasaba el tiempo libre que tenía viendo pornografía, masturbándose como perra en celo, bebiendo y viendo tutoriales de maquillaje, pero claro, ella los exageraba ya que no quería verse “bonita” sino “putísima”. Esa era su nueva directriz “La que no es puta no disfruta” decía para sus adentros y después se reía como estúpida al pensar en ello. Como su amo había ordenado Lorena había ido a hacerse una depilación de cuerpo completo, además de manicura y pedicura, además de un cambio de imagen cambio su tono de cabello de castaño a rubio. Había planeado también adornar su cuerpo con algunos tatuajes, eso sería un paso muy especial pues en su antigua forma de pensar, para Lorena los tatuajes eran pecado prohibidos por la misma biblia y quienes tenían tatuajes eran pecadores y delincuentes para esa conservadora ama de casa; esto hacía que Rogelio la imaginara llena de tatuajes obscenos. Por supuesto que esto podía esperar, estaba ansioso, sí, caliente, también y lleno de la lujuria más perversa pero debía planificar bien sus pasos. Un error y todo se vendría abajo.

El cambio de ropa de Lorena también era algo agradable. Rogelio la había hecho manejar hasta una ciudad cercana y la hizo caminar de noche por los bares de universitarios, con una bolsa llena de sus bragas de señora, mismos que ella se encargó de regalar a todos los que le invitaban a un trago. Para aumentar el morbo, Rogelio le permitió elegir la ropa que usaría, quería ver su iniciativa. Ella salió de su habitación oscura con tacones altos y una falda blanca de vuelo amplio, medias blancas a medio muslo junto con una blusa de licra entallada que completaba con un suéter de abertura al frente. Era casi un atuendo para ir a la iglesia…casi. Porque cualquiera que se acercara notaría que ella no llevaba sujetador y sus pezones se marcaban en demasía. Además, en cuanto ingresó al primer bar se fue directamente a los sanitarios a doblarse la falda hasta arriba del muslo, para que se viera el encaje de las medias. Se cerró el suéter para que no se vieran sus pezones y se vio al espejo satisfecha, de la cintura para arriba, con su nueva cabellera rubia recogida en una coleta y un maquillaje acentuado pero más discreto de lo que ella hubiera querido, parecía una mujer mayor que va a desayunar con sus amigas. De la cintura para abajo, con la falda cortísima y las piernas enfundadas en esas medias tan sensuales, parecía una fulana.

Ella no lo sabía, pero este contraste entre sus dos partes era reflejo de la lucha que aún había en su interior, una lucha que la antigua Lorena estaba perdiendo a pasos agigantados. La decencia y la moral tenían cada vez menos fuerza para luchar y se contaminaban de pensamientos lujuriosos, indecentes e incluso criminales.

Salió de los sanitarios dispuesta a deshacerse de todas esas aburridas bragas, pero con la duda de si lo conseguiría. ¿Los hombres se interesarían en ello? La noche le dio la respuesta. Se sentó en la barra y estuvo curioseando hasta que se acercó el primer chico a invitarle un trago. Ella aceptó, pero le dijo que no tenía como pagarle así que tenía que darle las gracias de alguna manera. Ella dudó (ESTUPIDA ANTIGUA LORENA APÁGATE) porque no sabía si sería una buena idea (¿QUIERES DEFRAUDAR AL AMO?), pero se decidió a hacerlo y metió la mano en la bolsa de mano tan grande y abultada que llevaba “Ojalá se acaben pronto” y le tendió al chico unas bragas bien dobladas, eran rosas, con un moñito ridículo al frente. El muchacho se extrañó del objeto y lo desdobló por accidente. Cuando se dio cuenta de lo que era, se lo llevó alternadamente a la nariz y después de aspirarlo lo guardó en su bolsa.

-¿Así que me vas a cambiar la cerveza por unos calzones?- preguntó alzando la ceja

-Ajá- respondió Lorena asintiendo como una niña buena que da explicaciones a sus maestros- Pero… solamente puedo aceptar una cerveza por persona- dijo mientras sonreía y le daba un trago largo al tarro.- Puedes decirle a tus amigos si quieres.

Después de esto la noche se volvió una neblina de tragos, bragas perdidas, manoseos y fotografías con los amabilísimos chichos que la invitaban a tomar. Lo que todos los que se tomaron fotos con ella notaron era que en todas las tomas, Lorena aparecía desenfocada, no se distinguía su rostro, pero sí su cuerpo. Ella perdió la cuenta de las bebidas y los bares que visitó esa noche. No hubiera aguantado tanto de no ser porque unos chicos muy agradables le invitaron a unas líneas de cocaína. Ella las aspiró y les dio una buena vista de su coño y sus tetas como agradecimiento, pero después recordó que la buena droga se agradece con una buena mamada, así que se arrodilló a darles las gracias en el sanitario. Tardaba más en terminar los tragos que en encontrar quién se los quisiera invitar. En más de una ocasión sentía que los hombres que se arremolinaban a su alrededor le habían tocado las tetas o el culo y siempre había una mano o dos o tres en sus piernas. Ella se reía, le encantaba ser el centro de atención. Cuando se dirigió a donde la esperaba su Amo, tenía las medias rasgadas, había perdido el suéter y tanto su blusa como su falda estaban llenas de manchas de cerveza y tragos que ella ya no recordaba. El líquido viscoso había hecho que sus pezones estuvieran casi expuestos. Eso le gustaba mucho.

Su Amo la esperaba en la enorme camioneta familiar. Tardó casi cuatro horas en volver y al hacerlo venía acompañada de un par de vivales que querían aprovecharse de esta MILF borracha y caliente pero se detuvieron en seco al llegar a la camioneta, la mirada de Rogelio fue suficiente para ponerlos en fuga. Ellos vieron unos ojos en los que se vislumbraba un abismo, ojos de peligro, una persona con la que no querían meterse. Ella veía al ser más hermoso y sexualmente atrayente del mundo. Solamente de verlo sentía palpitar su coño.

Lorena le contó, entre risas de borracha, que muchos chicos quisieron asegurarse de que ella realmente no traía bragas y, como no tenía orden de lo contrario, se levantaba el vestido para mostrarles. Obviamente fue objeto de atención de los hombres y odio de las mujeres, pero aún así un par de chicas se acercaron a ella para hacerse con algunas de las aburridas bragas antiguas de Lorena. Ella le contaba su historia a todos los que se la preguntaban, no tenía reparos en ello, era natural que supieran qué era y a quién pertenecía. Al parecer eso causaba más morbo.

-¿Te metieron mano? – preguntó Rogelio

-Sí SEÑOR- respondió ella- pero ninguno me folló aunque….SEÑOR ¿Está mal que quiera chupar otras vergas además de la de mi AMO?

-No está mal, es un error de la programación que te he dado que debo cambiar. Tú no te preocupes. – esto le hizo recordar que aún tenía que afinar detalles, “No soy infalible…aún no al menos” pensó.

-Gracias mi SEÑOR- dijo ella con una mezcla de alivio y emoción

-¿Hiciste algo que deba saber PUTA?- preguntó él mientras se detenía en un alto.

-Sí SEÑOR- dijo como niña esperando ser regañada- chupé dos vergas a cambio de cocaína…SEÑOR

- Vaya vaya- Rogelio permaneció en silencio. Reflexionaba lo que acababa de pasar. Si bien una parte de él tenía celos, otra estaba excitada por el éxito de su proceso de corrupción. Por encima de todo empezó a sentir furia, una furia incontenible…ella había sido corrompida para SU PLACER no el de dos idiotas cualquiera, ella era su puta, su guarra, su coño mojado, ella era ¡¡SU PUTA MADRE!!! Había detenido la camioneta totalmente y apretaba el volante con furia, sentía como su corazón se aceleraba “Estúpido, debiste prever esto, debiste dar órdenes, debiste estar con ella” se recriminaba mientras la furia se destilaba y se convertía en…en…de sus ojos salió un brevísimo destello rojo..IRA

IRA: pecado capital que consiste en dej

En ese momento podría cometer cualquier tipo de atrocidad sin pensar en las consecuencias, podía insultar, golpear, matar, arrancar cabezas. “Nadie toca mis cosas” pensaba mientras sentía como la ira nacía del centro de su corazón y se esparcía por su cuerpo, extrañamente, rematando en su verga que estaba durísima.

-¿SEÑOR? ¿Está molesto conmigo?- preguntó ella temerosa. Podía soportar tormentos, ser quemada con hierro, ser tatuada, en la frente, que le azotaran con clavos, ser incluso mutilada, pero jamás podría soportar que su AMO la rechazara o se enfadara con ella, sería IMPERDONABLE- SEÑOR le pido disculpas ¿Gusta que me corte como penitencia? ¿Quiere que sea su baño? ¿Quiere que me azote? ¿Desea mi vida como pago? ¿Le ofendí?- Lorena lanzó esa retahíla con desesperación mientras veía a su hijo, al que hace un mes había reñido por llegar tarde, al que regañaba por jugar videojuegos, al que ahora servía como la más vulgar de las putas y la más devota de las esclavas.

Él no quería siquiera voltear a verla, temía lo que podría hacerle si la veía, en ese momento ella le tocó la mano derecha y todo cambió, ambos sintieron una chispa eléctrica y el tiempo mismo pareció volverse más lento. En ese momento, él lo entendió, no estaba seguro si era su razonamiento o una voz ajena, oscura que le hablaba. Era algo sencillo y perverso.

Rogelio estaba potenciado por el pecado de la Ira, era el predominante en ese momento, su madre, debajo de toda esa devoción y entrega a él, estaba potenciada por la lujuria más intensa. Cuando ella lo tocó ambos pecados se mezclaron. Ella estaba unida a él más allá de lo que ambos podían comprender, de manera que la Ira y la Lujuria se mezclaron. Al tener Rogelio el poder sobre la relación, él tenía el don de mando. La lujuria mezclada con furia se convierte en sadismo y él lo experimentó en su naturaleza más pura. En ese momento no podía sino regodearse en el placer de la humillación de Lorena.

Rogelio saboreó la desesperación de su madre, se dio cuenta que este tipo de emociones lo alimentaban a él y a su poder, que mientras él sintiera más ira, más miedo sentiría Lorena. Ambos entrelazados por la lujuria incestuosa. En el caso de su madre, esto desencadenó la emoción opuesta: masoquismo. Deseo de ser total y completamente humillada, dañada, sometida más allá de toda dignidad humana. Lorena esperó en silencio sin despegar los ojos de la carretera mientras ella empezaba a sollozar como niña pequeña. Escuchar su llanto hizo que la verga se le pusiera durísima. Parece que humillar a su madre lo hacía sentirse poderoso y excitado. Interesante. El llanto aumentaba y se mezclaba con súplicas de perdón mal balbuceadas, producto del alcohol, las drogas y el llanto. Entre tantas cosas se ofreció a ser la mascota de la casa, follarse al vecindario a la luz del día, salir desnuda a la calle, quedar embarazada de él, prostituirse, orinarse en una iglesia, tragar excremento, cortarse la cara o someter a sus hermanas a golpes si era necesario. Lorena no dejaba de notar que con cada humillación su excitación aumentaba, hasta que el llanto de sus ojos competía con la humedad de su concha.

Rogelio encendió la camioneta al tiempo que siguió su camino, solamente le dijo una palabra:

-Continúa.

En el trayecto Lorena se humillaba verbalmente, llamándose una puta asquerosa, una vulgar perra incestuosa que no era mejor que una perra de la calle, que una prostituta de dos centavos tenía más valor que ella, que no valía para nada y que entendía si su Amo la vendía a cambio de un par de cigarros de la esquina. Todo el camino siguió así, mientras sus palabras se mezclaban con los chapoteos de su coño que estaba siendo prácticamente violado por sus propios dedos. Ella no podía correrse sin permiso pero al mismo tiempo no podía dejar de tocarse.

Rogelio entendía ahora que al mezclar cualquier pecado capital con la Lujuria, alcanzaría niveles de placer más allá de lo imaginable. Sin embargo sabía que no debía reventar a su mascota número uno, aún había cosas que aprender. Tenía que soltar de momento la cuerda emocional con la que tiraba de la mente de su madre.

-Te perdono- dijo escuetamente y sin mayor preámbulo mientras llegaban a casa.

Lorena no necesitó más, esas dos palabras fueron suficiente para calmar su llanto y llenarla de felicidad, si le hubiera dicho que se acababa de ganar la lotería, su alegría no sería la mitad de intensa que esto. Incluso el nacimiento de sus hijos quedaba opacado ante estas dos palabras.

-Gracias, gracias, gracias Mi SEÑOR- dijo con el tono de voz de alguien a quien le han perdonado la vida.- No volverá a pasar porque yo le juro que…

-¡Cállate! Tus palabras sobran. Y que te quede claro, si yo lo deseo vas a chuparte todas las vergas del mundo ¿Entendiste?

Ella asintió con desesperación, aun sorbiendo mocos y limpiándose las lágrimas. No le correspondía hablar. Ella se había convertido en tremenda puta que chupaba vergas por droga. Hace un mes jamás se habría imaginado que llegaría a formular siquiera ese pensamiento. Rogelio lo catalogaría como un logro.

Al llegar a la puerta de la casa él le ordenó ponerse a cuatro patas, la erección de la Ira y la humedad del Miedo aún estaban en ambos de manera que él la empezó a follar como un salvaje, sintiendo como su verga extendía sus terminales nerviosas hasta el cerebro mismo de su madre. Comprendió una cosa más: en ese estado podía poner y quitar lo que quisiera en la mente de Lorena y se quedaría así para siempre. Ambos follaron como locos. Se dice que el orgasmo de la mujer puede durar varios segundos, pero la naturaleza lo acorta para evitar un daño cerebral o una adicción severa que incapacite al individuo. Rogelio apagó ese mecanismo de seguridad y el orgasmo de su madre se prolongó por 15 minutos. Cuando por fin se corrió dentro de ella, estaba como comatosa, con los ojos abiertos y saliva saliendo de su boca. Él no sabía que era cierto, parte de la inteligencia, de la personalidad y de los recuerdos de su madre habían muerto y no volverían, pero de haberlo sabido no le importaría.

No se molestó en levantarla del piso. Sentía el llamado, el llamado del libro. Antes de esta noche había intentado adelantar capítulos pero por alguna razón las letras se volvían borrosas y él no podía distinguir palabras. Ahora sabía que podría leerlas. Abrió el libro y ahí estaba, justo después del capítulo que le había permitido corromper a su madre, había letras claras como el agua.

Si has llegado hasta aquí, es porque has descubierto que tu poder se extiende más allá de lo que habías imaginado. Felicidades. Ahora puedes elegir entre seguir por el camino de la lujuria incestuosa o detenerte. Medita bien tu decisión ya que las consecuencias no pueden revertirse.

Él no necesitaba meditar nada. Siguió leyendo con gusto y planeó sus siguientes movimientos.

Rogelio meditaba en sí mismo mientras su madre le daba una chupada de campeonato en la sala familiar. Notaba que sus palabras, su voz misma tenían más poder. Desde que se había abocado a su plan de corrupción familiar y ritos satánicos, en su mente se había despertado una especie de sexto sentido que le permitía percibir riesgos que los demás no veían, su mirada se había vuelto pesada, infundía miedo y parecía saber exactamente dónde encontrar lo que necesitaba o con quiénes hablar para conseguirlo.

Fue así que logró colarse entre los callejones más peligrosos de la ciudad, con su putimadre vestida de fulana y conseguir que le cedieran varios gramos de cocaína casi pura a cambio de unas buenas mamadas. Gracias a las palabras de Rogelio, que los traficantes apenas podían recordar, y los labios de Lorena, que ellos nunca olvidarían, respetaron el acuerdo y le dieron más de lo prometido. Salió de ahí con su billetera intacta y la mercancía completa. Con planeación y cuidado, podía crear un imperio.

Conseguir la ropa adecuada fue una tarea interesante para Lorena. Rogelio le dio instrucciones simples: ropa de fulana. Cualquier prenda que pudiera pasar por vestimenta de mujer decente sería destruida y le atraería un castigo severo. Él mismo la vistió ese día, con leggins negros tan pegados que resaltaban su diminuta tanga y le hacían ver los labios vaginales y un top deportivo sin sostén que dejaba entrever sus pezones. La hizo beber tres desarmadores (vodka con jugo de naranja) en ayunas, “Eso siempre me ayuda a estar de buenas, pero soy muy estúpida como para recordarlo”. Le dio una cantidad moderada de dinero y le dijo que tenía su permiso para conseguir descuentos a como diera lugar, ella asintió “Tengo que dar las nalgas para comprarme ropa, entendido” este solo pensamiento le hizo cosquilleo en el coño (no, esta no eres tú, lucha, lucha por favor, le decía una voz en el fondo de su mente). La pobre Lorena se devanaba los pocos sesos que le quedaban pensando en cómo hacer que un gerente de ropa de Liverpool o el Palacio de Hierro le hicieran algún descuento pero sus preocupaciones se desvanecieron en cuanto notó a dónde la estaba llevando su GUAPÍSIMO hijo. Estaban en un mercado tipo tianguis, de puestos ambulantes y gente de clase media a baja, un lugar que su antigua yo jamás habría visitado. Los olores de comida callejera, coladeras abiertas y contaminación inundaron sus fosas nasales en cuanto abrió la puerta de su camioneta.

-Llámame cuando termines- dijo Rogelio- no pierdas el tiempo que quiero cenar casero hoy. Mientras se bajaba le dio una sonora nalgada que hizo voltear a algunos dueños de puestos. Ella se rio con la boca abierta, su GUAPÍSIMO hijo era tan ocurrente.

Para relajarse se prendió un cigarrillo de la cajetilla que llevaba atorada en el resorte de los leggins. Como no tenía bolsa se acomodó el celular en la parte delantera de la misma prenda. Al pasar frente a la ventana de una tienda el reflejo que le regresó habría horrorizado a la antigua Lorena. La palabra que buscaba para describirse estaba clara en su mente, la había usado cuando hablaba de tribus urbanas con sus alumnos de la escuela dominical, para que se alejaran de ellos: “Flaites”, “Ñeros”, “Amixers”, “Turros”, “Tukis”, “Nacos”…en este momento ella pensaba en “Chaka”, eso le dio otro ataque de risa, era una “Mamá-Chaka”…y puta…y muy incestuosa, todo eso era positivo en su mente, tanto que tuvo que apretar las piernas mientras sentía ese cosquilleo en la concha de nuevo.

Comenzó a deambular buscando en los puestos de ropa lo más vulgar que hubiera, blusas transparentes, faldas cortísimas, ropa interior barata y diminuta, todo ello un par de tallas menores a la suya “Para verme más golfa” pensaba con alegría. En más de una ocasión preguntó si se podía probar la ropa pero los vendedores le decían entre risas y miradas lujuriosas que no, que no tenían probador. “Qué estúpida soy” se repetía como un mantra. No importaba, al pasar de un puesto a otro se le olvidaba y repetía la pregunta estúpida. En una de esas ocasiones un vendedor la miró de arriba abajo y le dijo:

-Aquí no, pero si quiere la puedo llevar al probador que tengo en el local.

-¡Qué lindo es usted!- respondió ella- ¡Claro que sí vamos!

-Pues agarre lo que se va a probar “señito”, de una vez llévese todo- dijo señalando las prendas de baja calidad que había en su puesto ambulante.

Lorena tomó dos leggins de colores chillantes, tres faldas que más bien parecían cinturones grandes y un par de blusas.

-¿A poco no se va a llevar de lo bonito doñita? Dijo el vendedor señalando las vulgares tangas y sujetadores (SE LLAMAN CHICHEROS PORQUE SUJETAN TUS CHICHIS, PERRA IDIOTA) que había en el puesto.

-Ay pues sí ¿Verda? Que tonta- dijo ella riendo estúpidamente y tomando los más vulgares y de colores más chillantes que halló.

El vendedor le hizo señas a un colega para que cuidara el puesto y condujo a Lorena entre puestos que parecían internarla en un laberinto cada vez más oscuro. Esto la hizo sentirse bien “¡Por la verga de Satán cómo odio la puta luz de sol!” se dijo. Mientras más oscuro era el lugar, su libido aumentaba y su moral, raciocinio y decencia disminuían. Empezaba a sentir que le faltaba algo en la boca… ¿Qué era?

-Pérate manito (¿Qué? ¿Por qué uso ese lenguaje? Preguntaban los restos moribundos de la antigua Lorena)- dijo en el tono más chaka que se le ocurrió- ya me dio sed. ¿Podemos comprar algo para tomar?

-Claro que sí werita ¿Qué se le antoja? – respondió el vendedor, relamiéndose los labios. Esta mujer buscaba batalla.

-Ay pues me da pena pero ¿No me invitas una cervecita? Es que hace un chingo de calor (ese lenguaje de nuevo y ese tono ¿Por qué? ¿Qué está pasando? La Lorena de antes aún luchaba, aún vivía en algún resquicio de la mente de “Lore”, intentaba salir de ahí pero era como si estuviera nadando contra corriente, era una batalla perdida)

-¿Cómo no? Con todo gusto, vente- el lenguaje de la mujer había cambiado, era raro pensó el vendedor, pero no le importó, cambió ligeramente de dirección y llegaron a un puesto donde compró dos cervezas enormes y frías. Después siguieron su camino. Con cada sorbo a la michelada, Lorena se sentía más feliz y caliente (TU FELICIDAD ES SER CALIENTE, PUTA ESTÚPIDA).

Llegaron al supuesto local del vendedor, que no era más que un cuartucho que servía de bodega, llena de cajas con ropa, un espejo de cuerpo completo lleno de manchas, escasamente iluminado por una ventana diminuta cercana al techo y un foco viejo y amarillento, rematado todo con un baño maloliente. A la antigua Lorena esta sola escena le habría encendido todas las alarmas rojas y habría salido corriendo por su propia seguridad. A la nueva y emputecida “Lore” esto era un encantador lugar para probarse ropa. El ambiente oscuro, mezclado con el alcohol en su sangre hacía que su entrepierna empezara a cobrar vida propia, sentía como su excitación aumentaba. Su mente se nublaba y hacía correlaciones sexuales con todo. “Quizá pueda calmar mi coño y de paso conseguir un descuento” se dijo. Se sacó el dinero que guardaba en el top deportivo y lo colocó encima de una caja con cuidado.

-¿Me das chance de probarme la ropa manito?- dijo ella después de darle un sorbo largo a la cerveza que ya había hecho estragos en su menguada mente.

-Claro señito, con confianza, yo cuido aquí la puerta- dijo el vendedor mirando a Lorena con lujuria.

Cuando el vendedor salió ella se empezó a probar las prendas, notando que había una mancha de humedad en sus leggins y en su tanga “Ay pero que puta estoy hecha” pensó con orgullo. Después de quedar sólo en tanga se empezó a probar ropa, pero notó que la puerta estaba entreabierta, el vendedor la estaba mirando. Lejos de enojarse se excitó y ahora se probaba cada prenda exagerando cada movimiento, como si estuviera haciendo striptease. Ella esperaba que él se metiera pero no se animaba y su calentura la estaba dominando totalmente. “Si Mahoma no va a la montaña…” pensó y elaboró un estúpido y sencillo plan.

-Joven- dijo con la voz ya un poco pastosa- ¿me ayuda con esto?

El vendedor se metió en segundos al cuartucho preguntando

-¿Con qué le ayudo?

La escena no podía ser más erótica. Lorena estaba solamente con una micro minifalda negra y las tetas al aire, viéndolo con picardía.

-A ver, dijo ella dando un saltito- ¿no me queda larga esta falta?

-Este…no…para nada señito…le queda muy bien- dijo él sin quitarle los ojos de las tetas

-Ay pero no me estás viendo la falda- respondió haciendo un puchero de niña boba- a ver si así te fijas bien.

Al decir esto se dio la vuelta, quedando de espaldas a él y después se empezó a inclinar cada vez más (la estúpida Lorena de antes había tomado clases de yoga).

-A ver, me voy a ir agachando y me dices cuando se me vean mis nalguitas ¿Vale? Jijiji no quiero ir por ahí con mi puchita de fuera (¿Qué estás diciendo Lorena? Por favor lucha, huye…)

-Si…sí doñita- respondió él, sin dejar de notar que sus nalgas se verían prácticamente por caminar con esa minifalda.

Lorena sabía esto y se inclinaba más y más hasta que su tanga quedó expuesta totalmente, metiéndose entre sus labios vaginales. Ella aprovechó el espejo que tenía enfrente y, sin dejar de exponer su coño lo miró a los ojos, con una lujuria que desprendía fuego.

-¿No se ve nada?

- No

-A ver acércate más…más… ¿En serio no se ve nada?

Él se agachó y sujetó a Lorena por las piernas mientras colocaba su cara a la altura de su coño empapado.

-Creo que así ya se ve un poco más.

Al decir esto hundió su boca en el delicioso coño de Lorena. Ninguno de los dos lo sabía pero el contacto con la piel de una poseída incestuosa como ella había acentuado todos los deseos lujuriosos e insanos que él hubiera tenido antes. Le comía el coño como un experto, metiendo los dedos alternadamente. Hasta que ella se lo pidió.

-Ay ya por favor méteme la verga. ¡Quiero verga!

Él no se demoró en cumplir con esta demanda y se sacó la verga del pantalón. No recordaba haber tenido una erección así de grande y dura. Estaba tan tiesa que le dolía. Sin dudar un segundo se la metió a la mujer sin piedad. El contacto de su verga dura con ese coño mojado fue más que excitante para ambos, tanto así que los dos soltaron un gemido que casi parecía un grito. El vendedor no sabía que pasaba, pero casi podía jurar que esa mujer tan puta estaba apretando su verga por dentro. En realidad era normal, con excepción de su esposo y su hijo, Lorena no había probado muchas vergas.

-Hija de puta, estás bien apretadita, que rica puchita tienes- decía él entre gemidos

-¿Te gusta cabrón? ¿Te gusta mi coñito? ¡Pues cógeme duro! ¡Muéstrame que eres un macho!

-Te voy a reventar a cogidas pinche putita- dijo él mientras se apoderaba de su mente una lujuria que nunca antes había sentido. De pronto sentía que podía prolongar este placer y durar por horas cogiéndose a esta puta. Sentía que estaba lleno de energía sexual. De la misma manera, Lorena sentía un placer cercano al orgasmo con cada embestida. Si bien esta verga no se comparaba con la de su Amo, el morbo de estar comportándose de esta manera la volvía completamente loca. A su mente llegaban imágenes de su vida anterior que se comparaban con la nueva Lorena:

La madre que asistía a misa cada domingo con vestido veraniego/la putimadre que se paseaba por los bares vestida como golfa

La madre que preparaba el desayuno y despertaba molesta a su hijo /La putita que despertaba a su hijo con una mamada y se tragaba la leche

La madre que dejaba la casa impecable/ La guarra que vivía en una habitación que apestaba a semen, coño, cerveza agria y ceniza

La madre que se vestía recatada por dentro y por fuera/la “chaka” que buscaba ropa interior y exterior que muestre su cuerpo al mundo

La madre que jamás pensaba en sexo más allá de lo reproductivo/la puta que estaba buscando un descuento en ropa mientras era follada por un desconocido

Ambos estaban cerca del orgasmo, casi lo podían sentir, como ver la llegada de un Tsunami, unas cuántas embestidas más y…todo se interrumpió de pronto. El celular de Lorena empezó a timbrar, ella lo habría desestimado, pero al ver que era su marido supo que tenía que responder.

-¡Ah que la puta madre!- exclamó Lorena realmente molesta- es el cornudo de mi marido, espérate que tengo que contestarle al pito chico ese.

Le hizo un gesto al vendedor para que detuviera las embestidas mientras que ella, con la minifalda ya recorrida hasta sus caderas, aún a cuatro patas, con la verga de ese desconocido dentro y las tetas al aire, respondía la llamada. Lo que ocurrió en ese momento descolocó al vendedor de sobremanera. La voz y los gestos de la mujer cambiaron de pronto, de no haber presenciado el cambio, él mismo estaría seguro de estar con alguien diferente. Inlcuso sintió como si su coño se volviera más estrecho de repente. De un momento a otro ella tenía el porte, el acento y el léxico de una mujer con clase y educada.

-Hola amor ¿Cómo estás?

-¿Agitada? Para nada vida, es sólo que estoy limpiando la casa a fondo, ya sabes lo mucho que me gusta verla aseada.

-Sí, claro, conoces a tu hijo, siempre tan atento, salió a la tienda
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heranlu

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La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulo 004

Antonio había pasado toda la semana follando a su madre Lorena y también adaptándola a su nueva misión. Como su amo había ordenado Lorena había ido a hacerse una depilación de cuerpo completo, además de manicura y pedicura, además de un cambio de imagen cambio su tono de cabello de castaño a rubio. Había planeado también adornar su cuerpo con algunos tatuajes, eso sería un paso muy especial pues en su antigua forma de pensar, para Lorena los tatuajes eran pecado prohibidos por la misma biblia y quienes tenían tatuajes eran pecadores y delincuentes para esa conservadora ama de casa. Por su parte Antonio había estado revisando el libro que tanto incestuoso placer le había dado para encontrar la mejor manera de poseer a sus hermanas, y encontró la forma perfecta para su hermana menor:

“Para lograr someter al objetos del deseo muy jóvenes, es importante llegar directamente a su mente para corromper su alma. La música es el mejor camino para alcanzar ese objetivo, la época moderna permite usar esta herramienta de forma más sencilla. Lo que debes hacer es seleccionar música relajante y del gusto de tu objeto de deseo y una vez grabado el “casete” deberás ofrecer tu sangre y tu semen combinada con alguna prenda del objeto deseado”.

A Antonio le pareció extraño que usara la palabra “casete” pero eso solo denotaba lo viejo que podría ser ese libro Eso no le importó mucho y decidió que quemaría un cd por ser los más cercano en esta época, Supuso que usar algo más modernos tal vez no tendría efecto así que con su computadora quemó cd con música que sabía que le gustaría a su hermana y después tomó un calzón rosa sucio de su hermana menor colocó encima el cd, después encendió la vela roja se cortó para ofrecer su sangre y después se masturbó disparando su semilla sobre la prenda y el disco pensando en su hermana y en como la cogía con fuerza convertida en su esclava. La llama se hizo más intensa en cuanto el semen tocó el calzón rosa y el cd mezclándose con la sangre, Entonces el cd comenzó a volverse negro y apareció una cabeza de macho cabrío sobre un pentagrama invertido que sin motivo alguno desapareció hasta dejar el disco completamente plateado y la caja se volvió negra con una escena sexual en sombras muy difuminadas.

Al otro día se escuchó el frenar de un automóvil, se trataba de Alicia, la hermana menor de Antonio, una niña aun de catorce años, de cabello rubio, un hermoso y naciente cuerpo, senos preciosos , un culito muy delicioso, pero como le era natural, ella y su hermana Laura, habían sido educadas en la moral y la decencia, sin embargo era lógico que esto cambiaría, como lo había hecho la mente y el espíritu de Lorena su madre, quien ahora era la esclava sexual de Antonio.

-Ha llegado, amo- Dijo Lorena con una macabra sonrisa en los labios.

-Haz lo que acordamos, pronto será mía ¿No es así?

-Te la entregare amo, será tuya como yo.

Alicia entró por la puerta de la cocina, que da al jardín trasero, sonriendo y con sed se dirigió a la nevera donde tomo un envase de jugo de naranja, pero al dar el primer trago, casi lo escupe al ver a Lorena frente a ella.

-¡Hija ya llegaste, que bueno mi amor!

Lorena vestía una minifalda muy pequeña de cuero color rojo, muy ceñida, que hacia conjunto con un top negro minúsculo que apenas sostenían sus senos pues gran parte de la prende eran cinco tiras de cuero que se cruzaban sobre sus pechos formando una estrella de cinco puntas invertida; además de estar maquillada de una forma muy similar a una puta callejera.

-Si mami- Dijo Alicia aún sorprendida por la forma de vestir de su madre.

-¿Cómo te fue en casa de tu amiga? Te la pasaste bien, me imagino.

-Si muy bonita la semana con mi amiga Lulú.

-Me imagino que no habrás hecho travesuras… Del tipo caliente, sexual.- Preguntó Lorena al tiempo que se sentaba en el desayunador abriendo un poco las piernas, mostrando que ahora usaba una diminuta tanga de seda roja. Alicia solo acertó a abrir más sus ojos.

-No, ¿Pero cómo dices eso?…

-¡Hermanita! ¿Cómo estás?- dijo Antonio apareciendo en el desayunador.

-Bien hermano lindo, tan guapo.

Antonio a simple vista parecía normal como siempre, Alicia no pensaba que en él ya había un cambio tan grande como el cielo y el infierno.

-¿Qué tal te fue?

-Bien le decía a mama que estuvo bien…

Acostumbrada a las fiestas sanas, Alicia no tomaba licor, y mucho menos drogas, solo le gustaba la ropa “fresa” (bonita y de marca) y la música pop, de hecho era su favorita, la música era su pasatiempo favorito ya que soñaba con ser cantante como Dana Paola o Belinda. Estas cosas que Antonio sabía bien y utilizaría en su favor, para convertirla en su esclava sexual. Alicia, había tomado de confidente a su hermano Antonio, razón por la cual no le parecía extraño la confianza que había entre los dos.

-¡Cariño ya te levantaste! Te preparare algo de desayunar. -Dijo Lorena que al levantarse, mostró a su hijo su entrepierna en todo su esplendor, mirándolo muy lujuriosamente, Moviéndose como gata en celo hacia la estufa, moviendo su delicioso culo. Alicia más sorprendida aun vio todo, sacándose más de onda.

-¿Qué le pasa a mamá, Roger?

-Nada, luego te cuento.

-Ah… Bueno.

Al terminar de desayunar, Antonio y Alicia subieron a la habitación de ella, Antonio detrás de ella admiro sus piernas y su trasero que se le antojaba mucho, ardía ya en deseos de hacerla suya.

-Ahora sí, dime que le pasa a mamá.

-Nada, simplemente que he logrado que cambie su manera de vestir ¿No te gusta más así?

-Para nada, parece una callejera, está bien que era muy convencional y conservadora… pero ahora se pasa de la raya, se le ve todo, las piernas, las bubis, las nalgas hasta los calzones se le ven. Si papa la viera ¿qué crees que diría?

-Ay, tu tan “ñoña” como siempre ¿Cuándo crecerás?

-Pues si de andar enseñando todo se trata crecer olvídalo, me quedo así de ñoña.- Dijo molesta y después le saco la lengua como niña pequeña.

Al escuchar esto Antonio, no pudo ocultar su enojo, el que su hermana defendiera su inocencia, lo hizo enfadar. Como fuera tenía que convertir a su hermana menor en una ninfómana diabólica.

-Mira mientras estabas fuera, te extrañe mucho, te compre este CD, de un grupo nuevo que seguro te gustara.

-¿Un CD? Ay pareces señor viejito jijiji ¡No te creas! ¡Qué lindo eres hermano! ¿De qué tipo de música se trata? déjame oírla.

El CD, venia en una caja de color negro, no traía letras y apenas y se dibujaba una escena, pero no podía apreciarse totalmente por estar llena de sombras, al tomar el cd, Alicia sintió algo raro al verlo. Al abrir la caja vio que era de color plateado, simplemente así, sin marcas, pero ella no podía dejar de verlo, el disco la atraía.

-¿Lo pondrás o no?

-¡Oh, sí! Lo siento es que me sentí… Olvídalo.

El disco comenzó a oírse, era una música suave y deliciosa, una música hipnotizante, al escucharla Alicia comenzó a perderse de nuevo.

-Te dejo con tu nuevo CD, cuando regrese espero que hayas cambiado…

-¿Como?

-Si hayas cambiado de Cd, no quiero escuchar lo mismo toda la tarde, ciao.

Antonio, salió del cuarto, se paró afuera y sonriendo malévolamente observó el cuarto, imaginando una escena que quizá pronto se haría realidad.

“Esta raro, eso de cambiar, tu forma de ser, y de vestir ¿Que habrá pasado?” Continuaba Alicia pensando en el cambio de su madre y la actitud y las palabras de su hermano. Había dejado puesto el disco, la música que escuchaba era muy relajante, pero algo excitante, aunque Alicia era aún muy niña para saber de sensualidad, su cuerpo sentía algo delicioso, unas extrañas cosquillas y calor, se fueron apoderando de ella.

-Esa música, esa música es tan, tan…-

Alicia comenzó a perderse en un extraño sopor y lentamente se fue quedando dormida.

-¿Qué hora es? Debí quedarme dormida ¿Pero qué rayos?

Alicia, despertaba, pero totalmente horrorizada de lo que veía, ya no tenía puestos sus jeans y la blusa rosa que llevaba antes de dormir. Terriblemente atemorizada brinco y se vio al espejo, ahora llevaba puesto, un diminuto top, que apenas sostenía sus pechos, que aunque en desarrollo ya eran bastantes grandes, una minifalda cortísima que apenas llegaba al inicio de sus muslos, pero lo más terrible es que ya no usaba una pantaleta de algodón de estilo infantil, se sorprendió al sentirse una tanga pequeñísima que se perdía entre sus redondas nalgas, se tocó y al alzarse la falda la vio, era una tanga de encaje color negro como la que usaba su madre.

-Mamá, mamá, mira…

Lorena entro a su cuarto contoneándose y sonriendo, diciéndole.

-Mi amor estás deliciosa, te ves tan caliente ¿comprendes ahora a mamá?

-No; mira yo no… Yo no me vestí así a propósito, desperté así, mira…

-¡Ay amor! ¿No te acuerdas que hace rato te acompañe a comprar todo esto? lencería de mujer, minis, tops, me dijiste que querías ser como yo, ¡Sensual y Caliente!

-¿De qué hablas? ¡Yo no quiero ser así! ¿Y de donde salió todo esto? ¿Y quién me vistió?- En la habitación había mucha lencería y ropa muy pequeña, Alicia la vio y se asustó terriblemente.

-¡AY NO! ¿Qué es esto? tú tienes algo que ver, quieres que sea como tú, ¿Qué te pasa?

Sin más explicación, Alicia salió corriendo de su habitación pero se encontró a Antonio.

-Roger, mira, tengo miedo…

-Ay hermana no te apenes, lo que pasa es que quieres ser mujer y ahora lo niegas…

-No, tú estás loco….

-Mira ven, pasa- dijo Antonio señalando a su habitación

-Alguna vez has pensado en sexo.

-No, nunca, no me interesa- Dijo Alicia con pena

Antonio puso su aparato musical extrañamente era el disco que se encontraba en la habitación de Alicia.

-¿Nunca has sentido un pene, en tus piernas, una mano en tu concha?

La música comenzó a hacer efecto nuevamente, Alicia comenzó a sentir el calor y el cosquilleo, pero esta vez eran más fuertes, su mente se comenzó a perder,

-Escucha la música hermana. Escucha su seducción…

-No quiero, no me gusta… Pero, se siente tan… tan… -Dijo Alicia con los ojos cerrados.

-Escúchala y déjate llevar, como lo hiciste antes, siéntela…

De la nada una extraña energía de color verde empezó a salir del aparato de música, recorrió la habitación, Alicia se encontraba muy extraña, quería concentrarse en la música, pero a la vez se perdía en ella. La energía llegó hasta ella y lentamente fue subiendo alrededor de su cuerpo envolviéndola como serpiente, recorriéndola de forma sinuosa desde los pies hasta llegar a su cabeza. La energía verde entró por ambos oídos hasta llegar a su cerebro.

Poseída por una fuerza extraña, su sopor se hizo más fuerte. La energía verde repto hacia abajo por el cuerpo Alicia y comenzó a desabotonar el top, dejando ver un pequeño sostén, la energía prosiguió hacia abajo, la falda, se desabrochó y cayo, dejando ver la increíblemente pequeña tanga de Alicia que se perdía entre sus nalgas. La energía entró en su conchita, produciéndole un agradable gemido de placer. Todo esto Antonio lo disfruto mucho.

-Dime hermana, te gustaría bailar, para mí… Baila y termina de desnudarte, entrégate de una vez, dame tu virginidad “Incestus servus meus eris in aeternum” (Serás mi esclava incestuosa para siempre)

Escuchar eso fue como si un collar se colocara en el cuello y mente de Alicia. La chica se levantó y obedeció a su hermano, Aun tenia cara de extrañada abrió por fin los ojos, se veía en ellos un intenso destello verde y una sonrisa maliciosa apareció en sus labios. Lentamente comenzó a bailar, su cara sufrió una transformación, sus ojos se llenaron de lujuria, comenzó a sacar la lengua como dispuesta lamber todo, sus caderas empezaron a bailar. Más que un baile era una incitación al sexo.

-Pasa mamá… Mira a tu hija… Tu nueva hija.

Lorena había observado todo desde afuera recargada en el marco de la puerta, estaba excitada al máximo, tocándose y ardiendo en deseo, le dijo a Antonio:

-Mi nueva hija me encanta, me fascina… Ahora ya es como yo, tu sierva, tu puta y gracias al mal que nos muestras y sus delicias, está deseosa de complacerte… Me haces arder de deseo, mi señor.

Alicia, ya convertida, le dijo a su madre….

-Mami ven, acércate…

Dándole una tremenda lamida en su boca:

-Tenías razón mamita quería ser como tú, caliente y lujuriosa, mi inocencia era estúpida y vana, tu sexo me llama ardo en deseos de lamerlo- Le dijo a su madre mientras su cuerpos se rozaban.

Levantando su falda y quitándose la tanga, Lorena se sentó y llamando a su hija con el dedo.

-Es tuyo, hazme el amor… ¡NO! dame la pasión del sexo incestuoso…

Diciendo esto Alicia se abalanzo como una bestia en hambrienta sobre su madre y arrancándole la ropa, la hizo suya, le comió el coño, lo lamio todo. Recorrió con su lengua el sexo húmedo y ardiente de su madre.

Lorena se acomodó de forma que quedo debajo de su hija, hizo a un lado la tanga diminuta de Alicia que aduras penas cubría su raja y alcanzo con su boca el juvenil y lampiño coño de Alicia para hacer un 69. Madre e hija chupaban y lamian el coño de la otra, Lorena lo hacía con fuerza y su lengua se introducía dentro de la virgen vagina de su hija y por su parte Alicia lamia los labios de su madre pues realmente le faltaba experiencia en el sexo, pero lo compensaba con su excitación y su deseo incestuoso de arrancarle orgasmos a los miembros de su familia, el placer que su madre le provocaba era indescriptible, una niña como ella jamás habría imaginado que existiera ese tipo de sensaciones y mucho menos de placer. Alicia trataba de imitar los movimientos de su madre pero para ella era difícil concentrarse en ambas cosas el goce que sentía era tal que Alicia estaba a punto de llegar a su primer orgasmo.

Antonio pensó “Solo falta una sierva más, mi hermanan mayor y favorita… LAURA” mientras veía satisfecho a sus hembras desde su sillón.

-Ven amo, fóllanos, te necesitamos…

-Si hermano, toma mi sangre, quítame la virginidad, por favor, ya no la quiero más, hazme tuya.

Antonio se paró, colocó a Alicia en cuatro y ella rogando ser penetrada, separo sus piernas al máximo que pudo, mientras su madre continuaba debajo de ella jugando un poco con el clítoris de su hija.

-Hazlo se mi dueño… ¡Hazlo!

Antonio la tomo de la cintura y sin ninguna compasión, la penetro hasta el fondo, el grito de placer y dolor de su hermana se dejó escuchar y la sangre de Alicia cayó, en la boca de su madre que la esperaba debajo de ella. Antonio penetraba rápido y con fuerza a Alicia haciéndola quejarse de forma entrecortada quejidos combinados con suspiros. Mientras Lorena seguía lamiendo alternadamente el clítoris de su hija y los testículos de su hijo

-¡Son mías, son mías mis putas!- Grito mientras taladraba con fuerza el estrecho coño de su hermana y la lengua de su madre llenaba de saliva su escroto.

-Somos tuyas Amo, solo tuyas- Dijo entrecortadamente Alicia- Mi virginidad es para ti, mi cuerpo te pertenece hasta mi fertilidad es tuya si lo deseas.

Antonio no podía creer tal entrega tan rápido, probablemente la joven mente de su hermana menor era más influenciable que la de su madre. La recomendación de usar música y magia negra que estaba en ese libro dio excelente resultado. Esa entrega de su hermana lo excito mucho más no pudo evitar correrse dentro del coño de su hermana. Cuando Alicia al sentir la leche de su hermano en su interior se entregó por completo al placer incestuoso sintiendo así su primer orgasmo de su vida cayendo temblando con su cuerpo empapado de sudor sobre el también cuerpo sudado de su madre. Después de lanzar 6 o 7 descargas saco su miembro y el semen salió mezclado con la sangre y las mieles de Alicia esta mezcla cayó en la boca de su madre que con gustó degusto los sabores mezclados de sus hijos.

Lorena trataba de limpiar del coño de su hija la deliciosa leche de su amo, mezclada con las mieles de la nueva esclava. Esto sacó a Alicia del sopor orgásmico en el que estaba y se voltio para buscar los labios de su madre y besarse como dos amantes desesperadas mientras se acariciaban una a la otra. El cuerpo maduro de Lorena y el juvenil cuerpo en desarrollo de Alicia brillaban por el sudor y la mezcla de líquidos que las cubrían. De pronto ambas se dieron cuenta de la nueva erección de su amo y señor, por lo que se pusieron en cuatro con la cabeza baja apoyada en el piso y moviendo de arriba a abajo su culo.

-Por favor amo rómpenos el culo. Es tuyo te lo entregamos.- suplicó Lorena a su hijo y amo.

-Si Amo y señor del incesto, toma nuestros anos; cada uno de nuestros agujeros son tuyos.

-NO mis putas, aún no, ya habrá tiempo para eso. No voy a tomar sus culos hasta que me los entreguen las tres… Laura también tiene que suplicarme que la sodomice junto a ustedes. Serán mías las tres jajaja-Dijo Antonio con deseo y placer en su mirada antes de romper en una carcajada maniaca a la que sus hembras se unieron.
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heranlu

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La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulo 005


El resto de la semana Antonio paso haciendo el amor con… no, mejor dicho cogiendo a sus esclavas, Lorena y Alicia, de todas las formas que se le ocurrieron, siempre disfrutando con ellas pero reservando sus culos para cuando tuviera a su otra hermana como su esclava completamente bajo su control. Había hecho que su madre llevara a Alicia a que depilaran con láser su pubis, axilas y otras partes de su cuerpo que tuvieran vello innecesario; Antonio quería a sus esclavas sin vello en el cuerpo con piel completamente suave para resaltar su fragilidad. Después Lorena llevo a su hija al centro comercial, donde compraron ropa más acorde a su nueva naturaleza. Y terminaron en el salón de belleza para que su hija tambien se hiciera manicura y pedicura completando el cambio de imagen de su hija pintando su cabello con un negro oscurisimo que la hacía ver un poco más mayor.

La noche anterior a que su hermana Laura llegara Antonio se dio gusto con su madre y su hermana menor. En la sala de la casa ambas estaban curando su mano de las heridas que se había hecho para llevar acabo el ritual para dominar a su hermana mayor. Cuando estuvo con la mano vendada lo primero que quiso fue ver a las dos besándose y morreándose un rato y así lo hicieron acostadas en el sofá más grande de la sala. Antonio las llamo para que fueran a chuparle la verga entre las dos, las esclavas fueron en cuatro patas como perritas obedientes y domadas. Las dos mujeres lamieron el pene de Antonio hasta llegar al glande donde compartieron un beso húmedo de saliva y líquido preseminal de su amo.

Ambas estaban prácticamente desnudas salvo por que llevaban pantimedias, Lorena usaba pantimedias negras de encaje con forma de calaveras y Alicia usaba pantimedias de red color rojo. También llevaban zapatillas de tacón y collares de esclavas que les había comprado en la semana, también tenía uno listo para su hermana mayor.

Antonio ordeno a su madre que se montara. Antes de penetrarla Antonio rompió las pantimedias de su madre. Con una pequeña navaja que tenía a la mano hizo un corte pequeño y con sus manos rasgó las pantimedias para poder cogerla. La penetro poco a poco, la verga de Antonio entro en la caliente y húmeda raja de su Lorena. Los pechos de la madura quedaron a la altura de la cara de su amo, lo que el aprovecho para chuparlos mientras ella subía y bajaba disfrutando y gimiendo de la cogida que su hijo le daba, ella le pedía que le diera más duro “Mas fuerte mí amo, por favor, castigue a su sucia esclava. Adoro como su verga entra y sale de mi raja, amo. Me hace sentir caliente ¡voy a venirme, mi amo!” Lorena se vino a chorros cuando su hijo saco la verga de su coño. Llenando la cara de su hija que había estado lamiendo los testículos de su hermano y el culo de su madre, alternadamente como podía por los movimientos de ambos.

En ese momento Antonio le ordeno a Alicia que se pusiera en cuatro “Quiero cabalgarte así esclava, como una perrita en celo” Ella obedecía y se colocó como su amo le había ordenado, las pantimedias en red resaltaban con la piel blanca de su hermana, que estaba en cuatro esperando a que su hermano la penetrara. Antonio hizo a un lado los finos hilos de la red que dejaba amplios espacios por lo que no se le dificultó entrar en el caliente coño de su hermana menor. Alicia sintió las embestidas de su hermano y resoplaba de dolor y placer pues aún no se acostumbraba al tamaño del pene de su amo. Su hermana apoyo la cabeza en el piso para poder levantar más el culo y facilitar la penetración, y disfrutar más de la verga a la que s e había sometido hace algunos días.

Cuando Antonio sintió que estaba por acabar saco su verga y se vino sobre el cuerpo de su hermana quien se volteo y se acostó quedando bocarriba. Antonio lanzo 5 o 6 descargas de tibio y espeso semen sobre el cuerpo de su hermana menor, los chorros cayeron en el estómago, pecho y cuello de Alicia, entonces su madre se acercó a ella para limpiarlos con la lengua, y poder probar la deliciosa corrida de su hijo mezclado con el sudor de su hija que seguía agitada por el orgasmo que le había dado su hermano y amo. Cuando Lorena termino de limpiar a su hija compartió el semen con ella con un beso largo y apasionado. Después de esa faena los tres se fueron a dormir juntos pues al día siguiente tenían que preparar todo para cuando llegara Laura.



Esa mañana Antonio despertó animado, sabía que ese día llegaría su hermana mayor a completar su harén. A su lado estaban Lorena y Alicia dormidas solamente con los restos de las medias; Lorena llevaba las pantimedias negras terminadas en encaje rotas desde la noche anterior y Alicia tenía todavía puestas unas pantimedias rojas de red, fuera de esas prendas ambas estaban completamente desnudas. Al sentir que su macho se levantaba, las dos mujeres despertaron y como adictas a alguna droga se lanzaron sobre el pene de Antonio. Hasta hacerlo venirse y tragar de nuevo su semen al que se habían vuelto adictas.



Mientras su madre preparaba el desayuno y Alicia arreglaba un poco la casa de la actividad de la noche anterior, mientras tanto Antonio revisaba el misterioso libro que tanto placer y poder le había dado. Buscando el párrafo que había encontrado con la mejor forma de dominar a su hermana mayor, quien desde su perspectiva era más inteligente que Alicia y tenía más fuerza de voluntad que su madre. Antonio encontró justo lo que buscaba.

“Las personas inteligentes y tenaces, por lo general, tienen mentes fuertes y difíciles de dominar, sin embargo el camino ante objetos del deseo sesudos y reflexivos no está en su cerebro sino su sexo y genitales. Aunque es importante debilitar su cerebro con sustancias o aromas, es primordial entrar a través del placer orgásmico. Para lograr este objetivo el ritual será diferente y complicado, pero al hacerlo correctamente llevara a un éxito contundente: deberá usarse una prenda íntima perteneciente al objeto que se desea someter, de preferencia usada, se colocará a la luz de la luna (la luz de la luna gibosa es la más efectiva) con un cuarzo negro sobre la prenda y ofrendaras tu sangre en buena cantidad, no solo unas gotas, debe ofrecerse un chorro generoso que demuestre el deseo de someter a ese objeto con la siguiente frase ‘Ofrezco mi sangre como pacto para poder dominar el cuerpo y mente de (nombre del objeto deseado) comprometiéndome a mantenerla como mi fiel sierva satánica por el resto de nuestra existencia’. Antes del amanecer, de que el sol asome su luz, deberás cambiar el cuarzo negro por un cuarzo rojo y derramar tu semen sobre la prenda repitiendo ‘Ofrezco mi semilla como pacto para poder dominar el cuerpo y mente de (nombre del objeto deseado) comprometiéndome a mantenerla como mi fiel sierva satánica por el resto de nuestra existencia’. De ya tener alguna esclava ella deberá usar la prenda mientras se masturba antes de iniciar el ritual para impregnarla de la energía del placer de la obediencia, este paso inicial no es esencial pero ayudara a doblegar la mente fuerte del objeto ante el pacer del sexo”.

Antonio fue por el calzón de Laura que había estado en la luz de la luna en la terraza del jardín trasero. Antes de iniciar el ritual había hecho que ambas esclavas lo usaran y se masturbaran hasta correrse y había seguido las indicaciones, esa era la razón por la que sus esclavas habían tenido que curar su mano la noche anterior.

Antonio se sorprendió al darse cuenta que el calzón de su hermana se había vuelto de un intenso color negro; antes de que el sol saliera Antonio hizo la siguiente parte del ritual, llamó a Alicia para que le se la chupara y cuando estaba a punto de correrse, Lorena cambio los cuarzos y él hecho todo su semen en la prenda. Alicia estaba algo molesta por que sentía que el semen de su amo se estaba desperdiciando, cuando ella podría recibirlo en su vientre, pero le alegraba saber que eso ayudaría a su hermana mayor a entender el placer del incesto oscuro que ella había descubierto. En cuanto el semen toco la prenda, esta se empezó a volver roja partiendo del semen que también se había vuelto tan rojo como el cuarzo. La prenda quedo tan roja como la sangre de la noche anterior, excepto por un pentagrama invertido negro con una cabeza de demonio en la parte de enfrente del calzón. Antonio lo tomó y entró a la casa para darles las últimas indicaciones a sus esclavas, Laura llegaría en unas horas y era necesario tener todo listo.

La hermana, mayor de Antonio, Laura, era una hermosa chica, dé cabello rubio, hermoso busto, un delicado y fino trasero, tenía porte de intelectual, sus lentes, la hacían algo seria y muy inteligente, amante de la naturaleza y de las flores, regresaba de una excursión de 10 días en el campo recolectando muestras para su proyecto universitario, ya quería ver su precioso jardín, al que tanto cuidaba, se despidió de sus amigos y de un salto entro en la casa, sin saber que su familia ya no era la misma gracias al libro de Antonio . La casa estaba inundada del aroma dulce de las velas que ya había usado antes con su madre y su hermana, tal como lo sugería el libro en los respectivos capítulos.

-¡¿Como están todos?! - Dijo alegremente - ¡¿Pero qué…?!

Un rostro de asombro apareció en ella, al ver a Lorena, su madre, con un diminuto vestido semitransparente negro con un diablo en el pecho, además de tener un gran escote, el vestido permitía apreciar que Lorena usaba una pequeña tanga roja sobre las pantimedias de licra del mismo color y no llevaba sostén.

-¡Bienvenida hija!- Lorena la recibió con un abrazo y un beso que incomodo a Laura puesto que lo sintió un poco lujurioso.

-Mami, que te has hecho estas cambiadísima pareces otra, estas irreconocible.

-Ay mí nena, no es nada. Es solo que en su ausencia Antonio me llevó a un concierto de metal y ahora soy fanática de ese grupo de Rock pesado.

-Pero, mírate, te vez muy, muy…

-Caliente y deliciosa- Interrumpió su pequeña hermana, Alicia, quien bajaba de su habitación vistiendo solamente un top de color rojo con negro, que apenas y sostenía sus tetas, luciendo un arete en el ombligo con forma de murciélago, además llevaba una falda de mezclilla pequeñísima que permitía apreciar su delicioso culo cubierto por pantimedias negras de encaje con coquetos moñitos en la parte trasera a lo largo de las piernas.

-¡Eh! ¿Y a ti que te pasa? ¿Por qué vistes así?

-¡Ash! Es la moda hermana, se llama ser joven.

-Pareces una callejera.

-¡Niñas! dejen de pelear y mejor cuéntanos como te fue en tu excursión, vamos a la sala.

Laura las siguió con cierto enojo de ver vestidas así a su madre y hermana. Ya en la sala el espectáculo era muy discorde, Laura de pantalón de mezclilla y blusa tipo exploradora, por su parte Lorena sentada con el vestido recogido hasta arriba y las piernas cruzadas, que permitía admirar sus piernas y la tanga que llevaba. Pero lo peor vino cuando Alicia, con el mayor descaro del mundo se sentó frente a ella y abrió sus piernas, dejando ver que no llevaba bragas y podía notarse su pubis completamente depilado, por lo que Laura se atragantó con el té de hierbas que le había servido su madre, el mismo te de hierbas que Antonio había usado con ella en la primera noche que la sometió.

-¡Pero que cerda eres, no traes calzones y todavía te sientas así! ¿Qué te pasa?

-Ay déjame en paz, vieras que rico es andar así.

-Déjala hija es su edad.

-Que les pasa esto es inmoral ¿pero a ti que te pasó mamá? Ni si quiera traes brasier pareces…

-Cuidado con lo que vas decir, hija. Solamente me gusta estar más libre, toda vía soy joven.- dijo contoneándose sensualmente

-Además no lo necesita. La verdad las tetas de mi mamá toda vía están firmes y se mantienen en su lugar. Pero yo sí necesito que me las levanten porque toda vía no están tan grandes- Dijo Alicia sobando sus pechos que no eran tan pequeños como ella quería creer- Las tuyas en cambio están bien ricas deberías mostrarlas más…

-¡Ay ya! No sé qué les pasó, las dos se volvieron locas… Saben que ahorita regreso.- Visiblemente afectada por la situación, Laura tomó rumbo hacia su jardín.

Mientras la veía alejarse, Lorena sonrió malignamente y le dijo a su hija que ya se acercaba a ella en forma sensual.

-Mi hija mayor pronto será una zorra incestuosa como yo y tú, Alicia, hija mía.

-Sí madre, mi hermano la convencerá y será mi amante, mi hermana me lamerá la puchita.

Dicho esto ambas se entrelazaron en un beso lleno de pasión y lujuria, dándole preámbulo al sexo. Lorena deslizo su mano debajo de la pequeña falda de Alicia, tocando su coño, introdujo su dedo y toco su clítoris a lo que su hija menor respondió con un gemido de placer.

Ya en su jardín Laura pensaba, en lo raras estaban su madre y su hermanita.

-Están muy distintas así no suelen ser.- A su mente llegaban imágenes de cómo eran ellas realmente, buenas, recatadas y tranquilas, no las mujeres que la recibieron.

-Te esperaba con ansias, hermana.- Dijo Antonio escondido detrás de un árbol, se veía asustado

-Antonio, ¿eres tú, que haces ahí?

-Algo raro le pasa a mamá y a Alicia.

-¿Que paso en mi ausencia? dime…

-Veras, Alicia regreso con un libro de portadas negra de esas viejas muy extraño y feo, nos lo mostró a mi mamá y a mí. Pero a mí no me gustó para nada, y mejor me fui al centro con mis amigos, fue la última vez que vi a mamá y a Alicia normales.

-¿Por qué? ¿Cómo?

-Cuando regrese, eran ya otras, andaban casi desnudas por la casa, mi mamá y Alicia… ¡Dios!- Dijo Antonio casi llorando.

-¿Qué?

-¡las vi haciendo el amor!, mamá y Alicia tuvieron sexo.-

-Antonio no mientas.- Le dijo Laura terriblemente asusta da. No podía creer lo que escuchaba

-Te digo la verdad, míralas como están.

Queriendo aclarar las cosas ambos regresaron a la casa, pero antes de entrar, comprobó con sus ojos que lo que decía su hermano era verdad, lo perverso se hacía presente en su casa. Ambas estaban en un 69, su madre lamía salvajemente la conchita de Alicia mientras metía dos dedos en ella, al mismo tiempo ella chupaba los labios y el clítoris de su madre., dándose mutuamente un morboso placer.

-¿Ves? a mí me querían violar, por eso me escape y estuve escondido toda la noche y el día en el jardín hasta que llegaras.

-Sí, debe ser el libro, algo tiene, rápido tenemos que quemarlo para que así vuelvan a la realidad, ¿dónde lo viste por última vez?

-En el cuarto de mamá.

Sigilosamente llegaron a la habitación de Lorena.

-Mira ahí está sobre el buró.- Laura lo tomo rápidamente.

-Rápido a la cocina, vamos a quemarlo.

-Si vamos todos- Dijo Lorena, riéndose malignamente, ella y Alicia se encontraban en la puerta viendo como querían sacar el libro.

-¡No! ¡Son ellas!

-Ponte atrás de mí, no dejare que te dañen.

Antonio se puso atrás de su hermana, fingiendo llorar, tomándola por los hombros.

-Mira lo que tengo para ti hermana.- Dijo Alicia, sosteniendo en sus manos la tanga roja sangre, con la cara de un extraño demonio sobre un pentagrama invertido en la parte de la entrepierna.

-Miren no sé qué les paso, pero yo terminare con esto y volverán a la normalidad, Antonio corre. ¡¿Pero qué?!

Antonio sonreía diabólicamente, al tanto que apretaba sus manos sobre Laura, sujetándola más fuerte.

-Tu también, no puede ser.

Antonio soltó una carcajada, al tiempo que decía.

-Hermana mayor eres muy buena, y estas muy buena y deliciosa. Siervas mías desnúdenla para terminar de convertirla.

-No, ¿por qué tú?, ¡No, suéltame!

Laura no lo pudo soportar más y soltó el llanto retenido, al mismo tiempo su hermana la pequeña Alicia, se le abalanzaba encima, con una mueca de deseo sexual y con la lengua fuera como queriéndola lamer, le arranco su blusa, dejándola únicamente con el sostén. Al tiempo que su madre le intentaba sacar el short de mezclilla. De último momento vio a su hermano Antonio ya como era un diablo lujurioso y enojada logro patear a su madre tumbándola al piso, e intento escapar.

-Zorra estúpida.- Antonio la aventó al piso dejándola semiinconsciente. -Ahora veras, no escaparas, ¡serás mía!- Al tiempo de decir esto de un tirón le quito el short y de otro las pantaletas que llevaba. Laura ya no tenía fuerzas, el golpe la había dejado muy mareada.

-¿Que te ha pasado? ¿Qué has hecho, hermano?

-Alicia, hazlo ahora.

Mientras Antonio y Lorena sujetaban a Laura, Alicia tomo la tanga y se la -puso a Laura quien ya no oponía resistencia.

-¡Ya está Amo! ¡Ya está! Ahora ella se unirá a nosotras para servirte.- Grito Alicia emocionada

-Tranquila cariño, pronto todo estará completo y veras todo un nuevo mundo.- Dijo Lorena mientras acariciaba cariñosamente a su hija para tranquilizarla, acto que no tenía mucho efecto pues al mismo tiempo lamia su mejilla para probar las lágrimas de su hija.

Laura empezó a sentir algo extraño en su entrepierna, algo que empezó a crecer, ella trato de pararse, pero solo logro ver algo que la asusto: el demonio, extrañamente empezó a crecer, unos extraños apéndices, como cuernos flexibles o tentáculos, surgieron de él y empezaban a envolver sus piernas en una sombra oscura mientras otros tentáculos se introducían en la concha de Laura, al tiempo que ella empezó a sentir un terrible calor, y deseo.

-¡No! ¿Por qué? ¿Por qué…?- Sintió como los tentáculos, le llegaron a su clítoris y de manera sorpresiva se le clavaron en él al tiempo que un gemido surgió de ella…- ¡ah, ah! ¡aaahhhhh!

Las sombras que envolvían sus piernas se convirtieron en pantimedias de red negras con encajes rojos con la cara del mismo demonio. De inmediato ella se vio cubierta de sudor y envuelta en tremendas convulsiones, su alma y mente estaban siendo corrompidas por imágenes de sexo, veía a su hermano y el deseo ya se apoderaba de ella, a su madre a hora también la deseaba, y su hermana se le ofrecía con su sexo ardiendo.

-Hermana, levántate ahora- Laura se levantó y miro a su hermano. -¿tienes algo que decir?

-Sí… Es una lástima Amo, una lástima…

-¿Qué?

Laura lamió sus labios con una maligna sonrisa y tocándose sus pantimedias, en la cual el demonio que estaba en la tanga había desaparecido se había transformado en un cráneo con alas de murciélago con el pentagrama en la parte de la frente. Se habían convertido en una mezcla de pantimedias con tanga. Laura metiendo sus dedos en su concha, caminó de manera sensual a su hermano y postrándose ante él le dijo al tiempo de que tomaba su miembro.

-Es una lástima que hasta ahora me des tu miembro, hermano, seré tu puta más fiel y la esclava más deseosa de ser tuya, mira como me como tu verga- dijo antes de meterse el miembro de su hermano completo a la boca. Luego viendo a su madre y su hermana les dijo.- Vengan háganme suya, muéstrenme ese placer de lujuria, lameré tu concha Alicia, muerde mis pezones madre.

Las tres se unieron en un beso pasional lleno de lujuria y acercándose a Antonio les dijo mientras acariciaba sus cuerpos:

"¡Incestus servus meus eris in aeternum!" (Seras mi esclava incestuosa para siempre)

Las 3 mujeres arrodilladas ante su amo al unísono le gritaban mientras acariciaban las piernas de su señor y se compartían la verga de Antonio: “Eres nuestro amo, señor del incesto, danos el sexo perverso que nos has enseñado, danos tu placer. ¡INCESTI SERVI TUI IN AETERNUM ERIMUS!” (Seremos tus esclavas incestuosas para siempre).

Antonio viendo a sus siervas, esclavas solo atino a reírse a carcajadas al tiempo que les decía.

-¡Son mías, mámenme la verga por siempre, jajajajaja!

Las tres mujeres compartían la verga de su amo. Laura chupaba la verga de su hermano desde la cabeza y al mismo tiempo, Lorena y su madre chupaban el cuerpo del pene de Antonio besándose entre las tres en el proceso con el miembro grueso y repleto de sangre de su amo en el centro de ese beso triple.

-Abre tus piernas Hermana- ordeno Antonio – voy a hacerte mía. Dime ¿eres virgen Laura?

-Sí mi señor, me he guardado para el día de mi boda.

-Me da gusto, esclava. Este es el día en que te convertirás en mi consorte y tomare tu virginidad.

-Nada me podría hacer más feliz que entregarme a ti amo. ¡Tómame, toma mi virginidad quiero ser otra de tus consortes!- Laura se acostó en el suelo con las piernas abiertas para que su hermano la penetrara recargada en Alicia quien sonreía y acariciaba su cabello –ya deseo que me chupes todo hermanita –le dijo Laura

Mientras Antonio se quitaba la ropa, Lorena se abalanzo entre las piernas de su hija, movió la tanga y se relamió los labios al ver el coño de Laura completamente expuesto y húmedo y lo empezó a lamer penetrando su lengua y jugando con su clítoris, mientras Alicia jugaba con sus tetas y la besaba.

-Ya quiero probar tu sangre también Hija, la deliciosa sangre de tu castidad cuando la tome nuestro dueño.

-¡A un lado puta! Es hora de que reclame la virginidad de mi esclava.

Antonio se acomodó sobre su hermana y la penetro con fuerza, arrancó un grito de placer de la garganta de su esclava mientras seguía embistiéndola con un potente mete-saca, Sentía la humedad del sexo de su hermana y eso lo emocionaba, por fin había conquistado el último coño de su casa. Laura se sentía extasiada de acoger en su interior el pene de su hermano, quien ahora era su Amo y señor, el Dueño de su cuerpo, mente y alma con el derecho y potestad para corromperla y transformarla como lo había hecho con su madre y su hermanita, solo eso pasaba por su mente mientras se besaba con Alicia, su hermana menor, y sentía las embestidas de su hermano, pronto escucho a su hermano decir “Ya está empezando a salir, madre” y sintió a su madre lamer sus labios vaginales que aun albergaban el pene de su hermano.

Lorena estaba lamiendo la sangre de su hija que se escurría en un delicado hilo por sus labios y manchaba de un ligero tono rosado la verga de su hijo. Una vez que su madre se había saciado de lamer, Antonio continúo embistiendo a su hermana mayor, escuchando sus gemidos de placer, mientras su madre besaba a Alicia compartiendo el sabor de la sangre de Laura. Mientras acariciaban el cuerpo de Laura, haciendo especial énfasis en sus pechos y en sus pezones que se encontraban erectos por la excitación que de la pequeña orgia familiar

-Amo…- interrumpió la voz de su hermana menor- ¿Ahora vas a tomar nuestros anos…?

-Sí amo, por favor- continuo su madre- las tres somos tuyas como deseabas desde el principio ¿Ahora podemos entregarte nuestros culos? ¡Tómalos! ¡Rómpelos! ¡Son tuyos!

-Por favor mi señor toma mi ano, sodomízame- Suplico su hermana mayor.

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La Historia de Antonio y las Féminas de su Familia - Capítulo 006


Lorena estaba lamiendo la sangre de su hija que se escurría en un delicado hilo por sus labios y manchaba de un ligero tono rosado la verga de su hijo. Una vez que su madre se había saciado de lamer, Antonio continúo embistiendo a su hermana mayor, escuchando sus gemidos de placer, mientras su madre besaba a Alicia compartiendo el sabor de la sangre de Laura. Mientras acariciaban el cuerpo de Laura, haciendo especial énfasis en sus pechos y en sus pezones que se encontraban erectos por la excitación que de la pequeña orgia familiar

-Amo…- interrumpió la voz de su hermana menor- ¿Ahora vas a tomar nuestros anos…?

-Sí amo, por favor- continuo su madre- las tres somos tuyas como deseabas desde el principio ¿Ahora podemos entregarte nuestros culos? ¡Tómalos! ¡Rómpelos! ¡Son tuyos!

-Por favor mi señor toma mi ano, sodomízame- Suplico su hermana mayor. – quiero entregarte cada uno de mis agujeros…

-… No hay otra cosa que desee más mis esclavas, pero quiero hacerlo a mi gusto, mis perras. Mañana Mamá y Alicia te llevaran que depiles todo tu cuerpo, Laura. Después irán a que te hagas un cambio de imagen; quiero verte pelirroja para completar el cuadro de las tres, una rubia, una morena y una pelirroja; y por último iras a comprar

-¡Tus deseos son órdenes, Amo!- Dijeron las 3 sumisas al unísono.

Al día siguiente Lorena y Alicia llevaron a Laura al mismo local donde ellas se habían hecho la depilación láser para dejar sin un solo vello su pubis, axilas, brazos y piernas; El Amo Antonio quería sus perras sin vello en el cuerpo, solo el cabello, las cejas y pestañas era todo el pelo que quería ver en sus mujeres. Para terminar Laura se pintó el caballo de un rojo intenso.

Después de terminar la larga sesión acompañaron a la nueva esclava comprar ropa más adecuada, Por supuesto que Alicia y Lorena no dejaban de tocar a Laura o entre ellas en todo momento. Alicia y Laura iban de la mano como si fueran novias y junto con ellas Lorena quien en momentos las abrazaba a las dos poniéndolas a cada una a su lado. En ocasiones una besaba a la otra jugando con sus lenguas. Nadie que las hubiera conocido en sus vidas anteriores, las había reconocido; sus actitudes y comportamientos eran tan diferentes. Ninguna persona cercana a ellas habría imaginado que la virtuosa y abnegad madre; Lorena, se había convertido en una MILF rubia que sensualmente mostraba sus curvas sin pudor. O que la estudiante tímida y tierna; Alicia, se había transformado en una chica de cabello negro sensual y desvergonzada que adoraba atraer las miradas a ella. O que la exploradora amante de la naturaleza, responsable y protectora; Laura, se había vuelto una pelirroja obediente, sumisa y dispuesta a usar su cuerpo para complacer a su dueño. Nadie habría reconocido a la nueva familia, la diferencia era tan abismal como el día y la noche.

Evidentemente el cambio que había iniciado como algo mental, contamino el espíritu de las mujeres y término provocando en cambios físicos, en sus cuerpos más allá de los cambios estéticos que ellas mismas se hacían. El pecho de las tres había aumentado al menos dos tallas, y lo hacían resaltar un poco más con la ropa que levantaba sus tetas y para hacer más atractiva la visión de sus pechos las tres habían ido a hacerse perforaciones en los pezones, Lorena llevaba unos aros dorados, a Laura le habían puesto una pequeña barra que atravesaba el pezón y de cada lado se enroscaba una pequeña esfera plateada, mientras que la pequeña Alicia había optado por algo similar pero en lugar de esferas tenía unos conos de color negro en cada . Sus cinturas se redujeron y perdieron grasa, aunque ninguna de las tres era obesa la poca grasa que tenían fue desapareciendo por lo que su vientre resaltaba por verse plano y liso y coronaban esa nueva estética con una perforación en el ombligo y en la parte de atrás las tres ostentaban hermosos tatuajes en la espalda baja, justo en el límite entre el trasero y la espalda. Por otro lado la cadera también había aumentado sus traseros se habían redondeado como globos, la depilación había dejado a la vista sus vagina y unos centímetros arriba del vértice y cerca del monte de venus tenían escrito dos renglones “Propiedad del Amo Antonio” en letra cursiva elegante enmarcada con un infinito. El amo había pensado en anillar también sus clítoris y sus labios, pero no quería exagerar con los cuerpos de sus putas, después de todo tendría el resto de sus vidas para modificarlos como a él le plazca.

Completaban el resto de la transformación de sus cuerpos usando tangas, y en ocasiones, nada bajo la ropa sexy que debían usar cuando salieran, tops, minifaldas, shorts tan pequeños que los resortes de las tangas se vieran o vestidos cortos, escotados y muy ceñidos a sus cuerpos que debían usar sin sujetadores para que los piercings de sus pezones resaltaran claramente. Todo su atuendo se completaba con zapatillas de tacón alto y en ocasiones medias o pantimedias si el amo se siente especialmente perverso.

Cuando Lorena, Laura y Alicia, volvieron a casa después de terminar su día de compras y cambio de imagen de Laura, Antonio las estaba esperando en la sala bebiendo una copa de vino tinto envuelto en la bata negra de seda de su padre.

-Estamos de vuelta en casa, Amo- aviso Lorena en cuanto entró junto con sus hijas.

-Me alegra, perras. Quiero que me muestren la nueva imagen de Laura… Quiero verlas a las tres, pero en especial a ti Laura. DESNUDENSE.

Mientras las tres mujeres se quitaban la ropa que llevaban en la calle Antonio sirvió vino en tres platos de perro que tenían los nombres de sus esclavas. Las esclavas se contoneaban mientras se iban desnudando, y cuando quedaron las tres completamente desnudas se exhibían sin pudor ante su Dueño quien las observaba atento y deseoso desde el sofá tocando su miembro con una mano y sosteniendo su copa de vino en la otra.

-Si quieren beber, perras- dijo Antonio apuntando con la cabeza a los platos con vino- deben complacerme aún más con sus bailes. Si no, tal vez ni siquiera haya comida para ustedes esta noche. Laura, acércate. Quiero verte bien.

Laura obedeció. Se acercó mientras bailaba alegremente al ritmo de “Back in Black” moviendo su cuerpo recién adornado a su amo y dueño. Antonio palpo las tetas firmes de su hermana mayor, jugo un poco con los piercings de los pezones, los chupo con fuerza que casi le hace daño a su hermana; la hizo gemir de placer y dolor por la manera en que movía la lengua jugando con sus pezones perforados. Laura jugaba traviesamente con el pene de su hermano mientras el chupaba sus tetas, esto hizo que el miembro de su hermano reaccionara y se levantara como hasta lista para la bandera, Laura recorría con su mano de piel suave y toque delicado la verga caliente, dura y palpitante de su amo, con una seña Antonio le ordenó a su esclava que le se encargara de su miembro. Laura se arrodillo ante él y se metió a la boca el pene de su amo.

Antonio sentía la humedad y calidez de la boca de su hermana mayor mientras de cada lado su madre y su hermana menor bailaban para él al ritmo de la música y el aprovechaba para acariciar sus nalgas. Laura puso la verga dura y llena de saliva de su hermano entre sus pechos y se puso a masajearla apretándola con sus globos de carne.

Laura sentía el miembro de su hermano duro y caliente recorrer la separación entre sus tetas. Estaba extasiada por poder usar su cuerpo para el placer de su hermano menor, su amo y dueño. El alma de las tres estaba cada vez más oscurecida y esa oscuridad las impulsaba a servir a su amo, entre más degradante eran sus actos al servir a su dueño, más placer sentían las esclavas. Así que para Laura estar de rodillas con la verga de Antonio entre sus pechos era casi el éxtasis de la degradación. La lubricación de la saliva de Laura facilitaba el movimiento, haciendo que cuando la cabeza gruesa del pene de Antonio se asomaba aprovechaba para chuparla brevemente, lo que se reflejaba en la cara de placer de su hermanito.

Mientras Laura se dedicaba al miembro de su amo, las otras dos esclavas estaban bailando para el a cada lado restregándole las nalgas los más posible, podía sentir el aroma de los sexos húmedos de sus esclavas por la cercanía, Lorena y Alicia estaban con sus coños húmedos y ardiendo, deseaban incesantemente ser penetradas por la verga de su amo, o por lo menos con la lengua de alguna otra de las esclavas. Las dos mujeres se contorsionaban no solo por bailar al ritmo de la música para su amo, sino por el dolor que les causaba la necesidad de ser cogidas.

Cuando Antonio más excitado se sentía les ordeno a su madre y a su hermana menor, quienes continuaban bailando a sus costados, que se arrodillaran junto a Laura para ayudarle. Podía verse la cara de Laura brillante por la mezcla de sudor y saliva que usaba de vez en cuando para lubricar la verga de su hermano y facilitar el movimiento mientras la presionaba entre sus dos globos de carne. Sentir como se deslizaba esa barra de carne viva y palpitante la había hecho excitarse, sus pezones estaban erectos y rozaban con la piel de su hermano cada que se movía de arriba abajo. Pero Laura fue interrumpida de su éxtasis por su hermana y su madre quienes siguiendo la orden de su amo se acomodaron a cada lado de ella mientras acariciaban tiernamente las piernas de Antonio.

Las tres sabían lo que venía, Su amo estaba a punto de correrse y las tres esperaban ansiosas la corrida de su amo en sus caras con las bocas abiertas, pero antes, mientras se masturbaba furiosamente, Antonio jalo desde su garganta flemas haciendo un sonoro escandalo con su nariz y garganta; y escupió un tremendo gargajo en la boca de su madre quien jugo con él mientras esperaba las ordenes de su amo; después escupió otro en la boca de su hermana mayor y por ultimo repitió el procedimiento en la boca de su hermana menor quien ansiosa esperaba su turno. “Tráguenselo” fue la orden que Antonio les dio a sus mujeres quienes obedecieron emocionadas por ser humilladas, cada una trago la flema de su dueño, mientras excitado tocaba su pene, veía las tres hembras abrir sus bocas y hacer sonoros “AAhh” como si de un comercial de alguna bebida refrescante se tratara, para mostrarle a Antonio que habían cumplido su orden sin problema.

Antonio al ver esas reacciones tan sumisas de sus hembras no pudo aguantar más y les rego en sus caras varios chorros blancos de semen potentes y certeros a las caras de sus esclavas, aunque la mayor parte cayó en las bocas abiertas de las mujeres, algunos alcanzaron a caer sobre sus mejillas, frente, nariz, ojos y hasta cabello. Después de que cada una trago su porción, Antonio les ordeno que se limpiaran lamiéndose una a otra. Ambas hijas se lanzaron sobre su madre para repasar con sus lenguas la cara de su progenitora, ella a su vez trataba de lamer las caras de sus hijas entre risa por las cosquillas que sus lamidas le producían. Luego fue a Alicia a quien le toco recibir las atenciones de las lenguas de su madre y hermana, la pequeña se sentía aún más excitada de sentir las caricias de las otras dos hembras, pues no solo estaban lamiéndola, su madre y su hermana mayor además acariciaban su cuerpo sudado, especialmente sus tetas y su coño mientras recogían los restos de semen de la cara, mientras ella se dejaba limpiar. La última fue Laura, ella abrazo a su madre y a su hermanita para sentir sus pechos rosándose contra ella, mientras la lamian y recogían los restos de semen de su cara. Para terminar las tres se fundieron en un beso lleno de baba y semen, tratando de meter sus lenguas en la boca de las otras y compartiendo con gusto y placer la corrida de su amo

Estando abrazadas limpiando mutuamente sus rostros y pechos con sus lenguas de los restos de las espesas cargas de leche de su dueño cuando estando relucientes por el sudor y la saliva Lorena dijo mientras continuaba con los brazos alrededor de sus hijas

-Amo por favor, necesitamos que nos sodomices, que tomes nuestra última virginidad, la de nuestros culos.

-Sí, Amo.

-Por favor, Amo.

-¡Muy bien, Golfas! Suban las tres a la habitación. Por fin Cumpliré mi fantasía de romperles el culo a las tres al mismo tiempo. Acomódense en la cama con sus culos en alto y espérenme, necesito recoger algo antes.

-Tus deseos son órdenes, Amo.

-Servirte es nuestro placer, Amo.

Antonio subió tras sus esclavas pero mientras ellas se dirigían a la habitación principal, que hace unos meses era la de sus padres y ahora solo era un cuarto más donde podía realizar las mayores perversiones durante las orgias que se montaba con su madre y hermanas, él se dirigió a su habitación por un lubricante que tenía preparado para esa ocasión con una receta sacada del libo que aseguraba sumisión total de la persona en quien se usara. La combinación de hierbas e ingredientes aplicada por el ano, se integrarían entrando al torrente sanguíneo por las venas reventadas en el ano y al mezclarse con el semen provocaría que la persona quede rendida a los pies y prendada de quien eyacule en su interior. Antonio sonrió al tomarlo y se dirigió con sus putas. Cuando llego a la habitación que fue de sus padres encontró que sus tres mujeres ya se habían acomodado en cuatro sobre la cama, completamente desnudas y deseosas de ser sodomizadas por su dueño.

-Agachen sus cabezas perras, pónganlas sobre el colchón para que su culos queden en alto.- les ordenó

Las tres obedecieron de inmediato un “¡Sí Amo, como usted ordene amo!” se escucharon las tres voces decir al unísono pegaron sus cabezas al colchón de la cama en la que estaban arrodilladas dejando sus culos levantados. Antonio subió a la cama y vio emocionado los hermosos y redondos traseros de su madre y sus hermanas, Lorena, Alicia y Laura estaban acomodadas en el orden que fueron dominadas, las tres se movían de arriba abajo mostrando su ansiedad por servir a su dueño con el único agujero que no había tomado. Antonio les empezó a embadurnar las nalgas con el maligno lubricante que había preparado, pasó sus manos aceitadas por los tres traseros, primero por el de su madre, luego por el de Alicia y por ultimo por el de Laura, su esclava más nueva. Se podían escuchar las suplicas y gemidos de deseo de las tres mientras Antonio les esparcía por las nalgas el menjurje que iba a usar para completar su dominación sobre ellas mientras las sodomizaba mientras les metía uno o dos dedos en sus anos para que se fueran abriendo y fuera más sencillo rellenarlos.

Al llegar a Laura, en el otro extremo de la cama, se preparó para entrar por la puerta trasera de su hermana mayor, puso su pene tieso y duro en el ano y empujo con fuerza su miembro introduciéndolo de un golpe en el ano de su hermana mayor, Laura y Antonio tardaron en acoplarse en un ritmo, pero una vez que lo lograron empezaron a disfrutar. Laura suspiraba y gemía mientras sentía el rígido mástil de carne entrar y salir de su recto, “más duro por favor amo” le decía emocionada y deseosa de más. El ano de Laura había empezado a sangrar un poco, las suplicas hicieron mella en su hermano que eyaculo con fuerza dentro de su ano, la mezcla de la sangre, el lubricante ye l semen hizo su trabajo y Laura tuvo un orgasmo anal que la derrumbo mientras temblaba como si estuviera sufriendo un ataque epiléptico, mientras gritaba el nombre de su hermano, amo y dueño, quedando completamente en su poder.

A pesar de haber eyaculado de nuevo, el pene de Antonio seguía erguido y Antonio se movió al lado de su hermanita menor, Alicia. Dirigió su verga al culo de su hermana y la penetro con más cuidado que con Laura, el Ano de Alicia por algún motivo era más apretado y Antonio no quería lastimarla, pues le parecía más tierna y delicada que Laura, a pesar de que sentía más afecto por su otra hermana trato a Alicia con más delicadeza, penetrando su embadurnado culo poco a poco, mientras escuchaba las quejas de su hermanita, sacaba un poco del apretado culito y volvía a penetrarlo introduciendo un poco más profundo. Así estuvo tratando a su hermanita hasta que logro insertar por completo su pene dentro del ano. En cuanto Alicia se sintió cómoda empezó a moverse con fuerza para disfrutar de la verga de su ano. Sus gemidos de placer y sus movimientos hizo que su hermano eyaculara de nuevo y lleno de un buen chorro de semen su culo, sentir la leche caliente de su hermano dentro de ella hizo que, al igual que su hermana mayor, la invadiera un orgasmo que la derrumbo, por lo que Antonio saco su verga del ano de su hermanita mientras se unía a su hermana mayor temblando derrumbadas en la cama mientras disfrutaban de una larga cadena de orgasmos. Solo Faltaba Lorena, su madre y primera esclava.

Mientras sus hermanas se convulsionaban sobre la cama, Antonio se colocó detrás de su madre, él estaba nervioso y Lorena estaba ansiosa por recibir a su amo por su tercer y único agujero que le faltaba reclamar. Esta vez, a diferencia de con sus hermanas, Antonio se ensañó, sentía una extraña necesidad de destrozar el culo de su madre, quería hacerle el amor por el trasero pero de la forma más agresiva y violenta que pudiera. Se colocó detrás de su madre y apunto su aun erecto pene, si es posible aún más duro y tieso con las venas resaltadas, la idea de sodomizar a su madre completamente bajo su control, tan sumisa que le ayudo a dominar a sus propias hijas; Antonio sabía que su madre estaba deseosa de entregar su ano. Lorena estaba ávida de ser penetrada su rostro se deformaba por el deseo, y el grito que dio cuando sintió entrar la verga de su hijo en su culo, fue una mezcal rara de dolor y placer. Su hijo metió de un solo golpe toda su verga con la fuerza de un ariete medieval, hacia viscos con los ojos y tenía la lengua de fuera de la forma más golosa posible, su hijo embestía con furia asesina, diciéndole lo puta que era, ella parecía absorta en el placer de complacer a su amo y dueño, solo se quejaba pero no decía nada en respuesta. Antonio se movía con fuerza y ni si quiera espero a agarrar ritmo como lo hizo con sus hermanas, sentía como su madre apretaba con sus músculos anales como si quisiera ordeñarlo y Lorena disfrutaba el tratamiento que le daba su hijo. Esta vez Antonio sentía el máximo poder lo que hizo que su orgasmo llegara con toda la potencia de su obscura alma, llenando por completo el culo de su madre. Sentir que su hijo se corría dentro de ella, saber que ahora cada uno de sus agujeros le pertenecía a su hijo, hizo que una cadena de orgasmos tirara a Lorena, y al igual que sus hijas, convulsionaba sobre la cama. Las tres temblaban por el placer de los orgasmos que les provocaba el efecto de ser dominadas por lubricante satánico en sus anos mezclado con el semen de su amo, el efecto las hacia disfrutar tanto que las tres habían puesto caras “ahego”: bocas abiertas con una sonrisa con la lengua afuera y babeando con los ojos haciendo viscos. Antonio se levantó satisfecho por su obra viendo a sus hermanas y a su madre convertidas en sus esclavas sometidas estremeciéndose de placer, se dirigió al baño a darse una ducha para descansar y relajarse.

A la mañana siguiente Antonio se despertó en la cama de sus padres con sus tres esclavas chupando su verga y su escroto. Acaricio sus cabezas y les dijo la frase: "Incestos servos meos erunt in aeternum" (Serán mis esclavas incestuosas para siempre)

Las 3 mujeres de rodillas sobre la cama ante su amo le dijeron al unísono mientras acariciaban el cuerpo de su señor y le chupaban la dura verga compartiéndola: “Eres nuestro amo y señor, maestro del incesto, nuestro demonio de la perversión, ¡Danos el sexo perverso que nos has enseñado! ¡Déjanos complacerte! ¡Danos tu placer! ¡Tus deseos son nuestras órdenes! ¡Servirte es nuestro placer!”y mientras acariciaban el cuerpo de Antonio adorándolo y venerándolo las tres repitieron a todo pulmón una frase en latín que resonaba en sus cerebros: “¡ET NOS TRES SERVI TUI INCESTI ERUNT IN AETERNUM!” (Las tres seremos tus esclavas incestuosas para siempre) aunque no conocían su traducción literal, sabían lo que significaba y a lo que se atenían al proclamarla, servir por el resto de sus vidas a su Amo y Señor... y tal vez seguir sirviéndole después de que sus vidas terminen pues sabían que ahora le pertenecían en cuerpo, mente y Alma.

A partir de ese día Antonio pudo disfrutar cuanto quiso y como quiso, donde quiso y cuando quiso de sus esclavas.

En la casa de Antonio todo había seguido con normalidad, si con normalidad entendemos que continuaba haciendo su voluntad con su madre y hermanas. Ellas iban prácticamente desnudas siempre, y no quería que eso terminara aunque sabía que eso sucedería cuando su padre regresara a la Ciudad de México de supervisar los proyectos que tenía en construcción en los estados de provincia. Algo tenía que hacer. Antonio había estado revisando el libro esperando encontrar una solución. Y de repente la encontró.

“Si tu deseo de incesto es intenso y tu voluntad es que dure para siempre sin interrupciones, debes pagar un precio más elevado. Debes ofrecer un alma cercana con un doble objetivo, deshacerte de la competencia y potencializar el poder que has obtenido.”

Antonio comprendió a lo que se refería con “deshacerse de la competencia” ofrecer el alma y vida de su padre para que su dominio y soberanía no termine. Llevó a cabo el ritual ofreciendo a su padre y solicitando sus propiedades materiales.

El día siguiente mientras Antonio observaba a sus esclavas bailar “Erned it” para él antes de cogerlas de nuevo por el culo; las tres llevaban plugs que terminaban en colitas de animales insertados en sus anos, Su hermana menor tenía el de una zorrita, su hermana mayor el de una gatita y su madre llevaba el de una vaca, el "atuendo" lo completaban sus collares y diademas con orejas del mismo animal del que tenían las coas. Mientras las tres esclavas bailaban al tranquilo ritmo de la canción para su amo sonó el teléfono Antonio detuvo la música y su madre respondió:

-Bueno… Sí… ¿Qué? ¿Pero cómo? … ¡Oh por dios!... No puede Ser… Sí, Entiendo. Claro... Gracias Quique… Gracias, veré como decírselo a los niños. Gracias. Nos vemos allá-

Lorena colgó y sonrió perversamente a sus hijos, las chicas ofrecían sus nalgas a su hermano quien los sobaba con fuerza las nalgas y las nalgueaba dejando marcada en rojo su mano sobre los redondos traseros de sus hermanas.

-Por fin amo, ¡Somos libres para ser sus esclavas incestuosas por siempre!

-Lo imagine puta, ¿Qué pasó con tu esposo?

-Tuvo un accidente en una obra en Puebla, parece que cayó por un pozo y unas bolsas de cemento cayeron sobre él. Tu tío Enrique, no me dio muchos detalles

Alicia y Laura ahogaron un grito de sorpresa y sonrieron sintiendo una gran paz por ya no tener que preocuparse por ocultar su relación ante alguien.

-Debo prepárame para ir a Puebla amo, con tu permiso por supuesto. Tu tía viene en camino, en una hora llegara por mí para llevarme con su chofer.

Unos días después en el sepelio Antonio pudo ver a su hermosa tía abrazando y consolando a su madre que fingía un gran dolor; que hermoso par de rubias eran su madre y su tía; y a sus primas, las gemelas, con sus hermanas. Solo Antonio sabía que bajo sus ropas negras por el luto sus tres esclavas llevaban sexys conjuntos de tangas y medias y dentro de sus cuerpos las tres tenían en sus culos plugs anales de gran tamaño, que les provocaba incomodidad al estar sentadas y en sus vaginas huevos vibradores que él podía activar con una aplicación en su celular, cosa que hacía y ellas disimulaban el placer y la sorpresa como si fueran gemidos exagerados de dolor y tristeza con el llanto. Ver a su madre y a sus hermanas con sus tías y sus primas hizo que en su mente se empezara a pensar si podría ampliar su harén, mientras ignoraba a su tío que trataba de decirle que ahora tendría que ser el hombre de la casa y que él le ayudaría a llevar los negocios de su padre.

Una semana después se llevó a cabo la lectura del testamento y como era de esperarse Antonio hizo que sus esclavas usaran ropa interior de putas bajo sus ropas negras, así como los mismos artilugios en sus cavidades, sin embargo esta vez agrego que las tres usaran gargantillas pegadas al cuello a forma de collares de perro, aunque discretos daban una rara sensación a las personas que las veían. Casi todas las propiedades de su padre quedaban a nombre de su madre, y otras cuantas a su nombre y de sus hermanas, Sin embargo haciendo uso de su derecho y poder como amo Antonio ordenó que en cuanto fuera su siguiente cumpleaños las tres pondrían sus propiedades a su nombre.

Después de la lectura pasó por la mente de Antonio una idea pequeña e incipiente Si él se convertiría en el heredero de todo lo que su padre tenía tal vez, solo tal vez en algún momento tendría que heredar sus nuevas posesiones alguien más. Por suerte tenía tres esclavas hermosas y fértiles que podrían darle herederos suficientes y, tal vez, pronto podría incrementar su harén de familiares gracias a ese libro tan peculiar
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