Juegos Prohibidos

MARORI69

Pajillero
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Feb 4, 2025
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Me presentare como Iván. Soy un tío normal, más cerca ya de los 50 que de los 40, policía de oficio, deportista, pero amante de los placeres mundanos, como el buen vino, o la comida. Mido 1,85, y en mi mejor época, ando por los 82 Kg de peso, sin llegar a estar “seco” ni definido, pero con bastante buen tono muscular. Llevo el pelo muy corto, exigencia de mi trabajo, en parte, y por gusto propio. Mi mujer, segundo matrimonio, Alba, 42, menuda, 1,65, rubia de melena sobre los hombros, 44 Kg, pecho pequeño, duro, erguido, y con unos pezones que incitan a mordisquearlos sin parar. Vientre liso, y culo redondo, duro y torneado. Enfermera de un centro de salud de la ciudad, amante del yoga y el fitness. Somos una pareja corriente, 15 años de convivencia, monotonía, y salvo alguna ocasión especial, tipo escapada o vacaciones, bastante conservadores y “aburridos” sexualmente hablando. Las navidades pasadas, quise innovar un poco y pedí en una conocida página de internet, varios “juguetes” para adultos, y un juego de cartas tipo verdad o riesgo, para darle esa chispa de cuando éramos más jóvenes, a nuestra vida. La verdad, que lo desenvolvimos, los miramos, bromeamos sobre su uso, y acabó todo en un cajón. Hasta las vacaciones de semana santa. Buscando otras cosas, aparecieron los juguetes, y los sacamos. Hablamos sobre ellos, tonteando, y le propuse, para encender la llama, un pequeño juego. Íbamos a ir a un centro comercial y le pregunte si se atrevía a ponerse un pequeño vibrador que se controlaba con un mando, que yo llevaría. Se mostro reticente al principio, pero la acabe convenciendo. Me dejó ponérselo yo, lo cual nos excitó tanto, que casi acabamos sin salir. Al final nos compusimos, vestimos y nos fuimos. Llevaba un conjunto de lencería negro, compuesto por un tanga y un sujetador Bra tipo balconet, que realzaba sus tetas de una manera asombrosa. Blusa negra también, bastante transparente, que insinuaba mucho, pero enseñaba poco. Una minifalda y medias de ligero, con botas de tacón plano y un abrigo completaban el atuendo elegido. Como siempre, preciosa. Salimos de casa y ya en el coche, le dije:

No probamos el juguete, cariño, y presioné uno de los botones

Ella dio un pequeño respingo, y se mordió sensualmente el labio inferior, mientras me miraba

Funciona, jode si funciona, dijo mientras se retorcía en el asiento del coche. Con una sonrisa de satisfacción apague el aparato, y nos reímos los dos

Llegamos al centro comercial, hicimos varias compras para las vacaciones, y yo de vez en cuando, le daba al botón, para verla contonearse y aguantarse las ganas de gemir, pero siempre lo hacía cuando nadie nos veía. Decidimos ir a comer algo rápido, a un burguer, antes de volver a casa. Alba se dirigió al mostrador a pagar, tras haber pedido la comanda en el quiosco digital. Me fije como el chico, que apenas debía tener los 20 años la miraba, y no pude contenerme en apretar el botón, preguntándome si alcanzaría esa distancia, y lo hizo. Mi mujer, arqueo la espalda, levantando el culo sinuosamente, y volviéndolo a contraer. Agachaba la cabeza, cerraba los ojos y volvía a recomponerse cuando paraba el ciclo. Me miro, con una mezcla de rabia, lujuria y vergüenza, mientras el chico se interesaba en saber si estaba bien. Cuando por fin, consiguió pagar, se dirigió a la mesa y lo apague.

  • Te voy a matar cabrón, casi haces que me corra allí mismo
  • No lo hiciste? Vaya habría jurado que si, dije riendo, y pulsando de nuevo el botón. Estábamos en una mesa recogida tras una pared y una mampara, bastante discreta y privada, por lo que Alba se dejó recostar un poco, y se entregó a disfrutar de su amigo vibrante, cerró los ojos y se mordía el labio de forma muy sexy, se tocaba una de sus tetas con una mano, y perdió la otra entre sus piernas, comenzó a jadear muy bajito, y a retorcerse en el sillón de skay, hasta que se relajo, momento en el que apague el juguete. Se recompuso, con un sexy rubor en la cara y un brillo en los ojos. Mi polla, pedía a gritos salir del pantalón ante aquella escena. En ese momento llegó la comida. Alba, hizo el gesto de colocarse la ropa, y para mi asombro, antes de que el chaval se hubiera ido de la mesa, me puso al lado de mi bebida, su tanga.
  • Toma, está empapado por tu culpa, guárdamelo, dijo con una picara sonrisa.
El chaval no sabía dónde meterse ni mirar, y yo lo cogí con toda naturalidad, para guardarlo en mi bolsillo, después de pasarlo por mi nariz y olerlo. El chico, fue directo al baño. Riendo, le dije a mi mujer:

  • Creo que esa paja la has provocado tú, deberías de ir a ayudarlo
  • Quieres que lo haga? Su pregunta me descolocó. No se si fue la situación, el vibrador, o el qué, pero estaba desconocida
  • No tienes valor para ir, respondí. Ella, sorprendentemente, hizo el ademan de levantarse, pero en ese momento, el chico, colorado y descamisado, salió del baño
  • Vaya, nunca sabrás si lo habría hecho, me dijo. Hice un gesto de, que se le va a hacer, y comenzamos a comer. Mi polla seguía como una piedra en mis pantalones. Si quieres, puedes ayudarme a mí, estoy a punto de estallar, le dije
  • Vamos al baño, me respondió.
Intrigado por saber si era un farol, me levante y me fui al baño. Esperé en el área que distribuye a hombres y mujeres, y apareció detrás de mí. Me miro a los ojos y acaricio mi paquete, mientras me mandaba esperar un momento. Entro en el baño de mujeres y unos segundos después me mando pasar. Me llevo a uno de los baños y cerró la puerta, se giro y me saco la polla de su encierro, saltando como un resorte. Comenzó a masturbarme muy despacio, se agacho y la metió en la boca. Mientras su mano subía y bajaba por mi miembro, duro y venoso, su lengua trazaba círculos en mi glande, para luego engullirla hasta el fondo. Le tome por los hombros, la giré, haciéndole poner las manos en el retrete, quedando su culo en pompa. Le subi la falda y le retiré el vibrador, que salió con suavidad empapado en su flujo. Pasé mi polla por su rajita, empapada y desnuda, y se la metí sin ningún esfuerzo. Me aferré a sus caderas y comencé a moverme dentro y fuera de ella, a un ritmo cada vez más rápido. Cuando ella comenzó a jadear, su interior, se contraía y expandía presagiando un inminente orgasmo. Esos “espasmos” interiores, acrecentaron mi excitación, y sentí como el calor arrancaba de mi interior.

  • Joder! Joder! Cielo, me corro! Me corro! Aaahh!. Mi primer chorro salió como un geiser hacia sus entrañas , mientras ella, entre jadeos, anunciaba también su orgasmo
  • Yo también! Aahhh,ahhh!! UUmmmmm!!!. Sus contracciones, exprimían mi miembro al máximo, mientras seguía soltando borbotones de mi hombría en su cálida vagina.
Nos quedamos un momento disfrutando de la sensación y poco a poco nos fuimos recomponiendo. Tomo un poco de papel para limpiarse, se giro y me dio un profundo beso. Me limpié un poco, aunque me habría encantado que lo hubiese hecho ella con la boca, pero no estaba como para exigir nada, pues aquel polvo improvisado había superado cualquier expectativa mía. Nos arreglamos la ropa y salió ella primero para asegurarse que nadie había entrado. Se dirigió a la mesa, y un minuto después la acompañé. Nadie parecía haberse percatado de nuestra aventura, hasta que vi que el chaval de la barra nos miraba con asombro. Se ruborizó y se metió en la cocina. No dije nada Alba, y terminamos de comer. Nos dirigimos al coche, abrazados, enamorados, VIVOS! aún con la excitación del momento pasado. Ya en el coche le comenté lo gratamente que me había sorprendido.

  • Sé que he estado muy apática e irascible esta temporada y tú has sido muy paciente y bueno conmigo. Estoy volviendo a ser yo, una versión mejorada podría decirse, y es hora de darte todo lo que te mereces, me dijo
  • Cielo, si todo va a ser así ahora, ha merecido la pena esta época de sequia, dije sonriendo
  • Lo de hoy solo ha sido el principio, veras las vacaciones, me dijo sonriendo, pícaramente, mientras se giraba sobre mí, y me acariciaba el paquete, que volvía a tener vida propia. Me sacó la polla de nuevo, se acurruco sobre mí, y empezó a chupármela, muy despacio. La hacía desaparecer entera en su boca, y al sacarla, su lengua recorría todo su largo, hasta terminar en mi glande, lamiéndolo como si fuera un helado, para volver otra vez a tragarla entera. Cerré los ojos, me recosté hacia atrás y me dejé hacer. En un par de minutos mas, estaba de nuevo a punto de correrme. Tome su cabeza con mis manos, y comencé a mover las caderas rítmicamente, hasta que el primer disparo, salió de mi interior, directo a su garganta. Ella siguió en su posición, chupando y lamiendo, hasta que mi pene quedó flácido y mis huevos vacios. Se incorporó y me miró a los ojos, mientras pasaba la lengua por su labio superior, golosamente.
  • Ya podemos irnos, mi amor, dijo de manera pícara y sensual. Me acomodé el pantalón, arranqué el coche y le respondí:
  • Lo que tu mandes, cielo, encantado de obedecerte
  • Ten cuidado con lo que dices, quizás se te vaya de las manos, dijo mientras se ponía el cinturón……………………………………….






CONTINUARÁ…………………………………………….




Con la resaca del sábado en el centro comercial, el domingo lo dedicamos a preparar maletas y descansar, porque el lunes queríamos salir temprano, para aprovechar la tarde en nuestro ansiado destino de vacaciones. Nos íbamos a pasar toda la semana en un resort de Cambrils, que no admitía niños. Queríamos tranquilidad en ese aspecto, disfrutar de las piscinas y zonas comunes entre adultos, sin enanos vociferando y chillando, mientras corren por todas partes. No me malinterpretéis, me gustan los niños, aunque no tenemos, pero ya que no tengo que aguantar los míos, tampoco quiero hacerlo con los de los demás, y menos en vacaciones.

Arrancamos a las 5 de la mañana desde Cartes, donde tenemos nuestra residencia. Unas horas después, paramos en Haro, a poner gasolina al X5, y tomar un café y un pincho. La intención era comer en Zaragoza para llegar sobre las 4 o así al complejo hotelero. Pasadas las 4:30, ya estábamos registrados y entrando en nuestro Bungalow. El sitio era espectacular, tal cual lo describían en la publicidad. Deshicimos las maletas, y nos dimos una ducha. Estaba un poco nublado, pero aún así nos pusimos los bañadores para ir a la piscina un poco, pues a pesar de ser Abril, la temperatura rondaba los 25 grados, muy lejos de los 12 que dejamos en Cantabria.

Alba estaba tremenda. Me deslumbró con el bikini que se había puesto, comprado el día antes, mientras yo miraba otras cosas. De color rosa muy vivo, casi fosforito, la parte baja era un minúsculo tanga, que se perdía entre sus torneadas y duras nalgas. Por delante, dejaba muy poco a la imaginación. La parte superior, dos pequeños triángulos de tela, tapaban los pezones, y poco más. Sus pequeñas y duras tetas, se intuían perfectamente, marcando un canalillo digno de modelo de pasarela. Bajo la tela, los pezones erguidos, duros, provocativos e insinuantes. Lucia un bonito bronceado integral, de varias sesiones de lámpara.

Despierta amor, parece que no me hayas visto antes en bikini!

Su comentario me trajo de vuelta de mi embobamiento

  • Perdona cielo, es que estas increíble
  • Tú crees?? No será demasiado?
  • Para nada, esto es solo de adultos, vas a provocar más de una erección hoy, no lo dudes
  • Jajaja que bobo eres, más quisiera yo, dijo pícaramente
  • Mírame a mí, como voy ya
  • Tu no cuentas, me quieres demasiado, me dijo antes de fundirse conmigo en calido beso.
Juntos de la mano, nos fuimos a por unas hamacas. No había mucha gente, varias parejas, un grupo de 3 mujeres, de nuestra edad más o menos, otro de chavalas, 6 de unos 25, y varios hombres en la barra del bar, que se giraron al vernos pasar, descaradamente. Nos tumbamos a tomar el sol un poco y luego nos dimos un baño. Estando en la piscina, una de las chicas jóvenes se acercó a Alba.

  • Hola, soy Nata, acabáis de llegar?
  • Hola Nata, si llegamos hace un rato. Yo soy Alba, y él es Iván, mi marido.
Natalia, se acerco mas a Alba en el agua para darle dos besos, y luego se giró hacia mí, para darme otros dos. La chavala, pelirroja, bastante pálida de piel, con signos de haberse quemado al sol, estaba un pelín pasada de peso, pero tenía unas tetas fabulosas, que su escueto bikini a duras penas podía sostener. Unas buenas caderas y un culo generoso, algo caído, pero firme a la vez, consecuencia de su corta edad, pues no aparentaba pasar de los 22. Nos dijo, que en la parte de atrás del gimnasio del complejo, hay una pequeña piscina, que permiten el topless, que ella y sus amigas, solían ir allí por la mañana, pues está muy tranquilo, sin “babosos” mirando, dijo mientras señalaba con la cabeza al bar.

Si os apetece ir, por allí estaré mañana, si no, imagino que nos veremos por aquí, jeje. Y si queréis, cerquita de aquí, a unos 20 minutos caminando, hay una playita nudista, mola mucho también!!!!!Chao!! Y se fue a las hamacas con su grupo, sonriendo y contoneando su culo, al pasar junto a los hombres de la barra.



Alba y yo, nos miramos y reímos. Salimos del agua también, con intención de secar un poco, para irnos a duchar, cambiar y salir un poco por el pueblo, a picar algo, pues estábamos cansados del viaje y nos queríamos retirar temprano.

Alba eligió una minifalda vaquera y una blusa blanca, sin mangas, anudada a la cintura. No se puso sujetador, pues la verdad, no lo necesitaba. Unas sandalias y el pelo en coleta, completaron su look. Yo opte por unos pantalones cortos de lino y una camisa blanca, junto a unos náuticos de tela muy ligeros. Nos encaminamos al centro del pueblo. Había mucho ambiente estudiantil, y mucho inglés, de mediana edad, que a pesar de no ser ni las 8 de la tarde, ya estaban terminando de cenar. Nos paramos en una terraza y pedimos un par de vinos blancos y unas tostas para cenar. Paramos ya de vuelta al hotel, a tomar unas copas en un pub muy concurrido, con música de los 80 en español, que era la que nos gustaba a los dos. La luz negra del local, no hacía otra cosa, que resaltar aun más los atributos de mi bella mujer. Bailamos un rato, y 3 o 4 estudiantes, medio borrachos, revoloteaban cerca de nosotros. Lo cierto, e que nos incomodaron un poco, y nos fuimos a la barra. Fui un momento al baño, y al salir, los chavales de la pista, rodeaban a Alba. Me acerqué rápido, pero me quedé descolocado al ver como tenía la situación dominada.

  • Va todo bien por aquí? Dije a llegar
  • Si cielo, estos jóvenes, alababan mi cuerpo, y la suerte que tienes de tenerme, decían, verdad chicos?
  • Si,si, respondió el más alto, que parecía también el más avispado de los 3. Está buenísima, si yo tuviera una pareja así no la dejaba salir de casa, me la estaría follando todo el día, dijo mirando a sus amigos, que se reían con la ocurrencia del chaval, pero se habían cortado un poco con mi presencia. Tienes suerte de tener este monumento, tío. No deberías de dejarla exhibirse así, te la pueden volar, jejeje
Sin darme tiempo a responder, Alba tomó la iniciativa

Iván no es celoso, dijo mientras me guiñaba un ojo levemente. Solo busca mi placer, y si él no puede darme todo lo que necesito, me deja buscar fuera. Tu qué? Como lo ves, ahora mismo estoy muy cachonda, dijo, mientras se movía insinuante en el taburete y separaba un poco las piernas, encargándose la luz negativa de hacer brillar su blanco tanga bajo la corta falda. Me voy al baño con los tres, os veis hombres para follarme ahora mismo?

Los otros dos chavales, se miraron atónitos, y luego me miraron a mí, que permanecí con el semblante serio, mirándoles, mientras encogía un poco los hombros, en señal de “ a mí no me miréis”, pero con miedo a la vez de que dirección podía tomar esto

  • Qué pasa?, siguió Alba bajándose del taburete y acercándose al avispado, que ahora permanecía impávido, mirándola a ella y a sus amigos. ¿os ha comido la lengua el gato? ¿os veis capaces de follarme los tres o qué? Dijo a la vez que pasaba la mano por el paquete del chaval, que dio un paso atrás, diciendo mientras se alejaba:
  • Yo no voy con viejas zorras, vámonos, gritó a los amigos, que huyeron de nuestro lado, como almas que lleva el diablo.
  • Como te pasas cariño. ¿qué hubiera pasado si te dicen que si?
  • Me los llevo al baño, les digo que me pone mucho que se besen y se toque entre ellos antes de follarme, y ahí se hubiera terminado, jajajaja dijo mientras llamaba a la camarera para pedir otra copa. Yo estaba un poco atónito, pero me gustaba esta versión nueva de mi mujer. Una hora después, nos fuimos al hotel.
Al llegar, en recepción vimos a Natalia con sus amigas, tomando unos cafés. Se levantó enseguida a saludar y nos pregunto qué tal la primera noche. Alba le contó lo ocurrido y como reaccionó y las dos se echaron a reír. Había química entre ellas. Me atreví a preguntarle si quería tomar algo con nosotros en nuestro departamento, a lo que contesto que sí sin dudar. Nos dirigimos a él tras despedirse de sus amigas. Caminaban juntas delante de mí, hablando alegremente. Yo pare en la barra a pedir una botella de ron y unos vasos, y cuando llegue, ambas estaban sentadas en el sofá hablando animadamente, pero se callaron al entrar yo.

Serví unas copas mientras ellas iban al baño un momento. Ya de vuelta comenzamos a hablar y beber, hasta que en un determinado momento, Nata, pregunto a Alba si alguna vez había estado con una mujer. Alba dijo que no, que en la Uni, había tonteado con su compañera de cuarto, estando muy borrachas, se habían tocado las tetas y besado y poco más. Yo no conocía esa historia la verdad.

  • Y no te gustaría hacerlo? Seguro que a Iván le pondría muy cachondo verdad? Dijo mientras me miraba
  • Ya lo estoy de solo pensarlo, dije riendo
  • Te gustaría? Dijo Alba, de verdad?
  • Si claro, con una tía, no serian cuernos, dije
Alba se acerco a Nata, mientras me miraba, y le besó en la boca. Mi polla saltó como un resorte en mi pantalón.

  • O sea que ver esto te gusta? Y si ahora nos desnudamos y nos liamos delante de ti, no te importará? Me preguntó con malicia, mientras su mano acariciaba uno de los grandes pechos de Nata
  • En absoluto
  • Siéntate en esa silla, me dijo
Obediente, me senté. Alba, se acercó y me desabrocho la camisa, quitándomela. Soltó el botón de mis Pantalones y tiró de ellos, junto a mis bóxer, dejando mi verga, libre de su cautiverio, dura y brillante, completamente erecta. Alba se sentó sobre mí, besándome, y empujando mis brazos hacia detrás de la silla. En ese momento, sentí como mis muñecas eran atadas. Me había olvidado por un momento de Nata. Con dos pañuelos más, me ataron los tobillos a las patas de la silla. Alba y Natalia, delante de mí, comenzaron a acariciarse y quitarse la ropa, lenta y sensualmente, mientras se besaban con pasión. Mi rabo estaba a punto de estallar.

Los majestuosos pechos de Nata, lucían enormes frente a los pequeños y duros de mi mujer, que se entretuvo jugueteando con sus pezones, pellizcándolos y tirando de ellos, hasta conseguir erguirlos por completo. Mientras se fundían en profundo y húmedo beso, Nata apretaba a Alba contra si, cogiendo con una mano una de sus nalgas, amasándola, con fuerza, mientras su otra mano se perdía en su entrepierna. Mi erección no daba más de si, y liquido preseminal hacia brillar mi glande. Ellas seguían en su juego, lanzándome miradas juguetonas, entre sonrisas. Nata guió a Alba al sillón, y una vez sentada, asegurándose que queda bien expuesta ante mí, le separó las piernas y hundió su cabeza entre ellas. Alba empezó a contorsionarse, jadear y gemir, atrapando la cabeza de nueva amiga con las manos, y rodeándola con sus piernas.

Aaaaahhhhh!!!!! Uuuuuummmmm!!! Ssiiiiiii!! No pares!!! No pares!!!!! Aaaaaaaaahh!!

La vi relajarse, la muy cabrona acababa de correrse en la boca de una mujer que acababa de conocer, y que por edad, bien podía ser su hija.

  • Te toca, dijo Alba, a ver si se hacerlo, dijo sonriendo
  • Seguro guapa, venga, que estoy a mil, dijo Natalia tumbándose en el suelo, muy cerca de mi, con su coño abierto y sonrosado, totalmente expuesto, Mi mujer se acomodo sobre ella, con el suyo en su cara, de nuevo, parecía que no había tenido suficiente. Le separó los labios un poco con los dedos, y recorrió toda su rajita con la lengua para terminar mirándome a los ojos. Después, introdujo un par de dedos en ella. Jugueteó un poco, y acabó enterrando su cabeza entre sus piernas. Nata comenzó a jadear y maldecir, elevando su pelvis hacia arriba.
  • Joder, joder, joder!!! Que hija de puta! Que bien lo haces!!! Aaaahhhhh!!! Aaahhhhh!!! Sigue, sigue ahhhhh!! No te pares!! Aaaaaahhhhhhh!!!!
Se relajaron un poco, mientras Alba se giraba para fundirse de nuevo con la boca de la pelirroja. De forma sensual y provocativa, vinieron de rodillas a mi posición. Alba cogió mi polla, fuerte, por la base, y paso su lengua de arriba abajo, al igual que lo hizo Natalia por el otro lado. Cuando llegaban al final, sus lenguas se encontraban en un beso. Alba dirigió mi polla a la boca de su amiga, que la engulló golosamente hasta el fondo, notando como mi glande rozaba su garganta, estaba a punto de estallar, no podía aguantar mucho más. La boca de mi mujer sustituyó a la otra, y de nuevo hasta el fondo, muy lentamente. Despues, Alba que me conocía muy bien, dedujo que estaba a punto de correrme, y las dos rodearon mi polla con los labios, y comenzaron movimientos ascendentes y descendentes, acompañados por la mano experta de Alba.

Joderrrr!!!siiiiii!!!uuuffff!!!! me corroooo, me coorrrrooo!!!ahh!!

Cuando Alba liberó la presión en la base de mi pene, un potente chorro de esperma salió con fuerza, justo cuando las dos bocas, estaban rodeando mi glande. La boca de Alba recibió en exclusiva el segundo disparo, y el siguiente la pelirroja. Alba siguió exprimiendo mi hombría hasta que sentí aflojar mi erección. Las dos mujeres se aplicaron en limpiarme bien el miembro, y luego se volvieron a besar profundo, ansioso, escandalosamente sexy. Natalia se retiró un poco y se puso la ropa. Se acercó a mí y me beso suavemente los labios, susurrando un “gracias, lo necesitaba”, que no entendí muy bien. Alba, desnuda aún, la acompaño a la puerta y cerró, tras despedirse. Se sentó sobre mí, cogiéndome la polla, aun medio en forma, con la mano, y frotándola en su entre pierna, con suavidad, sentí como volvía a crecer. Sentí como me habría paso, dentro de mi mujer, húmeda, caliente, esa sensación sin igual de penetrar un coñito. Comenzó a moverse, muy lento sobre mí, cogida a mis hombros, hasta que sintió mi erección plena de nuevo. Incrementó la velocidad, entre jadeos, yo notaba como su interior, exprimía mi miembro, como si quisiera atraparlo para siempre dentro de ella. Una mano jugueteó con mis pezones, pellizcando y retorciendo, era una sensación que me encantaba experimentar, mezcla de dolor y placer a parte iguales.

  • Quiero correrme contigo, juntos,uuummmhh!!! No aguanto mas!!
  • Vamos, respondí, sigue asiii!!! Sii!!! No pares!!!
  • Aaaaaahh!!!!! Aaaaahhhhh!!!!!
  • SSSiiiiii ¡!!!! Joder!!joder!!!
Estallé por segunda vez esa noche, ahora dentro de Alba, el amor de mi vida, totalmente irreconocible, su versión mejorada, como ella había dicho, a la vez que sentía su humedad resbalar por mi polla, mojando mis huevos, y deslizándose fuera, muslos a bajo. Liberó mis pezones, me beso, apasionada, agarrándome por el pelo. Mis hombros me dolían, aun atado a la silla, y tenía calambres en las piernas, pero no quería que esa situación terminara. Estaba en la gloria. Alba se quitó y se metió una vez más mi mimbro en la boca, unos segundos, chupando golosamente. Poco a poco, la flacidez se apoderó de él. Me desató las piernas, y luego los brazos. Me tuve que ayudar de ella para levantarme. Fuimos juntos a la ducha, nos enjabonamos mutuamente y nos secamos uno al otro. Fuimos a dormir, no hablamos, solo nos mirábamos y nos tocábamos, no necesitábamos hablar, porque la conexión era plena y más fuerte de lo que jamás había sido. Era el comienzo de las vacaciones, y había apostado fuerte. El listón estaba muy alto, para mejorar lo vivido. Tampoco lo necesitaba, me daba por satisfecho con lo vivido, pero como no tarde mucho en descubrir, Alba, desatada, quería mas, tenía mucho más que ofrecer, quería recuperar el tiempo perdido, y vaya si lo hizo. Quedaban aún seis días de locura.







Nos levantamos pasadas las 11 de la mañana. Perdimos el buffet del desayuno, pero la verdad, no nos importó. Preparamos para ir a ver la playa nudista que nos había comentado Natalia, y desayunar por el camino en cualquier cafetería. Alba se volvió a poner el bikini rosa que tan bien le sentaba, con un vestido playero a juego por encima, no era plan de salir al pueblo de esa guisa.

Eran más de la 1 cuando llegamos a la playa, con un sol de justicia y unos buenos 29 grados ya. Colocamos las toallas cerca de la orilla, y nos quitamos la ropa. Como bien nos habían informado, muy poca gente, bastante dispersada. Alba me propuso desnudarnos, y no me importó, así que nos quedamos en cueros los dos, para no desentonar. Le aplique una generosa cantidad de crema, sobre todo por las tetas y su delicioso coñito, no se fuera a quemar. Mi polla no tardó en reaccionar, y cuando la muy cabrona de mi mujer se afano en untarme bien la zona, la erección ya era majestuosa. En ese estado me dijo:

  • Listo, vamos al agua!
  • Asi???
  • Ven bobo, me cogió por el pene y tiro de mi hacia el mar.
La seguí como un corderito al matadero. Esa faceta suya, casi dominante, sacaba mi lado sumiso, algo que jamás había sido, pero su soltura y desenfreno, me tenían embobado, y doy fe de que podría pedirme la luna, que se la bajaría. El agua estaba estupenda, y la sensación de estar desnudo en ella es indescriptible, si nunca lo has probado no se puede entender. Alba empezó a tontear y jugar. Estábamos en una zona donde el agua me llegaba algo mas arriba de la cintura. Se las arreglo para rodearme con las piernas, y extenderse en el agua, flotando. Mi polla buscaba la forma de entrar en ella, lo cual logré guiándome un poco con mi mano. Ella abrió los ojos , me miró y me dijo con media sonrisa:

  • Un poco descarado tú no?
  • Nadie nos ve, tranquila
  • No me importa, está bien. Al decir esto, abrió las piernas, soltándome
  • Mira solo estamos sujetos por la polla, jajaja
La verdad que era una situación de lo más morbosa. Una pareja, entrada en los 50, se nos acercó por detrás sin darnos cuenta. La voz de la mujer nos sobresaltó.

Hola! Disfrutando a tope de la playa eh???? Jajaja

En un movimiento rápido, saque mi miembro de Alba, que al sobresaltarse por la voz y mi acción se hundió un poco, tragando algo de agua. Tosiendo un poco, respondió:

  • Joder! Que susto! Hola, si, aquí estábamos, disfrutando la tranquilidad, dijo con tono irónico
  • EH!! Por nosotros no os cortéis, seguir a lo vuestro, dijo el hombre, no nos molesta, jejejeje
Alba iba a contestar, pero algo le llamó la atención. El hombre, bastante cano y con algún kilo de mas, tenía una verga tremenda, solo las había visto así en películas porno. Yo no considero tener una polla pequeña, unos 16/18 cm y un grosor aceptable, pero aquello que colgaba frente a mi, pasaba de los 23 fijo, y un diámetro tipo lata de redbull.

Joder, amigo, menudo rabo te gastas!

El comentario de Alba me dejó perplejo

  • Gracias guapa, me halagas, y eso que el de tu hombre no se queda corto, respondió el
  • Para nada, estas muy bien también, dijo la mujer. Era unos años mas joven, yo creo que como nosotros, unos 43/44, muy delgada y bronceada, rubia teñida de melena larga, por debajo de los hombros, unas tetas de buen calibre también, descaradamente operadas, redondas y duras, con los pezones erguidos a travesados por sendos piercing ; un pequeño mechón rubio coronaba la vagina. Lucía sobre él un Tattoo bastante insinuante, con la palabra BITCH, y un piercing con cadenita en el ombligo
  • Te gustaría tocarlo?, dijo el hombre.
Alba tomo la pregunta como una invitación, me miro y tomo el pollon en la mano.

  • Buuuuf, es grandiosa! No creo que me entrase esto dentro
  • Doy fe de que si, cielo, si te lo propones, te entra, jejeje dijo el hombre
Mientras miraba atonito a mi mujer sujetar la polla de aquel desconocido, la suya me rodeo por detrás, aplastando sus tetas en mi espalda, rodeándome con los brazos, cogió la mía mientras decía:

Vaya como te ha dejado tu zorrita por nuestra culpa, quieres que lo arregle? Y comenzó a masturbarme desde detrás con una mano, mientras me pellizcaba un pezón con la otra

Alba nos vio, y comenzó a masturbar al hombre, que puso las manos en las caderas, reclinándose un poco hacia atrás. Aquella polla, ahora erecta, era aún más impresionante si cabe. La mujer mientras me trabajaba me fue empujando hacia ellos, a una zona menos profunda donde estaban. Alba se arrodillo, e intento metérsela en la boca. La tuvo que abrir mucho para poder encajar el glande y un poco de carne. Se afanó en chupar aquel falo, con lujuria, mientras lo seguía masturbando con las dos manos. El hombre empezó a jadear y gruñir, tomó a Alba por el pelo, y entre bufidos, se corrió en su boca. Una buena parte de la lefa se salió por la comisura de los labios. Se retiró la polla de al boca, justo cuando otro disparo salía del arma del invitado fortuito, impactando en la cara y pelo de mi mujer. Mi polla empezaba a palpitar en las manos de la desconocida, excitado por la visión de Alba cubierta por el semen de un extraño y la experta paja que me estaban haciendo.

Cielo, dijo la mujer, ven a por mas, que este está a punto de caramelo.

Alba se acercó a mí, y se introdujo mi polla en la boca justo cuando empezaba mi descarga. Esta fue completa a su garganta y boca. La mujer soltó mi polla y tomo mis dos pezones entre los dedos, mientras me mordía el cuello. Después ayudó a Alba a incorporase y lamió lujuriosamente el semen de su marido de la cara de mi mujer, para luego darle un profundo beso, y probar parte del mío. Qué coño había pasado allí??????

Chiquillo, me dijo el hombre, poniendo una mano en mi hombre, Menuda aspiradora tiene tu mujer en la boca, estarás contento eh? Buuuf dijo riendo por cierto, me llamo Albert, y esta es Iris, mi mujer, bueno la tercera, jajaja

Nos dimos la mano para saludarnos, Alba le dio dos besos a Albert, mientras Iris lo hacía conmigo.

  • Esto ha sido una locura, dijo Alba, no se que me ha pasado, lo siento, dijo aparentando sentirse avergonzada
  • No pasa nada, esto es natural cielo, y ha sido un placer. Si no tenéis planes, dijo mirándome, veniros a cenar con nosotros esta noche, yo invito, es lo mínimo que puedo hacer y así nos conocemos mejor, os parece?
  • No es necesario, respondí, de verdad.
  • Insisto, por favor
  • Ok, dijo Alba
  • Genial respondió Iris. Vamos a la arena y apuntar nuestro teléfono
En las toallas, guardamos su número y quedamos a las 9 en el puerto deportivo, para tomar unos vinos y después ir a cenar. Nos despedimos de ellos con besos y abrazos. Yo estaba perplejo. Mi mujer se la chupó a un desconocido, y luego a mí, mientras otra me pajeaba desde detrás y todo en medio de una playa nudista, con poca gente, pero donde cualquiera nos podía ver. Estas vacaciones estaban siendo todo un descubrimiento. Alba me sugirió volver al hotel y aprovechar el buffet de la comida, para pasar la tarde en la piscina.

  • Si, es un buen plan, para después cenar con nuestro nuevos “amigos” dije con sarcasmo
  • Pero entre comer y piscina, me debes un orgasmo, que me llevas uno de ventaja
  • Lo quieres detrás de aquellas rocas??? Sugerí.
  • Vamos, dijo ansiosa
Nos metimos detrás de unas rocas grandes, apartados de la playa y de miradas indiscretas, o eso creía. Apoyada en la pared de piedra, me arrodille entre las piernas de mi diosa, le hice el tanga a un lado y descubrí su preciado tesoro, húmedo y brillante. Mi lengua apartó los pliegues de sus labios buscando el clítoris, que lamí ávidamente al encontrar. Dos dedos se perdieron en su interior, buscando su punto G. Comencé a acariciarlo, mientras mi lengua seguía lamiendo y mi boca succionando su botón del placer. Puso una pierna sobre mi hombro, y se aferro con fuerza a mi cabeza.

Ostia!!! Siii!!! Siii!!!! Joder!!joder!!!! siiiii!!!! AAAHHHH!!!!

Un chorro de líquido tibio y transparente cayó en mi boca, y el siguiente al apartarme un poco, en mi cara y pecho. Había logrado provocarle un squirt, algo que había intentado muchas veces. La mire. Estaba jadeando, en éxtasis, su vientre aún tenía contracciones. El viscoso líquido manaba de su interior muslos abajo. Temblando de placer, abrió los ojos, me miró, luego miró hacia arriba, detrás de mí, y lanzó un beso. Me giré. Un hombre gordo, desnudo, estaba terminado de correrse de la paja que se había hecho viéndonos. Mi mujer había deslechado a tres tíos en una mañana, dos de ellos, completos desconocidos. Estaba desatada y desenfrenada. Se recompuso, nos limpiamos un poco, y cogidos de la mano, emprendimos la vuelta al hotel, a ducharnos y comer. El día había empezado fuerte, como las vacaciones.







Una vez aseados y descansados, nos vestimos para ir a cenar con nuestros nuevos amigos, Albert e Iris. Habíamos quedado en un conocido bar del puerto deportivo, concurrido por gente “guapa” de la zona, bastante exclusivo. Para la ocasión, Alba se puso un pequeño tanga negro, que llevaba unas tiras de piedras Swarovsky , a modo de cinturilla, muy sexy. Sobre él, un vestido de fiesta negro, largo, con una abertura lateral que terminaba a mitad de su muslo derecho, cerrado por delante hasta el cuello, con la espalda totalmente abierta, hasta sus caderas, por supuesto, sin sujetador. Estaba arrebatadora. Yo me incliné por unos chinos marrones y una camisa azul.

Llegamos al local en Uber. Nuestros anfitriones nos estaban esperando. Ella vestía una blusa negra transparente, sobre un sujetador negro, que insinuaba mucho, falda negra muy corta, y unos tacones que estilizaban sus piernas. Albert, más informal, con pantalón azul, camisa blanca y americana de verano, también blanca. Nos dimos los besos de rigor de presentación, y nos tomamos unos cocteles, hablando de cosas triviales y conociéndonos un poco. Él, había dado el campanazo con el boom del ladrillo años atrás, con una pequeña constructora que tenía, para luego pasar al sector inmobiliario en ventas, y unas cuantas inversiones afortunadas, le habían permitido vivir ahora muy bien de las rentas. Poseían un ático en primera línea de mar, un pequeño velero en el puerto, y un chalet a unos km del centro. Con Iris, llevaba unos 7 años, había entrado de secretaria en una de sus oficinas y sus “encantos” le llevaron a divorciarse de su anterior mujer, para en pocos meses, casarse de nuevo con esta.

Albert, miró el reloj, un Rolex tremendo, y llamó al camarero. Pagó la nota y salimos. Un Mercedes G Brabus, gris plata, nos esperaba en la puerta. Tras dar una propina al aparcacoches, nos subimos a lujoso 4x4 bávaro y tomamos rumbo a Vilafortuny. Habían reservado mesa en una conocida marisquería de la zona.

Una vez sentados, nos sirvieron vino blanco, y unos aperitivos antes del espectacular arroz con marisco que Albert había encargado. Tras los postres y unas copas, sugirieron ir al chalet, pero Iris le dijo que había bebido mucho, por lo que optaron por volver a Cambrils e ir al ático.

El piso era un espectáculo. De más de 200m2 ocupaba toda la azotea del edificio de 12 plantas frente al mar donde se situaba. Con una pequeña piscina desbordante con Jacuzzi en un lateral. El piso, contaba dentro con un gran salón con chimenea, 4 habitaciones en Suit, más otro baño cerca de la terraza, y una cocina, pequeña, pero completa. Un lujo al alcance de muy pocos.

Tras servir unas copas, mientras hablamos animadamente, el alcohol, ya empezaba a aflojar las lenguas y a envalentonarnos. Esta vez, rompí yo el hielo, dirigiéndome a Albert

  • La verdad, eres un tío afortunado. No digo que no te lo hayas ganado eh?, Pero esta vida está muy lejos para los mortales comunes, y encima te de tener este monumento de mujer, te comparte! Jaja
  • No te quejes tú, madero! Alba me la tiene dura desde que llegasteis al bar. Que buena está, lo que daría por follarmela, con tu aprobación, claro
  • No necesitas su aprobación, sino la mía, respondió Alba, algo molesta por el comentario, a su ver, muy machista.
  • Lo siento cielo, no quería molestarte, mil disculpas, pero eso no quita lo que he dicho. Estas buena de romper, jajaja
  • Vamos a seguir hablando o nos vamos al jacuzzi, dijo, en esto, Iris , poniéndose de pie y quitándose la blusa y el sujetador, dejando sus esplendidas tetas a la vista.
  • Eso, todos al agua, dijo Albert, comenzando a desnudarse.
Alba y yo nos miramos un momento. Ella se puso de pié y deslizo los hombros de su vestido a los lados, cayendo este muy sensualmente hasta sus tobillos, dejando su increíble cuerpo solo cubierto por el pequeño tanga. Albert, ya desnudo, se acercó a ella, se arrodillo y la miró, diciendo:

Puedo? Mientras sus manos tomaban la tela del tanga

Alba asintió con la cabeza, y este se lo deslizó hasta los pies. Cuando se levantó, su polla estaba ya dura como una piedra. Había olvidado el tamaño de su miembro. Iris acabó de desnudarse, y vino a quitarme la camisa y los pantalones. Yo también estaba totalmente empalmado. Fuimos al Jacuzi. El agua estaba a un temperatura ideal. Albert y yo nos sentamos, mientras las chicas se ponían a horcajadas sobre nosotros. Iris besaba a su marido y se restregaba arriba y abajo sobre el trozo de carne que este tenía entre las piernas. Alba hacía lo propio conmigo. Estiré un poco un brazo, para alcanzar a atrapar una de las tetas de Iris, con la cual jugueteé pellizcando y retorciendo su pezón. En un momento determinado, las dos mujeres se miraron y se fundieron en un apasionado beso. Mientras Alba se movía aún sobre mí, mi polla encontró el acceso a su interior, y logré penetrarla. Un jadeo salió de su boca. Esa calidez y humedad de su interior es una sensación indescriptible.

Albert se sentó en el borde del jacuzzi y me invitó a hacer lo mismo. Abandoné mi postura, a regañadientes. Iris se acomodó entre mis piernas y se metió mi polla en la boca, lentamente. Con su mano derecha, masturbaba a su marido, mientras Alba lamía su glande, haciendo círculos sobre él con la lengua. Iris acompañó a Alba en la felación a su marido, haciéndolo a dos bocas, encontrándose de vez en cuando en un beso entre ellas. Alternaban la polla de Albert con la mía. Tener dos bocas, dos lenguas, ahí abajo, dedicadas a darte placer, es una sensación que todo hombre debería probar al menos una vez en la vida.

  • Iván, hoy voy a hacer realidad la fantasía de Iris, y tú me vas a ayudar, dijo Albert, saliendo del agua y tumbándose en el suelo. Iris le siguió sonriendo. Se sentó sobre él y poco a poco, entre jadeos, se metió toda su verga dentro. Albert le tomó las nalgas y las separó, haciéndome un ademán con la cabeza para que me acercara. Supe de inmediato lo que tenía que hacer. Alba y yo lubricamos el culo de Iris con nuestras lenguas, mientras lo íbamos dilatando poco a poco con los dedos. Cuando su esfínter se mostró relajado y receptivo, aproxime la cabeza de mi polla a ella. Alba me la sujetaba con firmeza, mientras escupía y lamía las dos partes para que el acoplamiento no fuera desagradable ni doloroso. Vencida la primera resistencia, logré entrar por completo en tan estrecho agujero. Era evidente que Albert jamás había entrado allí, porque a todas vistas, era imposible que lo hiciera sin lastimarla. Cuando Iris se acostumbro a su invasor trasero, comencé a moverme. Albert lo hacía desde abajo también. Sentía el grosor de su imponente mástil a través de la fina piel que separaba mi polla de la suya. Desde atrás, tome en mis manos las tetas de Iris, que se retorcía de placer y lujuria empalada por sus dos agujeros. Albert indicó a Alba que se acercara a él. Se acomodó en su cara, de frente a Iris. Las dos mujeres se abrazaron y besaron, mientras Albert proporcionaba placer a las dos, a una con su hábil lengua y a la otra con su gran polla. Yo me deleite en follarme aquel culo, estrecho y virgen, y jugar con aquellas maravillosas tetas. Iris comenzó a jadear más fuerte, casi a la vez que lo hacía Alba. Las contracciones de Iris ante el inminente orgasmo, exprimían y apretaban mi polla en su interior, proporcionado un placer inigualable. Las dos, al unísono, comenzaron a agitarse y jadear, más fuerte.
  • Joder,siii, siii, ahh,aaahhh, ahhh, me matáis, seguir!! Siiii!! Ahhhh!!!!!!!!!
  • No pares!! No pares!!! Dios, que lengua ¡! Aaaahh!!! AAAHHHHH!!!!!
Me costó bastante aguantar las ganas de correrme dentro del culo de Lara, las contracciones, los gemidos, la cara de mi mujer tan excitada, verla besarse con la mujer que estaba sodomizando, buuuf, era demasiado como para no hacerlo, pero mantuve la compostura.

Alba se incorporó y ayudo a iris a ponerse en pie.

Quiero probar si esa polla me entra, ven, dijo mi mujer atrayendo a Albert a un sillón de la terraza.



Se sentó, con las piernas muy abiertas, descansando en los reposabrazos. Albert se arrodillo ante ella, tras lamer un par de veces de nuevo la vagina de Alba, guió con la mano la cabeza de su pene, frotando arriba y abajo esta en los húmedos labios que se abrían ante él. Poco a poco, el glande fue atravesando la entrada. Los labios envolvían el descomunal diámetro de su invasor. Alba abría la boca de par en par, a la vez que cerraba los ojos. Mordía sensualmente el labio inferior. Iris, se acercó, y mientras acariciaba con un dedo el clítoris de mi mujer, hinchado y rojo, escupió sobre la barra de carne de su marido, para lubricarla más. Este, fue poco a poco enterrándose dentro de Alba, hasta que sus bolas, golpearon sus nalgas. La había conseguido meter entera. Esperó a que el interior de ella se acostumbrara a su tamaño, y empezó a retirarse poco a poco, mientras Iris la seguía masturbando. Albert comenzó a imprimir movimiento, y ambos comenzaron a gemir y jadear. Me acerqué, y como pude, me coloque de manera que las dos hembras pudieran chuparme la polla. Alba gemía como una loca, y se tragaba mi polla hasta la garganta. Cuando la sacaba, la boca de Iris tomaba su lugar.

  • Joder, que coñito más rico y apretado! UUmmm! Que rico! Voy a correrme!!! Sssiii!!! Dijo Albert
  • Sigue, sigue ¡! Ssiiii. Siiii!! Joder que polla, me vas a reventar!! Sigueee!! Sigueee!!! Aaaahhhhhh!!!!! AAAAAhhhhhh!!!!!
Alba tuvo su segundo orgasmo, y casi sin terminar de tenerlo, Albert, casó su polla y varios corros de semen, se desparramaron en el vientre y pubis de mi mujer. Iris paso sus dedos por él, y se los llevó a la boca. Después volvió a hacerlo y acercó los dedos a la boca de Alba.

Follame tu ahora, amor! Me dijo, Descarga tus huevos dentro de mí

Me coloque en la posición que había dejado nuestro nuevo amigo. Su coño se veía enrojecido y abierto. Sin embargo, al meterme dentro, sin ningún tipo de dificultad, este me acogió, cálido, y húmedo, como siempre. Me aferré a sus pezones y comencé a follarmela con fuerza, en menos de un minuto, comencé a descargar dentro de Alba. Estaba muy excitado, y solo buscaba mi placer en esta ocasión. Me retiré justo cuando el último chorro salió de mí, y se mezcló con los restos de Albert, sobre el vientre duro y firme de Alba. Iris, comenzó a lamer los restos sobre ella, y también se ocupó de mi polla. Me senté en el suelo, extasiado, y me sentí un poco raro al darme cuenta de lo que había pasado. Mi mujer había follado delante de mí con un extraño, y yo con otra mujer, delante suyo. Remordimientos y sentimientos encontrados afloraron a mi cabeza. Albert nos trajo unas bebidas. Su polla, aún brillaba, con los flujos de mi mujer. Me sentí raro. Pero quizás lo peor, es que me había gustado vivir aquello, y Alba lo había provocado, y disfrutado también. Iris nos invitó a darnos un baño en el Jacuzzi y quedarnos a pasar allí la noche, en el cuarto de invitados. Eran más de las 4, así que lo agradecimos, y aceptamos.

  • Te ha gustado sentir esa verga dentro? Me atreví a preguntar una vez solos
  • Lo cierto es que sí. No puede contenerme desde la playa, necesitaba saber si podría con ella, pero y tú? Que tal con Iris? Te ha gustado cogerte otra almejita que no sea la mía?
  • Ha estado bien, pero no te cambio por nada ni nadie
  • Eso ya lo se, pero esto solo es sexo y juegos. Y cuando alguno quiera parar, se acaba, lo sabes no?
  • Si, claro, lo cierto es que veo tan lanzada, que me da curiosidad saber a donde puedes llegar.
  • Te sorprenderías, créeme.
En este punto, su mano ya agarraba mi polla, y yo estaba de nuevo bastante cachondo.

  • Llegarías al punto de entregarme tu culo?
  • Prueba
  • Ahora?
  • No te ves capaz? No querrás que lo haga Albert verdad? Me costaría sentarme unos cuanto días, jajaja.
  • Mientras decía esto, me soltó, se giró, se bajo el tanga y me ofreció su culo en pompa. En la mesilla había un tarro de lubricante. Le besé las nalgas, le di un cachete en una y apliqué una generosa cantidad del gel. Mis dedos lo esparcieron mientras la masturbaba con otra mano. Poco a poco, un dedo tras otro, hasta tres, entraron en su ano. Apliqué ahora un poco en mi polla, que estaba lista para sodomizar, por fin, el culo que tanto había deseado penetrar. Acerque mi glande, y sorprendentemente se deslizó sin aparente esfuerzo dentro de ella. Dio un pequeño respingo. Su mano sustituyo la mía en la entrepierna.
  • Sigue, me susurró, métemela entera!
Complací a mi amada. Poco a poco mi pene, entro hasta el final. Era una sensación indescriptible. Se sentía cálido, apretado. Esperé un poco a que se habituara a mi presencia y comencé a sacarla poco a poco, puse otro chorro de lubricante y volví a meterla. Comencé a moverme cada vez más rápido. Su esfínter ofrecía resistencia cuando mi glande llegaba a él desde el interior, como queriendo retenerlo allí para siempre. Los movimientos de la mano de Alba eran cada vez más rápidos y sus gemidos más intensos, Su culo empezó a contraerse y expandirse, haciendo una deliciosa sensación de succión en mi polla, que comenzaba a latir dentro de ella ante la inminente eyaculación.

  • Joder!! Joder!! Que gusto!! Me voy a correr!! Aaaahhh!!!aaaahhhh!! sigue rompiéndome el culo!!!aaaaaaahhhhhhhhh!!!!!
  • Siiiii!!!!!siiiiii!!!! yo también!!!!!! AAAAhhhhhh!!!!! Uuuuummmmm!!!!!!!
Nos corrimos al unísono. Sentí mis piernas empapadas por un potente chorro viscoso. Mi polla seguía vaciándose dentro de su culo, mientras Lara se desplomaba en la cama. Retiré mi miembro y me acerque a su cara justo cuando un último disparo salió de mí, impactando en sus labios. Abrió la boca instintivamente y atrapo con ella mi desvanecida hombría, chupando ávidamente los restos de la batalla. Su esfínter se veía hinchado, rojo y abierto, y un hilo de semen salía de su interior. La cama estaba empapada. Alba había experimentado su segundo squirt y su primer anal a la vez. Estaba claro que le había gustado

Como no probé esto antes?? Balbuceó antes de quedarse dormida. Me acurruqué a su lado, rodeándola con un brazo, y me sumí en un grato sueño.


Continuara..............................................
 

MARORI69

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Eran más de las 12 cuando nos despertamos, besé a Alba en la boca y nos dimos una ducha juntos, nos arreglamos lo mejor que pudimos y salimos al Salón. Iris, estaba tomando el sol en la terraza, completamente desnuda. Nos saludó con alegría.

  • Chicos, por fin! Parece que ayer no tuvisteis bastante y rematasteis la faena eh?? Podíais haber avisado, jejeje. Hay café hecho y cosas para desayunar, os acompaño, dijo levantándose y poniéndose una ligera y transparente bata. No podía apartar los ojos de aquellas tetas.
  • Albert os pide disculpas, ha tenido que madrugar, algún tipo de problema en una de las obras
  • No pasa nada, el deber es lo primer, dije con una leve sonrisa, y pensando que igual tenía aquellas dos hembras solo para mí
Nos servimos café y zumo, bollería y tostadas, la verdad, que teníamos bastante hambre. Alba, tomo a Iris de la mano, y le preguntó directamente:

  • Cielo, ayer te vi disfrutar como una loca con la doble penetración, has probado a tu marido por detrás?
  • Qué va!!!! Lo intentamos varias veces, pero el dolor es insoportable. Por eso ayer disfruté tanto. Alguna vez, mientras me folla, me meto algún consolador, pero su polla ni loca!! Jejeje
  • Me pregunto que se sentirá con ella dentro. Ayer lo probé por primera vez y me encantó. Siento no haberlo hecho antes, y mira que este insistió!! Dijo Alba mirándome y riendo
  • Te lo dije, miles de gays no pueden estar equivocados, jaja
El teléfono de Iris sonó. Después de un rato de conversación, nos miro apenada y dijo:

  • Era Albert, nos tenemos que ir a Paris esta tarde, lo siente mucho, pero hay algo con un cliente muy importante y está allí. Tengo que hacer la maleta e ir a la oficina a recogerle.
  • Qué pena!! Exclamamos casi al unísono.
Intercambiamos besos, abrazos, teléfonos y direcciones, con la intención de volvernos a ver. Realmente solo nos quedaban dos días de vacaciones, así que aquello era una despedida. Regresamos al hotel, nos pusimos los bañadores y fuimos un rato a la piscina. Al rato llegó l grupo de Nata, que al vernos vino directa a nosotros. Se iban esa tarde y quería despedirse también. Nos pregunto donde habíamos estado y Alba le contó con pelos y señales nuestra aventura. Natalia no salía de su asombro, y nos dijo que sentía envidia sana, que menuda experiencia.

  • Como te veo muy suelta, apunta esta dirección, tenéis que ir, pasamos ayer por la tarde y es una pasada. Es un sex shop con cabinas, camas redondas, cuartos oscuros, y demás. Tiene una sala, donde te metes a follar con quien quieras, y los que te quieran ver, tienen que meter dinero, y te llevas una parte, es la ostia, 250 € ayer por liarme con mi pareja, aquella morena de pelo corto, dijo señalando a una del grupo, en la sala. También hay un glory hole. Si quieres chupar todo tipo de pollas y que te llenen la cara de lefa, mientras tu marido te folla dentro, en la intimidad, es una pasada. Probarlo!!!!!
  • Umm! Tal vez nos pasemos, verdad? Dijo Alba mirándome con ese brillo en los ojos, y esa mirada de “ vamos a ir si o si”
  • Como quieras, ya sabes que tus deseos, son ordenes para mi
  • Y yo ya te dije, que tengas cuidado con esa frase, tal vez te tome por la palabra al pie de la letra, jejeje
Terminamos de despedirnos, también compartimos números y direcciones de correo, y se retiró a comer para coger un vuelo a las 18:00. Nos quedamos solos la tarde de hoy, y el día de mañana. Aprovechamos la piscina todo lo que aún no habíamos hecho. Combinados en la barra, juegos en grupo, baños y sol, hasta cerca de la hora de la cena. Nos fuimos a duchar, vestir y bajamos a cenar. Hoy tocaba temática mexicana, así que nachos, burritos y demás compusieron nuestra cena. Alba tomo el móvil y pidió un uber a la puerta. A pesar de tener nuestro coche, aparcar era misión imposible, y los controles eran abundantes, por lo que era la mejor opción. La dirección? El local que nos había dicho Nata. Llegamos a eso de las 11 de la noche. Estaba en una zona residencial, apartada, y bastante concurrida, con varios pub. Decidimos tomar una copa antes de entrar, por aquello del valor. Todo eran experiencias nuevas y el alcohol siempre ayuda a desinhibir. La chica de la recepción, nos recibió muy amigablemente, y tras comentarle que nos habían recomendado el grupo de chicas del día anterior, accedió con nosotros al interior y nos lo enseñó todo. Era tal y como Nata había descrito, y en el sótano, tenían hasta unas mazmorras para los amantes del sado, que era lo único que había que reservar previamente, pues nos dijo que era lo más solicitado. Nos sorprendió un poco el comentario. Después de verlo todo, Alba decidió que nos metiéramos en el Glory Hole, por intimidad, y por ser el más discreto, pues nadie podía ver quien estaba dentro. Si la cosa se animaba siempre se podían probar otras cosas después, porque además todo estaba ocupado. Nos metimos dentro. Era un cuarto reducido, con una colchoneta, o cama en todo el suelo, forrada de piel negra y roja, al igual que las paredes. En estas había varias trampillas que solo se podían abrir desde fuera, y encima de cada una de ellas, una pequeña pantalla de 8 pulgadas, desde la que se podía ver al “propietario” del miembro introducido. Una de las puertas era más amplia, y tenía una pequeña camilla pegada a ella, por si se quería ofrecer algo más que la boca. Además una pantalla de unas 32 pulgadas, mostraba el espectáculo de la sala de pago, donde dos mulatos, estaba dándole bien a una veterana rubia, entrada en años y en carnes, pero que tragaba los dos falos negros, de considerable tamaño, por todos sus agujeros. Alba se desnudó por completo y comenzó a hacerlo conmigo. Cuando me bajo el bóxer, mi miembro, a media asta, acaparó toda su atención, esmerándose con la boca y las manos en ponerme en plena forma. No necesitó mucho, la verdad. La recosté en el suelo y comencé a darle placer oral. Introduje dos dedos en ella, sin esfuerzo, estaba húmeda y excitada, desatada, desinhibida. Pulsamos el botón para encender la luz de fuera e indicar que la cabina estaba ocupada. Pasaron unos minutos, y se abrió una de las puertas. Un pene a medio empalmar de unos 12 o 13 cm se coló por el hueco. Alba lo tomó con la mano y empezó a jugar con él. Cuando se puso en forma, comenzó a chuparlo y masajearlo, con ganas, con fuerza, buscando la inminente respuesta, que no tardó en llegar a su boca. Una descarga de semen, de un chaval de unos veintipocos, que no aguantó ni dos minutos la experiencia de Alba. Justo a su lado se abrió otra portezuela y al momento otra. Mi mujer se coloco entre las dos y tomo una polla con cada mano. Eran de un tipo de edad, calvo y regordete, pequeña y medio flácida y un mulato, de unos 30, con un buen mástil de más de 25 cm y unos huevos tremendos. Alba se afanó en terminar pronto con el viejo, usando solo la mano y dedicando todo su entusiasmo a comerse el pollón de color. El viejo no debió estar a gusto siendo manipulado solo con la mano y se retiró. Alba ocupó su boca con el enorme miembro del mulato. No conseguía pasar de la mitad sin sentir arcadas, porque le llegaba hasta la garganta. Continuó mamando y lamiendo, golosa, viciosa, lasciva. Desde el otro lado se oyó:

Quieres ir a la camilla?

Y el chico se retiró. Vimos que se abría la puerta mas grande. Alba me miro y me indicó ir. Se tumbó boca arriba con las piernas apoyadas en la pared. La ayudé a arrimar el culo bien a la portezuela. Enseguida, la lengua del mulato, comenzó a lamer la vagina de Alba, que se estremeció al sentirlo. Yo veía por la pequeña pantalla como le lamía y chupaba a la vez que la penetraba con dos dedos. Se retiró y acercó la polla enfundada en un condón, norma de obligado uso. Poco a poco se la fue metiendo su palo de carne dentro de mi mujer. Alba, dejó caer un poco la cabeza por el borde de la camilla, me atrajo a ella, y se metió la mía en la boca.

Mientras veía por la pantalla como el mulato disfrutaba follándosela, sus envites, cada vez más fuertes, hacían que poco a poco, la mía entrase más adentro de su boca. Juguetee con sus tetas, sus pezones, duros cómo piedras, los hacía girar entre mis dedos, apretando, estirando.

Puse la otra mano sobre su pubis, alcanzando a tocar su clítoris, hinchado, húmedo, y mientras lo acariciaba, sentía el mástil que la penetraba, cuando la cabeza de este, llegaba al final, para volverse a introducir hasta el fondo.

Alba comenzó a gemir y agitarse, retorcerse sobre la camilla. Arqueó la espalda, ofreciendo su coño para ser penetrado mas a fondo, y estallo en un orgasmo brutal. Yo me retiré de su boca para que lo disfrutara

Diooossss!!! Siiiiiiii!!!! No pares cabroooon!!!! Sigue asi, sigue asiiiiii!!!!! AAAAAAAHHHHH!!!! AAAAAHHHHHH!!!!!!!

Su amante, aguantó hasta que terminó, saco su polla, retiró el condón, y se corrió abundantemente, sobre su pubis y vientre. Los disparos no paraban. Lo hizo como cinco o seis veces, muy abundante. El semen del moreno, se escurría por el cuerpo de mi mujer, entre las piernas, mojando todo. Alba se retiró, para girarse y cogerla con la mano, para introducirla en la boca y recibir aún un poco más del caliente néctar del desconocido. Este, lejos de retirarse, continuaba completamente empalmado. Alba parecía querer mas y me mando ayudarla a colocarse otra vez. El mulato, comenzó a lubricar su culo con su propio semen y saliva. Fue abriendo su esfínter con los dedos, primero uno, dos, tres…. Se colocó otro condón y arrimo el glande al estrecho culo de mi mujer. Presionó. Alba cerraba los puños, apretaba la mandíbula, mirándome a los ojos. La cabeza del miembro, por fin se introdujo entera. Esperó un poco para empezar a profundizar. Comenzó a moverse. Alba fue aflojando la tensión. Una mano se perdió entre sus piernas. Comenzó a acariciarse. Los movimientos del extraño cada vez eran más rápidos y profundos, se le escuchó decir:

Joder!! Que apretada estas!! Que rico!

Alba me mandó acercarme. Tomé la posición del principio. Mi polla entró en su boca. Esta vez, le sujeté por la nuca la cabeza. Comencé a moverme yo. Noté como llegaba a traspasar su garganta. Ella estaba colorada, sudando, lagrimas arrollaban por su cara, y cada vez que sacaba mi miembro, lo hacía cubierto de saliva. Me dejé llevar, y me puse a follarle la boca sin miramientos. Me entregué a mi placer hasta que sentí el inminente orgasmo crecer desde mis entrañas. Le sujeté mas fuerte, mis testículos aplastados contra su frente, mientras mi polla descargaba directa a su garganta, a sus entrañas. Intentó toser, pero no cedí, me quedé allí hasta terminar de correrme. Cuando me retiré, tomo una gran cantidad de aire por la boca, para acto seguido, comenzar a correrse entre espasmos

Siiiiii!!!!!siiiii!!!!!siiiiiii!!!!! aaahhhhh!!!aaaahhhhh!!!!! aaaaahhhhh!!!!!

El mulato, se había retirado el condón, y su miembro descansaba sobre el pubis de Alba, sujetado por ella, soltando su descarga, abundante como la primera vez, de nuevo sobre ella. Esta vez se retiró sin más y cerró la puerta. Yo apagué la luz exterior, indicando que habíamos dado por concluida la sesión. Alba se incorporó, tambaleante, temblorosa. Me miró desafiante, y dijo:

  • Sigues diciendo, que mis deseos son ordenes para ti?
  • Sí, no lo has comprobado ya?
  • Bien, quiero que limpies toda la corrida que puedas de mí, con la lengua, y me la metas en el coño. Quiero sentir la leche de ese macho
  • Que dices? Estás loca?
  • Hazlo, es mi deseo, es tu juego
No sé cómo, pero de repente me encontré sobre ella, tumbados en el suelo. Mi lengua recorriendo su vientre y tomando toda la lefa que podía, para después meterla en su coño. Primero me pareció una idea repúgnate, para después empezar a gustarme, pues mi polla empezaba a despertar de nuevo. Después de unos minutos, me mandó parar. Espera aquí, me dijo.

Apareció al cabo de un rato, con la chica de la recepción.

Ven, me dijo.

Las acompañe al sótano, y entramos en una sala. La chica cerró la puerta tras nosotros. Era una de las mazmorras. Alba comenzó a besarme y acariciarme y me dijo:

  • Quieres jugar aquí?
  • Si, respondí
  • Pero hoy, mando yo, dijo ella
Asentí con la cabeza.

Arrodillate! Me gritó

Obedecí de inmediato. Se dirigió a un armario. Tomó varias cosas y volvió. Me colocó una mordaza en la boca, con una bola agujereada. Se acomodó un arnes, con dos falos. Uno se lo metió ella en su coñito, y el otro, de generoso tamaño, quedaba fuera. Me temí donde iba a terminar. Me mandó levantar y me llevó a una pared, donde había una cruz de madera. Me encadenó a ella, de frente. Colocó unas pinzas con cables en mis pezones, y un cosquilleo eléctrico recorrió mi cuerpo. Daban series de descargas irregulares, unas placenteras y otras molestas y algo dolorosas. Cogió una cuerda y enrolló mis bolas y polla, bastante fuerte. No podía verlo pero notaba tensión en la zona y una erección brutal. Por fin, tapó mis ojos, y quedé totalmente a su merced.

Sentí un silbido en el aire y el impacto y ardor posterior en mi culo. Después otro, y otro, alguno golpeaba la espalda, otros las piernas, la zona me ardía. Las descargas en mis pezones se fueron incrementando, ahora ya eran más dolorosas que placenteras. Algo viscoso y frío cayó en mi culo. Inmediatamente sentí los dedos de Alba esparcir y acariciar mi ano. Un dedo fugaz, se deslizó en mi interior. Jugueteó entrando y saliendo y haciendo pequeños círculos. Cuando mi esfínter se relajó, penetró un segundo dedo, y luego un tercero. Después de unos minutos, note como me rodeaba con sus brazos, y algo duro se intentaba abrir paso dentro de mí. Sentí la cabeza presionar el esfínter, hasta lograr atravesarlo. Mi interior se contrajo por la sensación y el dolor. Alba retiró las pinzas de mis pezones y las sustituyo por sus manos, frías, que hicieron que mi piel se erizara. Vencida la resistencia preliminar, Alba comenzó a follame el culo, como yo había hecho con ella el día anterior. Comenzó a jadear en mi oreja, lamiéndola

Te gusta putilla? Hoy eres mi putilla, te gusta cómo te rompo el culo??eh? tu me lo rompiste ayer, y hoy el moreno, ahora te toca a ti

No podía responder, solo gruñir y babear. Su mano derecha comenzó a masturbarme, mientras la penetración era cada vez más rápida. Cada vez que la punta rozaba mi próstata, oleadas de placer recorrían mi cuerpo. Gruñí como un animal herido, cuando sentí como me empezaba a correr. Alba incrementó la velocidad de su mano, pellizcaba y retorcía con la otra uno de mis pezones, y ella también empezó a jadear

Me voy a correr!! Siiii!!!!! Como gozo tu culo!!! Uuummmm!!!!!! Aaahhhh!!!!

Con fuerte mordisco en mi cuello, terminó de correrse. Aflojó la presa en mi polla, y s e retiró de mi culo. Sentí como me liberaba la venda y la mordaza, y luego los brazos y piernas. Agradecí la libertad y que la sangre volviera a mis extremidades. Miré mi polla. Los testículos parecía que iban a estallar, de un color morado, con la piel tensa y brillante, y mi polla, aún erguida, con las venas fuertemente marcadas. Alba se arrodilló y me la chupo, mientras la liberaba. Una vez libre de ataduras, se bajó por completo. Se incorporó y me beso, con un

  • Te quiero
  • Y yo a ti
En un lateral había una pequeña ducha. La usamos, ella sobre todo, la necesitaba. La recepcionista había dejado en algún momento nuestra ropa allí. Nos vestimos, nos despedimos de ella y salimos. Caminamos hacia el hotel, abrazos, con una suave brisa marinera de unos 18 grados. Me dolía el culo, imagino que ella tendría la misma sensación, pero estaba pleno, satisfecho, orgulloso y muy enamorado. Al día siguiente, volvíamos a Cantabria. No se si todo volvería a ser igual, o si todo cambiaría. Pero esas vacaciones, habían sido la leche. Y probablemente, habían salvado nuestro matrimonio.



¿FIN?
 
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