MARORI69
Pajillero
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Juegos Prohibidos
Me presentare como Iván. Soy un tío normal, más cerca ya de los 50 que de los 40, policía de oficio, deportista, pero amante de los placeres mundanos, como el buen vino, o la comida. Mido 1,85, y en mi mejor época, ando por los 82 Kg de peso, sin llegar a estar “seco” ni definido, pero con bastante buen tono muscular. Llevo el pelo muy corto, exigencia de mi trabajo, en parte, y por gusto propio. Mi mujer, segundo matrimonio, Alba, 42, menuda, 1,65, rubia de melena sobre los hombros, 44 Kg, pecho pequeño, duro, erguido, y con unos pezones que incitan a mordisquearlos sin parar. Vientre liso, y culo redondo, duro y torneado. Enfermera de un centro de salud de la ciudad, amante del yoga y el fitness. Somos una pareja corriente, 15 años de convivencia, monotonía, y salvo alguna ocasión especial, tipo escapada o vacaciones, bastante conservadores y “aburridos” sexualmente hablando. Las navidades pasadas, quise innovar un poco y pedí en una conocida página de internet, varios “juguetes” para adultos, y un juego de cartas tipo verdad o riesgo, para darle esa chispa de cuando éramos más jóvenes, a nuestra vida. La verdad, que lo desenvolvimos, los miramos, bromeamos sobre su uso, y acabó todo en un cajón. Hasta las vacaciones de semana santa. Buscando otras cosas, aparecieron los juguetes, y los sacamos. Hablamos sobre ellos, tonteando, y le propuse, para encender la llama, un pequeño juego. Íbamos a ir a un centro comercial y le pregunte si se atrevía a ponerse un pequeño vibrador que se controlaba con un mando, que yo llevaría. Se mostro reticente al principio, pero la acabe convenciendo. Me dejó ponérselo yo, lo cual nos excitó tanto, que casi acabamos sin salir. Al final nos compusimos, vestimos y nos fuimos. Llevaba un conjunto de lencería negro, compuesto por un tanga y un sujetador Bra tipo balconet, que realzaba sus tetas de una manera asombrosa. Blusa negra también, bastante transparente, que insinuaba mucho, pero enseñaba poco. Una minifalda y medias de ligero, con botas de tacón plano y un abrigo completaban el atuendo elegido. Como siempre, preciosa. Salimos de casa y ya en el coche, le dije:
No probamos el juguete, cariño, y presioné uno de los botones
Ella dio un pequeño respingo, y se mordió sensualmente el labio inferior, mientras me miraba
Funciona, jode si funciona, dijo mientras se retorcía en el asiento del coche. Con una sonrisa de satisfacción apague el aparato, y nos reímos los dos
Llegamos al centro comercial, hicimos varias compras para las vacaciones, y yo de vez en cuando, le daba al botón, para verla contonearse y aguantarse las ganas de gemir, pero siempre lo hacía cuando nadie nos veía. Decidimos ir a comer algo rápido, a un burguer, antes de volver a casa. Alba se dirigió al mostrador a pagar, tras haber pedido la comanda en el quiosco digital. Me fije como el chico, que apenas debía tener los 20 años la miraba, y no pude contenerme en apretar el botón, preguntándome si alcanzaría esa distancia, y lo hizo. Mi mujer, arqueo la espalda, levantando el culo sinuosamente, y volviéndolo a contraer. Agachaba la cabeza, cerraba los ojos y volvía a recomponerse cuando paraba el ciclo. Me miro, con una mezcla de rabia, lujuria y vergüenza, mientras el chico se interesaba en saber si estaba bien. Cuando por fin, consiguió pagar, se dirigió a la mesa y lo apague.
CONTINUARÁ…………………………………………….
Con la resaca del sábado en el centro comercial, el domingo lo dedicamos a preparar maletas y descansar, porque el lunes queríamos salir temprano, para aprovechar la tarde en nuestro ansiado destino de vacaciones. Nos íbamos a pasar toda la semana en un resort de Cambrils, que no admitía niños. Queríamos tranquilidad en ese aspecto, disfrutar de las piscinas y zonas comunes entre adultos, sin enanos vociferando y chillando, mientras corren por todas partes. No me malinterpretéis, me gustan los niños, aunque no tenemos, pero ya que no tengo que aguantar los míos, tampoco quiero hacerlo con los de los demás, y menos en vacaciones.
Arrancamos a las 5 de la mañana desde Cartes, donde tenemos nuestra residencia. Unas horas después, paramos en Haro, a poner gasolina al X5, y tomar un café y un pincho. La intención era comer en Zaragoza para llegar sobre las 4 o así al complejo hotelero. Pasadas las 4:30, ya estábamos registrados y entrando en nuestro Bungalow. El sitio era espectacular, tal cual lo describían en la publicidad. Deshicimos las maletas, y nos dimos una ducha. Estaba un poco nublado, pero aún así nos pusimos los bañadores para ir a la piscina un poco, pues a pesar de ser Abril, la temperatura rondaba los 25 grados, muy lejos de los 12 que dejamos en Cantabria.
Alba estaba tremenda. Me deslumbró con el bikini que se había puesto, comprado el día antes, mientras yo miraba otras cosas. De color rosa muy vivo, casi fosforito, la parte baja era un minúsculo tanga, que se perdía entre sus torneadas y duras nalgas. Por delante, dejaba muy poco a la imaginación. La parte superior, dos pequeños triángulos de tela, tapaban los pezones, y poco más. Sus pequeñas y duras tetas, se intuían perfectamente, marcando un canalillo digno de modelo de pasarela. Bajo la tela, los pezones erguidos, duros, provocativos e insinuantes. Lucia un bonito bronceado integral, de varias sesiones de lámpara.
Despierta amor, parece que no me hayas visto antes en bikini!
Su comentario me trajo de vuelta de mi embobamiento
Si os apetece ir, por allí estaré mañana, si no, imagino que nos veremos por aquí, jeje. Y si queréis, cerquita de aquí, a unos 20 minutos caminando, hay una playita nudista, mola mucho también!!!!!Chao!! Y se fue a las hamacas con su grupo, sonriendo y contoneando su culo, al pasar junto a los hombres de la barra.
Alba y yo, nos miramos y reímos. Salimos del agua también, con intención de secar un poco, para irnos a duchar, cambiar y salir un poco por el pueblo, a picar algo, pues estábamos cansados del viaje y nos queríamos retirar temprano.
Alba eligió una minifalda vaquera y una blusa blanca, sin mangas, anudada a la cintura. No se puso sujetador, pues la verdad, no lo necesitaba. Unas sandalias y el pelo en coleta, completaron su look. Yo opte por unos pantalones cortos de lino y una camisa blanca, junto a unos náuticos de tela muy ligeros. Nos encaminamos al centro del pueblo. Había mucho ambiente estudiantil, y mucho inglés, de mediana edad, que a pesar de no ser ni las 8 de la tarde, ya estaban terminando de cenar. Nos paramos en una terraza y pedimos un par de vinos blancos y unas tostas para cenar. Paramos ya de vuelta al hotel, a tomar unas copas en un pub muy concurrido, con música de los 80 en español, que era la que nos gustaba a los dos. La luz negra del local, no hacía otra cosa, que resaltar aun más los atributos de mi bella mujer. Bailamos un rato, y 3 o 4 estudiantes, medio borrachos, revoloteaban cerca de nosotros. Lo cierto, e que nos incomodaron un poco, y nos fuimos a la barra. Fui un momento al baño, y al salir, los chavales de la pista, rodeaban a Alba. Me acerqué rápido, pero me quedé descolocado al ver como tenía la situación dominada.
Iván no es celoso, dijo mientras me guiñaba un ojo levemente. Solo busca mi placer, y si él no puede darme todo lo que necesito, me deja buscar fuera. Tu qué? Como lo ves, ahora mismo estoy muy cachonda, dijo, mientras se movía insinuante en el taburete y separaba un poco las piernas, encargándose la luz negativa de hacer brillar su blanco tanga bajo la corta falda. Me voy al baño con los tres, os veis hombres para follarme ahora mismo?
Los otros dos chavales, se miraron atónitos, y luego me miraron a mí, que permanecí con el semblante serio, mirándoles, mientras encogía un poco los hombros, en señal de “ a mí no me miréis”, pero con miedo a la vez de que dirección podía tomar esto
Serví unas copas mientras ellas iban al baño un momento. Ya de vuelta comenzamos a hablar y beber, hasta que en un determinado momento, Nata, pregunto a Alba si alguna vez había estado con una mujer. Alba dijo que no, que en la Uni, había tonteado con su compañera de cuarto, estando muy borrachas, se habían tocado las tetas y besado y poco más. Yo no conocía esa historia la verdad.
Los majestuosos pechos de Nata, lucían enormes frente a los pequeños y duros de mi mujer, que se entretuvo jugueteando con sus pezones, pellizcándolos y tirando de ellos, hasta conseguir erguirlos por completo. Mientras se fundían en profundo y húmedo beso, Nata apretaba a Alba contra si, cogiendo con una mano una de sus nalgas, amasándola, con fuerza, mientras su otra mano se perdía en su entrepierna. Mi erección no daba más de si, y liquido preseminal hacia brillar mi glande. Ellas seguían en su juego, lanzándome miradas juguetonas, entre sonrisas. Nata guió a Alba al sillón, y una vez sentada, asegurándose que queda bien expuesta ante mí, le separó las piernas y hundió su cabeza entre ellas. Alba empezó a contorsionarse, jadear y gemir, atrapando la cabeza de nueva amiga con las manos, y rodeándola con sus piernas.
Aaaaahhhhh!!!!! Uuuuuummmmm!!! Ssiiiiiii!! No pares!!! No pares!!!!! Aaaaaaaaahh!!
La vi relajarse, la muy cabrona acababa de correrse en la boca de una mujer que acababa de conocer, y que por edad, bien podía ser su hija.
Joderrrr!!!siiiiii!!!uuuffff!!!! me corroooo, me coorrrrooo!!!ahh!!
Cuando Alba liberó la presión en la base de mi pene, un potente chorro de esperma salió con fuerza, justo cuando las dos bocas, estaban rodeando mi glande. La boca de Alba recibió en exclusiva el segundo disparo, y el siguiente la pelirroja. Alba siguió exprimiendo mi hombría hasta que sentí aflojar mi erección. Las dos mujeres se aplicaron en limpiarme bien el miembro, y luego se volvieron a besar profundo, ansioso, escandalosamente sexy. Natalia se retiró un poco y se puso la ropa. Se acercó a mí y me beso suavemente los labios, susurrando un “gracias, lo necesitaba”, que no entendí muy bien. Alba, desnuda aún, la acompaño a la puerta y cerró, tras despedirse. Se sentó sobre mí, cogiéndome la polla, aun medio en forma, con la mano, y frotándola en su entre pierna, con suavidad, sentí como volvía a crecer. Sentí como me habría paso, dentro de mi mujer, húmeda, caliente, esa sensación sin igual de penetrar un coñito. Comenzó a moverse, muy lento sobre mí, cogida a mis hombros, hasta que sintió mi erección plena de nuevo. Incrementó la velocidad, entre jadeos, yo notaba como su interior, exprimía mi miembro, como si quisiera atraparlo para siempre dentro de ella. Una mano jugueteó con mis pezones, pellizcando y retorciendo, era una sensación que me encantaba experimentar, mezcla de dolor y placer a parte iguales.
Nos levantamos pasadas las 11 de la mañana. Perdimos el buffet del desayuno, pero la verdad, no nos importó. Preparamos para ir a ver la playa nudista que nos había comentado Natalia, y desayunar por el camino en cualquier cafetería. Alba se volvió a poner el bikini rosa que tan bien le sentaba, con un vestido playero a juego por encima, no era plan de salir al pueblo de esa guisa.
Eran más de la 1 cuando llegamos a la playa, con un sol de justicia y unos buenos 29 grados ya. Colocamos las toallas cerca de la orilla, y nos quitamos la ropa. Como bien nos habían informado, muy poca gente, bastante dispersada. Alba me propuso desnudarnos, y no me importó, así que nos quedamos en cueros los dos, para no desentonar. Le aplique una generosa cantidad de crema, sobre todo por las tetas y su delicioso coñito, no se fuera a quemar. Mi polla no tardó en reaccionar, y cuando la muy cabrona de mi mujer se afano en untarme bien la zona, la erección ya era majestuosa. En ese estado me dijo:
Hola! Disfrutando a tope de la playa eh???? Jajaja
En un movimiento rápido, saque mi miembro de Alba, que al sobresaltarse por la voz y mi acción se hundió un poco, tragando algo de agua. Tosiendo un poco, respondió:
Joder, amigo, menudo rabo te gastas!
El comentario de Alba me dejó perplejo
Vaya como te ha dejado tu zorrita por nuestra culpa, quieres que lo arregle? Y comenzó a masturbarme desde detrás con una mano, mientras me pellizcaba un pezón con la otra
Alba nos vio, y comenzó a masturbar al hombre, que puso las manos en las caderas, reclinándose un poco hacia atrás. Aquella polla, ahora erecta, era aún más impresionante si cabe. La mujer mientras me trabajaba me fue empujando hacia ellos, a una zona menos profunda donde estaban. Alba se arrodillo, e intento metérsela en la boca. La tuvo que abrir mucho para poder encajar el glande y un poco de carne. Se afanó en chupar aquel falo, con lujuria, mientras lo seguía masturbando con las dos manos. El hombre empezó a jadear y gruñir, tomó a Alba por el pelo, y entre bufidos, se corrió en su boca. Una buena parte de la lefa se salió por la comisura de los labios. Se retiró la polla de al boca, justo cuando otro disparo salía del arma del invitado fortuito, impactando en la cara y pelo de mi mujer. Mi polla empezaba a palpitar en las manos de la desconocida, excitado por la visión de Alba cubierta por el semen de un extraño y la experta paja que me estaban haciendo.
Cielo, dijo la mujer, ven a por mas, que este está a punto de caramelo.
Alba se acercó a mí, y se introdujo mi polla en la boca justo cuando empezaba mi descarga. Esta fue completa a su garganta y boca. La mujer soltó mi polla y tomo mis dos pezones entre los dedos, mientras me mordía el cuello. Después ayudó a Alba a incorporase y lamió lujuriosamente el semen de su marido de la cara de mi mujer, para luego darle un profundo beso, y probar parte del mío. Qué coño había pasado allí??????
Chiquillo, me dijo el hombre, poniendo una mano en mi hombre, Menuda aspiradora tiene tu mujer en la boca, estarás contento eh? Buuuf dijo riendo por cierto, me llamo Albert, y esta es Iris, mi mujer, bueno la tercera, jajaja
Nos dimos la mano para saludarnos, Alba le dio dos besos a Albert, mientras Iris lo hacía conmigo.
Ostia!!! Siii!!! Siii!!!! Joder!!joder!!!! siiiii!!!! AAAHHHH!!!!
Un chorro de líquido tibio y transparente cayó en mi boca, y el siguiente al apartarme un poco, en mi cara y pecho. Había logrado provocarle un squirt, algo que había intentado muchas veces. La mire. Estaba jadeando, en éxtasis, su vientre aún tenía contracciones. El viscoso líquido manaba de su interior muslos abajo. Temblando de placer, abrió los ojos, me miró, luego miró hacia arriba, detrás de mí, y lanzó un beso. Me giré. Un hombre gordo, desnudo, estaba terminado de correrse de la paja que se había hecho viéndonos. Mi mujer había deslechado a tres tíos en una mañana, dos de ellos, completos desconocidos. Estaba desatada y desenfrenada. Se recompuso, nos limpiamos un poco, y cogidos de la mano, emprendimos la vuelta al hotel, a ducharnos y comer. El día había empezado fuerte, como las vacaciones.
Una vez aseados y descansados, nos vestimos para ir a cenar con nuestros nuevos amigos, Albert e Iris. Habíamos quedado en un conocido bar del puerto deportivo, concurrido por gente “guapa” de la zona, bastante exclusivo. Para la ocasión, Alba se puso un pequeño tanga negro, que llevaba unas tiras de piedras Swarovsky , a modo de cinturilla, muy sexy. Sobre él, un vestido de fiesta negro, largo, con una abertura lateral que terminaba a mitad de su muslo derecho, cerrado por delante hasta el cuello, con la espalda totalmente abierta, hasta sus caderas, por supuesto, sin sujetador. Estaba arrebatadora. Yo me incliné por unos chinos marrones y una camisa azul.
Llegamos al local en Uber. Nuestros anfitriones nos estaban esperando. Ella vestía una blusa negra transparente, sobre un sujetador negro, que insinuaba mucho, falda negra muy corta, y unos tacones que estilizaban sus piernas. Albert, más informal, con pantalón azul, camisa blanca y americana de verano, también blanca. Nos dimos los besos de rigor de presentación, y nos tomamos unos cocteles, hablando de cosas triviales y conociéndonos un poco. Él, había dado el campanazo con el boom del ladrillo años atrás, con una pequeña constructora que tenía, para luego pasar al sector inmobiliario en ventas, y unas cuantas inversiones afortunadas, le habían permitido vivir ahora muy bien de las rentas. Poseían un ático en primera línea de mar, un pequeño velero en el puerto, y un chalet a unos km del centro. Con Iris, llevaba unos 7 años, había entrado de secretaria en una de sus oficinas y sus “encantos” le llevaron a divorciarse de su anterior mujer, para en pocos meses, casarse de nuevo con esta.
Albert, miró el reloj, un Rolex tremendo, y llamó al camarero. Pagó la nota y salimos. Un Mercedes G Brabus, gris plata, nos esperaba en la puerta. Tras dar una propina al aparcacoches, nos subimos a lujoso 4x4 bávaro y tomamos rumbo a Vilafortuny. Habían reservado mesa en una conocida marisquería de la zona.
Una vez sentados, nos sirvieron vino blanco, y unos aperitivos antes del espectacular arroz con marisco que Albert había encargado. Tras los postres y unas copas, sugirieron ir al chalet, pero Iris le dijo que había bebido mucho, por lo que optaron por volver a Cambrils e ir al ático.
El piso era un espectáculo. De más de 200m2 ocupaba toda la azotea del edificio de 12 plantas frente al mar donde se situaba. Con una pequeña piscina desbordante con Jacuzzi en un lateral. El piso, contaba dentro con un gran salón con chimenea, 4 habitaciones en Suit, más otro baño cerca de la terraza, y una cocina, pequeña, pero completa. Un lujo al alcance de muy pocos.
Tras servir unas copas, mientras hablamos animadamente, el alcohol, ya empezaba a aflojar las lenguas y a envalentonarnos. Esta vez, rompí yo el hielo, dirigiéndome a Albert
Puedo? Mientras sus manos tomaban la tela del tanga
Alba asintió con la cabeza, y este se lo deslizó hasta los pies. Cuando se levantó, su polla estaba ya dura como una piedra. Había olvidado el tamaño de su miembro. Iris acabó de desnudarse, y vino a quitarme la camisa y los pantalones. Yo también estaba totalmente empalmado. Fuimos al Jacuzi. El agua estaba a un temperatura ideal. Albert y yo nos sentamos, mientras las chicas se ponían a horcajadas sobre nosotros. Iris besaba a su marido y se restregaba arriba y abajo sobre el trozo de carne que este tenía entre las piernas. Alba hacía lo propio conmigo. Estiré un poco un brazo, para alcanzar a atrapar una de las tetas de Iris, con la cual jugueteé pellizcando y retorciendo su pezón. En un momento determinado, las dos mujeres se miraron y se fundieron en un apasionado beso. Mientras Alba se movía aún sobre mí, mi polla encontró el acceso a su interior, y logré penetrarla. Un jadeo salió de su boca. Esa calidez y humedad de su interior es una sensación indescriptible.
Albert se sentó en el borde del jacuzzi y me invitó a hacer lo mismo. Abandoné mi postura, a regañadientes. Iris se acomodó entre mis piernas y se metió mi polla en la boca, lentamente. Con su mano derecha, masturbaba a su marido, mientras Alba lamía su glande, haciendo círculos sobre él con la lengua. Iris acompañó a Alba en la felación a su marido, haciéndolo a dos bocas, encontrándose de vez en cuando en un beso entre ellas. Alternaban la polla de Albert con la mía. Tener dos bocas, dos lenguas, ahí abajo, dedicadas a darte placer, es una sensación que todo hombre debería probar al menos una vez en la vida.
Alba se incorporó y ayudo a iris a ponerse en pie.
Quiero probar si esa polla me entra, ven, dijo mi mujer atrayendo a Albert a un sillón de la terraza.
Se sentó, con las piernas muy abiertas, descansando en los reposabrazos. Albert se arrodillo ante ella, tras lamer un par de veces de nuevo la vagina de Alba, guió con la mano la cabeza de su pene, frotando arriba y abajo esta en los húmedos labios que se abrían ante él. Poco a poco, el glande fue atravesando la entrada. Los labios envolvían el descomunal diámetro de su invasor. Alba abría la boca de par en par, a la vez que cerraba los ojos. Mordía sensualmente el labio inferior. Iris, se acercó, y mientras acariciaba con un dedo el clítoris de mi mujer, hinchado y rojo, escupió sobre la barra de carne de su marido, para lubricarla más. Este, fue poco a poco enterrándose dentro de Alba, hasta que sus bolas, golpearon sus nalgas. La había conseguido meter entera. Esperó a que el interior de ella se acostumbrara a su tamaño, y empezó a retirarse poco a poco, mientras Iris la seguía masturbando. Albert comenzó a imprimir movimiento, y ambos comenzaron a gemir y jadear. Me acerqué, y como pude, me coloque de manera que las dos hembras pudieran chuparme la polla. Alba gemía como una loca, y se tragaba mi polla hasta la garganta. Cuando la sacaba, la boca de Iris tomaba su lugar.
Follame tu ahora, amor! Me dijo, Descarga tus huevos dentro de mí
Me coloque en la posición que había dejado nuestro nuevo amigo. Su coño se veía enrojecido y abierto. Sin embargo, al meterme dentro, sin ningún tipo de dificultad, este me acogió, cálido, y húmedo, como siempre. Me aferré a sus pezones y comencé a follarmela con fuerza, en menos de un minuto, comencé a descargar dentro de Alba. Estaba muy excitado, y solo buscaba mi placer en esta ocasión. Me retiré justo cuando el último chorro salió de mí, y se mezcló con los restos de Albert, sobre el vientre duro y firme de Alba. Iris, comenzó a lamer los restos sobre ella, y también se ocupó de mi polla. Me senté en el suelo, extasiado, y me sentí un poco raro al darme cuenta de lo que había pasado. Mi mujer había follado delante de mí con un extraño, y yo con otra mujer, delante suyo. Remordimientos y sentimientos encontrados afloraron a mi cabeza. Albert nos trajo unas bebidas. Su polla, aún brillaba, con los flujos de mi mujer. Me sentí raro. Pero quizás lo peor, es que me había gustado vivir aquello, y Alba lo había provocado, y disfrutado también. Iris nos invitó a darnos un baño en el Jacuzzi y quedarnos a pasar allí la noche, en el cuarto de invitados. Eran más de las 4, así que lo agradecimos, y aceptamos.
Como no probé esto antes?? Balbuceó antes de quedarse dormida. Me acurruqué a su lado, rodeándola con un brazo, y me sumí en un grato sueño.
Continuara..............................................
Me presentare como Iván. Soy un tío normal, más cerca ya de los 50 que de los 40, policía de oficio, deportista, pero amante de los placeres mundanos, como el buen vino, o la comida. Mido 1,85, y en mi mejor época, ando por los 82 Kg de peso, sin llegar a estar “seco” ni definido, pero con bastante buen tono muscular. Llevo el pelo muy corto, exigencia de mi trabajo, en parte, y por gusto propio. Mi mujer, segundo matrimonio, Alba, 42, menuda, 1,65, rubia de melena sobre los hombros, 44 Kg, pecho pequeño, duro, erguido, y con unos pezones que incitan a mordisquearlos sin parar. Vientre liso, y culo redondo, duro y torneado. Enfermera de un centro de salud de la ciudad, amante del yoga y el fitness. Somos una pareja corriente, 15 años de convivencia, monotonía, y salvo alguna ocasión especial, tipo escapada o vacaciones, bastante conservadores y “aburridos” sexualmente hablando. Las navidades pasadas, quise innovar un poco y pedí en una conocida página de internet, varios “juguetes” para adultos, y un juego de cartas tipo verdad o riesgo, para darle esa chispa de cuando éramos más jóvenes, a nuestra vida. La verdad, que lo desenvolvimos, los miramos, bromeamos sobre su uso, y acabó todo en un cajón. Hasta las vacaciones de semana santa. Buscando otras cosas, aparecieron los juguetes, y los sacamos. Hablamos sobre ellos, tonteando, y le propuse, para encender la llama, un pequeño juego. Íbamos a ir a un centro comercial y le pregunte si se atrevía a ponerse un pequeño vibrador que se controlaba con un mando, que yo llevaría. Se mostro reticente al principio, pero la acabe convenciendo. Me dejó ponérselo yo, lo cual nos excitó tanto, que casi acabamos sin salir. Al final nos compusimos, vestimos y nos fuimos. Llevaba un conjunto de lencería negro, compuesto por un tanga y un sujetador Bra tipo balconet, que realzaba sus tetas de una manera asombrosa. Blusa negra también, bastante transparente, que insinuaba mucho, pero enseñaba poco. Una minifalda y medias de ligero, con botas de tacón plano y un abrigo completaban el atuendo elegido. Como siempre, preciosa. Salimos de casa y ya en el coche, le dije:
No probamos el juguete, cariño, y presioné uno de los botones
Ella dio un pequeño respingo, y se mordió sensualmente el labio inferior, mientras me miraba
Funciona, jode si funciona, dijo mientras se retorcía en el asiento del coche. Con una sonrisa de satisfacción apague el aparato, y nos reímos los dos
Llegamos al centro comercial, hicimos varias compras para las vacaciones, y yo de vez en cuando, le daba al botón, para verla contonearse y aguantarse las ganas de gemir, pero siempre lo hacía cuando nadie nos veía. Decidimos ir a comer algo rápido, a un burguer, antes de volver a casa. Alba se dirigió al mostrador a pagar, tras haber pedido la comanda en el quiosco digital. Me fije como el chico, que apenas debía tener los 20 años la miraba, y no pude contenerme en apretar el botón, preguntándome si alcanzaría esa distancia, y lo hizo. Mi mujer, arqueo la espalda, levantando el culo sinuosamente, y volviéndolo a contraer. Agachaba la cabeza, cerraba los ojos y volvía a recomponerse cuando paraba el ciclo. Me miro, con una mezcla de rabia, lujuria y vergüenza, mientras el chico se interesaba en saber si estaba bien. Cuando por fin, consiguió pagar, se dirigió a la mesa y lo apague.
- Te voy a matar cabrón, casi haces que me corra allí mismo
- No lo hiciste? Vaya habría jurado que si, dije riendo, y pulsando de nuevo el botón. Estábamos en una mesa recogida tras una pared y una mampara, bastante discreta y privada, por lo que Alba se dejó recostar un poco, y se entregó a disfrutar de su amigo vibrante, cerró los ojos y se mordía el labio de forma muy sexy, se tocaba una de sus tetas con una mano, y perdió la otra entre sus piernas, comenzó a jadear muy bajito, y a retorcerse en el sillón de skay, hasta que se relajo, momento en el que apague el juguete. Se recompuso, con un sexy rubor en la cara y un brillo en los ojos. Mi polla, pedía a gritos salir del pantalón ante aquella escena. En ese momento llegó la comida. Alba, hizo el gesto de colocarse la ropa, y para mi asombro, antes de que el chaval se hubiera ido de la mesa, me puso al lado de mi bebida, su tanga.
- Toma, está empapado por tu culpa, guárdamelo, dijo con una picara sonrisa.
- Creo que esa paja la has provocado tú, deberías de ir a ayudarlo
- Quieres que lo haga? Su pregunta me descolocó. No se si fue la situación, el vibrador, o el qué, pero estaba desconocida
- No tienes valor para ir, respondí. Ella, sorprendentemente, hizo el ademan de levantarse, pero en ese momento, el chico, colorado y descamisado, salió del baño
- Vaya, nunca sabrás si lo habría hecho, me dijo. Hice un gesto de, que se le va a hacer, y comenzamos a comer. Mi polla seguía como una piedra en mis pantalones. Si quieres, puedes ayudarme a mí, estoy a punto de estallar, le dije
- Vamos al baño, me respondió.
- Joder! Joder! Cielo, me corro! Me corro! Aaahh!. Mi primer chorro salió como un geiser hacia sus entrañas , mientras ella, entre jadeos, anunciaba también su orgasmo
- Yo también! Aahhh,ahhh!! UUmmmmm!!!. Sus contracciones, exprimían mi miembro al máximo, mientras seguía soltando borbotones de mi hombría en su cálida vagina.
- Sé que he estado muy apática e irascible esta temporada y tú has sido muy paciente y bueno conmigo. Estoy volviendo a ser yo, una versión mejorada podría decirse, y es hora de darte todo lo que te mereces, me dijo
- Cielo, si todo va a ser así ahora, ha merecido la pena esta época de sequia, dije sonriendo
- Lo de hoy solo ha sido el principio, veras las vacaciones, me dijo sonriendo, pícaramente, mientras se giraba sobre mí, y me acariciaba el paquete, que volvía a tener vida propia. Me sacó la polla de nuevo, se acurruco sobre mí, y empezó a chupármela, muy despacio. La hacía desaparecer entera en su boca, y al sacarla, su lengua recorría todo su largo, hasta terminar en mi glande, lamiéndolo como si fuera un helado, para volver otra vez a tragarla entera. Cerré los ojos, me recosté hacia atrás y me dejé hacer. En un par de minutos mas, estaba de nuevo a punto de correrme. Tome su cabeza con mis manos, y comencé a mover las caderas rítmicamente, hasta que el primer disparo, salió de mi interior, directo a su garganta. Ella siguió en su posición, chupando y lamiendo, hasta que mi pene quedó flácido y mis huevos vacios. Se incorporó y me miró a los ojos, mientras pasaba la lengua por su labio superior, golosamente.
- Ya podemos irnos, mi amor, dijo de manera pícara y sensual. Me acomodé el pantalón, arranqué el coche y le respondí:
- Lo que tu mandes, cielo, encantado de obedecerte
- Ten cuidado con lo que dices, quizás se te vaya de las manos, dijo mientras se ponía el cinturón……………………………………….
CONTINUARÁ…………………………………………….
Con la resaca del sábado en el centro comercial, el domingo lo dedicamos a preparar maletas y descansar, porque el lunes queríamos salir temprano, para aprovechar la tarde en nuestro ansiado destino de vacaciones. Nos íbamos a pasar toda la semana en un resort de Cambrils, que no admitía niños. Queríamos tranquilidad en ese aspecto, disfrutar de las piscinas y zonas comunes entre adultos, sin enanos vociferando y chillando, mientras corren por todas partes. No me malinterpretéis, me gustan los niños, aunque no tenemos, pero ya que no tengo que aguantar los míos, tampoco quiero hacerlo con los de los demás, y menos en vacaciones.
Arrancamos a las 5 de la mañana desde Cartes, donde tenemos nuestra residencia. Unas horas después, paramos en Haro, a poner gasolina al X5, y tomar un café y un pincho. La intención era comer en Zaragoza para llegar sobre las 4 o así al complejo hotelero. Pasadas las 4:30, ya estábamos registrados y entrando en nuestro Bungalow. El sitio era espectacular, tal cual lo describían en la publicidad. Deshicimos las maletas, y nos dimos una ducha. Estaba un poco nublado, pero aún así nos pusimos los bañadores para ir a la piscina un poco, pues a pesar de ser Abril, la temperatura rondaba los 25 grados, muy lejos de los 12 que dejamos en Cantabria.
Alba estaba tremenda. Me deslumbró con el bikini que se había puesto, comprado el día antes, mientras yo miraba otras cosas. De color rosa muy vivo, casi fosforito, la parte baja era un minúsculo tanga, que se perdía entre sus torneadas y duras nalgas. Por delante, dejaba muy poco a la imaginación. La parte superior, dos pequeños triángulos de tela, tapaban los pezones, y poco más. Sus pequeñas y duras tetas, se intuían perfectamente, marcando un canalillo digno de modelo de pasarela. Bajo la tela, los pezones erguidos, duros, provocativos e insinuantes. Lucia un bonito bronceado integral, de varias sesiones de lámpara.
Despierta amor, parece que no me hayas visto antes en bikini!
Su comentario me trajo de vuelta de mi embobamiento
- Perdona cielo, es que estas increíble
- Tú crees?? No será demasiado?
- Para nada, esto es solo de adultos, vas a provocar más de una erección hoy, no lo dudes
- Jajaja que bobo eres, más quisiera yo, dijo pícaramente
- Mírame a mí, como voy ya
- Tu no cuentas, me quieres demasiado, me dijo antes de fundirse conmigo en calido beso.
- Hola, soy Nata, acabáis de llegar?
- Hola Nata, si llegamos hace un rato. Yo soy Alba, y él es Iván, mi marido.
Si os apetece ir, por allí estaré mañana, si no, imagino que nos veremos por aquí, jeje. Y si queréis, cerquita de aquí, a unos 20 minutos caminando, hay una playita nudista, mola mucho también!!!!!Chao!! Y se fue a las hamacas con su grupo, sonriendo y contoneando su culo, al pasar junto a los hombres de la barra.
Alba y yo, nos miramos y reímos. Salimos del agua también, con intención de secar un poco, para irnos a duchar, cambiar y salir un poco por el pueblo, a picar algo, pues estábamos cansados del viaje y nos queríamos retirar temprano.
Alba eligió una minifalda vaquera y una blusa blanca, sin mangas, anudada a la cintura. No se puso sujetador, pues la verdad, no lo necesitaba. Unas sandalias y el pelo en coleta, completaron su look. Yo opte por unos pantalones cortos de lino y una camisa blanca, junto a unos náuticos de tela muy ligeros. Nos encaminamos al centro del pueblo. Había mucho ambiente estudiantil, y mucho inglés, de mediana edad, que a pesar de no ser ni las 8 de la tarde, ya estaban terminando de cenar. Nos paramos en una terraza y pedimos un par de vinos blancos y unas tostas para cenar. Paramos ya de vuelta al hotel, a tomar unas copas en un pub muy concurrido, con música de los 80 en español, que era la que nos gustaba a los dos. La luz negra del local, no hacía otra cosa, que resaltar aun más los atributos de mi bella mujer. Bailamos un rato, y 3 o 4 estudiantes, medio borrachos, revoloteaban cerca de nosotros. Lo cierto, e que nos incomodaron un poco, y nos fuimos a la barra. Fui un momento al baño, y al salir, los chavales de la pista, rodeaban a Alba. Me acerqué rápido, pero me quedé descolocado al ver como tenía la situación dominada.
- Va todo bien por aquí? Dije a llegar
- Si cielo, estos jóvenes, alababan mi cuerpo, y la suerte que tienes de tenerme, decían, verdad chicos?
- Si,si, respondió el más alto, que parecía también el más avispado de los 3. Está buenísima, si yo tuviera una pareja así no la dejaba salir de casa, me la estaría follando todo el día, dijo mirando a sus amigos, que se reían con la ocurrencia del chaval, pero se habían cortado un poco con mi presencia. Tienes suerte de tener este monumento, tío. No deberías de dejarla exhibirse así, te la pueden volar, jejeje
Iván no es celoso, dijo mientras me guiñaba un ojo levemente. Solo busca mi placer, y si él no puede darme todo lo que necesito, me deja buscar fuera. Tu qué? Como lo ves, ahora mismo estoy muy cachonda, dijo, mientras se movía insinuante en el taburete y separaba un poco las piernas, encargándose la luz negativa de hacer brillar su blanco tanga bajo la corta falda. Me voy al baño con los tres, os veis hombres para follarme ahora mismo?
Los otros dos chavales, se miraron atónitos, y luego me miraron a mí, que permanecí con el semblante serio, mirándoles, mientras encogía un poco los hombros, en señal de “ a mí no me miréis”, pero con miedo a la vez de que dirección podía tomar esto
- Qué pasa?, siguió Alba bajándose del taburete y acercándose al avispado, que ahora permanecía impávido, mirándola a ella y a sus amigos. ¿os ha comido la lengua el gato? ¿os veis capaces de follarme los tres o qué? Dijo a la vez que pasaba la mano por el paquete del chaval, que dio un paso atrás, diciendo mientras se alejaba:
- Yo no voy con viejas zorras, vámonos, gritó a los amigos, que huyeron de nuestro lado, como almas que lleva el diablo.
- Como te pasas cariño. ¿qué hubiera pasado si te dicen que si?
- Me los llevo al baño, les digo que me pone mucho que se besen y se toque entre ellos antes de follarme, y ahí se hubiera terminado, jajajaja dijo mientras llamaba a la camarera para pedir otra copa. Yo estaba un poco atónito, pero me gustaba esta versión nueva de mi mujer. Una hora después, nos fuimos al hotel.
Serví unas copas mientras ellas iban al baño un momento. Ya de vuelta comenzamos a hablar y beber, hasta que en un determinado momento, Nata, pregunto a Alba si alguna vez había estado con una mujer. Alba dijo que no, que en la Uni, había tonteado con su compañera de cuarto, estando muy borrachas, se habían tocado las tetas y besado y poco más. Yo no conocía esa historia la verdad.
- Y no te gustaría hacerlo? Seguro que a Iván le pondría muy cachondo verdad? Dijo mientras me miraba
- Ya lo estoy de solo pensarlo, dije riendo
- Te gustaría? Dijo Alba, de verdad?
- Si claro, con una tía, no serian cuernos, dije
- O sea que ver esto te gusta? Y si ahora nos desnudamos y nos liamos delante de ti, no te importará? Me preguntó con malicia, mientras su mano acariciaba uno de los grandes pechos de Nata
- En absoluto
- Siéntate en esa silla, me dijo
Los majestuosos pechos de Nata, lucían enormes frente a los pequeños y duros de mi mujer, que se entretuvo jugueteando con sus pezones, pellizcándolos y tirando de ellos, hasta conseguir erguirlos por completo. Mientras se fundían en profundo y húmedo beso, Nata apretaba a Alba contra si, cogiendo con una mano una de sus nalgas, amasándola, con fuerza, mientras su otra mano se perdía en su entrepierna. Mi erección no daba más de si, y liquido preseminal hacia brillar mi glande. Ellas seguían en su juego, lanzándome miradas juguetonas, entre sonrisas. Nata guió a Alba al sillón, y una vez sentada, asegurándose que queda bien expuesta ante mí, le separó las piernas y hundió su cabeza entre ellas. Alba empezó a contorsionarse, jadear y gemir, atrapando la cabeza de nueva amiga con las manos, y rodeándola con sus piernas.
Aaaaahhhhh!!!!! Uuuuuummmmm!!! Ssiiiiiii!! No pares!!! No pares!!!!! Aaaaaaaaahh!!
La vi relajarse, la muy cabrona acababa de correrse en la boca de una mujer que acababa de conocer, y que por edad, bien podía ser su hija.
- Te toca, dijo Alba, a ver si se hacerlo, dijo sonriendo
- Seguro guapa, venga, que estoy a mil, dijo Natalia tumbándose en el suelo, muy cerca de mi, con su coño abierto y sonrosado, totalmente expuesto, Mi mujer se acomodo sobre ella, con el suyo en su cara, de nuevo, parecía que no había tenido suficiente. Le separó los labios un poco con los dedos, y recorrió toda su rajita con la lengua para terminar mirándome a los ojos. Después, introdujo un par de dedos en ella. Jugueteó un poco, y acabó enterrando su cabeza entre sus piernas. Nata comenzó a jadear y maldecir, elevando su pelvis hacia arriba.
- Joder, joder, joder!!! Que hija de puta! Que bien lo haces!!! Aaaahhhhh!!! Aaahhhhh!!! Sigue, sigue ahhhhh!! No te pares!! Aaaaaahhhhhhh!!!!
Joderrrr!!!siiiiii!!!uuuffff!!!! me corroooo, me coorrrrooo!!!ahh!!
Cuando Alba liberó la presión en la base de mi pene, un potente chorro de esperma salió con fuerza, justo cuando las dos bocas, estaban rodeando mi glande. La boca de Alba recibió en exclusiva el segundo disparo, y el siguiente la pelirroja. Alba siguió exprimiendo mi hombría hasta que sentí aflojar mi erección. Las dos mujeres se aplicaron en limpiarme bien el miembro, y luego se volvieron a besar profundo, ansioso, escandalosamente sexy. Natalia se retiró un poco y se puso la ropa. Se acercó a mí y me beso suavemente los labios, susurrando un “gracias, lo necesitaba”, que no entendí muy bien. Alba, desnuda aún, la acompaño a la puerta y cerró, tras despedirse. Se sentó sobre mí, cogiéndome la polla, aun medio en forma, con la mano, y frotándola en su entre pierna, con suavidad, sentí como volvía a crecer. Sentí como me habría paso, dentro de mi mujer, húmeda, caliente, esa sensación sin igual de penetrar un coñito. Comenzó a moverse, muy lento sobre mí, cogida a mis hombros, hasta que sintió mi erección plena de nuevo. Incrementó la velocidad, entre jadeos, yo notaba como su interior, exprimía mi miembro, como si quisiera atraparlo para siempre dentro de ella. Una mano jugueteó con mis pezones, pellizcando y retorciendo, era una sensación que me encantaba experimentar, mezcla de dolor y placer a parte iguales.
- Quiero correrme contigo, juntos,uuummmhh!!! No aguanto mas!!
- Vamos, respondí, sigue asiii!!! Sii!!! No pares!!!
- Aaaaaahh!!!!! Aaaaahhhhh!!!!!
- SSSiiiiii ¡!!!! Joder!!joder!!!
Nos levantamos pasadas las 11 de la mañana. Perdimos el buffet del desayuno, pero la verdad, no nos importó. Preparamos para ir a ver la playa nudista que nos había comentado Natalia, y desayunar por el camino en cualquier cafetería. Alba se volvió a poner el bikini rosa que tan bien le sentaba, con un vestido playero a juego por encima, no era plan de salir al pueblo de esa guisa.
Eran más de la 1 cuando llegamos a la playa, con un sol de justicia y unos buenos 29 grados ya. Colocamos las toallas cerca de la orilla, y nos quitamos la ropa. Como bien nos habían informado, muy poca gente, bastante dispersada. Alba me propuso desnudarnos, y no me importó, así que nos quedamos en cueros los dos, para no desentonar. Le aplique una generosa cantidad de crema, sobre todo por las tetas y su delicioso coñito, no se fuera a quemar. Mi polla no tardó en reaccionar, y cuando la muy cabrona de mi mujer se afano en untarme bien la zona, la erección ya era majestuosa. En ese estado me dijo:
- Listo, vamos al agua!
- Asi???
- Ven bobo, me cogió por el pene y tiro de mi hacia el mar.
- Un poco descarado tú no?
- Nadie nos ve, tranquila
- No me importa, está bien. Al decir esto, abrió las piernas, soltándome
- Mira solo estamos sujetos por la polla, jajaja
Hola! Disfrutando a tope de la playa eh???? Jajaja
En un movimiento rápido, saque mi miembro de Alba, que al sobresaltarse por la voz y mi acción se hundió un poco, tragando algo de agua. Tosiendo un poco, respondió:
- Joder! Que susto! Hola, si, aquí estábamos, disfrutando la tranquilidad, dijo con tono irónico
- EH!! Por nosotros no os cortéis, seguir a lo vuestro, dijo el hombre, no nos molesta, jejejeje
Joder, amigo, menudo rabo te gastas!
El comentario de Alba me dejó perplejo
- Gracias guapa, me halagas, y eso que el de tu hombre no se queda corto, respondió el
- Para nada, estas muy bien también, dijo la mujer. Era unos años mas joven, yo creo que como nosotros, unos 43/44, muy delgada y bronceada, rubia teñida de melena larga, por debajo de los hombros, unas tetas de buen calibre también, descaradamente operadas, redondas y duras, con los pezones erguidos a travesados por sendos piercing ; un pequeño mechón rubio coronaba la vagina. Lucía sobre él un Tattoo bastante insinuante, con la palabra BITCH, y un piercing con cadenita en el ombligo
- Te gustaría tocarlo?, dijo el hombre.
- Buuuuf, es grandiosa! No creo que me entrase esto dentro
- Doy fe de que si, cielo, si te lo propones, te entra, jejeje dijo el hombre
Vaya como te ha dejado tu zorrita por nuestra culpa, quieres que lo arregle? Y comenzó a masturbarme desde detrás con una mano, mientras me pellizcaba un pezón con la otra
Alba nos vio, y comenzó a masturbar al hombre, que puso las manos en las caderas, reclinándose un poco hacia atrás. Aquella polla, ahora erecta, era aún más impresionante si cabe. La mujer mientras me trabajaba me fue empujando hacia ellos, a una zona menos profunda donde estaban. Alba se arrodillo, e intento metérsela en la boca. La tuvo que abrir mucho para poder encajar el glande y un poco de carne. Se afanó en chupar aquel falo, con lujuria, mientras lo seguía masturbando con las dos manos. El hombre empezó a jadear y gruñir, tomó a Alba por el pelo, y entre bufidos, se corrió en su boca. Una buena parte de la lefa se salió por la comisura de los labios. Se retiró la polla de al boca, justo cuando otro disparo salía del arma del invitado fortuito, impactando en la cara y pelo de mi mujer. Mi polla empezaba a palpitar en las manos de la desconocida, excitado por la visión de Alba cubierta por el semen de un extraño y la experta paja que me estaban haciendo.
Cielo, dijo la mujer, ven a por mas, que este está a punto de caramelo.
Alba se acercó a mí, y se introdujo mi polla en la boca justo cuando empezaba mi descarga. Esta fue completa a su garganta y boca. La mujer soltó mi polla y tomo mis dos pezones entre los dedos, mientras me mordía el cuello. Después ayudó a Alba a incorporase y lamió lujuriosamente el semen de su marido de la cara de mi mujer, para luego darle un profundo beso, y probar parte del mío. Qué coño había pasado allí??????
Chiquillo, me dijo el hombre, poniendo una mano en mi hombre, Menuda aspiradora tiene tu mujer en la boca, estarás contento eh? Buuuf dijo riendo por cierto, me llamo Albert, y esta es Iris, mi mujer, bueno la tercera, jajaja
Nos dimos la mano para saludarnos, Alba le dio dos besos a Albert, mientras Iris lo hacía conmigo.
- Esto ha sido una locura, dijo Alba, no se que me ha pasado, lo siento, dijo aparentando sentirse avergonzada
- No pasa nada, esto es natural cielo, y ha sido un placer. Si no tenéis planes, dijo mirándome, veniros a cenar con nosotros esta noche, yo invito, es lo mínimo que puedo hacer y así nos conocemos mejor, os parece?
- No es necesario, respondí, de verdad.
- Insisto, por favor
- Ok, dijo Alba
- Genial respondió Iris. Vamos a la arena y apuntar nuestro teléfono
- Si, es un buen plan, para después cenar con nuestro nuevos “amigos” dije con sarcasmo
- Pero entre comer y piscina, me debes un orgasmo, que me llevas uno de ventaja
- Lo quieres detrás de aquellas rocas??? Sugerí.
- Vamos, dijo ansiosa
Ostia!!! Siii!!! Siii!!!! Joder!!joder!!!! siiiii!!!! AAAHHHH!!!!
Un chorro de líquido tibio y transparente cayó en mi boca, y el siguiente al apartarme un poco, en mi cara y pecho. Había logrado provocarle un squirt, algo que había intentado muchas veces. La mire. Estaba jadeando, en éxtasis, su vientre aún tenía contracciones. El viscoso líquido manaba de su interior muslos abajo. Temblando de placer, abrió los ojos, me miró, luego miró hacia arriba, detrás de mí, y lanzó un beso. Me giré. Un hombre gordo, desnudo, estaba terminado de correrse de la paja que se había hecho viéndonos. Mi mujer había deslechado a tres tíos en una mañana, dos de ellos, completos desconocidos. Estaba desatada y desenfrenada. Se recompuso, nos limpiamos un poco, y cogidos de la mano, emprendimos la vuelta al hotel, a ducharnos y comer. El día había empezado fuerte, como las vacaciones.
Una vez aseados y descansados, nos vestimos para ir a cenar con nuestros nuevos amigos, Albert e Iris. Habíamos quedado en un conocido bar del puerto deportivo, concurrido por gente “guapa” de la zona, bastante exclusivo. Para la ocasión, Alba se puso un pequeño tanga negro, que llevaba unas tiras de piedras Swarovsky , a modo de cinturilla, muy sexy. Sobre él, un vestido de fiesta negro, largo, con una abertura lateral que terminaba a mitad de su muslo derecho, cerrado por delante hasta el cuello, con la espalda totalmente abierta, hasta sus caderas, por supuesto, sin sujetador. Estaba arrebatadora. Yo me incliné por unos chinos marrones y una camisa azul.
Llegamos al local en Uber. Nuestros anfitriones nos estaban esperando. Ella vestía una blusa negra transparente, sobre un sujetador negro, que insinuaba mucho, falda negra muy corta, y unos tacones que estilizaban sus piernas. Albert, más informal, con pantalón azul, camisa blanca y americana de verano, también blanca. Nos dimos los besos de rigor de presentación, y nos tomamos unos cocteles, hablando de cosas triviales y conociéndonos un poco. Él, había dado el campanazo con el boom del ladrillo años atrás, con una pequeña constructora que tenía, para luego pasar al sector inmobiliario en ventas, y unas cuantas inversiones afortunadas, le habían permitido vivir ahora muy bien de las rentas. Poseían un ático en primera línea de mar, un pequeño velero en el puerto, y un chalet a unos km del centro. Con Iris, llevaba unos 7 años, había entrado de secretaria en una de sus oficinas y sus “encantos” le llevaron a divorciarse de su anterior mujer, para en pocos meses, casarse de nuevo con esta.
Albert, miró el reloj, un Rolex tremendo, y llamó al camarero. Pagó la nota y salimos. Un Mercedes G Brabus, gris plata, nos esperaba en la puerta. Tras dar una propina al aparcacoches, nos subimos a lujoso 4x4 bávaro y tomamos rumbo a Vilafortuny. Habían reservado mesa en una conocida marisquería de la zona.
Una vez sentados, nos sirvieron vino blanco, y unos aperitivos antes del espectacular arroz con marisco que Albert había encargado. Tras los postres y unas copas, sugirieron ir al chalet, pero Iris le dijo que había bebido mucho, por lo que optaron por volver a Cambrils e ir al ático.
El piso era un espectáculo. De más de 200m2 ocupaba toda la azotea del edificio de 12 plantas frente al mar donde se situaba. Con una pequeña piscina desbordante con Jacuzzi en un lateral. El piso, contaba dentro con un gran salón con chimenea, 4 habitaciones en Suit, más otro baño cerca de la terraza, y una cocina, pequeña, pero completa. Un lujo al alcance de muy pocos.
Tras servir unas copas, mientras hablamos animadamente, el alcohol, ya empezaba a aflojar las lenguas y a envalentonarnos. Esta vez, rompí yo el hielo, dirigiéndome a Albert
- La verdad, eres un tío afortunado. No digo que no te lo hayas ganado eh?, Pero esta vida está muy lejos para los mortales comunes, y encima te de tener este monumento de mujer, te comparte! Jaja
- No te quejes tú, madero! Alba me la tiene dura desde que llegasteis al bar. Que buena está, lo que daría por follarmela, con tu aprobación, claro
- No necesitas su aprobación, sino la mía, respondió Alba, algo molesta por el comentario, a su ver, muy machista.
- Lo siento cielo, no quería molestarte, mil disculpas, pero eso no quita lo que he dicho. Estas buena de romper, jajaja
- Vamos a seguir hablando o nos vamos al jacuzzi, dijo, en esto, Iris , poniéndose de pie y quitándose la blusa y el sujetador, dejando sus esplendidas tetas a la vista.
- Eso, todos al agua, dijo Albert, comenzando a desnudarse.
Puedo? Mientras sus manos tomaban la tela del tanga
Alba asintió con la cabeza, y este se lo deslizó hasta los pies. Cuando se levantó, su polla estaba ya dura como una piedra. Había olvidado el tamaño de su miembro. Iris acabó de desnudarse, y vino a quitarme la camisa y los pantalones. Yo también estaba totalmente empalmado. Fuimos al Jacuzi. El agua estaba a un temperatura ideal. Albert y yo nos sentamos, mientras las chicas se ponían a horcajadas sobre nosotros. Iris besaba a su marido y se restregaba arriba y abajo sobre el trozo de carne que este tenía entre las piernas. Alba hacía lo propio conmigo. Estiré un poco un brazo, para alcanzar a atrapar una de las tetas de Iris, con la cual jugueteé pellizcando y retorciendo su pezón. En un momento determinado, las dos mujeres se miraron y se fundieron en un apasionado beso. Mientras Alba se movía aún sobre mí, mi polla encontró el acceso a su interior, y logré penetrarla. Un jadeo salió de su boca. Esa calidez y humedad de su interior es una sensación indescriptible.
Albert se sentó en el borde del jacuzzi y me invitó a hacer lo mismo. Abandoné mi postura, a regañadientes. Iris se acomodó entre mis piernas y se metió mi polla en la boca, lentamente. Con su mano derecha, masturbaba a su marido, mientras Alba lamía su glande, haciendo círculos sobre él con la lengua. Iris acompañó a Alba en la felación a su marido, haciéndolo a dos bocas, encontrándose de vez en cuando en un beso entre ellas. Alternaban la polla de Albert con la mía. Tener dos bocas, dos lenguas, ahí abajo, dedicadas a darte placer, es una sensación que todo hombre debería probar al menos una vez en la vida.
- Iván, hoy voy a hacer realidad la fantasía de Iris, y tú me vas a ayudar, dijo Albert, saliendo del agua y tumbándose en el suelo. Iris le siguió sonriendo. Se sentó sobre él y poco a poco, entre jadeos, se metió toda su verga dentro. Albert le tomó las nalgas y las separó, haciéndome un ademán con la cabeza para que me acercara. Supe de inmediato lo que tenía que hacer. Alba y yo lubricamos el culo de Iris con nuestras lenguas, mientras lo íbamos dilatando poco a poco con los dedos. Cuando su esfínter se mostró relajado y receptivo, aproxime la cabeza de mi polla a ella. Alba me la sujetaba con firmeza, mientras escupía y lamía las dos partes para que el acoplamiento no fuera desagradable ni doloroso. Vencida la primera resistencia, logré entrar por completo en tan estrecho agujero. Era evidente que Albert jamás había entrado allí, porque a todas vistas, era imposible que lo hiciera sin lastimarla. Cuando Iris se acostumbro a su invasor trasero, comencé a moverme. Albert lo hacía desde abajo también. Sentía el grosor de su imponente mástil a través de la fina piel que separaba mi polla de la suya. Desde atrás, tome en mis manos las tetas de Iris, que se retorcía de placer y lujuria empalada por sus dos agujeros. Albert indicó a Alba que se acercara a él. Se acomodó en su cara, de frente a Iris. Las dos mujeres se abrazaron y besaron, mientras Albert proporcionaba placer a las dos, a una con su hábil lengua y a la otra con su gran polla. Yo me deleite en follarme aquel culo, estrecho y virgen, y jugar con aquellas maravillosas tetas. Iris comenzó a jadear más fuerte, casi a la vez que lo hacía Alba. Las contracciones de Iris ante el inminente orgasmo, exprimían y apretaban mi polla en su interior, proporcionado un placer inigualable. Las dos, al unísono, comenzaron a agitarse y jadear, más fuerte.
- Joder,siii, siii, ahh,aaahhh, ahhh, me matáis, seguir!! Siiii!! Ahhhh!!!!!!!!!
- No pares!! No pares!!! Dios, que lengua ¡! Aaaahh!!! AAAHHHHH!!!!!
Alba se incorporó y ayudo a iris a ponerse en pie.
Quiero probar si esa polla me entra, ven, dijo mi mujer atrayendo a Albert a un sillón de la terraza.
Se sentó, con las piernas muy abiertas, descansando en los reposabrazos. Albert se arrodillo ante ella, tras lamer un par de veces de nuevo la vagina de Alba, guió con la mano la cabeza de su pene, frotando arriba y abajo esta en los húmedos labios que se abrían ante él. Poco a poco, el glande fue atravesando la entrada. Los labios envolvían el descomunal diámetro de su invasor. Alba abría la boca de par en par, a la vez que cerraba los ojos. Mordía sensualmente el labio inferior. Iris, se acercó, y mientras acariciaba con un dedo el clítoris de mi mujer, hinchado y rojo, escupió sobre la barra de carne de su marido, para lubricarla más. Este, fue poco a poco enterrándose dentro de Alba, hasta que sus bolas, golpearon sus nalgas. La había conseguido meter entera. Esperó a que el interior de ella se acostumbrara a su tamaño, y empezó a retirarse poco a poco, mientras Iris la seguía masturbando. Albert comenzó a imprimir movimiento, y ambos comenzaron a gemir y jadear. Me acerqué, y como pude, me coloque de manera que las dos hembras pudieran chuparme la polla. Alba gemía como una loca, y se tragaba mi polla hasta la garganta. Cuando la sacaba, la boca de Iris tomaba su lugar.
- Joder, que coñito más rico y apretado! UUmmm! Que rico! Voy a correrme!!! Sssiii!!! Dijo Albert
- Sigue, sigue ¡! Ssiiii. Siiii!! Joder que polla, me vas a reventar!! Sigueee!! Sigueee!!! Aaaahhhhhh!!!!! AAAAAhhhhhh!!!!!
Follame tu ahora, amor! Me dijo, Descarga tus huevos dentro de mí
Me coloque en la posición que había dejado nuestro nuevo amigo. Su coño se veía enrojecido y abierto. Sin embargo, al meterme dentro, sin ningún tipo de dificultad, este me acogió, cálido, y húmedo, como siempre. Me aferré a sus pezones y comencé a follarmela con fuerza, en menos de un minuto, comencé a descargar dentro de Alba. Estaba muy excitado, y solo buscaba mi placer en esta ocasión. Me retiré justo cuando el último chorro salió de mí, y se mezcló con los restos de Albert, sobre el vientre duro y firme de Alba. Iris, comenzó a lamer los restos sobre ella, y también se ocupó de mi polla. Me senté en el suelo, extasiado, y me sentí un poco raro al darme cuenta de lo que había pasado. Mi mujer había follado delante de mí con un extraño, y yo con otra mujer, delante suyo. Remordimientos y sentimientos encontrados afloraron a mi cabeza. Albert nos trajo unas bebidas. Su polla, aún brillaba, con los flujos de mi mujer. Me sentí raro. Pero quizás lo peor, es que me había gustado vivir aquello, y Alba lo había provocado, y disfrutado también. Iris nos invitó a darnos un baño en el Jacuzzi y quedarnos a pasar allí la noche, en el cuarto de invitados. Eran más de las 4, así que lo agradecimos, y aceptamos.
- Te ha gustado sentir esa verga dentro? Me atreví a preguntar una vez solos
- Lo cierto es que sí. No puede contenerme desde la playa, necesitaba saber si podría con ella, pero y tú? Que tal con Iris? Te ha gustado cogerte otra almejita que no sea la mía?
- Ha estado bien, pero no te cambio por nada ni nadie
- Eso ya lo se, pero esto solo es sexo y juegos. Y cuando alguno quiera parar, se acaba, lo sabes no?
- Si, claro, lo cierto es que veo tan lanzada, que me da curiosidad saber a donde puedes llegar.
- Te sorprenderías, créeme.
- Llegarías al punto de entregarme tu culo?
- Prueba
- Ahora?
- No te ves capaz? No querrás que lo haga Albert verdad? Me costaría sentarme unos cuanto días, jajaja.
- Mientras decía esto, me soltó, se giró, se bajo el tanga y me ofreció su culo en pompa. En la mesilla había un tarro de lubricante. Le besé las nalgas, le di un cachete en una y apliqué una generosa cantidad del gel. Mis dedos lo esparcieron mientras la masturbaba con otra mano. Poco a poco, un dedo tras otro, hasta tres, entraron en su ano. Apliqué ahora un poco en mi polla, que estaba lista para sodomizar, por fin, el culo que tanto había deseado penetrar. Acerque mi glande, y sorprendentemente se deslizó sin aparente esfuerzo dentro de ella. Dio un pequeño respingo. Su mano sustituyo la mía en la entrepierna.
- Sigue, me susurró, métemela entera!
- Joder!! Joder!! Que gusto!! Me voy a correr!! Aaaahhh!!!aaaahhhh!! sigue rompiéndome el culo!!!aaaaaaahhhhhhhhh!!!!!
- Siiiii!!!!!siiiiii!!!! yo también!!!!!! AAAAhhhhhh!!!!! Uuuuummmmm!!!!!!!
Como no probé esto antes?? Balbuceó antes de quedarse dormida. Me acurruqué a su lado, rodeándola con un brazo, y me sumí en un grato sueño.
Continuara..............................................