Esmeralda era una jovencita muy guapa (a la imaginación del lector dejo el físico de los personajes del ralato) y tan, tan cariñosa, que a veces se hacía empalagosa. La noche de Halloween estaba mirando la tele sentada en el sofá de tres plazas de la sala en medio de su padre, Celso y de su madre, Marta, que dormía, y le dijo al padre:
-¿Truco o trato?
-No tengo que darte, cariño.
Esmeralda le dio un beso con lengua que dejó a su padre temblando y sin aliento.
Luego, mirando para su padre, que se quedara sin palabras, sonrió, puso un dedo en los labios, pidiéndole silencio, y depués le tocó un hombro a su madre, que despertó, y le preguntó:
-¿Qué quieres, vida?
-¿Truco o trato?
-No compré dulces.
Le metió otro beso con lengua a su madre que le dejó el coño latiendo.
-¡¿Te has vuelto loca, hija?!
Esmeralda puso cara y voz de de mala.
-¡¡Soy una bruuuuuuuuja!! Tendréis que hacer todo lo que os mande o os convertiré en sapos¡¡¡
-Deja de decir tonterías.
Ahora era la mimosa la que hablaba poniendo morritos
-Nunca jugáis conmigo. Quiero jugar.
-¿A besar a tu madre?
Celso le dijo a su esposa:
-A mí también me besó.
-¡¿Y se lo permitiste?!
-Me pilló como a ti, despistado.
Esmeralda quería jugar.
-¿Quiero que lo hagáis... a mi manera, mamá?
-¿Hacer qué?
-El amor.
-¡Tú no estás bien, cielo!
-Si lo estáis deseando. Yo diciéndoos en cada momento que hacer...
Celso, que estaba empalmado, le dijo a Marta.
-A mí me gustaría.
-¡Celso!
-No estamos hablando de follar a nuestra hija, estamos hablando de follar tú y yo con ella mirando.
-Y mandando.
-¿No te quejas de que siempre es lo mismo?
-Hay una bruja suelta en esta casa.
Esmeralda volvió a poner cara y voz de bruja mala.
-¡¡Yo soy la bruuuuuuja!! Besa a tu marido.
Marta ya estaba animada, y mojada. Esmeralda se puso en pie.
-¡Qué remedio, si no lo hago acabaré siendo un sapo.
Marta y Celso se besaron como hacía tiempo que no se besaban... Se besaban dejando ver a su hija como sus lenguas se acariciaban y se chupaban.
Esmeralda siguió con su rol.
-Quítale la blusa y el sujetador y cómele las tetas como yo te diga.
Celso besaba a su mujer mientras desabotonaba la blusa, pero Esmeralda no le dijera eso.
-¡Quítasela de una vez, cabrón!
Marta reprendió a su hija.
-No le digas eso a tu padre.
-¡Calla y goza, puta! La bruja es la que manda y os llama lo que le sale del coño!!
Celso dejó con las tetas al aire a su esposa, y le preguntó a su hija:
-¿Qué hago?
-Muérdele los pezones... mas fuerte... más... Dale un bofetón a cada teta, otro, otro... Lame... lame... lame... Chupa.... Apriétalas con las dos manos y chupa... ¡¡Más fuerte, inutil! ... Así. Bájale la falda y las bragas... Cómele el culo... Así, guarro,... así, asqueroso... mete y saca esa lengua.... Ay, ay, ay, ay que me voy a correr sin tocarme. ¡El coño, cómele el coño...! Así... así... sigue... sigue... sigue... Desnúdate y métele la polla en la boca a esa zorra.
Poco después, Marta mamaba con ganas, Esmeralda se quitaba las bragas y se sentaba en el sofá
-Chupa bien o te enseño a chupar yo, putona.... Así... así... asi... Ponte a cuatro patas, perra.
Marta se puso a cuatro patas con la cabeza delante del chocho abierto y empapado de su hija.
-Métesela en el culo, cerdo, más... más... hasta el fondo... folláselo... duro... duro... más duro... Sácala y fóllale el coño... Duro... mas duro... Ahora sí, ahora me voy. ¡¡¡Me coooooooorro!!!
Esmeralda, sin tocarse, echándose hacia atrás y haciendo un arco con el cuerpo, comenzó a correrse. Marta, al recibir el primer squirt en su cara, y la leche de su marido en el coño, comenzó a correrse también, y no pudo evitar el meter la lengua en el coño de su hija para después beber el flujo que echaba.
Al acabar aquella orgía de orgasmos la bruja iba a seguir haciendo de las suyas.
-¿Truco o trato?
-No tengo que darte, cariño.
Esmeralda le dio un beso con lengua que dejó a su padre temblando y sin aliento.
Luego, mirando para su padre, que se quedara sin palabras, sonrió, puso un dedo en los labios, pidiéndole silencio, y depués le tocó un hombro a su madre, que despertó, y le preguntó:
-¿Qué quieres, vida?
-¿Truco o trato?
-No compré dulces.
Le metió otro beso con lengua a su madre que le dejó el coño latiendo.
-¡¿Te has vuelto loca, hija?!
Esmeralda puso cara y voz de de mala.
-¡¡Soy una bruuuuuuuuja!! Tendréis que hacer todo lo que os mande o os convertiré en sapos¡¡¡
-Deja de decir tonterías.
Ahora era la mimosa la que hablaba poniendo morritos
-Nunca jugáis conmigo. Quiero jugar.
-¿A besar a tu madre?
Celso le dijo a su esposa:
-A mí también me besó.
-¡¿Y se lo permitiste?!
-Me pilló como a ti, despistado.
Esmeralda quería jugar.
-¿Quiero que lo hagáis... a mi manera, mamá?
-¿Hacer qué?
-El amor.
-¡Tú no estás bien, cielo!
-Si lo estáis deseando. Yo diciéndoos en cada momento que hacer...
Celso, que estaba empalmado, le dijo a Marta.
-A mí me gustaría.
-¡Celso!
-No estamos hablando de follar a nuestra hija, estamos hablando de follar tú y yo con ella mirando.
-Y mandando.
-¿No te quejas de que siempre es lo mismo?
-Hay una bruja suelta en esta casa.
Esmeralda volvió a poner cara y voz de bruja mala.
-¡¡Yo soy la bruuuuuuja!! Besa a tu marido.
Marta ya estaba animada, y mojada. Esmeralda se puso en pie.
-¡Qué remedio, si no lo hago acabaré siendo un sapo.
Marta y Celso se besaron como hacía tiempo que no se besaban... Se besaban dejando ver a su hija como sus lenguas se acariciaban y se chupaban.
Esmeralda siguió con su rol.
-Quítale la blusa y el sujetador y cómele las tetas como yo te diga.
Celso besaba a su mujer mientras desabotonaba la blusa, pero Esmeralda no le dijera eso.
-¡Quítasela de una vez, cabrón!
Marta reprendió a su hija.
-No le digas eso a tu padre.
-¡Calla y goza, puta! La bruja es la que manda y os llama lo que le sale del coño!!
Celso dejó con las tetas al aire a su esposa, y le preguntó a su hija:
-¿Qué hago?
-Muérdele los pezones... mas fuerte... más... Dale un bofetón a cada teta, otro, otro... Lame... lame... lame... Chupa.... Apriétalas con las dos manos y chupa... ¡¡Más fuerte, inutil! ... Así. Bájale la falda y las bragas... Cómele el culo... Así, guarro,... así, asqueroso... mete y saca esa lengua.... Ay, ay, ay, ay que me voy a correr sin tocarme. ¡El coño, cómele el coño...! Así... así... sigue... sigue... sigue... Desnúdate y métele la polla en la boca a esa zorra.
Poco después, Marta mamaba con ganas, Esmeralda se quitaba las bragas y se sentaba en el sofá
-Chupa bien o te enseño a chupar yo, putona.... Así... así... asi... Ponte a cuatro patas, perra.
Marta se puso a cuatro patas con la cabeza delante del chocho abierto y empapado de su hija.
-Métesela en el culo, cerdo, más... más... hasta el fondo... folláselo... duro... duro... más duro... Sácala y fóllale el coño... Duro... mas duro... Ahora sí, ahora me voy. ¡¡¡Me coooooooorro!!!
Esmeralda, sin tocarse, echándose hacia atrás y haciendo un arco con el cuerpo, comenzó a correrse. Marta, al recibir el primer squirt en su cara, y la leche de su marido en el coño, comenzó a correrse también, y no pudo evitar el meter la lengua en el coño de su hija para después beber el flujo que echaba.
Al acabar aquella orgía de orgasmos la bruja iba a seguir haciendo de las suyas.