Disfrutando de la enfermedad (y culo) de la tia malena 6, final

tezcatlipoca12

Estrella Porno
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- ya lo habíamos hablado, Venancio, te he dicho muchas veces que, aunque Mauri, es un bebé, debemos esperar a que se duerma, para que te pueda permitir, cumplir tus deberes de esposo. Me decía con cara de enojo la tía Malena.



Hasta ahora, mi plan de abusar de ella, una última vez, pero en esta ocasión, hacerlo mientras ella estaba semi consciente. Había funcionado bastante bien.



Le había dado muy poca de la medicina para dormir y gracias a ellos, la había tenido aletargada y confundida, ella interactuaba conmigo, pero seguía sin entender nada de lo que ocurría. Y gracias a ello, la había llevado a la sala, ella me había ayudado a desnudarla, había podido chuparle la vagina, e incluso, me había dado una mamada bastante buena con engaños.



Pero la mamada había durado mucho tiempo, el suficiente como para que la medicina empezará a perder efecto en ella.



Por eso estaba si, de pie y enojada, recriminando por las cosas que le hice. Afortunadamente para mí, si bien ya no se veía torpe, claramente su mente aún no se reponía, pues me hablaba como si yo fuera su ex marido y como si estuviera viviendo una escena de hace 7 años.



Tarde un poco en reaccionar, un poco por qué todavía no me reponía del susto. Pero también por qué me quedé anonadado. Tía Malena, desnuda y de pie en medio de mi sala, se veía imponente, su gordo, blanco y maduro cuerpo lucía muy atractivo y femenino, jamás la había visto tan hermosa y sensual.



Cuando al fin me repuse, mi mente trabajo con agilidad, para buscar una forma de seguirle el ritmo a su delirio, y mantener su mente confundida.



- tranquila gorda, le hablé como recordé que su exmarido le decía. Nuestro hijo está en casa de tu hermana y como ya es de noche, pensé que podíamos hacerlo...



Ya estaba, había tirado el anzuelo, solo faltaba que la confundida cabeza de tía Malena, cayera en la trampa.



Está vez, fue ella quien tardó en reaccionar, me veía con dudas, como si algo no le acabará de quedar claro, su mente trataba de razonar, pero era simplemente imposible para ella.



De pronto dio un suspiro, y dejo de verse molesta, para cambiar a una actitud de resignación y de nervios.



- hay Venancio...está bien...pero ya sabes qué...que estás cosas no me gustan...me hacen sentir sucia...pero sé que son mis deberes de esposa...



Ya estaba. Tía Malena una vez más había caído en mis mentiras y engaños, su pobre cabecita confundida, se había dejado engañar de nuevo.



Tuve unas inmensas ganas de saltar de contento, pues las cosas me estaban saliendo tan bien que no dejaba de preguntarme por qué no se me había ocurrido hacer esto antes. Pero me quedé de piedra al ver lo que tía Malena hizo...jamás olvidaré esa imagen.



Luciendo avergonzada, pero decidida, tía Malena se recostó en el sillón, levantó las gordas piernas, flexionadas desde las rodillas y las abrió de par en par, metió sus manos entre ellas y se separó los labios de la panocha, mostrándome su rosado interior. Casi me vengo al verla así.



- ven... Venancio...hazlo rápido por favor...solo se cuidadoso...no...no me vayas a lastimar...recuerda que a mí esto no me gusta, pero es mi deber como tú esposa...



Ni en mis más sucios sueños, me hubiera imaginado algo mejor. Muy a su manera, tía Malena me estaba pidiendo que le diera verga. Al fin mi pene iba a conocer los placeres de estar dentro de una vagina, y sería la vagina de mi religiosa tía, mediante engaños. Además, ella estaría despierta, sería totalmente consciente de como mi verga la iba a coger, lo iba a sentir. De verdad que no paraba de preguntarme por qué no había hecho esto antes.



Mi primer impulso fue saltar sobre ella, pero debía ser cauteloso, un solo paso en falso y todo se iría al carajo, así que debía tomar dos precauciones.



La primera fue tomar el vaso de agua de la mesa, ese que contenía una gota más del medicamento, no me convenía que la tía despertara totalmente. Sus manos seguían abriendo los labios de su panocha, sus piernas, se mantenían levantadas. Ella estaba quieta y expectante, viéndome nerviosa. Así que yo mismo le puse el vaso en la boca y ella bebió sin preguntas. Supongo que me ayudó el que debía tener sed, pues salivo mucho durante la mamada que me acababa de dar.



Una vez que se acabó el agua, me arrodille frente a ella, que magnífica que se veía la tía así, daba ternura su expresión de nervios, y verla tan abierta de piernas, mostrando su rosada pucha abierta, esperando a su macho, era una delicia.



Ya conocía perfectamente su vagina, la había visto e incluso había jugado con ella muchas veces, la había mamado sin descanso y le había introducido mis dedos y hasta otros objetos. Pero verla así, que ella misma se la estuviera abriendo, hacía que su panocha gorda y peluda, luciera más lujuriosa que nunca.



Tome un condón y torpemente trate de ponerlo, pues jamás había hecho algo así.



- ¿Que estás haciendo Venancio? Si soy tu esposa, no necesitas ponerte esa basura...además esas cosas son del demonio, Diosito dice que las relaciones son para la procreación, no por placer, ponerte esa cosa es pecado...si voy a cumplir mis deberes de esposa, es para buscarle un hermanito a Mau...



Pero la puta madre, si justamente no había usado la pucha de mi tía en los meses pasados, era por temor a embarazarla, y ahora me estaba diciendo que solo me daría su panochita caliente, si el fin, era embarazarla.



Lo dude solo un milisegundo, era muy arriesgado, era una de las cosas más estúpidas que hubiera podido hacer...pero estoy seguro, amables lectores, que, de haber estado en mi situación, tampoco se hubieran negado a disfrutar de esa panocha que lucía tan deliciosa y húmeda, a pelo.



- ¡Hay Venancio! Dijo la tía Malena suspirando, cuando sintió que me inclinaba sobre ella y con eso, la cabeza de mi verga, tocó la entrada de su canal vaginal. Su expresión fue de sorpresa, incluso hablo con tono de niña asustada.



Empecé a avanzar muy lento, ya había aprendido que era mucho más rico dar penetraciones profundas y lentas, o por lo menos así el ojete de tía Malena me había sabido mejor, así que quise hacer lo mismo con su pucha. Pero es que además quería explorar su interior con calma, quería que las sensaciones me quedarán grabadas para siempre.



- Venancio...puff....Venancio. claramente tía Malena estaba disfrutando de cómo su vagina era invadida por mi gorda y dura verga. Pero no queriendo aceptarlo, apretó los ojos y ladeó la cabeza a un costado.



- mmmm Venancio...lo...lo estás...es distinto...Venancio...no me hagas esooommmm...Venancio....me siento rara...no seas malo conmigo...



La tía hasta apretaba los labios para tratar de callar sus gemidos. Apenas tenía media verga dentro y la estaba haciendo gozar, me sentí muy macho al verla así.



Su vagina era un delirio, me acariciaba delicioso la verga, no era tan apretada como su culo, Pero lo compensaba con mucha humedad y suavidad. Ya no sabía cuál de sus dos orificios me gustaba más.



Cuando ya faltaban pocos centímetros más de verga por entrarle, vi que abrió los ojos, como sorprendida, como si no entendiera por qué mi verga aún seguía sin llegar hasta el fondo. Pero al fin ocurrió, tras varios instantes de lenta penetración, nuestros cuerpos quedaron unidos, sentía los bellos de su panocha en mi ombligo y mis huevos contra sus nalgas, ya estaba, mi verga estaba totalmente enterrada en la pucha de mi religiosa tía Malena.



Mi cuerpo entero se tensó, era una cosa divina, mi verga estaba por primera vez dentro de una vagina, y que vagina más rica carajo, podía sentir un calor inmenso rodeando mi verga, pocas veces me sentí más a gusto, su panocha me apretaba y acariciaba delicadamente, no sabía que había orificios tan calientes y suaves.



Curiosamente, no fue hasta que me sintió totalmente dentro de ella, cuando al fin, dejo de abrirse la gorda vulva con las manos y las retiro, pero solo para ayudarse a mantener las piernas levantadas y hasta las abrió un poco más.



" Vaya con la tía, pensé divertido, tan recatada, y según ella no le gusta el sexo, Pero bien que sabe acomodarse para que se la cojan bien"



- hooooo...por Dios...Malena que rica está tu panochita...mmmm como me aprietas...



- ¡Venancio, no digas tus vulgaridades! ¡Y te prohíbo que digas el nombre del señor en un momento tan sucio! ¡No te atrevas a volver a blasfemar!



Para callarla, le di un par de embates de verga a su panocha, retirándola hasta la mitad y empujando con fuerza hasta el fondo.



- hoo, Venancio...mmm...Venancio, fue lo que pudo decir, la pobre sufría por qué le gustaba y según sus creencias, no debería disfrutarlo.



Yo estaba más que fascinado. Era uno de los momentos más fascinantes y deliciosos de mi vida, no solo era el placer que me proporcionaba su suave y mojada vagina, no solo era que fuera mi primera vagina y de hecho la vagina de mi tía, o que la hubiera obtenido con engaños. Todo eso era delicioso, sin duda, Pero lo mejor de todo era que ella estuviera despierta.



Él solo sentir como ella misma sostenía sus piernas abiertas y levantadas, para permitirme mejor libertad de movimiento y ángulo de penetración, pero, además, veía su rictus de placer mal escondido, escuchaba su respiración agitada, y sus gemidos que trataba de ocultar.



Si bien, sentía que en cualquier momento me iba a venir, simplemente no podía dejar de mover las caderas, bombeando mi verga en esa panocha madura y bien peluda. Mis movimientos eran lentos, pero constantes, retiraba muy despacio media verga y entonces empujaba con fuerza, de un solo movimiento mi verga se clavaba una y otra vez en mi tía, haciendo que la cabeza de mi verga chocará contra el fondo del canal vaginal.



- ¡Venancio, para...para...te lo suplicoooo....hoooo...hummm... ¿Qué me haces? No aguanto, no aguanto...hoooo...Venancio para, por favor...mmmmm...no aguantooo...detente...es...es demasiado... Hooooo...nooo...me llega muy adentro...no me gusta...paraaaa.



Por supuesto que no iba a hacer caso a sus súplicas. Es más, en realidad no es que no le gustará, todo lo contrario, estaba gozando, y ella no quería eso. Así que con lujuria empecé a martillar con más fuerza y aumentando el ritmo de mis movimientos. Quería hacerla " sufrir" más.



- Venancio acabo ya por favor...hoooo...hummm...

¿Por qué duras tanto? ¿Por qué me haces esto tan horrible? No me hagas sentir más asiiiiiiii...hooo...llegas muy adentrooooo...pareces otra persona...ya déjame, no me gusta sentirme asiiii...hooo.



" Pobre tía Malena, nunca te han cogido rico, por eso no crees que el sexo se disfruta, Pero no te preocupes aquí está tu sobrino para enseñarte a gozar de una buena verga, al menos una vez en tu vida"



Por más que su boca decía algo, su cuerpo decía otra cosa, estaba toda roja, su frente sudaba, ya gemía y gritaba de forma descarada, además, sin querer, sus caderas se movían al compás de mis estocadas, ayudando a qué cada metida de verga, fuera aún más profunda que la anterior, y su vagina estaba cada vez más mojada.



Empecé a bombear aún más fuerte, viendo como sus tetas y abdomen bailaban al ritmo del choque de mis caderas contra su regordete cuerpo. Me incliné sobre ella y atrapé una de sus tetas para mamar de su pezón, sin dejar de cogerla con furia.



En un último intento de resistirse al placer, tía Malena tomo mi cabeza con sus manos, para despegarme de su teta, Pero en ese momento ya no pudo más, me apretó con brazos y piernas y empezó a gritar.



- diooossss hooooo dioooos santo, perdonameeeee, hooooo yo no soy asiiii, sabes que...hoooooo....hooooo...yo no sooooy asiiiii....diosssss mmmmmmmm....hooooooooo ¡Venancioooooooooo!



Lo había logrado tía Malena, se acababa de venir en contra de su voluntad.



Riendo de felicidad y por qué ahora fue ella la que menciono a dios en un acto tan " sucio" continúe bombeando con todas mis fuerzas, viéndola retorcerse del placer, mientras que no paraba de gritar, pues, gracias a mis movimientos su orgasmo se potenciaba.



Pero su martirio no duro mucho más, pues me fue simplemente imposible aguantar tanto placer y sin pensar en las consecuencias empecé a venirme como loco, mi verga escupía potentes chorros de leche sumamente espesa, debido a lo cachondo que yo estaba. Sentía que el alma se me salía por la uretra y estoy seguro que estuve a nada de perder la razón de tanto placer que me inundaba.



- hoooo tiaaaa...titaaaa....mmmm Malena...

Gorda...hooooo...siiii, te llenoooo, hooo te lleno de leche tu pucha ricaaaas....hoooo tómala puta, toma toda mi leche...haaaaa.



Así como el semen brotando de mi verga, no pude contener las palabras que salían de mi boca. Pero no sé si tía Malena, escucho o no entendió, o simplemente no pudo contestar, pero está vez, no me recriminó por hablarle con vulgaridades, ni pareció reparar en que accidentalmente la había llamado " tía"



Cómo sea quedamos desplomados en el sillón, agotados y respirando con dificultad. Ella seguía con los ojos cerrados y la cara de lado, se notaba un poco afligida, pero el mismo tiempo lucia calmada y desestresada.



- mañana...mañana debo ir a primera hora a confesarme, esto estuvo muy mal y nececito pedirle perdón al señor.



- jajaj pero sabes que te gusto ¿Verdad?



- no...no seas impertinente...yo soy una mujer de buen...el sexo...no eshhh para disfrutar...hummm...hooooo.



Pese a que me acababa de venir, estaba muy, pero que muy lejos de estar satisfecho, yo quería seguro gozando de la mojada panocha de mi tía, así que mi verga empezó a entrar y salir con velocidad de ella, revolviendo en su interior todo el semen que le acababa de dejar dentro.



Tía Malena ya no hablaba, se limitaba a pujar y gemir, con los ojos cerrados. Martille su panocha deliciosa por varios minutos. Solo me detuve, por qué el sillón, debajo de nosotros empezó a crujir de forma escandalosa.



Llevaba bombeando mi verga en su panocha unos veinte minutos, de esa segunda ronda, aún no me venía, por el miedo a romper el sillón y no tener forma de explicarlo.



Hasta que me detuve, sin sacar mi verga, me di cuenta que la tía Malena, llevaba un rato en silencio, volví a verla y pude notar que ya estaba más dormida que despierta.



La segunda dosis de medicina había hecho efecto, tía Malena se estaba quedando dormida de nuevo. Me quedé un rato así, recostado sobre ella, sintiendo mi verga palpitar dentro de su encharcada vagina, llena de sus jugos y mi semen.



Finalmente me salí de ella y la contemplé, se veía hermosa así, despatarrada en el sillón, sudada y cansada, tratando inútilmente de mantener los ojos abiertos, y con mi leche escurriendo de su dilatada y enrojecida vagina.



Mire el reloj, aún me quedaban unas tres horas más antes de que llegara mamá, y definitivamente quería volver a gozar de la vagina de la tía Malena, pensaba que, si ya me había venido dentro de ella, podía hacerlo otras dos o tres veces sin empeorar las cosas.



Pase al baño a orinar y refrescarme. Y en menos de cinco minutos ya estaba más que listo y dispuesto a darle una nueva revolcadas a la tía, pero está vez quería probar alguna otra posición.



Ella había vuelto al estado en el que estuvo cuando la puse a mamar mi verga. Es decir, más dormida que despierta, pero, aun así, capaz de hablar y entender lo que se le decía.



- ¿Gorda? ¿Malena? Le hable sin saber muy bien cómo referirme a ella.



Ella abrió los ojos y me vio con la mirada perdida, como tratando de reconocerme, pero sin lograrlo.



Nota del autor: a partir de aquí la tía vuelve a hablar arrastrando las palabras, pero transcribiré correctamente las frases.



- ¿Que paso, don Fernando?



Vaya, ya había tenido que fingir ser dos personas distintas esa mañana, y ahora me tocaba ser don Fernando ¿Y quién demonios era don Fernando? Nunca lo supe, pero por las cosas que la tía dijo, me queda claro que era un hombre que la pretendía.



- si...doña Malena, soy Fernando, venga conmigo.



- ¿Dónde vamos?



- le voy a poner una inyección, venga.



La tome de ambas manos y le ayude a levantarse, la tía estaba tan torpe y se movía tan lento, que le tomo bastante tiempo caminar los tres pasos que separaban el sillón donde estaba a la mesa.



Una de las cosas con las que más había soñado hacerle a la tía, durante el tiempo en el que la usaba totalmente dormida, era cogerla de pie, desde atrás, verla empinada, parando ese culote gordo e inmenso. Por eso la lleve a la mesa.



la puse de pie, frente a la mesa y la hice recargar su torso sobre la misma, dejando las piernas estiradas, así ella quedaba doblada en casi 90° y con el culo en pompa. Gracias a qué la mayor parte de su peso estaba sostenido por la propia mesa, sus piernas soportaron abiertas y extendidas.



La mire desde atrás y dios mío, que rico culote se le veía así. Y para hacerlo más erótico, su vagina seguía escurriendo semen y bien dilatada, además, la tía se movía tratando de guardar el equilibrio, lo que generaba que sus nalgotas gordas y blancas, se movieron de un lado a otro. Sin duda había sido una gran idea colocarla así.



- don Fernando, ayúdeme necesito acostarme.



- tranquila Malena, quédate así un ratito, solo te voy a poner una inyección y ya jeje. Mientras hablaba me coloque detrás de ella y apunte la cabeza de mi verga a su vagina, listo para volver a entrar en ella y cogerla hasta venirme.




- ¿Que me hace don Fernando? Pregunto la tía Malena, sin moverse de su posición, seguramente por qué su cuerpo apenas y le respondía.



- nada, Malena, ya le dije que solo la voy a inyectar, quédese quietecita, mi verga bien parada quedó recargada en los labios de su húmeda vulva, la sujeté de sus anchas caderas y me dispuse a volver a cogerme a mi tía Malena.



- ¿Inyección? Pero por qué usted me va a inyectaaasarrr...houummmm



Pese a lo aletargado que estaba su cuerpo, claramente tía Malena sintió perfectamente como mi verga si iba abriendo pasa de nuevo, por su canal vaginal, por lo que empezó a gemir.



- no, no, no, esperé don Fernando...hooouuummm... ¿Qué me hace? Deténgase por favooooor...mmm...hooooo....



De nuevo la penetración había sido muy lenta, pero ya tenía mi verga hasta el fondo de la concha, una vez más.



" Pobre don Fernando, pensé, seguro se muere por tenerte así tía, bien empinada, viendo esas pinches nalgotas y con la verga bien metida en tu rica panocha jajaja, Pero soy yo el que te tiene así"



Ignorando sus quejas empecé a mover las caderas de adelante a atrás, al inicio sin mucha fuerza, Pero pronto descubrí que en esta posición el choque de nuestros cuerpos, hacía brincar sus enormes y gordas nalgas, así que empecé a acelerar, solo para ver si culo bailar.



Gracias a la medicina, a momentos, la tía se quedaba dormida y en silencio, Pero de pronto despertaba, gemía, se removía y hablaba. Pero de una forma u otra yo no paraba de moverme, extasiado por lo delicioso de sus nalgas y por lo rico que su panocha me apretaba la verga.







- nooo, nooo, noooo ¿Que me hace? Eso no es una inyección...hooouuuu...



Seguí tratando de convencerla de que la estaba inyectando, pero cada vez era menos creíble, pues para ese punto mis caderas chocaban contra sus nalgas, haciéndolas bailar, mientras la tía gemía y trataba de escapar, pero era imposible, no había forma que su aletargado cuerpo pudiera luchar contra lo que le estaba pasando. Yo bombeaba con fuerza y a ritmo constante contra sus gordas nalgas, disfrutando de nuevo de su deliciosa panocha madura.




- mmmmnooooo don Fernando, esto...mmmm...esto no es una inyección...



- jajaj claro que sí Malenita, te estoy inyectando, es una inyección de carne jajaja y espérate que ahorita te voy a inyectar una cremita también jajaja



- noooo, hiuuu...haaaa...usted me está haciendo otra cosaaaaa...hoooo, ya pareeeee...mmmm, yo soy una mujer decente...hooooouuuummmm...



- jajaja tu déjate Malenita, si bien qué te gusta, solo disfruta jajaja





- no don Fernando...hoooo... No sea así conmigo...no me haga esoooo...hiuuu...mmmm eso no es una inyección.



- jajaja ¿Entonces que es doña Malena, que le estoy haciendo?



- mmmmmm, me está metiendo su cosa de hombre…hooo...que malo es usted... me está violando... ¿Por qué me hace eso, que no tiene alma?



- jajaj lo que tengo son muchas ganas de cogerte como la puta que eres, disfruta bien que te gusta, esto, disfruta de mi verga puta...



- ¿Como se atreve a hacerme esto y además a insultarme? Hoooo esto no se va a quedar asiii...hooo.




De nuevo la tía se quedó dormida, así que aproveche para agárrame con más fuerza a sus caderas, y así mis embates se volvieron mucho más violentos, tanto así, que sus piecitos ya solo tocaban el suelo con las puntas, su culote gordo brincaba con velocidad y la sala entera se llenó de un hermoso sonido de aplausos. Los aplausos eran el sonido de sus nalgas chocar contra mí abdomen, era como si su culo me estuviera felicitando por tan salvaje cogida.



- deténgase, se lo suplico, ya le dije que soy una mujer de bien ¿Cómo se atreve a hacerme algo tan horrible? Le ordeno que pare ya.



Supongo que la mente de la tía Malena empezaba a regresar a sus cabales, por eso era plenamente consciente de que la estaban violando, aunque no sé por qué seguía pensando que yo era el tal don Fernando. Cómo fuera, la medicina, le impedía hacer algo para defenderse.



Ella gemía, sollozaba y no paraba de amenazarme con que me iría al infierno, incluso dejo que llamaría a la policía, y al ver que nada le funcionaba empezó a rogarme que por favor me detuviera.







Cogerme a la tía Malena en esa posición, me daba dos tipos de placer distinto. Por un lado, la deliciosa sensación de su húmeda y caliente panocha madura, mordiendo con lujuria mi verga. Pero, por otro lado, era increíblemente lujurioso ver cómo le botaban las gordas nalgas con mis embestidas.



Su blanco culote maduro, bailaba de arriba a abajo, de adelante a atrás, era tan delicioso, que no me pude resistir y empecé a darle fuertes azotes a sus nalgas, para hacerlas bailar aún más.



- nooooo, haaaa, haaaaa, haaaaa, ¿Por qué me maltrata así? Haaaa, haaaa, ya dejé de golpearme hooooo. Se quejaba la pobre tía ante el castigo nalgatorio al que era sometida por su perverso sobrino, aunque en su mente, era el tal don Fernando el que la martirizaba.



- hay Malenita, ufff, que rica estas, que culote que tienes y que rica tu vagina, me aprieta bien rico, pinche Malenita, tan buena que estás y tu desperdiciando todo esto...todo este culote rico...hooooo, Malenita, me vengoooo, hooo te lleno de lecheeeeee, siiiiii tómala putaaaas, tómala todaaaaas...uffff.



-por lo que más quiera don Fernando...nooooo...no acabe dentroooo...yuo soy una mujer de dios...mmmmm...hooooo...no me vaya a embarazaaaaaar!!!! Nooooooo condenado, me está acabando dentroooo...hooooo no lo haga, no se lo permito, deténgase, no sea inconsciente.



Por más que se quejaba, no pudo evitar que le llenara el útero de leche por segunda vez. es más, si me lo preguntan, estoy casi seguro que conseguí que se volviera a venir, mientras le eyaculaba dentro de la panocha.



Al fin nos quedamos quietos, ese segundo round había sido bastante más largo y salvaje que el anterior. Nuestros cuerpos sudaban, sus pies al fin volvieron a tocar el suelo, sus nalgas estaban rojas de tanto azote, ella quedó de nuevo medio desmayada, mientras que yo, feliz y cansado, recargue la frente en su sudada espalda. Pero aún no acabábamos.



Tiré de ella para ponerla de pie y sin que mi verga saliera de su vagina, retrocedí unos pasos, hasta llegar al sillón, conseguí sentarme en él, con la tía sobre mí, con su culote sobre mis piernas y mi verga bien incrustada en su panochita.



¡¡Dios!! Que hermoso se veía su culote sobre mí, hubiera deseado con todas mis ganas ponerla a cabalgarme, disfrutar de sus sentones, ver ese culazo subir y bajar sobre mi verga. Pero era imposible ella estaba demasiado torpe para hacerlo, además, sabía que la estaban violando, así que no creo que voluntariamente me hubiera cabalgado.



La hice a un lado, mi intención era dejarla sentada en el sillón, pero su gordo cuerpo, más su poca capacidad de movimiento, hicieron que bajara hasta el piso. Pero viendo una buena oportunidad, la termine de acostar en el suelo, con uno de los cojines del sillón bajo su pelvis. De manera que su culote gordo y maduro, quedó en pompa.



Tía Malena se veía sumamente hermosa y sensual, así, acostada boca abajo, parando las nalgotas, su cuerpo perlado de sudor, su respiración agitada, y lo más delicioso era verle la panocha peluda, bien enrojecida, dilatada y escurriendo mis dos cargas de semen.



No me lo pensé ni tres segundos, y me dispuse a montar a tía Malena como había hecho cientos de veces antes, pero ahora estaría despierta...o bueno, casi despierta.



- ohhummm, la escuché gemir, con preocupación cuando me sintió sobre ella, una vez más.



-shhhhhh tranquila Malenita, solo te voy a seguir disfrutando, voy a volver a cogerte, va a sentir bien rico mi amor, yo sé que en el fondo te encanta que te dé verga jajaja.



Ella no pudo ni responder, la medicina la tenía muy atontada, pero, de todas formas, trato de moverse en un vano intento de impedir que la violara de nuevo.



Pero antes de que siquiera pudiera articular palabra, ya le había mandado mi verga hasta el fondo de su pucha. Ya estaba sobre ella montándola como la puta culona que era.



Era la tercera vez en esa mañana que mi verga se incrustada en ella, y se notaba, su vagina ya estaba más que adaptada a mi tamaño y grosor, bien dilatadita, aunque eso sí, me seguía apretando de forma deliciosa, pero es que ya no podía estar más mojada, tanto jugo había soltado su panocha y se mezclaba con mis dos enormes descargas de espeso semen. Que mi verga entro como cuchillo caliente en mantequilla.



-hayyy malenaaaa, ufff malenitaaaa, hooooouuuu, que buena panocha la que te cargas, es una lástima que no hayas dejado a más hombres gozar de está rica cuevita apretada que tienes entre las piernas...hooooo, le gritaba mientras abatía con fuerza mis caderas, haciendo de esta tercera cogida, la más ruda y salvaje de todas.



La tía no poda más que apretar los puños y dejarse coger por su salvaje sobrino, aunque ella no sabía que era su sobrino quién con singular alegría y velocidad, martillaba su maltrecha panocha, llenándole de la dura carne de mi verga.



En un momento pude ver lágrimas rodar por su carita, pobrecilla, tanto placer y sexo, era demasiado para sus creencias religiosas, sé que su cuerpo disfrutaba del placentero encuentro carnal, lo sé por qué ella solita era incapaz de mantener las nalgas quietas y no solo las levantaba para permitirme darle verga, más hondo y más rápido, es que a veces hasta reculaba para hacer más intensas las penetraciones.



Pero su mente debía sufrir, ella misma lo dijo " el sexo no es para sentirse rico" que tonta que era, y por eso lloraba, por qué la estaba haciendo gozar como nunca, por qué bien sabía, pese a estar medio inconsciente, que la estaba volviendo mi puta.



Tras quince minutos de furiosos movimientos, tuve que detenerme, no solo es que ya casi me venía, es que me estaba agotando, si bien era experto en meter y sacar mi verga del cuerpo de mi tía, jamás lo había hecho de forma tan intensa.



En ese momento fui consciente de que no tenía todo el tiempo del mundo para seguro gozando a mi tía. Aún me quedaba tiempo de sobra, antes de que llegara mamá. Pero bien sabía que borrar las evidencias de lo ocurrido, me tomaría bastante tiempo. Debía acabar pronto para no ser descubierto.



Pensé en regresar a su pucha y terminar por última vez...pero no, mi última venida, no debía ser en su vagina, tenía que despedirme en regla, de su maravilloso ojete.



Había llegado el momento de entrar y disfrutar una última vez de su culo, ese hoyito tan rico, que tantos placeres me había regalado, le daría verga por última vez, y me encantaba la idea de que ella supiera que la iba a encular.



-vamos a acabar Malena, mi hermosa culona Malenita, te prometo que es la última cogida que te doy.



-sssssi...ya por favor...pare de una buena vez...ya déjeme en paz...le juro que no le diré a nadie lo que pasó aquí, pero ya deténgase...



-si Malena, ya parare, Pero te voy a meter la verga una última vez, Pero esta vez no será en tu vagina, prepárate Malenita, voy a usar tu culito para darme placer, jejeje mira aquí, te va a entrar todita...



Le dije mientras que le metía un dedo en el culo, ya sea por los meses de entrenamiento anal a los que la había sometido, o por su propia excitación y relajación física o por la mezcla de jugos, Pero mi dedo le entró sin ningún problema a su rico ojete apretado.



-¡¡¡¡mmmnooooooo!!!! Gritó con espanto, tan indignada se sintió, que hasta le regreso bastante la conciencia, de hecho, con todas sus fuerzas trato de escapar. - no se atreva a hacerme algo tan ruin ¿Acaso es usted un animal? Solo las bestias harían algo así, no le permito que cometa semejante pecado con mi cuerpo.



-jajaja Malena, ya hemos cometido muchos pecados, esto no lo va a empeorar, y sé que le va a encantar...algo me dice que su culo va a saber recibir toda mi verga jajajaj



- ¡ Desgraciado, es usted un cerdo, un animal, un salvaje, le prohíbo que me haga algo así, deténgase, no se atreva!



Tía Malena estaba muerta de miedo, Pero por mi parte escucharla solo me ponía aún más caliente, ya estaba sobre ella, con mi verga a las puertas de su culo, mi pecho contra su espalda, mi boca babeando su nuca, y con mis manos sujetaba sus brazos, extendiéndolos por sobre su maduro cuerpo.



Mi verga se metió entre sus nalgas, sabía bien el camino para encontrar ese delicioso orificio, que tanto placer le había dado en los meses pasados. Cuando el glande toco su ojete, tía Malena trato de resistirse, se movía, pero no podía escapar del peso de mi cuerpo. Se supo atrapada, así que empecé a sollozar.



-noooooo, se lo ruego, eso nooooo, no me meta su cosota por ahí, jamás lo he hecho, me va a matar, el señor no me lo va a perdonar nunca...nooooo, por favor, regrese a mi vagina, por favor, hágalo ahí...no en mi trasero...por favor, por humanidad...nooooooo.



Cada uno de sus gritos, era generado, por qué divirtiéndome con su sufrimiento, le empujaba un poco el glande contra su culo, el cual se dilataba y apretaba, pidiendo su ración de verga, esa verga a la que ya estaba acostumbrado, pese a que su dueña no lo sabía.



- ¿De verdad nunca te lo han hecho por tu culito?



- ¡Claro que no! ¡La sodomía es uno de los peores pecados! Ya le dije que yo soy una mujer de buen, jamás cometería semejante atrocidad...ninguna persona decente querría hacer algo tan sucio y vulgar.



Sonreí perversamente, por dos razones, ahora sabía que efectivamente yo había desvirgado su culo meses atrás. Además, por qué la tía no tenía idea de lo mucho, que mi verga había usado su culo, de las muchas horas que su culo había tenido mi verga bombeándolo. De hecho, ella no lo sabía, pero, seguramente a estas alturas, y debido a la poca vida sexual que había tenido, seguramente había tenido mucho más sexo anal que vaginal, gracias a mí perversión, y a su enfermedad.



-jajaja que equivocada estás Malenita, con estas nalgotas gordas y sabrosas que tienes, a cualquier hombre se le antojaría darte una buena cogidota anal jajaja...es más, estoy seguro que hasta tu sobrino se le ha de antojar tu culote...seguro que le encantaría meterte la verga en tu culo jajaja



-es usted un animal, un salvaje, despiadado cerdo ¿Cómo se le ocurre que mi pobre sobrino, tendría semejantes pensamientos? Él un buen chico, no un cerdo como usted...el jamás haría algo así...y yo primero me arranco la vida, antes que hacer algo así con él.



Me fue imposible no soltar una carcajada, al escuchar eso, no me sentí ofendido, ya sabía que la tía jamás haría algo así conmigo

Era hasta ridículo, como la recta y religiosa mente de la tía Malena, de verdad que no entendía cómo funcionaba el mundo. Prueba de ello es que según ella a la gente normal no se le antojaba el sexo anal, claramente la tía no tenía idea. No solo a su sobrino se le antojaba sus nalgas, es que llevaba meses jugando con sus nalgas y dándole verga a su culo, sin que ella se enterará.



Pero la principal razón de mi risa, era qué en su indignación y furia, tía Malena seguía vociferando e insultándome, y tan ocupada estaba en eso qué sin siquiera notarlo, la cabeza de mi verga, ya estaba dentro de su culo, y ella ni lo había sentido.



Así de bien entrenado tenía su culo la tía Malena, que ya se comía la cabeza de mi verga sin dificultad alguna, y sin producirle dolor o molestias.



-tanto que reniegas Malenita, que ni cuenta te has dado que ya te metí la cabeza de la verga en ese culito sabroso que tienes.



-¡¡¿¿ Queeeeeee??!! ¿Cómo se atreve? Sáquela, sáquela se lo ordenooooo...hoooo...por dios, le digo que me saque esa cosa asquerosa de mi pobre anitoooooo...huuuoooo.



- jajajaj no solo no te la voy a sacar, si no, que ahí te va todaaaaas....mmmmmm....siiiii, que culito más divnoo....mmmmm....como aprietas puta, que delicia, tomalaaaaaa.



Empujé las caderas lentamente, solo para que la tía Malena sintiera claramente, como su culo se iba a abriendo ante mi verga, como se lo iba inundando de carne gorda y dura.



La madura culona y religiosa, no daba crédito a lo que estaba ocurriendo, gritaba de espanto, horrorizada al saberse enculada, sus ojos estaban abiertos como platos. Finalmente me quedé quieto, una vez que tuvo mi verga al fondo de su culo.



Qué maravilla era ese culo, menos suave y jugoso que su vagina, Pero más estrecho, ese culito ya conocía bien a mi verga, le daba la bienvenida dándole deliciosos apretones. Y es que ahora que tía Malena estaba despierta y era plenamente consciente de que la estaba violando analmente, su culo hacia movimientos que cuando la cogía dormida, jamás había hecho, de todas las veces que me cogí el culo de tía Malena, esa fue sin duda la mejor de todas.



-huuuy Malenita, Pero que ojete más apretado, estás bien rica pinche Malena, a las putas nalgonas como tú hay que cogerlas así, por el culo...ufff que delicia es esto jejej, no sabes cómo voy a gozar ahora de este culo...le voy a dar todo el amor y verga que siempre le has negado jajaja.



Tía Malena ya ni contestaba, no creo que fuera por la medicina, más bien supongo que estaba anonadada, jamás se hubiera imaginado semejante situación, su culo lleno de verga, y además no le había dolido ni un ápice, mi verga le había entrado enterita sin dificultad.



- yo sé que, aunque no me lo digas, bien que sientes rico puta nalgona, Pero no te preocupes nadie se va a enterar de esto, tu honor quedará a salvo, tu solo quédate así quietecita y déjame gozar de tu culo...cuando esté satisfecho te dejare en paz.



Tras decirle eso, empecé a mover las caderas, como siempre su culo me apretaba como guante, Pero aun así soportaba perfectamente mis movimientos, expandiendo sus paredes y esfínteres para alojar mi verga entera, soportando el bombeo de forma deliciosa.



Cerré los ojos y me concentré en mi verga, en las maravillosas sensaciones que su culo me producía, esa era la despedida de mi verga y su culo, así que quería disfrutarla al máximo.



Cómo mi verga ya venía bien estimulada por su panocha, francamente aguanté poco tiempo las caricias anales de la tía, así que me vine dentro de su ojete por primera vez, Pero sin decirle nada, seguí bombeando disfrutando de lo lindo del maravilloso ojete de mi tía.





Ella se dejaba, simplemente dejo de protestar, solo apretaba el rostro y los puños, estoy seguro de que seguía muy sorprendida por las sensaciones que mi dura verga le regalaba entrando y saliendo de su culo. En algún momento soltaba leves jadeos, pero más allá de eso, simplemente me dejaba hacer a mi gusto.



Viéndola tan pasiva quise seguir jugando con ella, volví a azotar sus nalgas, lo que le hacía dar gritos y suspiros. Algo que disfrutaba mucho era retirar mi verga de su culo, para separarle las nalgas con ambas manos, tirando de ellas con fuerza, y admirar como su pequeño asterisco, se había convertido en un hermoso y lujurioso túnel de carne, hasta podía ver su interior, y eso solo me hacía volver a enchufarle la verga y continuar martillando.



Durante un buen rato no hablamos, ni cambiamos de posición, ella suspiraba y se quejaba por lo bajo, por mi parte me dedicaba a gritar a todo pulmón, pues el placer era insoportable, durante todo ese rato, no aumente ni disminuir la velocidad, las estocadas eran lentas, pero firmes, le dejaba ir toda la verga, para luego retirarla hasta que solo quedaba la cabecita atrapada por su rico esfínter y volvía a empujar.



No sé si hubiera disfrutado más, que a la tía le doliera, verla quejarse. Pero su culo estaba tan bien entrenado, tan bien adaptado al tamaño y grosor de mi verga, que aguantaba sin problemas, así que ella podía estar tranquila.



- ¿Cuánto tiempo va a seguir haciéndome esto? ¿Que acaso no tiene llenadera? Pregunto la tía, hablando al fin, si sigue así, me va a dejar toda abierta...ufff...recuerde que...hummm...ese hoyo no es para eso...hummmmm...ya deténgase, se lo suplico...hoooo...antes de que...ufff...puff.....



-un poco más, Malenita culona, aguanta un poco más y pronto te llenaré de leche este culo delicioso...



Con ello empecé a acelerar, y con eso, ahora sí la tía empezó a gritar, pero no eran gritos de dolor precisamente.



-haaaaaa...nooooo....asiiii...nooooo...hooooouuuu...mmmm...me va a romper mi anooooo....hooooo...no sea desgraciadoooo...huuuu...



Yo ya ni la escuchaba, martillaba con furia, como nunca antes lo hice, nuestros cuerpos aplaudían, y sus nalgotas gordas rebotaban. Le daba con tanta fuerza que creo que la lastimada, Pero no lastimaba su culo, la molestia venía de que su gordo y maduro cuerpo blanco, era aplastado con fuerza contra el piso a cada uno de mis embates.



Pero no tuvo que sufrir mucho, pues a ese ritmo, en menos de dos minutos me vacíe por segunda vez en su culo, gritando una serie de insultos e improperios hacia su persona, mientras que ella apretaba los dientes y trataba de levantar las caderas para que no la aplastará tanto, Pero con ello, creo qué sin querer, me daba mejor ángulo de penetración.



Me derrumbe sobre ella, ambos estábamos sudados, acalorados y muy cansados. La escuché sollozar, Pero bien sabía que su llanto era únicamente producto de la culpa que le daba sentir placer.



Vi el reloj, había estado enculando a la tía Malena por más de cuarenta minutos, me puse de pie, absolutamente todos los músculos del cuerpo me dolían, apenas y podía respirar, mis huevos vacíos me punzaban y la verga me ardía de tanto entrar y salir de los orificios de mi tía.



Habían sido dos venidas en su culo, dos en su panocha y una en su boca, yo estaba verdaderamente agotado...pero me basto con bajar la mirada, verla ahí, desnuda en el suelo, esas enormes nalgas moverse con su respiración, su cuerpo sudado y rojo, su ojete y panocha aún dilatados y enrojecidos, con marcas de mi semen, y no me pude aguantar, debía darle un último repaso a su culo, debía sacarle todo el provecho posible, pues esa sería la última enculada que le daría en mi vida a la tía Malena. La última vez que probaría su sabroso ojete apretado.



Me coloque sobre ella y apunte a su culo, por última vez.



- nooo, ya no, de verdad que ya no puedo maaaaaasss...hooooo...nooooo...hoooo no en mi ano de nuevooooo...hoooo.



- tranquila Malena, está última vez, te lo prometo, déjame despedirme de este culo maravilloso, déjate coger analmente una última vez por mi



Empecé a taladrar de nuevo, no tan rápido como anteriormente, pero si, a suficiente fuerza y velocidad, como para que el ruido del choque de mi pelvis contra sus gordas nalgas, se escuchará por toda la casa.



Tía Malena no paraba de gritar y pedirme que me detuviera, según ella, su mayor terror es que su culo jamás se volvería a cerrar, no sé de dónde saco semejante idea.



-tú no te preocupes tía Malena, tu culito se va a volver a cerrar, siempre lo hace, te confieso que te he cogido por aquí muchas veces, mientras estabas dormida, yo he gozado muchísimo de tu culo, perdí la virginidad con él y sé que yo lo estrené...ha sido maravilloso tía, me has dado el mejor regalo del mundo, te lo agradezco mucho...aunque sé que no recordaras nada de esto...pero te amo, amo tu culo rico, soy adicto a darte verga en tu culo y jamás olvidaré, nunca olvidaré tu rico culo tía...



No sé por qué, de pronto le empecé a hablar así, y lo más raro es que mientras hablaba y seguía bombeando mi verga de su culo, un par de lágrimas escurrieron por mi cara.



Supongo que, de alguna manera, quería que ella supiera la verdad, lo que sentía por ella. Que estaba loco por su culo, que me había hecho adicto a él, pero sobre todo que había conocido el cielo gracias a él.



Ella no contesto nada, no sé si no entendió o qué, pero se quedó quieta y se dejó encular una última vez, sin reproches, ni protestas.



-esoooooo tiaaaa, mi rica tía nalgona...hooooo... Deja que tu culo disfrute...y déjame...hummm

...disfrutar de él, una última vez...



Esa última enculada duro 17 minutos, lo sé por qué yo no despegaba la mirada del reloj. Hubiera deseado que mi verga viviera dentro del culo de mi tía, toda la vida, pero nuestro momento había llegado a su final.



Aún quedaba poco más de media hora para que mamá llegara del trabajo, Pero debía apresurarme. No sé de dónde saque fuerzas, pero cargue a la tía y la deposité en su cama. Le di a beber dos gotas más de medicamento, y mientras la limpiaba con paños húmedos, ella quedó totalmente inconsciente.



Tuve todo el cuidado del mundo para dejarla bien limpia, incluso introduje un poco el paño en su panocha y culo para quitar todo rastro de mi leche. Tras eso la vestí y salí a arreglar la sala.



Mientras limpiaba el piso de las manchas de jugos y sudor, puse a asar un poco de carne, para ocultar el fuerte olor a sexo que impregnaba la casa. Para cuándo mamá llegó, yo me estaba bañando.



- ¿Que te pasa que te ves tan cansado? Me preguntó al verme salir de la ducha.



-hay mamá, es que hoy la tía se puso muy difícil, no se quería tomar su medicina y tuve que forcejear con ella.



Preocupada fue corriendo a ver a la tía, pero la encontró plácidamente dormida, un poco por el medicamento, pero también, por la maratónica y salvaje cogida que le había dado toda la mañana, por todos sus orificios.



Le dije a mamá, que me preocupaba, haber lastimado a la tía, en el supuesto forcejeó, Pero ella me calmó.



-no te preocupes, si al despertar le duele algo, le explicaremos que paso. Sin tener idea, mamá sería una aliada en mi versión de los hechos.



Hice bien en aprovechar ese día para mí despedida del culo de la tía Malena, pues mamá me dijo que había pedido unos días en el trabajo, así que sus últimos días en casa, mamá estuvo con nosotros, por lo que no volví a tener una oportunidad, hasta en eso tuve suerte.



Lo más que pude hacer, fue qué en una ocasión, le dimos su medicina para dormir, y aprovechando que mamá estaba en la cocina, le di unos últimos apretones a sus tetas y nalgas, incluso metí mi dedo en su ropa, para tocarle el ojete, y ese fue el último contacto que tuve con ese hoyo delicioso que tanto placer me dio.



La tía Malena paso rara los siguientes días, como apesadumbrada. Pero extrañamente me trataba como si nada, se dirigía a mí, con el mismo tono de siempre. Y tanto seguía confiando en mí que no noto que le cole una pastilla del día siguiente entre sus medicamentos. Y así borre toda posible repercusión de nuestra despedida.



Gracias a qué espíe una conversación que tuvieron la tía y mamá, supe que tía Malena pensó que esa mañana de intenso y delicioso sexo, dónde la use a placer, pese a estar medio despierta. Para ella había sido solo un sueño extraño en el que un hombre había entrado a hacerle " cosas indecibles"



Mamá se burló de ella, le dijo que debía ser su subconsciente, que le pedía darle más alegría al cuerpo, y dejar de ser tan recta y aburrida, comentario que enfureció a la tía.



Unos días después tía Malena fue operada, y afortunadamente todo salió bien, paso unos días más en casa y al fin se fue. Y así nuestras vidas volvieron a la normalidad.



De nuevo nuestro contacto fue muy poco, y cuando nos encontrábamos en alguna reunión, apenas y hablábamos. Por qué ella nunca dejó de ser la tía aburrida y religiosa, que no hablaba de otra cosa que no fuera la Biblia.



Yo solo sonreía, y trataba de verle las nalgas cada vez que me daba la espalda, rememorando tantos momentos de placer que viví entre esas gordas nalgas maduras.



Nunca se le conoció ninguna pareja, por lo que creo que esa mañana en la que le di su despedida, quizá fue la última vez que tuvo sexo en toda su vida. Y de lo qué si estoy absolutamente seguro, es que fui el único hombre en todo el mundo, que gozo de su rico ojete cálido y apretado.



Y también sé, que esos meses en los que ella estuvo enferma en mi casa, fue la época que más sexo tuvo en su vida, pese a estar dormida, y me gusta pensar, que la mañana de nuestra despedida fue cuando más gozo. Aunque ella no lo supo jamás.



Por mi parte, las primeras semanas sin ella fueron muy difíciles, me quedé sin mi juguete sexual, personal, fue muy duro ya no tener como desfogar mis impulsos sexuales y extrañaba terriblemente el culote de la tía.



Afortunadamente no pasó tanto tiempo sin que mi verga probar otro culito ¿Recuerdan que comenté que gracias a haber perdido la virginidad me hice más seguro de mí mismo y empecé a cortejar a una vecina?



Pues resulta que esa Laurita salió bien putita, y me entrego su culito un par de meses después de la despedida de mi tía. Al inicio Laurita tenía miedo de que la fuera a lastimar, Pero no fue así, yo era tan experto en el fino arte de sodomizar a las mujeres, que Laurita no sufrió ningún dolor, por el contrario, disfruto como loca de su primer anal. Al grado que si hizo adicta tener mi verga bombeando su culito adolescente.



Y tras ella, a lo largo de mi vida he disfrutado de muchos culitos, hoy por hoy, no hay nada que me guste más, que meter mi verga en un buen ojete, lo prefiero a las mamadas y hasta a las vaginas.



Pero eso sí, ningún culo, más rico y especial que el primero que probe, el de la gorda, madura, recta y religiosa tía Malena, aunque estaba inconsciente.



Como bien dije al inicio de esta historia, sé que lo que le hice estuvo mal, pero no me arrepiento. Fue un crimen sin víctimas, pues tía Malena jamás supo nada, no tuvo consecuencias, y de hecho sé que le regale mucho placer a su cuerpo inconsciente.



Tal cual le prometí, jamás nadie supo todo lo que pasó entre nosotros, ni siquiera ella, nadie sabe de todas esas maravillosas mañanas, dónde gocé como enano de su culo, de los cientos de veces que la cogí analmente, de los litros de leche qué con ayuda de su ojete delicioso, mi verga expulsó.



Tía Malena falleció hace unos meses, me arrodillé en su tumba y le di las gracias.



" Gracias tía, por tu culo delicioso, descansa en paz" fue el epitafio que le dedique.



Fin.



Pd. y hasta qui esta historia, este ultimo capitulo se me dificulto un poco, por eso tarde en terminarlo, pero espero que la longitud del mismo, conpence el tiempo. Es la primera vez en mucho tiempo que termino una saga larga y se siente bien. tras este relato y en consonancia con las normas del foro, vendrá la historia de la abuela martina y de como hizo felices a todos los hombres de su familia, durante 4 generaciones, usando su experta boquita mamadora. saludos y gracias por leer y comentar.
 

Oshino Saiga

Virgen
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Muchas gracias.... Y al diablo las reglas del grupo XD anda sube algo a tu blog o la otra página, ambos sabemos que el morbo a lo prohibido le mete emoción a la vida
 

devolonpimpon

Virgen
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Wow, es gracioso como está historia si te llega al corazón con el final, jaja sin duda de las mejores sagas escritas, al final aunque todo se trata de algo ilegal nadie se dió cuenta de nada así que todo bien, que coraje que todo termine pero al menos fue una buena despedida, pero como dicen el final es el inicio de otra historia y parece que ya hay, yo hubiera guardado el medicamento para otra tia pero psss detalles jaja
 

tezcatlipoca12

Estrella Porno
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Wow, es gracioso como está historia si te llega al corazón con el final, jaja sin duda de las mejores sagas escritas, al final aunque todo se trata de algo ilegal nadie se dió cuenta de nada así que todo bien, que coraje que todo termine pero al menos fue una buena despedida, pero como dicen el final es el inicio de otra historia y parece que ya hay, yo hubiera guardado el medicamento para otra tia pero psss detalles jaja
Curiosamente no lo pensaba, pero si, decidí dar unas líneas de smor
 
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