tezcatlipoca12
Estrella Porno
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"Dios nos hizo agujereados, para no morir reventados"
Era la única broma, que le había escuchado a la religiosa y recta tía Malena alguna vez. Lo dijo una en una ocasión en que su hijo tuvo una fuerte afección estomacal.
Y si bien la frase me hizo gracia en su momento, ahora me daba morbo. Justamente tía Malena me había enseñado que los orificios del cuerpo no solo servían para que salieran cosas.
Era increíble como el pequeño ojete entre sus nalgas, que regularmente serviría solo para expulsar desechos, se había convertido en una puerta, para que mi verga entrará y saliera constantemente, haciéndome conocer el cielo de tanto placer que me daba, era cálido, apretado y suave. Devoraba mi verga entera haciéndome gozar como loco.
- dios no solo la hizo agujereada, para no morir reventada, hoooooo....Tita, tiiiitaaaa, mmmmmm noooo sus orificios sirven para que mi verga juegue con ellos jajaja....hooooo Tita pero que culo mas ricooooo...mmmmm....dioooos...no me canso de darle verga.
Le grite un día, mientras mi verga entraba y salía a buen ritmo de su muy dilatado y bien entrenado orificio anal, y mis dedos jugaban con el interior de su mojada panocha.
La enfermedad de tía Malena era lo mejor que me hubiera podido pasar y su apretado ojete lo más delicioso que he conocido.
Su blanco y maduro cuerpo inconsciente, se había convertido en un parque de diversiones para mí, ella tan sería y recta, tan distante conmigo y los hombres en general, era, gracias a su enfermedad mi juguete sexual de carne viva. Su culo era mío y solo mío, para cometer contra él todas mis perversiones y para desfogar mis muchas y constantes necesidades sexuales juveniles.
De hecho, sexualmente hablando, esa fue una de las mejores épocas de mi vida, no solo por qué tenía sexo anal por horas varias veces a la semana, es que las cosas no podían ser más morbosas, era incesto por qué usaba el culo de mi tía, era violación, pues ella jamás dio su consentimiento. Y jamás lo habría hecho de forma consciente, usaba un cuerpo dormido. Y el que fuera de mi tía tan seria le daba morbo agregado.
Yo estaba tan feliz, que mi vida mejoro en muchos aspectos, me volví mejor estudiante y hasta ayudaba sin rechistar en las labores de la casa, incluso me hice mejor jugador de fútbol y hasta empecé a cortejar a una vecina, es que hasta mi autoestima y seguridad aumentaron, todo gracias al ojete de tía Malena.
Curiosamente, pese a su enfermedad, tía Malena también Lucia de mejor humor, aunque se notaba muy cansada, era claro que estaba feliz. Supongo que pese a el hecho de que nunca lo supo, que siempre fue mientras estaba dormida, su cuerpo notaba la mucha actividad sexual a la que era sometido y eso la tenía satisfecha también a ella.
Estaba por cumplirse el segundo mes de la estancia de la tía Malena en nuestra casa, y como saben todas las mañanas yo era el único que la cuidaba. Varias veces a la semana, le daba sus medicamentos y en solo pocos minutos ella dormía y yo la enculaba.
Cómo su culo era la fuente de mis placeres, se convirtió en casi que, mi único interés, yo era adicto a introducir mi verga en ese ojete delicioso. Ya casi no jugaba con el resto de su cuerpo.
En cuanto quedaba noqueada, la acostaba en posición fetal, con las nalgas apuntando y lo más cerca posible a la orilla de la cama. Había descubierto que esa era la posición perfecta para arremeter contra su culo, pues así, de pie junto a ella, mi verga y su ojete quedaban a la altura perfecta. Le embadurnaba el ojete con vaselina, por dentro y por fuera y sin siquiera quitarle los pantalones corto, empezaba las deliciosas sesiones de enculamiento.
Ya era una rutina hacerlo así.
Un par de horas después, si bien tía Malena seguía bien dormida, se veía agitada, respiraba pesadamente, sus regordetas mejillas Luciana ruborizadas, su cabello revuelto y húmedo, su cuerpo sudado y caliente, su nalga superior pringada de semen seco, su ojete increíblemente dilatado, al grado que podías verle los intestinos, y bien enrojecido de tanta fricción.
El cuarto entero apestaba a sexo y a su culo. Se sentía que el ambiente entero se calentaba. Mientras que yo, con la verga roja y cansada contra mis muslos y mis huevos bien vacíos. Feliz me subía en ella y le comía la boquita mientras le agarraba las tetas con fuerza.
- gracias Tita Malena, gracia por ser tan buena tía y darle tu culito a tu sobrino jajaja, que rico la pasamos ¿No? Ya eres toda una puta, experta en hacer gozar a tu sobrinito con ese culo divino que tienes jejeje, mañana lo repetimos ¿Quieres? Seguro que si quieres jajaja
Tras eso limpiaba y arreglaba todo y esperaba pacientemente a la siguiente crisis de tía Malena y con ello, una nueva enculada.
Pero hubo un día que mis padres la llevaron a su cita mensual al médico. Y en esa ocasión le cambiaron uno de los medicamentos que ella tomaba todo el tiempo.
Todos estaban felices, con ese ajuste tía Malena mejoró bastante y paso semana y media sin crisis. Por supuesto que yo era el único que no estaba feliz con esa situación, por el contrario, me sentía furioso y frustrado.
Yo que estaba acostumbrado a recibir los placeres del culo de la tía, de pronto me quedé sin nada. Tanto así que hice la cosa más perversa de mi vida. Cómo yo le administraba los medicamentos, reduje la dosis a como estaba antes, para que así tía Malena tuviera de nuevo sus crisis.
Se que actúe muy mal, pero entiendan, yo no quería dejar de gozar, y era muy joven como para calcular las posibles consecuencias. Afortunadamente nada malo ocurrió, y unos pocos días después surgió una nueva crisis.
Pero entonces había otro obstáculo entre mi verga y el culo de la tía...mi pequeño primo Mau, su hijo de 8 años.
Cómo él tenía una semana de vacaciones en la escuela, las paso en nuestra casa para estar con su mamá, de modo que ahora pasábamos los tres juntos en las mañanas y era mi primo el que le hacía compañía a la tía.
- primoooo, primooooo veeeen, no sé qué le pasa a mi mamá, ven rápido por favor!!!! Me grito como mujer histérica desde el cuarto de la tía, una mañana de miércoles.
Cuando entre al cuarto, el lloraba como magdalena y daba saltos de terror, mientras que su madre con la mirada perdida movía los brazos como si estuviera nadando los tres mil metros de crol en las olimpiadas.
Tan acostumbrado estaba yo a ver sus crisis que me mantuve bastante tranquilo, lo que de verdad me desquiciaba era la puta actitud de histérica de mi primo, que gritaba y lloraba, hasta me dieron ganas de golpearlo para que se calmara.
Salí a servir la medicina que dormía a la tía, esa que había sido mi mejor aliado para cogerle el culo. Pero en vez de estar contento como siempre, está vez mal decía, pues la presencia de mi estúpido primo me arruinaba las cosas.
Pero desesperadamente pensé en algún plan, no me iba a quedar sin gozar del ojete de mi tía y menos después de llevar casi diez días sin disfrutarlo. Debía buscar una manera.
- será mejor que salgas, yo le daré su medicina a tu mamá y estaré con ella hasta que se tranquilice, cierra la puerta y espérame unos veinte minutos.
Veinte minutos eran un buen lapso de tiempo para darle una buena ración de verga al culo de la tía Malena. Le di la espalda a mi primo y le di a beber la medicina a la tía.
Pero cuando me gire, le imbécil seguía ahí de pie en medio de la habitación, moqueando de tantos lloros y viendo preocupado a su madre.
- te dije que salieras, hablé con voz firme, claramente yo estaba a punto de matarlo.
- no, no, no...buuuaaaaa, quiero estar con mamá, quiero cuidarla...buuaaa.
" Ahora sí lo saco a golpes" pensé, pero antes de que pudiera reaccionar el corrió a la cama y se arrodilló en uno de sus costados, poniendo sus manitas sobre la cama, como rezando, pero con la mano de su mamá entre ellas, se quedó quietecito, con los ojos cerrados y murmurando rezos de forma rápida.
Me di cuenta que no habría manera de sacarlo del cuarto, sin armar un escándalo que podía levantar sospechas. Pero se me ocurrió algo. Mi verga necesitaba tanto visitar de nuevo el sabroso ojete de la tía Malena, que estaba dispuesto a encularla frente a su hijo.
- está bien, Pero quédate exactamente cómo estás, quietecito y no hables fuerte para no incomodar a tu mamá. Él tenía los ojos cerrados, y la cabeza baja, me obedeció, tan quieto se quedó que no abrió los ojos ni giró la cara.
La tía Malena ya había caído inconsciente, así que fui al otro lado de la cama y con un rápido y bien conocido movimiento la giré, para que quedara en posición fetal, con las nalgas apuntando hacia mí y el rostro a mi primo.
Él sujetó ambas manos de su madre y siguió rezando, le aclare en voz baja que era importante que la tía durmiera de lado. En ese momento fue solo una excusa y como bien saben en esa posición era más fácil meterle la verga a la tía hasta el fondo del culo. Pero tiempo después me enteré que efectivamente, a una persona inconsciente conviene acostarla de lado.
Lo que estaba a punto de hacer era muy arriesgado, pero sinceramente tener a mi primito de frente, solo le daba aún más morbo a la situación, mi verga estaba durísima y babeante.
Tape a la tía Malena con las sábanas, hasta el abdomen, de esa manera, debido a nuestras posiciones, yo quedaba fuera del rango de visión de mi primo, si hubiera abierto los ojos, solo vería mi cabeza. Aunque el siguió con la cabeza baja y no paraba de rezar.
Por supuesto que la sabana solo cubría el frente de tía Malena, desde atrás, sus nalgas estaban destapadas, así que empecé a acariciar con suavidad sus gordas nalgas, teniendo cuidado de no provocar movimiento en la cama. El siguiente paso, fue sacarme la verga y recargarla en sus nalgas, incluso empujé un poco, para disfrutar de la caricia de su trasero contra la cabeza de mi chota. Pero, también para probar que podía mover las caderas sin que mi primo lo notará.
Y él seguía sin enterarse de nada de lo que ocurría, solo seguía rezando preocupado. Entendí que tenía el camino libre. Así que hice de lado los pantalones cortos de la tía y fui introduciendo mis dedos, hasta que llegué al conocido orificio de mis placeres y comencé a estimularlo.
Regularmente me tomaba algunos minutos para dilatar el ojete de la tía, con mis dedos untados de vaselina. Pero esta vez no tenía tiempo y había olvidado la vaselina, debido al drama con el primo.
" Ni modo tía Malena, está vez no te voy a preparar el culo, ni usaré lubricante, voy a tener que forzar tu ojete y cogerlo en seco" pensé.
Confiando en que su culo debía estar ya bastante entrenado y acostumbrado a recibir mi verga. Acomodé la cabeza en la entrada de su culo y comencé a presionar. Yo estaba acostumbrado a que su culo se tragara mi verga sin poner resistencia. Pero en esa ocasión, por más que empujaba su apretado ojete no cedía.
- reza con voz más alta, le dije a mi primo, así tú mamá, aunque esté dormida te va a escuchar y eso le va a ayudar a sentirse mejor.
Muy obediente mi primo levantó la voz y así el cuarto se llenó de sus rezos.
Mientras tanto recargue los brazos en la cama y así genere más fuerza para mis empujes, me tomo otros tres intentos y al fin el culo de la tía Malena, cedió y de un solo movimiento se tragó la cabeza de mi verga entera.
- hoooooo dioooos, se me escapó esa expresión debido al placer que recibí al sentir la cabeza dentro de ese apretado culo
- sí, primo reza conmigo, ayúdame a que Diosito salve a mamá....padre nuestro que estás en el cielo...
Escuchando a mi primo rezar y apretando las quijadas, muy lentamente me fui hundiendo en ese maravilloso orificio, se sentía más seco que de costumbre y eso me producía cierto ardor, Pero eso solo me daba un gustito agregado. Me quedé quieto cuando ya le había mandado unos sus centímetros de dura verga al ojete de la tía Malena.
Y entonces ocurrió algo maravilloso, no sé si por qué está vez la invasión anal era más forzada, a por la vocecita de mi primo cerca de ella. Pero como fuera, tía Malena, inconsciente, empezó a hacer algo que no había hecho antes. Su culo se empezó a apretar y aflojar, como si quisiera expulsar al invasor, pero lejos de eso, lo único que lograba era darme un masaje rectal a la cabeza y una parte del tronco. Unos apretones que me hacían poner los ojos en blanco de tanto placer.
- ...dios tú que siempre nos llenas de dicha...
- puta madre, siiiii, mucha dichaaaa....hoooooy dios mío,.pero que dichaaaa nos daasss
-....tu que eres enorme y glorioso....
- mmmm siiiii bien grande gordo y gloriosooo...ufff y apretaditooooo.
Mi primo rezaba, yo solo alababa el gordo culo de tía Malena, Pero curiosamente nuestros discursos se combinaban muy bien.
- ....padre amado, danos fuerzas...
- mmmm si más fuerte, más fuerte, empecé a bombear la parte de mi verga que estaba en el culo, de adentro a afuera, despacio, disfrutando de cada milímetro del apretado recto de la tía Malena.
- ....danos paz, danos amor...
- hoooo siiii paz, paz, paz, yo siempre había bombeado con fuerza, quisa hasta con furia el ojete de la tía, Pero ahora que lo hacía lentamente, el placer se amplificaba, está era sin duda, la mejor y más rica culeada que le había dado a la tía, y todo estaba ocurriendo justo en la cara del imbécil de mi primito.
- ...tu en tu inmensa gloria...
- siiii esto es gloria benditaaaaa, mi verga babeaba tanto, que se empezaba a escuchar un sonido de chapoteo, que afortunadamente mi minoro no escucho.
- te agradecemos padre nuestro...
- muy agradecido, de verdad muy agradecido estoy por todo estoooo...hooooo, la cama empezaba a meserse, Pero el primo seguía sin darse cuenta de nada, parecía en un trance por su febril rezo.
Sin darme cuenta, ya era casi toda mi verga la que entraba y salía del culo, mis nalgas se apretaban, me costaba mantener la cordura y no moverme a toda máquina, que bendito y delicioso era el culo de la tía Malena, que rico era cogerlo. Solo habían transcurrido unos ocho minutos, pero todo era tan jodidamente rico y morboso, que sentí que la leche me venía.
-... Cúbrenos con tu gloria señor...
- ....si jejej un baño de gloria, eso es lo que necesita tía, ahí viene, tómala tía, toma tu gloria enfrente de tu hijito hooooooo siiiiiii.
Aunque no fue gloria lo que cubrió las nalgas de la tía, no, fue mi esposa leche que traía guardada desde hace días, le dejé las gordas nalgas bien impregnadas.
Apenas y pude contener mis gritos de placer, cuando levanté la cara vi que mi primo me veía extrañado.
- ufff primo, de verdad que dios es grande y bueno, muy bueno, nos da regalos increíbles no crees? Le dije jadeando.
Él solo asintió, no entendía de qué demonios le estaba hablando y jamás lo sabes, bajo la cara de nuevo y siguió rezando, mientras yo limpiaba las nalgas de su madre y le arreglaba la ropa.
Así fue como me pude culear a tía Malena justo frente a su hijo, fue una gran experiencia.
Unos días después, al fin pude gozar de la tía a solas, llevé la vaselina y estaba listo para darle verga como siempre. Pero me detuve, había descubierto una mejor forma de disfrutar de su ojete.
Sin lubricar ni dilatarla, le metí la verga en seco y en vez de moverme como loco, disfrute pausadamente de una lenta y magnífica enculada. Gracias a qué me tomé mi tiempo, estuve al menos unos cuarenta minutos disfrutando de su culo y la venida fue magnífica.
sin embargo, el tiempo no se detiene por nada, y pronto, faltaba ya solo una semana para la operación de la tía y con ello terminaría mi aventura. Pues no había forma de que la tía se volviera a dejar culear.
Me la pasaba triste y cabizbajo, mi madre pensó que era por qué yo estaba muy preocupado por la operación de la tía, pues si salía mal, ella podría morir. Pero lo que me tenía deprimido era saber que estaba por perder el culo de tía Malena para siempre, ese culo que tanto placer me había dado.
Para hacerme sentir mejor, me dijo una frase que de verdad me cambio la vida.
- no te preocupes hijo, pase lo que pase, debemos disfrutar de estos últimos días con la tía al maximo. De eso se trata la vida, de disfrutar el presente y no sufrir por el futuro.
Mamá tenía razón, en vez de preocuparme por lo que vendría, debía sacarle el máximo provecho a esta situación.
Pase toda una noche sin dormir, planeando que haría, obviamente seguiría gozando del culo de la tía, también de su boca y sus tetas. Pero quería experimentar cosas nuevas. Me decidí a comprar unos condones, por qué no podía dejar la panochita de la tía sin probar.
Pero pensé que si bien disfrutaba de usar el cuerpo de la tía como si fuera un simple juguete sexual para mí placer. Me gustaría verla despierta, gimiendo e interactuando. Parecía una fantasía inalcanzable...a menos que....
Y entonces se me ocurrió algo, era un plan tan arriesgado que de hecho era estúpido, pero podía funcionar y no quería dejar pasar la oportunidad.
Y ¿ Si le doy menos gotas del medicamento, para que esté semi despierta? ¿ Que podría ocurrir?
Él último encuentro con la tía Malena, sería bastante interesante....
Era la única broma, que le había escuchado a la religiosa y recta tía Malena alguna vez. Lo dijo una en una ocasión en que su hijo tuvo una fuerte afección estomacal.
Y si bien la frase me hizo gracia en su momento, ahora me daba morbo. Justamente tía Malena me había enseñado que los orificios del cuerpo no solo servían para que salieran cosas.
Era increíble como el pequeño ojete entre sus nalgas, que regularmente serviría solo para expulsar desechos, se había convertido en una puerta, para que mi verga entrará y saliera constantemente, haciéndome conocer el cielo de tanto placer que me daba, era cálido, apretado y suave. Devoraba mi verga entera haciéndome gozar como loco.
- dios no solo la hizo agujereada, para no morir reventada, hoooooo....Tita, tiiiitaaaa, mmmmmm noooo sus orificios sirven para que mi verga juegue con ellos jajaja....hooooo Tita pero que culo mas ricooooo...mmmmm....dioooos...no me canso de darle verga.
Le grite un día, mientras mi verga entraba y salía a buen ritmo de su muy dilatado y bien entrenado orificio anal, y mis dedos jugaban con el interior de su mojada panocha.
La enfermedad de tía Malena era lo mejor que me hubiera podido pasar y su apretado ojete lo más delicioso que he conocido.
Su blanco y maduro cuerpo inconsciente, se había convertido en un parque de diversiones para mí, ella tan sería y recta, tan distante conmigo y los hombres en general, era, gracias a su enfermedad mi juguete sexual de carne viva. Su culo era mío y solo mío, para cometer contra él todas mis perversiones y para desfogar mis muchas y constantes necesidades sexuales juveniles.
De hecho, sexualmente hablando, esa fue una de las mejores épocas de mi vida, no solo por qué tenía sexo anal por horas varias veces a la semana, es que las cosas no podían ser más morbosas, era incesto por qué usaba el culo de mi tía, era violación, pues ella jamás dio su consentimiento. Y jamás lo habría hecho de forma consciente, usaba un cuerpo dormido. Y el que fuera de mi tía tan seria le daba morbo agregado.
Yo estaba tan feliz, que mi vida mejoro en muchos aspectos, me volví mejor estudiante y hasta ayudaba sin rechistar en las labores de la casa, incluso me hice mejor jugador de fútbol y hasta empecé a cortejar a una vecina, es que hasta mi autoestima y seguridad aumentaron, todo gracias al ojete de tía Malena.
Curiosamente, pese a su enfermedad, tía Malena también Lucia de mejor humor, aunque se notaba muy cansada, era claro que estaba feliz. Supongo que pese a el hecho de que nunca lo supo, que siempre fue mientras estaba dormida, su cuerpo notaba la mucha actividad sexual a la que era sometido y eso la tenía satisfecha también a ella.
Estaba por cumplirse el segundo mes de la estancia de la tía Malena en nuestra casa, y como saben todas las mañanas yo era el único que la cuidaba. Varias veces a la semana, le daba sus medicamentos y en solo pocos minutos ella dormía y yo la enculaba.
Cómo su culo era la fuente de mis placeres, se convirtió en casi que, mi único interés, yo era adicto a introducir mi verga en ese ojete delicioso. Ya casi no jugaba con el resto de su cuerpo.
En cuanto quedaba noqueada, la acostaba en posición fetal, con las nalgas apuntando y lo más cerca posible a la orilla de la cama. Había descubierto que esa era la posición perfecta para arremeter contra su culo, pues así, de pie junto a ella, mi verga y su ojete quedaban a la altura perfecta. Le embadurnaba el ojete con vaselina, por dentro y por fuera y sin siquiera quitarle los pantalones corto, empezaba las deliciosas sesiones de enculamiento.
Ya era una rutina hacerlo así.
Un par de horas después, si bien tía Malena seguía bien dormida, se veía agitada, respiraba pesadamente, sus regordetas mejillas Luciana ruborizadas, su cabello revuelto y húmedo, su cuerpo sudado y caliente, su nalga superior pringada de semen seco, su ojete increíblemente dilatado, al grado que podías verle los intestinos, y bien enrojecido de tanta fricción.
El cuarto entero apestaba a sexo y a su culo. Se sentía que el ambiente entero se calentaba. Mientras que yo, con la verga roja y cansada contra mis muslos y mis huevos bien vacíos. Feliz me subía en ella y le comía la boquita mientras le agarraba las tetas con fuerza.
- gracias Tita Malena, gracia por ser tan buena tía y darle tu culito a tu sobrino jajaja, que rico la pasamos ¿No? Ya eres toda una puta, experta en hacer gozar a tu sobrinito con ese culo divino que tienes jejeje, mañana lo repetimos ¿Quieres? Seguro que si quieres jajaja
Tras eso limpiaba y arreglaba todo y esperaba pacientemente a la siguiente crisis de tía Malena y con ello, una nueva enculada.
Pero hubo un día que mis padres la llevaron a su cita mensual al médico. Y en esa ocasión le cambiaron uno de los medicamentos que ella tomaba todo el tiempo.
Todos estaban felices, con ese ajuste tía Malena mejoró bastante y paso semana y media sin crisis. Por supuesto que yo era el único que no estaba feliz con esa situación, por el contrario, me sentía furioso y frustrado.
Yo que estaba acostumbrado a recibir los placeres del culo de la tía, de pronto me quedé sin nada. Tanto así que hice la cosa más perversa de mi vida. Cómo yo le administraba los medicamentos, reduje la dosis a como estaba antes, para que así tía Malena tuviera de nuevo sus crisis.
Se que actúe muy mal, pero entiendan, yo no quería dejar de gozar, y era muy joven como para calcular las posibles consecuencias. Afortunadamente nada malo ocurrió, y unos pocos días después surgió una nueva crisis.
Pero entonces había otro obstáculo entre mi verga y el culo de la tía...mi pequeño primo Mau, su hijo de 8 años.
Cómo él tenía una semana de vacaciones en la escuela, las paso en nuestra casa para estar con su mamá, de modo que ahora pasábamos los tres juntos en las mañanas y era mi primo el que le hacía compañía a la tía.
- primoooo, primooooo veeeen, no sé qué le pasa a mi mamá, ven rápido por favor!!!! Me grito como mujer histérica desde el cuarto de la tía, una mañana de miércoles.
Cuando entre al cuarto, el lloraba como magdalena y daba saltos de terror, mientras que su madre con la mirada perdida movía los brazos como si estuviera nadando los tres mil metros de crol en las olimpiadas.
Tan acostumbrado estaba yo a ver sus crisis que me mantuve bastante tranquilo, lo que de verdad me desquiciaba era la puta actitud de histérica de mi primo, que gritaba y lloraba, hasta me dieron ganas de golpearlo para que se calmara.
Salí a servir la medicina que dormía a la tía, esa que había sido mi mejor aliado para cogerle el culo. Pero en vez de estar contento como siempre, está vez mal decía, pues la presencia de mi estúpido primo me arruinaba las cosas.
Pero desesperadamente pensé en algún plan, no me iba a quedar sin gozar del ojete de mi tía y menos después de llevar casi diez días sin disfrutarlo. Debía buscar una manera.
- será mejor que salgas, yo le daré su medicina a tu mamá y estaré con ella hasta que se tranquilice, cierra la puerta y espérame unos veinte minutos.
Veinte minutos eran un buen lapso de tiempo para darle una buena ración de verga al culo de la tía Malena. Le di la espalda a mi primo y le di a beber la medicina a la tía.
Pero cuando me gire, le imbécil seguía ahí de pie en medio de la habitación, moqueando de tantos lloros y viendo preocupado a su madre.
- te dije que salieras, hablé con voz firme, claramente yo estaba a punto de matarlo.
- no, no, no...buuuaaaaa, quiero estar con mamá, quiero cuidarla...buuaaa.
" Ahora sí lo saco a golpes" pensé, pero antes de que pudiera reaccionar el corrió a la cama y se arrodilló en uno de sus costados, poniendo sus manitas sobre la cama, como rezando, pero con la mano de su mamá entre ellas, se quedó quietecito, con los ojos cerrados y murmurando rezos de forma rápida.
Me di cuenta que no habría manera de sacarlo del cuarto, sin armar un escándalo que podía levantar sospechas. Pero se me ocurrió algo. Mi verga necesitaba tanto visitar de nuevo el sabroso ojete de la tía Malena, que estaba dispuesto a encularla frente a su hijo.
- está bien, Pero quédate exactamente cómo estás, quietecito y no hables fuerte para no incomodar a tu mamá. Él tenía los ojos cerrados, y la cabeza baja, me obedeció, tan quieto se quedó que no abrió los ojos ni giró la cara.
La tía Malena ya había caído inconsciente, así que fui al otro lado de la cama y con un rápido y bien conocido movimiento la giré, para que quedara en posición fetal, con las nalgas apuntando hacia mí y el rostro a mi primo.
Él sujetó ambas manos de su madre y siguió rezando, le aclare en voz baja que era importante que la tía durmiera de lado. En ese momento fue solo una excusa y como bien saben en esa posición era más fácil meterle la verga a la tía hasta el fondo del culo. Pero tiempo después me enteré que efectivamente, a una persona inconsciente conviene acostarla de lado.
Lo que estaba a punto de hacer era muy arriesgado, pero sinceramente tener a mi primito de frente, solo le daba aún más morbo a la situación, mi verga estaba durísima y babeante.
Tape a la tía Malena con las sábanas, hasta el abdomen, de esa manera, debido a nuestras posiciones, yo quedaba fuera del rango de visión de mi primo, si hubiera abierto los ojos, solo vería mi cabeza. Aunque el siguió con la cabeza baja y no paraba de rezar.
Por supuesto que la sabana solo cubría el frente de tía Malena, desde atrás, sus nalgas estaban destapadas, así que empecé a acariciar con suavidad sus gordas nalgas, teniendo cuidado de no provocar movimiento en la cama. El siguiente paso, fue sacarme la verga y recargarla en sus nalgas, incluso empujé un poco, para disfrutar de la caricia de su trasero contra la cabeza de mi chota. Pero, también para probar que podía mover las caderas sin que mi primo lo notará.
Y él seguía sin enterarse de nada de lo que ocurría, solo seguía rezando preocupado. Entendí que tenía el camino libre. Así que hice de lado los pantalones cortos de la tía y fui introduciendo mis dedos, hasta que llegué al conocido orificio de mis placeres y comencé a estimularlo.
Regularmente me tomaba algunos minutos para dilatar el ojete de la tía, con mis dedos untados de vaselina. Pero esta vez no tenía tiempo y había olvidado la vaselina, debido al drama con el primo.
" Ni modo tía Malena, está vez no te voy a preparar el culo, ni usaré lubricante, voy a tener que forzar tu ojete y cogerlo en seco" pensé.
Confiando en que su culo debía estar ya bastante entrenado y acostumbrado a recibir mi verga. Acomodé la cabeza en la entrada de su culo y comencé a presionar. Yo estaba acostumbrado a que su culo se tragara mi verga sin poner resistencia. Pero en esa ocasión, por más que empujaba su apretado ojete no cedía.
- reza con voz más alta, le dije a mi primo, así tú mamá, aunque esté dormida te va a escuchar y eso le va a ayudar a sentirse mejor.
Muy obediente mi primo levantó la voz y así el cuarto se llenó de sus rezos.
Mientras tanto recargue los brazos en la cama y así genere más fuerza para mis empujes, me tomo otros tres intentos y al fin el culo de la tía Malena, cedió y de un solo movimiento se tragó la cabeza de mi verga entera.
- hoooooo dioooos, se me escapó esa expresión debido al placer que recibí al sentir la cabeza dentro de ese apretado culo
- sí, primo reza conmigo, ayúdame a que Diosito salve a mamá....padre nuestro que estás en el cielo...
Escuchando a mi primo rezar y apretando las quijadas, muy lentamente me fui hundiendo en ese maravilloso orificio, se sentía más seco que de costumbre y eso me producía cierto ardor, Pero eso solo me daba un gustito agregado. Me quedé quieto cuando ya le había mandado unos sus centímetros de dura verga al ojete de la tía Malena.
Y entonces ocurrió algo maravilloso, no sé si por qué está vez la invasión anal era más forzada, a por la vocecita de mi primo cerca de ella. Pero como fuera, tía Malena, inconsciente, empezó a hacer algo que no había hecho antes. Su culo se empezó a apretar y aflojar, como si quisiera expulsar al invasor, pero lejos de eso, lo único que lograba era darme un masaje rectal a la cabeza y una parte del tronco. Unos apretones que me hacían poner los ojos en blanco de tanto placer.
- ...dios tú que siempre nos llenas de dicha...
- puta madre, siiiii, mucha dichaaaa....hoooooy dios mío,.pero que dichaaaa nos daasss
-....tu que eres enorme y glorioso....
- mmmm siiiii bien grande gordo y gloriosooo...ufff y apretaditooooo.
Mi primo rezaba, yo solo alababa el gordo culo de tía Malena, Pero curiosamente nuestros discursos se combinaban muy bien.
- ....padre amado, danos fuerzas...
- mmmm si más fuerte, más fuerte, empecé a bombear la parte de mi verga que estaba en el culo, de adentro a afuera, despacio, disfrutando de cada milímetro del apretado recto de la tía Malena.
- ....danos paz, danos amor...
- hoooo siiii paz, paz, paz, yo siempre había bombeado con fuerza, quisa hasta con furia el ojete de la tía, Pero ahora que lo hacía lentamente, el placer se amplificaba, está era sin duda, la mejor y más rica culeada que le había dado a la tía, y todo estaba ocurriendo justo en la cara del imbécil de mi primito.
- ...tu en tu inmensa gloria...
- siiii esto es gloria benditaaaaa, mi verga babeaba tanto, que se empezaba a escuchar un sonido de chapoteo, que afortunadamente mi minoro no escucho.
- te agradecemos padre nuestro...
- muy agradecido, de verdad muy agradecido estoy por todo estoooo...hooooo, la cama empezaba a meserse, Pero el primo seguía sin darse cuenta de nada, parecía en un trance por su febril rezo.
Sin darme cuenta, ya era casi toda mi verga la que entraba y salía del culo, mis nalgas se apretaban, me costaba mantener la cordura y no moverme a toda máquina, que bendito y delicioso era el culo de la tía Malena, que rico era cogerlo. Solo habían transcurrido unos ocho minutos, pero todo era tan jodidamente rico y morboso, que sentí que la leche me venía.
-... Cúbrenos con tu gloria señor...
- ....si jejej un baño de gloria, eso es lo que necesita tía, ahí viene, tómala tía, toma tu gloria enfrente de tu hijito hooooooo siiiiiii.
Aunque no fue gloria lo que cubrió las nalgas de la tía, no, fue mi esposa leche que traía guardada desde hace días, le dejé las gordas nalgas bien impregnadas.
Apenas y pude contener mis gritos de placer, cuando levanté la cara vi que mi primo me veía extrañado.
- ufff primo, de verdad que dios es grande y bueno, muy bueno, nos da regalos increíbles no crees? Le dije jadeando.
Él solo asintió, no entendía de qué demonios le estaba hablando y jamás lo sabes, bajo la cara de nuevo y siguió rezando, mientras yo limpiaba las nalgas de su madre y le arreglaba la ropa.
Así fue como me pude culear a tía Malena justo frente a su hijo, fue una gran experiencia.
Unos días después, al fin pude gozar de la tía a solas, llevé la vaselina y estaba listo para darle verga como siempre. Pero me detuve, había descubierto una mejor forma de disfrutar de su ojete.
Sin lubricar ni dilatarla, le metí la verga en seco y en vez de moverme como loco, disfrute pausadamente de una lenta y magnífica enculada. Gracias a qué me tomé mi tiempo, estuve al menos unos cuarenta minutos disfrutando de su culo y la venida fue magnífica.
sin embargo, el tiempo no se detiene por nada, y pronto, faltaba ya solo una semana para la operación de la tía y con ello terminaría mi aventura. Pues no había forma de que la tía se volviera a dejar culear.
Me la pasaba triste y cabizbajo, mi madre pensó que era por qué yo estaba muy preocupado por la operación de la tía, pues si salía mal, ella podría morir. Pero lo que me tenía deprimido era saber que estaba por perder el culo de tía Malena para siempre, ese culo que tanto placer me había dado.
Para hacerme sentir mejor, me dijo una frase que de verdad me cambio la vida.
- no te preocupes hijo, pase lo que pase, debemos disfrutar de estos últimos días con la tía al maximo. De eso se trata la vida, de disfrutar el presente y no sufrir por el futuro.
Mamá tenía razón, en vez de preocuparme por lo que vendría, debía sacarle el máximo provecho a esta situación.
Pase toda una noche sin dormir, planeando que haría, obviamente seguiría gozando del culo de la tía, también de su boca y sus tetas. Pero quería experimentar cosas nuevas. Me decidí a comprar unos condones, por qué no podía dejar la panochita de la tía sin probar.
Pero pensé que si bien disfrutaba de usar el cuerpo de la tía como si fuera un simple juguete sexual para mí placer. Me gustaría verla despierta, gimiendo e interactuando. Parecía una fantasía inalcanzable...a menos que....
Y entonces se me ocurrió algo, era un plan tan arriesgado que de hecho era estúpido, pero podía funcionar y no quería dejar pasar la oportunidad.
Y ¿ Si le doy menos gotas del medicamento, para que esté semi despierta? ¿ Que podría ocurrir?
Él último encuentro con la tía Malena, sería bastante interesante....