Hola mi nombre es Brenda y les quiero relatar la experiencia que tuve con la familia de mi esposo hace un par de meses cuando por desafortunadas situaciones tuvimos que ir a vivir a la casa de su hermana Ángeles. Yo me case a los diecinueve después de tener una vida sexual muy intensa, tengo un hermano que se llama Fabián, es tres años mayor que yo, y durante algún tiempo compartimos experiencias cachondas aunque nunca llegó a penetrarme. A él le encanta todo lo que tenga que ver con sexo.
Bueno en la casa del cuñado de mi hermano vivían cuando llegamos a ella, La hermana de mi esposo de 30 años de edad, su esposo, más o menos de la misma edad, su hijo de 14 años y su hija Jazmín de diez años. Yo que en ese entonces, tenía veintiún años de edad, entable una gran amistad con Ángeles. Me sentía muy cercana a ella y la quería como si fuera una hermana de verdad. Yo cuando me casé, como ya dije, renuncie a una vida de sexo muy prolífica y deliciosa, pero lo hice por amor a mí marido y todo fue así por unos tres años.
Bueno pues dejen describir a todos para que podamos pasar de lleno a lo que es el relato. Mi cuñada es una morena increíble, que para sus treinta años tiene un cuerpo sensacional, es delgada, pero no flaca tiene unos enormes senos, cabello negro, lacio. Sus ojos son miel, sus labios son gruesos y mide como 1.65m. Mi marido es moreno también, mide 1.76metros, tiene ojos negro, el cabello es negro como el de su hermana, pero un poco ondulado, es atlético y su pene que fue una de las cosas que más me encanto de él mide 19cm. Mi concuño es rubio y de ojos claros, entre miel y verdes. Es muy alto mide 1.81m, es delgado pero no flaco, no es muy fornido pero mantiene su cuerpo marcado por mucho ejercicio, no gimnasio. Su hijo Rodrigo, es de cabello negro, piel blanca y ojos miel, es guapo y medía en ese entonces 1.67m. Jazmín la hermosa niña de 10 años, es rubia como su padre y con los mismo hermosos ojos, pero ella es de cabello lacio, su cuerpo es gracioso y ágil, y su trasero es grande y parado, a pesar de su 10 años. Sus labios son muy rodos y delgados, su nariz pequeña y respigada. Sus senos eran pequeños, pero prometían exuberancia en su adolescencia.
Bueno, todo comenzó un día en que fui al supermercado, creo que empezó antes, pero hasta ese día yo me di cuenta. Fui al súper y al llegar me encontré con que se me olvido la cartera, así que regresé a la casa de mi cuñada. Mi concuño viajaba mucho y casi nuca estaba, y los niños en la escuela. Regresé de lo más preocupada, pues creía que el dinero se me había perdido y como mi marido no tenía trabajo fijo nuestra situación no era buena, por algo vivíamos con mis cuñados.
Al legar a casa y entrar lo primero que escucho son los gemidos de placer de una mujer y me confundía mucho, pues sólo debía de estar en casa mi cuñada, pensé que se estaba dando placer ella sola, debido a la gran ausencia de su esposo. Mi marido había ido a buscar empleo, entre a mi recamara y encontré el dinero, suspiré de alivio. Me salí sin hacer ruido, pero cuando estaba en las escaleras empecé a escuchar gemidos de placer de un hombre. El auto de mi concuño no estaba, así que no resistí la tentación de ir a ver con quien lo hacía mi cuñada. Cual fue mi sorpresa al asomarme a la recamara, que veo a mi cuñada tendida boca arriba en la cama, con la piernas dobladas casi detrás de las orejas y a mi esposo montándola como si fueran un par de caballos cogiendo, claro que yo lo sabía muy bien pues a mí me ponía en esas posición todas las noche, casi sabía que seguía, la pondría de perrito, como la perra que era, y la seguiría montando, le daría nalgadas duras y luego le apretaría las tetas hasta que sintiera dolor y placer.
Salí sin rumbo fijo, no sabía como sentirme o lo que debería sentir. Yo había dejado mi vida de sexo y libertinaje por mi marido, había tenido algunos encuentros con mi hermano, pero pasó de masturbarlo y una vez le di sexo oral sin que terminara en mi boca. Yo amaba a mí esposo y quería muchísimo a mi cuñada, ahora me sentía traicionada por una par de incestuosos. Fui al súper y regresé, mi dedición había sido fingir, pero sabía que algún día me vengaría de ese par de traidores. Esa tarde empecé a planear mi venganza.
No pasó mucho tiempo para que empezaran a ser un poco más descarados, incluso se daban sexo oral cuando yo me bañaba, y aun con los niños en casa. L a recompensa llegó un día que fingí ir al parque correr, Rodrigo ya se había ido con sus amigos y Jazmín dormía aun. Yo sólo Salí unos diez minutos y luego regresé a espiar. Estaban haciéndolo en la sala y yo me escondía tras las escaleras para poder verlos bien. De pronto sentí que alguien me tocaba, era Jazmín. Se quedó viendo el enorme espectáculo muy callada y sin decir nada. Tenía la mano sobre mi hombro y la boquita completamente abierta. Solo iba vestida con unas braguitas de tela blancas con estampados de abejas y estrellas, y tenía una camisetita que le hacía juego. La deje que viera todo lo que quería, puso especial atención cuando su mamá se metió toda la enorme verga de su tío en la boca, contemplo con atención como la lamía y como chupaba sus testículos. Luego Ángeles fue penetrada por el ano y ambos daban enormes gritos de placer. Mi esposo le dijo a su zorra "cállate o despertaras a la niña". Casi no me pude aguantar la risa. Cuando juzgué que la lección fue suficiente tomé a Jazmín de la mano y las dos subimos las escaleras, fuimos a su cuarto y la senté en la cama. Se quedó mirándome sin saber que decir.
¿Qué piensas?
¿Por qué estaban haciendo eso?
Hay mujeres que no pueden dejar de hacerlo. Les gusta tanto el pene que no resisten al verlo.
¿Era el ese que le colgaba?
Si, es el pene, o verga.
Pero no debería hacerlo con mi papá nadamás.
Sí. Pero tu mamá a de ser una zorra.
¿Qué es eso?
Es una mujer que le gusta coger con todos, como una puta.
¿Tú eres puta?
Sí.
¿Es malo?
No es muy rico.
¿No te molesta que haga esas cosas con tu esposo?
Al principio ahora ya me acostumbre.
¿Por qué se metió esa cosa en la boca?
La verga.
¿Por qué se metió la verga en la boca?
Porque alas putas les gusta mamar la verga, que era lo que tu mamá hacía.
¿A ti te gusta?
Me encanta. Pero me gustan más las vaginas.
¿Cuales?
Es el triángulo que tenemos las mujeres aquí.- Le pasé la mano por la braga suavemente.- La rajita.- Yo ya sabía como sería mi venganza.
¿Por qué?
Porque sabe muy rico, me encanta. Y también me gusta tocármelo con los dedos.
¿Par qué?
Para sentir rico.
¿Cómo?
Me levanté y me baje los pants que eran muy pegados, me quité la blusa y quedé sólo en ropa interior igual que ella. Me senté en la cama y empecé a acariciar mi triángulo sobre la tanga. Mis rubios bellos salían por las orillas y muy pronto comencé a sentirme húmeda.
¿Qué pasa?
Nada, es que siento muy rico.- Me levante y me quité la tanga y el brasiere.
Estás desnuda.- Se rió.
¿Te gusta?
Sí.- Volvió a reír.
Me senté de nuevo y me empecé a dedear como la profesional que soy. Ella no me quitaba la vista de encima, tenía su boquita abierta y sus bellos ojos me miraban con una mezcla de curiosidad y excitación. Seguía oyendo los gemidos desde abajo, así que decidí.
Acuéstate.
Lo hizo y comencé a acariciar su cabello, luego bese su cuello y empecé a frotarle el pecho como si le hiciera masaje. Le bese los hombros y le di un suave beso en los labios. Yo chorreaba mis jugos sobre su cama. Puse mi mano sobre sus bragas y comencé sobar su vagina haciendo círculos y poniendo un poco de presión.
Se siente chistoso.- Dijo inocentemente.
Que bueno que te gusta.
La desnude y empecé a sobar la entrada de su pequeña vagina con mi dedo índice. Pronto empecé a sentir una tímida humedad. Su piel era muy blanca y sus labios se apreciaban perfectos, pues aún no tenía bellos que la adornaran. Abrí un poco sus labios y deslice mi lengua con firmeza a través de ellos, empezó a jadear y a respirar precipitadamente. Me encantaba esa inocente pequeña de diez años y su disposición hacía todo lo que le hacía. Seguí lamiendo, le metí un poco el dedo en la vagina, le lamí las piernas, le chupe sus tetitas y le probé todo el cuerpo. La puse boca abajo y le abrí las nalgas, cuando empecé a lamer su ano ella empezó a gemir como no lo había hecho, la dejé toda llena de saliva, la senté en la cama y le sonreí.
¿Te gustó?
Sí.
¿Quieres probar la mía?- Hizo gesto con la cabeza de que si quería.
Abría las piernas y ella se arrodilló en la alfombra, y de inmediato empezó a lamer mi vagina. Yo le decía como, pero ella ya no quería despegarse de ella, esa niñita y su legua áspera me estaban dando un gozo extremo. Levante una pierna y con los dedos abrí mis labios para que su lengua entrara más.
- Méteme tus deditos.- Le enseñe como hacerlo y en menos de cinco minutos ya tenía toda su mano dentro y su lengua seguí aplastando mi clítoris. Con una mano comencé a estimular mi ano y pronto llegó un gozo extremo. Nos besamos y prometimos que todo quedaría en secreto.
Sólo les diré que varias noche yo abandonaba la recamara para irme con Jazmín y teníamos largas y deliciosas sesiones de sexo, esa pequeña de 10 años me daba más placer que cualquier hombre que yo hubiera conocido. Me encantaba en especial lo áspero de su lengüita que me hacia vibrar y correrme en su boquita, bañándola así con mis jugos. Otras veces entre las dos espiábamos a su mamá y a mi esposo (Que son hermanos, para los que no lo sepan) mientras tenían sus encontrones sexuales. Conforme nuestras relaciones sexuales fueron aumentando di el siguiente paso pata seguir con mi venganza.
Mi concuño llegó de viaje y estuvo casi tres semanas en casa, lo cual para él debe de ser una eternidad. Cuando se fue, mi marido ya tenía empleo según él, así que en la mañana yo me quedaba sola en casa. Una tarde llame a mi hermano y le dije que lo necesitaba ver en la mañana que pasar a la casa temprano, luego fui al cuarto de Jazmín y le dije que a la mañana siguiente se fingiera enferma pues le tenía una tremenda sorpresa.
Creo que Jazmín se siente algo mal.- Dijo mi cuñada al día siguiente.
Vamos a verla.- Le respondí. Entramos al cuarto de Jazmín y según yo le tomé la temperatura.- Creo que tiene fiebre. ¿por qué no la dejas? Yo la cuido, así no tienes de que preocuparte.
Gracias.- Dijo la PUTA de mi cuñada.
Por fin nos quedamos las dos solas. De inmediato nos empezamos a besar. La bañe, le puse una ropa interior muy tierna y a la vez excitante, le arregle el cabello rubio en unas lindas colitas y le puse un vestido rosa que ya le quedaba algo chico, así que casi se le podían ver las bragas sin ningún esfuerzo.
¿Qué vamos a hacer?- Me preguntó Jazmín con su acostumbrada inocencia e ingenuidad que yo adoraba.
¿Recuerdas lo que hablamos la otra vez?
¿Qué?
Cuando tu mamá estaba cogiendo con Carlos.- Mi esposo.
De la verga.
Sí, que dijiste que te gustaría ver una y tocarla.
Sí.
Pues hoy vendrá alguien que te dejara ver su verga.
¿La podré tocar?
Claro Linda. Vas a ser igual de puta que tu madre.- Le sonreí.- Pero recuerda que todo esto es el más profundo de los secretos.
Lo sé.- Dijo asintiendo con la cabeza.
Tuvimos que esperar una hora a que el cabrón de mi hermano llegara, seguro que si hubiera sabido lo que yo tenía entre manos habría llegado una hora antes. Por fin llego y lo recibí con un beso en la mejilla, lo hice pasar a la casa y lo senté en la sala. De inmediato me empecé a sentir cachonda de sólo recordar su verga y saber que ahora me la podría meter toda sin inhibición alguna.
¿Qué pasó Brenda?
Nada, sólo quería verte. Te he extrañado mucho.
Yo también.
Y dime, sigues siendo el mismo pervertido de siempre, o ya no ves tanto porno.
¿Me hablaste para preguntarme eso?
No, pero estoy haciendo charla.
Eso nunca me va a dejar de gustar.
¿Te acuerdas de lo que hacíamos?
No podría olvidarlo jamás.
Me recliné un poco en el sofá y solté el cinturón de mi bata. De inmediato mis piernas quedaron desnudas hasta la mitad de los muslos, y mi brasiere quedó a plena vista.
- No sé.- Le dije.- Creo que he añorado los viejos tiempos.- Me levante, deje caer mi bata al suelo y me fui a sentar junto a él.- Te dije que te he extrañado.
- Pero dijiste que no querías nunca más.-
- Pero ahora quiero. ¿Vas a desperdiciarme?- Me gire y me senté sobre el con sus pierna entre las mías y nuestras caras casi rozándonos.
-No claro que no.- Me dio un apasionado beso en los labios y de inmediato empezó a sobarme las nalgas.
Espera.
¿Qué pasa?
Antes necesito preguntarte algo.
¿Qué?- sin dejar me manosearme y pasando sus manos por todo mi cuerpo.
Eres realmente el mismo pervertido de siempre, o ya no.
Lo soy.
Te tengo otro regalo.
¿Qué es?
Ven.
Subimos las escaleras y entramos e mi recama. Lo senté en la cama y nos besamos por unos minutos, ya no podía detenerlo pues ya tenía su mano metida en mis bragas y yo ardía de deseo y excitación, y me encontraba totalmente húmeda.
Espera un segundo.- Me levante y Salí de la recamara.- Jazmín ven.
No puedo describir su cara cuando me vio entrar a la recamara con la tierna niña de diez años tomada de mi mano, sólo puedo decir que la comió con la vista, la desnudo y se la cogio con los ojos.
Ella es Jazmín, mi sobrina.-
El es Fabián, mi hermano.- Le sonreí a la niña.- Jazmín te quiere decir algo.
¿Puedo ver tu verga?- Preguntó Jazmín tiernamente.
¿Es verdad?- Preguntó mi hermano sorprendido.
Claro.- Le respondí.
¿La vas a tocar?- Preguntó el Jazmín.
Sí.
Claro que puedes.
Lo detuve al ver que el pensaba desvestirse y le dije que nosotras lo haríamos. Yo le empecé a quitar el suéter y Jazmín a desabrocharle el pantalón y a bajárselo Lo sentamos en la cama, le sacamos los zapatos y le sacamos el pantalón también. Pronto quedó sólo en calzones.
¿Estás lista para ver una verga amor?
Sí..
Le bajé el calzón y su enorme verga broto, totalmente erecta y ya algo húmeda de lo excitado que él estaba. Se recostó en la cama y Jazmín y yo nos subimos para hacer lo nuestro.
Mira, esta es una verga como las que le gusta chupar a la puta de tu madre. A ti también te va a gustar.
Le va a encantar.- Dijo Fabián.
Nos acercamos a la vergota de mi hermano que en esos momentos mediría unos 20cm, la vimos como hipnotizadas unos segundo y luego nos besamos, creo que eso lo excito, pues empezó a salir líquido preeyaculatorio de su glande. Le dije a Jazmín que lo tocara, puso su pequeña manecita lentamente sobre el falo y lo empezó a recorrer lentamente, pronto bajo su manita hasta los huevos y empezó a tentarlos con curiosidad.
¿Te gusta?
Sí.- sonrió.
Muévela como lo hace tu mamá.
Empezó a masturbarlo lenta y tontamente, se recostó para estar más cómoda y empezó a hacerlo un poco mejor. Fabián estaba loco de la excitación. Yo tomé el falo sobre la manita de Jazmín y empecé a enseñarle como moverlo. Fabián empezó a pasar sus manos por las piernas de ambas y todos empezamos a gozar. No resistí más y le dije a Jazmín que probara el líquido que se escurría por el glande de Fabián. Se acercó y puso su boquita cerca del glande, y con su pequeña lengua de 10 años recorrió esa punta roja y dilatada. Luego metió la lengua de nuevo en su boca para degustar los jugos.
Me gusta.
Chula.- Dijo Fabián jadeando.
Yo me la metí en la boca para saborearla y mostrarle como hacerlo, empecé a mamar como una zorra, como la puta que soy. Por fin conseguí fuerzas para sacar la verga de mi hermano de mi boca y le di paso a mi pequeña aprendiz para que me supliera. Con una inocencia de lo más provocativa Jazmín tomó el pene de Fabián, lo observo y lentamente se lo llevó a la boquita, sus ojitos se cerraron, se acerco más y empezó a imitar mis movimientos. Claro que esa vergota no le cabía completa a la niña, pero se veía que lo hacía gozar de lo lindo. Yo decidí cooperar y empecé a lamerle los huevos, y ahí estábamos las dos una puta de de 21 y una putita de 10 mamándole la verga a mi hermano y chupándonos su testículos. Fabián ya tenía la mano dentro de las bragas de Jazmín y yo le advertí que solo la frotara y que no le metiera los dedos.
Pero no resisto.
Te aguantaras tengo otros planes para esta niña.
Pero…
En compensación hoy me vas a poder hacer lo que siempre deseaste, y esta niña nos va ver y ayudar. – Me acerqué a Jazmín y empecé a mamar la verga junto a ella, sólo nos deteníamos para besarnos y pasarnos los líquidos de mi hermano de una boca a otra.
Luego nos arrodillamos los tres en la cama. Fabián le quitó el vestido a Jazmín y al ver su ropita interior casi se viene en seco. Me recosté en la cama y mi niña de inmediato supo que hacer, me bajó las bragas, me abrió de piernas y empezó a darme placer con su linda y áspera lengüita como muchas veces antes. Fabián estaba loco de excitación y sin tardar tiempo se arrodilló a mi lado y me trague su verga de un solo golpe. Pero no quietaba la vista de la niña y de la chupada maravillosa que me estaba dando. Fabián empezó a gritar que se venía así que me detuve de golpe, pues este cabrón no se iba sin antes dejarme bien saciada.
Recosté a Jazmín bocaarriba. Le quité las bragas y me dispuse a regresarle el favor. Fabián sólo resistió un minuto viendo y de inmediato me quitó, se acercó a la rajita de la pequeña y empezó a devorarla. Jazmín empezó a gritar de placer, pues era la primera vez que un hombre se la chupaba y me constaba que él lo hacía muy bien. Por fin llegó el momento que yo tanto esperaba. Fabián me tiró boca arriba en la cama y de un jalón me sacó el brasire, me levantó las piernas e hizo lo que años antes jamás dejé que me hiciera, me penetró la vagina y de inmediato empezó a bombear como si fuera un toro, el placer fue demasiado. Jazmín sonreía tiernamente, mientras veía como esa vergota se hundía toda dentro de mí. Yo sólo acerté a jalarla hacia mi cuerpo y como pude la senté sobre mi cara, de forma que mientras mi hermano me cogía yo pudiera chupar esa rica rajita de 10 años. Todos gritábamos y gemíamos de placer.
Fabián me cogía y a la vez se acercaba a Jazmín y la besaba en los labios, o le pellizcaba sus tetitas. Luego me puso de perrito y empezó a penetrarme de nuevo, Jazmín se quedo a lado nuestro viéndonos, pero no creo que se haya esperado lo que de inmediato pasaría. Fabián estaba al borde del éxtasis igual que yo. Empezó a bombear durísimo y a nalguearme, pues eso siempre le ha gustado mucho. Yo jalé a Jazmín hacia mí y cuando la verga de mi hermano salió de mi vagina, de inmediato la apunte hacia la boquita linda de Jazmín, él sólo dio dos jaladas y se la metió a la niña en la boca. Casi de inmediato un chorro de semen salio de su boquita. Fabián saco la verga y le embarro toda la carita a la niña, y parte de sus pechitos. Jazmín tragaba todo el semen que el carbón de mi hermano le dejó en la boca. Yo me acerqué a mi niña y la empecé a besar, luego con mi lengua recogía todo el semen que le quedó en su carita y le metía la lengua en la boca para que se lo comiera. Fue increíble. Lo hicimos otras dos veces más, Fabián se quería coger a Jazmín pero le dije que no, pues mi plan iba por otro lado. Al final yo le mojé toda la rajita a Jazmín y él le puso la verga entre las piernas y se masturbo hasta que se vino en mi boca, a mi niña le encantó. Luego mi hermano se fue y le prometí que ahora me cogería cuando se le antojara. En la noche mi cuñada me preguntó:
¿Cómo estuvo Jazmín?
Mal.- Le dije.- Se la pasó todo el día en la cama.- Jazmín apenas pudo aguantarse la risa
Mi pequeña Jazmín y yo seguíamos teniendo nuestros habituales encuentros nocturnos, en los que la pequeña me volvía una loca hambrienta de su lengua y de sus deditos en mi rajita.
Pero para no redundar en lo que ya les he contado, empezare. Espere varias semanas a que Ricardo el esposo de mi cuñada pasara unos días en casa. Mi cuñada se iba a trabajar y curiosamente ella y mi esposo llegaban tarde los mismos días. Una vez que ya todos se habían ido, menos mi cuñado, al cual se le veía de lo más aburrido, empecé a actuar.
- Sí estás aburrido, en la sala hay una película para que la veas.- Le dije. La película era una grabación hecha por mí y Jazmín, de su esposa cogiendo con su hermanito.
- Gracias.- Me respondió.
Yo subí a esperar a ver si ponía la película o no, pero mientras tanto, me puse un conjunto de bragas y brasiere rosa, con medias y liguero y sobre ellas mi pequeña bata con la que seduje a mi hermano. Cuando escuché los gritos de placer de mi cuñada, bajé lentamente. Ricardo estaba petrificado viendo como su esposa era una zorra incestuosa. Yo me acerqué lentamente y el me volteó a ver.
Eso es lo que hacen cuando no estamos.- Le dije.
Maldito desgraciado de tu esposo, lo voy a matar.-
No le veo el caso.- Le respondí.- ¿Qué ganas?
No sé, pero lo voy a matar, me tengo que vengar.
Hay muchas formas de vengarse.- Dije mientras soltaba la cinta de mi bata y dejaba que se viera el encaje rosa de mis bragas y mi sostén, el cual sólo cubría a medias mis enormes pechos.
¿Quieres pagarle con la misma moneda?
¿Tú no?
Claro.-
Se acercó a mí y metió sus manos en mi bata. El contacto de su piel sobre la mía hizo que mis pezones se pusieran duros al instante y que mi conchita empezara a lubricar. Bajó sus manos a mis nalgas, i luego las recorrió suave pero firmemente, las subió por mi espalda y de un golpe dejó que mi bata resbalara por mis brazos y cayera al suelo.
Estás buenísima.- Me dijo. Yo me le acerqué y le di un beso en los labios, que de inmediato correspondió. Nuestras lenguas se rozaron con placer y nuestros labios se acoplaron perfectamente unos contra los otros. Sus manos ya recorrían todo mi cuerpo haciéndome sus pirar de placer y emoción. Me agaché lentamente hasta quedar a la altura de su pene y empecé a desabrochar su pantalón. Cual fue mi sorpresa al bajarle el boxer. Era la verga más grande y hermosa que he visto en toda mi vida. Debía medir como unos 20cm de largo, gorda y circuncisa. El glande lo tenía muy rojo y ya chorreaba líquido preseminal. De un suspiro pues sabía que sería un reto meter ese enorme trozo en mi boca. Humedecí todo el glande con mi lengua y de inmediato lo engullí todo. Ho fue tan rico, esos chorros que le escurrían sabían riquísimos y de solo pensar la vergota que me estaba comiendo mi vagina ya estaba mojada y chorreando jugos.
Empecé a meter y sacar y el con sus manos empezó a marcarme el ritmo al que sentía mas placer. Sólo lo sacaba de mi boca para lamerlo y para chupar sus hermosos, grandes y suaves testículos. El no dejaba de gemir y suspirar agitadamente. Como recuerdo esa verga grande y su increíble sabor, no quería sacármela de la boca, pero sabía que si no lo hacía terminaría de inmediato y yo no quería eso. Con un gran esfuerzo la saqué de mi boca y me puse de pie. Ricardo me llevó al sillón y me tiró en él, se tiró sobre mí y siguió besándome apasionadamente; en los labios, en el cuello, al llegar a mis pechos me arrancó el brasiere de un fuerte tirón. Dios que hombre, casi me corro del orgasmo. Me mordió los pechos y me rozaba con su lengua los pezones que parecían querer estallar, luego me besó el abdomen y mientras lo hacía empezó a sobarme la vagina y pronto me bajo las bragas, con lago de esfuerzo pues no podía desabrocharme el liguero. Bajó más y de inmediato su lengua me hizo gritar de placer, sus dedos invadieron las paredes de mi vagina, rozaban mis labios y yo me retorcía en un éxtasis tremendo.
¡Sí Ricardo! OH, ME ENCANTA, DAME MÁS.
El seguía en lo suyo devorando entre mis piernas y sobando mis nalgas con mucha presión, luego empezó a sobar mi ano con su dedo y el placer se tornó un gozo indescriptible. Se detuvo y yo estaba apunto de reclamarle, pero vi que se acomodaba se ponía sobre mí, me doblaba las piernas hasta casi la cara, y de un golpe me penetraba con su enorme falo.
¡OH! ¡OH! DIOS, UM QUE RICO SI RICARDO DAMELO TODO.
Toma putita.- Fue su respuesta.
¡SI! Soy tu puta.
Eres mi perra chupa vergas.
Lo que quieras, pero no…¡Oh!.. No dejes de cogerme.
Su verga abarcaba cada milímetro de mi vagina, sentía que estaba apunto de estallas que me daba placer en todos lados, sin que faltara un solo rincón. Y no sólo eso, también me apretaba los pezones con una mano y las nalgas con otra. Me bombeaba durísimo y yo podía sentir como los chorros de mi líquido se escurrían sobre los dos. Yo le mordía el cuello y los labios, pues sólo de esa forma podía parar mis gemidos de placer. Me tenía totalmente doblada y arrinconada en el sillón, en la tele aun se veía la sesión de sexo de los dos hermanos y eso me excitaba más. Cuando creí que el éxtasis no llegaría más lejos, bajó su mano y empezó a masajear el clítoris mientras me seguía penetrando, de inmediato tuve un orgasmo que me tensó toda la espalda. Grite durísimo y me aferre a él como si fuera un inmenso vinculo con el placer, lo arañe en la espalda y lo mordía pues sólo así resistía lo que el me hacía. Me dejó tendida en el sillón.
Date la vuelta. Te voy a dar por el culo.
Con esa enorme verga me vas partir en dos.
No creo.- Se rió.- Se ve que eres puta muy usada.
Si, pero nunca había sentido una tan grande dentro.
Pues la sentirás puta, ahora voltéate.
Lo hice pues quería seguir sintiendo el éxtasis hasta el que me llevaba. Se agachó y empezó a lamer mi ano con unos movimientos increíbles y súper excitantes, luego me clavó su dedo y cuando se dio cuenta de que estaba calientita y aguada, se puso de pie y empezó a empujar su enorme verga contra mi anito, mi ano quería resistir, pero su fuerza era tremenda y poco a poco mi agujero se abrió y el me invadió por completo. No puedo describir el tremendo dolor que sentí, esa verga me estaba rompiendo el ano, pero conforme mi hoyito se acostumbró el placer se volvió igual o mejor, no resistí y empecé a meter mis dedos en mi concha mientras él me seguía montando como un animal, uno que me encantaba. Yo estaba de perrito pero no resistí su peso y pronto terminé tirada boca abajo en le sillón y él no dejaba de cogerme y apretar mis nalgas con una fuerza tremenda que me lastimaba mucho, pero a la vez me excitaba.
Ya, ya.- Empezó a gritar.
Yo sabía a que se refería, y de inmediato me voltee y me arrodille para recibir mi premio que tanto ansiaba. Empecé a jalar y lamer su miembro y de inmediato lo metí en mi boca. El semen llegó a mi en cantidades tremendas, traté de tragarlo todo, pero no pude, me saqué la verga de la boca y los chorros me cayeron en la cara y en los pechos, nunca conocí a nadie que se viniera tan duro, cuando terminó le chupe el pene hasta que quedó todo limpio, luego subimos a su recamara y lo hicimos de nuevo, esta vez termino sobre mis nalgas y el se tragó todo su semen. Prometimos que haríamos como que no sabíamos lo de su esposa y su relación de incesto.
Mi venganza iba viento en popa y sólo se necesitaba algo más para tenerlos a todos en la bolsa, y pensé que si ya me había acostado con una niña de diez años, sería más fácil seducir a un joven de 15 años. La casa de mi cuñada sólo tenía dos baños completos, uno en su cuarto y otro para el nuestro y el y para los de los niños. El baño que los cuatro usábamos tenía dos puertas de entrada, una para el cuarto de Jazmín y otra por el cuarto de Rodrigo, yo siempre entraba al baño por el cuerpo de Jazmín, pero esa noche decidí entrar por el cuarto de Rodrigo. Yo ya me había bañado en la mañana, pero sin importar eso toqué en la puerta de Rodrigo.
Hola.- Me dijo.
Hola.- Le sonreí.- ¿Me dejas pasar al baño?
Claro, pasa.
Abrió la puerta y me dejó entrar, yo iba solo con mi bata y debajo mi ropa interior. De inmediato empezó a mirarme con curiosidad y pena, pero yo ya tenía bien pensado que era lo que debía hacer. Vi que en su escritorio tenía un montón de dibujos a medio hacer.
Te gusta dibujar.
Sí.
Que bonitos.- Dije y me senté sobre la cama para verlos, crucé la pierna y mi bata se bajó casi hasta dejar que se vieran mis bragas, creo que desde donde él estaba las podía ver.- ¿Aun no te bañas?- Pregunté pues él siempre se bañaba en las noches y nunca en las mañanas.
No.
Bueno, no te apures que no me terminare el agua caliente.
OK.
Me metía bañar y apropósito dejé mis bragas y mi sostén en la regadera colgados para que le las viera. Salí sólo con la bata bien pegada al cuerpo, se transparentaba un poco y todo mi pecho y mis cabellos escurrían agua.
Perdón.- Le dije.- Es que no había toalla en el baño.
Toma, yo tengo una.
Gracias.- Me metía al baño y de inmediato salí con la pura toalla cubriéndome. Era tan pequeña que me quedaba casi al ras de las nalgas.
Me salí me cambie, pero lejos de ponerme muy floja como siempre antes de dormir, me puse una lencería muy linda y una bata de satín muy pegada y justa. Me puse a ver la tele en la recamara y cuando todos se durmieron me fui con Jazmín y le estuve platicando todo lo que pensaba hacer con su hermano y le prometí que si todo funcionaba la dejaría que le chupara la verga como a mi hermano. Entré al baño y vi que las bragas estaban ahí con todo, pero no igual que yo las dejé, de seguro el las tomó y pensando que yo iría por ellas las devolvió. Me quedé con Jazmín hasta que vi que la luz del baño de se prendían, esperé unos minutos y salí del cuarto de Jazmín y sin previo aviso entré al cuarto de Rodrigo. El estaba acostado en la cama con mi sostén en la mano y mis bragas metidas en la verga que se estaba jalando. Se quedó helado y de inmediato se tapo con las cobijas.
Venía por mis bragas.- Dije, entré y cerré la puerta.
¿Por qué no tocas?
Pensé que ya estarías dormido y no quería molestarte. Pero ¿Qué haces?
Yo…
Bueno, se lo que haces.
No… lo que pasa.
Ya no mientas, no estoy enojada, me imagino que es normal que mi ropa interior te llame la atención igual que la de tu mamá que agarras del tendedero y del baño.- Sonreí al ver la sorpresa en su cara.- No te sonrojes, no te digo que yo te entiendo.
¿De verdad?
Claro.
Es más, para que me creas te voy a regalar mi ropa interior y puedes tomar las que quieras cuando te vayas a masturbar, pero las dejas donde estaban.
¿En serio?
Sí, pero con una condición.
¿Cuál?
Que me dejes ver como te masturbas.
Pero yo…
Por favor, yo sé que quieres tener mis bragas y mi sostén.
Sí.
Entonces déjame verte.- Le tomé las cobijas y el accedió con la cabeza. Lo descubrí y vi que su pene había perdido la erección.- Vamos hazlo.
Empezó a jalarse el pene y poco a poco empezó a tomar su erección, hasta ponerse algo enorme para su edad, se veía que ese muchacho seguiría el camino de su padre. Empezó a masturbarse cada vez con más confianza y pronto el líquido preeyaculatorio empezó a salir de de su glande, su pene también estaba circuncidado. Se masturbaba con mis bragas entre su piel y sus manos.
Voy a hacer algo para ayudarte.- Me desabroché la bata y la dejé caer al piso. Me senté en la cama y crucé las piernas.- ¿Te gusta?
Mucho.- Empezó a masturbarse más rápido y temí que se fuera a correr de inmediato, lo cual echaría a perder mi plan.
Espera. No tan rápido.- Le sonreí.- ¿No prefieres que te ayude?
Sí.
Me acosté boca abajo en la cama y estiré mi mano hasta tocar su pene. Estaba durísimo y rojo como el de su padre. Lo empecé a masturbar lentamente y el tenía una cara de éxtasis que me hacía muy feliz. No quitaba la vista de mis nalgas y de mis pechos. No resistí mucho y me metí lentamente su verga en la boca. El suspiró y tímidamente puso su mano en mi cabeza para excitarse más. En ese momento la puerta del baño se abrió y entro Jazmín. Yo fingí una tremenda sorpresa y me levante de inmediato. El pobre de Rodrigo estaba perplejo.
¿Qué están haciendo?
Nada.- dije yo.
¿Por qué lo chupas?
No es cierto.- Dijo Rodrigo muy asustado.
Claro que sí. Le voy a decir a mis papás.
¡No!- Dijo él.
No, por favor Jazmín.
La niña volteo y casi pude ver la sonrisa que se dibujaba en sus labios.
No les digo a mis papás si ustedes me dejan ver lo que hacían.
¿Cómo crees?
Si no me dejan verlos, les digo.
Voltee a ver a Rodrigo y le sonreí tímidamente. El levantó los hombros como diciendo que no sabía que Hacer.
Mira Jazmín, es que esto es para los más grandes.- Le dije siguiendo la mentira.
Si no me dejan verlos les voy a decir ahora.
¿Si te dejamos no les dices nada?
No.- Dijo y de inmediato se subió a la cama.
Está bien.- dije.
Me agaché y empecé a jalar la verga que de nuevo estaba fláccida. Empecé a jalar lentamente mientras sentía como el pene de Rodrigo empezaba a ponerse bien dura y tiesa. Jazmín se humedecía los labios, seguramente de las ganas que tenía de meterse esa verga en la boca. También note que Rodrigo, no sabía si verme a mí o a su linda hermanita, que sólo tenía unas bragas muy pequeñas y justas y un corpiño que se le transparentaba mucho. Me agaché y me la metí a la boca, me olvide de todo, y empecé a disfrutar la mamada que estaba dando, me excito pensar que en las ultimas semanas había tenido en mi boca la verga de mi hermano, de mi esposo, del esposo de Ángeles y ahora de Rodrigo, esperaba que en unos minutos la tendría en mi conchita. Saqué la verga de mi boca y empecé a lamerla. Jazmín cada vez se acercaba más a nosotros y pelaba los ojos deseando meterse esa verga en la boca y tal vez hasta en su rajita aún virgen.
¿Lo puedo tocar?- Dijo.
Claro. – Contesté antes de que Rodrigo lo hiciera y le sonreí tiernamente. Ese niño no creía lo que estaba viviendo. Su hermanita de diez años estaba poniendo su manita sobre su verga. La tomó y de inmediato empezó a jalar como toda una profesional. Yo me subí en la cama y empecé a besar a Rodrigo. El tímidamente empezó a tocar mi cuerpo, dirigió sus manos a mis pechos y los empezó a tocar. Yo me levante y me desabroché el brasiere, mis tetas le cayeron grandes y erectas sobre el pecho, me subí más y le metí mi teta derecha en la boca, El empezó a mamar como un niño y luego la lengueteo y la mordió. Pegó él un brinco y cuando voltee vi que Jazmín se había metido su verga en la boca y ya estaba mete y saca como yo le había enseñado, la chupaba, lamía y le besaba los testículos como hacía con la verga de mi hermano. Los dos nos quedamos un rato viendo como esa niñita le daba una mamada a su hermano de 15 años. Luego me acerqué a ella y le di un profundo beso en los labios, que fue de inmediato correspondido. La dejé que siguiera mamando y luego la quite las bragas y empecé a chuparle la conchita. Me encantaba estar en esa casa pues mis deseos sexuales siempre se cumplían.
¿La puedo chupar?- Dijo Rodrigo.
Claro.- Respondí.- Pero si después me la chupas a mí.
Puse a Jazmín boca arriba y le abrí las piernitas. Rodrigo se acercó y empezó husmear en la rajita de su hermana, luego parecía que se decidió y empezó a sobarla con un dedito. Yo me senté y empecé a meterme los dedos en la vagina, luego Jazmín, mi querida nenita empezó a sobarme con sus deditos. Rodrigo se agachó y empezó a lamer tímidamente la conchita de su hermana, en unos minutos ya estaba loco y le clavaba la lengua profundamente y la tomaba por las caderas.
No resisto.- Dije.- ¿Eres virgen?
Sí.- Respondió tímidamente Rodrigo.
Pues vas a dejar de serlo.
Me tiré boca arriba en la cama y abrí las piernas lo más que pude. Abrí mis labios exteriores con mi dedos y con la otra mano empecé a sobar mi vulva.
-Métela.
Se acercó tímidamente y yo lo tomé por las caderas y lo acerqué a mí. Lo rodee con mis piernas y tomé su verga paradísima con mi mano y empecé guiarla a mi raja, que chorreaba de líquido. La metió y empezó a bombear por instinto, no lo hacía muy bien, pero conforme pasaba el tiempo lo hacía mejor y yo empezaba a volverme loca del morbo. Jazmín se acercó a mí y empezó a besarme. Rodrigo empezó a Jadear con fuerza y yo sabía que era el final, muy rápido, pero era su primera vez. Alcé las piernas y saqué su verga de un tirón.
El semen empezó a salir a chorros y me cayó en las tetas y en el abdomen, un poco me llegó hasta la cara. Jazmín estaba muy feliz y de inmediato empezó a lamer todo el semen de mis tetas, yo acerqué a Rodrigo y lo empecé a besar. Cuando Jazmín me dejo limpia de semen se bajo a mi vagina y empezó a lamer los líquidos que chorreaban, luego subió y los tres nos besamos. Luego los tres nos quedamos acostados, Rodrigo en medio de las dos. Luego de unos minutos empecé a jalarle la verga.
Se tiene que volver a para.- Le sonreí.- Tienes que desvirginar a tu hermana.- Las dos sonreímos.
Gracias por sus correos, me gustan mucho y pronto pondré los dos relatos finales. Perdonen la tardanza. Besos.
Bueno en la casa del cuñado de mi hermano vivían cuando llegamos a ella, La hermana de mi esposo de 30 años de edad, su esposo, más o menos de la misma edad, su hijo de 14 años y su hija Jazmín de diez años. Yo que en ese entonces, tenía veintiún años de edad, entable una gran amistad con Ángeles. Me sentía muy cercana a ella y la quería como si fuera una hermana de verdad. Yo cuando me casé, como ya dije, renuncie a una vida de sexo muy prolífica y deliciosa, pero lo hice por amor a mí marido y todo fue así por unos tres años.
Bueno pues dejen describir a todos para que podamos pasar de lleno a lo que es el relato. Mi cuñada es una morena increíble, que para sus treinta años tiene un cuerpo sensacional, es delgada, pero no flaca tiene unos enormes senos, cabello negro, lacio. Sus ojos son miel, sus labios son gruesos y mide como 1.65m. Mi marido es moreno también, mide 1.76metros, tiene ojos negro, el cabello es negro como el de su hermana, pero un poco ondulado, es atlético y su pene que fue una de las cosas que más me encanto de él mide 19cm. Mi concuño es rubio y de ojos claros, entre miel y verdes. Es muy alto mide 1.81m, es delgado pero no flaco, no es muy fornido pero mantiene su cuerpo marcado por mucho ejercicio, no gimnasio. Su hijo Rodrigo, es de cabello negro, piel blanca y ojos miel, es guapo y medía en ese entonces 1.67m. Jazmín la hermosa niña de 10 años, es rubia como su padre y con los mismo hermosos ojos, pero ella es de cabello lacio, su cuerpo es gracioso y ágil, y su trasero es grande y parado, a pesar de su 10 años. Sus labios son muy rodos y delgados, su nariz pequeña y respigada. Sus senos eran pequeños, pero prometían exuberancia en su adolescencia.
Bueno, todo comenzó un día en que fui al supermercado, creo que empezó antes, pero hasta ese día yo me di cuenta. Fui al súper y al llegar me encontré con que se me olvido la cartera, así que regresé a la casa de mi cuñada. Mi concuño viajaba mucho y casi nuca estaba, y los niños en la escuela. Regresé de lo más preocupada, pues creía que el dinero se me había perdido y como mi marido no tenía trabajo fijo nuestra situación no era buena, por algo vivíamos con mis cuñados.
Al legar a casa y entrar lo primero que escucho son los gemidos de placer de una mujer y me confundía mucho, pues sólo debía de estar en casa mi cuñada, pensé que se estaba dando placer ella sola, debido a la gran ausencia de su esposo. Mi marido había ido a buscar empleo, entre a mi recamara y encontré el dinero, suspiré de alivio. Me salí sin hacer ruido, pero cuando estaba en las escaleras empecé a escuchar gemidos de placer de un hombre. El auto de mi concuño no estaba, así que no resistí la tentación de ir a ver con quien lo hacía mi cuñada. Cual fue mi sorpresa al asomarme a la recamara, que veo a mi cuñada tendida boca arriba en la cama, con la piernas dobladas casi detrás de las orejas y a mi esposo montándola como si fueran un par de caballos cogiendo, claro que yo lo sabía muy bien pues a mí me ponía en esas posición todas las noche, casi sabía que seguía, la pondría de perrito, como la perra que era, y la seguiría montando, le daría nalgadas duras y luego le apretaría las tetas hasta que sintiera dolor y placer.
Salí sin rumbo fijo, no sabía como sentirme o lo que debería sentir. Yo había dejado mi vida de sexo y libertinaje por mi marido, había tenido algunos encuentros con mi hermano, pero pasó de masturbarlo y una vez le di sexo oral sin que terminara en mi boca. Yo amaba a mí esposo y quería muchísimo a mi cuñada, ahora me sentía traicionada por una par de incestuosos. Fui al súper y regresé, mi dedición había sido fingir, pero sabía que algún día me vengaría de ese par de traidores. Esa tarde empecé a planear mi venganza.
No pasó mucho tiempo para que empezaran a ser un poco más descarados, incluso se daban sexo oral cuando yo me bañaba, y aun con los niños en casa. L a recompensa llegó un día que fingí ir al parque correr, Rodrigo ya se había ido con sus amigos y Jazmín dormía aun. Yo sólo Salí unos diez minutos y luego regresé a espiar. Estaban haciéndolo en la sala y yo me escondía tras las escaleras para poder verlos bien. De pronto sentí que alguien me tocaba, era Jazmín. Se quedó viendo el enorme espectáculo muy callada y sin decir nada. Tenía la mano sobre mi hombro y la boquita completamente abierta. Solo iba vestida con unas braguitas de tela blancas con estampados de abejas y estrellas, y tenía una camisetita que le hacía juego. La deje que viera todo lo que quería, puso especial atención cuando su mamá se metió toda la enorme verga de su tío en la boca, contemplo con atención como la lamía y como chupaba sus testículos. Luego Ángeles fue penetrada por el ano y ambos daban enormes gritos de placer. Mi esposo le dijo a su zorra "cállate o despertaras a la niña". Casi no me pude aguantar la risa. Cuando juzgué que la lección fue suficiente tomé a Jazmín de la mano y las dos subimos las escaleras, fuimos a su cuarto y la senté en la cama. Se quedó mirándome sin saber que decir.
¿Qué piensas?
¿Por qué estaban haciendo eso?
Hay mujeres que no pueden dejar de hacerlo. Les gusta tanto el pene que no resisten al verlo.
¿Era el ese que le colgaba?
Si, es el pene, o verga.
Pero no debería hacerlo con mi papá nadamás.
Sí. Pero tu mamá a de ser una zorra.
¿Qué es eso?
Es una mujer que le gusta coger con todos, como una puta.
¿Tú eres puta?
Sí.
¿Es malo?
No es muy rico.
¿No te molesta que haga esas cosas con tu esposo?
Al principio ahora ya me acostumbre.
¿Por qué se metió esa cosa en la boca?
La verga.
¿Por qué se metió la verga en la boca?
Porque alas putas les gusta mamar la verga, que era lo que tu mamá hacía.
¿A ti te gusta?
Me encanta. Pero me gustan más las vaginas.
¿Cuales?
Es el triángulo que tenemos las mujeres aquí.- Le pasé la mano por la braga suavemente.- La rajita.- Yo ya sabía como sería mi venganza.
¿Por qué?
Porque sabe muy rico, me encanta. Y también me gusta tocármelo con los dedos.
¿Par qué?
Para sentir rico.
¿Cómo?
Me levanté y me baje los pants que eran muy pegados, me quité la blusa y quedé sólo en ropa interior igual que ella. Me senté en la cama y empecé a acariciar mi triángulo sobre la tanga. Mis rubios bellos salían por las orillas y muy pronto comencé a sentirme húmeda.
¿Qué pasa?
Nada, es que siento muy rico.- Me levante y me quité la tanga y el brasiere.
Estás desnuda.- Se rió.
¿Te gusta?
Sí.- Volvió a reír.
Me senté de nuevo y me empecé a dedear como la profesional que soy. Ella no me quitaba la vista de encima, tenía su boquita abierta y sus bellos ojos me miraban con una mezcla de curiosidad y excitación. Seguía oyendo los gemidos desde abajo, así que decidí.
Acuéstate.
Lo hizo y comencé a acariciar su cabello, luego bese su cuello y empecé a frotarle el pecho como si le hiciera masaje. Le bese los hombros y le di un suave beso en los labios. Yo chorreaba mis jugos sobre su cama. Puse mi mano sobre sus bragas y comencé sobar su vagina haciendo círculos y poniendo un poco de presión.
Se siente chistoso.- Dijo inocentemente.
Que bueno que te gusta.
La desnude y empecé a sobar la entrada de su pequeña vagina con mi dedo índice. Pronto empecé a sentir una tímida humedad. Su piel era muy blanca y sus labios se apreciaban perfectos, pues aún no tenía bellos que la adornaran. Abrí un poco sus labios y deslice mi lengua con firmeza a través de ellos, empezó a jadear y a respirar precipitadamente. Me encantaba esa inocente pequeña de diez años y su disposición hacía todo lo que le hacía. Seguí lamiendo, le metí un poco el dedo en la vagina, le lamí las piernas, le chupe sus tetitas y le probé todo el cuerpo. La puse boca abajo y le abrí las nalgas, cuando empecé a lamer su ano ella empezó a gemir como no lo había hecho, la dejé toda llena de saliva, la senté en la cama y le sonreí.
¿Te gustó?
Sí.
¿Quieres probar la mía?- Hizo gesto con la cabeza de que si quería.
Abría las piernas y ella se arrodilló en la alfombra, y de inmediato empezó a lamer mi vagina. Yo le decía como, pero ella ya no quería despegarse de ella, esa niñita y su legua áspera me estaban dando un gozo extremo. Levante una pierna y con los dedos abrí mis labios para que su lengua entrara más.
- Méteme tus deditos.- Le enseñe como hacerlo y en menos de cinco minutos ya tenía toda su mano dentro y su lengua seguí aplastando mi clítoris. Con una mano comencé a estimular mi ano y pronto llegó un gozo extremo. Nos besamos y prometimos que todo quedaría en secreto.
Sólo les diré que varias noche yo abandonaba la recamara para irme con Jazmín y teníamos largas y deliciosas sesiones de sexo, esa pequeña de 10 años me daba más placer que cualquier hombre que yo hubiera conocido. Me encantaba en especial lo áspero de su lengüita que me hacia vibrar y correrme en su boquita, bañándola así con mis jugos. Otras veces entre las dos espiábamos a su mamá y a mi esposo (Que son hermanos, para los que no lo sepan) mientras tenían sus encontrones sexuales. Conforme nuestras relaciones sexuales fueron aumentando di el siguiente paso pata seguir con mi venganza.
Mi concuño llegó de viaje y estuvo casi tres semanas en casa, lo cual para él debe de ser una eternidad. Cuando se fue, mi marido ya tenía empleo según él, así que en la mañana yo me quedaba sola en casa. Una tarde llame a mi hermano y le dije que lo necesitaba ver en la mañana que pasar a la casa temprano, luego fui al cuarto de Jazmín y le dije que a la mañana siguiente se fingiera enferma pues le tenía una tremenda sorpresa.
Creo que Jazmín se siente algo mal.- Dijo mi cuñada al día siguiente.
Vamos a verla.- Le respondí. Entramos al cuarto de Jazmín y según yo le tomé la temperatura.- Creo que tiene fiebre. ¿por qué no la dejas? Yo la cuido, así no tienes de que preocuparte.
Gracias.- Dijo la PUTA de mi cuñada.
Por fin nos quedamos las dos solas. De inmediato nos empezamos a besar. La bañe, le puse una ropa interior muy tierna y a la vez excitante, le arregle el cabello rubio en unas lindas colitas y le puse un vestido rosa que ya le quedaba algo chico, así que casi se le podían ver las bragas sin ningún esfuerzo.
¿Qué vamos a hacer?- Me preguntó Jazmín con su acostumbrada inocencia e ingenuidad que yo adoraba.
¿Recuerdas lo que hablamos la otra vez?
¿Qué?
Cuando tu mamá estaba cogiendo con Carlos.- Mi esposo.
De la verga.
Sí, que dijiste que te gustaría ver una y tocarla.
Sí.
Pues hoy vendrá alguien que te dejara ver su verga.
¿La podré tocar?
Claro Linda. Vas a ser igual de puta que tu madre.- Le sonreí.- Pero recuerda que todo esto es el más profundo de los secretos.
Lo sé.- Dijo asintiendo con la cabeza.
Tuvimos que esperar una hora a que el cabrón de mi hermano llegara, seguro que si hubiera sabido lo que yo tenía entre manos habría llegado una hora antes. Por fin llego y lo recibí con un beso en la mejilla, lo hice pasar a la casa y lo senté en la sala. De inmediato me empecé a sentir cachonda de sólo recordar su verga y saber que ahora me la podría meter toda sin inhibición alguna.
¿Qué pasó Brenda?
Nada, sólo quería verte. Te he extrañado mucho.
Yo también.
Y dime, sigues siendo el mismo pervertido de siempre, o ya no ves tanto porno.
¿Me hablaste para preguntarme eso?
No, pero estoy haciendo charla.
Eso nunca me va a dejar de gustar.
¿Te acuerdas de lo que hacíamos?
No podría olvidarlo jamás.
Me recliné un poco en el sofá y solté el cinturón de mi bata. De inmediato mis piernas quedaron desnudas hasta la mitad de los muslos, y mi brasiere quedó a plena vista.
- No sé.- Le dije.- Creo que he añorado los viejos tiempos.- Me levante, deje caer mi bata al suelo y me fui a sentar junto a él.- Te dije que te he extrañado.
- Pero dijiste que no querías nunca más.-
- Pero ahora quiero. ¿Vas a desperdiciarme?- Me gire y me senté sobre el con sus pierna entre las mías y nuestras caras casi rozándonos.
-No claro que no.- Me dio un apasionado beso en los labios y de inmediato empezó a sobarme las nalgas.
Espera.
¿Qué pasa?
Antes necesito preguntarte algo.
¿Qué?- sin dejar me manosearme y pasando sus manos por todo mi cuerpo.
Eres realmente el mismo pervertido de siempre, o ya no.
Lo soy.
Te tengo otro regalo.
¿Qué es?
Ven.
Subimos las escaleras y entramos e mi recama. Lo senté en la cama y nos besamos por unos minutos, ya no podía detenerlo pues ya tenía su mano metida en mis bragas y yo ardía de deseo y excitación, y me encontraba totalmente húmeda.
Espera un segundo.- Me levante y Salí de la recamara.- Jazmín ven.
No puedo describir su cara cuando me vio entrar a la recamara con la tierna niña de diez años tomada de mi mano, sólo puedo decir que la comió con la vista, la desnudo y se la cogio con los ojos.
Ella es Jazmín, mi sobrina.-
El es Fabián, mi hermano.- Le sonreí a la niña.- Jazmín te quiere decir algo.
¿Puedo ver tu verga?- Preguntó Jazmín tiernamente.
¿Es verdad?- Preguntó mi hermano sorprendido.
Claro.- Le respondí.
¿La vas a tocar?- Preguntó el Jazmín.
Sí.
Claro que puedes.
Lo detuve al ver que el pensaba desvestirse y le dije que nosotras lo haríamos. Yo le empecé a quitar el suéter y Jazmín a desabrocharle el pantalón y a bajárselo Lo sentamos en la cama, le sacamos los zapatos y le sacamos el pantalón también. Pronto quedó sólo en calzones.
¿Estás lista para ver una verga amor?
Sí..
Le bajé el calzón y su enorme verga broto, totalmente erecta y ya algo húmeda de lo excitado que él estaba. Se recostó en la cama y Jazmín y yo nos subimos para hacer lo nuestro.
Mira, esta es una verga como las que le gusta chupar a la puta de tu madre. A ti también te va a gustar.
Le va a encantar.- Dijo Fabián.
Nos acercamos a la vergota de mi hermano que en esos momentos mediría unos 20cm, la vimos como hipnotizadas unos segundo y luego nos besamos, creo que eso lo excito, pues empezó a salir líquido preeyaculatorio de su glande. Le dije a Jazmín que lo tocara, puso su pequeña manecita lentamente sobre el falo y lo empezó a recorrer lentamente, pronto bajo su manita hasta los huevos y empezó a tentarlos con curiosidad.
¿Te gusta?
Sí.- sonrió.
Muévela como lo hace tu mamá.
Empezó a masturbarlo lenta y tontamente, se recostó para estar más cómoda y empezó a hacerlo un poco mejor. Fabián estaba loco de la excitación. Yo tomé el falo sobre la manita de Jazmín y empecé a enseñarle como moverlo. Fabián empezó a pasar sus manos por las piernas de ambas y todos empezamos a gozar. No resistí más y le dije a Jazmín que probara el líquido que se escurría por el glande de Fabián. Se acercó y puso su boquita cerca del glande, y con su pequeña lengua de 10 años recorrió esa punta roja y dilatada. Luego metió la lengua de nuevo en su boca para degustar los jugos.
Me gusta.
Chula.- Dijo Fabián jadeando.
Yo me la metí en la boca para saborearla y mostrarle como hacerlo, empecé a mamar como una zorra, como la puta que soy. Por fin conseguí fuerzas para sacar la verga de mi hermano de mi boca y le di paso a mi pequeña aprendiz para que me supliera. Con una inocencia de lo más provocativa Jazmín tomó el pene de Fabián, lo observo y lentamente se lo llevó a la boquita, sus ojitos se cerraron, se acerco más y empezó a imitar mis movimientos. Claro que esa vergota no le cabía completa a la niña, pero se veía que lo hacía gozar de lo lindo. Yo decidí cooperar y empecé a lamerle los huevos, y ahí estábamos las dos una puta de de 21 y una putita de 10 mamándole la verga a mi hermano y chupándonos su testículos. Fabián ya tenía la mano dentro de las bragas de Jazmín y yo le advertí que solo la frotara y que no le metiera los dedos.
Pero no resisto.
Te aguantaras tengo otros planes para esta niña.
Pero…
En compensación hoy me vas a poder hacer lo que siempre deseaste, y esta niña nos va ver y ayudar. – Me acerqué a Jazmín y empecé a mamar la verga junto a ella, sólo nos deteníamos para besarnos y pasarnos los líquidos de mi hermano de una boca a otra.
Luego nos arrodillamos los tres en la cama. Fabián le quitó el vestido a Jazmín y al ver su ropita interior casi se viene en seco. Me recosté en la cama y mi niña de inmediato supo que hacer, me bajó las bragas, me abrió de piernas y empezó a darme placer con su linda y áspera lengüita como muchas veces antes. Fabián estaba loco de excitación y sin tardar tiempo se arrodilló a mi lado y me trague su verga de un solo golpe. Pero no quietaba la vista de la niña y de la chupada maravillosa que me estaba dando. Fabián empezó a gritar que se venía así que me detuve de golpe, pues este cabrón no se iba sin antes dejarme bien saciada.
Recosté a Jazmín bocaarriba. Le quité las bragas y me dispuse a regresarle el favor. Fabián sólo resistió un minuto viendo y de inmediato me quitó, se acercó a la rajita de la pequeña y empezó a devorarla. Jazmín empezó a gritar de placer, pues era la primera vez que un hombre se la chupaba y me constaba que él lo hacía muy bien. Por fin llegó el momento que yo tanto esperaba. Fabián me tiró boca arriba en la cama y de un jalón me sacó el brasire, me levantó las piernas e hizo lo que años antes jamás dejé que me hiciera, me penetró la vagina y de inmediato empezó a bombear como si fuera un toro, el placer fue demasiado. Jazmín sonreía tiernamente, mientras veía como esa vergota se hundía toda dentro de mí. Yo sólo acerté a jalarla hacia mi cuerpo y como pude la senté sobre mi cara, de forma que mientras mi hermano me cogía yo pudiera chupar esa rica rajita de 10 años. Todos gritábamos y gemíamos de placer.
Fabián me cogía y a la vez se acercaba a Jazmín y la besaba en los labios, o le pellizcaba sus tetitas. Luego me puso de perrito y empezó a penetrarme de nuevo, Jazmín se quedo a lado nuestro viéndonos, pero no creo que se haya esperado lo que de inmediato pasaría. Fabián estaba al borde del éxtasis igual que yo. Empezó a bombear durísimo y a nalguearme, pues eso siempre le ha gustado mucho. Yo jalé a Jazmín hacia mí y cuando la verga de mi hermano salió de mi vagina, de inmediato la apunte hacia la boquita linda de Jazmín, él sólo dio dos jaladas y se la metió a la niña en la boca. Casi de inmediato un chorro de semen salio de su boquita. Fabián saco la verga y le embarro toda la carita a la niña, y parte de sus pechitos. Jazmín tragaba todo el semen que el carbón de mi hermano le dejó en la boca. Yo me acerqué a mi niña y la empecé a besar, luego con mi lengua recogía todo el semen que le quedó en su carita y le metía la lengua en la boca para que se lo comiera. Fue increíble. Lo hicimos otras dos veces más, Fabián se quería coger a Jazmín pero le dije que no, pues mi plan iba por otro lado. Al final yo le mojé toda la rajita a Jazmín y él le puso la verga entre las piernas y se masturbo hasta que se vino en mi boca, a mi niña le encantó. Luego mi hermano se fue y le prometí que ahora me cogería cuando se le antojara. En la noche mi cuñada me preguntó:
¿Cómo estuvo Jazmín?
Mal.- Le dije.- Se la pasó todo el día en la cama.- Jazmín apenas pudo aguantarse la risa
Mi pequeña Jazmín y yo seguíamos teniendo nuestros habituales encuentros nocturnos, en los que la pequeña me volvía una loca hambrienta de su lengua y de sus deditos en mi rajita.
Pero para no redundar en lo que ya les he contado, empezare. Espere varias semanas a que Ricardo el esposo de mi cuñada pasara unos días en casa. Mi cuñada se iba a trabajar y curiosamente ella y mi esposo llegaban tarde los mismos días. Una vez que ya todos se habían ido, menos mi cuñado, al cual se le veía de lo más aburrido, empecé a actuar.
- Sí estás aburrido, en la sala hay una película para que la veas.- Le dije. La película era una grabación hecha por mí y Jazmín, de su esposa cogiendo con su hermanito.
- Gracias.- Me respondió.
Yo subí a esperar a ver si ponía la película o no, pero mientras tanto, me puse un conjunto de bragas y brasiere rosa, con medias y liguero y sobre ellas mi pequeña bata con la que seduje a mi hermano. Cuando escuché los gritos de placer de mi cuñada, bajé lentamente. Ricardo estaba petrificado viendo como su esposa era una zorra incestuosa. Yo me acerqué lentamente y el me volteó a ver.
Eso es lo que hacen cuando no estamos.- Le dije.
Maldito desgraciado de tu esposo, lo voy a matar.-
No le veo el caso.- Le respondí.- ¿Qué ganas?
No sé, pero lo voy a matar, me tengo que vengar.
Hay muchas formas de vengarse.- Dije mientras soltaba la cinta de mi bata y dejaba que se viera el encaje rosa de mis bragas y mi sostén, el cual sólo cubría a medias mis enormes pechos.
¿Quieres pagarle con la misma moneda?
¿Tú no?
Claro.-
Se acercó a mí y metió sus manos en mi bata. El contacto de su piel sobre la mía hizo que mis pezones se pusieran duros al instante y que mi conchita empezara a lubricar. Bajó sus manos a mis nalgas, i luego las recorrió suave pero firmemente, las subió por mi espalda y de un golpe dejó que mi bata resbalara por mis brazos y cayera al suelo.
Estás buenísima.- Me dijo. Yo me le acerqué y le di un beso en los labios, que de inmediato correspondió. Nuestras lenguas se rozaron con placer y nuestros labios se acoplaron perfectamente unos contra los otros. Sus manos ya recorrían todo mi cuerpo haciéndome sus pirar de placer y emoción. Me agaché lentamente hasta quedar a la altura de su pene y empecé a desabrochar su pantalón. Cual fue mi sorpresa al bajarle el boxer. Era la verga más grande y hermosa que he visto en toda mi vida. Debía medir como unos 20cm de largo, gorda y circuncisa. El glande lo tenía muy rojo y ya chorreaba líquido preseminal. De un suspiro pues sabía que sería un reto meter ese enorme trozo en mi boca. Humedecí todo el glande con mi lengua y de inmediato lo engullí todo. Ho fue tan rico, esos chorros que le escurrían sabían riquísimos y de solo pensar la vergota que me estaba comiendo mi vagina ya estaba mojada y chorreando jugos.
Empecé a meter y sacar y el con sus manos empezó a marcarme el ritmo al que sentía mas placer. Sólo lo sacaba de mi boca para lamerlo y para chupar sus hermosos, grandes y suaves testículos. El no dejaba de gemir y suspirar agitadamente. Como recuerdo esa verga grande y su increíble sabor, no quería sacármela de la boca, pero sabía que si no lo hacía terminaría de inmediato y yo no quería eso. Con un gran esfuerzo la saqué de mi boca y me puse de pie. Ricardo me llevó al sillón y me tiró en él, se tiró sobre mí y siguió besándome apasionadamente; en los labios, en el cuello, al llegar a mis pechos me arrancó el brasiere de un fuerte tirón. Dios que hombre, casi me corro del orgasmo. Me mordió los pechos y me rozaba con su lengua los pezones que parecían querer estallar, luego me besó el abdomen y mientras lo hacía empezó a sobarme la vagina y pronto me bajo las bragas, con lago de esfuerzo pues no podía desabrocharme el liguero. Bajó más y de inmediato su lengua me hizo gritar de placer, sus dedos invadieron las paredes de mi vagina, rozaban mis labios y yo me retorcía en un éxtasis tremendo.
¡Sí Ricardo! OH, ME ENCANTA, DAME MÁS.
El seguía en lo suyo devorando entre mis piernas y sobando mis nalgas con mucha presión, luego empezó a sobar mi ano con su dedo y el placer se tornó un gozo indescriptible. Se detuvo y yo estaba apunto de reclamarle, pero vi que se acomodaba se ponía sobre mí, me doblaba las piernas hasta casi la cara, y de un golpe me penetraba con su enorme falo.
¡OH! ¡OH! DIOS, UM QUE RICO SI RICARDO DAMELO TODO.
Toma putita.- Fue su respuesta.
¡SI! Soy tu puta.
Eres mi perra chupa vergas.
Lo que quieras, pero no…¡Oh!.. No dejes de cogerme.
Su verga abarcaba cada milímetro de mi vagina, sentía que estaba apunto de estallas que me daba placer en todos lados, sin que faltara un solo rincón. Y no sólo eso, también me apretaba los pezones con una mano y las nalgas con otra. Me bombeaba durísimo y yo podía sentir como los chorros de mi líquido se escurrían sobre los dos. Yo le mordía el cuello y los labios, pues sólo de esa forma podía parar mis gemidos de placer. Me tenía totalmente doblada y arrinconada en el sillón, en la tele aun se veía la sesión de sexo de los dos hermanos y eso me excitaba más. Cuando creí que el éxtasis no llegaría más lejos, bajó su mano y empezó a masajear el clítoris mientras me seguía penetrando, de inmediato tuve un orgasmo que me tensó toda la espalda. Grite durísimo y me aferre a él como si fuera un inmenso vinculo con el placer, lo arañe en la espalda y lo mordía pues sólo así resistía lo que el me hacía. Me dejó tendida en el sillón.
Date la vuelta. Te voy a dar por el culo.
Con esa enorme verga me vas partir en dos.
No creo.- Se rió.- Se ve que eres puta muy usada.
Si, pero nunca había sentido una tan grande dentro.
Pues la sentirás puta, ahora voltéate.
Lo hice pues quería seguir sintiendo el éxtasis hasta el que me llevaba. Se agachó y empezó a lamer mi ano con unos movimientos increíbles y súper excitantes, luego me clavó su dedo y cuando se dio cuenta de que estaba calientita y aguada, se puso de pie y empezó a empujar su enorme verga contra mi anito, mi ano quería resistir, pero su fuerza era tremenda y poco a poco mi agujero se abrió y el me invadió por completo. No puedo describir el tremendo dolor que sentí, esa verga me estaba rompiendo el ano, pero conforme mi hoyito se acostumbró el placer se volvió igual o mejor, no resistí y empecé a meter mis dedos en mi concha mientras él me seguía montando como un animal, uno que me encantaba. Yo estaba de perrito pero no resistí su peso y pronto terminé tirada boca abajo en le sillón y él no dejaba de cogerme y apretar mis nalgas con una fuerza tremenda que me lastimaba mucho, pero a la vez me excitaba.
Ya, ya.- Empezó a gritar.
Yo sabía a que se refería, y de inmediato me voltee y me arrodille para recibir mi premio que tanto ansiaba. Empecé a jalar y lamer su miembro y de inmediato lo metí en mi boca. El semen llegó a mi en cantidades tremendas, traté de tragarlo todo, pero no pude, me saqué la verga de la boca y los chorros me cayeron en la cara y en los pechos, nunca conocí a nadie que se viniera tan duro, cuando terminó le chupe el pene hasta que quedó todo limpio, luego subimos a su recamara y lo hicimos de nuevo, esta vez termino sobre mis nalgas y el se tragó todo su semen. Prometimos que haríamos como que no sabíamos lo de su esposa y su relación de incesto.
Mi venganza iba viento en popa y sólo se necesitaba algo más para tenerlos a todos en la bolsa, y pensé que si ya me había acostado con una niña de diez años, sería más fácil seducir a un joven de 15 años. La casa de mi cuñada sólo tenía dos baños completos, uno en su cuarto y otro para el nuestro y el y para los de los niños. El baño que los cuatro usábamos tenía dos puertas de entrada, una para el cuarto de Jazmín y otra por el cuarto de Rodrigo, yo siempre entraba al baño por el cuerpo de Jazmín, pero esa noche decidí entrar por el cuarto de Rodrigo. Yo ya me había bañado en la mañana, pero sin importar eso toqué en la puerta de Rodrigo.
Hola.- Me dijo.
Hola.- Le sonreí.- ¿Me dejas pasar al baño?
Claro, pasa.
Abrió la puerta y me dejó entrar, yo iba solo con mi bata y debajo mi ropa interior. De inmediato empezó a mirarme con curiosidad y pena, pero yo ya tenía bien pensado que era lo que debía hacer. Vi que en su escritorio tenía un montón de dibujos a medio hacer.
Te gusta dibujar.
Sí.
Que bonitos.- Dije y me senté sobre la cama para verlos, crucé la pierna y mi bata se bajó casi hasta dejar que se vieran mis bragas, creo que desde donde él estaba las podía ver.- ¿Aun no te bañas?- Pregunté pues él siempre se bañaba en las noches y nunca en las mañanas.
No.
Bueno, no te apures que no me terminare el agua caliente.
OK.
Me metía bañar y apropósito dejé mis bragas y mi sostén en la regadera colgados para que le las viera. Salí sólo con la bata bien pegada al cuerpo, se transparentaba un poco y todo mi pecho y mis cabellos escurrían agua.
Perdón.- Le dije.- Es que no había toalla en el baño.
Toma, yo tengo una.
Gracias.- Me metía al baño y de inmediato salí con la pura toalla cubriéndome. Era tan pequeña que me quedaba casi al ras de las nalgas.
Me salí me cambie, pero lejos de ponerme muy floja como siempre antes de dormir, me puse una lencería muy linda y una bata de satín muy pegada y justa. Me puse a ver la tele en la recamara y cuando todos se durmieron me fui con Jazmín y le estuve platicando todo lo que pensaba hacer con su hermano y le prometí que si todo funcionaba la dejaría que le chupara la verga como a mi hermano. Entré al baño y vi que las bragas estaban ahí con todo, pero no igual que yo las dejé, de seguro el las tomó y pensando que yo iría por ellas las devolvió. Me quedé con Jazmín hasta que vi que la luz del baño de se prendían, esperé unos minutos y salí del cuarto de Jazmín y sin previo aviso entré al cuarto de Rodrigo. El estaba acostado en la cama con mi sostén en la mano y mis bragas metidas en la verga que se estaba jalando. Se quedó helado y de inmediato se tapo con las cobijas.
Venía por mis bragas.- Dije, entré y cerré la puerta.
¿Por qué no tocas?
Pensé que ya estarías dormido y no quería molestarte. Pero ¿Qué haces?
Yo…
Bueno, se lo que haces.
No… lo que pasa.
Ya no mientas, no estoy enojada, me imagino que es normal que mi ropa interior te llame la atención igual que la de tu mamá que agarras del tendedero y del baño.- Sonreí al ver la sorpresa en su cara.- No te sonrojes, no te digo que yo te entiendo.
¿De verdad?
Claro.
Es más, para que me creas te voy a regalar mi ropa interior y puedes tomar las que quieras cuando te vayas a masturbar, pero las dejas donde estaban.
¿En serio?
Sí, pero con una condición.
¿Cuál?
Que me dejes ver como te masturbas.
Pero yo…
Por favor, yo sé que quieres tener mis bragas y mi sostén.
Sí.
Entonces déjame verte.- Le tomé las cobijas y el accedió con la cabeza. Lo descubrí y vi que su pene había perdido la erección.- Vamos hazlo.
Empezó a jalarse el pene y poco a poco empezó a tomar su erección, hasta ponerse algo enorme para su edad, se veía que ese muchacho seguiría el camino de su padre. Empezó a masturbarse cada vez con más confianza y pronto el líquido preeyaculatorio empezó a salir de de su glande, su pene también estaba circuncidado. Se masturbaba con mis bragas entre su piel y sus manos.
Voy a hacer algo para ayudarte.- Me desabroché la bata y la dejé caer al piso. Me senté en la cama y crucé las piernas.- ¿Te gusta?
Mucho.- Empezó a masturbarse más rápido y temí que se fuera a correr de inmediato, lo cual echaría a perder mi plan.
Espera. No tan rápido.- Le sonreí.- ¿No prefieres que te ayude?
Sí.
Me acosté boca abajo en la cama y estiré mi mano hasta tocar su pene. Estaba durísimo y rojo como el de su padre. Lo empecé a masturbar lentamente y el tenía una cara de éxtasis que me hacía muy feliz. No quitaba la vista de mis nalgas y de mis pechos. No resistí mucho y me metí lentamente su verga en la boca. El suspiró y tímidamente puso su mano en mi cabeza para excitarse más. En ese momento la puerta del baño se abrió y entro Jazmín. Yo fingí una tremenda sorpresa y me levante de inmediato. El pobre de Rodrigo estaba perplejo.
¿Qué están haciendo?
Nada.- dije yo.
¿Por qué lo chupas?
No es cierto.- Dijo Rodrigo muy asustado.
Claro que sí. Le voy a decir a mis papás.
¡No!- Dijo él.
No, por favor Jazmín.
La niña volteo y casi pude ver la sonrisa que se dibujaba en sus labios.
No les digo a mis papás si ustedes me dejan ver lo que hacían.
¿Cómo crees?
Si no me dejan verlos, les digo.
Voltee a ver a Rodrigo y le sonreí tímidamente. El levantó los hombros como diciendo que no sabía que Hacer.
Mira Jazmín, es que esto es para los más grandes.- Le dije siguiendo la mentira.
Si no me dejan verlos les voy a decir ahora.
¿Si te dejamos no les dices nada?
No.- Dijo y de inmediato se subió a la cama.
Está bien.- dije.
Me agaché y empecé a jalar la verga que de nuevo estaba fláccida. Empecé a jalar lentamente mientras sentía como el pene de Rodrigo empezaba a ponerse bien dura y tiesa. Jazmín se humedecía los labios, seguramente de las ganas que tenía de meterse esa verga en la boca. También note que Rodrigo, no sabía si verme a mí o a su linda hermanita, que sólo tenía unas bragas muy pequeñas y justas y un corpiño que se le transparentaba mucho. Me agaché y me la metí a la boca, me olvide de todo, y empecé a disfrutar la mamada que estaba dando, me excito pensar que en las ultimas semanas había tenido en mi boca la verga de mi hermano, de mi esposo, del esposo de Ángeles y ahora de Rodrigo, esperaba que en unos minutos la tendría en mi conchita. Saqué la verga de mi boca y empecé a lamerla. Jazmín cada vez se acercaba más a nosotros y pelaba los ojos deseando meterse esa verga en la boca y tal vez hasta en su rajita aún virgen.
¿Lo puedo tocar?- Dijo.
Claro. – Contesté antes de que Rodrigo lo hiciera y le sonreí tiernamente. Ese niño no creía lo que estaba viviendo. Su hermanita de diez años estaba poniendo su manita sobre su verga. La tomó y de inmediato empezó a jalar como toda una profesional. Yo me subí en la cama y empecé a besar a Rodrigo. El tímidamente empezó a tocar mi cuerpo, dirigió sus manos a mis pechos y los empezó a tocar. Yo me levante y me desabroché el brasiere, mis tetas le cayeron grandes y erectas sobre el pecho, me subí más y le metí mi teta derecha en la boca, El empezó a mamar como un niño y luego la lengueteo y la mordió. Pegó él un brinco y cuando voltee vi que Jazmín se había metido su verga en la boca y ya estaba mete y saca como yo le había enseñado, la chupaba, lamía y le besaba los testículos como hacía con la verga de mi hermano. Los dos nos quedamos un rato viendo como esa niñita le daba una mamada a su hermano de 15 años. Luego me acerqué a ella y le di un profundo beso en los labios, que fue de inmediato correspondido. La dejé que siguiera mamando y luego la quite las bragas y empecé a chuparle la conchita. Me encantaba estar en esa casa pues mis deseos sexuales siempre se cumplían.
¿La puedo chupar?- Dijo Rodrigo.
Claro.- Respondí.- Pero si después me la chupas a mí.
Puse a Jazmín boca arriba y le abrí las piernitas. Rodrigo se acercó y empezó husmear en la rajita de su hermana, luego parecía que se decidió y empezó a sobarla con un dedito. Yo me senté y empecé a meterme los dedos en la vagina, luego Jazmín, mi querida nenita empezó a sobarme con sus deditos. Rodrigo se agachó y empezó a lamer tímidamente la conchita de su hermana, en unos minutos ya estaba loco y le clavaba la lengua profundamente y la tomaba por las caderas.
No resisto.- Dije.- ¿Eres virgen?
Sí.- Respondió tímidamente Rodrigo.
Pues vas a dejar de serlo.
Me tiré boca arriba en la cama y abrí las piernas lo más que pude. Abrí mis labios exteriores con mi dedos y con la otra mano empecé a sobar mi vulva.
-Métela.
Se acercó tímidamente y yo lo tomé por las caderas y lo acerqué a mí. Lo rodee con mis piernas y tomé su verga paradísima con mi mano y empecé guiarla a mi raja, que chorreaba de líquido. La metió y empezó a bombear por instinto, no lo hacía muy bien, pero conforme pasaba el tiempo lo hacía mejor y yo empezaba a volverme loca del morbo. Jazmín se acercó a mí y empezó a besarme. Rodrigo empezó a Jadear con fuerza y yo sabía que era el final, muy rápido, pero era su primera vez. Alcé las piernas y saqué su verga de un tirón.
El semen empezó a salir a chorros y me cayó en las tetas y en el abdomen, un poco me llegó hasta la cara. Jazmín estaba muy feliz y de inmediato empezó a lamer todo el semen de mis tetas, yo acerqué a Rodrigo y lo empecé a besar. Cuando Jazmín me dejo limpia de semen se bajo a mi vagina y empezó a lamer los líquidos que chorreaban, luego subió y los tres nos besamos. Luego los tres nos quedamos acostados, Rodrigo en medio de las dos. Luego de unos minutos empecé a jalarle la verga.
Se tiene que volver a para.- Le sonreí.- Tienes que desvirginar a tu hermana.- Las dos sonreímos.
Gracias por sus correos, me gustan mucho y pronto pondré los dos relatos finales. Perdonen la tardanza. Besos.