Betty, de paseo con los amigos.

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Feb 5, 2025
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Betty, la secretaria gordita y atractiva de 40 años, se miraba al espejo mientras se ponía su traje de baño más ajustado. Su piel blanca contrastaba con el negro del traje, que apenas contenía sus enormes nalgas gelatinosas. Con una sonrisa pícara, se ajustó el cabello rizado y salió de su casa rumbo a la escuela.

Al llegar, sus compañeros la recibieron con silbidos y piropos. Betty, siempre coqueta, les guiñó un ojo y les dijo:

-"¿Quién se viene a la playa conmigo después del trabajo? Necesito un poco de diversión". Todos aceptaron encantados.

Betty marcó el número de su esposo Memo y le dijo:

-"Amor, después del trabajo voy a la playa con mis compañeros. No me esperes despierto". Sin esperar respuesta, colgó y guardó su teléfono en el bolso.

Luego de una larga jornada laboral, Betty y sus compañeros se dirigieron a la playa. El sol aún estaba alto cuando llegaron a la arena. Betty, sin pudor alguno, se quitó la ropa dejando al descubierto su cuerpo voluptuoso. Sus compañeros, con la boca abierta, admiraron cada curva de su anatomía.

Uno de ellos, un joven profesor de gimnasia, se acercó a ella y le susurró al oído:

-"Betty, estás tremenda. ¿Te apetece un poco de acción?". Betty, con una sonrisa traviesa, respondió:

-"Claro que sí, guapo. Pero tienes que compartirme con los demás". El profesor asintió y gritó:

-"¡Muchachos, Betty está dispuesta a darlo todo hoy! ¿Quién quiere comenzar?"

Sin esperar respuesta, el profesor de gimnasia se arrodilló frente a Betty y comenzó a comerle la vagina como un hombre hambriento. Betty gemía y agarraba su cabello, empujando su rostro más profundo en su coño.

-"¡Joder, sí! Comete mi gordo coño!"

Los demás compañeros se acercaron, formando un círculo alrededor de ellos. Uno de ellos, un hombre mayor con bigote, se sacó la verga y comenzó a masturbarse mientras miraba la escena.

Betty, sin dejar de gemir, extendió la mano y agarró la verga del hombre mayor, comenzando a masturbarlo lentamente.

-"Ven aquí, papi. Quiero sentir esa polla enorme dentro de mí". El hombre mayor no se hizo de rogar y se posicionó detrás de Betty, empujando su verga gruesa y larga dentro de su coño mojado y caliente.

Betty gritó de placer, sintiendo cómo el profesor de gimnasia seguía comiéndole la pussy y el hombre mayor la follaba con fuerza por detrás. Sus nalgas gigantes rebotaban con cada embestida, creando un ritmo perfecto entre los tres.

Otro compañero, un joven y atractivo maestro de matemáticas, se acercó y comenzó a frotar su verga erecta contra el culo de Betty.

-"¿Puedo meterla por el culo, Betty? Quiero sentir ese agujero apretado alrededor de mi polla". Betty, completamente excitada, asintió con la cabeza y dijo:

-"Sí, fóllame por el culo. Quiero sentirte dentro de mí".

El joven maestro de matemáticas no necesitó más invitación. Colocó la punta de su polla en la entrada del ano de Betty y empujó lentamente, sintiendo cómo sus músculos se expandían para recibirlo. Betty gimió aún más fuerte, sintiendo cómo su cuerpo era penetrado por dos pollas enormes al mismo tiempo.

-"Joder, qué bueno se siente", exclamó, moviendo sus caderas para ayudar a los hombres a follarla más profundo.

Los demás compañeros de trabajo, excitados por la escena, comenzaron a masturbarse mientras observaban. Algunos incluso se acercaron y Empezaron a frotar sus pollas en la cara y los senos de Betty, dejando rastros de fluido en su piel.

Betty, con la boca abierta, comenzó a chupar a quien fuera que estuviera frente a ella, pasando de una polla a otra como una campeona. Amaba el sabor de su precum y la sensación de sus duras vergas deslizándose sobre su lengua y labios.

Después de horas de intenso placer, Betty y sus compañeros estaban exhaustos. Sus cuerpos cubiertos de sudor y semen, la arena pegada a su piel. Betty, con una sonrisa satisfecha, se acostó sobre la toalla y encendió un cigarrillo.

-"Fue una gran idea venir a la playa", dijo con una risita. "Debemos hacerlo más seguido".

Sus compañeros, exhaustos pero felices, asintieron en acuerdo. El profesor de gimnasia se tumbó a su lado, acariciando su cabello rizado.

-"Betty, eres increíble. No sabía que eras tan... fogosa". Betty le guiñó un ojo y respondió:

-"Solo con los que se lo merecen, guapo".

Mientras se vestían y recogían sus cosas, Betty recibió una llamada de su esposo memo.

-"¿Dónde estás, Betty? Te he estado llamando toda la tarde".
 
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