tezcatlipoca12
Estrella Porno
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Estábamos en la recta final de mi aventura con tía Malena, faltaban unos pocos días para su operación y con ello, yo sabía perfectamente que jamás podría volver a gozar de su cuerpo nunca más, pues consciente jamás permitiría ni el más mínimo acercamiento de mi parte, pues ella era sumamente religiosa y recatada.
Recordemos que tía Malena, tenía un tumor cerebral, por lo que se quedaba en casa para ser cuidada y por las mañanas yo era el único que estaba con ella. Gracias al tumor, tía Malena tenía crisis y para controlarlas había que administrarle gotas de un medicamento que la dejaba inconsciente por varias horas.
En cuanto quedaba dormida, tía Malena, dejaba de ser mi tía. Su blanco, gordo y maduro cuerpo, se convertía en mi juguete sexual, en nada más que un objeto para mis placeres. Uno que supe utilizar muy bien durante esos meses. Sus tetas, su boca, su peluda panocha, sus gordas nalgas, toda su anatomía, se volvía un parque de diversiones para mis manos, boca y verga. Pero por, sobre todo, mi mayor fuente de placeres, era su apretado y rico culo.
Yo me había hecho adicto al ojete de la tía, y un verdadero experto en explorarlo con la verga, sabía que yo la había desvirgado por ese orificio, y lo había entrenado perfectamente, a punta de darle verga por horas, varias veces a la semana, su culo ya era el hoyo perfecto, tragaba mi verga entera sin problemas, y me la apretaba tan rico que yo veía estrellas mientras la enculaba.
Tía Malena nunca lo supo, ni siquiera lo sospecho, pero durante esos meses, se volvió en una excelente puta anal, la puta anal, personal de su sobrino. De la verga de su " inocente" sobrino que con amor la cuidaba todas las mañanas. Tan lejos estaba de saber lo que yo le hacía, que ella me agradecía constantemente por todos mis esfuerzos, cosas que solo me ponía más cachondo aún.
Y eso era parte de la diversión, que todo era como llevar una doble vida. Pues una vez que dormía, ella se volvía mi puta sucia, y yo en el más pervertido de los hombres.
Jamás tía Malena, habría hecho conscientemente ni la mitad, de todas las guarradas que cometí contra su cuerpo. Era violación, era incesto, y ella me agradecía.
Durante los meses que cuide de tía Malena, además de usarla como juguete sexual y de disfrutar de su sabroso ojete apretado. Fue el tiempo que más hablé con ella.
Con frecuencia le preguntaba cómo era para ella tener sus crisis. Era información vital para mis sucias travesuras, pero genuinamente me daba curiosidad saber qué es lo que pasaba en su cabeza.
Sin embargo, nunca me pudo dar muchos detalles, en realidad tía Malena no recordaba nada, desde varios minutos antes de tener una crisis. Yo supongo que era como despertar de una borrachera, dónde pese a que todo mundo te dice que estuviste activo varias horas, tu simplemente no recuerdas nada o solo tienes algunos flashes borrosos, que parecen más un sueño lejano.
Fue gracias a tener la seguridad de que a tía Malena se le borraba la memoria desde antes de las crisis, que pude considerar el no dormirla por completo.
Es que, si bien, el abusar de una mujer dormida, de hacerle absolutamente todo lo que quise, sin que ella se pudiera negar. Y que esa mujer fuera nada menos que mi madura y religiosa tía nalgona, había sido sumamente rico y caliente. Pero me moría de ganas de cogerla despierta, de verla reaccionar a mis travesuras, de escuchar sus gemidos, aunque fuera una sola vez. Pero, sobre todo, no quería que todo esto terminara, sin saber si, el bombear mi dura verga por su estrecho canal anal, le producía algún tipo de placer, esa era la pregunta que sabía que, si no contestaba, nunca estaría en paz.
Además, debía, si o si, probar su peluda panocha, aunque fuera una sola vez, pues la había mamado y masturbado hasta hartarme. Pero mi verga no había entrado por ahí nunca.
Para ello, mi plan era muy simple, aunque arriesgado, si no le administraba todo el medicamento, ella permanecería semi consciente, Pero, debía encontrar la dosis adecuada, lo suficiente como para que no pudiera resistirse a mis abusos, y aun así no recordar nada cuando despertara.
Si bien el tiempo no era mi aliado, debía tantear el terreno, para no arriesgarme tanto.
Durante esos últimos días, como si quisiera que todo fuera especial, yo empecé a bañarme y a arreglarme lo mejor que podía por las mañanas para estar con ella.
- ¿Y ahora, por qué tan guapito? Me preguntó sonriente la tía cuando me vio, jajaja, seguro que ya te empiezas a interesar por alguna chica.
-puessss...algo así, le dije nervioso, pues ella me veía con una mirada entre ternura y orgullo.
“En realidad, lo que pasa es que hay una madura a la que me ando cogiendo analmente y ya casi es mi despedida, por cierto, esa madura nalgona, eres tú, tía malena”
- jejej sobrino, ya te estás volviendo en todo un hombrecito, uno muy guapo, por cierto. Dijo orgullosa, sin tener idea de mis sucios pensamientos.
" Pues sí, ya soy todo un hombre, de hecho, me estrene hace algunas semanas, perdí la virginidad con tu culote rico tía Malena, y desde entonces no he parado de darte verga por dónde cagas jajaja, seguro que ya soy un excelente amante, de tanto que he practicado con tu cuerpo"
Independientemente de las guarradas en las que yo pensaba, ese fue el momento en el que más cerca estuvimos de una relación amistosa con la tía...pero se arruinó casi de inmediato pues ella comenzó con un discurso religioso, sobre que el sexo es malo, que el matrimonio, que las buenas costumbres y bla, bla, bla.
- hay tía ¿No me diga que nunca tuvo relaciones, con algún novio, fuera del matrimonio? Le dije desesperado.
- jamás, me dijo indignada, yo nunca cometería semejante pecado, yo soy una mujer de bien y adoradora de nuestro santísimo señor, nunca caería presa de cosas tan mundanas
" Jajaja si supiera que lleva casi tres meses teniendo sexo con un hombre sin estar casada, y que ese hombre es su sobrino, jajaja y que ha sido muuuucho sexo anal jajaja ¿Que diría tía? ¿Cuántos pecados hemos cometido juntos? Jajajaj"
Tía Malena, se veía furiosa e indignada por mi comentario, claramente estaba a punto de meterme un regaño que seguramente le tomaría horas, pero de pronto se quedó callada, le había llegado una crisis. Era mi momento de actuar.
Decidí darle dos gotas menos del medicamento y me quedé atento a los resultados, como siempre la tía se bebió de un trago el vaso con medicina y tras quedarse un tiempo viendo el techo, hablando algunas incoherencias, se quedó dormida. Pero esta vez fue distinto, generalmente caía como piedra en la cama, Pero en esta ocasión, ella se movía en sueños, incluso hablaba, decía frases inconexas.
La dejé dormir casi media hora y empecé a tocarla, pero apenas empezaba a jugar con sus nalgas, cuando levanté la vista, para toparme con su rostro serio e inexpresivo, ella me veía directo a los ojos.
Me llené de terror y salí del cuarto, pensando qué tras tantos meses de gozar, por un simple error, lo había arruinado todo. Pero no.
Afortunadamente al despertar, solo dos horas después, me dijo que no recordaba nada, Pero note que se quedó extrañada de haber dormido tan poco tiempo. Pero me quedo claro, que pude haber abusado de ella y ella ni se habría enterado.
Al día siguiente, no tuvo crisis. Ya solo me quedaban dos días más con ella. Para mí fortuna, el día siguiente, un viernes, tuvo la que sería la última de sus crisis antes de su operación.
Está vez, solo puse, dos gotas de medicina en el agua.
" Que dios me ayudé" pensé al momento de darle a beber. Pasará lo que pasará, estaba seguro de lo que quería hacerle y estaba hasta dispuesto a aceptar las consecuencias de mis actos. Aunque claro que lo mejor sería salirme con la mía una última vez.
Tras beber la medicina, tía Malena se quedó quieta, empezó a cabecear como si tuviera mucho sueño, pero pasado el tiempo, ella no dormía, aunque seguía quieta.
Los minutos pasaban y ella seguía como si nada, solo aparentaba tener mucho sueño, empecé a pensar que la dosis que le había dado había sido muy poca.
- oye, hay que meter a coco y a Milo, antes de que se haga más de noche.
Me lo dijo tan casualmente y viéndome con total normalidad, que pensé que incluso, la crisis se le había pasado, Pero no. Yo sabía perfectamente, pues mamá, hablaba mucho de ello, que coco y Milo, habían sido dos perros que ellas habían tenido de jóvenes.
Estaba a punto de aclararle, que los perros llevaban 20 años muertos, pero me di cuenta que no tenía sentido tratar de razonar con ella. La mente de tía Malena se había ido de paseo, y yo debía aprovechar eso.
- sí, ahora los meto tía male... beba, use el sobre nombre que solo mamá y los abuelos le decían, uno que usaban en su juventud, quise con ello, que no reconociera con quién estaba, y así confundir más su nublada mente.
Deje pasar cinco minutos más, y entonces fue más que claro que tía Malena, no sabía quién era ni donde estaba, se notaba aletargada, y sus ojos se movían de un lado a otro, como si viera algo que no estaba ahí.
De hecho en un momento la cosa se puso un poco tétrica, pues tía Malena, empezó a canturrear una canción de cuna, mientras acariciaba una almohada como si fuera un bebé.
- ¿Beba? ¿Beba?
- quieee pashoooo
Apenas y podía hablar, arrastraba las palabras con mucha dificultad. Había llegado la hora. Era ahora o nunca.
Ella estaba sentada en la cama, con la espalda rígida, parecía una niña pequeña.
- ven, beba, es hora de que te levantes, vamos a salir del cuarto. Le dije extendiéndole mi brazo. una de las cosas que quería lograr era coger con la tía Malena, en cualquier otra habitación, pues hasta ahora solo había sido sobre esa cama y quería un poco de variedad.
Me miró confundida, claramente no entendía nada de lo que pasaba, pero, aun así, tomó mi mano y trabajosamente se puso de pie.
Caminamos con dificultad, ella estaba mareada y se movía muy lento, logré llevarla hasta el sillón de la sala, y la hice sentarse, ella en cuanto tocó asiento, cerró los ojos, parecía ebria.
- te voy a bañar beba, ayúdame a quitarte la ropa.
De forma muy torpe, levantó los brazos y le saqué la playera, luego tiré de sus pantalones cortos y sorprendentemente ella logro levantar las caderas y así pude desnudarla.
Di un par de pasos atrás para verla, yo conocía perfectamente cada milímetro de su madura y gorda anatomía, Pero era la primera vez que la veía totalmente desnuda y eso me gustó mucho, mi verga babeaba y yo hasta sudaba frío. Ella se removía en el sillón, de vez en cuando entre abría los ojos, pero se le cerraban de inmediato.
Me hubiera encantado llevarla al baño, Pero era claro que moverme con ella por la casa, sería muy difícil, así que descarte la idea.
- por favor Diosito, que la tía no se acuerde de nada de esto. Tras ese rezo, dejé de lado todas mis preocupaciones y decidí darme gustó.
Me arrodillé en el suelo, y con ambas manos en sus rodillas, separé sus magníficas y gordas piernas, para exponer su peluda panocha, bien desnuda por primera vez.
Llevaba semana centrándome solo en su culo, así que ya tenía rato de no verle esa pucha rica, fue hermoso verla así, sentada viéndome confundida, con las piernas abiertas totalmente.
- te voy a lavar aquí primero, le dije acercando mi cara, el aroma de su vagina me invadió, era hermoso, de un rápido lametón que recorrió totalmente de arriba a abajo su panocha, Inicie una mamada.
- Humm...ñoooo...ñooo miioe toquisss ashiii. Apenas y se le entendía, trato de cerrar las piernas,.pero estaba demasiado débil, el saber que era parcialmente consciente de lo que le estaba pasando, y que de hecho trataba de resistirse, me excitó aún más si cabe.
- siiii beba, slurp, así, déjate, es importante que te limpie aquí, slurp, slurp, mi lengua no paraba de mamar esa madura vagina, llenando mi boca de sus jugos.
Ella se resistió un poco más, Pero finalmente empezó a reír.
- jijijo, queeemehashesssss, jijijo coshiillitas??
- si beba, te hago cosquillitas ricas ¿Te gustan? Dije fuera de mí, sin dejar de mamar panocha.
pero ya no pudo contestar, solo emitía algunos balbuceos y risitas por lo bajo.
Por mi le hubiera, estado dando lengua a es vagina por horas, Pero está vez, había muchas más cosas en el menú, debía aprovechar bien mi tiempo. Así que deje de mamar, me baje los pantalones y me pare frente a ella.
Tía Malena abrió los ojos por un momento, me vio, mientras me desnudaba, pero seguía tan desorientada que seguramente no acababa de entender nada de lo que ocurría.
- miiieeeeshienntttmmmmaaaiiiilll
- no te preocupes beba, ahorita te voy a dar tu medicina especial, te vas a sentir mejor.
La tome con ambas manos de sus hombros, y tirando de ellos, le ayude a sentarse con la espalda recta en el sillón. Tome su cabeza desde la nuca con una mano, acercándola a mí, mientras que con mi otra mano apuntaba mi dura verga hacia su rostro.
Con solo tocar mi propia verga, quedé admirado, nunca la había visto tan grande, tan gorda y dura, es que la situación me tenía al borde de la locura de tan caliente que me sentía, mi verga se veía imponente y monstruosa, como raras veces la he visto. Hasta me dolía un poco de lo llena de sangre que estaba.
Ella se quedó mirando el enorme camote que había frente a su carita gorda, pero no parecía entender que era ese gordo objeto frente a ella.
- mira beba, está es una mamila especial, está llena de medicina, debes chuparla, para que te puedas sentir mejor, chúpala beba, chúpala mucho.
Pese a su desorientación, la tía Malena, entendía que debía tomar su medicina, como llevaba meses haciéndolo, así que sin decir nada y sin dejar de hacer viscos con los ojos que no se despejaban de mi verga, abrió la boquita y se acercó a la " mamila"
Durante los meses anteriores, yo le había dado a comer verga a la dormida tía Malena, al menos 30 veces. Pero era yo el que tenía que hacer el trabajo, así que el ver que ahora ella solita se la comería, hizo que sintiera mariposas en el estómago y viera como en cámara lenta como su boquita abierta fue apoderándose de la cabezona de mi verga.
Sentí un fuerte calambre surgir desde mi culo, hasta la punta de mi verga, en el momento en el que los labios de mi tía engulleron la cabeza. De inmediato sentí la placentera sensación del calor y humedad de su boquita.
" Puta madre, la tía Malena se está comiendo mi verga, lo hace ella solita y de forma voluntaria, puta madre, puta madre" yo también me sentía drogado, era como un sueño extraño, pero muy rico y cachondo.
Tía Malena engulló la cabeza y un par de centímetros de tronco y dejó su cabecita quieta, Pero de inmediato su boquita se puso a trabajar, como si fuera una becerrita mamando de las ubres de la vaca, su boquita empezó a succionar despacito, queriendo sacarle la medicina a la mamila.
- esooooo bebaaaaa, esoooo, tu sigue chupando la mamila, síguele huuuuuuy, dioooos que ricoooo, chúpamela beba, chupaaaaaa....
Sin dejar de darme esas ricas y delicadas succiones la tía abrió de nuevo los ojos y me miro extrañada, seguía sin entender nada, pero me obedecía.
La dejé succionar a su ritmo durante un buen rato, pero pronto quise sentir aún más placer, así que sujetando su cabeza con ambas manos empecé un lento movimiento de caderas, mi verga empezó a follar la boquita de mi tía.
Ya había hecho eso muchas veces, meter y sacar mi verga de su boca. Pero esta vez era mil veces mejor, ahora ella estaba despierta, me veía confundida con los ojos perdidos, y lo mejor de todo es que mientras yo le daba a comer verga, ella no detenía las succiones, así que el placer se potenciaba muchísimo. Tiempo después, supe que eso todavía no era una mamada en regla, pero aun así, yo estaba disfrutando mucho más de su boquita caliente, de lo que había hecho antes.
Y lo mejor de todo era verla, ver a mi recatada y recta tía comiendo la verga de su sobrino, con carita de niña regañada. No había manera de saber si la tía había mamado verga alguna vez, lo que si creo es que no lo hizo muchas veces a lo largo de su vida. Así que estoy casi seguro que yo fui de los pocos que probo su boquita y quisa el que más disfruto de ella.
Antes de darme cuenta, ya habían pasado casi 20 minutos desde que la tía Malena, empezó a chupar la mamila, mientras que yo me retorcía y gritaba de placer. Gracias a los meses previos de entrenar mi verga en los placeres del sexo, estaba aguantando como un campeón, pero finalmente empecé a sentir que no aguantaba más, mi verga necesitaba expulsar toda su leche y está vez, definitivamente se la daría a beber a mi tía Malena.
- ya viene beba, ya viene tu medicina, acuerdate que te la debes tomar y verás que vas a sentirte mejor. Ella contestó algo, Pero fue imposible entender qué demonios dijo, pues tenía la boca llena de verga.
Entre gemidos y exteriores de placer, me vine dentro de su boquita, la tomé por sorpresa, incluso quiso sacarse mi verga de la boca, pero yo se lo impedía con las manos.
Perdí el control y le enterré la verga hasta el finde de la garganta, pese a su estado de confusión y aletargamiento, ella trato de luchar por respirar, supongo que lo hizo por reflejo. Así que en la lucha por yo venirme en su boca y de ella por respirar. Ella terminó sentada en el piso, conmigo sobre su cara aferrandola. Mientras sus piernas gordas se movían desesperadamente.
- espera beba, no te la tomes aún, le dije sacando mi verga de su boca, enséñame la medicina quiero ver tu boca llena de ella.
Y lo hizo, con expresión de disgusto abrió la boca y me enseñó como su cavidad oral, se había convertido en una piscina llena de semen caliente y grumoso.
Le ordene tragar y que me enseñará su boca vacía, y de nuevo me obedeció, fue maravilloso y muy morboso.
Hasta ahora no me había venido dentro de su boca, pues dormida, podía ser que no tragara y se despertara con restos de mi semen en la boca, y eso habría sido muy peligroso. Pero esta vez como estaba semi consciente se bebió una buena cantidad del semen de su querido sobrino.
" Tu que dudabas que yo fuera, ya, un hombre, y mira, hasta te estás tomando la leche de éste macho jajaja"
- no me gustó esa medicina, sabe raro y me cansé de tanto chupar la mamila, dijo tía Malena, jadeante, sentada en el suelo y viéndome a los ojos.
Lo que me alarmó, fue que ella pudo hablar perfectamente, me pareció una señal de que el medicamento que le había dado, estaba perdiendo su efecto en ella.
Cansado, Pero aún con ganas de mucho más, servi un nuevo vaso con una sola gota de medicina, si la notaba más despierta se lo daría, para atontarla de nuevo.
Me hubiera encantado una segunda sesión con la boca de la tía Malena, estaba seguro que ahora podría aguantar aún más tiempo de ese placer. Pero de nuevo había más cosas que probar.
Mi siguiente meta, era disfrutar por primera vez de la caliente puchita de la tía. Para ese menester salí corriendo al cuarto, pues ahí había dejado tontamente los condones que ya tenía listos para probar su vagina, ya que aún me preocupaba el llegar a embarazarla.
Solo me fui por 30 segundos, pero para cuando regrese a la sala, me arrepentí de no haberle dado la otra dosis de medicina.
Tu Malena estaba de pie, seguía desnuda, se veía cansada, aún no respiraba bien y le escurría saliva desde la barbilla, bajando por su cuello e incluso llegaba a sus tetas. No me había dado cuenta de cuánto salivo, mientras le follaba la boquita.
Volvió a verme, y su mirada ya no estaba perdida, en cuanto me vio, se dibujo una expresión de furia.
-¿ Que crees que estás haciendo? Me dijo, casi gritando.
A mí se me helo la sangre, fui presa de un ataque de pánico, tuve ganas de salir corriendo de la casa, me pensé descubierto.
- estoy harta de ti y de las cochinadas que me haces.
Yo estaba a punto de tirarme al suelo llorando y pidiendo perdón...pero la cosa dió un giro imprevisto.
- ya lo habíamos hablado, Venancio, te he dicho muchas veces que aunque Mauri, es un bebé, debemos esperar a que se duerma, para que te pueda permitir, cumplir tus deberes de esposo.
El alma me regreso al cuerpo. Tía Malena ya no estaba aletargada, Pero su mente aún estaba volando en otro lado, me hablaba como si yo fuera su ex esposo, y acababa de decir que mi primo era bebé, así que su mente estaba en un delirio, en el que había retrocedido unos 7 años en el tiempo.
Seguía sin ser descubierto, y si jugaba bien mis cartas, esa mañana aún podía ponerse mejor...
Nota del autor: pensaba terminar la historia en este capitulo, Pero para no alargarme tanto, lo dejo aquí, y el siguiente será el final de la historia.
Recordemos que tía Malena, tenía un tumor cerebral, por lo que se quedaba en casa para ser cuidada y por las mañanas yo era el único que estaba con ella. Gracias al tumor, tía Malena tenía crisis y para controlarlas había que administrarle gotas de un medicamento que la dejaba inconsciente por varias horas.
En cuanto quedaba dormida, tía Malena, dejaba de ser mi tía. Su blanco, gordo y maduro cuerpo, se convertía en mi juguete sexual, en nada más que un objeto para mis placeres. Uno que supe utilizar muy bien durante esos meses. Sus tetas, su boca, su peluda panocha, sus gordas nalgas, toda su anatomía, se volvía un parque de diversiones para mis manos, boca y verga. Pero por, sobre todo, mi mayor fuente de placeres, era su apretado y rico culo.
Yo me había hecho adicto al ojete de la tía, y un verdadero experto en explorarlo con la verga, sabía que yo la había desvirgado por ese orificio, y lo había entrenado perfectamente, a punta de darle verga por horas, varias veces a la semana, su culo ya era el hoyo perfecto, tragaba mi verga entera sin problemas, y me la apretaba tan rico que yo veía estrellas mientras la enculaba.
Tía Malena nunca lo supo, ni siquiera lo sospecho, pero durante esos meses, se volvió en una excelente puta anal, la puta anal, personal de su sobrino. De la verga de su " inocente" sobrino que con amor la cuidaba todas las mañanas. Tan lejos estaba de saber lo que yo le hacía, que ella me agradecía constantemente por todos mis esfuerzos, cosas que solo me ponía más cachondo aún.
Y eso era parte de la diversión, que todo era como llevar una doble vida. Pues una vez que dormía, ella se volvía mi puta sucia, y yo en el más pervertido de los hombres.
Jamás tía Malena, habría hecho conscientemente ni la mitad, de todas las guarradas que cometí contra su cuerpo. Era violación, era incesto, y ella me agradecía.
Durante los meses que cuide de tía Malena, además de usarla como juguete sexual y de disfrutar de su sabroso ojete apretado. Fue el tiempo que más hablé con ella.
Con frecuencia le preguntaba cómo era para ella tener sus crisis. Era información vital para mis sucias travesuras, pero genuinamente me daba curiosidad saber qué es lo que pasaba en su cabeza.
Sin embargo, nunca me pudo dar muchos detalles, en realidad tía Malena no recordaba nada, desde varios minutos antes de tener una crisis. Yo supongo que era como despertar de una borrachera, dónde pese a que todo mundo te dice que estuviste activo varias horas, tu simplemente no recuerdas nada o solo tienes algunos flashes borrosos, que parecen más un sueño lejano.
Fue gracias a tener la seguridad de que a tía Malena se le borraba la memoria desde antes de las crisis, que pude considerar el no dormirla por completo.
Es que, si bien, el abusar de una mujer dormida, de hacerle absolutamente todo lo que quise, sin que ella se pudiera negar. Y que esa mujer fuera nada menos que mi madura y religiosa tía nalgona, había sido sumamente rico y caliente. Pero me moría de ganas de cogerla despierta, de verla reaccionar a mis travesuras, de escuchar sus gemidos, aunque fuera una sola vez. Pero, sobre todo, no quería que todo esto terminara, sin saber si, el bombear mi dura verga por su estrecho canal anal, le producía algún tipo de placer, esa era la pregunta que sabía que, si no contestaba, nunca estaría en paz.
Además, debía, si o si, probar su peluda panocha, aunque fuera una sola vez, pues la había mamado y masturbado hasta hartarme. Pero mi verga no había entrado por ahí nunca.
Para ello, mi plan era muy simple, aunque arriesgado, si no le administraba todo el medicamento, ella permanecería semi consciente, Pero, debía encontrar la dosis adecuada, lo suficiente como para que no pudiera resistirse a mis abusos, y aun así no recordar nada cuando despertara.
Si bien el tiempo no era mi aliado, debía tantear el terreno, para no arriesgarme tanto.
Durante esos últimos días, como si quisiera que todo fuera especial, yo empecé a bañarme y a arreglarme lo mejor que podía por las mañanas para estar con ella.
- ¿Y ahora, por qué tan guapito? Me preguntó sonriente la tía cuando me vio, jajaja, seguro que ya te empiezas a interesar por alguna chica.
-puessss...algo así, le dije nervioso, pues ella me veía con una mirada entre ternura y orgullo.
“En realidad, lo que pasa es que hay una madura a la que me ando cogiendo analmente y ya casi es mi despedida, por cierto, esa madura nalgona, eres tú, tía malena”
- jejej sobrino, ya te estás volviendo en todo un hombrecito, uno muy guapo, por cierto. Dijo orgullosa, sin tener idea de mis sucios pensamientos.
" Pues sí, ya soy todo un hombre, de hecho, me estrene hace algunas semanas, perdí la virginidad con tu culote rico tía Malena, y desde entonces no he parado de darte verga por dónde cagas jajaja, seguro que ya soy un excelente amante, de tanto que he practicado con tu cuerpo"
Independientemente de las guarradas en las que yo pensaba, ese fue el momento en el que más cerca estuvimos de una relación amistosa con la tía...pero se arruinó casi de inmediato pues ella comenzó con un discurso religioso, sobre que el sexo es malo, que el matrimonio, que las buenas costumbres y bla, bla, bla.
- hay tía ¿No me diga que nunca tuvo relaciones, con algún novio, fuera del matrimonio? Le dije desesperado.
- jamás, me dijo indignada, yo nunca cometería semejante pecado, yo soy una mujer de bien y adoradora de nuestro santísimo señor, nunca caería presa de cosas tan mundanas
" Jajaja si supiera que lleva casi tres meses teniendo sexo con un hombre sin estar casada, y que ese hombre es su sobrino, jajaja y que ha sido muuuucho sexo anal jajaja ¿Que diría tía? ¿Cuántos pecados hemos cometido juntos? Jajajaj"
Tía Malena, se veía furiosa e indignada por mi comentario, claramente estaba a punto de meterme un regaño que seguramente le tomaría horas, pero de pronto se quedó callada, le había llegado una crisis. Era mi momento de actuar.
Decidí darle dos gotas menos del medicamento y me quedé atento a los resultados, como siempre la tía se bebió de un trago el vaso con medicina y tras quedarse un tiempo viendo el techo, hablando algunas incoherencias, se quedó dormida. Pero esta vez fue distinto, generalmente caía como piedra en la cama, Pero en esta ocasión, ella se movía en sueños, incluso hablaba, decía frases inconexas.
La dejé dormir casi media hora y empecé a tocarla, pero apenas empezaba a jugar con sus nalgas, cuando levanté la vista, para toparme con su rostro serio e inexpresivo, ella me veía directo a los ojos.
Me llené de terror y salí del cuarto, pensando qué tras tantos meses de gozar, por un simple error, lo había arruinado todo. Pero no.
Afortunadamente al despertar, solo dos horas después, me dijo que no recordaba nada, Pero note que se quedó extrañada de haber dormido tan poco tiempo. Pero me quedo claro, que pude haber abusado de ella y ella ni se habría enterado.
Al día siguiente, no tuvo crisis. Ya solo me quedaban dos días más con ella. Para mí fortuna, el día siguiente, un viernes, tuvo la que sería la última de sus crisis antes de su operación.
Está vez, solo puse, dos gotas de medicina en el agua.
" Que dios me ayudé" pensé al momento de darle a beber. Pasará lo que pasará, estaba seguro de lo que quería hacerle y estaba hasta dispuesto a aceptar las consecuencias de mis actos. Aunque claro que lo mejor sería salirme con la mía una última vez.
Tras beber la medicina, tía Malena se quedó quieta, empezó a cabecear como si tuviera mucho sueño, pero pasado el tiempo, ella no dormía, aunque seguía quieta.
Los minutos pasaban y ella seguía como si nada, solo aparentaba tener mucho sueño, empecé a pensar que la dosis que le había dado había sido muy poca.
- oye, hay que meter a coco y a Milo, antes de que se haga más de noche.
Me lo dijo tan casualmente y viéndome con total normalidad, que pensé que incluso, la crisis se le había pasado, Pero no. Yo sabía perfectamente, pues mamá, hablaba mucho de ello, que coco y Milo, habían sido dos perros que ellas habían tenido de jóvenes.
Estaba a punto de aclararle, que los perros llevaban 20 años muertos, pero me di cuenta que no tenía sentido tratar de razonar con ella. La mente de tía Malena se había ido de paseo, y yo debía aprovechar eso.
- sí, ahora los meto tía male... beba, use el sobre nombre que solo mamá y los abuelos le decían, uno que usaban en su juventud, quise con ello, que no reconociera con quién estaba, y así confundir más su nublada mente.
Deje pasar cinco minutos más, y entonces fue más que claro que tía Malena, no sabía quién era ni donde estaba, se notaba aletargada, y sus ojos se movían de un lado a otro, como si viera algo que no estaba ahí.
De hecho en un momento la cosa se puso un poco tétrica, pues tía Malena, empezó a canturrear una canción de cuna, mientras acariciaba una almohada como si fuera un bebé.
- ¿Beba? ¿Beba?
- quieee pashoooo
Apenas y podía hablar, arrastraba las palabras con mucha dificultad. Había llegado la hora. Era ahora o nunca.
Ella estaba sentada en la cama, con la espalda rígida, parecía una niña pequeña.
- ven, beba, es hora de que te levantes, vamos a salir del cuarto. Le dije extendiéndole mi brazo. una de las cosas que quería lograr era coger con la tía Malena, en cualquier otra habitación, pues hasta ahora solo había sido sobre esa cama y quería un poco de variedad.
Me miró confundida, claramente no entendía nada de lo que pasaba, pero, aun así, tomó mi mano y trabajosamente se puso de pie.
Caminamos con dificultad, ella estaba mareada y se movía muy lento, logré llevarla hasta el sillón de la sala, y la hice sentarse, ella en cuanto tocó asiento, cerró los ojos, parecía ebria.
- te voy a bañar beba, ayúdame a quitarte la ropa.
De forma muy torpe, levantó los brazos y le saqué la playera, luego tiré de sus pantalones cortos y sorprendentemente ella logro levantar las caderas y así pude desnudarla.
Di un par de pasos atrás para verla, yo conocía perfectamente cada milímetro de su madura y gorda anatomía, Pero era la primera vez que la veía totalmente desnuda y eso me gustó mucho, mi verga babeaba y yo hasta sudaba frío. Ella se removía en el sillón, de vez en cuando entre abría los ojos, pero se le cerraban de inmediato.
Me hubiera encantado llevarla al baño, Pero era claro que moverme con ella por la casa, sería muy difícil, así que descarte la idea.
- por favor Diosito, que la tía no se acuerde de nada de esto. Tras ese rezo, dejé de lado todas mis preocupaciones y decidí darme gustó.
Me arrodillé en el suelo, y con ambas manos en sus rodillas, separé sus magníficas y gordas piernas, para exponer su peluda panocha, bien desnuda por primera vez.
Llevaba semana centrándome solo en su culo, así que ya tenía rato de no verle esa pucha rica, fue hermoso verla así, sentada viéndome confundida, con las piernas abiertas totalmente.
- te voy a lavar aquí primero, le dije acercando mi cara, el aroma de su vagina me invadió, era hermoso, de un rápido lametón que recorrió totalmente de arriba a abajo su panocha, Inicie una mamada.
- Humm...ñoooo...ñooo miioe toquisss ashiii. Apenas y se le entendía, trato de cerrar las piernas,.pero estaba demasiado débil, el saber que era parcialmente consciente de lo que le estaba pasando, y que de hecho trataba de resistirse, me excitó aún más si cabe.
- siiii beba, slurp, así, déjate, es importante que te limpie aquí, slurp, slurp, mi lengua no paraba de mamar esa madura vagina, llenando mi boca de sus jugos.
Ella se resistió un poco más, Pero finalmente empezó a reír.
- jijijo, queeemehashesssss, jijijo coshiillitas??
- si beba, te hago cosquillitas ricas ¿Te gustan? Dije fuera de mí, sin dejar de mamar panocha.
pero ya no pudo contestar, solo emitía algunos balbuceos y risitas por lo bajo.
Por mi le hubiera, estado dando lengua a es vagina por horas, Pero está vez, había muchas más cosas en el menú, debía aprovechar bien mi tiempo. Así que deje de mamar, me baje los pantalones y me pare frente a ella.
Tía Malena abrió los ojos por un momento, me vio, mientras me desnudaba, pero seguía tan desorientada que seguramente no acababa de entender nada de lo que ocurría.
- miiieeeeshienntttmmmmaaaiiiilll
- no te preocupes beba, ahorita te voy a dar tu medicina especial, te vas a sentir mejor.
La tome con ambas manos de sus hombros, y tirando de ellos, le ayude a sentarse con la espalda recta en el sillón. Tome su cabeza desde la nuca con una mano, acercándola a mí, mientras que con mi otra mano apuntaba mi dura verga hacia su rostro.
Con solo tocar mi propia verga, quedé admirado, nunca la había visto tan grande, tan gorda y dura, es que la situación me tenía al borde de la locura de tan caliente que me sentía, mi verga se veía imponente y monstruosa, como raras veces la he visto. Hasta me dolía un poco de lo llena de sangre que estaba.
Ella se quedó mirando el enorme camote que había frente a su carita gorda, pero no parecía entender que era ese gordo objeto frente a ella.
- mira beba, está es una mamila especial, está llena de medicina, debes chuparla, para que te puedas sentir mejor, chúpala beba, chúpala mucho.
Pese a su desorientación, la tía Malena, entendía que debía tomar su medicina, como llevaba meses haciéndolo, así que sin decir nada y sin dejar de hacer viscos con los ojos que no se despejaban de mi verga, abrió la boquita y se acercó a la " mamila"
Durante los meses anteriores, yo le había dado a comer verga a la dormida tía Malena, al menos 30 veces. Pero era yo el que tenía que hacer el trabajo, así que el ver que ahora ella solita se la comería, hizo que sintiera mariposas en el estómago y viera como en cámara lenta como su boquita abierta fue apoderándose de la cabezona de mi verga.
Sentí un fuerte calambre surgir desde mi culo, hasta la punta de mi verga, en el momento en el que los labios de mi tía engulleron la cabeza. De inmediato sentí la placentera sensación del calor y humedad de su boquita.
" Puta madre, la tía Malena se está comiendo mi verga, lo hace ella solita y de forma voluntaria, puta madre, puta madre" yo también me sentía drogado, era como un sueño extraño, pero muy rico y cachondo.
Tía Malena engulló la cabeza y un par de centímetros de tronco y dejó su cabecita quieta, Pero de inmediato su boquita se puso a trabajar, como si fuera una becerrita mamando de las ubres de la vaca, su boquita empezó a succionar despacito, queriendo sacarle la medicina a la mamila.
- esooooo bebaaaaa, esoooo, tu sigue chupando la mamila, síguele huuuuuuy, dioooos que ricoooo, chúpamela beba, chupaaaaaa....
Sin dejar de darme esas ricas y delicadas succiones la tía abrió de nuevo los ojos y me miro extrañada, seguía sin entender nada, pero me obedecía.
La dejé succionar a su ritmo durante un buen rato, pero pronto quise sentir aún más placer, así que sujetando su cabeza con ambas manos empecé un lento movimiento de caderas, mi verga empezó a follar la boquita de mi tía.
Ya había hecho eso muchas veces, meter y sacar mi verga de su boca. Pero esta vez era mil veces mejor, ahora ella estaba despierta, me veía confundida con los ojos perdidos, y lo mejor de todo es que mientras yo le daba a comer verga, ella no detenía las succiones, así que el placer se potenciaba muchísimo. Tiempo después, supe que eso todavía no era una mamada en regla, pero aun así, yo estaba disfrutando mucho más de su boquita caliente, de lo que había hecho antes.
Y lo mejor de todo era verla, ver a mi recatada y recta tía comiendo la verga de su sobrino, con carita de niña regañada. No había manera de saber si la tía había mamado verga alguna vez, lo que si creo es que no lo hizo muchas veces a lo largo de su vida. Así que estoy casi seguro que yo fui de los pocos que probo su boquita y quisa el que más disfruto de ella.
Antes de darme cuenta, ya habían pasado casi 20 minutos desde que la tía Malena, empezó a chupar la mamila, mientras que yo me retorcía y gritaba de placer. Gracias a los meses previos de entrenar mi verga en los placeres del sexo, estaba aguantando como un campeón, pero finalmente empecé a sentir que no aguantaba más, mi verga necesitaba expulsar toda su leche y está vez, definitivamente se la daría a beber a mi tía Malena.
- ya viene beba, ya viene tu medicina, acuerdate que te la debes tomar y verás que vas a sentirte mejor. Ella contestó algo, Pero fue imposible entender qué demonios dijo, pues tenía la boca llena de verga.
Entre gemidos y exteriores de placer, me vine dentro de su boquita, la tomé por sorpresa, incluso quiso sacarse mi verga de la boca, pero yo se lo impedía con las manos.
Perdí el control y le enterré la verga hasta el finde de la garganta, pese a su estado de confusión y aletargamiento, ella trato de luchar por respirar, supongo que lo hizo por reflejo. Así que en la lucha por yo venirme en su boca y de ella por respirar. Ella terminó sentada en el piso, conmigo sobre su cara aferrandola. Mientras sus piernas gordas se movían desesperadamente.
- espera beba, no te la tomes aún, le dije sacando mi verga de su boca, enséñame la medicina quiero ver tu boca llena de ella.
Y lo hizo, con expresión de disgusto abrió la boca y me enseñó como su cavidad oral, se había convertido en una piscina llena de semen caliente y grumoso.
Le ordene tragar y que me enseñará su boca vacía, y de nuevo me obedeció, fue maravilloso y muy morboso.
Hasta ahora no me había venido dentro de su boca, pues dormida, podía ser que no tragara y se despertara con restos de mi semen en la boca, y eso habría sido muy peligroso. Pero esta vez como estaba semi consciente se bebió una buena cantidad del semen de su querido sobrino.
" Tu que dudabas que yo fuera, ya, un hombre, y mira, hasta te estás tomando la leche de éste macho jajaja"
- no me gustó esa medicina, sabe raro y me cansé de tanto chupar la mamila, dijo tía Malena, jadeante, sentada en el suelo y viéndome a los ojos.
Lo que me alarmó, fue que ella pudo hablar perfectamente, me pareció una señal de que el medicamento que le había dado, estaba perdiendo su efecto en ella.
Cansado, Pero aún con ganas de mucho más, servi un nuevo vaso con una sola gota de medicina, si la notaba más despierta se lo daría, para atontarla de nuevo.
Me hubiera encantado una segunda sesión con la boca de la tía Malena, estaba seguro que ahora podría aguantar aún más tiempo de ese placer. Pero de nuevo había más cosas que probar.
Mi siguiente meta, era disfrutar por primera vez de la caliente puchita de la tía. Para ese menester salí corriendo al cuarto, pues ahí había dejado tontamente los condones que ya tenía listos para probar su vagina, ya que aún me preocupaba el llegar a embarazarla.
Solo me fui por 30 segundos, pero para cuando regrese a la sala, me arrepentí de no haberle dado la otra dosis de medicina.
Tu Malena estaba de pie, seguía desnuda, se veía cansada, aún no respiraba bien y le escurría saliva desde la barbilla, bajando por su cuello e incluso llegaba a sus tetas. No me había dado cuenta de cuánto salivo, mientras le follaba la boquita.
Volvió a verme, y su mirada ya no estaba perdida, en cuanto me vio, se dibujo una expresión de furia.
-¿ Que crees que estás haciendo? Me dijo, casi gritando.
A mí se me helo la sangre, fui presa de un ataque de pánico, tuve ganas de salir corriendo de la casa, me pensé descubierto.
- estoy harta de ti y de las cochinadas que me haces.
Yo estaba a punto de tirarme al suelo llorando y pidiendo perdón...pero la cosa dió un giro imprevisto.
- ya lo habíamos hablado, Venancio, te he dicho muchas veces que aunque Mauri, es un bebé, debemos esperar a que se duerma, para que te pueda permitir, cumplir tus deberes de esposo.
El alma me regreso al cuerpo. Tía Malena ya no estaba aletargada, Pero su mente aún estaba volando en otro lado, me hablaba como si yo fuera su ex esposo, y acababa de decir que mi primo era bebé, así que su mente estaba en un delirio, en el que había retrocedido unos 7 años en el tiempo.
Seguía sin ser descubierto, y si jugaba bien mis cartas, esa mañana aún podía ponerse mejor...
Nota del autor: pensaba terminar la historia en este capitulo, Pero para no alargarme tanto, lo dejo aquí, y el siguiente será el final de la historia.
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