Este ojete parece el ojo de una aguja de coser cuero, diría que demasiado pequeño. Si le escupes tres veces, comienzas a hurgar con el dedo, le echas otros dos pollos, le pones ahora dos, sigues hurgando hasta que se cuelen tres, vibras la garganta y pegas otro “salibazo”, pruebas con cuatro, notas que te faltan dedos en la mano y ese ojete sigue creciendo, haces punta de lanza, el pulgar en la palma, y empujas, metes el puño entero. No te fíes nunca de las apariencias, engañan, si para hacer el trabajo, eres un maestro.
