Degeneradas Hermanas

heranlu

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Ingrid, es una mujer de 36 años, madre soltera, muy caliente y de mente muy abierta en cuestiones sexuales. Tiene un cuerpo promedio, nada espectacular, pero todo de buenas proporciones, complexión delgada, 1.60 de estatura y se nota a simple vista que ya es madre, posee unos ojos expresivos y una carita simpática. Su hermana Yamica de 34 años, es un poco más robusta, pero sin llegar a ser obesa, es caderona y piernuda y ligeramente mas bajita que Íngrid. Al verlas juntas se nota de inmediato que son hermanas por su gran parecido. Las dos son atractivas, a cualquiera le encantaría tener intimidad con ellas, y algo que también tienen en común, es su gusto y apetito por el sexo. Son muy liberales y siempre están dispuestas a experimentar nuevas sensaciones.

Hace un par de años, Yamica se mudó a la ciudad de Playa del Carmen en Cancún, México, para trabajar en la recepción de un hotel, con el paso del tiempo se estableció allí pues le iba muy bien en su trabajo. Comenzó a rentar un departamento pequeño pero lindo y acogedor. Un año después Ingrid decidió ir a probar suerte a esa ciudad, pues Yamica le había comentado que había oportunidades de trabajo en el hotel donde trabaja. Ingrid decidió hacerle caso a su hermana, dejo a su pequeño hijo Owen al cuidado de su abuela, Doña Margarita, la madre de Yamica e Ingrid, el pequeño Owen tenia en ese tiempo 8 años.

Casi de inmediato a s u llegada a Playa del Carmen, Ingrid consiguió trabajo en el mismo hotel en ele que trabaja su hermana Yamica, solo que, a diferencia de esta, Ingrid se ocupaba en el área de atención al cliente, atendiendo llamadas y agendado reservaciones.

Ahora las dos vivían en el mismo departamento y compartían los gastos, desde su llegada, Ingrid se dio cuenta que su hermana tenia una vida sexual muy agitada, pues al menos 3 o 4 veces a la semana llevaba a algún amiguito al departamento para pasar un buen rato. Esto no incomodo en lo más mínimo a Ingrid, pues las dos hermanas se conocen muy bien y saben de ante mano que tienen un buen apetito sexual.

No paso mucho tiempo cuando Ingrid comenzó a hacer lo mismo, comenzó a tener relaciones ocasionales con amigos que comenzó a conocer y también los llevaba en ocasiones al departamento. Las dos hermanas son muy liberales y no tenían ningún inconveniente al respecto. Cierto día, un fin de semana que las dos tenían libre, sucedió algo entre ellas que cambiaria sus vidas para siempre.

Era un sábado por la mañana, el día anterior las dos inquietas hermanas habían ido a un bar saliendo del trabajo, una cosa llevo a la otra y las dos terminaron llevándose a un chico a su departamento, uno cada quien. El sábado por la mañana a eso de las 10, Yamica se despertó, estaba completamente desnuda acostada en su cama, el chico que se había llevado ya se había marchado. Se quedo acostada un rato en su cama, se sentía agotada por la gran faena que tuvo casi toda la noche, se la habían cogido hasta el cansancio, no recordaba a qué hora se marchó el afortunado hombre que la follo como a una puta, solo sabia que paso un muy buen rato y presentía que a su hermana Ingrid le había ido igual. Por fin, Yamica se levanto de la cama y miro en el suelo su ropa tirada, levanto la tanga que llevaba puesta la noche anterior y se la puso, busco en su cajón una blusa, se la puso y salió de su habitación con rumbo al baño.

Al salir del baño se dirigió a la habitación de Íngrid, no sabía si el chico que su hermana llevo al departamento seguía allí o también se había marchado. Yamica abrió lentamente la puerta de la habitación de Ingrid, y la abrió solo un poco para asomarse. Al mirar hacia adentro vio a su hermana acostada en su cama sola, el chico que estuvo con ella también ya se había marchado. Entonces Yamica abrió por completo la puerta y entro a la habitación de Ingrid, se acerco a la cama y la miro como dormía plácidamente bajo las sábanas. A modo de broma Yamica se aventó a la cama de Ingrid cayendo a lado de su hermana, el movimiento tan brusco hizo que Ingrid se despertara de golpe. Yamica comenzó a reír, “despierta dormilona” le dijo a Ingrid quien, con lo ojos entre abiertos miro a su hermana recostada a su lado.

“¿Qué hora es?” pregunto con voz adormilada Ingrid. “Pues ya pasa de las 10”, respondió Yamica. Ingrid, comenzó a salir de su letargo poco a poco, hasta que por fin pudo abrir bien los ojos. Yamica la miraba con una sonrisa pícara, “se ve que te dejaron super agotada hermanita jaja”. Ingrid sorio, “Ay si, creo que solo dormí como dos horas jaja”

Las dos hermanas se quedaron acostadas un rato, platicando sobre esa noche, sin ningún pudor se contaban sobre como de rico se las cogieron.

“Oye y que tal la tenía el tuyo”

“Pues he tenido mejores, pero no me quejo, estaba gruesa y cabezona, me la metió muy rico la verdad”

“El mío me comió delicioso, se ve que tiene mucha experiencia”

Era parte de la platica que tenían en ese momento las hermanitas, esas platicas ya eran algo normal entre ellas, siempre que llevaban chicos al departamento se contaban todo, aquello las excitaba, las ponía cachondas contarse las cosas que hacían con los hombres, hasta ese día ninguna de las dos lo había mencionado, pero era algo que las dos disfrutaban, contarse con lujo de detalles todo lo que hacían con los hombres que llevaban a su departamento.

Después de platicar por un rato decidieron que era hora de desayunar, así que Yamica se levanto de la cama y salió del cuarto dirigiéndose a la cocina, Ingrid se quedo acostada uno minutos más, hasta que se levanto de la cama, ella también estaba completamente desnuda, pero se puso un short y una playera que tomo de su cajón, salió de su habitación y fue a la cocina donde Yamica ya preparaba hotcakes para desayunar. Ingrid preparo jugo de naranja y café. Finalmente, las dos se sentaron a la pequeña mesa del comedor del departamento a desayunar. Yamica seguía solo con su tanga y su blusa puesta, aquello también era algo normal, son muy liberales y al ser hermanas no veían como algo malo el estar únicamente en ropa interior en el departamento. Aparte de que el clima caluroso hacia que aquello fuera casi necesario en ocasiones. Sin embargo aquello también les resultaba excitante, les gustaba verse así y les producía cierto morbo pero ninguna de las dos lo había mencionado, aunque si habían notado las miradas morbosas que se lanzaban mutuamente siempre que estaban así en el departamento.

Yamica e Ingrid terminaron de desayunar. “te roca lavar los platos” dijo Yamica. “esta bien hermanita” contesto Ingrid. Entonces Yamica se levanto de la mesa y se fue a su habitación. Cuando Ingrid termino de lavar los platos y dejar la mesa limpia fue con Yamica, al llegar a su habitación, la miro acostada en su cama boca abajo mirando su teléfono celular, Ingrid no pudo evitar sentir cierto morbo al ver a su hermana acostada así, la tanga de hilo dental que usaba en ese momento Yamica dejaba ver sus tremendas nalgas de una manera muy sensual. En ese momento una sensación de lujuria recorrió el cuerpo de Ingrid que se estremeció al ver el culo de su hermana tan esplendoroso, sus caderas, sus piernas. Aquella no era la primera vez que la miraba así, pero ese día Ingrid sintió algo muy intenso, ver así a su hermana la puso un tanto cachonda, se podría decir que de tantas veces de que la había visto así, había comenzado a despertar una lujuria por el cuerpo de su hermana, sin imaginar que a Yamica le ocurría algo parecido.

Ingrid se acerco a la cama de Yamica y se acostó junto a ella quedando acostada con su cuerpo de lado, recargo su cabeza en su mano y miro a su hermana.

“que haces”

“Pues nada, aquí viendo que hay de nuevo”

Yamica, continúo mirando su teléfono, sin darse cuenta que Ingrid, acostada a su lado la miraba con lujuria, recorriendo con su mirada todo el cuerpo de su hermanita menor. Llego un momento en que Ingird no se pudo contener más. Yamica interrumpió su navegación en su teléfono repentinamente y volteo a ver con sorpresa a su hermana Ingrid en el momento en que sintió como la mano de esta comenzó a acariciar sus grandes nalgas.

“Ay mensa me espantaste”, dijo Yamica.

“Ay Yami jaja es que no manches, que culote te cargas, disculpa, pero me dio tentación jaja”

Aquello no incomodo ni mucho menos molesto a Yamica, por el contrario, dejo que su hermana Ingrid acariciara a placer sus tremendas nalgas, y al hacerlo Yamica comenzaba a disfrutarlo y sentirse un poco excitada.

“Jaja, te gustan verdad lo sé, me he dado cuenta como me miras el culo con lujuria cabrona”

“Jaja, pues te mentiría si te dijera que no hermanita, nombre, ya me imagino que atascadas se han de dar con tu culote los cabrones que te cogen”

“Pues si vieras que si jaja, y me encanta que me coman el culo y me pongan como perrita uff que rico”

La situación comenzó a excitar a las hermanas, era algo que se veía venir desde hacia tiempo, ninguna de las dos lo había mencionado, o se había dicho algo, pero entre las dos se había desarrollado una tensión sexual que estaba a punto de reventar, verse en ropa interior, contarse todo lo que hacían con los hombres que se las cogían, todo aquello había creando entre Yamica e Ingrid un ambiente sexual que las excitaba. Y repentinamente aquel día las cosas comenzaron a darse de una manera muy natural, era como si las dos hubieran estado esperando el momento en que aquello les reventara.

“No te molesta”, le pregunto Ingrid a Yamica mientras continuaba acariciando y apachurrando su tremendas nalgotas.

“No, por que habría de molestarme, cuantos hombres me han manoseado el culo, no tiene nada de malo que mi hermanita lo haga jaja”, respondió Yamica quien comenzaba a excitarse cada ves mas al igual que Ingrid.

En determinado momento las dos hermanas se quedaron viendo fijamente a los ojos mientras se sonreían mutuamente, había lujuria en sus miradas, y con esas sonrisas y esas miradas parecían estarse comunicando que las dos se deseaban, que querían llegar mas lejos. Repentinamente Ingrid dejo de manosear el culote de Yamica y se coloco encima de ella, el cuerpo de Ingrid quedo recostado sobre el cuerpo de Yamica, entonces a modo de broma, Ingrid comenzó a moverse sobre Yamica, hacia un movimiento como si la penetrara.

“Te voy a violar hermanita jaja, te voy a coger como la putita que eres”, dijo Ingrid, aparentemente en broma, pero con toda la intención de hacerlo en verdad.

“Mmm pues yo encantada hermanita”, respondió Yamica, con una sonrisa picara y ya muy excitada.

Aquello que parecía un juego, era algo más, las dos hermanas sabían lo que estaba a punto de ocurrir entre ellas y eso las ponía muy calientes, sus sexos comenzaban a humedecerse, sus cuerpos vibraban con una lujuria indescriptible.

Ingrid continúo moviéndose sobre Yamica haciendo como so la penetrara, continuo así por un rato mientras las dos sonreían. Llego un momento en que Yamica ya no pudo mas y bruscamente giro sobre la cama quedado acostada boca arriba pero aun con Ingrid sobre ella, quedaron frente a frente, sus caras separadas solo por unos pocos centímetros, se miraron fijamente sonriendo, entonces Yamica llevo sus manos al culo de Ingrid y comenzó a manosearla, acariciando y apachurrando sus nalgas sobre el short que ella tenía puesto, Ingrid no pudo mas y lentamente acerco su rostro al de su hermana y sin pensarlo más comenzó a besarla en la boca, lentamente las dos se fueron fundiendo en un beso intenso, sus lenguas comenzaron a juguetear entre sí, su respiración se hacía más agitada, Yamica comenzó a manosear el culo de Ingird con pasión, después de unos momentos ya se estaban besando con mucha pasión y lujuria.

Unos minutos después, Ingrid se levantó y jalo a Yamica, las dos quedaron paradas sobre la cama sin dejar de besarse, comenzaron a manosearse mutuamente por todos lados, la poca ropa que las dos tenían puesta comenzó a caer sobre la cama. Ya completamente desnudas, las dos hermanas comenzaron a tocarse, a manosearse con mucha lujuria y pasión.

Al tocarse sus sexos las dos se percataron que se encontraban ya muy mojadas, comenzaron a dedearse mutuamente mientras gemían y jadeaban como un par de perras en celo. Por momentos abrían sus ojos para mirarse. Sin importar que fueran hermanas, las dos se encontraban completamente en un trance de lujuria del que no podían escapar. Sin ningún pudor Yamica e Ingrid disfrutaban el momento, dado rienda suelta a su lujuria.

En un momento, sin decir más, Ingrid se arrodillo y comenzó a besar y lamer el sexo de su hermana, la chochita de Yamica estaba peludita y muy mojadita. Yamica tomo con sus manos la cabeza de Ingrid y comenzó a empujarla contra su chocha haciendo que Ingrid la devorara con lujuria.

“oh si que rico no pares” dijo Yamica

Ingrid lengüeteaba la chocha de Yamica, probando su delicioso néctar, oliendo el exquisito aroma del sexo de su hermana, comenzó a dedearla haciéndola gemir muy rico.

Después de un rato, Yamica hizo que Ingrid se acostara sobre la cama, se coloco entre sus piernas abriéndolas y comenzó a devorar el jugoso chocho de Ingrid haciendo que esta se retorciera de placer sobre la cama mientras gemía y jadeaba.

“que rico Yami, ay que delicia”

Chorros del delicioso néctar de Ingrid brotaban se su sexo, Yamica no paraba de comérsela con pasión y lujuria. Al cabo de un rato Yamica se puso como perra, en cuatro, y volteo a ver a Ingrid.

“Ven hermanita, cómeme el culo”

Ingrid sonrió con lujuria y sin decir más se colocó de rodillas detrás de su hermana, comenzó a acariciar y lamer sus nalgas, su lengua lamia sin parar su agujero de Yamica, mientras dedeaba su chocho.

“Ay que rico culote, me encanta”

“Cometelo, putita”

“Mm si, que rico, eres una puta hermanita”

“Somos unas putas hermanita”

Las dos hermanas estaban extasiadas, llenas de una indescriptible lujuria, continuaron devorándose sin parar. En su momento, Yamica también probo el culo de su hermana, la llevo al tocador enfrente de la cama y la recargo en él, se arrodillo y le abrió las piernas, Ingrid parada contra el tocador volteaba a ver hacia tras como su hermana arrodillada detrás de ella le comía el culo con lujuria haciéndola gemir como perra en celo. La lengua de Yamnica lamia sin control el ano de Ingrid, sus dedos se introducían en su chocha completamente lubricada por el néctar que no paraba de brotar.

Después de unos minutos Ingrid se volteó levantó a Yamica, las dos hermanas quedaron frente a frente y comenzaron a besarse como locas mientras no paraban de manosearse. Yamica llevo a Ingrid a la cama y la acostó, después se subió sobre ella para hacer un 69 y poderse comer al mismo tiempo. Las dos devoraban sus sexos como locas mientras no paraban de gemir y gritar, jadeaban como perras en celo, se encontraban en éxtasis. Finalmente, y luego de algunos minutos las dos lograron llegar al esperado orgasmo casi al mismo tiempo, un gran grito de placer de ambas se escuchó por todo el departamento, sus piernas temblaban, sus cuerpos se estremecían, sus gemidos y jadeos eran incontrolables. Yamica dejo caer su cuerpo sobre el de Ingrid mientras las dos disfrutaban de aquel delicioso orgasmo.

Cuando el éxtasis comenzó a pasar, Yamica se levanto solo para acomodarse a un lado de su hermana Ingrid, se quedaron acostadas una al lado de la otra y comenzaron a besarse lentamente.

“No puedo creer lo que acabamos de hacer”, dijo Yamica.

“Pero estuvo increíble”, respondió Ingrid.

En ese momento las dos comenzaron a ser conscientes de lo que acababan de hacer, habían tenido sexo entre hermanas, pero ninguna de las dos se sentía mal por aquello, todo lo contrario, la idea de saberse hermanas y haber tenido sexo las excitaba demasiado. No hablaron mucho al respecto.

“Crees que estuvo mal lo que hicimos”, pregunto Ingrid.

“Mmm, yo no diría que mal, pero pues no es normal, digo no creo que todas las hermanas hagan estas cosas jaja, pero no creo que sea malo, la verdad me encanto, y debo confesarte que sentía que algo así iba a pasar tarde o temprano, la verdad es que me daba mucho morbo verte en ropa interior por el depa, o que tu me vieras a mí, platicar de las travesuras que hacemos, todo eso me ponía cachonda pero no me atrevía a decírtelo.” Respondio Yamica.

Ingrid comenzó a reir “Juramelo, jaja, lo mismo me pasaba a mi”

Y asi, Yamica e Ingrid, simplemente comenzaron a dar rienda suelta a su deseo, a partir de ese día se convirtieron en amantes y hermanas, continuaron llevando su vida normal y llevando hombres a su departamento, pero también casi todos los días comenzaron a practicar sexo entre ellas, cada vez con mas lujuria y deseo. Se volvió algo normal entre ellas, y también las unió más.
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Repentinamente, Ingrid y Yamica comenzaron a tener sexo lésbico incestuoso, las dos calientes y lujuriosas hermanas que sin saberlo fueron desarrollando un deseo mutuo habían iniciado una aventura muy rica entre hermanas. Desde aquel día, en el que sin pensarlo terminaron dando rienda suelta a su lujuria se hizo algo normal y natural tener sexo entre ellas.

Su vida seguía con normalidad en su trabajo en el hotel, varias veces a la semana llevaban hombres a su departamento y seguían disfrutando de deliciosas sesiones de sexo con ellos, sin embargo, aprovechaban cada oportunidad para disfrutar entre ellas. Aprovechaban los días libres que tenían en su trabajo para darse unos buenos encerrones en su departamento y pasar todo el día cometiendo un delicioso incesto lésbico. Con el paso del tiempo sus practicas eran mas morbosas y lujuriosas. Tenían sexo en cada rincón del departamento, dormían juntas, pasaban el día completo desnudas o con ropa interior sexy y provocativa, en fin, a puertas cerradas dentro de su departamento disfrutaban a placer.

Habían pasado ya cerca de dos meses de que habían iniciado su relación incestuosa. Un día, un sábado por la mañana Ingrid y Yamica despertaron juntas, en la misma cama en la habitación de Yamica, la noche anterior habían desatado una tormenta y estuvieron cogiendo como locas por horas. Cerca de las 11 de la mañana comenzaron a despertar, las dos completamente desnudas abrazadas en la cama comenzaron a darse algunos besillos de buenos días, estaba agotadas por la increíble faena de la noche anterior.

Después de pasar unos minutos en la cama se levantaron para ir a desayunar, se quedaron desnudas. Prepararon los alimentos y se sentaron a la mesa, platicaban y se besaban, todo muy normal como ya se había vuelto costumbre en esos fines de semana libres que tenían y aprovechaban para pasarla juntas.

Después del desayuno se fueron a la sala del departamento y se sentaron en el sofá.

“¿quieres ir a la playa?”, pregunto Yamica

“Mmm, no sé, tengo mucha flojera y me siento cansada, anoche me dejaste agotada jaja”, respondió Ingrid

“Etnonces nos quedamos en el depa”, dijo Yamica

“Bueno un rato, porque tenemos que ir a hacer la despensa”, dijo Ingrid

“Ok, me voy a dar un baño”, dijo Yamica

“No, me gusta que huelas a sexo jaja” dijo Ingrid

“jaja, Bueno me quedo así un rato, pero, después me baño ni modo que vayamos todas sucias a hacer la despensa”

En ese momento, Ingrid se levanto del sillón solo para sentarse en las piernas de Yamica, la comenzó a besar lentamente en la boca mientras la rodeaba con sus brazos, Yamica correspondió a los besos de su hermana. Poco a poco aquel beso fue subiendo de intensidad y sus sexos comenzaron a mojarse. Despues de unos minutos, Ingrid se bajo de las piernas de Yamica y se arrodillo en el suelo feente al sillon, abrió las piernas de su hermana y comenzó a lamer el sexo de Yamnica.

“Mmm que delicioso aroma, me enloquece, me provoca”

“Mmm si hermanita que rico, cómeme”

Ingrid comenzó a comerse a su hermana Yamica, quien gemia muy rico pidiéndole que no parara. Pasados unos minutos, Yamica se levanto y tomo por los hombros a Ingrid levantándola.

“Vamos a la cama hermanita”

Las dos se fueron a la habitación de Yamica, y comenzaron una sesión de sexo lésbico entre hermanas muy lujuriosa. Gemidos, gritos, jadeos, mucha pasión y lujuria entre hermanas se desato en ese momento. La tormenta termino cuando las dos lujuriosas hermanas llegaron juntas al clímax frotando sus sexos entre si en una tijera muy rica.

Ya relajadas y acostadas, empiernadas y besándose muy rico Ingrid le dijo a Yamica.

“Oye Yami, tengo que confesarte algo”

Yamica respondió “Mmm dime que es”

Ingrid se quedo callada por unos segundos.

“Pues es que no se como decírtelo, es algo que … no se como lo vayas a tomar”

Yamica, miro a Ingrid y le dijo.

“Pues, así como es, no le des tantas vueltas”

“Ok, ok, te lo diré, así como es porque he pensado en cómo hacerlo, pero no se me ocurre así que lo mejor será que te lo diga sin rodeos. Bueno, pues ya llevamos algún tiempo haciendo esto, y las dos estamos conscientes de que somos hermanas, no es normal que hagamos estas cosas, pero las dos estamos de acuerdo, nos gusta y creo que ni tu ni yo queremos dejar de hacerlo”

“Si claro, es muy rico, a mí me encanta hacer travesuritas con mi hermanita, no es normal, pero es delicioso, además quien dice que no pude ser normal que dos hermanas tengan sexo jaja”

“Jaja, pues si, es muy rico, y lo que te tengo que confesar es algo parecido a esto, bueno tiene que ver con el incesto”

En ese momento Yamica se extrañó y le surgió una gran duda sobre que era lo que le iba a confesor su hermana.

“Bueno ya dime que me tienes que confesar que ya me asustaste jaja”

“Ok, aquí voy… Pues, yo ya había hecho antes algo incestuoso, hace varios años, cuando Owen (el hijo de Ingrid) tenia como un año, un día estaba sola con el en la casa, lo acababa de bañar y lo dejé acostado en mi cama mientas preparaba la ropita que le iba a poner, después me senté junto a él y empecé a secarlo y pues la verdad no se que me paso ese día, te lo juro Yami, no se que me paso pero cuando empecé a secarle el penesito, empecé a sentir cierto morbo, no se porque, pero me quede frotando su penesito con la toalla mas tiempo, y de repente deje de hacerlo con la toalla y así con mi mano empecé a acariciarle el penesito y a jalárselo suavecito, y Owen se empezó a reír, parecía que le gustaba, yo empecé a sentirme excitada, y no me pude contener, no se que me paso, no sé porque lo hice pero después de un rato me acerque a su penesito y empecé a besarlo y a lamerlo, y termine chupándoselo, se lo chupe por un buen rato y el cuerpecito de Owen se movía, se torcía sobre la cama y el se reía, estoy segura que le gustaba, que sentía rico de lo que le empecé a hacer, en ese momento como que me perdí en mi misma y me sentía muy excitada chupando el penesito pequeñito de mi propio hijo, después de un rato como que volví en mí, reaccione y dije que no estaba bien eso y deje de chupárselo. Lo termine de secar y lo vestí, me quede un poco confundida la verdad es que no sabia que me impulso a hacer eso, me sentí un poco culpable y jamás lo volví a hacer, pero hasta la fecha lo recuerdo y me excito de recordar como le chupe su penesito a mi hijo.”

Yamica, estaba completamente sorprendida por la confesión de Ingrid, por unos momentos se hizo un silencio incomodo entre ellas.

“Ay Dios mio, dime algo Yami por favor”

Yamica, comenzó a reír.

“Eres una puta depravada Ingird jaja, como que le chupaste el penesito a mi sobrino a tu propio hijo jaja, eres tan caliente que se te antojo por eso lo hiciste, por caliente, te calentaste al estarle secando el pene a Owen y por eso se lo chupaste jaja,”

La reacción de Yamica sorprendió, pero tranquilizo a Ingrid, al darse cuenta que no lo tomo mal, ni se enojo con ella, ni nada por el estilo. Entonces Ingrid comenzó a reír también.

“No estas enojada o algo asi” pregunto Ingrid

“Para nada, digo, si me sorprende bastante, pero después de lo que tu y yo hemos estado haciendo sería muy hipócrita de mi parte enojarme o tomármelo a mal, es mas debo confesar que suena excitante lo que me contaste jaja”

“En serio” pregunto Ingrid

“Claro, mira que eres una mamá bien depravada jaja pero pues que se podía esperar de ti así como eres de caliente y puta”

“Somos hermanita, somo bien calientes y bien putas”

Bueno, Ingrid se sentía mas tranquila después de haberle confesado aquello a Yamica y que ella lo hubiera tomado tan bien. Después de eso la vida incestuosa entre hermanas continuo con normalidad. Unos meses después, Doña Margarita, la mamá de Ingrid y Yamica quien se había quedado al cuidado de Owen, le telefoneó a Ingrid como usualmente lo hacía, pero en esa ocasión le dijo a Ingrid que seria bueno que se llevara a vivir a Owen con ella a playa del Carmen, estaba creciendo y necesitaba de su madre y ya no era suficiente con las llamadas telefónicas que le hacía, que él la extrañaba mucho. Ingrid se quedo pensando después de esa llamada sobre lo que le dijo Doña Margarita, lo comento con Yamica.

“Pues mamá tiene toda la razón hermana, tu hijo necesita estar contigo, yo sé que te viniste para acá precisamente por él, porque allá no encontrabas trabajo y aquí has estado trabajando y mandándole dinero a mamá para el cuidado de Owen, pero el te extraña y ya van a ser casi dos años que te viniste y no lo has visto en persona, no es lo mimos que le llames por teléfono. Yo creo que ya estas bien establecida aquí, y podrías traértelo a vivir con nosotras.”

La platica con Yamica termino por convencer a Ingrid, tomo la decisión, y le comunico a Doña Margarita que se llevaría a Owen a vivir con ella en Playa del Carmen. Ingrid hizo los preparativos, y acondiciono el cuarto que quedaba libre en el departamento para la llegada de Owen. Un mes después Doña Margarita hizo el viaje a Playa del Carmen para llevar a Owen con su mamá y su tía Yamica.

Owen se puso muy feliz de volver a vivir con su madre Ingrid, Doña Margarita se quedó tres días con sus hijas en Playa del Carmen para después regresar a su ciudad. La llegada de Owen al departamento de Ingrid y Yamica hizo que su estilo de vida cambiara, ya no podían llevar hombres allí, pero las dos estuvieron de acuerdo. Incluso la relación entre ellas cambio y por un tiempo dejaron de tener sexo. No solo Ingrid, también Yamica estaba contentan de tener viviendo con ellas a su sobrino Owen.

Para ese momento Owen tenia ya 8 años, hacia 7 años de la ves que Ingrid le chupo el pene y obviamente Owen no tenía ningún recuerdo de eso, sin embargo, Ingrid lo había comenzado a recordar con mas frecuencia ahora que estaba Osen nuevamente con ella y eso la excitaba, Ingrid trataba de no recordarlo tanto, pero era inevitable cada vez que miraba a su pequeño hijo. Owen era muy tierno y cariñoso tanto con su madre como con su tía Yamica, era dulce y obediente, muy tranquilo y muy listo.

Después de tres meses de la llegada de Owen, un día por fin Yamica e Ingrid tuvieron oportunidad de tener un momento de sexo lésbico entre hermanas, Owen había hecho un amiguito en el edificio donde estaba el departamento de Yamica e Ingrid, y la mamá de su amiguito le había pedido a Ingrid que Owen fuera a jugar y pasar la noche con su amiguito, Ingrid estuvo de acuerdo así que ese día las lujuriosas hermanas pudieron dar rienda suelta su deseo. En tres meses no habían podido tener un momento de intimidad así que esa noche cogieron como locas, hasta estar completamente exhaustas.

Y entrada la madrugada y después de haber satisfecho por varias horas y en varias ocasiones sus deseos carnales, las dos hermanas se quedaron acostadas abrazadas, acariciándose y besándose.

“no sabes que falta me hacía esto” dijo Yamica

“Ay si hermanita, a mi también, siento que iba a enloquecer si no lo hacíamos pronto, ya lo necesitábamos, desde que llego Owen lo dejamos de hacer, y ya no hemos traído chicos al depa, y bueno, yo puedo lidiar con eso porque prefiero que Owen ahora este aquí conmigo, pero creo que no es justo para ti”

“No hermanita, no dogas eso, a mi también me da mucho gusto que Owen este con nosotras, tu sabes que lo quiero mucho a mi sobrinito, y pues no te preocupes, tal vez ya no los pueda traer aquí, pero hay otros lugares a donde puedo ir con ellos jaja”

“Ay Yami, eres la mejor hermana del mundo, te amo, en serio te amo”

“y yo a ti hermanita mayor”

“Oye Yami, recuerdas lo que te conté que le hice a Owen cuando tenía un año”

“Jaja, como se me va a olvidar”

“Pues sabes, desde que llego no puedo dejar de recordarlo, de pensar en eso, antes lo recordaba de vez en cuando pero ahora todos los días cada que lo veo lo recuerdo y la verdad me empiezo a excitar cuando lo recuerdo, no se que me pasa jaja”

“Uy hermanita, pues lo quieres volver a hacer jaja, eso es lo que te pasa, en el fondo estoy segura que te encantaría volver a chupar su pene de mi sobrino, sino por que otra razón te excitas cuando lo recuerdas”

“Pues la verdad es que si jaja, ay no que depravada soy, quisiera volver a chuparle el pene a mi hijo”

“Pues si eso quieres deberías hacerlo”

Al escuchar eso, Ingrid se sorprendió un poco, ya que su hermana la estaba animando a volver a chuparle el pene a Owen y aquello comenzó a excitarla, de hecho Yamica comenzaba a excitarse también con esa idea.

“ay como crees no ya esta grande ahora si se va a dar cuenta jaja”

“pues por eso mismo, esa ves no lo pudo disfrutar, o bueno tal vez si lo disfruto, pero no estaba consciente, en cambio ahora si ya podría disfrutar de una deliciosa mamada de la degenerada de su mami jaja, es mas a mi también me gustaría darle un rico oral a mi sobrinito hermoso”

Aquellas palabras hicieron a Ingrid estremecerse.

“Ay Yami, tu crees que este bien”

“Ay por dios Ingrid, mira como estamos tu y yo, mira lo que acabamos de hacer y lo que hemos estado haciendo desde hace tiempo, que tiene de malo que lo hagamos también con Owen, y así ya no tendríamos que escondernos de él.”

No cabe duda que Yamica era toda una depravada igual que Ingrid, y que estaba tratando de convencer a Ingrid de aquello, cosa que no fue muy complicada.

“Jaja, oye pues tienes razón, seria muy excitante que Owen hiciera travesuras con su mami y su tía, pero, como hacerlo, como iniciarlo”

“Mmm, pues podríamos hacerlo poco a poco, se me ocurre algo, que tal si de repente empezamos a pasearnos por el depa en calzones, estoy segura que eso comenzaría a provocar a Owen”

“Hermanita, eres un genio, si, pero se va a extrañar de que de repente empecemos a hacer eso”

“Pues tratémoslo con la mayor normalidad posible, le explicamos que a veces sentimos tanto calor que por eso andamos así, y que somos su mama y su tía y no tiene nada de malo que nos vea así, entonces Owen se va acostumbrar a vernos así, y al mismo tiempo le va a empezar a dar morbo, y de allí ya solo sería cuestión de tiempo para hacer travesuritas con el”

Ingrid le dio un besote en la boca a Yamica “en serio eres un genio hermanita, entonces que te parece si mañana mismo empezamos”

“Mmm, estoy de acuerdo, mañana cuando regrese de la casa de su amiguito, empezamos a pasearnos en calzones frente a él.”
 

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Las degeneradas hermanas tenían ya un plan y tal cual lo planearon, al día siguiente comenzaron aponerlo en marcha. El sábado al medio día, Ingrid fue a recoger a Owen a la casa de su amiguito que estaba un piso abajo del edificio. Cuando llegaron a su departamento Owen se fue a su habitación a jugar y ver la televisión. De inmediato Ingrid y Yamica se quitaron la ropa quedando solamente en calzones, Ingrid se puso una tanga de encaje blanca que dejaba ver un poco el bello de su chocha y por su puesto sus ricas nalgas, una playera blanca y sus sandalias, Yamica se quedó únicamente con un cachetero de encaje negro, que también dejaba ver un poco su bello intimo y hacia lucir sus tremendas nalgas imponentes, aparte de eso una blusa blanca sin brasier, por lo que se transparentaban un poco sus morenos pezones.

Poco mas de una hora después, era la hora de comer, así que Ingrid llamo desde la cocina a Owen que seguía en su cuarto.

“Owen, mi amor, ven a comer”

Al escucharla, Owen salió de su cuarto y recorrió el pasillo que llevaba a la cocina, tremenda sorpresa se llevo cuando vio a su madre y su tía vestidas de esa forma, las dos estaban paradas junto a la mesa acomodando los platos, notaron la sorpresa de Owen al verlas. Se miraron entre si sonriendo pícaramente. Owen no dijo nada, no sabia que decir, no sabia porque aquellas mujeres estaban vestidas solo en ropa interior, nunca había visto a una mujer así e inevitablemente aquel plan comenzó a funcionar. Entre su confusión, Owen comenzó a sentirse raro, comenzó a experimentar una sensación que nunca antes había tenido, no lo comprendía, no sabia porque su pene de 8 años se había puesto duro al ver vestidas así a su madre y a si tía, no sabia que aquello lo había excitado.

Ingrid y Yamica como si nada, sirvieron la comida y se sentaron a comer sin dejar de cruzar miradas y sonrisas picaras. Finalmente, Owen se animó a preguntar.

“Mami, porque están vestidas así”

“Ah lo que pasa mi amor es que hoy hace mucho calor, y cuando hace mucho calor a tu tia y a mi nos gusta estará vestidas solo en calzones, no lo habíamos hecho desde que llegaste, pero creo que no tiene nada de malo que nos veas así, así que de ahora en adelante nos vas a ver muy seguido así, no te preocupes mi amor, es normal”

Yamica agrego, “Si mi amor, tu no te sientas raro, no tiene nada de malo”

Owen dijo “Ok mami, ok tia”

Pero el pequeño se sentía raro, casi no comió ese día, Ingrid y Yamica terminaron de comer.

“ayúdame a lavar los platos Yami”, dijo Ingrid

Las dos se levantaron de la mesa y se pararon frente al fregadero para lavar los platos, estaban muy excitadas, en cierto momento Yamica boletó ligeramente y pudo notar como Owen que aún seguía sentado a la mesa las estaba mirando.

“Nos esta mirando, estoy segura que le gusta”, susurro Yamica.

“somos unas degeneradas, estoy muy excitada” respondió susurrando Ingrid

Entonces Yamica volteo rápidamente, Owen al notarlo giro su cabeza hacia otro lado.

“No tiene nada de malo que nos veas Owen, no sientas pena, puedes vernos todo lo que quieras”

“Si mi amor, no tengas pena de vernos si quieres”, agrego Ingrid.

“Ok mami” respondió tímidamente Owen quien comenzó a mirar los culos de su madre y su tía.

Ingrid se acercó a la mesa para retirar el plato de Owen.

“ya no vas a comer mi amor”

“No mami”

Ingrid noto que Owen bajo la mirada para mirarle la cuca sobre la tanga, que dejaba verle ligeramente los bellos púbicos.

“Bueno me voy a mi cuarto” dijo Owen quien se levanto de la mesa y se fue caminando a su cuarto con su pene de 8 años bien parado y duro. Al llegara a su cuarto se acostó en su cama y levanto ligeramente el elástico del short que llevaba puesto junto con el de su calzoncillo y miro su pene duro y erecto sin comprender porque al ver a su madre y su tía de esa forma se había puesto así.

“Te apuesto que se excito” dijo Yamica mientras terminaban de lavar los platos.

“Mmm, espero que sí, cuando crees que sea prudente ir más lejos”

“Espera, ten calma, ese momento llegara, vamos a hacer que disfrute vernos así y vamos a disfrutar provocándolo”

Por unos días mas continuaron con el plan de Ymaica, exhibiéndose en ropa interior delante del pequeño Owen siempre que había oportunidad. Con el paso de los días se hizo mas evidente el morbo que despertaban en el pequeño, Ingrid y Yamica comenzaron a notar como se les quedaba viendo, como no podía evitar clavar su mirada en los cuerpos de su madre y su tía, cosa que las excitaba mucho.

Después de un par de semanas decidieron que era tiempo de dar un paso más. Un dia, ya por la noche, mientras Owen dormía ya en su cuarto, Ingrid y Yamica estaba en la habitación de Ingrid acostadas en la cama abrazadas.

“Sabes Yami, creo que es hora de avanzar mas en el plan para seducir a Owen”, dijo Ingrid.

“Y que propones”, respondió Yamica

“Se me ocurrió que, deberíamos empezar a ser mas cariñosas entre nosotras frente a Owen, si la idea es que él se nos una, debemos empezar a crearle la idea de que ciertas cosas son normales, para que el se vaya acostumbrando y no le tome tan de sorpresa cuando por fin hagamos cositas con él”,

“Y qué crees que deberíamos hacer hermanita”

“Pues estaba pensando que deberíamos besarnos ocasionalmente enfrente de él, no me refiero a besarnos como locas, pero si darnos besitos ligeros en la boca, darnos caricias no sé, de repente vas pasando y yo te nalgueo, o de repente estamos viendo la televisión y me siento en tus piernas y nos abrazamos y nos acariciamos, algo sutil, no muy intenso, pero que Owen empiece a ver como nos tratamos, y que el empiece a verlo como algo normal”, explico Ingrid.

“Me parece buena idea”

Entonces las dos hermanas pusieron en marcha la siguiente parte de su plan. El siguiente día era sábado, y como los fines de semana descansaban de su empleo en el hotel, aprovechaban para estar todo el tiempo posible en ropa interior exhibiéndose al pequeño Owen. Entonces por la mañana durante el desayuno, Ingrid usaba una pantaleta de encaje rosa que, hacia juego con su brasier, Yamica tenia puesta una tanga negra que hacía lucir espectacular su imponente culote y una playera blanca.

Los tres, Ingrid, Yamica y Owen estaban sentados a la mesa platicando.

“Y como te ha ido en la escuela mi amor”

“Bien mami…”

Era una platica normal, para ese momento Owen ya se había acostumbrado a ver en ropa interior por toda la casa a ese par de mujeres, y ellas ya se habían acostumbrado a las miradas morbosas del pequeño. Cundo Yamica termino de desayunar se levanto de la mesa para llevar sus platos al lavadero, en ese momento Íngrid que estaba sentada a su lado la nalgueó, Yamica solo la voleo a ver sonriendo. Ingrid noto que Owen se dio cuenta de eso y puso una mirada de sorpresa en su rostro. Acto seguido Ingrid se levantó también de la mesa, para lavar sus platos, se paro junto a Yamica y al hacerlo le dio un beso en la boca y comenzó a acariciar suavemente sus nalgas sobre la tanga. Yamica capto la intención de la acción y le correspondió el beso a Ingrid. Las dos hermanas estaban paradas juntas dándose algunos besitos en la boca, sin ser intenso si se veía muy sensual.

Ingrid volteo y se percato que Owen las miraba incrédulo, nunca las había visto hacer algo así.

“Que pasa mi amor”

“Nada mami”, respondió Owen con vos titubeante.

“Tu tia Yami y yo nos queremos mucho, somos hermanas y no tiene nada de malo que nos demostremos nuestro amor, así que no te sorprendas mi amor”

“Esta bien mami…”

Y así, todo el fin de semana, aparte de pasar todo el tiempo en ropa interior, las dos hermanas comenzaron a darse demostraciones de cariño muy sugestivas delante de Owen, quien se excitaba al verlo, aun sin comprender lo que le pasaba. La siguiente semana transcurrió de la misma forma, con las dos hermanas exhibiéndose en ropa interior y demostrándose cariño siempre que podían delante del pequeño niño.

El siguiente fin de semana llego, era viernes por la noche, las dos hermanas estaban en la sala, Owen se acababa de ir a cuarto pues la película que habían estado viendo termino y el pequeño ya tenia sueño. Ingrid y Yamica estaba solo con su ropa interior como ya era costumbre, durante la película Ingrid había estado sentada en las piernas de Yamica, las dos se acariciaban y se daban besos en la boca, el pequeño Owen casi no puso atención a la película pues pasaba casi todo tiempo mirando a su madre y su tía.

“Te diste cuanta como nos miraba Owen”, pregunto Ingrid

“Si, que rico, no dejaba de vernos, te apuesto que se excita mucho al vernos así”

“Oye Yami, creo que ya es hora”

“Si, yo pienso lo mismo, creo que mi pequeño sobrino ya esta listo para disfrutar con las degeneradas de su mami y su tía, pero como”

Las dos hermanas se quedaron viendo, pensando como dar el ultimo paso de la mejor manera posible.

“Creo que lo mejor seria hacer algo muy directo, sin complicaciones, se me ocurre algo…” dijo Ingrid

Y así, las dos hermanas fraguaron su plan, mismo que pondrían en practica al siguiente día.

El sábado por la mañana, Ingrid y Yamica estaban listas para llevar a cabo el plan ideado por Ingrid la noche anterior. Prepararon el desayuno y llamaron a Owen, el pequeño se levanto de su cama y llego a la cocina donde como ya era costumbre vio a su madre y su tía usando solo ropa interior. Las dos usaban tanga, la de Ingrid era blanca y la de Yamica era negra, también las dos tenían puestas playeras blancas, y no tenían brasier puesto, por lo que se transparentaban ligeramente sus pechos y sus pezones.

Durante el desayuno la plática y todo ocurrían con normalidad, pero Ingrid y Yamica cruzaban miradas picaras, las dos se sentían excitadas por lo que estaban a punto de hacer, sus sexos comenzaban a mojarse. Cuando terminaron su desayuno Ingrid y Yamica se miraron a los ojos, Yamica acento la cabeza como indicándole a Ingrid que estaba lista, Ingrid le respondió de la misma forma, y esa fue la señal para comenzar con su plan.

Las dos hermanas se levantaron de la mesa y llevaron sus platos al fregadero, Owen las miraba como ya era costumbre. Ya estando de pie una al lado de la otra, al igual que lo habían hecho la vez anterior, Ingrid comenzó a darle algunos besitos en la boca a Yamica al mismo tiempo que comenzaron a acariciarse sus culos sobre la tanga mutuamente. Pero en esta ocasión, no solo era para que Owen las mirara y ya, era para provocarlo aún más, en esta ocasión, la cosa no se quedo en eso, porque las calientes y degeneradas hermanas comenzaron a subir la intensidad del beso y las caricias.

Después de unos minutos, ya habían olvidado los platos sucios, y se habían colocado mirándose frente a frente, ya se estaba besando con mucha pasión, incluso usando sus lenguas, y sus manos recorrían sus cuerpos, se manoseaban mutuamente con pasión.

El pequeño Owen no daba crédito a lo que miraba, en cuestión de segundos su pequeña verga se había endurecido, una extraña sensación recorría su pequeño cuerpo mientras miraba el espectáculo que su madre y su tía daban frente a él.

Ingrid y Yamica se besaban con pasión, comenzaban a jadear, y la cosa se puso mas intensa cuando Ingrid tomo a Yamica y la hizo quedar de espaldas a ella, Yamica comenzó a mover su culote, frotándolo en la chocha de Ingrid, quien con una mano comenzó a manosear los pechos de Yamica mientras que con la otra comenzó a frotar su sexo sobre la tanga mientras besaba su cuello.

Owen estaba totalmente descolocado, sin decir nada solo miraba atento lo que su madre y su tía, hacían. El plan era volverlo loco, esperar por su reacción al verlas en tal demostración de amor y lujuria. Después de varios minutos Owen no sabia que hacer, y simplemente tuvo una reacción impulsiva, se levanto de la mesa y se fue a su cuarto completamente desconcertado por lo que su madre y su tía hacían en la cocina. No se sentía asustado ni mucho menos molesto algo así, simplemente se sentía extraño y no supo que hacer mas que irse de aquel lugar y dejar a su madre y su tía haciendo eso.

Al ver esa reacción, Ingrid y Yamica se detuvieron, pero estaba sumamente excitadas, tanto por los besos y caricias como por haber hecho aquello delante de Owen. Se miraron fijamente mientras jadeaban.

“Se fue a su cuarto”, dijo Ingrid

“Debe estar completamente sin saber que pasó aquí”, respondió Yamica

“Bueno, creo que es la hora, esta lista” dijo Ingrid

“Es ahora o nunca, vamos por el…” respondió Yamica.

Y así, las dos hermanas se dirigieron al cuarto del pequeño Owen. Ingrid abrió la puerta y las dos entraron juntas, miraron a Owen que estaba acostadito en su cama y se sorprendió al verlas entrar a su cuarto. Tal cual lo habían planeado, no le darían muchos rodeos, actuarían directas y sin limitarse.

Las dos hermanas se acercaron a la cama de Owen y se quedaron paradas a un lado.

“Mi amor, tal vez te sorprendiste por lo que empezamos a hacer tu tía y yo en la cocina, pero es completamente normal, no es nada malo, ya te lo habíamos dicho, somo hermanas y nos queremos mucho y así nos los demostramos” dijo Ingrid.

“Si Owen, tu mami y yo nos queremos mucho mucho, y hacer eso es como nos lo demostramos, y sabes a ti también te queremos mucho, estamos muy felices de que te hayas venido a vivir con nosotras y queremos demostrarte lo mucho que te queremos…” agrego Yamica.

“Así que no digas nada mi amor y déjate llevar, deja que tu tía y yo te demostremos lo mucho que te queremos…”

En ese momento las dos hermanas se subieron a la cama quedando recostadas una a cada lado del pequeño Owen, el las miraba sin saber que pasaría, sin saber que a sus 8 años estaba a punto de experimentar algo muy rico.

Ingrid y Yamica comenzaron a darle besitos en las mejillas a Owen mientras con sus manos acariciaban su pechito. No paso mucho tiempo cuando Ingrid comenzó a besar a su hijo en la boca, le daba besitos cortos y suaves, Yamica comenzó a hacerlo también, Owen, estaba completamente fuera de sí, no daba crédito a aquello.

“Déjate llevar y disfrútalo mi amor, no digas nada, no pienses nada, ahora solo disfruta este momento”, le susurro Ingrid a Owen al oído.

Entonces Yamica comenzó a quitarle la playera del pijama a Owen, dejándolo desnudo de la cintura para arriba, Ingrid se levanto un poco de la cama y se arrodillo al lado del cuerpecito de Owen, y comenzó a deslizar hacia abajo su pantalón junto con su calzoncillo. Finalmente, Owen quedo completamente desnudo. De inmediato Ingrid y Yamica clavaron sus miradas en el pequeño pene de Owen, esa verguita que estaba completamente dura.

“Mira Yami, que dura esta, ven ayúdame con ella”

Yamica e Ingrid se acomodaron quedando en 4 a los pies de Owen, con sus cabezas justo frente a la verguita del niño, de inmediato comenzaron a acariciar ese pequeño pene, Ingrid, empezó a besarlo y lamerlo mientras Yamica la miraba acariciando los pequeños huevos de Owen.

“Espere tanto tiempo para volver a hacer esto…” dijo Ingrid.

No paso mucho tiempo cuando las dos mujeres ya estaba besando lamiendo juntas el penecito de Owen, quien experimentaba una sensación que lo enloquecía, un placer que nunca había experimentado.

Y así, Ingrid y Yamica, las dos degeneradas hermanas comenzaron a chupar el pene de Owen, se turnaban para chuparlo y después lo besaban y lamian al mismo tiempo. Lentamente Yamica comenzó a bajar el escroto de Owen y comenzó a jalarlo suavemente de arriba abajo, al mismo tiempo que continuaban chupándolo, besándolo y lamiendo. Continuaron con aquello hasta que después de unos minutos Owen comenzó a jadear muy fuerte, su cuerpecito comenzó a estremecerse y dando un grito de placer, experimento su primer orgasmo, uno muy rico y especial que le habían dado las putas de su madre y su tía.

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Las degeneradas hermanas Ingrid y Yamica habían puesto en marcha su plan para integrar a su relación incestuosa al pequeño Owen, el hijo de Ingrid. Allí estaba el pequeño Owen, a sus 8 años había disfrutado por primera vez la deliciosa sensación de recibir un sexo oral y nada más y nada menos que por su madre y su tía.

Su pequeño cuerpo parecía convulsionar sobre la cama al experimentar su primer orgasmo, una placentera y deliciosa sensación que nunca antes había experimentado. Con sus ojos cerrados y su respiración agitada no comprendía lo que acababa de ocurrir, porque su mamá y su tía habían tocado, besado, lamido y chupado su pene, que era eso tan rico que sintió.

Ingrid y Yamica continuaban como perras una al lado de la otra sobre la cama, se miraban entre si con una lujuria indescriptible en sus miradas, sonreían y levantaban sus cabezas para mirar a Owen. Aun acariciaban ese pequeño pene con sus manos. Owen no había eyaculado aun, pero era mas que evidente que si llego al orgasmo. Su pene no se lograba tranquilizar, continuaba erecto.

Las dos hermanas se levantaron y se recostaron nuevamente al lado de Owen, una a cada lado, mientras con sus brazos extendidos continuaban acariciando su pene, comenzaron a besarlo en las mejillas y en la boca.

“Te gusto mi amor, sentiste rico”, pregunto Ingrid

Owen, abrió los ojos y con su respiración agitada y voz temblorosa respondió “Si mami”

“A nosotras también nos gusto y mucho mi amor”, dijo Yamica

“Que… que fue eso”, pregunto Owen

“Shh, por ahora tu solo disfruta mi vida, ya habrá tiempo de explicaciones”, respondió Ingrid

En ese momento, Ingrid y Yamica se levantaron poniéndose de pie sobre la cama, miraban hacia abajo a Owen acostado y comenzaron a quitarse la poca ropa que usaban, al quedar completamente desnudas, los ojos de Owen se clavaron en los cuerpos desnudos de ese par de hembras, su madre y su tía. Ingrid extendió su pierna y comenzó a acariciar la verga de Owen con la planta de su pie derecho. Yamica comenzó a acariciar su propio cuerpo.

“Te gusta vernos desnudas bebe”, pregunto Yamica

“Si, si tía”

“Vamos a hacer cositas que te van a gustar mucho bebe, tu tienes que hacer lo que te digamos y veras que te va a gustar mucho todo lo que haremos”, dijo Ingrid

“Y sabes porque lo hacemos mi amor, porque te queremos mucho, y así como tu mami y yo nos los demostramos, ahora queremos demostrarte cuanto te queremos”, agrego Yamica.

“Ok, ok” respondió Owen.

Ingrid y Yamica seguían de pie sobre la cama, Ingrid seguía sobando la dura y pequeña verga de su hijo con la planta de su pie.

“Ahora mi amor, tu vas a hacernos algo muy rico, tu tía y yo te chupamos el pene, ahora tu nos vas a chupar las cuquitas”, dijo Ingrid al mismo tiempo que se llevo su mano a su sexo y comenzó a sobarlo.

“Te va a gustar micho mi amor, ven…” dijo Yamica mientras con su mano le hizo una seña Owen para que se levantara de la cama.

El pequeño niño se levantó, Yamica lo tomo por los hombros y lo hizo que se arrodillara frente a ellas, volteo a ver a Ingrid, “Tu eres la mamá, así que lo mejor será que la primera chocha que pruebe sea la tuya…”

Ingrid sonrió y le dio un beso en la boca a Yamica en señal de agradecimiento, tomo con sus manos la cabeza de Owen y la apunto a hacia su coño, estaba peludito y sumamente húmedo, comenzó a acercar lentamente la cabeza de su hijo hacia su sexo.

“Mira mi amor, la cuquita de mami, te gusta”

“Creo que si mami”

Las dos mujeres rieron con la respuesta tierna y titubeante de Owen

“Es la primera vez que vez uno mi amor, pero te aseguro que a partir de hoy te va a encantar”, dijo Yamica

“Tócalo mi amor, acarícialo con tus manitas, puedes besarlo y lamerlo, y si extiendes tu dedito vas a sentir que hay un agujero puedes meter allí tus deditos y sacarlos” dijo Ingrid.

Así que tímidamente, el pequeño Owen acerco su cabecita al chocho de su madre y comenzó a lamerlo y besarlo, también con sus manitas empezó a sobarlo, el aroma y el sabor le parecían extraños, pero no le desagradaron, por el contrario, casi de inmediato comenzó a tomarles gusto. A los pocos minutos Owen ya estaba disfrutando de comer el sexo de su madre, lo lamia, lo besaba y metía y sacaba sus pequeños dedos de él. Aquello era indescriptible para Ingrid, su lujuria y depravación parecían llegar al límite, sus gemidos de extremo placer lo indicaban así.

Yamica miraba la escena, extasiada, con gran lujuria en su mirada miraba como su pequeño sobrino devoraba el sexo de su hermana.

“Mmm te esta gustando verdad mi vida”, dijo Yamica.

“Si, si, mucho” respondió Owen con una dulce pero excitada voz.

Ingrid acariciaba la cabeza de Owen mientras gemía como perra en celo.

“Ay Dios mío, que rico, no pares mi amor, cómeme, comete a tu madre”

Después de varios minutos, Yamica estaba ya impaciente.

“Ay hermanita se ve que lo estas disfrutando demasiado, pero deja que mi sobrino pruebe la cuca de su tía también”

Ingrid abrió los ojos y miro a Yamica sonriendo.

“Disculpa Yami, es que esto es el paraíso, pero tienes razón, anda mi amor, ahora prueba la cuquita de tu tía y cómetela tan rico como a mí”

“Si mami”

Owen se acerco entonces al sexo de Yamica que estaba parada a la izquierda de Ingrid, sumamente excitado y habiéndole encontrado un gran gusto a aquello, de inmediato comenzó a comerse a su tía. La reacción de Yamica fue inmediata, comenzó a gemir mientras miraba hacia abajo a su pequeño sobrino arrodillado comiéndole el coño, con sus manos en su cabecita lo empujaba hacia ella para hacerlo que la comiera con pasión.

“Mmm, esta rico también tia”

“Ay si mi amor, cómeme ahh que placer”

Ingrid se arrodillo detrás de Owen, comenzó a besarlo en el cuello mientras el continuaba devorándose a su tía Yamica, extendió sus brazos por delante del cuerpo de Owen y comenzó a jalarle suavemente la verga, con movimiento lentos, jalaba una y otra vez su escroto provocándole aun mas placer a Owen que ya tenia el otro placer del delicioso aroma y sabor del sexo de Yamica.

Los gemidos de Yamica excitaban a Ingrid, lo que provoco que comenzara poco a poco a jalar más rápido la pequeña verga de su hijo, a tal grado que repentinamente Owen volvió a tener un orgasmo, mas rico aun que el primero. Ingrid pudo sentir junto a su cuerpo como el de Owen vibraba, como se convulsiono de placer.

“Ahhh, ahhhh mami, mami que ricoooo” grito Owen.

En ese momento Yamica se arrodillo también frente a Owen quién quedó en medio de los cuerpos de su madre y su tía, Ingrid detrás y Yamica enfrente. Las dos mujeres comenzaron besar al pequeño niño, mientras acariciaban su pene.

“Wow, no se le baja, sigue bien duro”, dijo Yamica

“Eso quiere decir que quiere más, verdad amor, quieres seguir, quieres hacer más cosas”

“Si mami, si quiero”

“Vamos a seguir entonces mi amor”, dijo Yamica.

“Ahora mi amor, también puedes besar y tocar todos nuestros cuerpos, no solo nuestras cucas, todo lo que quieras puedes hacerlo”, dijo Ingrid.

“Ven mi amor, vas a disfrutar todos nuestros cuerpos”, dijo Yamica

Entonces Ingrid y Yamica se acostaron sobre la cama una al lado de la otra.

“Explora y haz lo que quieras mi amor”, dijo Yamica.

El pequeño Owen se coloco en medio de las dos, arrodillado y comenzó a tocar sus pechos y a besarlos, besaba los de Ingrid y luego los de Yamica sin dejar de manosearlos al mismo tiempo. Ingrid y Yamica comenzaron a besarse mientras dejaban que Owen las disfrutara. Owen fue bajando poco a poco, besando los pechos de esas dos mujeres deslizándose hacia abajo mientras besaba sus estómagos y sus vientres hasta llegar a sus sexos, una vez allí empezó a comérselos alternadamente, los lamia, los besaba y los dedeaba produciendo gemidos incontrolables en su madre y su tía. Así paso varios minutos.

“Ahora por detrás mi amor” dijo Yamica.

Las dos mujeres giraron para quedar recostadas boca abajo sobre la cama, Owen estaba arrodillado entre las dos a la altura de sus culos, de inmediato supo que hacer, instintivamente el pequeño empezó a acariciar las nalgas de su madre y su tía, también empezó a besarlas y lamerlas.

“Mmm que rico, te gusta mi amor”, dijo Ingrid

“Si mami, mucho, muchoooo”

“Puedes abrir con tus manitas nuestras nalgas y lamer el agujero mi vida”, dijo Yamica

De inmediato Owen comenzó a hacerlo, lamiendo los anos de Ingrid y Yamica mientras seguía acariciando sus nalgas, todo eso le provocaba un gran placer al niño, escuchar los gemidos de su madre y su tía, comerles los culos, todo le resultaba sumamente excitante.

Cuando Ingrid sintió que el pequeño ya había disfrutado lo suficiente, se levanto quedadondo de pie sobre la cama, le indico a Owen que se acostara.

“Ven Yami, vamos a darle un espectáculo a Owen, vamos a enseñarle lo mucho que nos amamos”

Yamica se levanto y se puso de pie sobre la cama junto a Owen y de inmediato comenzó a besar y manosear a Ingrid. El pequeño Owen miraba con morbo y lujuria lo que su madre y su tía hacían. Y así las dos degeneradas hembras le comenzaron a dar un buen espectáculo a Owen, se manoseaban las chochas y los culos, las tetas, se besaban como locas mientras gemían y miraban a Owen llenas de lujuria.

“Mira bebe, mira cómo nos demostramos amor tu mami y yo” dijo Yamica.

“Te gusta vernos mi amor”, pregunto Ingrid.

“Si mami, si mucho, me gusta mucho”

Ingrid y Yamica continuaron por un buen rato, haciendo de todo frente a Owen, se comieron los chochos, los culos, las tetas, Owen las vio como perras comiéndose los culos, las vio comiéndose al mismo tiempo en un 69, y presenció como llegaron juntas al orgasmo frotando sus sexos haciendo una tijera. Los gritos y los gemidos de su madre y su tía, fueron sumamente excitantes para Owen.

Al tranquilizarse un poco después del éxtasis, Ingrid y Yamica voltearon a ver a Owen.

“Se ve que te gusto mucho mi amor, y se ve que quieres más”, dijo Yamica

“Por supuesto que quiere más, mira cómo tiene la verga”, dijo Ingrid

“sí mami sí, quiero hacer más cosas”

“Pues en ese caso vamos a complacerte mi vida” dijo Ingrid

“Te gustaría que te chupáramos otra vez el pene mi amor” pregunto Yamica.

“Si, tía, por favor otra vez”

“Mmm que lindo y hasta lo pides por favor, en ese caso vamos a darte gusto”

Ingrid y Yamica se pusieron nuevamente como perras con sus caras frente al pequeño pene de Owen y de inmediato comenzaron a chuparlo, pero esta vez lo empezaron a hacer con mucha pasión desde el principio, lamian y besaban su pene y sus pequeños huevos, lo jalaban y lo succionaban como locas. Owen gemía sin control

“Ahhh, ahhh que rico que ricoooo”

Después de un momento Ingrid se levantó dejando sola a Yamica chupando el pene de Owen, se coloco encima de su hijo y se sentó en su carita, de inmediato Owen comenzó a comer el sexo húmedo de su madre que no paraba de chorrear néctar. Ingrid gemían al sentir la lengüita de su hijo en su sexo mientras miraba con lujuria como su hermana seguía devorando la verga de su sobrino. Después de unos minutos las mujeres intercambiaron posiciones, ahora Yamica se sentó sobre el rostro de Owen que estaba mojadito por el néctar de Ingrid, y esta regresó a devorar el pene de su hijo. Los tres gemían de placer, la escena era muy depravada.

Ingrid, noto que Owen estaba ya durando mas tiempo que las primeras dos veces, seña que estaba acostumbrándose a aquello. Entonces dejo de chupar el pene de su hijo.

“Creo que ya está listo para cogernos”, dijo Ingrid

“Mmm si, quiero sentirlo dentro de mi” dijo Yamica.

Ingrid se acostó sobre la cama y abriendo laspiernas le indico a Owen que se arrodillara frente a ella entre sus piernas. Yamica se arrodillo a un lado del niño y tomo con su mano el pequeño pene de su sobrino dirigiéndolo hacia el coño de Ingrid.

“Ahora mi amor, así como nos metiste los deditos, ahora nos vas a meter el pene dentro de las cucas, mételo y sácalo repetidamente” dijo Yamica.

“Adelante amor, has lo que te dijo tu tía”, agrego Ingrid

Yamica encamino a Owen sosteniendo su penecito hacia el agujero de Ingrid, cuando sintió que ya estaba en posición lo solto.

“Adelante mi amor, cógete a tu mami” dijo Yamica

Owen empezó entonces a penetrar a Ingrid, quien apenas y sentía el pequeño pene de su hijo, pero sin importar su tamaño, era mas bien la lujuria, la sensación, la idea de estar siendo follada por su propio hijo lo que la excitaba, lo que la hacia gemir sin control como perra en celo.

Yamica miraba llena de lujuria como Owen follaba a su madre, su sexo chorreaba néctar.

“Asi mi amor, que rico te ves cogiéndote a tu mami, te gusta”, dijo Yamica

“Ahhh si, si tía me gusta mucho esto”

“No pares mi amor, no pares por favor cógeme, ay que delicia” exclamo Ingrid mientras jadeaba como perra sintiendo como su pequeño hijo de 8 años la follaba.

Unos minutos después Owen experimentó un nuevo orgasmo, uno aún mucho más rico que los anteriores, su cuerpo se cimbro y palpitaba entre las piernas de su madre, gemía y jadeaba sin control. Dejo caer su cuerpecito sobre el de su madre, quien lo abrazo y miro con amor y lujuria, Yamica sonreía y miraba sumamente excitada.

El pequeño pene de Owen seguía dentro del coño de Ingrid, palpitante y aun duro.

“Aun esta duro” dijo Ingrid

“Crees poder cogerte a tu tía ahora bebe”, pregunto Ingrid

“Ay si mi amor, por favor ahora métemelo a mi” dijo Yamica

“Si mami, si quiero metérselo a mi tía”

“Mmm wow, pero que energía tiene este niño” dijo Ingrid riendo.

Así que ahora Yamica se puso en posición, se recostó sobre la cama con las piernas abiertas y ahora fue Ingrid quién dirigió el penecito de Owen al coño de Yamica, De inmediato Owen comenzó a penetrar a su tía provocándole la misma sensación que le había provocado a Ingrid.

“Oh por Dios, que ricooooo, que placer” dijo Yamica jadeando

“No se compara con nada” respondió Ingrid.

Y es que a pesar de a ver sido folladas por multitud de hombres mayores y experimentados, nada se comparabas con esa sensación que les producía esa relación incestuosa.

El cuerpecito de Owen se movia adelante y hacia atrás una y otra vez, su penecito entraba y salía del jugoso coño de su tía Yamica.

“Ay que rico que rico siento” decía Owen

Finalmente, Owen dio un gran gemido de placer y se dejo caer sobre el cuerpo de Yamica quien lo recibió abrazándolo y acariciando su espalda. Ingrid se recostó junto a ellos al lado de Yamica y comenzó a besarla. Ahora sí, Yamica sintió como el pene de Owen se ponía flácido dentro de su coño. El pequeño estaba exhausto, agotado y muy pero muy complacido. Owen se quedo dormido sobre Yamica, entonces lentamente lo acomodaron sobre la cama y lo dejaron acostado durmiendo. Paradas a un lado de la cama, desnudas y llenas de placer y lujuria, Ingrid y Yamica contemplaban a Owen, silenciosamente se salieron de la habitación y se fueron a la cocina, tomaron un par de cervezas bien frías del refrigerador y se fueron a sentar a la sala, una a lado de otra se miraba y sonreían.

“Dios mío, en verdad acaba de pasar esto”, dijo Ingrid

“Si hermanita, yo me siento igual, es increíble, pero si, acabamos de tener sexo con Owen”

Las depravadas hermanas continuaron platicando por un largo rato sobre lo que acababan de hacer, comentaban lo excitante y depravado que fue tener sexo con el pequeño Owen a quien dejaron descansar por un buen rato. Unas horas después regresaron al cuarto de Owen y se recostaron junto a él, una a cada lado, como el pequeño ya había dormido y reposado un buen rato, lo fueron despertando poco a poco acariciando juntas su pequeño pene y dándole besitos en las mejillas y la boquita. Owen fue despertando, y miro a su madre y a su tía acostadas a su lado.

“Vamos a hablar Owen…” dijo Ingrid.

Entre las dos le fueron explicando al niño lo que había pasado, tuvieron con el esa platica que los padres suelen tener con los hijos ya mayorcitos, le explicaron las cosas relacionadas al sexo, a la preproducción, le dijeron que aquello que sentía al verlas era excitación, que esa sensación tan rica que había sentido varias veces se llama orgasmo, en fin le explicaron todo lo que el niño tenia que saber para comprender y disfrutar mejor del sexo y principalmente le dijeron que ese era un secreto que tenía que mantener bien guardado, a lo que Owen, con tal de poder seguir disfrutando con su madre y su tía estuvo completamente de acuerdo. A partir de ese día, Ingrid, Yamica y Owen comenzaron una depravada y deliciosa relación incestuosa.
 
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