Anduve con una chica que me calentaba demasiado su cuerpo, en especial las nalgas y como se le enterraban los labios en la almeja, aún no me la había follado pero de imaginar el estar metiéndole la verga de perro en esas nalgotas, ya me ponía la tranca como piedra.
Un día estando en su auto empezamos a besarnos y a acariciarnos, cuándo le ví la raja, estaba bien dilatada y al darse cuenta de mi mirada, me dijo que ese detalle era algo que le hacía sentirse incómoda porque había veces que los tipos la miraban morbosamente, total que se le enfriaron las ganas, nos despedimos y me aclaro que no se sentía bien por lo que había pasado, que ese fin de semana no nos veríamos y que ella me hablaba después
Ya se imaginarán como me quedé, llegando a la casa me hice no se cuántas pajas oliendome los dedos con el aroma a pura panocha de esta chica, después me enteré que ella si había salido con sus amigas y a mí me quiso hacer sentir como culpable. cuando nos volvimos a ver, sostuvo su mentira lo que me molestó demasiado pero no se lo demostré porque ya mis intenciones eran llevármela a follar.
Después de varios cachondeos estábamos los dos bien calientes y lo confirmé al verle la concha inflamada, la llevé a mi casa, media recelosa acepto, y me pidió como condición que no le fuera a decir nada de sus labios vaginales, cuando se desvistió y se acostó le abrí las piernas dejándome a la vista una rajota entre roja y rosada, con una mata de pelos emparejados y sus dos labios gordos que de inmediato me pegué como becerro hasta hacerla venir, y no le dejé de mamar el clítoris hasta que la oi que quería llorar, le pedí disculpas diciendo que era por la excitación pero claramente era por haberme mentido, pude ver qué tenía un labio más grande que el otro y se le habian puesto de color sangre de tanto que se los chupe, pero no le comenté nada.
Después la puse de perro y entre que mi verga estaba desproporcionada por tanta calentura y ella que tenía el coño estrecho, me decía que tuviera más cuidado, lo que me prendó más, le comencé a hablar sucio y se puso más caliente, me saque la verga que me la había dejado blanca de sus jugos, le dije que me la mamara y la escupiera para que resbalara mejor, la volví a poner de perro y de un solo golpe le enterré desde la cabeza hasta donde termina el tallo, mi verga en el culo, sentí que se aflojó como si se hubiera desmayado, después soltó un grito salvaje y empezó a llorar pidiéndome que se la sacará que le estába doliendo horrores, yo sin hacerle caso la seguía bombeando y entonces le comencé a decir de sus mentiras, me pedia perdón me decía que nunca lo iba a volver a hacer, pero que por favor se la sacará porque parecía que le estaban metiendo un tubo al rojo vivo, yo más me prendia y creo más se me hinchaba la cabeza porque ella trataba de evitar que se la metiera hasta el fondo, ya no aguante y le vacíe toda mi leche que igual al sentirla le molestó pero ya no me pedía que se la sacará, así se la dejé hasta el fondo unos dos minutos, se la saqué y ella de inmediato se levantó al baño, no sabía que tenía más hinchados, si los ojos, los labios de la raja o el ojete, desde ese momento pasaron tres semanas sin que me hablara, pero tuvo que reconocer dos cosas, que ella había tenido la culpa y que después de todo le había gustado que me la follara por el ano, porque lo practicamos infinidad de veces.