Asomandome a los hilos que prenden del ovillo de temas, he visto que esta hebra se ha quedado algo olvidada en la trastienda, la he cogido para darle un tirón y al mismo tiempo mirar por ella, ya que mañana es 5 de enero, por lo tanto la noche de Reyes.
Desde muy niño está era la noche que menos he dormido, por estar pendiente de cualquier ruido que llegara a mis oídos. ¡¡Mira si oyera venir a los Reyes Magos llegar a mi ventana cargados de un gran saco en donde fueran todos mis regalos que les reclamaba!!
Así veía venir la claridad del nuevo día, un año tras otro, siempre con la ilusión que en ese día, si me trajeran todo los juguetes enumerados de mi lista.
La mañana del día 6 de enero cuando abría las envolturas de los regalos solo había ropa y algún libro, llorando iba en busca de mi madre; "mamá, mamá, otra vez se equivocaron de lista los Reyes Magos, no va mi camión, tampoco el balón, ni el triciclo, ni el acordeón, solo ropa y un par de libros.
Mi madre me calmaba, decía que me trajeron lo que más necesitaba, ellos eran sabios y lo sabían. Pero espera, quizás haya algo en nuestra ventana, vamos a ver, nos asomabamos los dos, mi mamá y yo con sigilo y efectivamente allí había otro paquete.
Mi alegría era inminente, daba saltos de contento, nervioso de nuevo corría abrirlo. Una gran caja con un órgano de música, un exincastillo, un balón de reglamento de cuero, ¡¡esto si era lo que yo quería.!!
No sabe que te refieres a las monedas con las que tendrá que pagar el dichoso jamón.
