VIOLADA Y SOMETIDA POR LOS AMIGOS DE SU HIJO III

tantomorbo

Virgen
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VIOLADA Y SOMETIDA POR LOS AMIGOS DE SU HIJO III

Al fin de semana siguiente Rosa fue con su hijo a hacer las compras semanales al centro comercial, aparcaron el auto en la segunda planta en un lugar apartado al haber una gran afluencia de gente.

- He quedado aquí con mis amigos - le dio su hijo a Rosa.

Rosa hizo un gesto de afirmación, su cuerpo sufrió una sensación de debilidad, no había visto en toda la semana a Atu y no sabía cómo iba a responder cuando lo viese, estuvieron llenando el carro de compra y pasaron por caja y lo metieron todo en bolsas. En aquel momento aparecieron Atu y Sancho.

Atu le dirigió una mirada socarrona a Rosa que intentó evitarla, se sintió avergonzada y se mostró esquiva. Su hijo se quedo un rato hablando con sus amigos mientras Rosa cargaba el carro con las bolsas.

- Mama voy con Atu a ver un juego para la play - le dijo su hijo

- Vale - asintió Rosa - ya llevo las bolsas al coche

- Ya le ayudo yo - se ofreció Sancho

- Tardaremos un poco - le anuncio su hijo mientras se alejaba con Atu

Rosa se dirigió al ascensor acompañada de Sancho y una vez estaban dentro notó como Sancho la estaba mirando de una forma muy atrevida y como la observaba atentamente de arriba abajo, Rosa vestía de una forma muy cómoda, llevaba una minifalda un camiseta y unas chanclas havaianas que dejaban ver sus pies, ella no pudo reprimir de observarlo a él, un poco más alto que ella y aunque era muy delgado tenía un cuerpo muy atlético.

Cuando salieron del ascensor y se dirigieron al auto se dio cuenta que el parking había quedado vacío y su auto estaba apartado en una esquina, llevaron el carro hasta allí y lo descargaron en el maletero, Rosa se sentó en el lado del conductor y Sancho en el del acompañante.

- Vamos a esperar a que vengan - le dijo Rosa mientras se puso el móvil en las manos para enviarle un whatsapp a su hijo:

Rosa: ¡no tardes! Te espero en el parking

Pedro: esto ésta lleno de gente, tardaremos un poco

Rosa le enseño a Sancho el móvil y la conversación con su hijo y Sancho le quito el móvil de las manos y lo dejo en la guantera

- ¿Qué haces? - le pregunto Rosa extrañada

Sancho se abalanzo sobre Rosa y empezó a manosearle las piernas con una mano y con la otra la agarró por el cuello.

- Déjame - le dijo Rosa sobrecogida

- Ven aquí marrana - le susurró Sancho mientras le levantaba la pierna y la pasaba por encima del cambio de marchas - te crees que no se lo putita que eres.

- Por favor -le rogó Rosa intimidada - no me hagas esto

Rosa intentó resistirse su pie perdió la chancla y golpeaba el salpicadero, la mano de Sancho ya le acariciaba el coño por encima de las bragas.

- Estate quieta! - le ordeno Sancho tajantemente

Rosa se quedo quieta paralizada y miro a Sancho mientras le caían lagrimas por la mejilla y él le aparto las bragas con los dedos y le paso los dedos por la raja suavemente, lo que provoco que Rosa temblase y soltase un jadeo

- Te lo suplico déjame - le pidió Rosa - mi hijo puede venir en cualquier momento

- No te preocupes ya se encargara Atu de tu yo tengamos un ratito aquí solitos - le dijo él

- Puede vernos alguien - exclamaba ella - no me lo hagas… respétame

Sancho le metió dos dedos en el coño y Rosa soltó un gruñido y su cuerpo sufrió un espasmo, los dedos de Sancho empezaron a entrar y salir de su coño cada vez más fluidamente.

- No sigas - balbuceaba Rosa - no quiero que me hagas eso

Sancho se saco la polla con la otra mano y llevo la mano de Rosa a acariciarla mientras ella miro la enorme polla que tenía e hizo un gesto de exclamación.

- ¿Quieres que el tonto de tu hijo sepa lo putita que eres? - le preguntó él

Rosa lo miro e hizo un gesto negativo con la cabeza y empezó a acariciar la polla de Sancho con la mano.

- ¿has visto que polla tengo para ti marrana? - le dijo él

- La tienes muy grande - le contestó ella mientras crecía y se ponía más dura cada vez que la mano de ella la acariciaba

Rosa miraba a todos lados inquieta que no viniese alguien y empezó a gemir placenteramente

- Tienes el coñito mojadito gordita - le cuchicheo él - que guarra que eres

- No me trates como una puta - le pidió ella - me estáis violando

- ¿tú hijo se cayó al suelo cuando le cambiabas el pañal o es así de tonto? - le dijo él humillándola - no sabe lo puta que vamos a hacer a la mojigata de su madre.

- No hables así de mi hijo - le dijo ella enfurecida

- ¿te pone cachonda que tu hijo venga y vea como te tengo espatarrada metiéndote los dedos en el coño? - le musitaba él - y descubra lo guarra que te pones.

Rosa empezó a temblar y miraba a todos los lados para que nadie los viese dentro del vehículo y su pie empezó a golpear el salpicadero y se corrió agarrando fuertemente el volante, sus fluidos se desparramaron por la esterilla del vehículo y se dejo caer encima del volante.

- Chúpamela gorda - le dijo él agarrándola por la cabeza y obligándola - hazme una buena mamada.

- Mi hijo ésta a punto de venir - se excuso ella.

- Yo te aviso si viene - le dijo él empujándola por la cabeza - me pone cachondo que venga tu hijo y tú me la estés chupando.

Rosa le agarró la polla con las dos manos y le dio unos lametones en el glande que arrancaron unos bufidos placenteros de Sancho, su lengua empezó a recorrer aquella enorme polla de arriba abajo.

- Cómo la chupas - le dijo él gratificándola - ¿te gusta chuparme la polla?

- Mi hijo, vigila que no venga - le dijo ella levantando la cabeza y le agarró la punta con una mano y con la otra le hacía una paja mientras le mordía los testículos suavemente

- Divorciada y mal follada - balbuceaba él humillándola - cómo la chupas

Sancho vio que se abría la puerta del ascensor y salían Pedro y Atu y apartó a Rosa rápidamente.

-Arréglate - le dijo él mientras se metía la polla en el pantalón y Rosa se miro en el retrovisor - ya te follare bien follada gorda.

Atu y Pedro se sentaron detrás y Atu se dio cuenta que el pie de Rosa estaba descalzo y Sancho tenía escondida la chancla entre sus piernas y los olores de los fluidos vaginales desparramados le llegaban a su nariz, Rosa miro por el retrovisor y cruzo su mirada con Atu que le dedico una sonrisa socarrona.

- Mira que juego he alquilado para la play - dijo alegremente su hijo - cómo huele aquí.

- A lo mejor se ha roto alguna cosa de la compra - se excuso Rosa, arrancando una risas a los amigos de su hijo (no iba a decir que se había corrido dentro del vehículo) y lanzando una mirada furiosa a Sancho.

Arrancó el vehículo y salieron del parking y Rosa se paro en un semáforo y mientras Atu le enseñaba a Pedro la caratula del videojuego Sancho le dio la chancla que Rosa se puso en el pie avergonzada sin que su hijo se diera cuenta.

-¿ Puedó ir a casa de Atu y quedarme a dormir? - le preguntó Pedro a su madre - tiene un televisor bestial para jugar a la play.

Rosa se quedo indecisa y pensativa y su hijo volvió a insistir y al final después de darle vueltas a la cabeza accedió.

- Vale ¿pero qué vais a cenar? - pregunto ella

-Paramos a comprar una pizza - le contestó su hijo - ¿Tú vas a venir? - le pregunto a Sancho

- Yo no, hoy no tengo la cabeza para jugar a la play - contestó Sancho, prefería ir a jugar con su madre y así lo pensaron también Rosa y Atu - le ayudo a tu madre a descargar la compra y me voy a casa. Rosa paro en una pizzería y le dio dinero a su hijo que se bajo con Atu a buscar las pizzas, cuando se quedaron solos Sancho se saco la polla, le cogió la mano a Rosa y la deposito encima.

- No...no - vociferó ella - ni se te ocurra… déjame… te vas a ir a tu casa

- ¿Quieres que tu hijo sepa qué su madre es una salida y una guarra? - le preguntó él

Rosa lo miró abatida mientras le caían unas lágrimas por la cara, el otro amigo de su hijo iba abusar también de ella… lo que ni dijo es que su mojado coño lo estaba deseando.

Pedro y Atu volvieron con las pizzas y Rosa condujo hasta casa de Atu, podía escuchar las risas de su hijo en la parte de atrás ajeno y sin sospechar que estaba dejando a su otro amigo vía libre para follarse a su madre toda la noche. Cuando llegaron su hijo se despidió de ella con un beso en la mejilla.

- Vamos a tu casa guarra - le ordenó Sancho - te voy a hacer mi putita.
 
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