Hola soy Vicente desde Venezuela, tengo 30 años y soy el mayor de seis hermanos, las demás son todas hembras. Les cuento que una se llama Carla y tiene 24 años. María de 22, Luisa 19, Florencia 17 y la última es Sofía de tan sólo 16 años. Mi madre se llama Sandra y es una mujer divorciada que tiene 49 años pero está muy conservada porque se cuida mucho.
Todo comenzó cuando una noche sentí que mi madre llegó por la noche a la casa después de andar de farra con unas amigas. Ella venía un poco ebria y decidió tomar una ducha para sacarse un poco lo mareado que andaba. Mis demás hermanas todas estaban dormidas. Yo decidí ayudar a mi madre, pero ella ya estaba en la ducha totalmente desnuda masturbándose. Yo quedé atónito cuando ella mencionaba mi nombre frotándose su clíptoris.
Enseguida se me paró mi miembro y me lo saque para hacerme una soberana paja, pero estaba tan excitado que mi madre salió de momento y me encontró. Ella dijo "porque no me habías dicho que tu también me deseabas a mi". Yo sólo le dije que la había escuchado y que estaba dispuesta a complacerla si en verdad lo deseaba.
Sin pensarlo dos veces la tomé por la cintura y bruscamente le metí un dedo en su caliente vagina. Ella se estremeció y me dijo eres un pillin, pero no es eso lo que quiere mami, sino tu duro y rico miembro. Ahí en ese momento la agarre por su cabeza y la puse a que me mamara todo mi guevo, a lo que enseguida se lo metió ansiosamente y me decía que lo quería desde hace tiempo. Cuando estaba a punto de acabar mi madre se dio cuenta y me dijo, quiero que me lo des todo porque quiero saborearla. Derramé toda mi leche espesa y caliente en su garganta y al mismo tiempo sentía como mi miembro agarraba fuerzas de nuevo.
Después la puse en cuatro patas y la penetré hasta el fondo de su vagina. Ella lloraba de emoción y placer, y yo le bamboleabas mis bolas con sus nalgas y al mismo tiempo les acariciaba sus grandes senos. No aguantó más y se dio ella una corrida fenomenal. Le acabé dentro de sus entrañas y me quede un rato adentro de ella para disfrutarla al máximo.
Cuando nos recuperamos del todo mi madre me pidió que aún seguía caliente y que le faltaba algo. Yo decidí metérselo por el culo, y me dijo que no lo había hecho nunca pero que estaba dispuesta si yo era dócil con ella. Le unté un poco de vaselina en su culo al igual que mi miembro y se lo puse lentamente a lo que su ano fue cediendo tranquilamente. Mi madre comenzó a dar gritos y sin darnos cuenta mis hermanas Carla, María y Florencia estaban mirándonos a ambos.
Me asusté y salí disparado, pero mamá tomó la iniciativa y sólo dijo. "Es mi vida y me las respetan".
Esa noche no pude dormir y me paré bien temprano. En la mañana cuando ibamos a desayunar mi madre nos llamó a todos y mis hermanas estaban allí sin decir nada, pero con la mirada decían todo. No estaban muy a gusto.
Mi madre dijo "hijas lo que vieron anoche entre su hermano y yo fue puro mi deseo, así que ustedes deben entenderlo y aceptarlo. Ustedes pueden hacer con sus vidas lo que desean y yo se las respetaré".
Mis hermanas sólo dijeron mamá, que podemos hacer, tu muy claro no los has dicho, es tu vida. A partir de ese día mi mamá dispuso que yo me mudara a su cuarto con ella. Y en las noches hacíamos el amor libremente como una verdadera parejas de esposos. Mis quejidos y el de mi madre se oían por toda la casa.
Desde esa vez en mi casa se notaba un cambio favorable para mí. Mis hermanas había decidido andar desnudas cuando les daba la gana por la casa. Era muy normal ya para mí verle sus lindos senos y sobretodo esa tremenda vagina que se gastaban. Pienso que era una herencia de mi madre.
Un día las cosas empiezan a cambiar, mi madre decide irse a casa de una prima suya por espacio de casi dos meses. Quería cambiar de ambiente y divertirse un poco como lo hacía antes.
Ese día me dijo a mi por ser el mayor, no pelees con tus hermanas, solo hazla muy feliz, mientras que a ellas les dijo las dejo en las buenas manos de su hermano.
Paso un mes y no había vuelto a tener sexo con ninguna mujer, entonces decidí buscarme nuevamente a una novia que había dejado hace cierto tiempo para cojerla. Ella aceptó y fuimos a mi cuarto, la puse a mamar mi verga para después penetrarla por todos los orificios posibles. Como siempre yo de descuidado, no le puse seguro a la puerta de mi cuarto, lo que mis hermanas, todas por supuesto, decidieron entrar y espiarme. Tremenda sorpresa cuando precisamente tenía enculada a mi novia y ella me dijo, por favor mira para atrás, están todas tus hermanas.
Carla, María, Florencia, Luisa y Sofía estaban atónitas y con una cara de excitación que no podían disimular. Me dijeron que tienes tu hermano que eres exitoso con las mujeres en el sexo. Yo solo le dije, sé utilizar y complacer muy bien a las mujeres que les hago el sexo. A lo que mi novia afirmó, "es cierto, sino pregúntamelo a mí que me encanta que me lo haga en cada momento".
Enseguida yo les dije a mis hermanas que me dejaran en paz, o es que acaso ellas querían que las cogiera igual. Florencia dijo por mi no tengo problemas, desde que supe que estaba con mamá eso me ha excitado mucho, y cada noche lo comentamos mis hermanas antes de acostarnos. Yo sorprendido les dije, "carajo, yo podría con todas pero de una en una, porque sino me muero de tan sexo. Así que ustedes deciden como será eso". La única que no estaba de acuerdo era María, que susurró que ella no entraba a ese juego, por lo que mis hermanas le dijeron que era una boba y que ella se lo perdía.
Después que mi novia se fue, me quede muy pensativo y excitado al mismo tiempo por todo lo que había pasado y escuchado. Decidí jugármela toda, total si mamá se enteraba no iba a pasar de un mal rato, aunque no lo creía por otra parte. Salí de mi cuarto y me encontré a Florencia, el morbo me invadía y me hacía sentir como un rey en el país de las mujeres, o como un rey en su harén. Sólo cargaba puesto un short y andaba en bata para dormir, la cual era transparente y se lo podía ver sus senos y sus pantaletas.
No pude contenerme y llamé diciéndole que necesitaba un favor. Ella me miró y me preguntó que cual era, yo le dije que fuéramos a mi cuarto porque debía contarle algo. Mis demás hermanas estaban acostadas aparentemente. Cuando apenas entró cerré la puerta y me quite el short disimulando que me iba a dar una ducha. Como mi miembro estaba erecto, Sofía lo notó y se quedó muda. Yo le dije que le pasaba. Ella tímidamente dijo, no lo que pasa es que tengo la idea que trajistes a tu cuarto para otra cosa. Yo le dije por supuesto que si, te he llamado para tener relaciones contigo y será en este momento. Ella un poco dudosa, dijo que sentía miedo y que la dejara, pero yo astutamente frotaba mi miembro arriba y abajo y ella no quitaba su mirada, y la agarré por el brazo y la tiré contra la cama. Fácilmente le alce su bata de dormir y le baje las pantaletas con un poco de rechazo de ella. Mi fuerza se imponía y le besaba sus senos. No aguantó más y soltó un gemido que me excitó. Me puse sobre su barriga y le metí mi verga en su boca. Entraba con mucha facilidad y rápidamente le acabe en su boca. Iba a botar todo el semen cuando le dije que no, que se lo tragará y así lo hizo aunque con un poco de nauseas.
Volví a tocarla y a los 6 minutos estaba toda erecta mi verga, allí me puse encima de ella y se la coloqué en su vagina y sin pensarlo más se lo metí para reventar su himen. Ella gritaba de dolor y placer y me dijo que no parara, que le diera cada vez más duro. Yo galopaba fuertemente sobre ella sintiendo su humedad, flujo y calentura. Al sacarlo para acabar afuera en su barriga, vi como mi miembro tenía un ligero rastro de sangre de la desfloración. Mi hermana Carla se despertó y al no verla pensó que estaba en la cocina, pero como no la vio supuso acertadamente que estaba conmigo en el cuarto. Busco la llave de mi cuarto, abrió la puerta y yo estaba abrazado desnudo al cuerpo de mi hermana. Cuando vi a Carla, no esperé más y casi sin fuerza le dije, "ahora te toca a ti". Esta fue más fácil, no tuve que tomarla por la fuerza sino que ella accedió, se quito su ligera franela, sus pantaletas y brinco a la cama. María sólo miraba. Le di una mamada a Carla en el culo y vagina que reventó de placer y lujuria. Hicimos el 69 y al rato la penetré por su vagina para sentir nuevamente la rotura de otro himen. Costó un poco pero fue fantástico. A Carla si le acabé todo mi semen adentro porque ella me dijo que el período mestrual se le había quitado hace tres días y que no había ningún problema. Al culminar les pedí que se fuera porque estaban muy cansado y quería dormir. Lo hicieron y dormí cansadamente.
En la mañana mis hermanas habían comentado a las otras lo que había sucedido.
María, Luisa y Sofía eran las únicas de mis hermanas que me faltaban
Todo comenzó cuando una noche sentí que mi madre llegó por la noche a la casa después de andar de farra con unas amigas. Ella venía un poco ebria y decidió tomar una ducha para sacarse un poco lo mareado que andaba. Mis demás hermanas todas estaban dormidas. Yo decidí ayudar a mi madre, pero ella ya estaba en la ducha totalmente desnuda masturbándose. Yo quedé atónito cuando ella mencionaba mi nombre frotándose su clíptoris.
Enseguida se me paró mi miembro y me lo saque para hacerme una soberana paja, pero estaba tan excitado que mi madre salió de momento y me encontró. Ella dijo "porque no me habías dicho que tu también me deseabas a mi". Yo sólo le dije que la había escuchado y que estaba dispuesta a complacerla si en verdad lo deseaba.
Sin pensarlo dos veces la tomé por la cintura y bruscamente le metí un dedo en su caliente vagina. Ella se estremeció y me dijo eres un pillin, pero no es eso lo que quiere mami, sino tu duro y rico miembro. Ahí en ese momento la agarre por su cabeza y la puse a que me mamara todo mi guevo, a lo que enseguida se lo metió ansiosamente y me decía que lo quería desde hace tiempo. Cuando estaba a punto de acabar mi madre se dio cuenta y me dijo, quiero que me lo des todo porque quiero saborearla. Derramé toda mi leche espesa y caliente en su garganta y al mismo tiempo sentía como mi miembro agarraba fuerzas de nuevo.
Después la puse en cuatro patas y la penetré hasta el fondo de su vagina. Ella lloraba de emoción y placer, y yo le bamboleabas mis bolas con sus nalgas y al mismo tiempo les acariciaba sus grandes senos. No aguantó más y se dio ella una corrida fenomenal. Le acabé dentro de sus entrañas y me quede un rato adentro de ella para disfrutarla al máximo.
Cuando nos recuperamos del todo mi madre me pidió que aún seguía caliente y que le faltaba algo. Yo decidí metérselo por el culo, y me dijo que no lo había hecho nunca pero que estaba dispuesta si yo era dócil con ella. Le unté un poco de vaselina en su culo al igual que mi miembro y se lo puse lentamente a lo que su ano fue cediendo tranquilamente. Mi madre comenzó a dar gritos y sin darnos cuenta mis hermanas Carla, María y Florencia estaban mirándonos a ambos.
Me asusté y salí disparado, pero mamá tomó la iniciativa y sólo dijo. "Es mi vida y me las respetan".
Esa noche no pude dormir y me paré bien temprano. En la mañana cuando ibamos a desayunar mi madre nos llamó a todos y mis hermanas estaban allí sin decir nada, pero con la mirada decían todo. No estaban muy a gusto.
Mi madre dijo "hijas lo que vieron anoche entre su hermano y yo fue puro mi deseo, así que ustedes deben entenderlo y aceptarlo. Ustedes pueden hacer con sus vidas lo que desean y yo se las respetaré".
Mis hermanas sólo dijeron mamá, que podemos hacer, tu muy claro no los has dicho, es tu vida. A partir de ese día mi mamá dispuso que yo me mudara a su cuarto con ella. Y en las noches hacíamos el amor libremente como una verdadera parejas de esposos. Mis quejidos y el de mi madre se oían por toda la casa.
Desde esa vez en mi casa se notaba un cambio favorable para mí. Mis hermanas había decidido andar desnudas cuando les daba la gana por la casa. Era muy normal ya para mí verle sus lindos senos y sobretodo esa tremenda vagina que se gastaban. Pienso que era una herencia de mi madre.
Un día las cosas empiezan a cambiar, mi madre decide irse a casa de una prima suya por espacio de casi dos meses. Quería cambiar de ambiente y divertirse un poco como lo hacía antes.
Ese día me dijo a mi por ser el mayor, no pelees con tus hermanas, solo hazla muy feliz, mientras que a ellas les dijo las dejo en las buenas manos de su hermano.
Paso un mes y no había vuelto a tener sexo con ninguna mujer, entonces decidí buscarme nuevamente a una novia que había dejado hace cierto tiempo para cojerla. Ella aceptó y fuimos a mi cuarto, la puse a mamar mi verga para después penetrarla por todos los orificios posibles. Como siempre yo de descuidado, no le puse seguro a la puerta de mi cuarto, lo que mis hermanas, todas por supuesto, decidieron entrar y espiarme. Tremenda sorpresa cuando precisamente tenía enculada a mi novia y ella me dijo, por favor mira para atrás, están todas tus hermanas.
Carla, María, Florencia, Luisa y Sofía estaban atónitas y con una cara de excitación que no podían disimular. Me dijeron que tienes tu hermano que eres exitoso con las mujeres en el sexo. Yo solo le dije, sé utilizar y complacer muy bien a las mujeres que les hago el sexo. A lo que mi novia afirmó, "es cierto, sino pregúntamelo a mí que me encanta que me lo haga en cada momento".
Enseguida yo les dije a mis hermanas que me dejaran en paz, o es que acaso ellas querían que las cogiera igual. Florencia dijo por mi no tengo problemas, desde que supe que estaba con mamá eso me ha excitado mucho, y cada noche lo comentamos mis hermanas antes de acostarnos. Yo sorprendido les dije, "carajo, yo podría con todas pero de una en una, porque sino me muero de tan sexo. Así que ustedes deciden como será eso". La única que no estaba de acuerdo era María, que susurró que ella no entraba a ese juego, por lo que mis hermanas le dijeron que era una boba y que ella se lo perdía.
Después que mi novia se fue, me quede muy pensativo y excitado al mismo tiempo por todo lo que había pasado y escuchado. Decidí jugármela toda, total si mamá se enteraba no iba a pasar de un mal rato, aunque no lo creía por otra parte. Salí de mi cuarto y me encontré a Florencia, el morbo me invadía y me hacía sentir como un rey en el país de las mujeres, o como un rey en su harén. Sólo cargaba puesto un short y andaba en bata para dormir, la cual era transparente y se lo podía ver sus senos y sus pantaletas.
No pude contenerme y llamé diciéndole que necesitaba un favor. Ella me miró y me preguntó que cual era, yo le dije que fuéramos a mi cuarto porque debía contarle algo. Mis demás hermanas estaban acostadas aparentemente. Cuando apenas entró cerré la puerta y me quite el short disimulando que me iba a dar una ducha. Como mi miembro estaba erecto, Sofía lo notó y se quedó muda. Yo le dije que le pasaba. Ella tímidamente dijo, no lo que pasa es que tengo la idea que trajistes a tu cuarto para otra cosa. Yo le dije por supuesto que si, te he llamado para tener relaciones contigo y será en este momento. Ella un poco dudosa, dijo que sentía miedo y que la dejara, pero yo astutamente frotaba mi miembro arriba y abajo y ella no quitaba su mirada, y la agarré por el brazo y la tiré contra la cama. Fácilmente le alce su bata de dormir y le baje las pantaletas con un poco de rechazo de ella. Mi fuerza se imponía y le besaba sus senos. No aguantó más y soltó un gemido que me excitó. Me puse sobre su barriga y le metí mi verga en su boca. Entraba con mucha facilidad y rápidamente le acabe en su boca. Iba a botar todo el semen cuando le dije que no, que se lo tragará y así lo hizo aunque con un poco de nauseas.
Volví a tocarla y a los 6 minutos estaba toda erecta mi verga, allí me puse encima de ella y se la coloqué en su vagina y sin pensarlo más se lo metí para reventar su himen. Ella gritaba de dolor y placer y me dijo que no parara, que le diera cada vez más duro. Yo galopaba fuertemente sobre ella sintiendo su humedad, flujo y calentura. Al sacarlo para acabar afuera en su barriga, vi como mi miembro tenía un ligero rastro de sangre de la desfloración. Mi hermana Carla se despertó y al no verla pensó que estaba en la cocina, pero como no la vio supuso acertadamente que estaba conmigo en el cuarto. Busco la llave de mi cuarto, abrió la puerta y yo estaba abrazado desnudo al cuerpo de mi hermana. Cuando vi a Carla, no esperé más y casi sin fuerza le dije, "ahora te toca a ti". Esta fue más fácil, no tuve que tomarla por la fuerza sino que ella accedió, se quito su ligera franela, sus pantaletas y brinco a la cama. María sólo miraba. Le di una mamada a Carla en el culo y vagina que reventó de placer y lujuria. Hicimos el 69 y al rato la penetré por su vagina para sentir nuevamente la rotura de otro himen. Costó un poco pero fue fantástico. A Carla si le acabé todo mi semen adentro porque ella me dijo que el período mestrual se le había quitado hace tres días y que no había ningún problema. Al culminar les pedí que se fuera porque estaban muy cansado y quería dormir. Lo hicieron y dormí cansadamente.
En la mañana mis hermanas habían comentado a las otras lo que había sucedido.
María, Luisa y Sofía eran las únicas de mis hermanas que me faltaban