Viajando en el Bus

roman74

Pajillero
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Mientras su mano subÃ*a por mi muslo, mas eran mis ganas de saber que se sentÃ*a ser tocada, que el miedo a que mi mamá (u otra persona) notara lo que ocurrÃ*a…



Esto que voy a contar me sucedió cuando tenÃ*a 13 años; comenzaban las vacaciones escolares y yo y mi hermana las Ã*bamos a pasar en Caracas en casa de mi tÃ*a, el carro de papá estaba dañado, por lo cual no nos podrÃ*a llevar él, entonces mi mamá decidió llevarnos en bus, era la primera vez que viajábamos en autobús, pues a pesar de que Ã*bamos a Caracas de tres a cuatro veces al año, siempre nos llevaba papá en su carro.
Llegamos al Terminal y subimos al bus, mi mamá y mi hermana se sentaron en sus puestos y yo sola en el puesto siguiente al de ellas, en realidad yo no querÃ*a sentarme sola pero mi hermana me gano el puesto al lado de mamá (afortunadamente).

Iban subiendo el resto de los pasajeros y yo ni prestaba atención pues miraba por la ventana, en eso, noto que alguien se sienta a mi lado, un muchacho como de 15 años moreno, el pelo algo largo, yo era muy tÃ*mida por lo que me hundÃ* en mi asiento, esperando que no me notara.

Las primeras 2 horas de viaje sin novedad, estaba abstraÃ*da en mis pensamientos mientras miraba por la ventana, el bus hizo su parada, mi mamá y mi hermana bajaron pero yo no quise, en realidad era por que el muchacho a mi lado no tenia intenciones de bajar y no quise molestarlo pasando sobre el, asÃ* que me quede tranquila en mi asiento, a los quince minutos me ofreció un chicle:

- gracias – dije (era y soy una niña muy educadita).

- ¿Vas a Valencia? – me preguntó.

- no, a Caracas.

- ah, pensé que ibas a Valencia, el autobús llega hasta allá.

- no… no, voy a pasar vacaciones en donde mi tÃ*a – le dije.

Y pasamos el rato hablando de todo, del liceo, de los amigos, el autobús arrancó y seguimos hablando ya con más confianza como por una hora más, hasta que me preguntó:

- me das tu número de teléfono – mi mamá volteo y me miro con el ceño fruncido, trague en seco (mi mamá tenÃ*a, bueno tiene solo que ahora no le paro mucha bola, un poder, que solo con la mirada nos hacia temblar).

- nnno… nno… no… tengo… no - le sonreÃ* con nervio y me di la vuelta hacia la ventana.

- es que te querÃ*a llamar… - ni siquiera le respondÃ*, pues mi mamá seguÃ*a mirándome.

Mi mamá se acomodo en su asiento, y él me miraba como preguntándome que pasaba, yo para tranquilizarle hice algo que, tal vez sin mala intención mia, pero que un chamito de 15 años y con la cabeza llena de leche no lo pensarÃ*a igual: con timidez puse mi mano en su pierna.

El me sonrió y yo le respondÃ* con una sonrisa angelical (¡que inocente era! Jajajajajaja).

Entonces él puso su mano en mi pierna, se me cortó la respiración pues ese movimiento me sorprendió mucho, no me lo esperaba y apresuradamente aparte mi mano de su pierna y con un movimiento rápido me sacudÃ* la de él.

Él me sonrió y volvió a poner su mano en mi muslo.

AquÃ* me detengo… en ese momento con 13 años yo era delgada pero mis muslos eran y son gruesos y muy bonitos, ese dÃ*a llevaba una minifalda roja (lo cual se presto a que pasara lo que pasó), blusita blanca y chaqueta roja a juego con la falda.

Su mano en mi muslo, tocaba directamente mi piel, yo tenÃ*a mucho miedo y lo mire a los ojos mientras movÃ*a mi cabeza.

- noooo… noooo – dije bajito.

El se puso muy serio pero no retiro su mano, es más comenzó a moverla lentamente hacia arriba, yo casi no podÃ*a respirar, pero no hice nada, no me retire ni quite su mano, solo esperaba.

Ya yo tenia conocimiento del sexo, pues hacia unos años atrás habÃ*a visto unas pelÃ*culas pornográficas que mi papá escondÃ*a en su cuarto dentro de una maleta en el closet, y el sexo me daba mucha curiosidad, pues a pesar de tener novio desde hacia un año, era una relación bastante inocente, solo de tomarnos las manos, tardamos 6 meses en darnos el primer beso y otros mes más en aprender a usar la lengua; con mi novio, de sexo nada, a pesar de excitarnos cuando nos besábamos mucho rato, yo lo sentÃ*a en él porque se pegaba mucho a mi restregándose contra mi vientre el bulto que se le formaba en el pantalón, y de eso no pasamos, nos tardamos tres años más en atrever a tocarnos, bueno si asÃ* se puede decir pues no nos manoseamos mucho, cuando tuvimos la oportunidad pasamos directamente al sexo (esa es otra historia), por lo pronto sigamos con lo del autobús.

Mientras su mano subÃ*a por mi muslo, mas eran mis ganas de saber que se sentÃ*a ser tocada (no me masturbe hasta los 27 años), que el miedo a que mi mamá (u otra persona) notara lo que ocurrÃ*a, sentÃ* la necesidad de levantar las barreras, arranque el letrero que decÃ*a "CUIDADO, NO PISE LA GRAMA" instintivamente abrÃ* las piernas, puse mi mano sobre la suya y la guÃ*e hacia el rincón inexplorado, sólo sentir el ligero toque de sus dedos sobre mi pantaleta de algodón y todos los músculos desde la cintura hasta la punta de los dedos de los pies se me contrajeron, mi corazón latÃ*a con tanta fuerza que pensé que saldrÃ*a disparado de mi pecho.

Saco la mano bajo mi falda, lo que me hizo reaccionar, lo vi buscar entre sus cosas.

¿Qué habÃ*a pasado? querÃ*a que me siguiera acariciando, necesitaba que me tocara y que llegara más allá…

Esta vez, con toda la mala intención y sin timidez puse mi mano en su muslo, justo en ese momento coloco una chaqueta sobre su regazo y volteó a mirarme, bajo la vista hasta fijarla en mi mano y sonrió, tomó mi mano y la puso sobre su bulto, apreté su verga por sobre el Jean, luego con mi mano extendida lo acariciaba mientras hacia presión con mis dedos hacia adelante y hacia atrás, él echo su cabeza para atrás, levanto las caderas y desabrocho su pantalón, mi mano temblaba mientras se metÃ*a bajo el elástico de su ropa interior, y ahÃ* estaba, la primera verga que tocaban mis virginales manos (en realidad mi mano izquierda), mi primer instinto fue el de apretarlo, no fuerte, pero si lo suficiente para notar lo duro que era, no me atrevÃ* a sacarlo de su prisión de algodón, solo lo estrujaba suavecito mientras él cerraba los ojos y suspiraba quedo, lo que me hizo pensar que le gustaba, con el dedo pulgar le acericie la cabeza, la que para mi sorpresa estaba húmeda, entonces con mi dedo hacia cÃ*rculos en la punta de su pene… no sabrÃ*a decir de que tamaño era, ni como era, nunca se la vi, solo la acariciaba a ciegas, el metió su mano y la puso sobre la mÃ*a, guiando mis movimientos la hacÃ*a subir y bajar mientras se la apretaba, me hizo acelerar el meneo.

Yo estaba calladita y sentada derecha en mi puesto, casi no me movÃ*a para que mi mamá no sospechara nada, solo mi brazo, estirado hacia un lado y mi mano perdida dentro del interior del chamo sentado a mi lado, mientras hacia la primera paja de mi vida.

Hasta que un suspiro mudo y estalló, sentÃ* mi mano mojada pero no era agua, querÃ*a sacarla rápido y ver como era el semen, querÃ*a olerlo y hasta tal vez probarlo, pero el no me lo permitió, rápidamente limpio mi mano con la chaqueta que tenia sobre su regazo y me regalo una sonrisa.

- Gracias – dijo bajito.

- A la orden – le respondÃ* con una sonrisa picara.

Se puso de lado en su asiento dando la espalda al pasillo y tomo mi mano me la acariciaba y yo solo sonreÃ*a casi sin moverme.

-Mari – me llama mi mamá (tremendo susto) como un resorte me movÃ* hacia delante en mi asiento y me pare un poquito para mirarla por sobre el espaldar del asiento de mi hermana – ¿metiste en el bolso la pijama?, ve que después te estas muriendo de frÃ*o…

Y siento una mano bajo mis nalgas, buscando entre mis piernas, las cuales abrÃ* con algo de sorpresa y mucho gusto, apartó la panty e inicio su exploración, ni siquiera entendÃ*a que me decÃ*a mi mamá, pero no me querÃ*a mover, sentÃ*a su mano hurgando en mÃ* y separé mas las piernas y su dedo se poso sobre mi clÃ*toris.

- aaajjaa… sssiiii… – le respondÃ*a a mamá Dios sabe que, mientras movÃ*a las caderas buscando el roce en esa divina pepita.

Él movÃ*a su dedo en cÃ*rculos sobre mi clÃ*toris y me estaba llevando al cielo, yo abrÃ*a mis piernas lo más que me permitÃ*a la situación y el lugar mientras, ahora él me introducÃ*a un dedo en el coño que me hizo saltar.

-¿Qué pasó? – preguntó mamá.

- naada… mme picooo uuuunaa hormiga… creo

Estaba sintiendo cosas tan ricas, que no querÃ*a que parara, movÃ*a suavemente mis caderas mientras el metÃ*a y sacaba su dedo en mi, ¡me estaba masturbando… y era divino!.

Pero, para mi frustración estábamos entrando a Caracas, asÃ* que el resto de los pasajeros empezó a despertar y a desperezarse, por lo que se acabo la diversión, rápido saco su mano de mÃ* y yo me senté como una niña buena.

En lo poco que quedo de viaje, hablamos bajito, yo le dije que venia mucho a Caracas, el me dijo que vivÃ*a en Valencia, a lo que yo le respondÃ* que nunca habÃ*a ido a Valencia, antes de bajar del bus él me regalo un anillo de plata muy lindo, y me dijo:

- No me olvides…

Han pasado casi 20 años y no lo he olvidado y aun guardo su anillo.



Espero les haya gustado, si es asi o igual si no, espero sus comentarios.

Chaito…
 
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