panzer626
Virgen
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VI A MI HIJA DESNUDA DESPUÉS DE AÑOS
Ese día llegué de visita donde mi hija ya que se habían mudado cerca de casa. Viviana, que así se llamaba, era una mujer normal de 26 años, de pelo castaño y liso hasta pasado los hombros. Su cuerpo evidenciaba el paso de los años y su maternidad aunque de modo sutil, dado sus 57 kilos y su 1,60 de estatura. Sus ojitos café brillaban de alegría ese día ya que por fin habían podido comprar la casa que querían.
Yo, como su padre, me sentía feliz por ella, por lo que me encaminé esa tarde para ir a visitarla. Al llegar golpeé la puerta y ella me grita que está abierta, ella ya sabía que iba en camino y mientras tanto decidió bañar a su hijo de 5 años.
-pasa, estoy en la tina.
Me acerqué y la vi ahí, completamente desnuda bañándose con mi nieto en la tina. Sus pechos estaban sobre el agua, por lo que estaban completamente a mi vista. Acerqué una silla y me senté ahí para charlar un rato.
Las burbujas del baño se fueron acabando con los minutos, dejándome ver su cuerpo por completo, hecho que no le importaba en absoluto ya que para terminar de bañar a su pequeño tuvo que abandonar la tina y pararse frente a mí, y por si no fuera poco, se estiraba de un lado a otro para terminar de quitarle el jabón al niño con la manguera de la ducha.
Después de secarlo, lo llevó a su cuarto y le puso las caricaturas. Luego volvió con una lata de cerveza para mí y se metió a la ducha sin correr la cortina, dejándome ver cada movimiento de su cuerpo en su aseo personal.
Charlamos de cualquier cosa y reímos bastante. La mayoría del tiempo estuvo totalmente de frente a mí, por lo que pude ver su cuerpo con todo detalle mientras que lo recorría con jabón, sin llegar a cubrir ningún área por completo.
Esta situación puede parecer extraña cuando menos, pero desde siempre con su madre fuimos abiertos en el tema de la sexualidad con nuestra pequeña Viviana. Cuando niña, si hacía calor, era normal verla en topless, ya fuese con short, jeans o su falda del colegio, viendo la tele o escuchando música; incluso se duchaba con su madre, otras veces conmigo o ambos. La empecé a ver desnuda desde los 8 hasta los 16 cuando dejó de bañarse conmigo, incluso habiéndome contado que ya no era virgen.
Al cabo de media hora llegó su marido. A él tampoco le molesta la situación, ya que la conoció siendo así. Ella salió todavía desnuda, secándose el pelo con la toalla incluso y se dirigió a abrirle la puerta, ya que yo la había dejado cerrada.
Nos saludamos y seguimos charlando. Al cabo de unos 10 minutos mi hija decidió vestirse.
Fue lindo volver a verla desnuda como cuando niña, no sentí nada sexual al verla, sólo la admiré, como se admira a esas mujeres hermosas, desinhibidas y atrevidas que uno ha visto crecer.
Ese día llegué de visita donde mi hija ya que se habían mudado cerca de casa. Viviana, que así se llamaba, era una mujer normal de 26 años, de pelo castaño y liso hasta pasado los hombros. Su cuerpo evidenciaba el paso de los años y su maternidad aunque de modo sutil, dado sus 57 kilos y su 1,60 de estatura. Sus ojitos café brillaban de alegría ese día ya que por fin habían podido comprar la casa que querían.
Yo, como su padre, me sentía feliz por ella, por lo que me encaminé esa tarde para ir a visitarla. Al llegar golpeé la puerta y ella me grita que está abierta, ella ya sabía que iba en camino y mientras tanto decidió bañar a su hijo de 5 años.
-pasa, estoy en la tina.
Me acerqué y la vi ahí, completamente desnuda bañándose con mi nieto en la tina. Sus pechos estaban sobre el agua, por lo que estaban completamente a mi vista. Acerqué una silla y me senté ahí para charlar un rato.
Las burbujas del baño se fueron acabando con los minutos, dejándome ver su cuerpo por completo, hecho que no le importaba en absoluto ya que para terminar de bañar a su pequeño tuvo que abandonar la tina y pararse frente a mí, y por si no fuera poco, se estiraba de un lado a otro para terminar de quitarle el jabón al niño con la manguera de la ducha.
Después de secarlo, lo llevó a su cuarto y le puso las caricaturas. Luego volvió con una lata de cerveza para mí y se metió a la ducha sin correr la cortina, dejándome ver cada movimiento de su cuerpo en su aseo personal.
Charlamos de cualquier cosa y reímos bastante. La mayoría del tiempo estuvo totalmente de frente a mí, por lo que pude ver su cuerpo con todo detalle mientras que lo recorría con jabón, sin llegar a cubrir ningún área por completo.
Esta situación puede parecer extraña cuando menos, pero desde siempre con su madre fuimos abiertos en el tema de la sexualidad con nuestra pequeña Viviana. Cuando niña, si hacía calor, era normal verla en topless, ya fuese con short, jeans o su falda del colegio, viendo la tele o escuchando música; incluso se duchaba con su madre, otras veces conmigo o ambos. La empecé a ver desnuda desde los 8 hasta los 16 cuando dejó de bañarse conmigo, incluso habiéndome contado que ya no era virgen.
Al cabo de media hora llegó su marido. A él tampoco le molesta la situación, ya que la conoció siendo así. Ella salió todavía desnuda, secándose el pelo con la toalla incluso y se dirigió a abrirle la puerta, ya que yo la había dejado cerrada.
Nos saludamos y seguimos charlando. Al cabo de unos 10 minutos mi hija decidió vestirse.
Fue lindo volver a verla desnuda como cuando niña, no sentí nada sexual al verla, sólo la admiré, como se admira a esas mujeres hermosas, desinhibidas y atrevidas que uno ha visto crecer.