-
Veraneos en Familia – Capítulo 05
Al día siguiente salimos relativamente temprano, todas querían tomar el primer sol de la mañana. Partimos de camino a una cala que estaba a unos ocho kilómetros y gracias al todo terreno pudimos bajar por un camino de cabras casi hasta la misma orilla. Todas llevaban ya el bikini puesto y con una camisola que les llegaba hasta la mitad de los muslos, algo práctico para ir a la playa. La cala no debía de tener más de cincuenta metros y de momento parecía que éramos los únicos bañistas.
– A Pedrito no le importará que tomemos el sol en topless! Le sugirió Candi a mi madre.
– No creo, pero a mí no me digas nada, díselo a el, jajaja! Río mi madre.
– Para nada tía, tomar el sol como queráis! Sonreí yo pensando en cómo ya me había comido esas tetas.
Extendimos las toallas cerca de donde llegaba el agua y rápidamente se quitaron las camisolas. Mi madre llevaba un bikini naranja que al verla casi me da algo. Sus bonitas tetas, de talla noventa, sobresalían entre la poca tela que tenía la parte de arriba, y el tanga era del mismo estilo al que les había visto a mis tías. Sus dos glúteos redondos y algo respingones se veían desnudos y brillantes entre las cintas que se suponía que debía de ser el tanga.
Cuando se giró y la vi de frente pude contemplar las cintas que bajaban hasta el pubis donde formaban un pequeño triángulo naranja que tapaba mínimamente su intimidad.
Mi hermana llevaba uno blanco con motas negras y era del mismo estilo. No le queda mal, pensé al verla, sobre todo su culo, que estaba prácticamente desnudo, tan solo se veía una parte de la tira del tanga, el resto se le había metido entre los dos glúteos. “ Está para follárselo! “ pensé al verla. Mi mente salida no podía salir del bucle en el que andaba casi de continuo. En la parte de arriba lo que más destacaba eran sus grandes pezones, herencia de familia, que se le marcaban escandalosamente sobre sus pequeñas tetas.
Mis tías también se habían puesto otros diferentes a los del día anterior, pero solo cambiaba el color, el estilo era el mismo dejando ver sus bonitas carnes, debían de haber sido ellas las que habían convencido a mi madre para que se comprara uno de su estilo.
Mis dos tías se destetaron de inmediato y mi mente perturbada y salida comenzó a trabajar sin que yo le diera permiso. Decidí irme al agua antes de que se me notará el bañador abultado. Me metí hasta algo más de la cintura y comencé a mecerme con las olas. El agua estaba fresca, algo que me vino bien para serenar las hormonas, me giré para mirar hacia la orilla y vi que mi madre se había metido en el agua y venía hacia mi. Su sonrisa era esplendida y sus tetas maravillosas, lo siento, pero no podía evitarlo, realmente mi madre es la que más me atraía de las cuatro mujeres.
– Que fresquita está! Me dijo dando pequeños saltos a unos dos metros de mi.
– Si maná! A mi me gusta así! Le dije alargando mi mano para que se cogiera a ella.
– Ahí me debe de cubrir! Dijo alargando la suya. Mi madre era de la estatura de Candi, y casi le sacaba la cabeza.
– No te preocupes que yo te sostengo! Cuando llegó con su mano a la mía tire de ella y se agarró con un brazo a mi cuello dejando el otro para sustentarse en el agua. Noté una de sus tetas en un lado de mi pecho y sentí algo especial, creo que lo que sentía era lo salido que estaba.
– Ahh, que bien! Ahora me siento más segura! Te lo estás pasando bien, hijo? Me preguntó manteniendo su esplendida sonrisa mirándome a los ojos.
- De momento bien, pero acabamos de llegar! Dije intentando disimular lo encantado que estaba.
- Las tías son estupendas, verdad!
- Recordaba lo bien que me trataban cuando era un niño, y no han cambiado!
Mi respuesta hubiera sido “Son la leche! “ Pero no era plan decirle eso a mí madre.
- Me encanta su casa y este sitio. Me pasaría los dos meses de verano aquí, pero en agosto tengo que trabajar. Tu que vas a hacer? Mi respuesta estaba clara pero no quería dejarlo tan claro.
- No sé, ya veré, depende como me lo esté pasando!
- Es una pena que tu padre no haya podido venir. Aunque cuando estamos en casa tampoco lo veo, vamos que cualquier día llega y no le conozco. Dijo al final con cierta tristeza.
- Ya sabes cómo es, él y su trabajo, y poco más. Pero bueno este sitio es estupendo y me alegro que estemos los tres. – dije para quitar hierro al asunto – Además, me tienes a mi, que voy a balancearte por encima de las olas!
Dije finalmente cogiéndola con las dos manos para subirla y bajarla según venían las olas.
- Jajaja, que bien! Como me gusta! Dijo abrazándose a mi cuello.
Ahora se había pegado a mi y prácticamente me metía las tetas en la cara. Si se hubiera dado cuenta de lo salido que estaba creo que no lo hubiera hecho. Yo la tenía agarrada por la cintura y estaba disfrutando de ese momento como un niño cuando le dan el juguete que lleva tiempo esperando. Notaba sus tetas, su vientre casi plano y sus muslos enroscándose a mi cintura, y por supuesto, sentía como mi polla me daba indicios de enderezarse. No sabía cuánto tiempo podría mantenerla tranquila, era algo que apenas podía controlar.
Mi madre seguía disfrutando abrazada a mí, supongo que ajena a lo que me estaba provocando. Yo estaba tan obsesionado con su cuerpo que no podía desaprovechar aquella oportunidad. Decidí bajar las manos para sujetarla del culo.
- Ten cuidado que te escurres! Dije para disimular.
Mis dedos se clavaron suavemente en sus deliciosos glúteos desnudos y continúe empujándola hacia arriba cuando venían las olas. Ella no decía nada, tan solo reía y disfrutaba. Al cabo de un rato noté que mi erección ya era incontrolable y temí que lo notara. Me moví hacia la orilla con ella en brazos y cuando supe que hacía pie la solté suavemente.
- Me voy a nadar un rato!
- Gracias hijo! Y me dio un sonoro beso en la mejilla.
– Me lo he pasado muy bien! Tenemos que repetirlo!
Me deslice con rapidez hacia por el agua y comencé a nadar con la polla totalmente tiesa. “ Seguro que lo ha notado! “ pensé mientras nadaba mar adentro. Cuando mi polla bajó, volví hacia la orilla y vi a las tres hermanas tumbadas boca arriba con las tetas al sol. “ Joder, que difícil va a ser esto! “ Pensé al ver que mi madre también se había destetado. No sabía qué hacer, si me tumbaba al lado seguro que se me volvía a poner tiesa y eso iba a ser muy embarazoso. Decidí irme al lado de mi hermana que estaba algo más atrás. “ Espero que no me de un bufido! “ Pensé mientras me acercaba con la toalla en la mano.
- Puedo tumbarme a tu lado?
- Si, claro! Me contestó con las gafas de sol puestas. Me extrañó su respuesta, fue afable y no me soltó ningún improperio.
- Que te parece este sitio? Le dije para entablar conversación.
- Está bien! Sobre todo porque no hay gente.
La noté diferente, me dio la impresión que algo no iba bien.
- Estás bien?
- Si, por qué me lo preguntas?
- No sé, no me has soltado ninguna de las tuyas!
- Quizás me haya cansado!
- Así? De una vez? No me lo creo!
Tardó un rato en contestar mientras me tumbaba a su lado.
- Bueno, te lo diré! Anoche discutí con Carlos. Se puso bastante idiota y le dije cuatro cosas y el muy capullo me dice que se ha acabo, que no me aguanta más. ¡Será gilipollas! La que no le aguanto soy yo!
Se dio la vuelta sobre la toalla y se puso boca abajo. Mi mente de salido no pudo evitar que mis ojos mirarán su culo, creo que ya os he dicho que me flipaba. Sacudí la cabeza para quitarme esas ideas perversas y intenté escucharla.
- Si le tenía que haber dejado hace tiempo, joder!
Mi hermana seguía hablando, no sé si me lo contaba a mi o si se lo contaba a sí misma. No obstante, intenté consolarla.
- Relájate Sonia. Como bien dices, es un gilipollas. Seguro que conoces a alguien más majo!
Noté que rompía a llorar intentando que no se notara. Le puse la mano en la cabeza y la acaricie el pelo. Le duró pocos segundos, se levantó levemente las gafas y se limpió las lágrimas. No dije nada, esperé a que se serenata y dijera ella algo.
- Gracias Pedrito!
Joder, me había dicho gracias, no recordaba si lo había hecho alguna vez en su vida.
- Bahh, no hecho nada!
- Me has escuchado, y eso es mucho!
- Bueno, querida hermana, eso es que hablamos poco, quizás si habláramos más nos daría tiempo a escucharnos.
Giró su cabeza para mirarme como con asombro.
- Anda, pero si ahora el salido resulta que va para filósofo! Me dijo riéndose.
Ahora parecía que volvía a se ella.
- Pues no lo había pensado, pero lo pondré en la lista de posibles futuros!
- Jajaja, anda tonto ven! Se incorporó un poco para darme un abrazo y después me besó la mejilla.
- Me gusta meterme contigo, pero en el fondo te quiero, aunque me sea difícil demostrarlo.
Me dejó descolocado, sin saber que hacer ni que decir. Se volvió a tumbar boca abajo.
- Anda, dame crema en la espalda! Seguro que con lo salido que estás hasta se te pone dura! Dijo riéndose al final.
Si me había descolocado antes, ahora lo había hecho más. Cogí la crema que la tenía en un lado y me unte las manos, las puse a unos centímetros de su espalda y dudé unos instantes. Finalmente las posé con suavidad, como esperando una reacción brusca pero no ocurrió. Comencé a pasar las manos impregnadas sobre su piel, estaba suave, casi sedosa, fui haciendo pequeños círculos y de repente me pidió que le desabrochara el bikini. Mi cabeza iba de sorpresa en sorpresa, pero no dude, se lo desabroché y continúe frotando. Subía hasta el cuello y después bajaba lentamente por la columna hasta su delicioso culo, mejor dicho, hasta la tira del tanga, no me atrevía a tocarla el culo.
- La verdad es que no lo haces nada mal!
La relación con mi hermana parecía haber dado un vuelco en unos minutos y en el fondo me sentía bien, contento, diría que hasta feliz.
- Dame también en las piernas!
Me puse más crema en las manos y comencé desde los tobillos, subiendo lentamente, pase por las corvas y continúe subiendo por la parte exterior de sus muslos. Estaba en el sitio que me flipaba, esos muslos que subían hasta su delicioso culo. Mi mente calenturienta volvió a indicarme que estaba en la postura ideal para follármela. Sacudí la cabeza de nuevo y continúe por el exterior hasta la tira del tanga y volví a bajar por el mismo sitio.
- Se que te gusta mi culo y ahora que te dejo que me lo toques veo lo vas a dejar sin crema! Venga, no te cortes que no quiero luego que se queden marcas!
Esto ya era demasiado, estaba flipando en colores. Me entró una especie de escalofrío mirándola el culo y sabiendo que estaba a punto de sobárselo. Llegue con las manos hasta el y las moví en círculo, su deliciosa carne se movía levemente a la presión de mis manos y podía notar su balanceo y una agradable dureza.
Noté como mi polla hacia indicios de enderezarse y me mordí el labio sin saber que hacer, si dejaba de sobarla quedaría como un gilipollas y si seguía seguro que mi polla acabaría dura. Intenté pensar con rapidez. “ Bueno, pues si ella notaba que se ponía dura no pasaría nada, ya sabía que estaba más salido que el mango de una sartén, con lo cual no la extrañaría demasiado “.
Continúe sobándola el culo y baje lentamente por el interior se sus muslos. Al notar mis dedos los abrió. Ufff, un calor intenso fue de los pies a mi cabeza, creo que debí ponerme más rojo que un tomate maduro. Metí mis dedos por el camino que había abierto y lo sobe con suma delicadeza. Hizo un leve movimiento, como para colocarse mejor y pude ver una parte de los labios abultados de su coño, esto también debía de ser cosa de familia. Mis dedos llegaron muy cerca, sumamente cerca, lo medí al milímetro para quedarme a punto de tocárselos, pero sin hacerlo.
Volvió a moverse levemente sin decir nada, llegue a pensar que quizás se estaba excitando. Cuando me di cuenta, mi bañador ya se había abultado. “ ¿Y ahora qué? “ Pensé manteniendo mis manos en esos muslos deliciosos. Estaba arrodillado al lado de ella y su cabeza estaba de lado, reposando entre sus brazos, y no sabía si podía ver mi bañador. Continué bajando por el interior de los muslos y volví a subir casi al centro de nuevo. Ufff, me estaba poniendo demasiado caliente y seguía sin saber que hacer.
Había llegado un momento en que la situación comenzaba a ser insostenible y decidí dejarlo y tumbarme boca abajo. Al hacerlo me dio la impresión que mi hermana sonreía bajo sus gafas de sol. Al momento, ella se incorporó y volvió darme un beso en la mejilla que había dejado al descubierto.
– Ahora te daré yo crema! Susurró a mi oído. Noté el frio de la crema en mi espalda cuando posó sus delicadas y largas manos sobre ella. La recorrió lentamente y bajó hasta mis piernas. Yo estaba encantado, aunque si seguía así mi polla no iba a perder su consistencia y no me podría levantar. Noté como subía por mis muslos hasta meterse un poco bajo mi bañador hasta tocándome parte del culo.
“ ¡Joder, esto va a ir a peor! “ Pensé notando la presión de mi miembro contra la toalla.
Rodeo los muslos hacia el interior llevando las puntas de los dedos por parte de mis glúteos llegando casi a mi polla. Lo hizo un par de veces y se inclinó para susurrarme.
– Se te ha puesto dura, eh, mamón! Creo que me debí poner rojo de nuevo pero reaccioné rápido.
– Y si sigues así se me va a partir contra la toalla!
Soltó una carcajada contenida que me hizo reír a mi también. Parecía que estaba saliendo bien de esa embarazosa situación y continúe.
– Ahora no me voy a poder levantar de aquí en una hora! Volvió a reírse.
– Que pensarían mamá y las tías si te ven con el bañador abultado! Me gustaría ver sus caras! Jajaja!
Parecía que ella si estaba disfrutando de la situación y continuó metiendo la mano entre mis bóxer tocándome claramente el culo.
– De verdad que se te ha puesto tan dura? Me dijo bajando de nuevo la mano hasta cerca del miembro.
– No lo sabes tú bien! Le contesté con la cabeza apoyada entre mis brazos ya mirando al suelo.
Noté como su mano se acercaba cada vez más a mi comprimida polla hasta que una de las veces la punta de sus dedos la tocaron. Cerré los ojos y apreté los labios.
“ ¡Joder, que me la está tocando! “ Pensé nervioso a la vez que excitado.
Primero fueron la punta de sus dedos pero poco a poco fue a más. Instintivamente levante unos centímetros mi pelvis para dejarle espacio y sentí su mano entera agarraba el miembro.
– Joder, pues si que se te ha puesto dura! Dijo sin cortarse ni un poco.
Jamás hubiera pensado que mi hermana sostendría mi polla en su mano, y menos con ese descaro, pero ahora estaba ocurriendo, ahí, en la playa a unos metros de mi madre y mis tías. Ya no tenía claro si quería hacerme disfrutar o putearme. Noté como su mano masajeaba mi miembro en el pequeño espacio que tenía y ya no pude más.
– Para joder, que nos van a ver y yo no me levanto así!
Volvió a reírse con ganas y sacó la mano, se tumbó de nuevo boca abajo con la cara hacía mi. No podía ver sus ojos protegidos por las gafas de sol pero la expresión de su cara era divertida.
– Que cabrona que eres!
- No te ha gustado que te tocara la polla? Me dijo con cara de sorpresa fingida.
- Si, claro, aquí, en medio de la playa, poniéndome en evidencia ante mamá y las tías!
Dije con sorna acompañado de una media sonrisa. Ella se volvió a reír.
- Bueeeno, luego pensaré si te lo hago en privado. Dijo con cinismo.
No sé si vio que volvían a enrojecer mis mejillas. “ Joder, no para de vacilarme! “ Pensé mientras sentía que mi polla se aflojaba un poco, pero su siguiente frase me desconcertó.
- Vi lo bien que te lo pasabas ayer con tía Sole en la piscina. Te pusiste morado tocándole las tetas! Dijo de nuevo con cara de diversión.
- Pero qué dices! Solo la daba vueltas en el agua!
- Jajaja, no me engañes, solo había que verte la cara de salido que ponías!
No sabía que decir. ¿Realmente me había visto? ¿O solo lo imaginaba? Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Lo habría notado también mi madre? Mi cabeza comenzó a calentarse dándole vueltas a aquella imagen.
- Venga, tranquilo, que no se lo voy a contar a nadie, además, me lo pasé bien viendo tu cara, y creo que tía Sole también se lo estaba pasando bien! Jajaja!
Río de nuevo sabiendo lo mal que lo estaba pasando. Pero la siguiente pregunta si que me dejó pasmado.
- Te tocó ella la polla también?
Su expresión era entre diabólica y divertida, joder con mi hermana, era más lista de lo que yo creía y ahora me tenía totalmente pillado. Mis pensamientos fluían a toda velocidad buscando respuestas que no encontraba, pero me daba cuenta que ella parecía tener muy claro todo lo que había ocurrido. Al final decidí tirarme al río. ¿Qué podía pasar si lo admitía? Pensé que tampoco iría a contarle a mamá nada, sería muy embarazoso también para ella.
- Valeee, algún roce me dio!
- Solo un roce? Parecía muy contenta, casi más que tú! Jajaja!
Estaba siendo implacable con el interrogatorio y cada vez me sentía más acorralado y decidí soltarle la bomba.
- Pues si, me agarró la polla varias veces y me dijo que la tenía muy dura!
- Vaya con la tía Sole, con esa voz tan dulce que tiene y lo picarona que es! Jajaja!
Sonia se lo estaba pasando en grande, podía ver en su cara como disfrutaba con la conversación. Por una parte me alegré, parecía haber olvidado al gilipollas de su novio, pero por otra pensé que tenía que tener cuidado con el tema de mis tías pues se daba cuenta de muchas cosas que yo pensaba que le pasaban desapercibidas. No quería que se me fastidiara la fiesta continua que prometían esas vacaciones. Debió de ver en mi cara cierta preocupación.
- Tranquilo, no voy a decir nada, confía en mí! Dijo pasándome la mano por la cabeza y acariciándome el pelo. Parecía ser más amable que nunca intentando conseguir mi confianza.
- Tu pásatelo bien! En el fondo, aunque me meta contigo, me encanta verte tan salido, jajaja! Ahora rió más suavemente.
- Sabes una cosa, creo que me llegue a poner algo cachonda pensando cómo le metías mano a tía Sole!
Ahora sí que me dejó totalmente pasmado, me esperaba cualquier cosa por insólita que fuese menos eso. No supe que decir ni tampoco me apetecía decir nada. Mi mente ya era un carajal sin orden alguno pero no me dio tiempo a seguir pensando.
- Me encantaría que me contarás con detalle esas cosillas que percibo. Creo que me pondrían cachonda. A cambió, yo te contaré otras mías que seguro que le encantarán a tu mente de salido.
Como os decía, el verano había empezado con un cúmulo de sorpresas continuas y esta era una más. Mi hermana proponiéndome cosas para ponernos cachondos. No sé dónde podría llegar esto pero de momento iba en ascenso y a gran velocidad.
Pensé que la propuesta era interesante, siempre había pensado como follaría mi hermana, si la gustaba que la embistiesen en ese culo que me ponía tanto, vamos las cosas típicas de mi mente de salido. Me debió ver cara de duda y se adelantó en la propuesta para crear confianza.
- Si quieres empiezo yo! Te contaré la masturbación que me hice anoche después de romper con el gilipollas de mi… exnovio! Dijo poniendo cara diabólica.
- Vale! Vale! Pero en otro momento. Ahora voy a salir corriendo al agua para que no me vean, a ver si se me baja esto!
-
Veraneos en Familia – Capítulo 05
Al día siguiente salimos relativamente temprano, todas querían tomar el primer sol de la mañana. Partimos de camino a una cala que estaba a unos ocho kilómetros y gracias al todo terreno pudimos bajar por un camino de cabras casi hasta la misma orilla. Todas llevaban ya el bikini puesto y con una camisola que les llegaba hasta la mitad de los muslos, algo práctico para ir a la playa. La cala no debía de tener más de cincuenta metros y de momento parecía que éramos los únicos bañistas.
– A Pedrito no le importará que tomemos el sol en topless! Le sugirió Candi a mi madre.
– No creo, pero a mí no me digas nada, díselo a el, jajaja! Río mi madre.
– Para nada tía, tomar el sol como queráis! Sonreí yo pensando en cómo ya me había comido esas tetas.
Extendimos las toallas cerca de donde llegaba el agua y rápidamente se quitaron las camisolas. Mi madre llevaba un bikini naranja que al verla casi me da algo. Sus bonitas tetas, de talla noventa, sobresalían entre la poca tela que tenía la parte de arriba, y el tanga era del mismo estilo al que les había visto a mis tías. Sus dos glúteos redondos y algo respingones se veían desnudos y brillantes entre las cintas que se suponía que debía de ser el tanga.
Cuando se giró y la vi de frente pude contemplar las cintas que bajaban hasta el pubis donde formaban un pequeño triángulo naranja que tapaba mínimamente su intimidad.
Mi hermana llevaba uno blanco con motas negras y era del mismo estilo. No le queda mal, pensé al verla, sobre todo su culo, que estaba prácticamente desnudo, tan solo se veía una parte de la tira del tanga, el resto se le había metido entre los dos glúteos. “ Está para follárselo! “ pensé al verla. Mi mente salida no podía salir del bucle en el que andaba casi de continuo. En la parte de arriba lo que más destacaba eran sus grandes pezones, herencia de familia, que se le marcaban escandalosamente sobre sus pequeñas tetas.
Mis tías también se habían puesto otros diferentes a los del día anterior, pero solo cambiaba el color, el estilo era el mismo dejando ver sus bonitas carnes, debían de haber sido ellas las que habían convencido a mi madre para que se comprara uno de su estilo.
Mis dos tías se destetaron de inmediato y mi mente perturbada y salida comenzó a trabajar sin que yo le diera permiso. Decidí irme al agua antes de que se me notará el bañador abultado. Me metí hasta algo más de la cintura y comencé a mecerme con las olas. El agua estaba fresca, algo que me vino bien para serenar las hormonas, me giré para mirar hacia la orilla y vi que mi madre se había metido en el agua y venía hacia mi. Su sonrisa era esplendida y sus tetas maravillosas, lo siento, pero no podía evitarlo, realmente mi madre es la que más me atraía de las cuatro mujeres.
– Que fresquita está! Me dijo dando pequeños saltos a unos dos metros de mi.
– Si maná! A mi me gusta así! Le dije alargando mi mano para que se cogiera a ella.
– Ahí me debe de cubrir! Dijo alargando la suya. Mi madre era de la estatura de Candi, y casi le sacaba la cabeza.
– No te preocupes que yo te sostengo! Cuando llegó con su mano a la mía tire de ella y se agarró con un brazo a mi cuello dejando el otro para sustentarse en el agua. Noté una de sus tetas en un lado de mi pecho y sentí algo especial, creo que lo que sentía era lo salido que estaba.
– Ahh, que bien! Ahora me siento más segura! Te lo estás pasando bien, hijo? Me preguntó manteniendo su esplendida sonrisa mirándome a los ojos.
- De momento bien, pero acabamos de llegar! Dije intentando disimular lo encantado que estaba.
- Las tías son estupendas, verdad!
- Recordaba lo bien que me trataban cuando era un niño, y no han cambiado!
Mi respuesta hubiera sido “Son la leche! “ Pero no era plan decirle eso a mí madre.
- Me encanta su casa y este sitio. Me pasaría los dos meses de verano aquí, pero en agosto tengo que trabajar. Tu que vas a hacer? Mi respuesta estaba clara pero no quería dejarlo tan claro.
- No sé, ya veré, depende como me lo esté pasando!
- Es una pena que tu padre no haya podido venir. Aunque cuando estamos en casa tampoco lo veo, vamos que cualquier día llega y no le conozco. Dijo al final con cierta tristeza.
- Ya sabes cómo es, él y su trabajo, y poco más. Pero bueno este sitio es estupendo y me alegro que estemos los tres. – dije para quitar hierro al asunto – Además, me tienes a mi, que voy a balancearte por encima de las olas!
Dije finalmente cogiéndola con las dos manos para subirla y bajarla según venían las olas.
- Jajaja, que bien! Como me gusta! Dijo abrazándose a mi cuello.
Ahora se había pegado a mi y prácticamente me metía las tetas en la cara. Si se hubiera dado cuenta de lo salido que estaba creo que no lo hubiera hecho. Yo la tenía agarrada por la cintura y estaba disfrutando de ese momento como un niño cuando le dan el juguete que lleva tiempo esperando. Notaba sus tetas, su vientre casi plano y sus muslos enroscándose a mi cintura, y por supuesto, sentía como mi polla me daba indicios de enderezarse. No sabía cuánto tiempo podría mantenerla tranquila, era algo que apenas podía controlar.
Mi madre seguía disfrutando abrazada a mí, supongo que ajena a lo que me estaba provocando. Yo estaba tan obsesionado con su cuerpo que no podía desaprovechar aquella oportunidad. Decidí bajar las manos para sujetarla del culo.
- Ten cuidado que te escurres! Dije para disimular.
Mis dedos se clavaron suavemente en sus deliciosos glúteos desnudos y continúe empujándola hacia arriba cuando venían las olas. Ella no decía nada, tan solo reía y disfrutaba. Al cabo de un rato noté que mi erección ya era incontrolable y temí que lo notara. Me moví hacia la orilla con ella en brazos y cuando supe que hacía pie la solté suavemente.
- Me voy a nadar un rato!
- Gracias hijo! Y me dio un sonoro beso en la mejilla.
– Me lo he pasado muy bien! Tenemos que repetirlo!
Me deslice con rapidez hacia por el agua y comencé a nadar con la polla totalmente tiesa. “ Seguro que lo ha notado! “ pensé mientras nadaba mar adentro. Cuando mi polla bajó, volví hacia la orilla y vi a las tres hermanas tumbadas boca arriba con las tetas al sol. “ Joder, que difícil va a ser esto! “ Pensé al ver que mi madre también se había destetado. No sabía qué hacer, si me tumbaba al lado seguro que se me volvía a poner tiesa y eso iba a ser muy embarazoso. Decidí irme al lado de mi hermana que estaba algo más atrás. “ Espero que no me de un bufido! “ Pensé mientras me acercaba con la toalla en la mano.
- Puedo tumbarme a tu lado?
- Si, claro! Me contestó con las gafas de sol puestas. Me extrañó su respuesta, fue afable y no me soltó ningún improperio.
- Que te parece este sitio? Le dije para entablar conversación.
- Está bien! Sobre todo porque no hay gente.
La noté diferente, me dio la impresión que algo no iba bien.
- Estás bien?
- Si, por qué me lo preguntas?
- No sé, no me has soltado ninguna de las tuyas!
- Quizás me haya cansado!
- Así? De una vez? No me lo creo!
Tardó un rato en contestar mientras me tumbaba a su lado.
- Bueno, te lo diré! Anoche discutí con Carlos. Se puso bastante idiota y le dije cuatro cosas y el muy capullo me dice que se ha acabo, que no me aguanta más. ¡Será gilipollas! La que no le aguanto soy yo!
Se dio la vuelta sobre la toalla y se puso boca abajo. Mi mente de salido no pudo evitar que mis ojos mirarán su culo, creo que ya os he dicho que me flipaba. Sacudí la cabeza para quitarme esas ideas perversas y intenté escucharla.
- Si le tenía que haber dejado hace tiempo, joder!
Mi hermana seguía hablando, no sé si me lo contaba a mi o si se lo contaba a sí misma. No obstante, intenté consolarla.
- Relájate Sonia. Como bien dices, es un gilipollas. Seguro que conoces a alguien más majo!
Noté que rompía a llorar intentando que no se notara. Le puse la mano en la cabeza y la acaricie el pelo. Le duró pocos segundos, se levantó levemente las gafas y se limpió las lágrimas. No dije nada, esperé a que se serenata y dijera ella algo.
- Gracias Pedrito!
Joder, me había dicho gracias, no recordaba si lo había hecho alguna vez en su vida.
- Bahh, no hecho nada!
- Me has escuchado, y eso es mucho!
- Bueno, querida hermana, eso es que hablamos poco, quizás si habláramos más nos daría tiempo a escucharnos.
Giró su cabeza para mirarme como con asombro.
- Anda, pero si ahora el salido resulta que va para filósofo! Me dijo riéndose.
Ahora parecía que volvía a se ella.
- Pues no lo había pensado, pero lo pondré en la lista de posibles futuros!
- Jajaja, anda tonto ven! Se incorporó un poco para darme un abrazo y después me besó la mejilla.
- Me gusta meterme contigo, pero en el fondo te quiero, aunque me sea difícil demostrarlo.
Me dejó descolocado, sin saber que hacer ni que decir. Se volvió a tumbar boca abajo.
- Anda, dame crema en la espalda! Seguro que con lo salido que estás hasta se te pone dura! Dijo riéndose al final.
Si me había descolocado antes, ahora lo había hecho más. Cogí la crema que la tenía en un lado y me unte las manos, las puse a unos centímetros de su espalda y dudé unos instantes. Finalmente las posé con suavidad, como esperando una reacción brusca pero no ocurrió. Comencé a pasar las manos impregnadas sobre su piel, estaba suave, casi sedosa, fui haciendo pequeños círculos y de repente me pidió que le desabrochara el bikini. Mi cabeza iba de sorpresa en sorpresa, pero no dude, se lo desabroché y continúe frotando. Subía hasta el cuello y después bajaba lentamente por la columna hasta su delicioso culo, mejor dicho, hasta la tira del tanga, no me atrevía a tocarla el culo.
- La verdad es que no lo haces nada mal!
La relación con mi hermana parecía haber dado un vuelco en unos minutos y en el fondo me sentía bien, contento, diría que hasta feliz.
- Dame también en las piernas!
Me puse más crema en las manos y comencé desde los tobillos, subiendo lentamente, pase por las corvas y continúe subiendo por la parte exterior de sus muslos. Estaba en el sitio que me flipaba, esos muslos que subían hasta su delicioso culo. Mi mente calenturienta volvió a indicarme que estaba en la postura ideal para follármela. Sacudí la cabeza de nuevo y continúe por el exterior hasta la tira del tanga y volví a bajar por el mismo sitio.
- Se que te gusta mi culo y ahora que te dejo que me lo toques veo lo vas a dejar sin crema! Venga, no te cortes que no quiero luego que se queden marcas!
Esto ya era demasiado, estaba flipando en colores. Me entró una especie de escalofrío mirándola el culo y sabiendo que estaba a punto de sobárselo. Llegue con las manos hasta el y las moví en círculo, su deliciosa carne se movía levemente a la presión de mis manos y podía notar su balanceo y una agradable dureza.
Noté como mi polla hacia indicios de enderezarse y me mordí el labio sin saber que hacer, si dejaba de sobarla quedaría como un gilipollas y si seguía seguro que mi polla acabaría dura. Intenté pensar con rapidez. “ Bueno, pues si ella notaba que se ponía dura no pasaría nada, ya sabía que estaba más salido que el mango de una sartén, con lo cual no la extrañaría demasiado “.
Continúe sobándola el culo y baje lentamente por el interior se sus muslos. Al notar mis dedos los abrió. Ufff, un calor intenso fue de los pies a mi cabeza, creo que debí ponerme más rojo que un tomate maduro. Metí mis dedos por el camino que había abierto y lo sobe con suma delicadeza. Hizo un leve movimiento, como para colocarse mejor y pude ver una parte de los labios abultados de su coño, esto también debía de ser cosa de familia. Mis dedos llegaron muy cerca, sumamente cerca, lo medí al milímetro para quedarme a punto de tocárselos, pero sin hacerlo.
Volvió a moverse levemente sin decir nada, llegue a pensar que quizás se estaba excitando. Cuando me di cuenta, mi bañador ya se había abultado. “ ¿Y ahora qué? “ Pensé manteniendo mis manos en esos muslos deliciosos. Estaba arrodillado al lado de ella y su cabeza estaba de lado, reposando entre sus brazos, y no sabía si podía ver mi bañador. Continué bajando por el interior de los muslos y volví a subir casi al centro de nuevo. Ufff, me estaba poniendo demasiado caliente y seguía sin saber que hacer.
Había llegado un momento en que la situación comenzaba a ser insostenible y decidí dejarlo y tumbarme boca abajo. Al hacerlo me dio la impresión que mi hermana sonreía bajo sus gafas de sol. Al momento, ella se incorporó y volvió darme un beso en la mejilla que había dejado al descubierto.
– Ahora te daré yo crema! Susurró a mi oído. Noté el frio de la crema en mi espalda cuando posó sus delicadas y largas manos sobre ella. La recorrió lentamente y bajó hasta mis piernas. Yo estaba encantado, aunque si seguía así mi polla no iba a perder su consistencia y no me podría levantar. Noté como subía por mis muslos hasta meterse un poco bajo mi bañador hasta tocándome parte del culo.
“ ¡Joder, esto va a ir a peor! “ Pensé notando la presión de mi miembro contra la toalla.
Rodeo los muslos hacia el interior llevando las puntas de los dedos por parte de mis glúteos llegando casi a mi polla. Lo hizo un par de veces y se inclinó para susurrarme.
– Se te ha puesto dura, eh, mamón! Creo que me debí poner rojo de nuevo pero reaccioné rápido.
– Y si sigues así se me va a partir contra la toalla!
Soltó una carcajada contenida que me hizo reír a mi también. Parecía que estaba saliendo bien de esa embarazosa situación y continúe.
– Ahora no me voy a poder levantar de aquí en una hora! Volvió a reírse.
– Que pensarían mamá y las tías si te ven con el bañador abultado! Me gustaría ver sus caras! Jajaja!
Parecía que ella si estaba disfrutando de la situación y continuó metiendo la mano entre mis bóxer tocándome claramente el culo.
– De verdad que se te ha puesto tan dura? Me dijo bajando de nuevo la mano hasta cerca del miembro.
– No lo sabes tú bien! Le contesté con la cabeza apoyada entre mis brazos ya mirando al suelo.
Noté como su mano se acercaba cada vez más a mi comprimida polla hasta que una de las veces la punta de sus dedos la tocaron. Cerré los ojos y apreté los labios.
“ ¡Joder, que me la está tocando! “ Pensé nervioso a la vez que excitado.
Primero fueron la punta de sus dedos pero poco a poco fue a más. Instintivamente levante unos centímetros mi pelvis para dejarle espacio y sentí su mano entera agarraba el miembro.
– Joder, pues si que se te ha puesto dura! Dijo sin cortarse ni un poco.
Jamás hubiera pensado que mi hermana sostendría mi polla en su mano, y menos con ese descaro, pero ahora estaba ocurriendo, ahí, en la playa a unos metros de mi madre y mis tías. Ya no tenía claro si quería hacerme disfrutar o putearme. Noté como su mano masajeaba mi miembro en el pequeño espacio que tenía y ya no pude más.
– Para joder, que nos van a ver y yo no me levanto así!
Volvió a reírse con ganas y sacó la mano, se tumbó de nuevo boca abajo con la cara hacía mi. No podía ver sus ojos protegidos por las gafas de sol pero la expresión de su cara era divertida.
– Que cabrona que eres!
- No te ha gustado que te tocara la polla? Me dijo con cara de sorpresa fingida.
- Si, claro, aquí, en medio de la playa, poniéndome en evidencia ante mamá y las tías!
Dije con sorna acompañado de una media sonrisa. Ella se volvió a reír.
- Bueeeno, luego pensaré si te lo hago en privado. Dijo con cinismo.
No sé si vio que volvían a enrojecer mis mejillas. “ Joder, no para de vacilarme! “ Pensé mientras sentía que mi polla se aflojaba un poco, pero su siguiente frase me desconcertó.
- Vi lo bien que te lo pasabas ayer con tía Sole en la piscina. Te pusiste morado tocándole las tetas! Dijo de nuevo con cara de diversión.
- Pero qué dices! Solo la daba vueltas en el agua!
- Jajaja, no me engañes, solo había que verte la cara de salido que ponías!
No sabía que decir. ¿Realmente me había visto? ¿O solo lo imaginaba? Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Lo habría notado también mi madre? Mi cabeza comenzó a calentarse dándole vueltas a aquella imagen.
- Venga, tranquilo, que no se lo voy a contar a nadie, además, me lo pasé bien viendo tu cara, y creo que tía Sole también se lo estaba pasando bien! Jajaja!
Río de nuevo sabiendo lo mal que lo estaba pasando. Pero la siguiente pregunta si que me dejó pasmado.
- Te tocó ella la polla también?
Su expresión era entre diabólica y divertida, joder con mi hermana, era más lista de lo que yo creía y ahora me tenía totalmente pillado. Mis pensamientos fluían a toda velocidad buscando respuestas que no encontraba, pero me daba cuenta que ella parecía tener muy claro todo lo que había ocurrido. Al final decidí tirarme al río. ¿Qué podía pasar si lo admitía? Pensé que tampoco iría a contarle a mamá nada, sería muy embarazoso también para ella.
- Valeee, algún roce me dio!
- Solo un roce? Parecía muy contenta, casi más que tú! Jajaja!
Estaba siendo implacable con el interrogatorio y cada vez me sentía más acorralado y decidí soltarle la bomba.
- Pues si, me agarró la polla varias veces y me dijo que la tenía muy dura!
- Vaya con la tía Sole, con esa voz tan dulce que tiene y lo picarona que es! Jajaja!
Sonia se lo estaba pasando en grande, podía ver en su cara como disfrutaba con la conversación. Por una parte me alegré, parecía haber olvidado al gilipollas de su novio, pero por otra pensé que tenía que tener cuidado con el tema de mis tías pues se daba cuenta de muchas cosas que yo pensaba que le pasaban desapercibidas. No quería que se me fastidiara la fiesta continua que prometían esas vacaciones. Debió de ver en mi cara cierta preocupación.
- Tranquilo, no voy a decir nada, confía en mí! Dijo pasándome la mano por la cabeza y acariciándome el pelo. Parecía ser más amable que nunca intentando conseguir mi confianza.
- Tu pásatelo bien! En el fondo, aunque me meta contigo, me encanta verte tan salido, jajaja! Ahora rió más suavemente.
- Sabes una cosa, creo que me llegue a poner algo cachonda pensando cómo le metías mano a tía Sole!
Ahora sí que me dejó totalmente pasmado, me esperaba cualquier cosa por insólita que fuese menos eso. No supe que decir ni tampoco me apetecía decir nada. Mi mente ya era un carajal sin orden alguno pero no me dio tiempo a seguir pensando.
- Me encantaría que me contarás con detalle esas cosillas que percibo. Creo que me pondrían cachonda. A cambió, yo te contaré otras mías que seguro que le encantarán a tu mente de salido.
Como os decía, el verano había empezado con un cúmulo de sorpresas continuas y esta era una más. Mi hermana proponiéndome cosas para ponernos cachondos. No sé dónde podría llegar esto pero de momento iba en ascenso y a gran velocidad.
Pensé que la propuesta era interesante, siempre había pensado como follaría mi hermana, si la gustaba que la embistiesen en ese culo que me ponía tanto, vamos las cosas típicas de mi mente de salido. Me debió ver cara de duda y se adelantó en la propuesta para crear confianza.
- Si quieres empiezo yo! Te contaré la masturbación que me hice anoche después de romper con el gilipollas de mi… exnovio! Dijo poniendo cara diabólica.
- Vale! Vale! Pero en otro momento. Ahora voy a salir corriendo al agua para que no me vean, a ver si se me baja esto!
-