Veraneos en Familia – Capítulos 05 al 08

heranlu

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Veraneos en Familia – Capítulo 05



Al día siguiente salimos relativamente temprano, todas querían tomar el primer sol de la mañana. Partimos de camino a una cala que estaba a unos ocho kilómetros y gracias al todo terreno pudimos bajar por un camino de cabras casi hasta la misma orilla. Todas llevaban ya el bikini puesto y con una camisola que les llegaba hasta la mitad de los muslos, algo práctico para ir a la playa. La cala no debía de tener más de cincuenta metros y de momento parecía que éramos los únicos bañistas.

– A Pedrito no le importará que tomemos el sol en topless! Le sugirió Candi a mi madre.

– No creo, pero a mí no me digas nada, díselo a el, jajaja! Río mi madre.

– Para nada tía, tomar el sol como queráis! Sonreí yo pensando en cómo ya me había comido esas tetas.

Extendimos las toallas cerca de donde llegaba el agua y rápidamente se quitaron las camisolas. Mi madre llevaba un bikini naranja que al verla casi me da algo. Sus bonitas tetas, de talla noventa, sobresalían entre la poca tela que tenía la parte de arriba, y el tanga era del mismo estilo al que les había visto a mis tías. Sus dos glúteos redondos y algo respingones se veían desnudos y brillantes entre las cintas que se suponía que debía de ser el tanga.

Cuando se giró y la vi de frente pude contemplar las cintas que bajaban hasta el pubis donde formaban un pequeño triángulo naranja que tapaba mínimamente su intimidad.

Mi hermana llevaba uno blanco con motas negras y era del mismo estilo. No le queda mal, pensé al verla, sobre todo su culo, que estaba prácticamente desnudo, tan solo se veía una parte de la tira del tanga, el resto se le había metido entre los dos glúteos. “ Está para follárselo! “ pensé al verla. Mi mente salida no podía salir del bucle en el que andaba casi de continuo. En la parte de arriba lo que más destacaba eran sus grandes pezones, herencia de familia, que se le marcaban escandalosamente sobre sus pequeñas tetas.

Mis tías también se habían puesto otros diferentes a los del día anterior, pero solo cambiaba el color, el estilo era el mismo dejando ver sus bonitas carnes, debían de haber sido ellas las que habían convencido a mi madre para que se comprara uno de su estilo.

Mis dos tías se destetaron de inmediato y mi mente perturbada y salida comenzó a trabajar sin que yo le diera permiso. Decidí irme al agua antes de que se me notará el bañador abultado. Me metí hasta algo más de la cintura y comencé a mecerme con las olas. El agua estaba fresca, algo que me vino bien para serenar las hormonas, me giré para mirar hacia la orilla y vi que mi madre se había metido en el agua y venía hacia mi. Su sonrisa era esplendida y sus tetas maravillosas, lo siento, pero no podía evitarlo, realmente mi madre es la que más me atraía de las cuatro mujeres.

– Que fresquita está! Me dijo dando pequeños saltos a unos dos metros de mi.

– Si maná! A mi me gusta así! Le dije alargando mi mano para que se cogiera a ella.

– Ahí me debe de cubrir! Dijo alargando la suya. Mi madre era de la estatura de Candi, y casi le sacaba la cabeza.

– No te preocupes que yo te sostengo! Cuando llegó con su mano a la mía tire de ella y se agarró con un brazo a mi cuello dejando el otro para sustentarse en el agua. Noté una de sus tetas en un lado de mi pecho y sentí algo especial, creo que lo que sentía era lo salido que estaba.

– Ahh, que bien! Ahora me siento más segura! Te lo estás pasando bien, hijo? Me preguntó manteniendo su esplendida sonrisa mirándome a los ojos.

- De momento bien, pero acabamos de llegar! Dije intentando disimular lo encantado que estaba.

- Las tías son estupendas, verdad!

- Recordaba lo bien que me trataban cuando era un niño, y no han cambiado!

Mi respuesta hubiera sido “Son la leche! “ Pero no era plan decirle eso a mí madre.

- Me encanta su casa y este sitio. Me pasaría los dos meses de verano aquí, pero en agosto tengo que trabajar. Tu que vas a hacer? Mi respuesta estaba clara pero no quería dejarlo tan claro.

- No sé, ya veré, depende como me lo esté pasando!

- Es una pena que tu padre no haya podido venir. Aunque cuando estamos en casa tampoco lo veo, vamos que cualquier día llega y no le conozco. Dijo al final con cierta tristeza.

- Ya sabes cómo es, él y su trabajo, y poco más. Pero bueno este sitio es estupendo y me alegro que estemos los tres. – dije para quitar hierro al asunto – Además, me tienes a mi, que voy a balancearte por encima de las olas!

Dije finalmente cogiéndola con las dos manos para subirla y bajarla según venían las olas.

- Jajaja, que bien! Como me gusta! Dijo abrazándose a mi cuello.

Ahora se había pegado a mi y prácticamente me metía las tetas en la cara. Si se hubiera dado cuenta de lo salido que estaba creo que no lo hubiera hecho. Yo la tenía agarrada por la cintura y estaba disfrutando de ese momento como un niño cuando le dan el juguete que lleva tiempo esperando. Notaba sus tetas, su vientre casi plano y sus muslos enroscándose a mi cintura, y por supuesto, sentía como mi polla me daba indicios de enderezarse. No sabía cuánto tiempo podría mantenerla tranquila, era algo que apenas podía controlar.

Mi madre seguía disfrutando abrazada a mí, supongo que ajena a lo que me estaba provocando. Yo estaba tan obsesionado con su cuerpo que no podía desaprovechar aquella oportunidad. Decidí bajar las manos para sujetarla del culo.

- Ten cuidado que te escurres! Dije para disimular.

Mis dedos se clavaron suavemente en sus deliciosos glúteos desnudos y continúe empujándola hacia arriba cuando venían las olas. Ella no decía nada, tan solo reía y disfrutaba. Al cabo de un rato noté que mi erección ya era incontrolable y temí que lo notara. Me moví hacia la orilla con ella en brazos y cuando supe que hacía pie la solté suavemente.

- Me voy a nadar un rato!

- Gracias hijo! Y me dio un sonoro beso en la mejilla.

– Me lo he pasado muy bien! Tenemos que repetirlo!

Me deslice con rapidez hacia por el agua y comencé a nadar con la polla totalmente tiesa. “ Seguro que lo ha notado! “ pensé mientras nadaba mar adentro. Cuando mi polla bajó, volví hacia la orilla y vi a las tres hermanas tumbadas boca arriba con las tetas al sol. “ Joder, que difícil va a ser esto! “ Pensé al ver que mi madre también se había destetado. No sabía qué hacer, si me tumbaba al lado seguro que se me volvía a poner tiesa y eso iba a ser muy embarazoso. Decidí irme al lado de mi hermana que estaba algo más atrás. “ Espero que no me de un bufido! “ Pensé mientras me acercaba con la toalla en la mano.

- Puedo tumbarme a tu lado?

- Si, claro! Me contestó con las gafas de sol puestas. Me extrañó su respuesta, fue afable y no me soltó ningún improperio.

- Que te parece este sitio? Le dije para entablar conversación.

- Está bien! Sobre todo porque no hay gente.

La noté diferente, me dio la impresión que algo no iba bien.

- Estás bien?

- Si, por qué me lo preguntas?

- No sé, no me has soltado ninguna de las tuyas!

- Quizás me haya cansado!

- Así? De una vez? No me lo creo!

Tardó un rato en contestar mientras me tumbaba a su lado.

- Bueno, te lo diré! Anoche discutí con Carlos. Se puso bastante idiota y le dije cuatro cosas y el muy capullo me dice que se ha acabo, que no me aguanta más. ¡Será gilipollas! La que no le aguanto soy yo!

Se dio la vuelta sobre la toalla y se puso boca abajo. Mi mente de salido no pudo evitar que mis ojos mirarán su culo, creo que ya os he dicho que me flipaba. Sacudí la cabeza para quitarme esas ideas perversas y intenté escucharla.

- Si le tenía que haber dejado hace tiempo, joder!

Mi hermana seguía hablando, no sé si me lo contaba a mi o si se lo contaba a sí misma. No obstante, intenté consolarla.

- Relájate Sonia. Como bien dices, es un gilipollas. Seguro que conoces a alguien más majo!

Noté que rompía a llorar intentando que no se notara. Le puse la mano en la cabeza y la acaricie el pelo. Le duró pocos segundos, se levantó levemente las gafas y se limpió las lágrimas. No dije nada, esperé a que se serenata y dijera ella algo.

- Gracias Pedrito!

Joder, me había dicho gracias, no recordaba si lo había hecho alguna vez en su vida.

- Bahh, no hecho nada!

- Me has escuchado, y eso es mucho!

- Bueno, querida hermana, eso es que hablamos poco, quizás si habláramos más nos daría tiempo a escucharnos.

Giró su cabeza para mirarme como con asombro.

- Anda, pero si ahora el salido resulta que va para filósofo! Me dijo riéndose.

Ahora parecía que volvía a se ella.

- Pues no lo había pensado, pero lo pondré en la lista de posibles futuros!

- Jajaja, anda tonto ven! Se incorporó un poco para darme un abrazo y después me besó la mejilla.

- Me gusta meterme contigo, pero en el fondo te quiero, aunque me sea difícil demostrarlo.

Me dejó descolocado, sin saber que hacer ni que decir. Se volvió a tumbar boca abajo.

- Anda, dame crema en la espalda! Seguro que con lo salido que estás hasta se te pone dura! Dijo riéndose al final.

Si me había descolocado antes, ahora lo había hecho más. Cogí la crema que la tenía en un lado y me unte las manos, las puse a unos centímetros de su espalda y dudé unos instantes. Finalmente las posé con suavidad, como esperando una reacción brusca pero no ocurrió. Comencé a pasar las manos impregnadas sobre su piel, estaba suave, casi sedosa, fui haciendo pequeños círculos y de repente me pidió que le desabrochara el bikini. Mi cabeza iba de sorpresa en sorpresa, pero no dude, se lo desabroché y continúe frotando. Subía hasta el cuello y después bajaba lentamente por la columna hasta su delicioso culo, mejor dicho, hasta la tira del tanga, no me atrevía a tocarla el culo.

- La verdad es que no lo haces nada mal!

La relación con mi hermana parecía haber dado un vuelco en unos minutos y en el fondo me sentía bien, contento, diría que hasta feliz.

- Dame también en las piernas!

Me puse más crema en las manos y comencé desde los tobillos, subiendo lentamente, pase por las corvas y continúe subiendo por la parte exterior de sus muslos. Estaba en el sitio que me flipaba, esos muslos que subían hasta su delicioso culo. Mi mente calenturienta volvió a indicarme que estaba en la postura ideal para follármela. Sacudí la cabeza de nuevo y continúe por el exterior hasta la tira del tanga y volví a bajar por el mismo sitio.

- Se que te gusta mi culo y ahora que te dejo que me lo toques veo lo vas a dejar sin crema! Venga, no te cortes que no quiero luego que se queden marcas!

Esto ya era demasiado, estaba flipando en colores. Me entró una especie de escalofrío mirándola el culo y sabiendo que estaba a punto de sobárselo. Llegue con las manos hasta el y las moví en círculo, su deliciosa carne se movía levemente a la presión de mis manos y podía notar su balanceo y una agradable dureza.

Noté como mi polla hacia indicios de enderezarse y me mordí el labio sin saber que hacer, si dejaba de sobarla quedaría como un gilipollas y si seguía seguro que mi polla acabaría dura. Intenté pensar con rapidez. “ Bueno, pues si ella notaba que se ponía dura no pasaría nada, ya sabía que estaba más salido que el mango de una sartén, con lo cual no la extrañaría demasiado “.

Continúe sobándola el culo y baje lentamente por el interior se sus muslos. Al notar mis dedos los abrió. Ufff, un calor intenso fue de los pies a mi cabeza, creo que debí ponerme más rojo que un tomate maduro. Metí mis dedos por el camino que había abierto y lo sobe con suma delicadeza. Hizo un leve movimiento, como para colocarse mejor y pude ver una parte de los labios abultados de su coño, esto también debía de ser cosa de familia. Mis dedos llegaron muy cerca, sumamente cerca, lo medí al milímetro para quedarme a punto de tocárselos, pero sin hacerlo.

Volvió a moverse levemente sin decir nada, llegue a pensar que quizás se estaba excitando. Cuando me di cuenta, mi bañador ya se había abultado. “ ¿Y ahora qué? “ Pensé manteniendo mis manos en esos muslos deliciosos. Estaba arrodillado al lado de ella y su cabeza estaba de lado, reposando entre sus brazos, y no sabía si podía ver mi bañador. Continué bajando por el interior de los muslos y volví a subir casi al centro de nuevo. Ufff, me estaba poniendo demasiado caliente y seguía sin saber que hacer.

Había llegado un momento en que la situación comenzaba a ser insostenible y decidí dejarlo y tumbarme boca abajo. Al hacerlo me dio la impresión que mi hermana sonreía bajo sus gafas de sol. Al momento, ella se incorporó y volvió darme un beso en la mejilla que había dejado al descubierto.

– Ahora te daré yo crema! Susurró a mi oído. Noté el frio de la crema en mi espalda cuando posó sus delicadas y largas manos sobre ella. La recorrió lentamente y bajó hasta mis piernas. Yo estaba encantado, aunque si seguía así mi polla no iba a perder su consistencia y no me podría levantar. Noté como subía por mis muslos hasta meterse un poco bajo mi bañador hasta tocándome parte del culo.

“ ¡Joder, esto va a ir a peor! “ Pensé notando la presión de mi miembro contra la toalla.

Rodeo los muslos hacia el interior llevando las puntas de los dedos por parte de mis glúteos llegando casi a mi polla. Lo hizo un par de veces y se inclinó para susurrarme.

– Se te ha puesto dura, eh, mamón! Creo que me debí poner rojo de nuevo pero reaccioné rápido.

– Y si sigues así se me va a partir contra la toalla!

Soltó una carcajada contenida que me hizo reír a mi también. Parecía que estaba saliendo bien de esa embarazosa situación y continúe.

– Ahora no me voy a poder levantar de aquí en una hora! Volvió a reírse.

– Que pensarían mamá y las tías si te ven con el bañador abultado! Me gustaría ver sus caras! Jajaja!

Parecía que ella si estaba disfrutando de la situación y continuó metiendo la mano entre mis bóxer tocándome claramente el culo.

– De verdad que se te ha puesto tan dura? Me dijo bajando de nuevo la mano hasta cerca del miembro.

– No lo sabes tú bien! Le contesté con la cabeza apoyada entre mis brazos ya mirando al suelo.

Noté como su mano se acercaba cada vez más a mi comprimida polla hasta que una de las veces la punta de sus dedos la tocaron. Cerré los ojos y apreté los labios.

“ ¡Joder, que me la está tocando! “ Pensé nervioso a la vez que excitado.

Primero fueron la punta de sus dedos pero poco a poco fue a más. Instintivamente levante unos centímetros mi pelvis para dejarle espacio y sentí su mano entera agarraba el miembro.

– Joder, pues si que se te ha puesto dura! Dijo sin cortarse ni un poco.

Jamás hubiera pensado que mi hermana sostendría mi polla en su mano, y menos con ese descaro, pero ahora estaba ocurriendo, ahí, en la playa a unos metros de mi madre y mis tías. Ya no tenía claro si quería hacerme disfrutar o putearme. Noté como su mano masajeaba mi miembro en el pequeño espacio que tenía y ya no pude más.

– Para joder, que nos van a ver y yo no me levanto así!

Volvió a reírse con ganas y sacó la mano, se tumbó de nuevo boca abajo con la cara hacía mi. No podía ver sus ojos protegidos por las gafas de sol pero la expresión de su cara era divertida.

– Que cabrona que eres!

- No te ha gustado que te tocara la polla? Me dijo con cara de sorpresa fingida.

- Si, claro, aquí, en medio de la playa, poniéndome en evidencia ante mamá y las tías!

Dije con sorna acompañado de una media sonrisa. Ella se volvió a reír.

- Bueeeno, luego pensaré si te lo hago en privado. Dijo con cinismo.

No sé si vio que volvían a enrojecer mis mejillas. “ Joder, no para de vacilarme! “ Pensé mientras sentía que mi polla se aflojaba un poco, pero su siguiente frase me desconcertó.

- Vi lo bien que te lo pasabas ayer con tía Sole en la piscina. Te pusiste morado tocándole las tetas! Dijo de nuevo con cara de diversión.

- Pero qué dices! Solo la daba vueltas en el agua!

- Jajaja, no me engañes, solo había que verte la cara de salido que ponías!

No sabía que decir. ¿Realmente me había visto? ¿O solo lo imaginaba? Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Lo habría notado también mi madre? Mi cabeza comenzó a calentarse dándole vueltas a aquella imagen.

- Venga, tranquilo, que no se lo voy a contar a nadie, además, me lo pasé bien viendo tu cara, y creo que tía Sole también se lo estaba pasando bien! Jajaja!

Río de nuevo sabiendo lo mal que lo estaba pasando. Pero la siguiente pregunta si que me dejó pasmado.

- Te tocó ella la polla también?

Su expresión era entre diabólica y divertida, joder con mi hermana, era más lista de lo que yo creía y ahora me tenía totalmente pillado. Mis pensamientos fluían a toda velocidad buscando respuestas que no encontraba, pero me daba cuenta que ella parecía tener muy claro todo lo que había ocurrido. Al final decidí tirarme al río. ¿Qué podía pasar si lo admitía? Pensé que tampoco iría a contarle a mamá nada, sería muy embarazoso también para ella.

- Valeee, algún roce me dio!

- Solo un roce? Parecía muy contenta, casi más que tú! Jajaja!

Estaba siendo implacable con el interrogatorio y cada vez me sentía más acorralado y decidí soltarle la bomba.

- Pues si, me agarró la polla varias veces y me dijo que la tenía muy dura!

- Vaya con la tía Sole, con esa voz tan dulce que tiene y lo picarona que es! Jajaja!

Sonia se lo estaba pasando en grande, podía ver en su cara como disfrutaba con la conversación. Por una parte me alegré, parecía haber olvidado al gilipollas de su novio, pero por otra pensé que tenía que tener cuidado con el tema de mis tías pues se daba cuenta de muchas cosas que yo pensaba que le pasaban desapercibidas. No quería que se me fastidiara la fiesta continua que prometían esas vacaciones. Debió de ver en mi cara cierta preocupación.

- Tranquilo, no voy a decir nada, confía en mí! Dijo pasándome la mano por la cabeza y acariciándome el pelo. Parecía ser más amable que nunca intentando conseguir mi confianza.

- Tu pásatelo bien! En el fondo, aunque me meta contigo, me encanta verte tan salido, jajaja! Ahora rió más suavemente.

- Sabes una cosa, creo que me llegue a poner algo cachonda pensando cómo le metías mano a tía Sole!

Ahora sí que me dejó totalmente pasmado, me esperaba cualquier cosa por insólita que fuese menos eso. No supe que decir ni tampoco me apetecía decir nada. Mi mente ya era un carajal sin orden alguno pero no me dio tiempo a seguir pensando.

- Me encantaría que me contarás con detalle esas cosillas que percibo. Creo que me pondrían cachonda. A cambió, yo te contaré otras mías que seguro que le encantarán a tu mente de salido.

Como os decía, el verano había empezado con un cúmulo de sorpresas continuas y esta era una más. Mi hermana proponiéndome cosas para ponernos cachondos. No sé dónde podría llegar esto pero de momento iba en ascenso y a gran velocidad.

Pensé que la propuesta era interesante, siempre había pensado como follaría mi hermana, si la gustaba que la embistiesen en ese culo que me ponía tanto, vamos las cosas típicas de mi mente de salido. Me debió ver cara de duda y se adelantó en la propuesta para crear confianza.

- Si quieres empiezo yo! Te contaré la masturbación que me hice anoche después de romper con el gilipollas de mi… exnovio! Dijo poniendo cara diabólica.

- Vale! Vale! Pero en otro momento. Ahora voy a salir corriendo al agua para que no me vean, a ver si se me baja esto!

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Veraneos en Familia – Capítulo 06



Me levanté de la toalla y miré a mi madre y mis tías, se habían sentado de frente al agua y charlaban animadamente. Eche a correr mientras mi hermana se reía a mandíbula abierta y me lancé contra la primera ola. Note el frescor del agua y en unos segundos mi miembro volvió a su estado de hibernación. Di una brazadas hacia dentro y volví a la zona donde solo me cubría hasta el pecho. Mi mente giraba como una batidora donde el ingrediente principal era el sexo. Vi a mi madre que se metía en el agua de nuevo en dirección hacia mí. Cuando estaba cerca alargué mi mano como la vez anterior.

- Que tal mamá? Has tomado mucho el sol?

- Si, ya sentía bastante calor!

Volvió a hacer la misma maniobra dando con sus tetas contra mi pecho.

- Hay que bien! Súbeme como antes!

Volví va sentir como sus piernas se enroscaban en mi cintura y sus tetas se aplastaba cerca de mi cara. La subí varias veces aunque ahora las olas eran más suaves.

- Te he visto hablando con tu hermana!

Sentí un latigazo que recorrió todo mi cuerpo. Pensé que podría haber visto nuestros manoseos.

- Me alegro de veros hablar con tranquilidad, sin tiraros los trastos a la cabeza! Me dijo con la mejilla pegada a la mía.

- Pues si! La verdad es que nos hemos reído un rato contándonos cosas.

- Hasta os habéis dado crema, jajaja! Río alegremente.

- Bueno, tampoco tenía a nadie más que se la diera! Ahora reímos a la vez.

- Pues si, eso me pasa a mi! Dijo ahora algo compungida.

- Yo te la daré si quieres!

- Mejor las manos de un hombretón como tú que las de tus tías! Jajaja! Rió de nuevo y sentí que se abrazaba más a mi.

Creo que debió notar como se endurecía mi miembro bajo sus muslos pero no dijo nada.

Mis tías comenzaron a hacer señas para que regresáramos. Dejé a mi madre donde no le cubría y me fui a dar una brazadas para que se me bajara la erección antes de salir.

Regresamos a casa de mis tías y prepararon la comida, yo parecía el rey de la casa pues apenas hacía nada, y si lo intentaba, ahí estaban ellas para pararme.

Comimos manteniendo una animada conversación, mis tías contaban cosas de cuando yo iba de pequeño y reíamos los cinco. Al terminar vi que mis tías estaban muy atentas mirándome, supongo que esperarían alguna señal por mi parte. Yo sonreía pero no hacía ninguna señal, creo que disfrutaba de esa situación. Recogimos los cacharros y en las idas y venidas aprovecharon las dos para darme algún azote en el culo cuando no las veían. Mi madre dijo que se iba a echar la siesta y mis tías decidieron hacer lo mismo. Yo ya me había preparado una copa y mi hermana me pidió que le preparara otra. Cuando llegue mi hermana me miraba con cara interrogante, me quedé mirándola y me dijo.

– Por qué no nos subimos a la terraza a tomarlas? Acepté de buen grado, me apetecía seguir la conversación que habíamos empezado en la playa y supuse que a ella también.

Nos sentamos en el amplio sofá que estaba cubierto por un toldo. Hacía calor, pero soportable. Me quite la camiseta y me quedé solo con el bañador. Mi hermana me imitó quitándose la camisola y volví a ver su delicioso y prieto culo mientras lo hacía. Se sentó a mi lado con su muslo pegado al mío y me miró como esperando algo. Yo también la miraba esperando algo pero parecía que ninguno nos decidíamos a hablar. Finalmente ella con sonrisa pícara dio el primer paso.

- Por qué no me cuentas tu aventura en la caseta con tía Sole?

Me quedé algo pillado ¡Joder, también nos había visto! Pensé que era imposible, que tan solo lo debía de haber imaginado. Como veía que yo no contestaba decidió proseguir.

- Vi lo contenta que iba la tía tirando de tu mano! Estoy segura que allí pasó algo!

Me debí de empezar a poner colorado porque intentó tranquilizarme.

- Ya te he dicho que no le voy a decir nada a nadie, pero la curiosidad me corroe! Dijo con una leve sonrisa algo siniestra.

Yo seguía sin hablar, no sabía que decir, o mejor dicho, cómo decirlo. En ese momento puso una pierna sobre la mía y sentí su robusto muslo posado sobre mi piel. Estaba sentada de lado, mirando hacia mi y se acercó a mi oído.

- Venga cuenta, que quiero ponerme cachonda!

Y después de susurrarme me mordió el lóbulo de la oreja. Yo no necesitaba mucho para ponerme caliente y eso había sido suficiente. Noté como mi bañador, pegado a su muslo, comenzaba a aumentar de tamaño.

- Bueno, pues sí, algo pasó! Pude decir intentando controlar la situación.

- Seguro que le tocaste bien esas grandes tetas que tiene! Dijo volviendo a morderme la oreja.

- Me pidió que se las tocará y no me pude negar!

- Negar? Jajaja, pero si estarías deseando! Rió entre divertida y lasciva.

Comenzó a sobarme el pecho con su fina mano de largos dedos.

- Te pondrías muy cachondo, verdad!

- Me puse como un verraco! Contesté casi en automático.

- Y seguro que ella te tocaría la polla a ver cómo se te había puesto! Dijo bajando su mano desde el pecho hasta mi bañador.

Sentí como me la sobaba por encima de la tela que ya formaba una tienda de campaña. Tardé unos segundos en contestar, pero viendo la situación, ya no me corté.

- Se me había puesto más dura que una columna de mármol, y no te puedes imaginar con que ganas me la sobó!

Dije de corrido sin pensarlo demasiado. Sentí como mi hermana metía la mano bajo mi bañador y me agarraba el miembro ya muy endurecido.

- Te la sobó así? Me dijo mientras subía y bajaba el terso pellejo de mi polla en plena erección.

Noté como apretaba sus muslos y me volvía a morder la oreja y opte por poner mi mano sobre uno de ellos, si ella me iba a pajear yo no me iba a quedar quieto. Comencé a acariciarle el muslo y continúe hablando.

- No sólo me la sobó, se agachó y me la chupo con ansia! Le dije exagerando un poco, mejor dicho, no exageré casi nada.

- Joder, que guarra! Dijo pajeándome bajo el bañador.

Notaba como se iba excitando a cada frase que le decía y eso me ponía más cachondo, si es que podía ponerme más. Decidí darle detalles para ver hasta dónde llegaba en su calentón.

- Me dijo que le encantaba mi capullo, tan duro y brillante y le dio varios lametazos!

Mi hermana subió su mano libre y pellizco uno de su gordos pezones por encima del bikini.

- Diossss! Sigue! Sigue.

- Después abrió su rica boca, con esos labios carnosos y sensuales que tiene y sorbió mi capullo como si fuera la bola de un helado.

Mi hermana ya se había bajado el bikini y manoseaba su gordo pezón que había dejado a la vista. Yo tire de mi bañador hacia abajo y descubrí su mano agarrando mi polla con cierta presión.

- Madre mía! Tan guarra es?

- Más que guarra! Contesté para aumentar su excitación.

- No te vas a creer lo que vino después!

- Joder! Cuenta! Cuenta!

Miraba sus ojos y parecían saltar chispas de ellos, en un momento se había puesto más caliente que una estufa de leña. Miraba su pezón, tan grande y duro, y sentí unas ganas feroces de comérmelo.

- Que bien sabe! Me dijo y abrió la boca y se metió toda mi polla! No sé cómo lo hizo, pero pude sentir como tragaba hasta hacer que atravesará su garganta!

- Diossss, como me hubiera gustado haberlo visto! Casi gritó mi hermana con mirada endiablada.

Estaba tan excitada que decidí aprovechar el momento. Acerqué mi boca hasta su desnudo pezón y lo chupé con delicadeza. Ella retiró su mano y me dejó hacer.

- Ufff, sí, sí!! Susurró apretando mi cabeza contra su teta.

Me dejó chupar unos segundos hasta que volvió a susurrar.

– Chupa más! Más fuerte!

Mi mano se había colado entre sus muslos y noté como los abría dejándome más espacio. Toqué con los dedos el pequeño triángulo de tela y su cuerpo dio un pequeño estertor. Retiré la tela mientras seguía chupando su gordo pezón y pase dos dedos sobre los gruesos labios genitales perfectamente depilados, al sentirlos apretó todavía más mi cara contra su teta como si necesitara sentir más mis succiones. Mordisquee su duro y gordo pezón haciendo que su cuerpo temblará.

- Que bien lo haces cabron! Susurró contra mi cabeza.

Unos de mis dedos se había colado entre sus labios genitales sintiendo la humedad que ya manaba de ellos. No me costó encontrar el clítoris, de buen tamaño y muy duro, y eso provocó que sus piernas temblaran notoriamente. Tiró de mi pelo para separarme la boca de su pezón y…

- Sigue contándome! Me dijo mientras movía su culo como para acoplarse mejor en el sofá.

Realmente ya no recordaba bien lo ocurrido y me limité a seguir contándole lo que se me iba ocurriendo.

- Comenzó a chuparme la polla con grandes succiones como si fuera una aspiradora mientras masajeaba mis huevos y no tardé en soltarle un buen chorro de leche! Después vino otro, y otro y otro.

- Joder, y se lo tragó todo?

- No dejó ni una gota! Estuvo chupando y tragando hasta que me dejó la polla seca!

- Ahhh! Ahhhh! Sigue! Méteme más los dedos! Diossss! Ahhhhh!

Mi hermana se estaba corriendo y me estaba poniendo la mano pérdida de flujo, seguí moviendo dos de mis dedos en el interior de su vagina haciéndola temblar como un flan. Soltó mi polla para poner sus dos manos sobre la mía y apretármela con fuerza hasta que acabó de correrse. Su cuerpo fue dejando de temblar y su respiración amainó.

-Diossss, que guarra me has puesto!

- Pues tú a mí me has dejado la polla más dura que un poste de la luz!

- Joder, y que quieres, que te haga una paja y me pongas perdida!

- Podrías chupármela!

- Aquí! Venga ya! Estás loco? Imagina que sube mamá y nos ve, que podría pensar? Que somos unos degenerados?

- Joder, pues no decías nada cuando te estaba pajeando!

- Es que… me has puesto muy guarra y no podía parar!

- Vale, vale! Pues ya me dirás qué te cuente más cosas, que te las va a contar la vecina!

- Veeenga! No te pongas así! Te prometo que te compensaré!
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Veraneos en Familia – Capítulo 07


Dicho esto, se marchó y se metió en su habitación. Yo esperé a que me disminuyera la erección y bajé hasta la cocina, estaba bastante cabreado y me apetecía un buen copazo, seguro que con eso se me pasaría. Según me lo estaba sirviendo apareció mi tía Candi.

- Te estás poniendo otra copa?

- Si, hace algo de calor arriba y he bajado con sed!

- Ponme a mí otra! Si te apetece que te acompañe!

- Por supuesto tía! Como no me va a apetecer!

- Quieres que salgamos al jardín? Por la puerta de la cocina hay una zona que ahora da la sombra y tenemos una mesa con un par de sillas.

- Perfecto!

Salimos por donde había dicho, que era la pared lateral de la casa y había un árbol bastante frondoso que daba bastante sombra. Tan solo se veía una pequeña parte del jardín trasero. Nos sentamos y vi como miraba el bulto que todavía se notaba en mi bañador.

- Que tal en la terraza con tu hermana?

Me sorprendió la pregunta, no sabía si sospechaba algo de lo que había pasado pues su sonrisa era algo interrogante.

- Bien, hemos estado charlando un rato, es algo que no hacemos habitualmente.

- Me ha parecido verla algo preocupada durante la comida!

- Tengo confianza contigo, a si que te lo contaré. Parece que lo ha dejado con su novio y está un poco jodida.

- Vaya, a esa edad estas cosas pasan! Me dijo sonriendo, aunque la siguiente pregunta me desconcertó.

- La has consolado?

La miré a sus ojos felinos intentando adivinar lo que pensaba. ¿Era una pregunta trampa? Tardé varios segundos en reaccionar pues no sabía que decir exactamente hasta que me decidí por una respuesta ambigua.

- He hecho lo que he podido!

- Estoy segura que te lo habrá agradecido! Dijo manteniendo esa mirada penetrante.

Sonreí pensando en lo que me había prometido mi hermana y contesté sin pensar.

- Bueno, me ha dicho que me compensaría! Dije casi riéndome.

Mi tía era bastante lista, y supongo que algo se imaginaba. Parecía que daba por hecho que algo había pasado y estaba dispuesta a sonsacármelo.

- Y crees que lo hará?

Su fina bata se había abierto y ahora podía ver parte de sus tetas desnudas. Tan solo llevaba puesto debajo un pequeño tanga azul, a juego con la bata, que apenas podía ver cuándo cruzó las piernas. Mis ojos miraron su cuerpo con deseo, y a la vez volví la vista hacia el pequeño espacio que se veía del jardín trasero.

- Tranquilo, esta parte no se ve desde la piscina! Me dijo con mirada coqueta y una sonrisa perversa.

Realmente yo llevaba con la polla dura desde por la mañana en la playa y todavía no había descargado una buena dosis de leche que se me acumulaba como el agua de una presa. Se levantó de la silla y ahora pude ver sus bonitas tetas al completo. Como de costumbre sus pezones destacaban duros y altivos, casi amenazantes. Se acercó hasta mi y mientras mantenía el vaso en una mano puso la otra sobre mi pecho y lo acarició por encima de la camiseta. Sus tetas estaban tan cerca que no pude reprimir levantar la mano y acariciarlas. Roce con mis dedos los grandes pezones sintiendo como se ponían más duros mientras los miraba ensimismado. Ella volvió al ataque.

- He visto como la miras el culo y me da que ya te has hecho alguna paja soñando como la embestías por detrás!

Madre mía! Está mujer parecía una pitonisa, leía mi mente como el que lee un libro. Acercó más sus tetas a mi cara inclinándose levemente y reaccioné de inmediato llevando mi boca hasta uno de sus pezones. Comencé a chuparlo y a sorberlo con suavidad refrendando mis impulsos hormonales. Quería parecer tranquilo y controlado aunque mis deseos eran de follármela al instante. El comentario que había hecho era una afirmación que parecía no necesitar respuesta pero en el fondo me apetecía dársela.

- Pues sí, han caído unas cuantas pensando en su culo, a una media de seis pajas diarias me da para visualizar muchos culos!

Dije intentando ir de sobrado. Pero mi tía fue más allá.

- También pensando en el de tu madre?

- Joder tía, vaya pregunta!

- Bueno, yo soy tu tía, y me has follado con ganas y deseo. Tu madre está muy bien y seguro que algún sueño has tenido con ella!

Como os decía anteriormente, está mujer debía de ser vidente. Su mano libre ya acariciaba mi miembro por encima del bañador, se había endurecido totalmente y el bulto que formaba ya era apabullante. Dejó el vaso sobre la mesa y sin cortarse se arrodilló sobre el césped a la vez que sacaba mi polla del bañador. No tardé en sentir su larga lengua lamiendo mi capullo, ya estaba hinchado y duro como el pedernal, y sus labios lo envolvieron con rapidez. Mientras sentía como engullía mi capullo introduciéndolo en su cálida boca, decidí contestar a su pregunta morbosa.

- Pues si, mi madre me parece una mujer estupenda y para mi gusto está buenísima, y sí, algunos sueños plácidos he tenido pensando en ella.

Noté como engullía mi polla avanzando con sus rojos labios por el duro y venoso tronco hasta que mi capullo chocó contra su garganta. Lo succiono varía veces haciendo que mi cuerpo se tensara y puse una mano sobre su cabeza para seguir el movimiento. Que manera de chupar, diossss! Era realmente delicioso. En ese momento oí hablar a mi madre y a mí otra tía.

- Tía! Tía! Creo que han salido al jardín! Dije retirándome la cabeza de mi regazo. Ella levantó sus ojos con mirada felina y sonriendo me preguntó.

- No te gusta el morbo?

- Joder, si, pero y si vienen para acá?

- No lo creo. Sole mantendrá a tu madre entretenida y aunque vaya a la cocina no nos verá! Y sin darme opciones volvió a engullir mi polla.

Ahora profundizó más y la introdujo en su garganta hasta tragársela entera. Mi cuerpo volvió a tensarse, incluso a estremecerse, mientras escuchaba a mi tía y a mi madre hablar. Realmente ese morbo me empezaba a gustar y creo que aumentaba mi excitación. Volví a agarrar su cabeza y la moví al ritmo que me apetecía. Ella se dejaba llevar tragándose la polla a cada tirón que le daba.

- Joder tía Candi! Como me la chupas de bien, diossss! Le susurré para alagarla mirando como se cimbreaba su cuerpo a cada chupada.

El morbo de oírlas tan cerca me había animado a susurrarle cosas. Estaba tan excitado que me apetecía decirle burradas.

- Como me gusta follarte la boca! Me encanta que te pongas muy guarra para follarte por todos lados!

No sé si era morbo o nerviosismo, pero parecía que me habían dado cuerda y no paraba de hablar.

- Vamos perra! Chupa, chupa! Que estás a punto de sacarme la leche! Te gusta mi leche, eh, cerda! Te voy a llenar la boca con ella!!

Metí las manos por debajo y comencé a sobarle las tetas. Las amasaba, las apretaba y tiraba de los gordos pezones. Ella seguía chupando a la velocidad que le había marcado y mi cuerpo se tensó al sentir como llegaba el primer chorretón. Pude oír su garganta tragando cuando llegó el segundo y el tercero, supongo que salieron algunos más pero con menos cantidad. Se lo intentó tragar todo aunque al final acabo rezumando entre sus rojos labios una leve cantidad. Mi cabeza estaba en dos sitios y el morbo y el nerviosismo se turnaban. Podía oír a mi madre y a mi tía, aunque no me llegaba con nitidez, y a la vez se mezclaba con las sonoras chupadas que me estaba dando tía Candi, todo esto era algo nuevo para mí e intentaba asimilarlo aunque no podía, iba demasiado rápido.

Había sido mi primera corrida del día y tía Candi parecía estar dispuesta a sacarme la segunda. Siguió chupando hasta dejar mi polla reluciente, además de mantenerla erguida. Levantó su mirada sin dejar de masajear con la mano y con sonrisa lasciva me preguntó.

- No te gustaría follarme contra la pared mientras escuchas a Sole y a tu madre?

Tía Candi estaba dispuesta a introducir el morbo en mi mente, un aderezo más al traqueteo de mis hormonas. Para mí ese morbo real era nuevo, mi mente era morbosa pero tan solo en la imaginación, pero ahora estaba ocurriendo allí mismo. La ayude a incorporarse y la puse contra la pared. Mi polla seguía en plena erección como un ariete a punto de derribar la puerta del castillo. La agarré con la mano y la oriente entre los húmedos labios genitales que asomaban entre sus bonitos muslos, y con una leve presión se introdujo hasta la mitad. El morbo se había apoderado de mi mente y mi madre apareció en mis depravados pensamientos. No pude evitar imaginar que era a ella a la que tenía contra esa pared blanca bañada por el sol, y comencé a bombear mi polla. El culo de tía Candi se aplastaba contra la pared a cada una de mis embestidas y ella ahogaba sus gemidos aferrada a mi cuello.

- Las oyes? Están hablando de ti! Susurró con los labios pegados a mi oreja.

Yo las oía hablar aunque no percibía lo que decían, creo que tía Candi tampoco podía entenderlas, pero sabía que eso era más condimento para la olla de morbo que hervía en mi cabeza. Puse mis manos bajo su culo y ella enroscó sus piernas en mi cuerpo. Se quedó en el aire, tan solo sujeta con la espalda contra la pared y comencé a bombear con más fuerza. Podía sentir sus jadeos contra mi oreja, eran unos jadeos que clamaban deseo y pasión. Mi polla entraba hasta el fondo de su vagina y volvía a salir como un pistón bien engrasado. Su culo se aplastaba contra la pared a cada empujón mientras mi mente divagaba mezclando a mi madre. A cada embestida aumentaba más el deseo de follarme a mi madre, podía verla en mis pensamientos con su delicioso cuerpo pegado al mío cómo había hecho en la playa a la vez que me repetía – Siiii! Siiii! Más fuerte Pedrito! – Pero eso había sido la voz de tía Candi que llenaba mi oído con sus deseos. Sus jadeos aumentaron y sentí como se corría a la vez que clavaba sus uñas en mi espalda. Seguí embistiendo y en pocos segundos volví a soltar una buena ración de semen. Mi mente estaba desquiciada y mi boca volvió a vomitar guarradas.

– Toma perra! Tomaaa! Te voy a llenar de leche! Le grité en forma de susurro mientras me corría.

Solté una buena cantidad y comenzó a chorrear entre sus muslos.

- Diossss! Que corrida! Como me gusta ver esa leche chorreando entre mis piernas! Me susurró con cara de satisfacción

- Ufff! Haces que me ponga como un toro cuando te follo!

- Es lo que pretendo! Y que sepas… que me pone muy zorra que me digas todas esas guarradas! Me dijo con la lascivia dibujándose en su cara.

- Voy a limpiarme esta delicia, aunque me encantaría salir así y contárselo! Jajaja! Dijo riéndose y metiéndose en la cocina.
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heranlu

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Veraneos en Familia – Capítulo 08



Cuando entré en la cocina, tía Candi ya se había subido a su habitación a cambiarse de bragas supongo, ya que las que llevaba se habían empapado. Salí por la puerta del salón al jardín con mi vaso de whisky en la mano, apenas le había dado un trago. Mi madre y Sole me recibieron sonrientes mirándome con ojos candorosos, me hubiera gustado leer sus pensamientos pero no tengo ese don como parecía tenerlo tía Candi. Miré a mi madre y la vi esplendorosa, como siempre, y mi mente depravada volvió a pensar en cómo me gustaría follármela. Pensé que lo mejor sería refrescar cuerpo y mente, y solté el vaso y me metí en la piscina.

Tía Sole se fue a la cocina a por bebidas y mi madre decidió darse un baño también. Se acercó al otro extremo donde estaba yo sumergido moviendo los brazos para mantener mi cuerpo flotando.

- Por qué no me das vueltas como haces con tía Sole? Me dijo con su deliciosa sonrisa.

- Pues claro mamá!

Puse mi mano bajo su nuca y la otra en su baja espalda, cerca del bonito tanga que llevaba. Con suavidad comencé a moverla girando sobre mi propio cuerpo. Para mi era una sensación deliciosa, además de deseada y ella mantenía su sonrisa esplendida.

- Ummmm, que bien se está así!

- Te gusta? Puedo ir más deprisa!

- No, no! Así está muy bien, aunque se me hunde un poco el culo! Jajaja!

Uffff, eso me había puesto nervioso, tendría que bajar más la mano y ponérsela en el culo, aunque no sabía cómo reaccionaría. Decidí ponérsela bajo el culo, que podría pasar?, como mucho que me la quitara. La baje lentamente hasta poner la palma con los dedos abiertos bajo el centro de su precioso culo. Fue una sensación deliciosa, estimulante, y sobre todo morbosa para mi mente calenturienta. Ya se lo había tocado bien el la playa, aunque allí con el tema de las olas era como más natural. Su respuesta a mi maniobra me reconfortó.

- Jajaja! Así ya no se me hunde! Dijo divertida.

Ahora podía ver sus tetas, apenas tapadas por el pequeño sujetador del bikini, y también el centro de sus muslos, tan solo cubiertos con el triángulo del tanga. Era una visión maravillosa que alimentaba todavía más el morbo de mi calenturienta mente. Pareció darse cuenta de cómo la miraba.

- No crees que es muy pequeño el bikini? No sé cómo me he dejado convencer por tus tías!

- Que va mamá! Te queda muy bien! Tienes un cuerpo estupendo para lucirlo!

- De verdad te parece que estoy bien?

- No bien, estás estupenda!

- Gracias hijo! Aunque venga de ti, necesito oír esas cosas. Últimamente tu padre no me hace mucho caso y estos halagos siempre vienen bien!

No pude evitar darle un apretón en su hermoso culo a la vez que decía sin pensar.

- Pues no sabe lo que se pierde!

Mi madre se incorporó de un impulso y se abrazó a mí dándome un cálido beso en la mejilla.

- Gracias hijo! Eres un sol! Susurró a mi oído mientras sentía como sus tetas se aplastaba contra mi pecho.

Me puse algo nervioso, mi tía no había salido y estábamos solos y por mi cabeza corrió el impulso de besarla en los labios. Pude reprimirlo y tan solo le besé la mejilla, pero fue un beso lascivo del que manaba el deseo. Noté como se apretaba aún más contra mí y la volví a besar, aunque ahora fue más largo e impregnado con la misma lascivia que el primero.

- Gracias por tu cariño, cielo! Me dijo respondiendo con el mismo tipo de beso sobre mi mejilla.

- Me han dicho las tías que hay un sendero que acaba en un acantilado con vistas muy bonitas al mar. Te apetece darte un paseo conmigo?

- Estaré encantado! Contesté sin dudarlo.

El beso que me había dado me había hecho soñar, y ahora me pedía dar un paseo como dos enamorados. Pensé que era un momento decisivo en la relación que tenía con mi madre y mi mente se nubló llenándose de pensamientos de todo tipo, bueno, más bien del tipo lujurioso.

Salimos del agua y nos secamos un poco con las toallas. Mi madre se puso una de las batas que se ha había comprado, del estilo a las de mis tías y yo me puse la camiseta. En ese momento salía Sole con una bandeja con bebidas.

- Sole, me voy con Pedrito a dar un paseo por el sendero que me dijiste. A ver si es tan bonito como me habéis contado. Dijo mi madre.

- Es preciso! Sobre todo a estas horas que está el sol a punto de ponerse. Ya verás como os gusta! Contestó Sole.

- Son unos diez minutos hasta llegar al acantilado y seguro que llegáis a tiempo a la puesta de sol! Añadió con una gran sonrisa.

Mi madre se calzó unas sandalias con cierto tacón que la hacían mas esbelta, yo me puse los náuticos de siempre y salimos de la casa. Caminamos unos cincuenta metros por la carretera que bordea la colina y desde allí salía el sendero. Mi madre me agarró de la mano y caminamos entre los árboles. Era bastante frondoso y se oían los trinos de los pájaros como música de fondo.

- Que bonito que esto, verdad! Me dijo pasando su mano por mi cintura.

- Pues si! La verdad es que parece un bosque y no se ve a nadie! Contesté a la vez que le ponía mi brazo sobre sus hombros instintivamente.

- Gracias por acompañarme! Me dijo con cierta tristeza.

- Nada de gracias! Estoy encantado!

- Es que me siento algo sola y tu compañía me consuela mucho!

- Por qué dices que te sientes sola? Nos tienes a todos nosotros!

- Tengo que contarte algo. Como sabes, tu padre apenas está en casa y cuando viene, casi ni hablamos.

Apoyo la cabeza sobre mi hombro mientras caminábamos con lentitud, y sentí que me iba a contar algo muy íntimo. Decidí no decir nada y dejar que hablara.

- Llevamos dos años que no tenemos contacto físico. Cuando está en casa dormimos en la misma cama pero ni siquiera nos miramos, tan solo un beso de buenas noches y se apaga la luz.

En ese momento le di un beso tierno en su cabeza que reposaba sobre mi hombro y sentí como su brazo se aferraba más fuerte a mi cintura. Volví a besarla en la cabeza y la movió para mirarme a los ojos. Nos detuvimos y de una forma instintiva y nuestros labios se acercaron con lentitud hasta juntarse. Fue un beso suave, sin lengua, y relativamente largo. Despegamos los labios y nos volvimos a mirar con intensidad. Pasaron unos segundos que se me hicieron eternos hasta que volvimos a juntar nuestros labios, ahora el beso fue más intenso y las lenguas salieron para enroscarse y fundirse en nuestras bocas. Sus brazos subieron a mi cuello y los míos bajaron a su cintura, mis manos buscaron su cuerpo tocando su deliciosa carne a través de la fina tela y bajaron lentamente hasta su maravilloso culo. Lo sentí entre mis dedos, lo sobe y lo apreté mientras mi mente viajaba en una blanca nube a través de un cielo de azul intenso. Ella se pegó más a mi cuerpo y puse sentir el roce de su pelvis contra mi miembro que comenzaba a coger dureza. No sé el tiempo que pasó, pero me pareció infinito.

- Vamos a seguir que quiero ver la puesta de sol! Dijo al despegar los labios.

Continuamos caminando agarrados sin decir nada hasta llegar donde acababa el sendero. Había una zona de hierva cercana al borde y nos sentamos mirando al mar. El sol comenzaba a tornarse rojo y las crestas de las olas desprendían destellos brillantes. Me senté con las piernas abiertas y ella se sentó delante de mí apoyando su espalda sobre mi pecho. Rodee su cintura con mis brazos apoyando las manos sobre su vientre y ella a la vez puso sus manos sobre las mías.

- Que atardecer más precioso! Dijo mi madre.

- Es delicioso! Sobre todo estando a tu lado! Contesté sintiendo que la frase emanaba deseo.

Ella, que tenía mis manos cogidas con las suyas, tiro de ellas para ponérmelas sobre su pecho. Un latigazo recorrió todo mi cuerpo, eso que tanto había anhelado ahora me lo estaba ofreciendo ella. Fue un momento delicioso sentir como apretaba mis manos contra sus deliciosas tetas. Mi polla dio un respingo en un intento de enderezarse aunque no obedecía a mis esfuerzos para evitarlo. Soltó mis manos para dejar que yo las moviera y así lo hice. Comencé a sobarle las tetas lentamente sobre la tela, podía sentir sus pezones, esos pezones grandes que poseía toda la familia. Noté como cogían consistencia y se endurecían a la vez que ella emitía un largo suspiro de placer.

Mis hormonas eran un hervidero de hormigas recorriendo todo mi cuerpo y no dude en abrir su fina camisola veraniega descubriendo sus tetas, apenas tapadas por el pequeño sujetador del bikini. Volví a sobarlas y a tocar sus pezones con las yemas de mis dedos. Ella torció levemente la cabeza ofreciéndome su cuello que no dude en besarlo.

Mi lengua lo recorrió dejando un rastro de saliva a la vez que bajaba la tela del bikini para descubrir los pezones. Los miré por encima de su hombro a la vez que los palpaba con los dedos. Podía ver sus piernas estiradas y el pequeño triángulo del bikini tapando el centro de sus muslos, y como se marcaban sus labios genitales. Me entraron unas ganas incontroladas de tocarlo y baje una de mis manos por su vientre, acaricié la parte alta de su zona púbica, justo al borde de la tela del tanga, y abrió levemente las piernas.

Lo intérprete como una señal para que siguiera, y así lo hice. Pase los dedos sobre el pequeño triángulo y sentí los abultados labios. El cuerpo de mi madre dio un suave estertor a la vez que su boca emitía un largo suspiro de placer. Mis dedos continuaron acariciando sobre la tela mientras notaba como su cuerpo se iba estremeciendo a cada roce. Ya no podía parar, mi mente calenturienta y salida ya solo pensaba en follar, en follarme a mi deliciosa madre.

Metí los dedos bajo la tela y acaricié un suave bello púbico que apenas cubría sus carnosos labios genitales.

- Ahhh! Siii! Siii!

Gimió mientras todo su cuerpo se removía buscando más mis dedos. Penetre con uno, sintiendo la intensa humedad que ya manaba de su interior mientras sobaba sus tetas con la otra mano. Penetre con mi dedo hasta meterlo completamente y lo giré en el interior. Lo saqué para buscar el clítoris y me sorprendí al sentir lo grande que era. Jugué con el con la punta de mi dedo y a los pocos segundos oí sus gemidos.

- Ahhh! Ahhh! Diosss! Sigue! Sigue! Ahhhh!

Giró más su cabeza buscando mi boca y la devoró con un beso intenso y lascivo mientras se corría temblando notoriamente. Empapó mis dedos con una gran cantidad flujo y mordió mis labios hasta que dejó de temblar.

- Ufff! Que delicia hijo! No sabes cuánto lo necesitaba! Susurró mirando de nuevo al sol que comenzaba a esconderse.

Quise entender mejor lo que me decía y pregunte abiertamente.

- ¿No te masturbas?

- Si, pero no es igual! Tus dedos están llenos de vida y esa vida me ha dado un placer especial!

La notaba feliz y su cara expresaba una gran satisfacción, ahora el problema lo tenía yo, mi polla estaba más dura que el tronco de una encina y no tenía pinta de ablandarse.

- No sé que pensaras de mí, pero me he sentido muy feliz!

- Pero mamá, estoy encantado de haberte hecho feliz! Y lo haría las veces que hiciera falta!

Dije en un ataque de cínica generosidad, pues yo si que estaba pletórico. Se movió para sentarse a mi lado derecho y noté como su culo rozaba mi duro miembro al moverse. Me volvió a besar los labios de forma cálida e intensa con la felicidad dibujada en su cara. Bajó la mirada y vio como se abultaba mi bañador. Retornó su mirada a mis ojos y pude ver esa mirada felina que solía ofrecerme tía Candi.

- Creo que no podemos irnos con esto así! Dijo poniendo su pequeña mano sobre mi bañador.

Tiro de la tela y mi polla saltó como un resorte.

- Ufff! Madre mía! Cómo está! Dijo abriendo aún más sus bonitos ojos.

Abrió la mano y enroscó los finos y largos dedos sobre la dura carne. Tenía las venas hinchadas bombeando sangre a gran velocidad, y el capullo se erguía terso y brillante. Su delicada mano hizo subir y bajar la tersa y estirada piel que envolvía mi polla y sentí una sensación deliciosa. Miré al sol, que tan solo se veía ya su mitad de un rojo intenso cayendo en el largo horizonte del mar. No quise mirar hacia abajo, tan solo sentir sus labios cuando se posaron sobre mi capullo abrazándolo cálidamente.

Su lengua lo envolvió con una gran lamida por todo el contorno haciendo que mi cuerpo se estremeciera. Se había inclinado sobre mi regazo y puse la mano sobre su espalda para acariciarla. Comenzó a succionar con delicadeza hasta hacer que media polla se introdujera en su cálida boca y baje la mano lentamente hasta llegar a su culo. Levante la camisola y lo deje al aire, deleitando mi vista viendo cómo se movía al ritmo de sus inclinaciones.

Lo sobe de una parte a otra sintiendo todo su contorno bajo mis dedos, tan solo cubierto por la fina tira del tanga que se perdía entre la raja de su culo. Sus chupadas aumentaron haciéndose más sonoras para el deleite de mis oídos. Noté como su otra mano se metía bajo mis huevos sobándolos con delicadeza. Notaba mi polla plenamente estirada y tersa con la sensación de que iba a reventar y baje con mi dedo hasta el centro de su culo. Comencé a pasar la punta del dedo por el esfínter sintiendo esa delicada piel.

Cambió su posición de sentada hasta ponerse de rodillas, facilitándome el manoseo sobre su culo y lo entendí como una señal de aceptación a mi manoseo. Contemple la escena deleitándome en ella, algo que soñaba hace tiempo y que comenzaba a cumplirse.

Sus chupadas se hicieron más profundas y pude sentir mi glande penetrando en su garganta. Cerré los ojos y penetre con la punta de mi dedo en su esfínter varias veces hasta notar como se abría. Aumento el ritmo de sus chupadas provocando que todo mi cuerpo se tensara. Impulsivamente le di un par de azotes sobre la carne dura y tersa del culo.

- Me voy a correr mamá! Me voy a correr!

Jadee al sentir como una bocanada de semen recorría el interior de mi polla. Fue algo instintivo, como un aviso para que supiera lo que iba a suceder.

La leche salto como una ráfaga en su boca, y para mi deleite comenzó a tragar sin dejar de chupar. Después llegó otra, y otra, y su maravillosa boca seguía tragando y chupando al mismo ritmo, pero su garganta no pudo más y sentí como rebosaba entre sus labios. Noté varios estertores en mi cuerpo hasta que salió la última gota, las chupadas amainaron haciéndose cada vez más lentas hasta que cesaron. Sacó la polla de su boca y levantó la cabeza para mirarme mientras se relamía los labios cubiertos con el semen esparcido.

- Te ha gustado, hijo? Me dijo con una sonrisa encantadora.

- Me ha encantado mamá! Ha sido delicioso!

Cambió su sonrisa poniéndola algo pícara.

- Sabes una cosa! Tienes una polla riquísima, y esos azotes suaves en el culo me han gustado! Nunca me los habían dado!

Me sujetó las mejillas con las dos manos y me besó en los labios con el sabor de mi semen. Cuando se separó vi en su cara dibujado el entusiasmo aderezado con la felicidad.

- Ufff, ha sido genial! Creo que habrá que repetir en algún sitio más cómodo, si lo deseas!

Creo que desearlo era poco, más bien lo ansiaba.

- Claro mamá! Lo estoy deseando ya! Contesté con más entusiasmo que ella.
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