Yo siempre he tenido muy buena relación con mis padres, en mi casa nunca han existido los tabús, en especial con el sexo. Siempre hemos hablado de manera muy liberal sobre este tema.
Como muchos, escuchaba a mis padres follar, al principio no entendía que sucedía, pero con los años supe lo que era. Durante mi adolescencia, mojaba las bragas cuando escuchaba a mi madre gemir de manera descontrolada y en muchas ocasiones comenzaba a masturbarme.
Les cuento como soy, actualmente tengo 27 años, soy de estatura media, con curvas en mi cuerpo, pelo largo de color castaño claro y ojos verdes y mi parte favorita del cuerpo son mis tetas. Tengo unas tetas grandes y firmes (talla 110). Siempre he sido una apasionada del sexo, aprendía lo que era mi sexualidad desde muy joven y desde entonces nunca he parado de aprender más y más. Supongo que lo he heredado de mi padre, ya que, a lo largo de mi vida, lo he pillado bastantes veces viendo porno, solo o con mi madre, aunque nunca se han dado cuenta de que les espiaba. Todas esas situaciones me ponían muy cachonda y han sido muchas las veces que me he corrido soñando que follaba a mi padre o hacía un trio con él y mi madre, pero siempre han sido fantasías nunca he intentado nada, hasta este verano.
Como mi padre tenía que trabajar, este verano solo pudimos irnos una semana de vacaciones, ya que, debido a la pandemia, mi padre no podía ausentarse mucho más de sus negocios. Reservó una bonita habitación en un hotel muy lujoso, en la playa y nos fuimos los tres a pasar unas divertidas vacaciones.
El primer día fue genial, nos fuimos a la playa, de compras, nos lo pasamos muy bien. El segundo día, planeamos hacer muchas más cosas, hasta que mi madre, recibió una llamada de teléfono de mi abuela, se había caído en mitad de la noche y se rompió una pierna, al ser mi madre hija única y no tener más familia, tuvo que cancelar sus vacaciones para poder ir a cuidarla al hospital
M: Hija, voy a tener que marcharme, tu abuela no puede estar sola, lo entiendes, no?
Y: Claro mamá, es normal, ahora mismo recogemos todo y nos vamos.
M: No hija, no quiero que vosotros canceléis las vacaciones, ha sido un año muy duro y todos necesitamos descansar.
Y: Pero mamá, como nos vamos a quedar sin ti? No es justo.
M: Por favor, quédate con papá y ayúdalo a distraerse, ha trabajado mucho en los últimos meses y necesita descansar y divertirse. Además, eres una chica lista, seguro que sabes hacer algo para que papá no me eche de menos y se lo pase bien.
Y: Vale mamá, haré lo que pueda, pero las vacaciones sin ti no serán lo mismo.
Tras nuestra conversación, mamá me dio un beso, demasiado cerca de los labios y su mirada parecía un poco alterada, como si quisiera decirme algo más, pero no le di mucha importancia, pensando que era yo la que me imaginaba las cosas.
Después de llevar a mi madre a la estación de trenes, nos fuimos a pasar el día a la playa e intentar animarnos un poco. Por la noche, mi padre me dijo que me arreglara que nos íbamos a cenar a un restaurante del puerto. Como hacía calor, me puse un vestido negro de tirantes, corto, con algo de vuelo en la falda y un escote de infarto.
P: Hija, estás muy guapa con ese vestido, además te hace unas tetas preciosas.
Y: Gracias papá.
Tras la cena, nos fuimos a tomar unas copas. Estábamos ya un poco bebidos, pero nos estábamos riendo mucho.
P: Mira hija, ese chico te está mirando, yo creo que quiere algo contigo.
Y: Pues que mire lo que quiera, esta semana es solo para ti y para mí.
P: Pero hija, te está comiendo con los ojos, yo creo que si le dejas te come esas tetas tan bonitas que tienes jajaja.
Y: Mira que me dices unas cosas papá.
P: Pero es verdad, me da rabia, que no quieras ir con ese chico a pasar una noche salvaje de sexo y prefieras quedarte con el viejo de tu padre.
Y: Papá, tú no eres viejo, además dudo que ese chico folle bien.
P: Si hija, ya soy viejo. Mira el otro día leyendo en internet, una chica contaba que se masturbaba con una almohada y parece ser que es muy normal. Mes estoy quedando desfasado, en mis tiempos las mujeres se masturbaban, metiéndose el dedo en el coño, a veces con la ducha y por supuesto, vibradores y demás juguetes sexuales, pero nunca con una almohada.
-Y: Jajaja, es verdad, hay muchas que lo hacen, pero que tu no lo sepas no quiere decir que seas viejo, además tú sabes otras cosas.
Tras continuar la conversación sobre los tipos de masturbación y seguir tomando copas, llegó el momento de irnos al hotel. Por el camino mi padre puso un brazo sobre mi hombro, dejando caer la mano, sobre una de mis tetas, yo no puse pegas, es más me gustaba, pero cuando llegamos a una calle, en la que apenas había gente, noté como sus dedos, agarraba mi pezón, por encima de la tela del vestido y del sujetado. No le hizo falta tocarme mucho para que se me pusiera duro y sensible y en seguida, noté como mis bragas se mojaban.
Al llegar al hotel, mi padre me soltó y entramos como si nada hasta la habitación. Una vez allí, me dijo:
P: Duerme en mi cama, es demasiado grande para dos, además mañana cuando la chica venga a hacernos la habitación, solo tendrá que hacer una, menos trabajo para ella, seguro que nos lo agradecerá.
Y: Vale papá, voy a quitar todas estas almohadas para poder acostarnos.
P: Si quieres dejar alguna para frotarte tu coñito no hay problema jajaja y de paso me explicas como se hace.
No sé qué me pasó por la cabeza, solo sé que me subí a la cama, me quité el vestido y me quedé solamente con mis bragas mojadas y mi sujetador, que marcaba mis pezones duros, comencé a frotarme con la almohada. Mi padre me miró sorprendido, lo primero que pensé fue en que había sido un error muy grande, hasta que noté como se colocaba su dura verga debajo del pantalón. Se acercó lentamente, sin apartar su mirada de mi y cuál fue mi sorpresa, cuando noté su mano entre mis piernas, primero me acariciaba por encima de las bragas y después me las apartó a un lado para dejar libre mi chorreante coño. En ese momento me dejé llevar, empecé a frotarme sobre su mano, lentamente él fue introduciendo un dedo en mi agujero. Cuando quitó su manó la tenía llena de mis jugos y con la otra mano me bajó el sujetador, para poder untarme las tetas con mi propia excitación. Como un loco se lanzó a chuparme las tetas, mientras se comía una me acariciaba la otra y yo seguía frotándome contra la almohada, era demasiado, empecé a gemir como una loca. Tras varios minutos, empecé como el orgasmo comenzaba a formarse en mi interior, seguí moviéndome más rápido, con la esperanza de poder correrme, pero no fue así.
Mi padre me empujó dejándome tumbada sobre la cama, se acercó y comenzó a quitarme la poca ropa que me quedaba, primero el sujetador, a la vez que le daba pequeñas chupadas a mis duros pezones y después mis bragas no sin antes parar a olerlas. Una vez desnuda, se lazó a comer mi dulce y empapado coño. Pasó su hábil lengua por toda mi cavidad, bebiéndose todos los flujos que se había generado, yo estaba a punto de correrme y sabía que en el momento, que su lengua tocara mi clítoris explotaría, pero no fue así, fue el único punto que no me chupó. Tras terminar, se acercó a mí boca y nos fundimos en un apasionado besos, donde yo misma pude degustar mis propios flujos.
P: Que pensabas zorrita mía, que me iba a quedar con un tonto mirando?
Y: Ayy papá me muero por correrme, estoy demasiado caliente, por cierto, no me parece bien que yo esté desnuda y tú todavía con la ropa, quiero verte desnudo.
P: Y que quieres ver de mí?
Y: Pues por ejemplo tu polla. Llevo años escuchando como te follas a mamá y ella siempre se corre gritando que tienes una polla increíble. Yo quiero probarla.
P: Al final vas a ser una puta salida, como yo pensaba. Anda ven a buscar tu polla.
Y: Ummm que ganas de tenerla para mi.
Nos volvimos a besar, mientras yo le iba desnudando, el no paraba de jugar con mis tetas. Lo dejé desnudo, solamente con el bóxer que escondía una tremenda erección. Para provocarle, comencé a pasar mis tetas por toda su cara, bajando poco a poco por su cuerpo, el gemía cada vez más y mi coño volvía a chorrear, por fin llegué a su polla y lentamente fui bajándole el bóxer hasta descubrir una enorme verga de unos 18 cm de largo, bastante ancha y con una erección descomunal. Como una loca, me lancé a ella, comencé a chupársela, mi sueño hecho realidad, no podía parar de lamerla toda entera mientras le tocaba sus grandes huevos.
Tras darle una buena mamada, comencé a hacerle una cubana, él no podía articular palabra de la excitación que tenía, su hermoso rabo se movía perfectamente entre mis dos enormes tetas, acariciándole la punta con mis sensibles pezones.
P: Nena, eres toda una experta en mamar pollas, seguro que ya te has comido unas cuantas.
Y: Sí papa, llevo chupando rabos desde hace muchos años.
Sin más le solté la verga y me senté a horcajadas sobre su cintura, comencé a moverme sobre él igual que hice con la almohada, pasando mi húmedo coño, por toda su polla sin llegar a metérmela, él se agarró a mis tetas otra vez, sin parar de mamarlas. Yo cada vez me movía más rápido, hasta que uno de esos movimientos me metí toda su verga.
Y: Oooh dios papá es maravillosa. Aaaah
P: Mi dulce niña, que ganas de follarte. Me encanta como me cabalgas. Sigue así mi putita.
Estuvimos así cerca de 15 minutos, yo cabalgando sobre mi padre mientras él me no paraba de saborear mis tetas, la sensación erra increíble, nunca había estado así de cachonda, pero con cada estacada, notaba como mi orgasmo crecía con más fuerza en mi interior, hasta que al final me corrí con un fuerte gemido. No podía moverme más, sabía que mi padre todavía no se había corrido e intenté seguir cabalgando sobre él, pero era imposible, no tenía fuerzas. De repente, mi padre me tumbó de manera brusca sobre la cama y sin más, empezó a follarme de forma salvaje mi coño dolorido, mientras me pellizcaba los pezones.
P: Que pensabas putita, que como tú ya te has corrido iba dejarte.
Y: Lo siento papi, no pudo más, sigue tú.
P: Claro que voy a seguir, hasta que te destroce este coño de zorra que tienes y tus tetas queden tan sensibles que te duelan solo con mirarlas.
Y: Aaaah sigue papá, creo que me voy a correr otra vez.
P: Vamos mi putita, córrete con papá. Aaaah
Y: Papiii!
Y nos corrimos de forma salvaje los dos a la vez. Estábamos agotados, mi padre me colocó sobre la cama, mientras me besaba dulcemente se tumbó a mi lado y me abrazó dejando sus manos en mis pezones duros y sensibles.
Y: Papá, me duelen mucho los pezones.
P: Lo sé mi niña, deja que te de un masaje, te sentirás mucho mejor.
Comenzó a acariciarme los pezones con las palmas de las manos, de manera muy suave, los tenía tan sensibles, que noté mi coño mojarse otra vez. Mientras me acariciaba, me decía:
P: Sabes cariño, cuanto te salieron las tetas, tu madre y yo, una noche, te dimos una pastilla para dormir sin que te enteraras, te metimos en nuestra cama, yo comencé a mamarte las tetas y tu madre me mamaba la polla a mi, después no cambiamos, fue tu madre la que te las comía mientras yo le comía el coño a ella. El resto de la noche nos la pasamos chupándotelas y acariciándote. Esa noche, tu madre me dijo que teníamos que hacer de ti una puta.
Y: En serio? Sabes la cantidad de veces que me he masturbado escuchando como follabais? Mi sueño era hacer un trío con los dos.
Mientras me hablaba sus dedos iban más deprisa sobre mis pezones.
P: La fantasía sexual que tiene tu madre, es frotar su coño con el tuyo mientras me coméis la polla entre las dos. A veces cuando duermes, te baja el pantalón del pijama para olerte el coño, le encanta, se pone muy cachonda y nos pasamos la noche follando mientras fantaseamos contigo.
Y: Uf papá, entre lo que me estás diciendo y lo que me estás haciendo me voy a correr. Me encantaría mucho follar con mamá y contigo. Oh me corrooo. Aaaah
Y después de ese orgasmo provocado por las caricias de mi padre en mis pezones, me quedé dormida, hasta el día siguiente que me desperté con la boca de mi papá comiéndose mi coño.
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Como les conté en mi anterior relato, después de mi primera noche con papá, me desperté con su boca en mi coño, era maravilloso, no había terminado de abrir los ojos y ya estaba a punto de correrme otra vez.
Y: Oooh si, sigue chupando, no aguanto más... Aaah
P: Buenos días mi dulce niña, veo que has tenido un bonito despertar.
Y: Uf si, no ha estado nada mal. ¿Papi, que vamos a hacer hoy?
P: Yo había pensado en follar, ¿qué opinas?
Y: Jajaja, no es mal plan, pero me gustaría hacer algo más. Además, tendremos que ducharnos y salir por lo menos, para que nos puedan limpiar la habitación.
P: Por eso no te preocupes, que papá se encarga de todo. Anda ven aquí y cómeme la polla un rato.
Sin más preocupaciones, me metí su verga en la boca y comencé a chupársela, mi padre gemía y me agarraba la cabeza para que no parara de chupársela, yo cada vez estaba más mojada y con más ganas de volver a meterme su polla en mi coño.
En ese momento, mi padre me hizo ponerme de pie, se sentó en el borde de la cama y me puso de espaldas a él, me dijo que mirara dirección la televisión, yo no entendía nada, pero le hice caso, empezó a acariciarme por todo el cuerpo, deteniéndose donde más le gustaba, mis tetas, me las pellizco hasta que mis pezones quedaron bien duros y después me cogió una para que me la metiera en la boca, mientras me mamaba una teta, él me tocaba lo otra, siempre mirando la tele.
Ya no aguantaba más me sentó encima de él, dándole la espalda y bien abierta de piernas, como si alguien me quisiera ver el coño desde la tele. En ese momento, levantó en el aire y poco a poco me fue bajando mientras me iba metiendo su tremenda erección.
Y: Siii, que ganas de que me follaras.
P: Tranquila mi niña, papá te va a follar todo lo que quieras. Vamos zorrita muévete más.
En ese momento llamaron a la puerta y mi padre me tapó la boca, queriendo simular que no había nadie. A los pocos minutos y tras volver a llamar, la puerta se abrió, era la chica de la limpieza, que venía a hacernos la habitación. Mientras tanto mi padre seguía moviéndose dentro de mí y yo no sabía qué hacer si gemir de placer o gritar de vergüenza.
L: Oh disculpen, pensé que no había nadie, me voy.
P: ¡No! Quédate. Cierra la puerta y acércate. Tranquila no voy a hacerte nada.
Y: ¡Papá! ¿Qué haces? Déjala que se vaya.
P: No hija, vamos a jugar. ¿Te gustaría ganarte un dinero extra?
L: Pues la verdad es que no me vendría nada mal. ¿Qué tengo que hacer?
P: Comerle las tetas a mi hija, mientras me la follo y por supuesto tener la boca cerrada. Te daré 300€.
L: Por ese precio, hasta le como el coño a la niña.
Y ahí estaba yo, abierta de piernas, mientras mi padre me follaba bien duro y una completa desconocida, me comía las tetas. Era una sensación muy rara, pero a la vez muy placentera, tanto que no tardé mucho en correrme y a los pocos minutos, mi padre no aguantó más, llenándome el coño de su leche, mientras le decía a Laura, nuestra nueva amiga, que le daba 50€ más si me limpiaba el coño con la lengua, lo cual ella no dudo. Fue fantástico, tener a dos personas dándome tanto placer al mismo tiempo.
Laura, era una mujer de unos 50 años, no era muy guapa, pero tenía algo especial, a parte de una excelente habilidad con la lengua. Nos contó que tenía varias personas a su cargo y que le era muy difícil pagar tanto gasto con su sueldo, por eso se ofreció a jugar con nosotros el resto de la semana a cambio de más dinero.
P: Esta bien, le pagaré lo pactado, pero por favor, no quiero que nadie del hotel se entere de esto.
L: No se preocupe, diré que son unos clientes especiales y que han pedido que sea yo la que les haga la habitación, todos los días, total, por aquí pasa gente muy especial con la limpieza, no sería nada raro que vosotros también lo pidierais. Además, que no tengo problema en comerle el coño a la niña, es maravillosa.
Y: Lo mismo digo yo de ti Laura, no se te da nada mal jajaja.
Mientras Laura nos hacía la habitación, papá y yo nos fuimos a la ducha. Cuando salí, ella se acercó a despedirse con un húmedo beso en los labios, mientras me pellizcaba mis sensibles pezones, poniéndolos duros otra vez.
Una vez listos, nos fuimos a desayunar a una terraza de frente al mar. Yo no paraba de pensar, en porqué mi padre me decía lo de follar de frente a la tele, sabía que había algo más, pero no me atrevía a preguntar.
P: ¿Qué te pasa mi niña? Te noto rara.
Y: Nada papi, estaba pensando en una cosa. Antes cuando fallábamos, me decías que mirara a la tele y me colocabas siempre en esa dirección. La verdad no entiendo a qué viene eso.
P: Jajaja, es una sorpresa mi amor, esta noche lo sabrás.
Tras desayunar, nos fuimos a pasar el día por la ciudad. Aprovechamos para comprar regalos para todos y recordé que no había vuelto a hablar con mi mamá, desde que llamó para decir que había llegado bien.
Entramos en muchas tiendas de ropa y cada vez que me iba a probar algo, mi papá intentaba entrar conmigo, pero por motivos de seguridad, debido a la pandemia, no pudimos hacer nada.
Fuimos a comer a un bonito restaurante, mi padre le pidió al camarero, una mesa lo más apartada del resto, diciendo que tenía mucho miedo a contagiarse de Covid, este sin dudarlo, nos puso en una parte de la terraza, en la que solo había dos mesas más con gente y una distancia, de más de 2 metros, por lo que pudimos tener cierta intimidad.
Y: Que rabia, quería que entraras conmigo a los probadores y de paso me tocaras un poco.
P: Ya cariño, pero las normas hay que respetarlas.
En ese momento noté que mi padre se movía y por debajo de la mesa, me cogió la mano para ponerla en su polla, que se la había sacado. Comencé a mover mi mano, la cara de mi padre era de pura excitación, mientras seguía con la paja.
P: Nena, no voy a tardar en correrme.
Y: Pues es una pena que vayamos a desperdiciar esta leche.
Tiré la servilleta al suelo, simulando que se me había caído y me agaché de lado para recogerla. Como el mantel de la mesa era largo, las otras mesas no podían ver lo que hacíamos. Sin más apoyé la cabeza en la pierna de papá y me metí su verga a punto de reventar en la boca.
El con su mano, agarraba mis pezones que tanto le gustan y entre mi mamada y los pezones, se corrió en mi boca. Con mucho disimulo, nos levantamos y nos fuimos.
Y: Papi, estoy cachonda, quiero correrme, vamos al hotel.
P: Espera nena, he estado hablando con un amigo de mi empresa, que resulta que tiene una tienda de ropa muy exclusiva aquí. Vamos, que quiero comprarte algo.
Tenía razón mi padre, era una tienda muy exclusiva, con ropa muy bonita. Nos estaban esperando y al entrar cerraron la puerta con llave y bajaron las cortinas de los escaparates. No se veía nada desde fuera. Allí estaba Roberto el amigo de mi padre y su mujer Susana. Noté que me miraban de una manera especial. Tras presentarme, Roberto le dijo a mi padre:
R: Pues no está nada mal la niña.
P: Jajaja, un respeto que está aquí tu mujer.
S: Bueno, vamos al lío
Yo no entendía nada. Me empezaron a enseñar un montón de vestidos, elegí los que más me gustaban y entré al probador. Detrás de mi vino Susana, que me ayudó a probarme la ropa. Cuando me quité uno noté como me empezó a acariciar el culo, pensé que eran cosas mías, hasta que me agarró por la cintura y fue moviéndose para quedar de frente a mí. Sin más comenzó a besarme, mientras me acariciaba el cuerpo hasta llegar a mi mojado coño. Sin más apartó mis bragas y me metió uno de sus dedos. Yo no sabía qué hacer, era la segunda vez en un día que una desconocida, me daba placer. Noté como sin yo quererlo, mis caderas comenzaron a moverse buscando el placer, en la mano de Susana.
S: Tu papá nos ha dicho que eres muy puta, que te gusta frotarte tu chochito con una almohada. También nos ha dicho que haces unas mamadas estupendas. Por cierto, creo que quieres correrte, ¿no?
Y: Uf si, por favor, sigue.
S: Chicos, la zorrita quiere jugar.
Nos fuimos fuera del probador, me tumbaron en una alfombra, me desnudaron entera y se desnudaron ellos. Susana se tumbó encima de mí, su mano volvió a mi coño y el suyo, se frotaba en mi muslo. Nos empezamos a besar, mientras Roberto y papá, se tocaban la polla, mientras nos miraban.
S: Me encantaría frotar mi coño con el tuyo, pero eso es algo, que está reservado para tu mamá.
Estaba tan caliente, que no me preocupé en pensar como esa mujer sabía la fantasía de mi madre, solo quería correrme. Continué frotándome con su mano y ella con mi muslo, en pocos minutos, las dos nos corrimos con un fuerte orgasmo. Susana, se levantó para dejarle sitio a mi padre, que venía con una erección tremenda. Se puso encima de mí y comenzó a besarme, mientras tanto, Susana, se puso detrás de mí a 4 patas, quedando mi cabeza en el suelo y la suya encima de mí, por detrás Roberto comenzó a fallársela. Mi padre estaba agarrado a mis tetas, cuando escuchó a Susana gemir, sin más se incorporó y me la metió de un golpe.
Y: ¡Papaaa! Que ganas de tener tu polla dentro.
P: Sí mi niña, ya echaba de menos follarme tu coñito. Oye Susana, no me gusta ver tu boca tan quieta, chúpale las tetas a mi hija, ya verás que delicia.
S: Ummm encantada.
Susana se agachó a comerme las tetas, debido a la postura, me quedaron las suyas en mi cara, no eran tan grandes como las mías, pero tenían unos pezones que me llamaron la atención, sin más comencé a chupárselas. Así estuvimos un rato, dándonos placer los cuatro, era genial. Nosotras nos corrimos las primeras y al poco tiempo se corrieron ellos, dejando nuestros coños inundados de su leche. Susana se tumbó sobre mí y comenzamos a lamernos, una a la otra, nuestros coños repletos de leche, en un rico 69.
R: ¿Estás viendo a estas dos? Son insaciables.
P: Si, ya veo. Esta va a ser peor que su madre.
R: Jajaja, ya verás cuando se pongan las dos a darle, te van a dejar reventado.
P: Fijo, vaya dos putas que tengo en casa.
Después nos vestimos y nos despedimos de Susana y Roberto, tras pagarle los bonitos vestidos que papá me había comprado. Volvimos al hotel a descansar un rato, pues tanto sexo nos había dejado agotados.
Y: Papi, te puedo preguntar algo.
P: Claro que si cielo, dime.
Y: ¿Cómo sabía Susana que mamá quería frotar su coño con el mío?
P: Hija, mamá y yo, quedamos muchas veces con ellos para follar. Quedamos los 4, a veces viene otra pareja más y nos montamos una pequeña orgía y por supuesto, hablamos nuestras fantasías.
Y: Vaya, jamás pensé que mis padres pudieran hacer orgías.
P: Y más cosas que ya te contaremos, ya lo hablaremos, pero algún día podías venirte con nosotros, Roberto se quedó con ganas de follarte.
Y: Vale, por mí no hay problema. ¿Qué vamos a hacer esta noche?
P: Tengo reservado en un restaurante cerca del puerto, quiero que te pongas el vestido azul que te he comprado hoy, pero quiero que no te pongas ni bragas ni sujetador.
Y: Pero papá, se me van a marcar las tetas, y es vestido es un poco corto.
P: ¿Ahora te preocupa que se te marquen las tetas? Si te portas bien, tendrás tu recompensa.
Y: Oye papá no hemos vuelto a llamar a mamá. Quiero saber cómo está.
P: Tranquila, ya he hablado con ella, todo está bien. Me dijo que ya te llamaría para ver como estabas.
Y: ¡Ah, genial! Pues ya hablaré con ella. Me voy a vestir.
P: Recuerda, nada de bragas ni sujetador.
Por la noche, de camino al restaurante, yo tenía la impresión de que todo el mundo me miraba, antes de salir del hotel, mi padre me había comido las tetas, le gustaba que se me marcaran los pezones en la ropa. Tenía la sensación de que la gente sabía que se me marcaban los pezones porque me follaba a mi padre.
Cuando llegamos al restaurante, nos pusieron en una zona apartada, según mi padre, para evitar contagiarse de Covid, pero yo sabía que ese no era el motivo. La cena fue tranquila, hablamos de todo, peor no paso mucho más, hasta llegar el postre. Mientras esperamos a que nos trajeran nuestros platos, mi padre comenzó a tocarme el muslo, todo eran caricias, hasta que por fin llegó a mi coño. Siguió tocándome y yo notaba como brotaban mis fluidos.
Y: Papá, te recuerdo que no llevo bragas.
P: Lo sé, por eso ha sido tan fácil llegar a tu coño.
Y: Ya, pero cuando me levante, la silla va a estar mojada y no quiero que el camarero piense que me he hecho pis o algo parecido.
P: Tranquila nena, eso lo soluciono yo.
Vi al camarero acercarse con nuestros platos, mi padre retiro la mano de mi coño y para mi sorpresa, comenzó a tocarme un pezón delante del camarero. El chico se quedó parado mirando la escena sin saber que decir ni hacer.
C: Aquí tienen sus postres y disculpen por la espera.
P: Menos mal, porque ya estaba yo buscando otro postre, cinco minutos más y me pillas comiéndome estas dos tetas tan maravillosas. ¿Te gustaría tocárselas?
C: ¿Puedo?
P: ¿Que dices nena? ¿Le dejas que te toque las tetas?
Y: Si papi.
El chico se acercó y con miedo y excitación, metió la mano en mi escote hasta llegar al pezón. Los dos comenzaron a tocarme las tetas, mientras notaba como mi excitación corría por mis piernas. Mi padre, dejo mi pezón, para volver a mi meterme un dedo en el coño. Noté las tremendas erecciones de mis chicos, por lo que les sugerí que se la sacaran, para comenzar a pajearlos. El primero en correrse en mi boca, fue el camarero, el cual nos tuvo que dejar porque lo reclamaban, la siguiente fui yo y por último mi papá, tras hacerle una rica mamada. Cuando terminamos, fuimos al baño a limpiarnos, tras pagar y darle una buena propina al camarero, nos fuimos, no sin antes decirle:
P: Chaval, limpia bien la silla de mi niña, creo que la tiene un poco mojada.
C: Claro señor, no se preocupe por eso. Espero verles pronto.
P: Posiblemente volvamos otra noche, me gustaría la misma mesa y que nos atiendas tú.
C: Claro señor, lo tendré todo listo.
Mientras paseábamos por el puerto, le pregunté a mi padre.
Y: Papá, como te atreves a hacer estas cosas. Nos podía haber visto.
P: Nena, estabas tan cachonda, que no viste que no había nadie alrededor, estábamos solos. Además, hay que ser buena gente y ayudar a los demás y la paja que le has hecho al chico, le ha ayudado a seguir mejor con su trabajo, imagínate, que tiene que trabajar con la verga dura, después de tocarte, eso es de ser mala persona.
Y: Jajaja no tienes vergüenza.
Continuamos con la noche, fuimos a tomar unas copas y yo no paraba de pensar en la sorpresa que mi padre tenía para mí, me moría por saber lo que era. Cuando nos fuimos al hotel, no era muy tarde y estábamos cansados, por eso mi padre decidió tomar un taxi. Tras llegar a la parada, miró a todos los taxistas y se acercó a hablar con uno, la verdad no sé de qué hablaron, solo me acerqué cuando mi papá me llamó.
P: Cariño, he pensado que como todavía no es muy tarde y hace una noche muy buena, vamos a dar un paseo por la ciudad en taxi.
Y: ¿A estas horas?
P: Sí, será divertido.
Yo que ya conocía a mi padre, sabía que, si decía que sería divertido, me acabaría corriendo. El taxista, era un hombre de unos 57o 58 años, con cara de baboso que no paraba de mirarme. Cuando subimos al taxi, nos llevó por todo el paseo marítimo, todo estaba lleno de gente y poco a poco fue callejeando hasta llegar a zonas donde apenas se veía gente. Mi padre comenzó a acariciarme todo el cuerpo, me subió el vestido por la cintura dejando al aire mi caliente coño, mientras me acariciaba me decía al oído.
P: Vamos niña, grita fuerte para que este señor vea lo cachonda que estás.
Y: Aaah si papi, sigue tocándome.
El taxista paró en un descampado. Salimos los tres, mi padre me quitó el vestido, dejándome desnuda delante de un desconocido, otra vez más. Me acomodé todo lo que pude entre unas piedras.
P: Nena, que te he dicho yo de ser amable con la gente.
Y: ¿Quieres que le coma la verga?
P: Si mi amor, cómesela, para agradecerle lo bien que ha hecho su trabajo y mientras tanto yo te como el coño a ti.
T: Vamos zorrita, cómeme el rabo.
Así estuvimos un rato, yo gozando de las lamidas de mi padre, mientras el taxista gozaba con las mías. Estaba muy mojada y solo quería una verga dentro de mí.
T: Si me dejas follármela, soy tu taxista el resto de tus vacaciones sin cobrarte nada.
P: ¿Estás de acuerdo nena?
Y: Sí papi, quiero una polla ya no aguanto.
P: Toda tuya entonces.
El taxista me la metió de un golpe, no la tenía muy grande, pero sabía moverse, mientras tanto, le hacía una rica mamada a mi padre. El taxista no tardó en correrse.
T: Oh dios, que rica eres niña, te he llenado de leche.
P: ¿Te ha gustado amigo?
T: Ufff que coño tan apretado tiene, me encanta.
Y: Papi, quiero más polla.
P: Ven aquí mi niña que papi te la da.
Me senté de espadas a mi padre, quedando expuesta al taxista, mi padre me follaba fuerte, yo no paraba de gritar y el taxista comenzó a comerme las tetas. Cuando mi padre estaba a punto de correrse, noté una lengua en mi coño, el taxista nos estaba lamiendo a los dos, la polla de mi padre follándose mi coño cuando mi padre se corrió, nos chupó toda su corrida a los dos.
P: Pfff ha estado bien, no sabía que le gustaban los rabos.
T: Prefiero los coños, pero una buena verga no está nada mal.
Y: Ha sido alucinante, nunca me había corrido de esta manera.
T: Niña, tanto chuparos, se me ha vuelto a poner dura, ¿puedo tocarte las tetas para hacerme una paja?
Y: Mejor, pon tu verga entre mis tetas mientras te la chupo.
Tras chupársela a nuestro amigo el taxista nos llevó de vuelta al hotel. Yo estaba agotada. Nos metimos en la cama y como la noche anterior, mi padre comenzó con su masaje en los pezones.
Y: Um papá, que ha sido de mi sorpresa.
P: Lo siento nena, vas a tener que esperar a mañana.
Y: Ha sido un día increíble. Tú crees que mamá se enfadará por lo que estamos haciendo.
P: Espero que no. No se tú, pero a mí me encantaría que siguiéramos follando cuando lleguemos a casa.
Y: Y a mi papi, me encanta tu verga. Papi, no aguanto, frótame más fuerte los pezones.
P: Claro que si mi niña. Córrete para papá.
Y: Aaah que rico lo que me haces. Buenas noches papi.
P: Buenas noches mi niña.
Como muchos, escuchaba a mis padres follar, al principio no entendía que sucedía, pero con los años supe lo que era. Durante mi adolescencia, mojaba las bragas cuando escuchaba a mi madre gemir de manera descontrolada y en muchas ocasiones comenzaba a masturbarme.
Les cuento como soy, actualmente tengo 27 años, soy de estatura media, con curvas en mi cuerpo, pelo largo de color castaño claro y ojos verdes y mi parte favorita del cuerpo son mis tetas. Tengo unas tetas grandes y firmes (talla 110). Siempre he sido una apasionada del sexo, aprendía lo que era mi sexualidad desde muy joven y desde entonces nunca he parado de aprender más y más. Supongo que lo he heredado de mi padre, ya que, a lo largo de mi vida, lo he pillado bastantes veces viendo porno, solo o con mi madre, aunque nunca se han dado cuenta de que les espiaba. Todas esas situaciones me ponían muy cachonda y han sido muchas las veces que me he corrido soñando que follaba a mi padre o hacía un trio con él y mi madre, pero siempre han sido fantasías nunca he intentado nada, hasta este verano.
Como mi padre tenía que trabajar, este verano solo pudimos irnos una semana de vacaciones, ya que, debido a la pandemia, mi padre no podía ausentarse mucho más de sus negocios. Reservó una bonita habitación en un hotel muy lujoso, en la playa y nos fuimos los tres a pasar unas divertidas vacaciones.
El primer día fue genial, nos fuimos a la playa, de compras, nos lo pasamos muy bien. El segundo día, planeamos hacer muchas más cosas, hasta que mi madre, recibió una llamada de teléfono de mi abuela, se había caído en mitad de la noche y se rompió una pierna, al ser mi madre hija única y no tener más familia, tuvo que cancelar sus vacaciones para poder ir a cuidarla al hospital
M: Hija, voy a tener que marcharme, tu abuela no puede estar sola, lo entiendes, no?
Y: Claro mamá, es normal, ahora mismo recogemos todo y nos vamos.
M: No hija, no quiero que vosotros canceléis las vacaciones, ha sido un año muy duro y todos necesitamos descansar.
Y: Pero mamá, como nos vamos a quedar sin ti? No es justo.
M: Por favor, quédate con papá y ayúdalo a distraerse, ha trabajado mucho en los últimos meses y necesita descansar y divertirse. Además, eres una chica lista, seguro que sabes hacer algo para que papá no me eche de menos y se lo pase bien.
Y: Vale mamá, haré lo que pueda, pero las vacaciones sin ti no serán lo mismo.
Tras nuestra conversación, mamá me dio un beso, demasiado cerca de los labios y su mirada parecía un poco alterada, como si quisiera decirme algo más, pero no le di mucha importancia, pensando que era yo la que me imaginaba las cosas.
Después de llevar a mi madre a la estación de trenes, nos fuimos a pasar el día a la playa e intentar animarnos un poco. Por la noche, mi padre me dijo que me arreglara que nos íbamos a cenar a un restaurante del puerto. Como hacía calor, me puse un vestido negro de tirantes, corto, con algo de vuelo en la falda y un escote de infarto.
P: Hija, estás muy guapa con ese vestido, además te hace unas tetas preciosas.
Y: Gracias papá.
Tras la cena, nos fuimos a tomar unas copas. Estábamos ya un poco bebidos, pero nos estábamos riendo mucho.
P: Mira hija, ese chico te está mirando, yo creo que quiere algo contigo.
Y: Pues que mire lo que quiera, esta semana es solo para ti y para mí.
P: Pero hija, te está comiendo con los ojos, yo creo que si le dejas te come esas tetas tan bonitas que tienes jajaja.
Y: Mira que me dices unas cosas papá.
P: Pero es verdad, me da rabia, que no quieras ir con ese chico a pasar una noche salvaje de sexo y prefieras quedarte con el viejo de tu padre.
Y: Papá, tú no eres viejo, además dudo que ese chico folle bien.
P: Si hija, ya soy viejo. Mira el otro día leyendo en internet, una chica contaba que se masturbaba con una almohada y parece ser que es muy normal. Mes estoy quedando desfasado, en mis tiempos las mujeres se masturbaban, metiéndose el dedo en el coño, a veces con la ducha y por supuesto, vibradores y demás juguetes sexuales, pero nunca con una almohada.
-Y: Jajaja, es verdad, hay muchas que lo hacen, pero que tu no lo sepas no quiere decir que seas viejo, además tú sabes otras cosas.
Tras continuar la conversación sobre los tipos de masturbación y seguir tomando copas, llegó el momento de irnos al hotel. Por el camino mi padre puso un brazo sobre mi hombro, dejando caer la mano, sobre una de mis tetas, yo no puse pegas, es más me gustaba, pero cuando llegamos a una calle, en la que apenas había gente, noté como sus dedos, agarraba mi pezón, por encima de la tela del vestido y del sujetado. No le hizo falta tocarme mucho para que se me pusiera duro y sensible y en seguida, noté como mis bragas se mojaban.
Al llegar al hotel, mi padre me soltó y entramos como si nada hasta la habitación. Una vez allí, me dijo:
P: Duerme en mi cama, es demasiado grande para dos, además mañana cuando la chica venga a hacernos la habitación, solo tendrá que hacer una, menos trabajo para ella, seguro que nos lo agradecerá.
Y: Vale papá, voy a quitar todas estas almohadas para poder acostarnos.
P: Si quieres dejar alguna para frotarte tu coñito no hay problema jajaja y de paso me explicas como se hace.
No sé qué me pasó por la cabeza, solo sé que me subí a la cama, me quité el vestido y me quedé solamente con mis bragas mojadas y mi sujetador, que marcaba mis pezones duros, comencé a frotarme con la almohada. Mi padre me miró sorprendido, lo primero que pensé fue en que había sido un error muy grande, hasta que noté como se colocaba su dura verga debajo del pantalón. Se acercó lentamente, sin apartar su mirada de mi y cuál fue mi sorpresa, cuando noté su mano entre mis piernas, primero me acariciaba por encima de las bragas y después me las apartó a un lado para dejar libre mi chorreante coño. En ese momento me dejé llevar, empecé a frotarme sobre su mano, lentamente él fue introduciendo un dedo en mi agujero. Cuando quitó su manó la tenía llena de mis jugos y con la otra mano me bajó el sujetador, para poder untarme las tetas con mi propia excitación. Como un loco se lanzó a chuparme las tetas, mientras se comía una me acariciaba la otra y yo seguía frotándome contra la almohada, era demasiado, empecé a gemir como una loca. Tras varios minutos, empecé como el orgasmo comenzaba a formarse en mi interior, seguí moviéndome más rápido, con la esperanza de poder correrme, pero no fue así.
Mi padre me empujó dejándome tumbada sobre la cama, se acercó y comenzó a quitarme la poca ropa que me quedaba, primero el sujetador, a la vez que le daba pequeñas chupadas a mis duros pezones y después mis bragas no sin antes parar a olerlas. Una vez desnuda, se lazó a comer mi dulce y empapado coño. Pasó su hábil lengua por toda mi cavidad, bebiéndose todos los flujos que se había generado, yo estaba a punto de correrme y sabía que en el momento, que su lengua tocara mi clítoris explotaría, pero no fue así, fue el único punto que no me chupó. Tras terminar, se acercó a mí boca y nos fundimos en un apasionado besos, donde yo misma pude degustar mis propios flujos.
P: Que pensabas zorrita mía, que me iba a quedar con un tonto mirando?
Y: Ayy papá me muero por correrme, estoy demasiado caliente, por cierto, no me parece bien que yo esté desnuda y tú todavía con la ropa, quiero verte desnudo.
P: Y que quieres ver de mí?
Y: Pues por ejemplo tu polla. Llevo años escuchando como te follas a mamá y ella siempre se corre gritando que tienes una polla increíble. Yo quiero probarla.
P: Al final vas a ser una puta salida, como yo pensaba. Anda ven a buscar tu polla.
Y: Ummm que ganas de tenerla para mi.
Nos volvimos a besar, mientras yo le iba desnudando, el no paraba de jugar con mis tetas. Lo dejé desnudo, solamente con el bóxer que escondía una tremenda erección. Para provocarle, comencé a pasar mis tetas por toda su cara, bajando poco a poco por su cuerpo, el gemía cada vez más y mi coño volvía a chorrear, por fin llegué a su polla y lentamente fui bajándole el bóxer hasta descubrir una enorme verga de unos 18 cm de largo, bastante ancha y con una erección descomunal. Como una loca, me lancé a ella, comencé a chupársela, mi sueño hecho realidad, no podía parar de lamerla toda entera mientras le tocaba sus grandes huevos.
Tras darle una buena mamada, comencé a hacerle una cubana, él no podía articular palabra de la excitación que tenía, su hermoso rabo se movía perfectamente entre mis dos enormes tetas, acariciándole la punta con mis sensibles pezones.
P: Nena, eres toda una experta en mamar pollas, seguro que ya te has comido unas cuantas.
Y: Sí papa, llevo chupando rabos desde hace muchos años.
Sin más le solté la verga y me senté a horcajadas sobre su cintura, comencé a moverme sobre él igual que hice con la almohada, pasando mi húmedo coño, por toda su polla sin llegar a metérmela, él se agarró a mis tetas otra vez, sin parar de mamarlas. Yo cada vez me movía más rápido, hasta que uno de esos movimientos me metí toda su verga.
Y: Oooh dios papá es maravillosa. Aaaah
P: Mi dulce niña, que ganas de follarte. Me encanta como me cabalgas. Sigue así mi putita.
Estuvimos así cerca de 15 minutos, yo cabalgando sobre mi padre mientras él me no paraba de saborear mis tetas, la sensación erra increíble, nunca había estado así de cachonda, pero con cada estacada, notaba como mi orgasmo crecía con más fuerza en mi interior, hasta que al final me corrí con un fuerte gemido. No podía moverme más, sabía que mi padre todavía no se había corrido e intenté seguir cabalgando sobre él, pero era imposible, no tenía fuerzas. De repente, mi padre me tumbó de manera brusca sobre la cama y sin más, empezó a follarme de forma salvaje mi coño dolorido, mientras me pellizcaba los pezones.
P: Que pensabas putita, que como tú ya te has corrido iba dejarte.
Y: Lo siento papi, no pudo más, sigue tú.
P: Claro que voy a seguir, hasta que te destroce este coño de zorra que tienes y tus tetas queden tan sensibles que te duelan solo con mirarlas.
Y: Aaaah sigue papá, creo que me voy a correr otra vez.
P: Vamos mi putita, córrete con papá. Aaaah
Y: Papiii!
Y nos corrimos de forma salvaje los dos a la vez. Estábamos agotados, mi padre me colocó sobre la cama, mientras me besaba dulcemente se tumbó a mi lado y me abrazó dejando sus manos en mis pezones duros y sensibles.
Y: Papá, me duelen mucho los pezones.
P: Lo sé mi niña, deja que te de un masaje, te sentirás mucho mejor.
Comenzó a acariciarme los pezones con las palmas de las manos, de manera muy suave, los tenía tan sensibles, que noté mi coño mojarse otra vez. Mientras me acariciaba, me decía:
P: Sabes cariño, cuanto te salieron las tetas, tu madre y yo, una noche, te dimos una pastilla para dormir sin que te enteraras, te metimos en nuestra cama, yo comencé a mamarte las tetas y tu madre me mamaba la polla a mi, después no cambiamos, fue tu madre la que te las comía mientras yo le comía el coño a ella. El resto de la noche nos la pasamos chupándotelas y acariciándote. Esa noche, tu madre me dijo que teníamos que hacer de ti una puta.
Y: En serio? Sabes la cantidad de veces que me he masturbado escuchando como follabais? Mi sueño era hacer un trío con los dos.
Mientras me hablaba sus dedos iban más deprisa sobre mis pezones.
P: La fantasía sexual que tiene tu madre, es frotar su coño con el tuyo mientras me coméis la polla entre las dos. A veces cuando duermes, te baja el pantalón del pijama para olerte el coño, le encanta, se pone muy cachonda y nos pasamos la noche follando mientras fantaseamos contigo.
Y: Uf papá, entre lo que me estás diciendo y lo que me estás haciendo me voy a correr. Me encantaría mucho follar con mamá y contigo. Oh me corrooo. Aaaah
Y después de ese orgasmo provocado por las caricias de mi padre en mis pezones, me quedé dormida, hasta el día siguiente que me desperté con la boca de mi papá comiéndose mi coño.
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Como les conté en mi anterior relato, después de mi primera noche con papá, me desperté con su boca en mi coño, era maravilloso, no había terminado de abrir los ojos y ya estaba a punto de correrme otra vez.
Y: Oooh si, sigue chupando, no aguanto más... Aaah
P: Buenos días mi dulce niña, veo que has tenido un bonito despertar.
Y: Uf si, no ha estado nada mal. ¿Papi, que vamos a hacer hoy?
P: Yo había pensado en follar, ¿qué opinas?
Y: Jajaja, no es mal plan, pero me gustaría hacer algo más. Además, tendremos que ducharnos y salir por lo menos, para que nos puedan limpiar la habitación.
P: Por eso no te preocupes, que papá se encarga de todo. Anda ven aquí y cómeme la polla un rato.
Sin más preocupaciones, me metí su verga en la boca y comencé a chupársela, mi padre gemía y me agarraba la cabeza para que no parara de chupársela, yo cada vez estaba más mojada y con más ganas de volver a meterme su polla en mi coño.
En ese momento, mi padre me hizo ponerme de pie, se sentó en el borde de la cama y me puso de espaldas a él, me dijo que mirara dirección la televisión, yo no entendía nada, pero le hice caso, empezó a acariciarme por todo el cuerpo, deteniéndose donde más le gustaba, mis tetas, me las pellizco hasta que mis pezones quedaron bien duros y después me cogió una para que me la metiera en la boca, mientras me mamaba una teta, él me tocaba lo otra, siempre mirando la tele.
Ya no aguantaba más me sentó encima de él, dándole la espalda y bien abierta de piernas, como si alguien me quisiera ver el coño desde la tele. En ese momento, levantó en el aire y poco a poco me fue bajando mientras me iba metiendo su tremenda erección.
Y: Siii, que ganas de que me follaras.
P: Tranquila mi niña, papá te va a follar todo lo que quieras. Vamos zorrita muévete más.
En ese momento llamaron a la puerta y mi padre me tapó la boca, queriendo simular que no había nadie. A los pocos minutos y tras volver a llamar, la puerta se abrió, era la chica de la limpieza, que venía a hacernos la habitación. Mientras tanto mi padre seguía moviéndose dentro de mí y yo no sabía qué hacer si gemir de placer o gritar de vergüenza.
L: Oh disculpen, pensé que no había nadie, me voy.
P: ¡No! Quédate. Cierra la puerta y acércate. Tranquila no voy a hacerte nada.
Y: ¡Papá! ¿Qué haces? Déjala que se vaya.
P: No hija, vamos a jugar. ¿Te gustaría ganarte un dinero extra?
L: Pues la verdad es que no me vendría nada mal. ¿Qué tengo que hacer?
P: Comerle las tetas a mi hija, mientras me la follo y por supuesto tener la boca cerrada. Te daré 300€.
L: Por ese precio, hasta le como el coño a la niña.
Y ahí estaba yo, abierta de piernas, mientras mi padre me follaba bien duro y una completa desconocida, me comía las tetas. Era una sensación muy rara, pero a la vez muy placentera, tanto que no tardé mucho en correrme y a los pocos minutos, mi padre no aguantó más, llenándome el coño de su leche, mientras le decía a Laura, nuestra nueva amiga, que le daba 50€ más si me limpiaba el coño con la lengua, lo cual ella no dudo. Fue fantástico, tener a dos personas dándome tanto placer al mismo tiempo.
Laura, era una mujer de unos 50 años, no era muy guapa, pero tenía algo especial, a parte de una excelente habilidad con la lengua. Nos contó que tenía varias personas a su cargo y que le era muy difícil pagar tanto gasto con su sueldo, por eso se ofreció a jugar con nosotros el resto de la semana a cambio de más dinero.
P: Esta bien, le pagaré lo pactado, pero por favor, no quiero que nadie del hotel se entere de esto.
L: No se preocupe, diré que son unos clientes especiales y que han pedido que sea yo la que les haga la habitación, todos los días, total, por aquí pasa gente muy especial con la limpieza, no sería nada raro que vosotros también lo pidierais. Además, que no tengo problema en comerle el coño a la niña, es maravillosa.
Y: Lo mismo digo yo de ti Laura, no se te da nada mal jajaja.
Mientras Laura nos hacía la habitación, papá y yo nos fuimos a la ducha. Cuando salí, ella se acercó a despedirse con un húmedo beso en los labios, mientras me pellizcaba mis sensibles pezones, poniéndolos duros otra vez.
Una vez listos, nos fuimos a desayunar a una terraza de frente al mar. Yo no paraba de pensar, en porqué mi padre me decía lo de follar de frente a la tele, sabía que había algo más, pero no me atrevía a preguntar.
P: ¿Qué te pasa mi niña? Te noto rara.
Y: Nada papi, estaba pensando en una cosa. Antes cuando fallábamos, me decías que mirara a la tele y me colocabas siempre en esa dirección. La verdad no entiendo a qué viene eso.
P: Jajaja, es una sorpresa mi amor, esta noche lo sabrás.
Tras desayunar, nos fuimos a pasar el día por la ciudad. Aprovechamos para comprar regalos para todos y recordé que no había vuelto a hablar con mi mamá, desde que llamó para decir que había llegado bien.
Entramos en muchas tiendas de ropa y cada vez que me iba a probar algo, mi papá intentaba entrar conmigo, pero por motivos de seguridad, debido a la pandemia, no pudimos hacer nada.
Fuimos a comer a un bonito restaurante, mi padre le pidió al camarero, una mesa lo más apartada del resto, diciendo que tenía mucho miedo a contagiarse de Covid, este sin dudarlo, nos puso en una parte de la terraza, en la que solo había dos mesas más con gente y una distancia, de más de 2 metros, por lo que pudimos tener cierta intimidad.
Y: Que rabia, quería que entraras conmigo a los probadores y de paso me tocaras un poco.
P: Ya cariño, pero las normas hay que respetarlas.
En ese momento noté que mi padre se movía y por debajo de la mesa, me cogió la mano para ponerla en su polla, que se la había sacado. Comencé a mover mi mano, la cara de mi padre era de pura excitación, mientras seguía con la paja.
P: Nena, no voy a tardar en correrme.
Y: Pues es una pena que vayamos a desperdiciar esta leche.
Tiré la servilleta al suelo, simulando que se me había caído y me agaché de lado para recogerla. Como el mantel de la mesa era largo, las otras mesas no podían ver lo que hacíamos. Sin más apoyé la cabeza en la pierna de papá y me metí su verga a punto de reventar en la boca.
El con su mano, agarraba mis pezones que tanto le gustan y entre mi mamada y los pezones, se corrió en mi boca. Con mucho disimulo, nos levantamos y nos fuimos.
Y: Papi, estoy cachonda, quiero correrme, vamos al hotel.
P: Espera nena, he estado hablando con un amigo de mi empresa, que resulta que tiene una tienda de ropa muy exclusiva aquí. Vamos, que quiero comprarte algo.
Tenía razón mi padre, era una tienda muy exclusiva, con ropa muy bonita. Nos estaban esperando y al entrar cerraron la puerta con llave y bajaron las cortinas de los escaparates. No se veía nada desde fuera. Allí estaba Roberto el amigo de mi padre y su mujer Susana. Noté que me miraban de una manera especial. Tras presentarme, Roberto le dijo a mi padre:
R: Pues no está nada mal la niña.
P: Jajaja, un respeto que está aquí tu mujer.
S: Bueno, vamos al lío
Yo no entendía nada. Me empezaron a enseñar un montón de vestidos, elegí los que más me gustaban y entré al probador. Detrás de mi vino Susana, que me ayudó a probarme la ropa. Cuando me quité uno noté como me empezó a acariciar el culo, pensé que eran cosas mías, hasta que me agarró por la cintura y fue moviéndose para quedar de frente a mí. Sin más comenzó a besarme, mientras me acariciaba el cuerpo hasta llegar a mi mojado coño. Sin más apartó mis bragas y me metió uno de sus dedos. Yo no sabía qué hacer, era la segunda vez en un día que una desconocida, me daba placer. Noté como sin yo quererlo, mis caderas comenzaron a moverse buscando el placer, en la mano de Susana.
S: Tu papá nos ha dicho que eres muy puta, que te gusta frotarte tu chochito con una almohada. También nos ha dicho que haces unas mamadas estupendas. Por cierto, creo que quieres correrte, ¿no?
Y: Uf si, por favor, sigue.
S: Chicos, la zorrita quiere jugar.
Nos fuimos fuera del probador, me tumbaron en una alfombra, me desnudaron entera y se desnudaron ellos. Susana se tumbó encima de mí, su mano volvió a mi coño y el suyo, se frotaba en mi muslo. Nos empezamos a besar, mientras Roberto y papá, se tocaban la polla, mientras nos miraban.
S: Me encantaría frotar mi coño con el tuyo, pero eso es algo, que está reservado para tu mamá.
Estaba tan caliente, que no me preocupé en pensar como esa mujer sabía la fantasía de mi madre, solo quería correrme. Continué frotándome con su mano y ella con mi muslo, en pocos minutos, las dos nos corrimos con un fuerte orgasmo. Susana, se levantó para dejarle sitio a mi padre, que venía con una erección tremenda. Se puso encima de mí y comenzó a besarme, mientras tanto, Susana, se puso detrás de mí a 4 patas, quedando mi cabeza en el suelo y la suya encima de mí, por detrás Roberto comenzó a fallársela. Mi padre estaba agarrado a mis tetas, cuando escuchó a Susana gemir, sin más se incorporó y me la metió de un golpe.
Y: ¡Papaaa! Que ganas de tener tu polla dentro.
P: Sí mi niña, ya echaba de menos follarme tu coñito. Oye Susana, no me gusta ver tu boca tan quieta, chúpale las tetas a mi hija, ya verás que delicia.
S: Ummm encantada.
Susana se agachó a comerme las tetas, debido a la postura, me quedaron las suyas en mi cara, no eran tan grandes como las mías, pero tenían unos pezones que me llamaron la atención, sin más comencé a chupárselas. Así estuvimos un rato, dándonos placer los cuatro, era genial. Nosotras nos corrimos las primeras y al poco tiempo se corrieron ellos, dejando nuestros coños inundados de su leche. Susana se tumbó sobre mí y comenzamos a lamernos, una a la otra, nuestros coños repletos de leche, en un rico 69.
R: ¿Estás viendo a estas dos? Son insaciables.
P: Si, ya veo. Esta va a ser peor que su madre.
R: Jajaja, ya verás cuando se pongan las dos a darle, te van a dejar reventado.
P: Fijo, vaya dos putas que tengo en casa.
Después nos vestimos y nos despedimos de Susana y Roberto, tras pagarle los bonitos vestidos que papá me había comprado. Volvimos al hotel a descansar un rato, pues tanto sexo nos había dejado agotados.
Y: Papi, te puedo preguntar algo.
P: Claro que si cielo, dime.
Y: ¿Cómo sabía Susana que mamá quería frotar su coño con el mío?
P: Hija, mamá y yo, quedamos muchas veces con ellos para follar. Quedamos los 4, a veces viene otra pareja más y nos montamos una pequeña orgía y por supuesto, hablamos nuestras fantasías.
Y: Vaya, jamás pensé que mis padres pudieran hacer orgías.
P: Y más cosas que ya te contaremos, ya lo hablaremos, pero algún día podías venirte con nosotros, Roberto se quedó con ganas de follarte.
Y: Vale, por mí no hay problema. ¿Qué vamos a hacer esta noche?
P: Tengo reservado en un restaurante cerca del puerto, quiero que te pongas el vestido azul que te he comprado hoy, pero quiero que no te pongas ni bragas ni sujetador.
Y: Pero papá, se me van a marcar las tetas, y es vestido es un poco corto.
P: ¿Ahora te preocupa que se te marquen las tetas? Si te portas bien, tendrás tu recompensa.
Y: Oye papá no hemos vuelto a llamar a mamá. Quiero saber cómo está.
P: Tranquila, ya he hablado con ella, todo está bien. Me dijo que ya te llamaría para ver como estabas.
Y: ¡Ah, genial! Pues ya hablaré con ella. Me voy a vestir.
P: Recuerda, nada de bragas ni sujetador.
Por la noche, de camino al restaurante, yo tenía la impresión de que todo el mundo me miraba, antes de salir del hotel, mi padre me había comido las tetas, le gustaba que se me marcaran los pezones en la ropa. Tenía la sensación de que la gente sabía que se me marcaban los pezones porque me follaba a mi padre.
Cuando llegamos al restaurante, nos pusieron en una zona apartada, según mi padre, para evitar contagiarse de Covid, pero yo sabía que ese no era el motivo. La cena fue tranquila, hablamos de todo, peor no paso mucho más, hasta llegar el postre. Mientras esperamos a que nos trajeran nuestros platos, mi padre comenzó a tocarme el muslo, todo eran caricias, hasta que por fin llegó a mi coño. Siguió tocándome y yo notaba como brotaban mis fluidos.
Y: Papá, te recuerdo que no llevo bragas.
P: Lo sé, por eso ha sido tan fácil llegar a tu coño.
Y: Ya, pero cuando me levante, la silla va a estar mojada y no quiero que el camarero piense que me he hecho pis o algo parecido.
P: Tranquila nena, eso lo soluciono yo.
Vi al camarero acercarse con nuestros platos, mi padre retiro la mano de mi coño y para mi sorpresa, comenzó a tocarme un pezón delante del camarero. El chico se quedó parado mirando la escena sin saber que decir ni hacer.
C: Aquí tienen sus postres y disculpen por la espera.
P: Menos mal, porque ya estaba yo buscando otro postre, cinco minutos más y me pillas comiéndome estas dos tetas tan maravillosas. ¿Te gustaría tocárselas?
C: ¿Puedo?
P: ¿Que dices nena? ¿Le dejas que te toque las tetas?
Y: Si papi.
El chico se acercó y con miedo y excitación, metió la mano en mi escote hasta llegar al pezón. Los dos comenzaron a tocarme las tetas, mientras notaba como mi excitación corría por mis piernas. Mi padre, dejo mi pezón, para volver a mi meterme un dedo en el coño. Noté las tremendas erecciones de mis chicos, por lo que les sugerí que se la sacaran, para comenzar a pajearlos. El primero en correrse en mi boca, fue el camarero, el cual nos tuvo que dejar porque lo reclamaban, la siguiente fui yo y por último mi papá, tras hacerle una rica mamada. Cuando terminamos, fuimos al baño a limpiarnos, tras pagar y darle una buena propina al camarero, nos fuimos, no sin antes decirle:
P: Chaval, limpia bien la silla de mi niña, creo que la tiene un poco mojada.
C: Claro señor, no se preocupe por eso. Espero verles pronto.
P: Posiblemente volvamos otra noche, me gustaría la misma mesa y que nos atiendas tú.
C: Claro señor, lo tendré todo listo.
Mientras paseábamos por el puerto, le pregunté a mi padre.
Y: Papá, como te atreves a hacer estas cosas. Nos podía haber visto.
P: Nena, estabas tan cachonda, que no viste que no había nadie alrededor, estábamos solos. Además, hay que ser buena gente y ayudar a los demás y la paja que le has hecho al chico, le ha ayudado a seguir mejor con su trabajo, imagínate, que tiene que trabajar con la verga dura, después de tocarte, eso es de ser mala persona.
Y: Jajaja no tienes vergüenza.
Continuamos con la noche, fuimos a tomar unas copas y yo no paraba de pensar en la sorpresa que mi padre tenía para mí, me moría por saber lo que era. Cuando nos fuimos al hotel, no era muy tarde y estábamos cansados, por eso mi padre decidió tomar un taxi. Tras llegar a la parada, miró a todos los taxistas y se acercó a hablar con uno, la verdad no sé de qué hablaron, solo me acerqué cuando mi papá me llamó.
P: Cariño, he pensado que como todavía no es muy tarde y hace una noche muy buena, vamos a dar un paseo por la ciudad en taxi.
Y: ¿A estas horas?
P: Sí, será divertido.
Yo que ya conocía a mi padre, sabía que, si decía que sería divertido, me acabaría corriendo. El taxista, era un hombre de unos 57o 58 años, con cara de baboso que no paraba de mirarme. Cuando subimos al taxi, nos llevó por todo el paseo marítimo, todo estaba lleno de gente y poco a poco fue callejeando hasta llegar a zonas donde apenas se veía gente. Mi padre comenzó a acariciarme todo el cuerpo, me subió el vestido por la cintura dejando al aire mi caliente coño, mientras me acariciaba me decía al oído.
P: Vamos niña, grita fuerte para que este señor vea lo cachonda que estás.
Y: Aaah si papi, sigue tocándome.
El taxista paró en un descampado. Salimos los tres, mi padre me quitó el vestido, dejándome desnuda delante de un desconocido, otra vez más. Me acomodé todo lo que pude entre unas piedras.
P: Nena, que te he dicho yo de ser amable con la gente.
Y: ¿Quieres que le coma la verga?
P: Si mi amor, cómesela, para agradecerle lo bien que ha hecho su trabajo y mientras tanto yo te como el coño a ti.
T: Vamos zorrita, cómeme el rabo.
Así estuvimos un rato, yo gozando de las lamidas de mi padre, mientras el taxista gozaba con las mías. Estaba muy mojada y solo quería una verga dentro de mí.
T: Si me dejas follármela, soy tu taxista el resto de tus vacaciones sin cobrarte nada.
P: ¿Estás de acuerdo nena?
Y: Sí papi, quiero una polla ya no aguanto.
P: Toda tuya entonces.
El taxista me la metió de un golpe, no la tenía muy grande, pero sabía moverse, mientras tanto, le hacía una rica mamada a mi padre. El taxista no tardó en correrse.
T: Oh dios, que rica eres niña, te he llenado de leche.
P: ¿Te ha gustado amigo?
T: Ufff que coño tan apretado tiene, me encanta.
Y: Papi, quiero más polla.
P: Ven aquí mi niña que papi te la da.
Me senté de espadas a mi padre, quedando expuesta al taxista, mi padre me follaba fuerte, yo no paraba de gritar y el taxista comenzó a comerme las tetas. Cuando mi padre estaba a punto de correrse, noté una lengua en mi coño, el taxista nos estaba lamiendo a los dos, la polla de mi padre follándose mi coño cuando mi padre se corrió, nos chupó toda su corrida a los dos.
P: Pfff ha estado bien, no sabía que le gustaban los rabos.
T: Prefiero los coños, pero una buena verga no está nada mal.
Y: Ha sido alucinante, nunca me había corrido de esta manera.
T: Niña, tanto chuparos, se me ha vuelto a poner dura, ¿puedo tocarte las tetas para hacerme una paja?
Y: Mejor, pon tu verga entre mis tetas mientras te la chupo.
Tras chupársela a nuestro amigo el taxista nos llevó de vuelta al hotel. Yo estaba agotada. Nos metimos en la cama y como la noche anterior, mi padre comenzó con su masaje en los pezones.
Y: Um papá, que ha sido de mi sorpresa.
P: Lo siento nena, vas a tener que esperar a mañana.
Y: Ha sido un día increíble. Tú crees que mamá se enfadará por lo que estamos haciendo.
P: Espero que no. No se tú, pero a mí me encantaría que siguiéramos follando cuando lleguemos a casa.
Y: Y a mi papi, me encanta tu verga. Papi, no aguanto, frótame más fuerte los pezones.
P: Claro que si mi niña. Córrete para papá.
Y: Aaah que rico lo que me haces. Buenas noches papi.
P: Buenas noches mi niña.