Unos dedos en el microbus

roman74

Pajillero
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Ese d�*a mi mujer comer�*a con unas amigas de la infancia, las cuáles ten�*a tiempo de no ver y en verdad estaba entusiasmada con la idea, quer�*a verse lo mejor posible as�* que se arregló con esmero se puso una falda corta en forma de pétalo de rosa, es decir se enrolla a la cintura y se sujeta con dos botones uno al interior de la misma y el otro por fuera, debo decir que por momentos muy reveladora pues si se bajaba del auto con rapidez esta se abr�*a casi por completo mostrando no solo los muslos sino incluso las pantaletas.
Debajo usaba una tanga de color claro crema muy sexy, sus piernas enfundadas en unas pantimedias en tono transparente y de textura suave.
Era un poco tarde as�* que se terminó de vestir apresuradamente, yo la llevar�*a en el auto para dejarla en el restaurante, y ella posteriormente me alcanzar�*a en el trabajo para regresarnos juntos.
Ven�*amos en el carro cuando ella me comentó que al subirse las pantimedias sintió que se le hab�*an jalado con las uñas pero no lo pod�*a ver as�* que me pidió que le dijera si yo notaba el hilo corrido,
Observé sus piernas sin notar nada, le ped�* entonces que se alzara la falda por completo para verla mejor y as�* lo hizo, no fue sino hasta que se giró hacia la ventanilla de su lado (yo conduc�*a) que note que justo en el principio de sus nalgas hab�*a un orificio pequeño que aún no se hab�*a corrido mucho.
Ella un tanto preocupada me dijo que en la primera oportunidad que tuviera se comprar�*a otras pantys para cambiárselas, yo la tranquilicé diciéndole que no se ve�*a el orificio y a menos que te agaches sin fijarte o que subas unas escaleras y muestres las nalgas nadie se dará cuenta de ese hilo corrido.
Está bien no me preocuparé más por ese detalle.
La tarde transcurrió animadamente con sus amigas en aquel restaurante, encontró gente que hace algunos años no ve�*a, se tomaron algunas copas que las animaron aún más.
Sin darse cuenta la tarde hab�*a avanzado y comenzaba a oscurecer, las amigas empezaron a despedirse con la promesa de verse pronto.
La cuenta que pagaron fue elevada, pero el momento y la compañ�*a lo ameritaban, al salir del lugar mi mujer se dio cuenta de que no contaba con mucho dinero para tomar un taxi as�* que se conformó con abordar un microbús.
Al subir a este no hab�*a lugar donde sentarse as�* que caminó hasta el fondo cerca de la salida, se hab�*a hecho de noche y el tráfico era dif�*cil y muy lento el aire que le entraba por la ventanilla hab�*a acrecentado el mareo que ten�*a por el licor acentuando y aturdiendo sus sentidos.
En eso vio como detrás de ella dándole la espalda se acomodó un tipo enfundado en una chamarra grande de color oscuro mismo que al poco rato comenzó a rozarle con la mano el principio de sus nalgas, el t�*pico manoseador –pensó- trató de quitarse de su alcance pero una señora parada junto a ella hab�*a colocado una gran caja de cartón que limitaba su movilidad, no ten�*a para donde hacerse.
Solo confiaba en llegar pronto a su destino, repentinamente el microbús dio un giro rápido a la izquierda haciéndola perder el equilibrio alzó la mano para alcanzar el tubo de la parte superior sin fijarse que este movimiento alzó su pequeña falda permitiéndole al hombre que al recargarse ella sobre el, sus dedos tocaran las nalgas directamente sobre las pantys por debajo de la falda, lo primero que ella pensó fue que todo el mundo se habr�*a dado cuenta de su atrevimiento de manera que volteó a los lados y los demás pasajeros dormitaban o ve�*an al exterior, aparentemente nadie los ve�*a
El hombre animado por esta situación comenzó a deslizar sus dedos por el pliegue de las nalgas recorriendo su redondez y abundancia por momentos se adentraba en la hendidura del culito, la sensación que ella sent�*a era de escalofr�*o, al parecer las copas que se hab�*a tomado hac�*an su efecto y se empezó a excitar,,, ya no opuso resistencia solo dejo que las cosas pasaran, esos dedos sub�*an y bajaban al ritmo del movimiento del camión cada vez mas atrevidos deslizando la palma completa por las nalgas, ella en un momento dado se agachó fingiendo buscar por la ventana las calles que recorr�*a y decidida a todo abrió las piernas discretamente.
Fue en ese momento que el hombre sintió el orificio de la pantimedia que no pod�*a ser más oportuno, uno de sus dedos se adentró por el, tocando el culito húmedo y fresco que empezaba a contonearse discretamente indicándole que también le gustaba, al abrir las piernas pudo llegar al principio de los labios vaginales que apenas cubiertos por la tanga, fue solo cuestión de un movimiento que pudo sentir los vellos de su pubis.
Ocultos por la oscuridad de la noche el manoseo se intensificaba, ella por momentos cerraba los ojos llevados por el placer de esa experiencia, al abrirlos notó que un pasajero observaba aquella escena de cachondeo con gran morbo notó que ten�*a una erección.
De pronto la señora de la caja de junto se aproximó a la salida para bajar del autobús, situación que el hombre de la chamarra aprovechó para girarse y ponerse detrás pero esta vez acomodando su pene justo en las nalgas redondas y carnosas de ella, el vaivén del autobús por momentos separaba aquel miembro erecto del contacto, hasta llegar a un punto que dejó de sentirlo. Después de un momento, sintió una arremetida más pero esta vez el hombre se hab�*a sacado el pene, aprovechando que su gran chamarra le cubr�*a el cuerpo no fue dif�*cil hacer esta maniobra.
Poco le faltó a ella para emitir un gemido pero mordiéndose los labios se aguantó. Sintió
claramente como las pantimedias se terminaban de romper por aquél impulso animal que la embest�*a, el mirón del asiento de junto la inquietaba al punto que decidió bajarse del microbús, el manoseo atrevido y el roce de ese miembro viril eran muy placenteros pero no quer�*a que el mirón fuera a querer tomar parte del cachondeo, de manera que se acercó a la salida girándose para
poder bajar, esquivó la mirada de aquel hombre que la hab�*a disfrutado a sus anchas, para no dar
oportunidad a este de nada mas de lo que ya hab�*a tenido, solo que al voltearse la falda en forma de pétalo se abrió descubriendo el triangulo púbico a través de la tanga, la visión era maravillosa el refuerzo de la pantimedia se distingu�*a iluminado apenas por la luz de la calle, la tanguita no disimulaba algunos vellos de su pubis y el brillo de las piernas realzaban su atractivo.
Como despedida de aquel atrevido manoseo el hombre acarició su monte de Venus oprimiéndolo con los dedos más grandes.
Por fin se bajó de autobús y comenzó a caminar con paso vivo volteando hacia atrás para asegurarse que nadie la segu�*a, en ese momento sintió una cierta humedad entre sus piernas, tan pronto se encontró conmigo me relató su aventura.
 

amatleko

Virgen
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En alguna ocasión yo dedié a una muchachita en un bus
 

luisaho7

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muy buen reklato aunque si eso le hubiese pasado a mi esposa, no se como hubiese reaccionado
 

Acheron S

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excitante historia, yo tampoco se como habria reaccionado de ser mi mujer
 
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