Una Película con tu Padre

heranlu

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Cómo cada día, me despierto temprano para prepararme para ir a la universidad, pero ver la tormenta que sacude las ventanas de la habitación me hace suspirar, porque no puedo ir así. Es peligroso.

Lo bueno es casi nunca falto, así que no me preocupo, solo duermo un poco más hasta que mi cuerpo se niega a seguir descansando.

Cuando me logro levantar tengo tanta flojera encima que simplemente voy directo al baño y entro en la ducha, cepillando mis dientes mientras el agua cae sobre mi cuerpo. Al terminar suelto un enorme bostezo que se termina de inmediato cuando escucho sonidos extraños en la habitación de al lado.

Las paredes de mi casa son finas, así que se puede escuchar básicamente todo, lo que a veces es un martirio cuando mis padres follan y yo tengo que escucharlo, mojada, caliente, con el líbido en el cielo, pero sola, con la compañía de mis dedos, que se mueven frenéticos sobre mi clítoris cuando escucho los gemidos de mi madre y la gloria divina de los bombeos que ejerce mi padre.

Sin embargo, lo que escucho no son precisamente gemidos, más bien bufidos, gruñidos y jadeos, así que todavía más curiosa, rodeo mi cuerpo con mi toalla y camino fuera del baño, pensándolo una decena de veces mientras mis dedos tocan la madera de la puerta que se encuentra entre abierta.

La habitación de mis padres no es tan grande, así que inmediatamente mis ojos se enfocan en una imagen que provoca que mi cuerpo entre en combustión. Todo en mí vibra de necesidad y mi coño comienza a mojar por lo que sucede a unos metros de mí.

Mi padre esta en medio de la habitación, con una verga deliciosa en su mano, meneandosela mientras veía algo en su teléfono. Mi boca se hizo agua y moje mis labios con mi lengua mientras lo veía, y escuchaba sus jadeos de placer.

Las ganas de entrar y ayudarlo con eso me tenían en un estado de completa necesidad, pero no me podía mover, solo podía ver cómo se masturbaba y susurraba un nombre que no podía escuchar bien. En algún punto el placer debió ser mucho porque ví como la leche comenzó a salir de su verga y él lanzó un fuerte jadeo, lanzando la cabeza hacia atrás cuando un pequeño espasmo lo recorrió.

Mi ojo cayeron a la pantalla del teléfono cuando lo bajó y casi me vengo en gloria cuando veo que mi padre se estaba masturbando con una foto mía. Mía. Esa foto la había subido hace poco y me había encantado porque resaltaba todos mis atributos, gracias al bikini de color negro que estaba usando. Y mi padre se estaba masturbando viéndola.

Él se mueve ya superando su placer y nerviosa me alejo, corriendo hacia mi habitación y entrando rápido, moviendo mi mano para ver si dejo de arder, sin dejar de recordar la escena que acababa de ver.

Mi siquiera el porno me había calentado tanto como ver a mi padre menearse la verga.

Está demás decir que me toqué con esa imagen en mi cabeza y todas las veces me vine con su nombre saliendo de mis labios, y el deseo de poder tenerlo dentro de mí algún día.

******

-¡Angela, baja a comer! - me muerdo el labio viéndome al espejo, encontrandome con mis ojos café y mi cabello negro recogido en una coleta alta. Mi labio inferior lleno estaba atrapado entre mis dientes y mis ojos comenzaron a bajar, deparando en la camisa larga que llevaba, la cual apenas cubría el cachetero que tenía puesto.

Antes no hubiera sido capaz de salir así, pero las cosas habían cambiado, así que caminé nerviosa hasta el comedor y sentí mis mejillas arder cuando ví a mi padre sonreírme, sus ojos estaban fijos en los míos.

-¿Cómo dormiste, bebé? - me pregunta y camino sonrojada hacia la mesa, casi sentándome.- ¿Y mis besos de buenos días? - lo veo y lo único que se me viene a la mente es su verga venosa y la leche salir de ella mientras mi foto se mostraba en la pantalla.

-Buenos días, papi.- me acerco a él y le doy un beso en la mejilla, sintiendo el calor posarse en mi vientre.- Y dormí divino, la verdad. ¿Tú?

-Igual. La lluvia ayudó mucho.- asiento sintiendome no sé, extraña, de una manera lasciva. - Tu madre tuvo la suerte de irse antes de que empezara la tormenta, de otra forma hubiera quedado atrapada también. - veo todavía la lluvia caer fuertemente por la ventana.- Tenemos todo el día para nosotros, ¿Quieres ver una película?

-Pero yo escojo, tienes pésimo gusto en películas.- mi padre se ríe y comemos tranquilos, hablando de cualquier cosa que se nos ocurra.

Una hora más tarde, ya tenía la cocina limpia y fui con él a ver una película. Me senté a su lado como siempre y él paso su brazo en el espaldar del sofá. Mi cuerpo estaba tan alerta que mis vellos se encontraban erizados por su cercanía y su olor de jabón Protex me tenía embriagada, aunque yo olía prácticamente igual. Todos mis sentidos estaban alertas a él, y en algún punto, solo seleccioné una película cualquiera.

-¿Acción? Me sorprendes, hija. Pensé que ibas a escoger una de esas películas bobas de romance.- me ofendo, y lo miro mal, riendo por lo bajo.

-No son bobas, son lindas.- lo veo rodar los ojos.

-No son realistas.- me encojo de hombros y comienzo a verla. Como siempre, recuesto mi cabeza en su hombro y sigo viendo, un poco aburrida porque no soy muy fan de las películas de acción, pero mi padre sí, porque se la disfruta.

Hasta que sale una escena muy, muy, pero muy subida de tono entre los protagonistas. Se encuentran comiéndose la boca en un auto mientras el tipo le baja la camiseta y descubre unos senos blancos y paraditos, con la aureola rosadita.

Me muevo y voy a buscar el control, pero mi padre lo aleja.

-Ya estás grande para ver estás escenas, bebé. Ese es el mundo real. ¿Acaso no lo has hecho? - no quería hablar de mi vida sexual con el hombre que era protagonista de la mayoría de mis fantasías.

-Bueno, sí.- susurro viendo cómo el hombre se mete esos senos llenitos en la boca, succionando mientras la mujer se arquea y gime con fuerza, empañando las ventanas del auto. - ¿No te incomoda ver estás escenas conmigo? - pregunto y mis ojos se van hacia su entrepierna, viendo un bulto formado debajo de su short de tela fina.

Sería tan fácil llevar mi mano hacia él y apretarlo.

-Claro que no, bebé. Eres mi hija y estamos en confianza.- ma atrae con fuerza hacia él y el movimiento hace que lleve mi mano hacia su muslo. Mi mano busca estabilizarse y se presiona tan cerca de su miembro que siento el calor subir por el contacto.

Mis ojos buscan los suyos y lo veo sonreír.

-Sigamos viendo la peli.- me da un beso cerca de la boca y yo me fundo en sus brazos, sin apartar la mano en su muslo, viendo cómo la mujer salta sobre el hombre. La verga no se ve, pero la escena está igual de deliciosa, tanto que mi mano cobra vida propia, porque no puedo creer que yo esté consciente de ella.

Muevo mi mano, sobando su pierna, tan cerca de su miembro erecto que mis dedos tocan su borde.

-Me gusta esta película, definitivamente tienes buen gusto.- me giro hacia él dejando de ver a la tipa gritar de placer y los labios de mí padre chocan contra las míos cuando él me iba a dar un beso en la mejilla.

Mis ojos se abren de sorpresa y siento los labios de mi padre sonreír contra los míos. El shock de la situación me tiene estática, así que cuando él presiona sus labios más contra los míos, simplemente me dejo llevar, abriendo mi boca para que su lengua entre y juegue con la mia.

Beso a mi padre. Él me besa, con los gemidos de los actores que llegaron a su casa y repitieron la acción en la cama.

La habitación desaparece cuando cierro los ojos y me presiono más contra él, buscando más contacto, buscando que el beso suba la intensidad mientras mi mano poseída se posa encima de su verga, sobre su tela. No la muevo, sola la dejo ahí, sintiendo su calor mientras mis labios son devorados por los suyos, con nuestras lenguas luchando entre ellas, hasta que la mano de mi padre se pone encima de la mía y la cierra, por lo que envuelvo todo su grosor en mi mano y joder, se siente divino.

Él gime en mi boca y yo busco mas contacto, prácticamente montando mi cuerpo encima del suyo, mientras sus manos se vuelven juguetonas y rodean mis senos. No tengo sostén y el contacto es tan directo que gimo en su boca, metiendo mi mano por debajo de la tela de su short y tomando su largo falo que envuelvo en mis dedos y saco.

En algún punto el aire nos falta y se separa de mí, besando mi mejilla hasta llegar a mi lóbulo, chupándolo y suspirando en mi oído. Una de sus manos se mete por debajo de mi camisa y toman por completo mi seno, apretando.

Una parte de mi reacciona, pensando en las consecuencias de lo que puede pasar, así que trato de separarme aunque me queme, pero mi padre me lanza en el sofá y se monta encima de mí, besando con fuerza mientras sus manos se meten por completo debajo de mi camisa, acariciando y apretando.

-Papi.- gimo cuando deja de besarme y corre a llenar su boca de mis senos, los cuales chupa muerde y saborea mientras me retuerzo de placer debajo de él, suspirando cuando su mano baja por mi vientre hasta llegar a mi vagina, dónde siento como mete sus dedos debajo de mi braga y sigue bajando, hasta que su dedo entra en contacto con mi clítoris hinchado, lo que hace que una vibra de placer corra por mi cuerpo y me arquee, cerrando mis ojos para que mis sentidos se concentren en la ola de sensaciones que él desata con su lengua y su mano.

Mi padre vuelve a subir y yo abro mis piernas por inercia para que él se acomode entre ellas. Todo su cuerpo está sobre el mío y cuando se levanta, lo veo a los ojos.

Busco una especie de arrepentiendo dentro de mí, pero antes de llegar a eso él baja su cuerpo y pega toda su entrepierna a la mia, la cual se encuentra abierta y lo siento completo, restregandose a mí.

Gimo y mi padre suspira, lo que hace que su aliento choque contra el mío cuando vuelve arremeter. Lo único que impide que estemos piel con piel es que yo todavía tengo mi cachetero puesto, porque incluso mi camisa está sobre mis pechos, que están siendo vistos con deseo por mi padre.

Mi padre.

El hombre que ayudó a darme vida.

El que me ha criado por 18 años.

Quien me enseñó a leer.

El esposo de mi madre.

Mi madre.

Oh, Dios. ¡Mi madre!

Reacciono y lo empujo. La sorpresa lo hace levantarse rápido, mirando como me apresuro acomodar mi camisa.

-No podemos hacer esto, mi mamá...

-Debiste pensar eso antes de calentarme.- se agarra la verga que miro con deseo, pero no puedo simplemente hacerle esto a mi madre.- Mira como me tienes.- se masturba sin dejar de verme.

-Papá, por favor... Mejor olvidemos que esto pasó. Fue el calor del momento, la película.- niego con la cabeza sintiendo lágrimas llenar mis ojos - No quieres esto.

-Angela, ven aquí y arrodíllate.- niego de nuevo.

-Papá, de verdad... Solo olvidemos esto.- él se ríe sin dejar de tocarse mientras siento mis jugos llenar mi coño. Lo deseo, lo deseo tanto.

-Angela, ven aquí.- gruñe y yo lanzo mi última carta.

Miro su verga una última vez para recordarla cuando me toque y después corro a mi habitación, casi llevándome una pequeña escultura que mi madre ama. Corro por el pasillo con fuerza y escucho el tropel de mi padre detrás de mí.

Golpeo la puerta de la habitación abriéndola con fuerza y busco la manera de cerrarla, pero mi padre llega rápido a mí, abriendo la puerta, lanzandola contra la pared, emitiendo un fuerte zumbido cuando siento que la habitación se sacude.

Busco la forma de huir, pero él llega rápido a mí y me lanza boca abajo en la cama. Se me sale un grito cuando siento y escucho la tela de mi ropa interior romperse por completo.

-¡Papi! - se me sale en grito de dolor y placer cuando la verga entra en mí con fuerza, embistiendo y tocando todos los puntos exactos de placer dentro de mí.- Ahhhhmmm.

Las manos de mi padre toman con fuerza mis caderas mientras sus caderas se mueven en un fuerte vaivén que me hace temblar bajo él, moviéndome sobre la cama.

-Solo tenías que dejarte llevar, Angela... No puedes provocar y luego desaparecer.- sus embestidas se vuelven lentas hasta que siento como se queda quieto detrás de mí, sin salirse.

Lágrimas que no entiendo tocan las sábanas de mi cama y me giro para verlo sobre mi hombro. Se encuentra apreciando mi trasero.

-Estabas tan mojada.- se sale lento.- Entré tan fácil, mi amor. Tan fácil.- él se encuentra con mis ojos y su mano acaricia mi trasero, sin dejar de salir y entrar lentamente. - ¿Acaso no quieres esto? ¿No te gustó verme masturbándome en tu nombre? ¿No te excitó, acaso? - un gemido se me sale y los ojos de mi padre brillan.

-Papi, no debemos... Mi...- una fuerte nalgada hace que mi piel arda y mi espalda se arquee.

-Ya estoy dentro de tí, y de aquí no me saca nadie. Ni tu madre.- una mano agarra mi cabello y grito cuando levanta mi cuerpo hasta quedar con las rodillas pegadas a la cama, con él todavía dentro de mí.- Te voy a follar y te vas a dejar. Ya verás que lo vas a disfrutar.- una mano llega a mis pliegues y me pegó más a él cuando una ola me golpea al sentir sus dedos moverse sobre mi botón feliz con fuerza, presionado y luego delizandose, mientras su verga solo se mueve un poco dentro de mí.

La mano que sostenía mi cabello mueve mi cabeza a un lado y suspiro de placer cuando besa mi cuello antes de lanzarme de nuevo contra la cama, dónde caigo en cuatro y después comienza la mejor follada de mi vida, porque simplemente me olvido de todo y me fundo en él.

Mi padre se sale de mí y cuando me giro para verlo lo encuentro arrodillado, así que solo alcanzó a ver un destello de sus ojos antes de que sus manos abran mi trasero y su lengua entre en mí.

-Mmmmm.- Jadeo y golpeo mi cabeza contra el colchón, moviendo mi trasero en su rostro para sentir su lengua más adentro. Se sale y comienza a chuparme el botón, pasando su lengua por mis pliegues, abriendo mis cachetes y metiendola en el hueco de mi ano, incluso chupando un poco más arriba con ansias, como si los jugos que salen de mí, que reflejan lo rico que me estoy sintiendo, fueran el cóctel más delicioso de todos y él no pudiera dejar de beberlo, porque joder, si que bebe. Me consume por completo y yo solo fortalezco el contacto pegándome más a él, llenando mi habitación de gemidos, jadeos y gritos ahogados cuando las vibras me llenan por completo y me hacen temblar.

Siento que mi padre se aleja y yo me volteo, quedándome boca arriba y abriendo mis piernas por completo. La excitación me hace olvidar todo lo que antes me privaba, porque ahora quiero todo. Mi padre me mira con deseo y se lanza a comerse mis labios mientras la punta de su cabeza me abre los pliegues por completo antes de penetrarme profundo.

Grito contra sus labios y lo sigo haciendo cuando las embestidas se vuelven tan audaces y feroces que hace que mi cuerpo se arquee, haciendo que mis pechos sobresalgan, lo que mi padre aprovecha para comérselos mientas mis piernas se enredan en su cintura. Lo atraigo más a mí y observo como me las chupa, con su polla dentro de mí, penetrandome con pasión, con mis paredes apretándose contra él.

En la habitación solo se escuchan nuestros gemidos y el sonido de la cama delizarse por el suelo de madera, que de seguro quedara con marcas por las fuertes embestidas que hacen que se mueva.

-Aaasahhhh, papi. Ay, papi. Que rico, Dios. Me encanta. Así, follame duro. Dale papi, dame más. Quiero más!!!!

En algún punto mi padre me levanta a vuelo y se acuesta él, dejándome a horcadas, con su miembro todavía palpitante dentro de mí. Gimo con fuerza y comienzo a saltar sobre él, viendo sus ojos mientras sus boca se va hacia mis senos. Me he dado cuenta que tiene cierta fascinación por ellos, porque les da una atención extrema y yo los disfruto, al igual que disfruto como su verga me rompe por dentro con la fuerza de los embates.

-Ay, hija. Que rico te la tragas. Mira como la recibes.- su dedo pulgar me masturba el clítoris en círculos, y joder, se siente tan delicioso que la burbuja de placer se construye en mi vientre.

-Papi. Oh, papi. Lo siento. Estoy tan cerca, si. Aaaaahhhh, papi. Papi. Papi.- lanzo mi cabeza hacia atrás y el no para de penetrarme, ni de tirarme el botón feliz, más bien aumenta el contacto y las embestidas.

-Correte conmigo, Angela. Correte con papi. Correte mi amor.- grito lanzando mi cabeza hacia atrás cuando el placer es tanto que siento que me desvanezco.

Él se viene dentro de mí y siento su leche golpear cada centímetro de mis paredes, llegando profundo antes de comenzar a bajar de nuevo, saliendo de mí.

Me quedo quieta sintiendo los espasmo y esperando que mi respiración se normalice. Aunque mi cuerpo se siente como si pronto fuera a explotar.

-Tenemos que ver más películas seguido.- sonrío drogada de placer y veo a mi padre a los ojos, sintiéndome tan plena.

Y lo más importante, sin arrepentimientos.
 
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