Una Madre con Ganas de Nuevas Sensaciones 007

heranlu

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Francis vio detrás de su padre, un poco más lejos, a un par de hombres que hablaban animadamente.

-Francis, te esperamos en casa, no tardes. – le dijo su primo que se iba junto con sus dos amigos haciéndole un gesto de OK con la mano que indicaba "tranqui, todo bajo control".

-¡Esperadme! – gritó Francis pero su padre lo detuvo.

-Espera muchacho, ¿no quieres que hablemos un rato? Hace mucho que no nos vemos, hijo.


La mente de Francis se estaba despedazando como un puzle. Por un lado estaba su madre, caliente y borracha en manos de sus primos, para colmo el secreto de su relación iba a ser desvelado a un par de chavales de pueblo con el peligro de chismorreo que eso conllevaba. Su padre, aquel que había causado tanto daño a su madre estaba frente a él con una sonrisa queriendo tener una charla paternal. Todo esto estaba haciendo que su corazón se acelerara, su respiración se agitara y su mente empezara a quedarse en blanco, pero lo que más le jodía de todo es que se iban a follar a su madre sin él.

David había aprovechado la interrupción del padre de su primo para explicarle a sus amigos que habían conocido a una madurita la noche anterior que estaba dispuesta a desvirgarlos por un poco de dinero y habían quedado esta noche en casa de David. Se suponía que ella debería esperarles a él y a su primo en la entrada pero habían mandado a su hermano Pedro para que la metiera en casa y los vecinos no sospecharan al verla esperando en la puerta.

Rápidamente se pusieron en camino y por el camino terminaron de negociar lo que pagarían Andrés y Jorge. Tan sólo tenían treinta euros entre los dos, por lo que David accedió a invitarles a condición de que le hicieran caso y no dijeran nada para que sus padres no le regañaran.

Mientras tanto Isabel y Pedro ya se encontraban en casa. Iban subiendo las escaleras directos al desván y esta vez sí que Pedro tenía que sujetar a su tía para que no se cayera. Así abrazado a ella también aprovechaba para tocarle el culo descaradamente.

-¿Qué quieres Pedrito?¿Quieres jugar con tu tía otra vez? – preguntaba Isabel ebria por el alcohol. - ¿Te gusto mucho, verdad?


-Sí, tía. Me gustas mucho y quiero acostarme contigo otra vez. – dijo mientras abría la puerta del desván.

Isabel le dio una palmada en el culo a su sobrino y se metió en el pequeño baño mientras su sobrino se desnudaba y la oía mear. Poco después salió con el vestido arrugado y vio a su sobrino con el pene en pie de guerra. Sonrió y se desabrochó el vestido dejándolo caer con dificultad a sus pies pues se había atascado un poco a la altura de sus caderas.

En cuanto quedó en ropa interior Pedro se abalanzó hacía los pechos de su tía sacándolos de la copa del sostén. Ya en libertad, los lamió y chupó.

-Me tenéis que hacer caso u os doy de leches a los dos, ¿eh? Yo seré el primero y ya que Jorge ha puesto más dinero, es justo que él lo haga después. – dijo David en cuanto entraron a su casa y ambos amigos asintieron dando su aprobación. – Otra cosa. Dadme los móviles porque no se va a grabar nada, a ver si por colgarlo en youtube nos metemos en un lío.


Andrés obedeció pero a regañadientes, era lo que pensaba hacer ya que sería el último en follar al menos se divertiría grabando durante la espera.

Tras confiscar los teléfonos subieron despacio y los dejó en un cajón de su dormitorio. La luz de la escalera volvía a estar encendida por lo que David explicó que su hermano estaría arriba con la mujer, algo que hizo que sus amigos rieran de imaginar a Pedro, tan pequeño y desvirgándose.

Cuando llegaron a la terraza todos estaban nerviosos, de hecho Andrés y Jorge se iban a desvirgar, aunque Andrés había recibido algunas mamadas sería la primera vez que probaría un coño. Así se asomaron a la puerta del desván y vieron a Pedro desnudo abrazado a una mujer de unos cuarenta años. Tenía una melena por encima de los hombros y se encontraba con las tetas fuera del sujetador y con las bragas todavía puestas. Se empalmaron en el acto, pues a pesar de no ser una veinteañera, la madura estaba de muy buen ver. Con un carraspeo de David, su hermano y su tía percataron en ellos.

-¿Pero qué es esto? – preguntó Isabel extrañada a la vez que trataba de cubrirse con movimientos torpes y se agachaba para recoger su vestido, lo que hacía que sus melones colgaran facilitándole la visión al grupo de amigos.

-Pedro. Sal a la terraza y vigila, si ves a papá y mamá, entras y nos avisas. – ordenó David aunque su hermano, dubitativo, no se movía. – ¡Pedro, joder! – le alcanzó los pantalones a su hermano, entonces fue cuando éste los tomó y salió de la habitación.

Isabel, aturdida por el alcohol y la presencia de esos dos extraños que acompañaban a su sobrino, la pusieron nerviosa y las prisas por vestirse hicieron que tropezara y cayera sobre la cama. Algo que aprovecharon los muchachos para entrar en la habitación y empezar a desnudarse.

-Esperad, ¿qué vais a hacer? – preguntó asustada. – No sé que hacéis pero marchaos.


-No digas eso, si estás aquí para que te follemos. – dijo David de modo perverso. – Quítate la ropa que estarás más cómoda.


Isabel comprobó como los tres jóvenes ya se habían desnudado por entero y mostraban vergas de similar tamaño, todas tiesas y rígidas. Se acercaron a ella y quisieron desnudarla pero ella se resistía aunque de un modo lento y desacertado. Con lo que consiguieron quitarle el vestido y el sujetador.

-Joder qué tetas tiene la guarra. – dijo Jorge.

-Te vamos a dar a base de bien, tía. – dijo Andrés. – Ya estoy verraco. Venga, que hay prisa.


-Será mejor que lo hagas por las buenas, tita. De verdad. –susurró David al oído de su tía pero sin mostrarse amenazante, sino más bien, previniéndole.

Comprendió entonces que esos adolescentes iban a follarla quisiera o no, algo que de haber sido su hijo y sobrinos no le hubiera importado, pero aquellos jóvenes, no sabía quiénes eran y eso le preocupaba. Su calentura había disminuido aunque debido al alcohol veía las tres pollas que tenía delante bastante apetecibles. Sus pensamientos se movían con rapidez de uno a otro, lo que le provocó una sensación de mareo. Esto lo aprovechó su sobrino para sentarla al borde de la cama y colocarle el rabo a la altura de la boca. Cuando se recuperó vio como David le sujetaba por un hombro y le acercaba la verga a los labios. Lo miró a él y a los otros chavales que se masturbaban lentamente mientras decían burradas sobre follarla hasta reventar, el morbo de estrenarse con una madura y que el dinero estaba bien invertido. Pero al final, lo que el alcohol le permitía ver era una polla frente a su boca, así que obedeciendo a su sobrino, prefirió cooperar y hacerlo por las "buenas".

Con reparo agarró la verga de su sobrino comenzando a masturbarlo, pero éste le apartó la mano y acercó su polla nuevamente a la boca. Comprendiendo, Isabel terminó por lamerla, primero la punta y poco a poco terminar tragándola entera empezando una masturbación bucal.

-Eso es tía, chúpasela. Hasta el fondo. – animaba Jorge.

Andrés sin embargo, hizo que Isabel agarrara su mástil para que lo pajeara, algo que Jorge imitó al instante. Así, David, Andrés a su diestra y Jorge a su siniestra, los tres compañeros de clase eran masturbados por una Isabel que se veía desbordada antes las exigencias de los jóvenes.

-Venga, David, no seas acaparador. Comparte, coño. – dijo Andrés separando a Isabel de su sobrino y plantándole el cipote en la boca. – Oooohhh, qué bien la chupa, coño. Se nota que lleva años mamando pollas.


-Jejejeje, pues mi polla está lista para que me la chupe. – dijo Jorge atrayendo a Isabel hacía él para que le prestara el mismo servicio que a los demás.

Durante varios minutos estuvieron los tres pervertidos turnándose y compartiendo la boca de Isabel.

Mientras estaba ocupado con uno, los otros dos le magreaban los pechos, le estrujaban los pezones o le hacían masturbarlos. Esto hizo que Isabel se calentara pero no llegaba a desinhibirse ni soltarse del todo. Los muchachos la obligaban a mamar y chupar muy deprisa y ese movimiento junto con el alcohol la hacía sentirse un poco mareada.

-Oooohhh. ¡Espera!¡Para!¡Ooooohhhh! – bufaba Jorge mientras Isabel le chupaba todo el glande. - ¡Mierda, no!


Isabel se detuvo cuando oyó al muchacho decirle que se parara y nada más lo hizo un lechazo de semen le inundó la garganta. Del sobresalto se apartó de inmediato para escupir el semen del joven extraño, pero para él ya era difícil detenerse, por lo que se pajeó con rapidez para correrse haciendo que el resto de lechazos impactaran en su boca y cuello. Escupió aquel extraño semen tragado haciendo que se deslizara por su barbilla para terminar limpiándose la cara con la sábana de la cama.

-Bueno. Uno menos. Jejejejeje. – rió Andrés.

-Mierda. No quería correrme tan pronto. – se molestó Jorge. – Pero la muy zorra me ha puesto muy cachondo. Qué gustazo. Tras esto las pajas me van a saber a poco. Jejejejeje. – rió.

-Ya es hora de algo más, creo yo. – dijo David que trataba de sacarle las bragas a su tía mientras ésta se limpiaba la corrida de la cara. – Venga. Túmbate y ábrete de piernas. – ordenó cuando la hubo dejado totalmente desnuda.

-Joder, qué chochazo gasta la tía puta. – dijo Andrés. – Venga David, rápido que tengo ganas.


Entonces David se echó sobre ella, que con el culo al filo de la cama sintió como el gordo falo de su sobrino la atravesaba con lentitud.

-Aaaaaaahhhhhh. – gimió Isabel cuando la tuvo toda dentro.

Isabel no se encontraba bien, se había visto obligada, hasta cierto punto, a chupársela a unos desconocidos que querían acostarse con ella también, lo bueno era que estaban muy calientes y eso haría que todo terminara con prontitud. Mientras tanto, su coño soportaba los envites de la verga de David que en pocos minutos había alcanzado ese ritmo duro y bruto que a él le satisfacía.

-Aaaaaahhhh. Aaahh. Aaaahhhh. ¡Aaaaaaggghhhh! – gemía a cada golpe de polla recibido. - ¡Ufff! Aaaaaahhhh. No tan duro. No taaaaahhhhnnn. ¡Aaaaaaahhh! ¡Aaaagghh!


-Vamos tío, que le estás dando bien. – animaba Andrés. – Qué le entre toda, David. Tú sí que sabes. Vamos.


-Como aguanta la tía. Es cierto que las maduras son las mejores follando. – añadió Jorge.

-Aaaaahhhh. Aaaaahhhh. ¡Aaaahhh!¡Aaaaaaaahhhh!¡Mmmm! Mmm. Aaaahhh. – seguía gimiendo ante el poderoso mete-saca de su sobrino.

-Si las maduras follan mejor lo vamos a averiguar en breve. – rió Andrés.

Los comentarios de ánimo de sus amigos hicieron que David se pusiera más cachondo si cabe por lo que aceleró el ritmo y en pocos envites más lanzó sus ráfagas de leche dentro del coño de su tía. Le hubiera gustado quedarse un rato sobre ella, pero sus colegas le apremiaban a que dejara sitio así que la desmontó y dejó vía libre para el siguiente.

-¡Hey! Qué voy yo. – se quejó Jorge a Andrés. – Tú eres el último.


-Qué dices. Tú ya te has corrido, mala suerte. Espera a la siguiente ronda. – dicho esto se puso entre las piernas de la sudorosa hembra que tenía delante. Le hubiera gustado lamer el coño peludo pero tras haberse corrido David desechó la idea. –Ahí voy. – tras tantear un par de veces atinó a meter su polla en el jugoso y chorreante coño de Isabel.

El ritmo era más lento que el de David pero igualmente no la sacaba hasta que previamente le hubiera metido el rabo entero. Con este cadencioso mete-saca se entretuvo a engullir los melones que tenía delante dando diminutos mordisquitos en sus pezones que hacían que Isabel se quejase entre los jadeos. En poco tiempo se hartó de esta postura y colocó las piernas de Isabel sobre sus hombros, y ahora sí, la taladró con intensidad.

-¡Aaaaaahhh!¡Aaaaaaaagghh!¡Aaaaaaahhh! – gemía mientras la verga le abría el chocho a cada empellón. - ¡Aaaaahhhh! Despacio. Despacio. ¡Aaaaaahhhh!¡Aaaaahhhh!


-Pero a las putas maduras… os gusta así, ¿verdad? – le dijo Andrés para acto seguido comenzar a besarle con pasión ante la oposición de Isabel.

Muchas veces se había acostado Isabel con su hijo, y puede que demasiadas con sus sobrinos, sin embargo, ninguno trató de besarla en ningún momento, ni ella lo había hecho. Pero ese joven extraño luchaba con ella por meterle la lengua en la garganta y la hizo sentir sucia por lo que se resistió a dejarse besar.

-¡Toma!¡Toma!¡Toma! Cómo a ti te gusta. – le decía Andrés a Isabel entre jadeos.

-¡Aaaaaahhh!¡Aaaaahhh!¡Aaaaahhhh!¡Aaaaahh!¡Aaaaaahhhh!¡Aaaaaahhhh! – gemía Isabel mientras sentía como Andrés se iba vaciando dentro de ella lechazo tras lechazo.

-Joder qué polvazo. – dijo Andrés que aún jadeaba. – Muchas veces he soñado con tirarme a una cuarentona como tú. El gasto ha merecido la pena. – tras decirle esto le dio un par de chupetones más a sus pezones y se separó de ella liberándola de su agarre. – Toda tuya Jorge. – dijo haciéndose a un lado.

El ambiente en la habitación-desván estaba cargado, olía a sexo y sudor. Isabel que ya se encontraba acalorada creía que ya había terminado todo pues los tres se habían corrido pero el tal Jorge, quien se corriera con su mamada, se acercaba a ella con la verga dispuesta para más.

-Límpiate un poco que no me quiero pringar de tanta leche. – le ordenó Jorge mientras se la sacudía despacio.

Isabel se incorporó de la cama dispuesta a ir al baño a limpiarse pero los jóvenes no la dejaron. Les pidió que la dejaran ya, que ya habían gozado todos pero Andrés le alargó el vestido que se había puesto esa noche y ante la mirada de los tres, usó su vestido para limpiarse. Cuando hubo terminado, Jorge le dijo que se pusiera a cuatro patas en el borde de la cama. Isabel, cansada y sumisa le obedeció esperando que no quisiera penetrarla analmente y para su suerte así fue.

-Vamos a probar este chochito maduro. – dijo Jorge mientras acercaba su verga a la raja caliente. Le dio un par de pasadas por la entrada de la vagina y luego embistió de un golpe. - ¡Toma!


-¡Aaaaaagggghhh!¡Joder! – se quejó Isabel que ya sentía el coño algo dolorido. Despacio, por favor. – pidió.

Al principio Jorge si marcaba un ritmo lento pues se entretenía mucho en su culo mientras bombeaba. Le gustaba sopesarlo y amasarlo con ganas. Luego se pegó a ella para alcanzar mejor sus pechos e hizo lo mismo que con los cachetes de su culo. Estrujaba y amasaba los dos melones que colgaban sin dejar de perforarla.

Con semejante magreo Isabel no pudo resistir calentarse y a pesar del cansancio su cuerpo agradecía los toqueteos pues no había tenido ni un orgasmo y por el momento Jorge la estaba aproximando al primero de la noche.

De repente, sintió moverse la cama y encontró a su sobrino volviendo a colocarle la polla cerca de la boca. Como ya sabía lo que esperaba de ella no se hizo de rogar y se puso a lamerle y chuparle todo el glande.

-¡Qué putona está hecha esta tía! – dijo Jorge cuando vio como se la mamaba a su amigo mientras él le daba ración de rabo.

-Sí, tío. – dijo Andrés. - Esta tenía más ganas de chavales que nosotros de cuarentona.


Entonces, Jorge le agarró de las nalgas y dejándoselas separadas embistió con fuerza.

-¡Mmmmmm!¡Mmmmm! – se oían los apagados gemidos de Isabel hasta que Jorge incrementó su velocidad y lanzó sobre su coño duras y veloces envestidas obligándola a dejar de chuparle la polla a su sobrino pues los pollazos le entorpecían en sus movimientos. - ¡Aaaaaaaahhh!¡Aaaaaaahhhhh!¡Aaaaaaahhhhh!¡Aaaaaaahhhh!


-¿Te gusta que te follemos, verdad?¿Te gusta? – jadeaba Jorge. – Joder, me voy a correr otra vez.


Y en efecto no aguantó mucho más en volver a descargar su ración de esperma en el chochete de Isabel que ardía de la tanda de envestidas tan intensas que había recibido. Cuando sacó su verga Isabel se dejó caer en la cama cansada.

-Ya basta. No sigáis más que estoy molida. – consiguió decir entre jadeos.

Pero no tenían bastante. David estaba con la polla dura y se había quedado a media mamada, así que apenas Jorge abandono su lugar, se puso detrás de Isabel y con su polla buscó la entrada del coño de Isabel que trataba de recuperarse tumbada boca abajo.

Le costó trabajo pues Isabel no cooperaba ofreciendo una mejor postura pero consiguió penetrarla. No había dado ni seis envestidas cuando su hermano Pedro entró en el cuarto.

-Ahí vienen. – dijo solamente.

-¡Joder! – gritaron los tres amigos a la vez.

David dejó de follarse a su tía muy a su pesar y les dijo a los demás que se vistieran rápido. Todos obedecieron pues aunque les hubiera gustado seguir no querían ser pillados por los padres de su colega. Bajaron al dormitorio de David cuando estuvieron listos y allí les devolvió los móviles. Les recordó que no dijeran una palabra o se buscarían un gran problema y prometieron no contar nada.

Jorge y Andrés se fueron solos a la salida mientras David subía en busca de su hermano para que se fuera a su dormitorio pues ambos debían de aparentar llevar dormidos un rato. Lo encontró sentado en la cama junto a su tía y lo sacó de allí rápidamente.

-Vamos. A tu cuarto, tonto. – le dijo. – No nos pueden ver aquí.


Cada uno se metió en su dormitorio y cerró la puerta. En realidad sus padres aún estaban en la feria, pero Pedro mezcla de venganza por haberle fastidiado la noche con su tía y por amor a esta, había decidido esperar un rato antes de interrumpir alegando que venían sus padres para que dejaran a su tía Isa tranquila. El problema era que se había puesto a mirar por la ventana como su hermano y sus amigos se la follaban y excitado, se olvidó, dejando pasar el tiempo hasta que vio que su tita no podía aguantar más, momento que finalmente aprovechó para interrumpir.

Por otro lado, cuando Andrés y Jorge abrían la puerta de casa de su amigo vieron a Francis acercarse a la puerta y a un hombre tras él, al otro lado de la valla de la casa.

-¡Joder que follada te has perdido macho! – dijo Jorge medio riéndose.

-¡Pedazo de hembra putona! – añadió Andrés. – Nos ha dejado secos. – siguió y sin demorarse más salieron los dos amigos riéndose y comentando la jugada.

Esto no hizo sino incrementar el cabreo que Francis ya tenía. Había tenido que aguantar una charla padre-hijo, se había perdido un polvo con su madre y para colmo esos dos se habían acostado con ella. Así que entró rápidamente en la casa antes de que se cerrara la puerta y sin pensárselo dos veces subió dirección al desván donde suponía hallaría a su madre.

Durante el camino vio los dormitorios de sus primos con las puertas cerradas y siguió subiendo. Cuando llegó al desván vio que la luz estaba apagada y la puerta estaba entornada por lo que se deslizó con sigilo en su interior. Al instante el olor a sexo le hizo suponer la juerga que se habían corrido esa noche y ver a su madre tumbada y desnuda no hizo más que confirmarlo.

Miro su reloj y era tarde, sus primos y amigos no habían estado mucho con ella, poco más de cuarenta minutos pero sabía que su madre debía de estar agotada. No obstante y a riesgo de que lo descubrieran, se la iba follar. Le cabreaba que le hubiera puesto tantos impedimentos antes de llegar al pueblo para luego ser ella la que se hubiera follado todo lo que se le había puesto por delante. Así que se despelotó y se encaramó sobre su madre buscando la entrada de su coño.

Isabel notó como la cama se movía y como alguien se subía sobre ella buscando su coño. Pensó que David habría venido a terminar lo que no había podido antes.

-Déjalo ya. No sigas que no puedo más. – dijo Isabel tratando de darse la vuelta.

-Te follas a los demás pero conmigo no quieres, ¿no? – dijo Francis.

-Por favor, estate quieto Francis. Estoy muy cansada. – dijo Isabel que reconoció la voz de su hijo. – Ya os habéis aprovechado de mí bastante, así que déjame.


Pero Francis no la dejó girarse y consiguió meterle el mástil dentro arrancándole un quejido a su madre. Se tumbó sobre ella y comenzó a moverse mientras le jadeaba sobre la nuca.

-Aaaaaahhhh. Francis para. Aaaahhhh. Aahhh. Aaaaahhhh. Para. – se quejaba Isabel.

-¡Cállate! Cállate porque te voy a follar igual que te han follado los demás.


Francis empezó a moverse más rápido no tanto por excitarse él sino para vengarse de su madre, pues a cada embestida ella se quejaba. A esa velocidad y en esa postura su polla se salió un par de veces del coño materno y como le costaba volver a meterla obligó a su madre a ponerse de rodillas. Le tanteó el coño con la polla y se la enchufó de golpe hasta el fondo.

-¡Aaaaaarrrrggghh! – se quejó.

-No querías que me acostara contigo mientras estábamos aquí pero te acuestas con los primeros tipos que pillas, ¿no? – le dijo enfadado manteniendo su barra de carne totalmente incrustada en su interior. – Igual que una prostituta.


-Francis, yo no queríaaaaahhhh. – Francis le interrumpió dándole una sonora palmada en el culo para iniciar el bombeo seguidamente. - Aaaahhhhh. Aaaaaaahhhhh. ¡Aaaaaahhhhh!¡Aaaaahhh! Para y te lo explico… ¡Aaahh!


Pero Francis no paraba, tenía las caderas de su madre bien sujetas y movía su cintura a buen ritmo. Su polla entraba y salía sin mucha resistencia, prueba de que varias pollas habían pasado ya por allí. Los pensamientos de imaginar a su madre con otros jóvenes lo enfadaban pero se mentiría a sí mismo si negara que también lo excitaban.

Su madre había dejado de quejarse y solo emitía algunos gemidos y resoplidos por lo que el silencio solo se interrumpía por el sonido de su cuerpo al chocar con las nalgas de su madre. Decidió entonces que como castigo se la metería por el culo, pues a ella no le gustaba y esta noche, al contrario que otras no quería que su madre disfrutara, quería que sufriera un poco. Así, aminoró hasta detenerse totalmente y separándole las nalgas con una mano, sacó su cipote para ponerlo en el anillo de su culo, dando un fuerte y seco golpe de cadera.

Agotada como estaba, Isabel no lo vio venir y con ardiente dolor sintió como la verga de su hijo traspasaba la puerta de su culo enterrando el glande y algo más en sus entrañas.

-¡Aaaaaaaaarrrrrrrggggghhhhh! – aulló. - ¡No!¡Para!


-Esto te pasa por puta, mamá.


Quiso separarse pero su hijo la retuvo atenazando sus caderas. Trató entonces de apartarlo dando manotazos mientras él continuaba introduciéndole verga.

-¡Aaaaaarrrgggh!¡Nooo!¡Aaaaarrrggghhh!¡Paaaaraa!¡Aaaaaggghhh! – se quejaba sin dejar de dar manotazos y tratando de aguantar a su hijo para que no la penetrara más profundamente.

Francis encontró una resistencia en el culo de su madre, que bien cerrado le oprimía la polla con fuerza y le dificultaba la penetración al no contar con lubricación alguna. Para colmo su madre le importunaba dándole golpes, así que soltó sus caderas y agarró sus brazos pero en el proceso de lucha su verga escapó de su culo. Se agarró la polla y la guió hasta un agujero para dar un nuevo envite. Se la había vuelto a meter en el coño. No le importó y la taladró con fiereza.

Para alivio de Isabel su hijo había abandonado su culo aunque había vuelto a su vagina. Le había dejado un intenso dolor dentro de su ano y se imaginó que la habría vuelto a desgarrar. Ahora Francis le agarraba de los brazos tirando de ella cada vez que arremetía haciendo que su polla llegara a perforarla profundamente.

-¡Aaaaaahhh!¡Aaaahhh!¡Aaaaahhh!¡Aaaaahhhh!¡Aaaaahhh! – gemía Isabel que había empezado a llorar en silencio.

Su hijo estaba siendo muy duro con ella, estaba enfadado y esta era su forma de castigarla. Quiso enfadarse con él y odiarlo pues le hacía daño pero se dijo que la culpa de haberse acostado con esos jóvenes y su sobrino era suya. Se dijo que en cierto modo lo había traicionado, pues era cierto que le pidió que mantuviera las apariencias en casa de sus tíos y ella se había acostado con uno de sus sobrinos la primera noche, y se había dejado follar por su otro sobrino en una orgía con sus colegas, así que aguantó en espera de que su hijo terminara con ella, algo que no tardó en llegar.

El ritmo de Francis era vertiginoso por lo que su corrida era inminente. Tras un par de mete-saca disparó sus furiosas ráfagas de esperma dentro de ella. En cuanto dejó de correrse se levantó y se vistió. Cínicamente le dio las buenas noches y bajó al dormitorio que compartía con David dejando a su madre chorreando algo de semen por su coño.

Isabel ni siquiera se levantó para comprobar si era cierto que le había desgarrado el culo ni para asearse un poco, simplemente hundió la cabeza en la almohada para ahogar sus lágrimas y dejó que el sueño la venciera.

Cuando Francis entró en el dormitorio su primo dormía o se hacía el dormido, el se cambió a oscuras y se acostó, aunque tardó en dormir. El sentimiento de culpa de lo que le había hecho a su madre se lo impedía.

A la mañana siguiente todos en la casa despertaron tarde y con mala cara, algo que Ramón y Margarita achacaron a trasnochar, el alcohol y la fiesta. Isabel comprobó por la mañana que no tenía desgarro alguno aunque si una pequeña molestia en el culo y en su vagina cuando subía las escaleras.

Los primos estuvieron muy distantes unos de otros y cruzaron muy pocas palabras hasta que Francis e Isabel decidieron volver a casa. Durante el trayecto, madre e hijo estuvieron más tensos si cabe que en casa de sus familiares y no fue hasta que estuvieron a punto de llegar a casa cuando Francis habló.

-Mamá… lo siento. – dijo y a su madre se le resbalaron un par de lágrimas. Sin soltar el volante cogió la mano de su hijo y la besó.

-Yo también lo siento, hijo.
 
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