Una Fiesta de Halloween

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
6,204
Likes Recibidos
2,514
Puntos
113
 
 
 
Todo comenzó con aquella invitación que llego para una fiesta de halloween en una discoteca que había alquilado la empresa en la que trabaja mi esposo, en esa fiesta no solo invitaban a mi esposo sino que podían ir hasta un máximo de 4 personas por familia.



Llevábamos una vida de total monotonía como casi cualquier matrimonio de 50 años (que esa es la edad tanto de mi marido como la miá) yo le insistí que no estaría mal el ir para variar un poco y salir de la aburrida rutina que nos estaba invadiendo, el no estaba muy por la labor pero decidimos ir mas que por el, por mi insistencia.



En la la invitación había una coletilla en la que decía que se valorarían los disfraces mas sexys y siempre con antifaz, lo de valorar disfraces sexys no es muy políticamente correcto y muchos dirían que es algo machista, pero me pareció graciosa la propuesta y como no se refería a ningún sexo en concreto y tampoco soy yo muy políticamente correcta me dije: «¡¡que demonios, vamos a ello!!», ademas con un poco de suerte igual animaba a mi marido que estaba perdiendo la poca libido que siempre tubo.



Mi hijo dijo que también iría con alguna amiga pero que su disfraz seria un secreto por ello no saldría desde casa, yo le dije que vale pero que nadie sabría tampoco mi disfraz, así que me dispuse a buscar uno, como una no tiene mucha experiencia en el tema siempre se recurre al mismo sitio que suele ser algún buscador de internet, poniendo «disfraces de halloween sexys», empecé a combinar la búsqueda y sustituir palabra sexy por erótica, picante y hasta porno, la verdad es que la cantidad de resultados era bastante grande.



Al final me decidí por uno que me pareció bonito, elegante y muy sugerente, era algo parecido a la famosa morticia de la familia addams pero en plan «aquí esta lo que yo tengo para todos», para que nadie lo viese quedé con una amiga en enviárselo a su casa, al cabo de tres días esta me llamó para decirme que ya había llegado el paquete, fui para allá con pocas expectativas porque todos sabemos que por internet muchas veces pides un tío cachas de gimnasio bien parecido y te llega algo como el famoso torrente.



Nos pusimos a abrir el paquete, yo creo que ella con mas ilusión que yo, a simple vista parecía que había acertado, por lo menos a mi amiga le estaba encantando, «pruebatelo, pruebatelo» me dijo, bueno para eso había ido, así que me quite la ropa que llevaba quedándome solo en bragas y sujetador, al ponerlo me di cuenta que me quedaba como un guante pero empecé a poner algunos defectos.



El escote era muy pronunciado ya que me llegaba a la cintura y con dos tiras que eran las que tapaban las tetas, quedando toda mi espalda al aire, aunque eso no me preocupaba mucho, el vestido era largo hasta los tobillos pero en la pierna derecha había una abertura que llegaba hasta la cintura, dejando toda mi pierna a la vista, sobre todo al caminar que tendría que tener un especial cuidado para que no se viese nada, la tela del vestido aun que bonita era muy fina, como de raso, que se pegaba al cuerpo como un camisón.



Mi amiga me dijo que le encantaba, no dejaba de convencerme que estaba muy sexy incluso impresionante, que no fuera tonta que iba a arrasar, pero que tendría que quitarme el sujetador porque se me veía todo y rompía toda la sensualidad que desprendía, yo me reí ante tal afirmación y me lo quité, a pesar de mi edad las tetas se me mantienen muy firmes, así que me quedaba bien, «espera se me ocurre una idea» dijo mi amiga a la vez que pellizcaba un poco mis ya notorios pezones, cuando retiré un poco el pecho ya era tarde, los pezones habían crecido y estaban como escarpias por lo sensibles que los tengo, «así mejor» y nos echamos a reír las dos, yo me puse roja de la vergüenza a pesar de la muchísima confianza y complicidad que siempre hemos tenido entre las dos, sobre todo ella que me ha contado siempre sus escarceos con todo tipo de pelos y señales de las muchas infidelidades a su marido.



«¡¡Mira!! tenemos un problema» me dijo señalando al espejo que había detrás de mi, yo volví medio cuerpo para ver como me quedaba por detrás y comprendí a lo que se refería, al ser una tela tan fina las bragas se me notaban todas, «tendré que ponerme tanga», pero ella me dijo que me las quitara a ver como quedaba sin ellas, lo hice y cuando me levante escuché un «perfecto, maravilloso, sexy, si no fueras mi amiga te follaba aquí mismo» y nos pusimos a reír entre bromas de ese tipo, pero ella se acerco a mi oído y con un susurro me dijo «vete sin ellas, veras como será una noche perfecta» a la vez que metía la mano por la abertura de la pierna y pasó los dedos por mi sexo, al pillarme de sorpresa no me dio tiempo a retirarme, lo que si me di cuenta es que cuando saco la mano yo estaba con los pezones duros y el coño chorreando.



Nunca había tenido pensamientos con otra mujer y menos me había excitado con ninguna, pero lo cierto es que lo estaba «¿el vestido estaría embrujado o algo así?», no sabia que pensar y estaba confusa así que me quité el vestido, me vestí y me fui argumentando que era tarde y que tenia la comida sin hacer, fui todo el camino rumiando aquello y al llegar a casa no pude aguantar la excitación que llevaba, me hice el mayor de mis dedos, corriéndome como nunca había conseguido con mi esposo, quedé todo el día pensando en lo que allí sucedió y con ese sentimiento de culpa por haberme excitado y masturbado pensando en otra mujer.



Por fin llegó el día de la fiesta y le dije a mi marido que yo iba a vestirme a casa de mi amiga, el me dijo que saldría desde nuestra casa y que allí nos encontraríamos, cada uno entraría por libre, me pareció una buena idea, ¡por fin estábamos haciendo algo distinto a lo habitual!.



Ya en casa de mi amiga comencé a vestirme para ir a la fiesta pero llevaba tanga debajo y lo dejé puesto, era demasiado el ir sin el, por lo demás se me veía esplendida, al vestido se añadía unas medias negras de liga y un peinado con el pelo largo y negro y un maquillaje pálido, me sentía provocativa y algo morbosa.

Al salir de la habitación ya maquillada y con el antifaz en la mano mi amiga salio de la cocina y exclamó un «wooow estas de estupenda, pero aquí sobra algo», mi amiga se arrodilló delante de mi y metiendo las manos por debajo del vestido cogió el tanga por la cintura y me lo fue bajando hasta lo tobillos, yo parecía abducida, no protestaba, solo levante un poco un pie y a continuación el otro para ella quitármelo por completo.



Ella se levantó y me dijo al oído en un tono bajito y sensual «así estas mejor, ¡no voy a ser yo la única guarra del barrio!». A la vez que me decía esto había introducido la mano por la abertura del muslo como la otra vez y me iba recorriendo toda la raja con el dedo anular, esta vez yo no me retiré, solo cerré los ojos y suspiré un poco dejándola hacer, le dio tiempo a pasarlo no una, sino varias veces, incluso introdujo como medio dedo dentro sacándolo todo baboso de como me había puesto, de aquel trance desperté al escuchar un «¡vamos que se te hace tarde!», al abrir los ojos vi como se llevaba el dedo a los labios y lo chupaba, «¡¡por favor!! ¿que me estaba pasando?», salí de su casa y nos despedimos con un beso de amigas pero casi rozando la comisura de los labios «pasalo bien amiga, quizás nos veamos en la fiesta, quien sabe» me quedé sorprendida por la frase pero me subí al taxi y le di la dirección para que se pusiese en camino.



El camino lo hice en el asiento de atrás del automóvil pensando en todo lo ocurrido, llevaba los pezones como el timbre de un castillo y el coño que parecía un charco, pero me gustaba la sensación, me excitaba, estaba como una perra en celo, me obsesioné tanto que hasta llegué a pensar si el vestido aquel estaría hechizado, yo nunca me había comportado así y ahora no solo no me importaba sino que me gustaba, no me reconocía.

Tan excitada estaba que allí sentada en el asiento de atrás metí mi mano derecha por la abertura del vestido y llegué a mi sexo, lo encontré caliente, excitado y chorreando líquidos, fui todo el camino dándome dedo, no podía soportar tanto placer, cerraba los ojos y sin poder remediarlo hasta metí mi otra mano por el escote de forma disimulada para pellizcar mis pezones de vez en cuando, hasta escuchar el inoportuno «¡ya hemos llegado señora!», saqué rápido mi mano y la llevé a los labios saboreando mis propios jugos, que por cierto me pareció lo mas exquisito del mundo en aquel momento.

Cuando bajé del coche y al echar un pie fuera el vestido quedó todo abierto en la pierna, los que pasaban por la calle tuvieron que ver mi coño en todo su esplendor, alguno hasta lo notaria abierto y brillante que es como lo llevaba, ahí me ruborice un poco y traté de taparme lo poco que podía, ya de camino hacia la puerta solo pensaba en que si daba pasos largos por el lateral se tenían que ver los pelos de mi coño a poco que alguien se fijase, mis tetas al estar libres de ataduras y con el movimiento del caminar se bamboleaban de un lado a otro dándome en su conjunto un aire de guarra increíble, estoy segura que todos pensarían que ahí iba la puta de la fiesta, cosa que tampoco iban tan descaminados.



Ya dentro de la fiesta y en la barra con el vaso de licor en la mano vi que todo el mundo estaba esplendido, me alegré de haberme quitado la ropa interior, todas ellas estaban igual de sexy que yo, o mas, y a ninguna se le notaba nada, allí no se conocía a casi nadie porque todos llevaban el antifaz que nos tapaba media cara, solo alguno se lo quitaba en algún momento para beber, descansar de el y del calor que proporcionaba pero se lo volvían a poner, aquello junto con la sala que no disponía de mucha iluminación daba un aire de anonimato que me gustaba, en algunos lugares debo decir que estaba hasta oscuro del todo, en una situación normal no habría pensado en esas cosas pero con la excitación que llevaba al ver los lugares oscuros solo pensaba que bien se follaría allí y el morbazo que me daría, pero pronto me decía a mi misma que esas cosas solo sucedían a los 20 añitos, estaba tan excitada que pensé: «si no llega mi marido pronto me tendré que ir al baño a desahogarme con o sin compañía», me ruboricé solo de analizar lo que yo estaba pensando, decidí esperar un poco pero al tardar dejé el vaso en una mesa en la zona oscura que era la mas vaciá de gente y me dispuse a bailar en la zona de la pista mas cercana, ya era la segunda copa y empezaba a sentir los estragos del alcohol, no suelo beber así que no aguanto mucho y encima cuando lo hago me calienta mucho, en un momento alguien se acerco por detrás de mi y me dijo muy bajito casi imperceptible «¿me estas esperando?» se arrimó a mi metiendo una mano en las tetas y la derecha entre mis piernas, «por fin llegó este gilipollas es lo que pensé» aunque en el fondo me gustaría pensar que hubiese sido mi amiga la que me metía mano, pero por fin alguien me calmaría.



Al poner la mano en mi coño noto que no llevaba nada debajo y lo mojado que estaba «ummm veo que la zorra ya esta cachondita eh cerda» aquello me puso los pelos como escarpias aun que esas cosas no eran mucho de mi esposo (¿estaría ya bebido?), el me iba empujando hacia la zona oscura y yo me dejaba hacer, ya no me importaba nada, notaba detrás de mi lo duro que estaba frotándose contra mi culo, eché la mano hacia atrás y la metí entre los dos agarrando ese trozo de carne que necesitaba para aliviar mi calentura, estaba claro que aquel vestido tenia un hechizo, era imposible que yo reaccionase así, me tenia por mas santa que todo eso, pero era ponerme ese vestido y volverme mas guarra y hasta un poco puta.



Le bajé la cremallera y metí mi mano dentro del pantalón y del slip sacando fuera esa polla tremenda y pegándome mucho a el para que nadie notase que estaba ocurriendo allí, estaba a reventar, mas dura de lo habitual, caliente y con la punta mojada, ya estábamos detrás de uno de los grandes sofás y me empujó hacia el quedando mi cintura apoyada en el respaldo, el cuerpo hacia la zona donde se apoya la espalda y mi parte de abajo por detrás del sillón, sentí como me levantaba el vestido quedando con todo al aire, pensé que mi marido estaba irreconocible, seria el hambre que llevábamos pasando hace tiempo lo que le hacia estar así o quizás alguna copa de mas que ya llevaría en el cuerpo al igual que yo, pero aquella forma ruda de tratarme me ponía cada vez mas perra, si es que eso se podía ya a esas alturas.

Empezó a pasar la punta de la polla por toda mi raja para jugar con ella y ponerla mas y mas mojada, jugando con la punta en mi clítoris y rozándolo con ella, eso es algo que siempre me ha puesto muy cerda, para facilitarle el trabajo subí una de las piernas al respaldo quedando abierta totalmente para el, empezó a empujar y notaba como me iba abriendo esa barra de carne caliente, creía desmayarme de placer, ¡¡que placer por favor!!, a partir de ahí empecé a notar empujón tras empujón, la sacaba y la volvía a meter entera hasta la matriz, a veces lo hacia despacio para que notase como iba abriéndome poco a poco y a la vez me iba metiendo un dedo en el culo, eso me daba un placer difícil de describir pero que muchas mujeres reconocerán al leerme. Aquello me estaba extrañando mucho, nunca me había llegado hasta tan adentro, tampoco me había sentido nunca tan llena, sinceramente ni a sus 20 años me había follado así mi marido y menos con un dedo en mi culo, por mi cabeza paso la idea que el que estaba destrozando mi coño con tanto placer no era mi marido, pero preferí quitarme eso de la cabeza no vaya a ser que estuviese en lo cierto y aquel macho tuviese que dejar de follarme.



No tardé mucho en notar un buen chorro de leche caliente dentro de mi que provoco mi orgasmo, la leche empezaba a chorrear por mis piernas junto con los líquidos de mi corrida que salían por los lados de su rabo, pensé que todo había terminado pero aquello no se bajaba, parecía que le crecía mas y mas, ahí si que tenia claro que el que estaba detrás de mi no era mi marido, seguía follándome como si allí no hubiese pasado nada cuando noté un chorro de un liquido algo frio que cayó en mi culo, acto seguido metió dos dedos dentro de el que entraron con bastante facilidad, comprendí que era algún tipo de lubricante, los ojos se me abrieron como platos, nadie me había dado nunca por el culo,solo en alguna masturbación yo sola me había metido algún dedo por curiosidad y replicando algún video porno que había llegado a mis manos, pero aquel tipo se disponía a ello, hice algo de fuerza para quitármelo de encima pero no pude y con tanto placer que me estaba dando tampoco era plan de insistir demasiado, así que lo mejor que podía hacer era facilitarle la operación echando mis manos hacia atrás y cogiéndome mis nalgas abrirlas todo lo que pudiese.



El comprendió y se dispuso a actuar sacando la polla chorreante de mi coño el cual notó un vació tremendo, como si hubiese sacado una botella de el, apuntó a mi culo y fue empujando poco a poco, yo creía desfallecer de dolor pero no quería gritar en la sala después de lo puta que estaba siendo.



Reconozco que lo hacia con cuidado, primero la punta, luego la sacaba e intentaba de nuevo meterla, así una y otra vez, hasta que logró meter el capullo, lo dejaba descansando un poco allí para que mi culo se adaptase y mientras me iba dedeando con una de las manos, cosa que me cambiaba el dolor del culo por el placer del coño, hasta que al final ya tenia metida la mitad y de un empujón la clavó toda hasta la base, no pude reprimirme y di un alarido que en una situación normal se habría escuchado en toda la sala pero debido a la fuerte música no lo escuchó nadie, solo vi a lo lejos una mujer que nos estaba mirando con las piernas abiertas y una mano debajo de su minivestido tocándose, pero a esas alturas ya no podía ni quería pensar en que nos estaban observando, el dolor fue cambiando a placer y entre la polla taponando mi culo y su mano trabajando mi coño enlazaba un orgasmo con otro, ya tenia un charco en el suelo de las corridas que llevaba.



Le notaba en mi oreja suspirando gimiendo y empezó a llamarme «puta, zorra, perra, guarra y un largo etc.», todo lo que se le venia a la cabeza, cuanto mas me insultaba mas me encendía, sacando la puta que llevaba dentro y que tanto tiempo llevaba oculta.



«vamos cabrón, sigue partiéndome el ojete»

«siempre te ha gustado que te den por el culo eh perra»




Ahora que había hablado mas alto esa voz era muy conocida y no era la de mi marido precisamente, pero claro tampoco estaba yo para pensar mucho y decidí que aquello tenia que seguir, deseaba mi premio que no era otra cosa que su leche dentro de mi culo, quería conocer lo que se sentía con un buen chorro dentro de el.

Cada vez notaba mas presión en mi culo, como si su polla fuese a reventar por momentos, estaba a punto vaciarse dentro de mi culo, sensación que nunca había experimentado y que estaba deseando hacerlo, yo por mi parte también estaba a punto del orgasmo, ya había perdido la cuenta de los que llevaba pero mi cuerpo no quería parar, de pronto empiezo a sentir un liquido caliente que entra por mi culo, supuse que se estaba corriendo aunque de la cantidad que recibía dentro de mi mas bien parecía que se estaba meando, por favorrrr que sensación mas placentera, la misma que me llevo al orgasmo mientras el macho que tenia detrás me inyectaba todo su semen, tenia la sensación que me iba a cagar viva, apretaba el culo casi estrangulandole la polla, terminamos rendidos los dos, yo desfallecida apoyada en ese respaldo del sofá y el con todo su peso encima de mi cuerpo, el respiraba fatigosamente en mi oído.



«Dios Maria que pedazo de culo tienes cerda»



¿Maria? ¿Maria?, me estaba confundiendo con otra, yo me llamo Anabel, Maria casualmente es mi amiga, me di la vuelta le quité el antifaz rápidamente a la vez que me quitaba el mio, nos quedamos los dos mirándonos fijamente, al ver lo ocurrido fui resbalando por la parte de atrás del sillón con las manos en la cara no dando crédito a lo ocurrido hasta quedar sentada en el suelo, el hizo lo mismo quedando a mi lado.



«¿hijo que hemos hecho?»

«lo se mama, lo se, perdoname no sabia que eras tu»

«Por que lo has hecho hijo?»

«En serio que no sabia que eras tu, Maria me dijo que iba a venir con un vestido igual que este, me lo describió a la perfección y al notar que no te oponías y que te gustaba estaba totalmente seguro que eras ella, no se me paso por la cabeza pensar lo contrario, otras veces habíamos jugado a cosas como esta en otros lugares públicos»

«¿Maria mi amiga?»

«Si Mama si, hemos follado alguna que otra vez»



Me pasó un brazo por encima de mis hombros atrayéndome hacia el y dándome un beso tierno en mi cabeza, aquello me gustó, yo pasé mi brazo derecho entre el sillón y su cuerpo agarrándome de su cintura.



«Hijo esto no lo tiene que saber nadie»

«Por supuesto mami, quedará entre nosotros»

«Hemos hecho incesto hijo, ¿no lo entiendes?»

«Mama piensa que solo han follado un hombre y una mujer que se atrajeron, ¡¡nada mas!!»

«¿Por Dios hijo como puedes pensar eso así tan a la ligera?»

«¿No te gustó acaso?, ¡¡se sincera!!»

«Si hijo, me encantó, nunca había sentido algo igual aun que no me guste reconocerlo»

«Dime sinceramente, ¿te arrepientes de lo que has sentido y disfrutado?»

«No, eso no pero....ufff»

«Pues deja de pensarlo porque a mi también me ha encantado, ha sido el mejor polvo de mi vida»

«estoy segura que Maria nos ha tendido una trampa»

«yo también lo estoy, y creo que se el porque»

«¿dime porque hijo?»




Yo le escuchaba atentamente como me comentaba que en un juego en el que se hacían preguntas y el otro tenia que responder la verdad ella le pregunto con que mujer le daría muchísimo morbo follar, el contestó que conmigo, aquello me dejo totalmente descolocada, era un sentimiento entre sorpresa, confusión por lo que había pasado y deseo de repetirlo, debería sentirme mal y estar furiosa pero lo cierto es que entre el placer que llevaba en el cuerpo, el alcohol que seguía haciendo su efecto y lo desinhibida que me encontraba no tenia esos sentimientos, quizás todo lo contrario, no había ningún tipo de arrepentimiento en mi cabeza, ¿me estaría volviendo loca?.



Se levantó y me dio la mano para que yo también me pusiese de pie, al levantarme estaba a escasos centímetros de el, con las miradas fijas el uno en el otro, el me dio un beso suave en mis labios que yo respondí gustosamente para decirle rozando labios con labios.



«dejame ir al baño porque no respondo de mis actos»

«de acuerdo porque yo tampoco respondo de los míos»



Marché hacia el año volviendo la cabeza y lanzando un beso al aire con una sonrisa en mis labios, que el devolvió de forma reciproca.



Llevaba apretando mi culo desde que mi hijo había sacado la polla de el para que no se saliese nada y mis músculos ya estaban flojeando, era complicado con la cantidad de leche que estaba revoloteando por mis tripas, daba la sensación de tener litros dentro aun que yo sabia que eso era imposible, aquello era algo tan guarro y que nunca había hecho que me encantaría estar con la corrida de el toda la noche dentro de mi culo, quizás otro día lo intentase pero hoy tenia urgencia en soltar esa leche caliente que estaba empeñada en salir de mi culo, al llegar al baño de mujeres me dirigí al ultimo reservado, empujé la puerta y me dispuse a entrar cuando note un empujón que me hacia entrar de forma brusca, casi violenta, recé para que fuese mi hijo que deseaba otro asalto y siguiese inyectándome mas leche dentro.

Con la fuerza que entré, no me quedo mas remedio que poner las manos en la cisterna para no darme un golpe contra la pared, no había pasado ni un segundo y cuando miré hacia atrás vi una mujer metida debajo de mi falda, empece a notar como pasaba la lengua por mi culo lamiendo todos los restos de la corrida de mi hijo, que gusto me estaba dando aquella tía, nunca me habían hecho algo como eso y después de la nochecita que llevaba ya no importaba un poco mas de placer, para facilitarle el trabajo subí mi pierna derecha encima de la taza y si esa tía quería jugos los iba a tener, aflojé mi esfínter en parte por el placer que me estaba dando aquella lamecoños que tenia debajo de mi falda y dejé salir la corrida que llevaba aguantando desde que me había follado mi hijo.



Pasó a ocuparse de mi coño e hizo lo mismo con el que lo que había hecho con mi culo, limpió hasta la ultima gota que salia de mi raja y mi culo que seguía segregando semen resbalando hasta mi raja, allí confluían todo tipo de jugos que ella se encargaba de tragar, que cerda era esa tía, estuvo así hasta que con un temblor de mi cuerpo notó que otro orgasmo se apoderaba de mi.



Salió de debajo de mi vestido y otra sorpresa mas en mi vida, salio la cara de mi amiga Maria toda brillante y mojada.



«¡¡comprendelo!!, lo que llevabas dentro era de mi macho y lo necesitaba»

«pero que puta eres»

«ya no soy la única zorra aquí»



Ella seguía con los dedos en mi raja dándome placer, subió su pierna también encima de la taza quedándonos frente a frente, ella llevaba un disfraz el cual tenia una falda extremadamente corta que en esa postura quedaba a la vista un coño mas peludo que el mio y abierto, me cogió una mano y la llevo a el, comprendí lo que deseaba y empece a tocarlo, estaba baboso, también soltaba líquidos que mojaban mis manos, la excitación era máxima, sobre todo cuando sacando los dedos de mi interior vi como se los llevaba a la boca y los lamia, saboreadolos y deleitándose con ellos, tal excitación me provocó aquello que hice lo propio.



«eres una zorra, te estas follando a mi hijo»

«¡¡si!!, ahora ya sabes lo que tienes en casa, aprovechalo»




El sabor era algo salado, muy parecido al mio, no era desagradable para nada, incluso me gustaba y me excitaba mas, bajamos de nuevo las manos para seguir masturbándonos mutuamente, nuestras bocas estaban abiertas y cada vez mas cerca, notaba su aliento caliente en la miá, ella sacó su lengua llena de saliva y la pasó por mis labios, mi lengua también salió a recibirla, no sin antes hacer saliva y sacarla bien llena de ella, Maria se encargo de chuparla y aspirarla hasta dejarla sin una gota para posteriormente fundirnos en un beso húmedo, la saliva llenaba nuestras caras me pasaba la lengua por toda ella y yo fruto de mi descontrol también la imitaba.

No me reconocía haciendo todo ese tipo de guarradas, incluso cuando escupió dentro de mi boca, lo recibí con agrado y le pedí que lo volviese hacer, las dos nos corrimos como locas por nuestros muslos y sin ningún tipo de orden solo por inercia me puse de rodillas y por primera vez hice una comida de coño espectacular, con avaricia, con hambre, de forma golosa y con deseo, hasta que al final caímos rendidas.



Nos dimos un pico y decidimos salir a adecentarnos un poco, para ello esperamos a que el baño estuviese vacío y nadie sospechase de lo que allí había pasado.

Cuando salimos ya estaba mi marido por allí al cual le di un morreo para que saborease mi boca después de haber comido un coño y una polla la misma noche, ¿se puede ser mas retorcida?, pasamos el resto de la noche todos juntos bailando y divirtiéndonos como si allí no hubiese pasado nada a excepción de alguna mirada furtiva entre nosotros, pero dentro de mi algo había cambiado, algo no iba como en mi anterior vida, ¡¡si!!, digo mi anterior vida porque me daba la impresión que a partir de ese momento habría un antes y un después.
 

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
6,204
Likes Recibidos
2,514
Puntos
113
 
 
 
Aquella noche en la discoteca donde se celebraba esa fiesta de empresa cambio todo para mi, mi forma de pensar, de actuar y hasta mi forma de ver el sexo.

Como dije al final del relato anterior estuvimos toda la noche bailando y riéndonos, por supuesto yo con un dolor de culo tremendo, me ardía pero me excitaba, tuve que ir varias veces al baño a mirarmelo por si me sangraba ya que tenia esa sensación, me lo sentía húmedo pero eran los restos de leche de mi hijo que no terminaban de salir al completo, al tocarme y comprobar que no había ningún problema siempre terminaba de la misma forma, introduciéndome los dedos para calmarme la excitación, estaba descontrolada.



Después de aquello todo se calmó un tiempo, aun que es cierto que yo veía a mi hijo con otros ojos, cuando lo veía después de ducharse o salia de su habitación con poca ropa me encendía, esas noches me follaba a mi marido como pocas veces lo había hecho a lo largo de mi vida, incluso creo que lo hacia con rabia, con rabia al pensar que se estaría follando a otras por ahí.



Solo de vez en cuando me tocaba el culo cuando se acercaba a la cocina y me encontraba agachada poniendo algo en el horno o poniendo la lavadora, yo no protestaba nunca, quizás todo lo contrario, le miraba y sonreía aceptando los tocamientos, el cada vez lo hacia con mas y mas descarado, eso me hizo pensar que estaba probando si yo lo aceptaba o por el contrario iba a ser rechazado, hasta que ya a principios de Diciembre en uno de esos días que me pilló agachada con el culo en pompa fue el no va mas, yo acababa de darme una ducha y salí con la toalla puesta alrededor del cuerpo, era temprano y tanto mi marido como mi hijo estaban durmiendo aun, fui a la cocina a programar el horno con la comida que había preparado antes de meterme en la ducha.

Estaba inclinada toqueteando la pantalla cuando vi de reojo a mi hijo que entraba en la cocina y se ponía detrás de mi cacharreando con las cosas que tenia encima de la encimera, en esos momentos no me di cuenta que al estar en esa posición la toalla no me tapaba prácticamente nada pero no pensé en eso, solo le regañé por la manía que tenia de meter el dedo en la mantequilla y llevárselo a la boca diciéndole que era una cochinada, pero no me podía imaginar que ese dedo entraría en mi culo directo y sin avisar, es tremendo lo que se siente cuando estas entretenida y de pronto empieza a entrar un dedo en tu culo de golpe y sin esperarlo.



Me asusté y le fui a dar un manotazo pero cuando lo quise hacer ya tenia dos dedos dentro hasta los nudillos, yo quería que parase pero no podía resistirme, era demasiado el placer como para resistirse así que me apoyé en la encimera de la cocina y lo deje hacer haciéndole señas de que nos iba a escuchar su padre, que bueno aquello de descubrir el placer que da el que te den por el culo sea como sea y donde sea, cuando el comprobó que estaba a punto de correrme sacó los dedos y me empezó a sobar el coño lo suficiente para correrme en la palma de su mano mientras yo ahogaba mis gemidos mordiéndome el antebrazo hasta dejarme marca en el, le dejé la mano echa un charco de jugos, mano que aprovecho para restregármela por la cara.



El salió de la cocina sin decir nada y yo creía que todo había terminado pero me equipaba una vez mas, no tardo ni 5 minutos cuando lo vi aparecer de nuevo en la cocina, estiró la mano como si trajese algo, yo no sabia lo que traía hasta que vi que era buena corrida, el cerdo había ido al baño a hacerse una paja, la mano estaba en forma de cuenco y me la ofreció.



«Toma antes que se derrame»

«Quita eso de ahí cerdo»

«Me llama cerdo después de haber tenido dos de mis dedos en el culo, vamos guarra que lo estas deseando»




¡¡Que cierto era!!, con la calentura que tenia encima me acerqué y lo absorbí todo tragándome hasta la ultima gota y lamiendo los restos que quedaban entre los dedos.



Pocos días después me iba a encontrar con otra sorpresa, en la empresa que trabaja mi marido también lo hace mi hijo y como en la mayoría de los casos hay cena de empresa, pero mi marido no podría asistir porque estaría fuera de viaje ese fin de semana, aun que tampoco era la misma fiesta ya que los directivos como mi marido hacen una en distinto sitio que los curritos que es el caso de mi hijo.

Mi hijo me dijo que íbamos a ir los dos, mi marido al enterarse me animó y me dijo que nos lo íbamos a pasar bien, ¡¡Si el Supiese!!, unos días antes de la cena no dejaba de recrearme en lo ocurrido en aquella fiesta de halloween con mi hijo y lo sucedido en la cocina pocos días antes, yo seguía con la contradicción entre lo que debía y lo que deseaba, trataba de hacerme la fuerte diciéndome que no iba a pasar nada si me mantenía fuerte y no tomaba nada en esa fiesta, me daba miedo volver a tomar alcohol y que se me fuese de las manos de nuevo, bueno el alcohol quizás era una excusa para quitarme parte de esa culpa que tenia mi cabeza revuelta, el día de la cocina no había tomado nada y a esas alturas ya me mataba a dedos solo de pensar lo que había ocurrido e imaginar lo que podía ocurrir si iba con el a la puta fiesta.



Llegado el día me iba a vestir lo mas elegante y discretamente posible, cuando entré en la habitación para arreglarme vi que encima de la cama había un vestido de color azul precioso, pero ese vestido no lo había comprado yo, casi al instante me suena un WhatsApp, era de mi hijo con un claro mensaje: «ponte lo que te he comprado, pero ni una prenda mas ni una menos» aquella firmeza al decírmelo me llamó la atención pero viendo la ropa que me había comprado también me gustó.



Encima de la cama estaba un vestido de esos que son totalmente abiertos por delante y que luego se cruzan una parte sobre la otra atándose unicamente por la cintura, vaya parecía un albornoz pero con una tela de raso y casi como el papel de fumar de fina, unas medias de las que se quedan pegadas en el muslo, unos zapatos de tacón y nada mas en absoluto,estaba claro que mi hijo conocía mis gustos demasiado bien, ¡¡bueno se me olvidaba!!, también había un huevo vibrador de los que llevan mando a distancia y un plug-in no demasiado pequeño la verdad.



Pensé si ademas de estar volviéndome una puta muy viciosa también me estaría volviendo toda una sumisa, pasaba por todo lo que mi hijo decía sin rechistar y lo peor es que lo hacia con placer, esto no lo hubiese hecho antes ni por asomo y ahora lo hacia con gusto, lo que estaba claro es que a mi hijo le gustaba ese rollo de tener a una mujer a sus pies y que hiciese todo lo que a el se le antojase, y lo que era peor, donde y cuando se le antojase, imaginación no le faltaba desde luego, ya quisiera tener mi marido una décima parte de la que tenia el.



Esa mezcla de puterío y riesgo no lo había experimentado nunca y me encantaba, el sexo tradicional con mi esposo ya no me daba ese punto extra de placer que me daban estas locuras, así que sin dudarlo me pondría todo eso que mi hijo me dejó encima de la cama.



Me vestí cuidadosamente para que todo estuviese en su lugar, me miré al espejo y me daba vergüenza salir así de casa, el vestido era tan liviano que si tenia un grano en la piel se notaba a través de el, los pezones aun sin ponerse duros parecían dos pitones pero a su vez esa vergüenza me ponía cachonda, para ponerme el plug-in me agaché y me puse en cuclillas, le puse un poco de lubricante y puse la punta en el culo, en esa posición lo notaba todo abierto, me pasé un dedo por el culo y me entró sin ningún esfuerzo así que me dispuse a empujar el artefacto, le costaba entrar, dolía mucho porque era grande, casi como un huevo de gallina la parte que quedaría dentro de mi ojete, después de dos o tres intentos y alguna que otra lagrima entró todo, solo quedó fuera una parte pequeña del metal coronado por una especie de brillante.

Después me dispuse a meterme el huevo vibrador, ese seria mas fácil, de hecho no me hizo falta ni lubricante, para entonces ya tenia el lubricante natural de mi mojado coño, entre eso y el hecho de haber parido un hijo y de llevar décadas follando, el huevo entró con tanta facilidad que mi coño lo aspiro de las ganas que tenia de estar relleno.



Me levanté con dolor de piernas de estar un buen rato en esa posición cuando veo encima de la cama el control remoto, nunca había usado un cachorro de esos así que ¿de verdad alguien se puede resistir a no darle al botón para ver que se siente?, pues lo siento pero yo no me pude resistir, aun que solo sea por curiosidad y un poco de puterío.

Al principio se notaba una vibración débil, suave pero esa misma curiosidad que me hizo encenderlo es la misma que me hizo comprobar las intensidades de las que disponía, ¡¡puta curiosidad!!, «¿porque me gustaría tanto probar de todo?».



Cuando ya llevaba como la mitad de las intensidades no podía soportarlo, me agarraba a la cama, gemía, suspiraba, incluso me puse de rodillas en la cama mordiendo el edredón, todo ello sin soltar el mando y subiendo un poco mas la intensidad como el que lo hace por un reto, me levantaba de la cama y andaba por la habitación apoyándome en el espejo del armario empotrado, ahí es donde me vi la cara desencajada, esa cara de puta no tenia precio, me sobaba las tetas maltratandolas, una de ellas ya la había sacado por el escote y como son hermosas me la llevaba a la boca mordiendo y succionando el pezón como queriendo sacar leche de ella, tirando de el hasta hacerme daño, un daño que se convertía en placer, levantaba el vestido viendo los pelos de mi chocho que ya brillaban de los flujos que caían por ellos, ya empezaban a caer gotas en el suelo hasta que no pude mas y rompí en un grito que era el aviso de un orgasmo enorme, empecé a sentir un calor en la piernas y vi que un liquido bajaba por mis piernas mojando el suelo de parqué, pensé para mis adentros «la que he liado, estas medias ya no valen para nada».



En esos momentos sonó mi móvil, ¡¡que inoportunos!!, cuando me acerqué vi que era una llamada de mi hijo:



«¿Mama has salido ya de casa?»

«No hijo, es que he tenido un percance y tengo que cambiarme»

«¿Que te ha pasado?




No sabia como explicarle aquello, en un principio pensé en decirle una mentira pero a ver, ¿para que?, después de haber follado con el y de dejar que me metiese los dedos en el culo y no se cuantas cosas mas, no tenia sentido andar con tonterías, ademas sabia que al cabrón le gustaba tanto como a mi que le hablara con todo tipo de detalles y guarradas.



«Hijo es que me ha podido la curiosidad y active el vibrador y me corrí entera por las piernas»

«¿Ah es por eso? pues ni se te ocurra cambiarte ni limpiarte»

«Pero hijo si hasta he mojado el suelo de la habitación, no puedo ir así parezco una guarra»

«Es justo lo que deseo, eso es lo que vas a ser, una guarra y toda una puta, así que no quiero que te limpies nada, solo el suelo de la habitación»




Sin mucho convencimiento limpié el suelo y me dispuse a salir de casa poniéndome solo un abrigo a los hombros, ya dentro del ascensor aproveché para darme los últimos retoques frente al espejo, acomodé mis tetas, mis pringosas medias y me levante el vestido un poco para meter mi mano y tocarme el coño, había que comprobar que el vibrador seguía allí, tenia la sensación que se me iba a caer pero era solo una sensación, estaba bien colocado.

Se abrieron las ruidosas puertas y caminé hasta el portal, el acto de caminar era algo maravilloso, el huevo hacia fricción y chocaba con el plug-in del culo ambos separados por una leve distancia, esa sensación era lo mas, ¿por que no habría experimentado yo esto antes?, aquello iba a traerme otra corrida como no caminase un poco mas despacio, al abrir la puerta un coche me pito desde la calle, yo no le hice caso pero al insistir voltee la mirada y vi que me estaban haciendo señas, estaba claro que era a mi.



«¿Eres Anabel?»

«Si, soy yo»

«Pues sube, tengo que llevarte a la cena de empresa»

«Por cierto me llamo Brandom, encantado»

«Igualmente, yo como ya sabes soy Anabel»




El Muchacho me abrió la puerta del copiloto, momento que aproveché para hacerle una radiografiá y lo primero que me vino a la cabeza se deducía en una sola frase «menudo macho», mediría como 1,90, fuerte, perfectamente vestido, muy elegante, y negro aun que no mucho, tirando a café con leche como se suele decir, Joder que poderío, me habían puesto chófer.

Me senté y nada mas hacerlo me saltó otro mensaje, otra vez mi hijo «Hola mama, te ha ido a recoger mi jefe pero le he dicho que eres una conocida, mantenme el secreto y tratalo bien, no le hagas ningún feo, mi puesto laboral depende de ti, estoy terminando un trabajo luego te veo en la fiesta, un beso» Osea que era el mismísimo jefe, y yo que pensaba que me habían puesto chófer, pues menuda responsabilidad me dejaba el cabrón, lo que me preguntaba es ¿porque no le habrá dicho que era su madre?, cuando guarde el móvil en el diminuto bolso que había cogido es cuando me di cuenta que el vestido se había abierto y dejaba al descubierto uno de mis muslos hasta un poco mas arriba del encaje que tenían las medias en su final, dejando ver incluso la parte descubierta del muslo, un poco mas y me ve los pelos del coño que aun estarían húmedos y el hilo del que tirar para sacar el vibrador, me puse roja e intente taparme pero en esos momentos me cogió de la mano y me dijo un simple: «así esta bien», en esos momentos retumbaron las palabras de mi hijo y tuve que frenar el intento de taparme.



Me miró con esos grandes ojos y me dedicó una amplia sonrisa al ver que yo aceptaba su imposición, estaba claro que se sentía poderoso conmigo, acepte el juego en el que mi hijo me había introducido y decidí ser la mejor de las anfitrionas para ese negrazo, no quería ser la causante del despido de mi hijo, giré un poco el cuerpo hacia el para entablar una conversación, ya que íbamos a estar juntos por lo menos que fuese ameno, al girarme el vestido (por llamarlo de alguna forma) dejó mas zona de mis piernas al descubierto y ahora desde su posición si podía ver algo de mi pelambrera, lo comprobé al ver como se abrían sus ojos al mirarme, le costaba mantenerme la mirada, no podía evitarlo y su mirada bajaba lento mirando mis adivinables tetas debajo del vestido para terminar entre mis piernas.



Un semáforo en rojo le dio la oportunidad de estirar su mano y acariciar mis muslos, me puse nerviosa, no pensaba que se iba a atrever pero lo hizo, esa mano caliente de dedos largos fue subiendo en un movimiento lento pero seguro de si mismo, en un principio hice la intención de cerrar mis piernas pero una mirada penetrante a mis ojos hizo que mis piernas aflojasen la presión que ejercía en su mano, otra sonrisa leve me hizo comprender que estaba perdida.

Para cuando llegó a mi coño yo ya era un charco de jugos por la situación, no me había ni dado cuenta que el semáforo ya se había puesto en verde y circulábamos por la carretera, jugando con la pelambrera tocó el hilo del vibrador «ya me habían dicho que vendrías preparada», ¿pero que cojones le había dicho mi hijo de mi?.

Soltó el hilo y extendió la mano pidiendo que le diese algo, entonces comprendí lo que deseaba, rebusque en el bolso y por fin lo encontré, entregué ese mando a distancia sabiendo que aquello seria meterme en la boca del lobo pero también sabia que acabaría con el coño rezumando y destrozado de tanto placer, ahora la que sonreía era yo.



Mientras conducía vi que iba pulsando algún botón en el pequeño mando a distancia y al instante empecé a notar una pequeña vibración, vibración que iba creciendo poco a poco, yo ya no me cortaba un pelo e iba totalmente girada hacia el con la pierna izquierda doblada en el asiento y la derecha en el suelo totalmente abierta de piernas y enseñándole la raja abierta en su totalidad, abierta unicamente con la excitación que me causaba la situación y la vibración de aquel dispositivo que llevaba dentro, levanté el culo y saqué el vestido de debajo para no mancharlo con mis flujos que ya notaba como iban saliendo de mi interior, ¡¡que se joda y lave la tapicería!! pensé yo.



La excitación ya era tan grande que empecé a pasar los dedos indices y corazón por lo largo de mi coño dejando el clítoris y los labios entre ellos, los apretaba a modo pinza y lo recorría todo hasta llegar a mi culo, no costaba nada y resbalaban con toda facilidad debido a la cantidad de líquidos que salían, el me miraba y me animaba a seguir diciéndome que era tan buena puta como le habían prometido, a esas alturas ya poco me importaba lo que mi hijo le hubiese dicho de mi, creo que el dispositivo debía ir a su máxima intensidad porque era insoportable, me apretaba las tetas con la otra mano como una loca, pero algo me cortó el inminente orgasmo, mi ventanilla se bajó y rozó contra mi cabeza, escuche una voz masculina y grave hablando detrás de mi .



«¿Que desea caballero?»

«Llenámelo»




Estábamos en una puta gasolinera solitaria en medio de una carretera sabe Dios donde, yo seguía con las manos en mi coño pero de forma mas discreta, no podía parar de sobarmelo aun que fuese con disimulo, el hombre debió ver lo suficiente porque no me quitaba la vista de encima a través del espejo retrovisor mientras llenaba el coche, en esto que escuche a Brandom llamar al dependiente, un hombre que sobrepasaba los 50 y con un mono manchado.



«Chiss chiss»

«Dígame señor»

«Le hago un trato, no me cobra el deposito y a cambio esta puta que he pagado por toda la noche te hace la mejor de las pajas que te hayan hecho en la vida»




Yo me disponía a protestar cuándo un latigazo en el coño me hizo cerrar los ojos de nuevo, lo había activado nuevamente a su máxima velocidad.



«Oye que la gasolina esta muy cara como para una simple paja» - protesto el hombre

«Vale una mamada desde la ventanilla»

«Esta bien, no te cobro el deposito»

«Vamos puta hazle el trabajo aquí al amigo, para eso he pagado 1000 pavos por toda la noche»




El cabrón de mi hijo me había alquilado como una puta amiga suya, ahora comprendía lo de tener callado el que era su madre, bueno por lo menos había pensado en mi reputación como madre, la ventanilla se bajó del todo y el hombre sacó su aun flácida polla del pantalón, yo la cogí con la mano mirando de reojo a Brandom y el me hizo un gesto con la cabeza como diciendo «adelante», el rabo se le iba poniendo duro momento en el que me lo metí en la boca y empecé la felacion, notaba como iba creciendo mas y mas ya dentro de mi boca y Brandom con su mano iba sobándome el coño, aquello me estaba poniendo cerda, hace unos días era la esposa fiel y recatada y ahora alquilada por mi hijo y haciendo una mamada a cambio de un deposito de gasolina.



Me estaban matando de gusto aquellos dedos junto con esa polla en mi boca, estuvimos así un buen rato hasta que el gasolinero empezó a bufar y note que iba a correrse, intente retirar la boca pero me cogió de la cabeza empujando su polla que no era precisamente pequeña hasta llegar a mi garganta, de pronto noté como una buena carga de leche caliente entraba directamente a mi estomago, tragaba y tragaba pero la carga era grande, aquel cabrón debía hacer mucho que no descargaba los huevos, la cantidad era tan grande que no me daba tiempo a tragar, cuando sacó la polla me encontré con la boca también llena de leche, el sabor no era malo, no tan buena como la de mi hijo pero no estaba mal, tanto es así que no me importo limpiársela y dejársela reluciente por decisión propia.



El Gasolinero debió quedar tan contento que me dijo que allí siempre tendría un deposito lleno a mi disposición, me limpié los labios que aun tenían restos de leche y le di las gracias, de reojo miré a brandom y le vi un paquete descomunal, se había puesto cachondo con lo que había visto pero no era el único, yo estaba cerda perdida, lo que mas me sorprendió fue el bulto, lo que ese tío debía calzar no tenia que ser de este mundo, no pude evitar deslizar la mano hasta aquel premio a mi trabajo hecho, lo encontré duro como la roca, le desabroché el pantalón y cogiéndola le saqué el rabo fuera, era increíble nunca había visto nada igual, un rabo negro que debía medir mas de 20 cm, pero lo que realmente me llamo la atención fue el grosor, era casi como mi muñeca y no podía rodearlo con los dedos de una sola mano.





Paró en un descampado al borde de la carretera como a unos 500 mt de la gasolinera y me mando salir del coche, el salió y se fue para mi lado, me cogió del cuello casi ahogándome, me morreo con sus carnosos labios metiendo la lengua en mi boca, aun debía de tener el sabor a leche del otro tío pero a el eso no debía importarle, solo quería tener a su disposición a una guarra, por como tenia la polla diría que le gustaba mucho como se estaba comportando la guarra que había alquilado, me dio la vuelta y me puso de cintura para arriba apoyada en el capo del coche, levanto mi vestido y viendo lo que se me venia encima que no era otra cosa que lo que también yo deseaba en esos momentos, levanté mi pierna derecha y la apoyé encima de la rueda delantera, quedando mi coño y mi culo expuestos para el.

Tiró del hilo sacando el vibrador de mi chocho y noté como salió de el una catarata de líquidos que estaban taponados dentro por el dispositivo, le impregné toda la polla con ellos al tenerla dura debajo de mi coño, líquidos que aprovecho para extenderlos por todo el tronco a modo de masaje, apuntó el capillo a la entrada y poco a poco fue metiendo no sin algo de dolor, notaba como me iba llenando y como iba rozando aquel monstruo que me estaba introduciendo, iba haciendo presión contra la bola que llevaba metida en el culo, el también debía de estar notando un placer enorme al ir rozando con ella, los dos suspirábamos, gemíamos y aprovechaba para morderme el cuello como un animal.



De pronto la sacó toda chorreosa y volvió a meterme el vibrador en el chocho, con un movimiento rápido tiró de la terminación del plu-in del culo y salió haciendo un ruido como el descorchar de una botella, el culo quedó abierto como una boca algo que aprovechó para meter el capullo de su nabo, fue moviéndolo poco a poco en un vaivén lento pero placentero, el era consciente de su tamaño así que iba con bastante delicadeza cosa que para estar con toda una ramera me extrañaba bastante, pero no tarde en salir de mi equivocación cuando de un golpe certero entró toda hasta que sus huevos chocaron contra mi coño.

El dolor era horroroso pero con el vibrador haciendo su trabajo y sus manos trabajando el clítoris y con la otra en los pezones el dolor se hacia mas soportable, el culo se empezó a acostumbrar y el placer que a los dos nos daba el vibrador era maravilloso, el me decía que lo notaba a través de la fina separación entre el agujero del chocho y el del culo, el gemía llamándome zorra, puta, ramera, incluso me dijo que esa noche iba a ser un deposito de lefa, notaba como me babeaba el cuello cayéndole la saliva en el, Todo ello junto hicieron que me empezase a correr como la mas vulgar de las guarras, mi corrida empezó a caer por la pierna que estaba apoyada en el suelo, eran unos líquidos espesos que notaba como iban resbalando por las medias, eran tantos que casi llegaban a mis zapatos, de pronto empecé a notar como entraba en mi culo una gran cantidad de lefa caliente, otro que parecía que hacia un año que no vaciaba los huevos, como siguiese así me iba a llegar al estomago a través de mis tripas, cuando ya no tenia mas leche en los huevos y se había vaciado sacó el rabo de dentro de mi y rápidamente metió de nuevo la bola a modo de tapón bloqueando la salida de la corrida dejando dentro toda la carga de sus huevos.



Apagó el vibrador para dejarme descansar un poco. yo agachándome y como agradecimiento por la delicadeza de proporcionar a mi maltrecho coño un poco de descanso me puse en cuclillas y le limpie la polla dejándola sin un rastro de leche por ninguna parte, el me levantó y me besó apasionadamente.
 
Arriba Pie