Una Fantasia hecha realidad

roman74

Pajillero
Registrado
Ene 9, 2008
Mensajes
2,925
Likes Recibidos
60
Puntos
48
 
Hola mi nombre es Pedro, vivo en Caracas y soy asiduo lector de Marqueze. Mi historia comienza con una compañera de labores, la cual comenzaré por describirla, su nombre es Luisa, es Blanca, mas o menos de 1,68 mts. de altura, pelo liso y largo, delgada como a mi me gustan las mujeres y tiene unos ojos de color negro achinados . Su cuerpo es perfecto: Un culo no muy grande (pero como lo sabe menear ) unas piernas preciosas y lo que más me gusta de ella sus senos, son un delirio, paraditos no grandotes pero si con un tamaño muy apetecedor.
En el trabajo nos asignaron un proyecto juntos, el cual ameritaba mucho esfuerzo por parte nuestra, inclusive estaba planteado trabajar hasta altas horas de la noche. Ella cuando supo del proyecto no querÃ*a aceptarlo, ya que era casada ( cosa que no les habÃ*a dicho ) y su marido era muy celoso, además de que vivÃ*a muy lejos del trabajo y se le hacÃ*a difÃ*cil el llegar a su casa a altas horas de la noche. Pues no habÃ*a nada que hacer, su jefe le dijo que no tenÃ*a a otra persona que colocar y que ella era la indicada ( cosa que me alegró mucho ) no quedándole otra cosa sino aceptar. Comenzamos el proyecto, debo decir que era ambicioso pero los dos nos compenetramos mucho y estábamos dando lo mejor de nosotros para que saliera todo perfecto, hasta que en una de las actividades planteadas ocurrió un error, lo cual ameritó que nos quedáramos más de la cuenta. Ella empezó a ponerse nerviosa ya que se estaba haciendo muy tarde y estábamos los dos solos, fue cuando decidÃ* poner mi plan en acción, primero le ofrecÃ* un café y luego unas donas, ella aceptó gustosa, luego empecé a buscarle conversación en relación a la vida matrimonial, yo le preguntaba que como era eso de estar casados, que lo que yo oÃ*a no era muy alentador y que si fuera inteligente no me deberÃ*a casar, esto fue como un detonante para ella, ya que comenzó a hablar de lo que era su matrimonio, que no le iba bien ya que su marido no la sabÃ*a tratar bien, la celaba mucho e inclusive me comentó cosas de alcoba tales como que cuando le hacÃ*a el amor lo máximo que duraba penetrándola eran como dos minutos, quedando ella insatisfecha. Partiendo de esto ella me preguntó si yo estaba con alguien, a lo cual contesté que no que habÃ*a terminado con una chica hace como tres meses y que me habÃ*a dolido mucho y por eso no habÃ*a buscado a más nadie hasta que me curara. VolvÃ* al ataque y le dije que malo es dar y no ser correspondido, que si yo tuviese a una mujer como tú en mi cama le darÃ*a todo el placer posible y sin restricciones ya que no pongo ninguna. Al terminar de decirle eso ella comenzó a sollozar y me abrazó, yo no quise irme de bruces y la abrace muy tiernamente, comencé a pasarle la mano por su pelo y le decÃ*a que se tranquilizara y que todo tenÃ*a remedio y que si ella querÃ*a podÃ*a gustosamente ayudarla, ella se despegó un poco de mi y me miró directamente a los ojos, fue cuando sin mayor miramiento le clavé un beso, ella al principio hizo como un gesto de apartarse pero cuando sintió mi lengua dentro de su boca se dejo hacer, besaba como una profesional, succionaba mi lengua como si se tratase de un espagueti, yo empecé a bajar mis manos hacia sus senos, ella no puso resistencia mas bien comenzó a bajar sus manos hasta mi paquete el cual ya estaba que reventaba las costuras, cuando lo palpó se le escapó un gemido de gusto y me dijo  espero que me des mucho placer pues yo estoy dispuesta a hacerte gozar como ninguna. Al terminar de decir esto yo comencé a palpar sus pezones por encima de la tela, esto la volvió como loca, los pezones se le pararon de tal forma que parecÃ*an dos aceitunas, yo no aguanté y le saqué la blusa que traÃ*a y desabotoné el sostén, a lo cual salieron a flote los pechos mas lindos que he visto en mi vida, ella al percatarse de esto quiso abandonar y retirarse pero yo la sujeté por la cintura y empecé a lamer esos pechos como si de miel se tratase, eso fue mucho para ella, me empezó a bajar el cierre del pantalón y luego me bajo el interior, a lo cual salió mi pene como una bala hacia fuera, cuando ella lo vio dijo que era muy hermoso y que era más grande esto
comencé a llenar su boca de leche, salió una gran cantidad a lo cual ella no dejó escapar ni una gota y pude notar que le encantaba tragársela pues no hizo gesto ninguno de echarla fuera. Luego de la fenomenal corrida que tuve ella se desprendió de mi y me dijo que nunca habÃ*a probado esperma y que le habÃ*a fascinado, me limpió todo el pene con su lengua y acto seguido se empezó a desnudar. Cuando se sacó el pantalón que traÃ*a pude ver unas tanguitas blancas muy ajustadas, ella comenzó a tocarse la vagina y eso me empezó a calentar nuevamente, entonces me acerque a ella y le dije que era momento de hacerla gozar, acto seguido comencé a lamerle nuevamente los senos, parecÃ*an dos pelotas de futbolito que bien formadas las tenÃ*a, ella comenzó a gemir de placer a lo cual yo empecé a bajar mis manos hasta su clÃ*toris el cual tenÃ*a muy excitado ya que se sentÃ*a toda húmeda, le salÃ*an lÃ*quidos por la vagina, eso me volvió loco, comencé a descender con mi lengua hasta su preciado tesoro, hasta que lamÃ* su clÃ*toris como si de un dulce se tratase, ella empezó a dar gritos de gusto, sus caderas se movÃ*an al ritmo de mis lamidas, fue entonces que empecé a introducirle dos dedos dentro de su agujerito, ella no aguantó mucho y tuvo su primer orgasmo, se volvió como loca y parecÃ*a una yegua salvaje, que delicia de manjar salió por esa cuevita, la seguÃ* lamiendo hasta que note que sus piernas comenzaban a doblarse, ella con los ojos desorbitados me vio a la cara y dijo que nunca le habÃ*an propinado tanto placer, que su marido no le gustaba el sexo oral y por eso ella nunca lo habÃ*a experimentado. Tuvimos que dejar toda hasta allÃ* ya que erán casi las doce de la noche, y la guardia del edificio subÃ*a a esa hora para hacer revisión. Me ofrecÃ* llevarla a su casa, lo cual acepto y por el camino me dio otra mamada de campeonato, pero esta vez no se la tragó sino que la esparció por sus senos y cara, y lo que le quedó en las manos lo lamió con su lengua. Me dio un beso y se despidió.
Al otro dÃ*a cuando nos vimos pude notar que en su mirada se podÃ*a apreciar la felicidad que tenÃ*a, a lo cual me dije internamente que ahora es que venÃ*a lo bueno y que soñaba con penetrarla, pero eso es otra historia…
 
Arriba Pie