Una Famila de Mazatlán

heranlu

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vivía la familia de mi madre que eran pescadores y de eso se mantenían todos. Como ustedes saben o si no lo saben en México se considera al pescador como una de las partes mas bajas de la sociedad. Son hombres rudos, que se meten al mar días, semanas y meses y lo que ganan apenas les da para vivir. Sus costumbres a veces chocan con las de la sociedad, que no los entienden, pero ellos viven su vida sin preocuparse por los demás. En esa época mi madre, de 14 años, se fue a vivir con un hombre. Así, sin ceremonias ni nada, es la costumbre aun en muchas capas sociales de este país que cuando las mujeres están en cierta edad, toman sus decisiones, y ella decidió unirse a un hombre, también pescador que le demostraba amor. Un año después nací yo y otro mas, mi hermana Alicia.

Nuestra niñez fue de lo más normal, en escuelas federales y llena de estrecheses y así fuimos creciendo, entre botes de pesca y un poco de hambre.

Los que conozcan Sinaloa sabe que la gente allá por lo general es alta, de tez blanca y las mujeres muy guapas. Mi madre era una más que con los años dejo su delgadez, ganando en kilos, que le formaron un bonito cuerpo.

Mi relación con el sexo, a pesar de estar en un ambiente bastante difícil, no era mucha. Hubo por ahí de los 11 años un tipo que quiso abusar de mí, pero mi padre le dio una golpiza que se le quitaron las ganas, y como a los trece alguna amiguita me permitía ciertas libertades que las tenia que apagar con mis primeras puñetas.

Mi padre, de nombre Miguel era un hombre recio, inculto, pero honrado, que no se dejaba avasallar y cuando la mafia del sindicato le negó el modo de ganarse el pan con su trabajo de pescador, busco una salida, y no le quedo otra que aceptar el puesto de farero en un islote de la costa mexicana del pacifico. Yo tenia 16 años y mi hermana 15 pero ella no quiso irse a encerrar a una isla, por lo que se unió a otro pescador y se fue a vivir con el.

Mi madre, de nombre Herlinda a quien todo mundo llamaba Linda, hacia honor a su apodo. Estaba en plenitud y su belleza era de voltear a verla cada vez que pasaba por la calle. Varios "compañeros" de mi padre se le habían insinuado, pero ella lo quería lo suficiente para serle fiel y nunca dio que hablar, como otras mujeres de pescadores que muchos sabían que en cuanto el marido se iba a la mar, ellas a gozar.

En fin, a pesar que a mis padres no les gusto que mi hermana se fuera de la familia, ante el hecho consumado no pudieron hacer más y tuvieron que aceptarlo, así que nos fuimos a la isla mi padre, mi madre y yo.

La isla (en realidad un pequeño islote de 1.5 Km. de diámetro) era de origen volcánico, pero tenia una parte con vegetación. En el faro estaban nuestras habitaciones que consistían de una cocina y dos cuartos mas, los cuales se adaptaban como recamaras. A mi padre le dieron una barca de 10 mts de eslora, en la cual cada 15 días íbamos a tierra firme a avituallarnos y una radio portátil con la que nos comunicábamos con Capitanía cuando era necesario. En el faro había un generador de corriente que se ponía en servicio al atardecer, para alimentar al faro, y cada cuatro meses, un pequeño cisterna se acercaba al muellecito de madera y nos largaba mangueras para rellenar de combustible. Esa labor no duraba más de tres horas y el barco se iba. Para mi era como un paraíso y aunque mis padres me obligaron a llevarme mis libros, para que continuara estudiando, me daba tiempo para disfrutar las bellezas naturales del lugar. Había un ojo de agua natural que brotaba de las rocas y alrededor del arroyo que se formaba había mucha vegetación, donde me gustaba revolcarme en la hierba y tirarme a ver las puestas de sol.

Una tarde, cuando paseaba por la isla, vi como mis padres se metían entre la maleza. Pensé de inmediato que iban a hacer el amor y el morbo me gano y los seguí, y en efecto así era; en cuanto llegaron a un pequeño descampado procedieron a desnudarse y empezaron a acariciarse.

-Hay Linda, tenia días que te traigo ganas, pero con Luis en casa todo el día no podemos hacer nada.

-Si mi amor, pero vamos a aprovechar este rato.

En eso mi padre se hinca entre las piernas de mi madre y le empieza a mamar la raja.

-Sigue Miguel, que me gusta mucho, ¡Ufff! Como lo gozo.

Mi padre seguía prendido como becerro y no soltaba la raja de mi madre.

-Me voy a venir Miguel, me voy a venir.

-Slupp, glupp, splipp.

-¡Ufff! Me estoy viniendo mi amor, que rica venida.

Mi padre se levanto con la verga parada, sin querer se la vi y me di cuenta que no era muy grande, que la mía lo superaba en largo y grosor.

-Habré tus piernas Linda, que ya no aguanto la leche.

Mi madre abrió sus piernas acostada en la hierba y mi padre se la metió rápido, como si llevase mucha prisa; estuvo unos instantes en el mete y saca y tubo un rápido orgasmo que lo dejo agotado. Note que mi madre como que se quedaba con ganas de más pero no decía nada. Se regresaron al faro y yo aproveche para hacerme una puñeta pues la escena vivida me había puesto a mil.

Así pasaron casi dos años en los que todo fue normal. La isla estaba a 30 millas mar adentro, por lo que cada 15 días salíamos a las 5 de la mañana al puerto mas cercano, a donde llegábamos a las 08:00 hrs., comprábamos provisiones y a las 15:00 hrs. nos regresábamos a la isla para poner en servicio el faro como todos los días. Hasta que un día sucedió la desgracia. Mi padre tuvo un infarto que lo postro en cama de inmediato. Yo me regrese a la isla pues sabia todo el funcionamiento del faro, mientras mi madre se quedo al cuidado de mi padre, que falleció tres días después. Para mi madre fue un golpe muy duro, lo mismo que para mi, pues no pude despedirme de el, por lo que me quede los 15 días restantes solo en la isla. Cuando regrese al puerto las autoridades hablaron conmigo y me ofrecieron el empleo de mi padre, y como no teníamos medios para vivir mi madre y yo, lo acepte. Esa tarde mi madre regreso conmigo a la isla ,donde la embargo la tristeza por el recuerdo de mi padre; aunque yo hice hasta lo imposible por alegrarla, no me fue posible, así pasamos seis meses de mucha pena, mi madre adelgazo mas de lo que ya estaba y prácticamente no reaccionaba. Me costo mucho poderla involucrar en la vida normal de nuevo.

Cuando íbamos al puerto teníamos la costumbre de pasar por una librería de usado, donde comprábamos por lote libros y revistas, para entretenernos en la isla; en una ocasión no nos dimos cuenta y en los lotes venían unas revistas pornográficas y unos libros eróticos, yo sustraje las revistas sin que mi madre se diera cuenta y ella sustrajo los libros sin que yo lo notara. Lógicamente que use las revistas para hacerme unas buenísimas puñetas y mi madre a escondidas leía los libros, en los cuales venían varias historias de incestos. De pronto sin saber porque, note que mi madre me veía de otra manera, su mirada ya no era la de una madre y sus actitudes tampoco. Empezó a andar más ligera de ropa, a tomar poses más sexy ante mí, a hablarme de sexo.

-¿Nunca has tenido relaciones sexuales?

-No má, nunca.

-¿Y no tienes ganas?

-Pues si, pero no me da tiempo, cuando voy a puerto tengo que regresar antes de las seis, para encender el faro.

-Aquí podríamos andar desnudos y nadie se daría cuenta.

-Si má, pero me daría pena contigo.

-Pues no deberías, soy tu madre y te conozco bien.

La situación se puso crítica cuando al estarme bañando en el arroyo desnudo como siempre ella llego y delante de mí se desvistió, se metió en el agua acercándoseme.

-Vengo a que me enjabones la espalda.

Mi verga estaba a punto de estallar y no pude evitar restregársela por las nalgas, mientras la enjabonaba. Ella no solo no dijo nada, si no que acerco mas sus nalgas hacia mi verga.

-Dame un masajito mi amor.

Le masajie los hombros por atrás y ella se volteo, enseñándome sus hermosas, tetas se pego mas a mi y me abrazo.

-¡Haaay! Que a gusto estoy mi vida.

-Yo también mamita.

-¿Nos vamos al faro?

-Bueno, si tú quieres.

Nos salimos del agua y al recoger nuestra ropa yo tuve la intención de ponérmela, pero ella me detuvo.

-Vamonos así mi amor, al fin que nadie nos ve.

La tome de la mano y nos fuimos caminando los casi doscientos metros que nos separaban del faro, al llegar ella me pregunto.

-¿No tienes hambre?

-Un poco, si.

-Bueno, te voy a hacer algo de comer.

Ella prendió la estufa y solo se puso un delantal para no quemarse, preparo unos huevos con chile que me gustan mucho.

-No te vayas a vestir mi vida, hoy vamos a comer desnudos los dos.

-Como tú quieras má.

Nos sentamos a la mesa y comimos los dos, sabíamos que ya nada seria igual, que a partir de ahora las cosas cambiarían; al terminar de comer ella me dijo.

-Bueno mi amor. Ahora quiero mi postre, pero ese me lo vas a dar tú.

-¿Siii, y como?

-Así.

Se hincó entre mis piernas y se llevo mi verga a su boca, me la mamo lentamente, con maestría, con amor, con ternura y avidez.

-¡Ufff, Afff! Esto es la gloria madre, que rico, ¿Qué me haces madre? ¡Haaay! Me viene la leche mamita.

Ella modero sus mamadas para hacerme durar más y así estuvo un buen rato, con mi verga en su boca, hasta que de pronto acelero hasta hacerme descargar todo mi semen en su boca.

-¡Uuaaff! Esto es el cielo mamita, es le paraíso.

-Mi amor, que rica leche tienes, nada mas había probado la de tu padre y ahora la tuya, no sabes las ganas que tenia de hacer esto. Te amo bebe.

-Bueno, ahora yo quiero mi postre.

-Pues tómalo mi amor, es todo tuyo.

Quite los platos sucios de la mesa y la recosté sobre ella, le abrí las piernas y me sumergí en su raja, que ya estaba muy húmeda, destilando jugos; me gusto el sabor agridulce y bebí de su raja mientras ella tenia un orgasmo.

-¡Haaay mi vida! Me estoy viniendo en tu boca, que rico siento tu lengua.

-Mamita, ya no aguanto más, quiero metértela.

-Pues no te detengas mi amor.

Puse la punta de mi verga a la entrada de su vagina y empuje poco a poco, ella relajo el cuerpo y acepto toda mi verga, que entro en su funda, la que quedo como anillo al dedo, tal parecía que ahí había estado siempre.

-¡Haaay mi amor! Que rico siento tu verga dentro de mí, vas a ver como vamos a gozar de ahora en adelante, voy a ser tu hembra y tú serás mi macho, te amó hijo.

-Si mamita, mi verga será para ti y te voy a dar mi leche cada ves que quieras, de ahora en adelante quiero que andes desnuda para mi, quiero ver tu cuerpo a todas horas y tenerte a mi lado para siempre.

-¡Me vengo hijo!

-¡Yo también madre!

Los dos descargamos nuestros orgasmos uno en el otro, quedamos agotados de placer, pero con muchas ganas de seguir cogiendo, cosa que repetimos en la noche y la madrugada y así llego el nuevo día, en que ella se levanto desnuda a hacerme el desayuno. Me levante a desayunar y después descansamos un rato para irnos desnudos a bañar al arroyo. Al llegar ahí, nos metimos al agua abrazados y cuando teníamos unos minutos me dijo mi madre.

-Aquí comenzó todo, por lo tanto es justo que aquí te de lo único virgen que me queda; pensé que nunca lo haría, pero creo que es justo que a cambio de tu castidad, yo te entregue mi culo. Serás el primero y el único que entre por ahí y será mi entrega total. A partir de ahora mi culo estará dispuesto para cuando tu lo desees, será tuyo, solo tuyo.

Ella se volteo presentándome su culo y yo me coloque detrás de ella, el agua nos llegaba a media nalga y apoye mi verga a la entrada de su ano, ella con su mano se abrió una nalga para favorecer la entrada y yo empuje despacio, entrando la cabeza, ella me detuvo con una mano.

-Despacio mi amor, que es mi primera vez…..deja que me relaje bien…..si…..empuja un poquito…….sii….vas muy bien mi amor…….ya esta entrando toda……..¡Ugggg1 …..Me gusta tenerla dentro, mi vida…..¡Haaay!....como gozo.

-¡Qué apretadito lo tienes mami!........¿la sientes adentro?........¿la gozas mami?.......siento que me vengo……así mamita…..muévelo….mas…..¡Ufff!

-Si mi vida….la gozo mucho……siento que me vengo mi amor………quiero tu leche en mi culo………así mi vida…..dámela toda.

Los dos tuvimos un orgasmo tremendo que nos elevo al infinito, en dos días había aprendido mas de sexo que en toda mi vida, y ella había gozado como nunca.

A partir de entonces nos pasábamos el día haciendo el amor, nos gustaba ver la puesta del sol desnudos ensartados uno dentro de la otra, a veces por la raja, a veces por el culo, pero siempre juntos. Nos bañábamos, comíamos, dormíamos y hacíamos todo juntos y desnudos. Estábamos olvidados del mundo y éramos felices. Cuando íbamos al puerto, mientras yo cargaba provisiones, ella se compraba ropa intima excitante, para posar para mí. Nada más nos vestíamos cuando venia la cisterna a cargar el combustible de los generadores o en una ocasión que fueron unos técnicos a revisar las maquinas, pues estábamos avisados por la radio de su llegada.

Así pasaron un año y medio y en una ida al puerto al recoger el correo encontramos una carta de mi hermana Alicia. Se separaba de su hombre y quería venir a pasar unos días a la isla con nosotros-

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La noticia de que mi hermana Alicia vendría a vivir con nosotros no nos gusto nada, ni a mi madre ni a mi nos gustaba tener un testigo de nuestro amor y menos a mi hermana. Tendríamos que ocultarnos y fingir una vida que no llevábamos hacia año y medio o simplemente decirle la verdad y enfrentarla. Lo primero que hizo mi madre fue escribirle diciéndole que la vida en el faro era muy dura, que no le gustaría, que se aburriría. Ella contesto que éramos la única familia que tenia y quería estar al menos un tiempo con nosotros mientras arreglaba su vida. Decidimos que mi madre se quedaría tres días con ella en el puerto, sondearía la situación y tomaría una decisión. La lleve el día indicado, no sin antes haber pasado una noche apasionada, pues tres días sin ella eran muchos para mí. En el muelle ya nos esperaba mi hermana y la verdad quede impresionado. La jovencita flacucha y esmirriada se había convertido en una hermosa mujer de parar el tráfico. Se parecía cada día más a mi madre. A sus diez y nueve años era un cromo de mujer, alta, delgada de cintura y culo gordo, tetas grandes y unos ojos de ensueño. Nos saludamos con un beso, las acompañe un par de horas, compre algunas cosas y me regrese a la isla. Mi madre se paso el primer día visitando un banco pues como no gastábamos en nada, todo mi sueldo lo ahorrábamos. No pagábamos luz ni comida pues el estado nos daba todo y así habíamos logrado juntar una cantidad para comprar una casita, aunque aun no decidíamos donde. A la larga pensábamos irnos a vivir ahí como pareja mi madre y yo. Esa tarde en el hotel comenzaron las confidencias.

-Y bien Alicia, ¿Qué paso en tu matrimonio?

-Pues nada madre, todo iba bien hasta que José se metió al narco.

-¿Cómo, se volvió narcotraficante?

-Así es, de pronto empezó a tener dinero a manos llenas, se volvió borracho y mujeriego, dejó de ir a dormir a casa, en fin, cambio tanto que no me quedo otra que dejarlo.

-¿Y el lo acepto?

-Casi brinca de gusto, ahora es libre de hacer lo que quiera y no hay quien lo detenga. Me compro una casa, me puso una buena cantidad en el banco y me pasa una buena pensión. El arreglo es que cada quien puede hacer su vida y como no tuvimos hijos no hay nada que nos una nuevamente.

-¿Y piensas pasar mucho tiempo con nosotros?

-Aclaremos de una vez madre, ¿Qué pasa en la isla que Luis y tu no quieren que vaya?, Es notorio que tratas de que yo no me presente ahí, tal parece que me ocultan algo.

-Bueno….si quieres saberlo lo sabrás….aunque tal vez no lo entiendas. Cuando tu padre murió yo me sentí muy mal, tu sabes cuanto lo quise y aun lo quiero, pues eso no se olvida nunca y menos con un hombre como tu padre. Me hundí en la desesperación, la tristeza y la melancolía. Deje de comer, de reír y casi de respirar, y entonces tu hermano se ocupo de mi. Con su amor y ternura me saco adelante, siempre atento de mi, dándome todo lo que podía y así después de seis meses pude salir adelante. Después las cosas se dieron muy naturales, tanto amor, tanta ternura nos llevo a convertirnos en amantes. Desde hace año y medio tu hermano y yo somos marido y mujer, somos amantes y no pensamos dejar de serlo. ¿Ahora entiendes porque no queríamos que vinieras?

Alicia se quedo callada un buen tiempo, como tratando de entender la confesión de su madre, como queriendo asimilar la realidad.

-¡Mamá, eso es incesto!

-Si hija, ya lo sabemos y no nos importa, nada nos importa que nuestro amor. Ahora tu tendrás que decidir si nos aceptas así o buscas otro lugar donde vivir, medios no te faltaran por lo que me acabas de decir, pero si vas con nosotros tendrás que acostumbrarte a vernos como pareja.

Alicia se quedo en silencio otro buen tiempo madurando su respuesta y después de mucho pensarlo le dijo a su madre.

-Por lo pronto voy con ustedes, después ya veremos.

Así pasaron tres días en los que mi madre le contó toda nuestra historia, como disfrutábamos andar desnudos en la isla, hacer el amor al aire libre, dormir juntos todas las noches y mil detalles mas de nuestra vida en común. A los tres días fui por ellas y después de hacer algunas compras nos dirigimos a la isla. Nada más salir del campo visual del puerto mi madre se acerco a mí y me beso en la boca, acariciándome delante de Alicia que no dijo nada.

-Que pasó má, ¿Tenemos vía libre?

-Totalmente mi vida, Alicia sabe la verdad y esta de acuerdo con nosotros, así que nada nos detiene.

Eran muchos tres días sin ella, por lo que trabe el timón de la barca y la abrace acariciándole las nalgas, le levante la falda y le desabroche la blusa dejando una de sus tetas al aire libre besándosela y mamándosela.

-Ayyy mi amor, como te he extrañado estos días, tuve que masturbarme en el baño mientras tu hermana dormía.

-Yo derrame leche por toda la isla, cuando llegues vas encontrar varias pantaletas tuyas llenas de semen, pues me excitaba mucho masturbarme con ellas.

Alicia, que estaba sentada mirando hacia popa de la barca se volteo en ese momento y pudo ver como le metía el dedo en el culo a mi madre mientras nuestras lenguas se trenzaban, después mi madre se hinco ante mi, me saco la verga del pantalón y empezó a mamármela con deleite.

-¡Si mamita, mámamela como solo tu sabes hacerlo….dame tu lengua en mi verga….tres días son muchos…que rico siento!

Alcance a ver como Alicia se llevaba la mano hacia su raja disimuladamente y se acariciaba sobre el pantalón, la escena la estaba poniendo cachonda, ver a su madre y a su hermano tener sexo le estaba gustando mucho como después nos dijo.

-¡Mamita…me viene la leche….me voy a venir en tu boquita…que rico me la mamas!

-¡Glupps, glopps, glapps.

No pude contener mi descarga de semen y descargue mi orgasmo en la boca de mi madre, la cual se trago casi todo, siguió mamandomela hasta dejar la verga limpia y la metió dentro de mi pantalón, después se fue a popa y se sentó junto a mi hermana, a platicar como si nada hubiera pasado; yo destrabe el timón y tome el mando recuperando el rumbo, era algo que hacíamos casi cada vez que íbamos al puerto, pero en esta ocasión debo reconocer que me había gustado mas que mi hermana nos viera. Así llegamos a la isla y mientras mi madre instalaba a Alicia yo preparaba la encendida del faro. Esa noche fue bestial entre mi madre y yo, casi no dormimos pues nos pasamos la noche teniendo sexo, tuve cuatro orgasmos y mi madre en el séptimo perdió la cuenta pero fue una noche inolvidable. En un receso de tanto amor platicamos un rato.

-¿Cómo ves que tu hermana este con nosotros?

-No se má, creo que tendremos que cuidarnos un poco.

-Pues en la barca no dijo nada, al contrario le vi muy animada.

-Si má, pero aquí es otra cosa; no podemos hacer lo de siempre, andar desnudos y hacer el amor en cualquier lugar.

-Pues yo no pienso cambiar: lo único que puede pasar es que se vaya o quiera unirse a nosotros.

-Pero má, ella no esta muy de acuerdo con lo nuestro.

-Mira mi amor, el estar aquí sin relaciones, sin nadie y viéndonos lo felices que somos no dudo que a tu hermana se le antoje cerrar el circulo, lo extraño seria que no pasara. Te lo digo de una vez, si ella quiere tener relaciones sexuales contigo no me voy a oponer, es mas, me gustaría verlos a los dos desnudos teniendo sexo, lo único que les pediría es que no me hicieran a un lado, que me volvieran parte de sus vidas.

-Mamita, tu nunca vas a salir de mi vida, creo que aun no te das cuenta que te amo, eres mi reina y dueña y serás siempre mi mujer.

-Gracias mi amor, y para demostrármelo dame por el culo como a mi me gusta.

Continuamos haciendo el amor casi hasta el amanecer, al otro día nos levantamos tarde y tuve que apagar el faro ya entrada la mañana, a la hora del desayuno me puse un pantaloncillo holgado y mi madre apareció con otro igual, pero con las tetas de fuera. Alicia estaba sentada en la cocina desayunando y mi madre preparo para ella y para mi, desayunamos y después se sentó en mis piernas y empezó a basarme delante de Alicia, ella solo dijo.

-Ya van a empezar a contar dinero delante de los pobres.

-Ay, hija. Eres pobre porque quieres, porque aquí hay dinero para mí, para ti y para dos más.

-¿A poco mi hermanito es tan potente?

-Mas de lo que te imaginas mi niña.

-Bueno, tal vez me anime.

En ese inter. Yo ya le había metido la mano a mi madre dentro del pantaloncillo y le acariciaba la raja, sentía su humedad en mis dedos y la verga se me estaba poniendo dura.

-¿Por qué no vamos a bañarnos mamita?

- Me parece muy bien mi amor, ¿No vas hija?

-Si mami, voy a conocer el arroyo y de una vez me baño también.

Salimos los tres del faro y nos dirigimos al arroyo, al llegar nos desnudamos madre y yo y nos metimos en el agua, Alicia se quedo pensativa un rato, como queriendo decidirse hasta que se desnudo también y se metió al agua. Madre y yo hicimos lo de siempre, lavarnos el cuerpo con jabón y enjuagarnos, después de esto nos fuimos a la orilla y extendimos una frazada que siempre llevábamos y nos recostamos abrazados. Alicia continúo bañándose y poco después se nos unió también desnuda, ya había vencido el primer paso, el mostrarse desnuda ante nosotros sin pudor. Platicábamos de cosas intranscendentes cuando de pronto mi madre llevo su mano a mi verga empezando a acariciarla, esta reacciono de inmediato poniéndose dura y parada.

-¿A poco no es hermosa?-dijo mi madre.

-Vaya tolete que te cargas-contesto Alicia

-A la orden hermanita-dije yo

-Bueno, eso será si madre no se opone-dijo Alicia

-Al contrario mi vida, para mi seria la felicidad completa que tu hermano y tu cierren el circulo, así seriamos una familia completamente feliz.

-Me gustaría verlos haciendo el amor

-Pues no te dejaremos con las ganas.

Mi madre se agacho y llevo su boca a mi verga comenzando a mamármela, yo alargué mi mano para acariciarle la raja y ella permitió que le introdujera un par de dedos en la vagina, después nos pusimos en posición de un sesenta y nueve y nos lo hicimos por un buen rato, lo que le provoco un orgasmo a mi madre. Descansamos un rato y luego continuamos.

-Mamita, te voy a dar por el culito que sabes que me gusta mucho.

-A mi también mi amor y mas lo voy a gozar porque será delante de tu hermanita que nos estará viendo.

Alicia descaradamente tenía la mano entre sus piernas y se masturbaba la raja con pasión y solo decía.

-Sigan…sigan…me gusta mucho verlos.

Coloque a mi madre boca abajo con las nalgas levantadas un poco, ella sabiendo lo que se le venia encima relajo su esfínter para recibir mi verga y comenzó la penetración anal poco a poco, como lo hacíamos siempre.

-¿Te guata mamita….te gusta que tu hijo te de por el culito….lo gozas mami?

-Si mi vida….lo gozo mucho….lo gozo tanto como cuando me la metes en la raja….me fascina mi amor…..dámela toda.

-¡Que rico culito tienes….como lo gozo…..y mas el saber que es el de mi mamita….ayyyy…que rico…me voy a venir adentro!

-¡Si mi vida….llénamelo de leche…..así como me gusta…….es solo tuyo….ponme una lavativa de semen….ugggg….me vengo!

Sin darnos cuenta en nuestra pasión Alicia estaba teniendo un orgasmo, a ella también la escena de ver a su madre y su hermano practicando sexo anal la había puesto como loca y con sus dedos se había dado el placer que necesitaba. Madre y yo quedamos derrumbados el uno sobre la otra, después de un rato para tomar aliento extraje la verga del culo de mi madre aun erecta y llena de semen y algo de sustancia fecal, nos metimos al agua y ahí mi madre me la lavó con sus manos y todavía me la mamo un rato.

-¿Disfrutaste de mi culito mi amor?

-Sabes que si mamita, sabes que me encanta y cada vez que lo hacemos es como si fuera la primera vez.

-Yo también lo disfruto mucho mi vida.

.Heeey, aquí estoy, yo también existo-grito mi hermana.

-Perdona hija, pero cada vez que lo hacemos nos olvidamos del mundo.

-Mamá….hermano….quiero decirles una cosa, he llegado a una conclusión.

-¿siii?-preguntamos madre y yo.

-Me uno a ustedes, se que es una locura…que es incesto….pero los he visto disfrutar tanto….amarse tanto….que yo también quiero participar. Hermanito…quiero que me hagas tu mujer y me ames como a madre.

Yo simplemente me acerque a ella, la tome por los brazos y la bese en la boca. Tiernamente, sensualmente y calidamente. Era nuestro primer beso de amantes, de incestuosos, de amor. Ella correspondió a la caricia y me contesto el beso, nuestras lenguas se mezclaron y nuestras salivas se trasegaron de boca a boca.

-Te voy a amar mucho hermanita- le dije al oído

-Yo ya siento que te amo, te voy a dar mi cuerpo y mi alma, seré tuya hasta que quieras.

-Por toda la vida hermanita, por toda la vida.

Voltee a ver a mi madre y vi en ella una sonrisa plena, satisfecha y amorosa.

-No saben que feliz me hacen, mis bebitos juntos como amantes para siempre, seremos la familia más feliz del mundo.

-De una vez aclaro-dijo Alicia- pienso convertirme en madre y tú serás el padre de mis hijos.

-Bueno hermanita, eso lo veremos mas adelante.

La continué besando por el cuello y los hombros, baje mi mano a su entre pierna que ya estaba húmeda y la recosté sobre la frazada, baje mi boca a su raja y bebí del néctar de su intimidad, ella correspondió con su primer orgasmo en mi boca y yo lamí su vagina y labios vaginales hasta dejarlos limpios. Después me incorpore y ella tomo mi verga entre sus manos, comenzó a subir y bajar la piel hasta que llego a toda su dureza.

-¿Estas lista hermanita?

-Si mi amor, estoy lista.

En eso mi madre dijo.

-Chiquita, cuando este adentro piensa que es tu hermano el que te esta haciendo gozar, el que te va a dar su semen en tus entrañas, el que te va a hacer madre, y te aseguro que tu placer será mayor. Vas a disfrutar del mayor placer que puede tener el ser humano, del incesto.

-Mami-dijo Alicia-ya lo estoy disfrutando, nunca había sentido lo que siento.

La penetre poco a poco, como si fuera virgen, con ternura y delicadeza al grado que ella misma apuro la acción hasta quedar bien ensartada en mi verga, era tanta su ansiedad que ella comenzó el mete y saca y pude sentir como tenia varios orgasmos consecutivos, yo manejé mis tiempos y cuando ella estaba en el paroxismo deje ir mi semen inundando su vagina con mi leche.

-¡Mi vida…me estoy…viniendo…esto es la gloria….Dios…cuanto gozo…dámela toda hermanito!

-¡Mi princesita….te voy a hacer feliz….te voy a preñar….haremos abuela a mamita!

Quedamos agotados, hechos un amasijo de brazos y piernas. Después de descansar una media hora volvimos a la acción pero ahora yo me administraba más pues tenia dos mujeres que complacer y no estaba dispuesto a fallarles.

-Ay hermanito, tienes una verga hermosa, José no te llega ni a los talones, no se como le voy a hacer cuando me la metas por el culo, pero de que me la metes… me la metes.

-No te preocupes Alicia, para eso existen las cremas y aceites y veras que pronto te acostumbra a ella, si no pregúntale a mamá.

-Claro hijita, ya veras como la vas a gozar en tu culito y al rato estarás como yo pidiéndoselo a diario hasta dos o tres veces.

Nos bañamos los tres en el arroyo nuevamente pero ahora muy juntos los tres, nos enjabonamos y enjuagamos como chiquillos y nos fuimos al faro, ellas a preparar la comida de su macho y yo a disfrutar de la vida por partida doble. Ahora tenía dos hembra para mi solo en un paraíso olvidado del mundo.

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Tenía dos mujeres hermosas para mi completo placer y si a eso le agregamos que eran mi madre y mi hermana, pues todavía mejor. A mis veinte años las únicas relaciones sexuales que había tenido eran con mi madre y mi hermana y la verdad que no necesitaba más. Al siguiente día en que Alicia se volvió mi amante tuve el placer de romperle el culo. ¡Umm! aun lo recuerdo como si fuese ayer.

-Bueno hermanita, tenemos algo pendiente.

-Ay Luisito, la verdad me da miedo.

-No tienes por que hijita-dijo mi madre- al principio se sufre un poco, pero después es lo mas delicioso; a mi si no me encula tu hermano es como si no cogiera.

-Bueno, pero trátame con cariño.

Se coloco boca abajo en la cama dejando al aire su culito, aunque lo tenia bonito no se comparaba con el de mi madre que era hermoso. Ahí supe que Alicia tal vez lo tuviera más apretado que mi madre, pero no más sabroso. Me coloque detrás de ella y apunte mi verga a su ano, empuje delicadamente y entro la cabeza relajando el esfínter que cedió ante la presión.

-¡Ayyy…..despacio hermanito….que es la primera ves!

Modere mi embestida dejándola que se acostumbrase a tenerla dentro, cuando la sentí mas relajada empecé el mete y saca.

-¿Te gusta hermanita…te gusta que tu hermano te rompa el culo?

-Si mi amor…lo disfruto mucho…..aunque me duele un poco…..es mas el placer de saber que….estas adentro.

En realidad su culito estaba muy apretado por lo que el placer era enorme, tuve que controlar mis movimientos para hacer durar el acto y que ella le perdiera el miedo.

-¡Que rico culo tienes hermanita…..me aprietas mucho la verga…..siento muy sabroso darte por el culo!

-Yo también hermanito….siento como entra y sale….quiero tu leche en mi culo.

Ya no pude soportar mas y estalle dentro de sus entrañas inundándole el culo con mi semen, fue algo fabuloso y mas saber que era mi hermana la que me hacia gozar tanto.

-¡Ufff! hermanita, fue sensacional romperte el culo, de aquí en adelante veras como te acostumbras y lo disfrutas.

Mi madre nada más de vernos estaba a punto de venirse, por lo que decidí ayudarla; me hinque entre sus piernas y empecé a mamarle la raja.

-¡Ayyy mi vida, como me gusta que me mames, cada vez lo haces mejor…..sigue mi amor…..sigue que me voy a venir!

Empezó a descargar sus jugos que bebí ávidamente, después pase mi lengua por su culo, acariciando su ano, introduciendo un par de centímetros en su recto, todo esto hizo que mi verga se pusiera nuevamente dura, por lo que hice que mi madre se sentara sobre ella deslizándose lentamente dentro de su ano, después tomamos ritmo.

-¡Ayy mamita, que rico culo tienes, me haces gozar mucho!

-¡Yo también mi vida, así la siento hasta dentro….uggg…como la gozo!

En un momento los dos abrimos nuestros grifos de placer y descargue una buena cantidad de semen en el culo de mi madre.

A partir de entonces nuestra vida fue llena de sexo y amor, mi hermana buscaba desesperadamente quedar preñada y yo la complacía lo más que podía, después de tres meses de constante búsqueda de pronto ¡¡Sorpresa!! La preñada resulto mi madre.

Nos sentamos los tres a discutir la situación y mi madre tomo la decisión de tener el hijo.

-Me ilusiona mucho tener un hijo tuyo, es como si entraras de nuevo en mí, como si te pariera de nuevo.

-Si madre, pero hay riesgos.

-Tengo treinta y cinco años así que a los treinta y seis pariré, acepto los riesgos y que sea lo que el destino quiera.

Los tres quedamos de acuerdo y no interrumpió el embarazo, dos meses después la recompensa fue el embarazo de Alicia, lo que nos lleno de felicidad a los tres. Empezamos a replantearnos la situación y decidimos que continuaríamos un par de años en el faro y después nos iríamos a vivir a algún lugar donde nadie nos conociera.

Mi madre tuvo una preciosa niña y dos meses después mi hermana tuvo un niño al que le pusimos el nombre de Miguel en recuerdo de nuestro padre, los registramos en el puerto mas cercano y ahí mismo conseguimos un acta de nacimiento aprófica a nombre de mi hermana donde se cambiaron los apellidos para el futuro. Un año después mi hermana tuvo una niña ya si la familia se completo.

Nuestra vida era un paraíso, hacíamos el amor por toda la isla sin preocuparnos de nada, a veces lo hacíamos delante de nuestros hijos pues queríamos educarlos sin tabús. Ya crecerían y ellos decidirían si continuaban la costumbre o la cambiaban pero no queríamos prohibirles nada.

Cuando nuestra hija mayor cumplió 5 años decidimos que era momento de marcharnos de la isla por lo que avise que me enviaran mi relevo, todavía tardo 6 meses en llegar tiempo que utilizamos para comprar una casita en el interior del país y aun nos quedo dinero para poner un negoció de donde viviríamos la familia.

Han pasado 15 años desde entonces, mi hija mayor esta embarazada de Miguelito que también se esta tirando a su hermana menor, los tres duermen juntos en una recamara mientras que mi madre, Alicia y yo dormimos en la otra, aunque a veces las intercambiamos.
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