Una cosa de locos 5

xan22

Virgen
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Esta es una copia del capítulo 5 de "Una cosa de locos", tal y como fue publicado en la difunta "historias-eroticas.com.ar" por Bonifacio. Está copiado tal cual, sin editar ni separar párrafos ni diálogos.

[h=2]Una cosa de locos 5[/h] Enviado por Bonifacio el día 12/04/2013 Mide 21740 bytes y obtuvo 1261 lecturas.
Está bien claro que uno planifica algo y luego el tiempo, la vida, las circunstancias, ¡que se yo!, modifican todo lo programado anteriormente y hacen que las cosas se desarrollen de acuerdo a lo que sea, a lo que salga.
Yo había planeado ir a hacer algunas cosas relacionadas a mis actividades comerciales y tardar solamente a lo sumo una semana, y luego regresar a continuar disfrutando con mis dos pequeñas y hermosas amantes, y también por cierto con quien me había abierto las puertas para ingresar al paraíso infantil de aquellas dos nenitas de tan solo 9 y 8 añitos, por que no había que ser desagradecido y reconocer y agradecer de alguna manera el regalo que me había hecho Marcela, y una de las maneras de agradecer este regalo, era gozar y hacerla gozar a ella también, ya que según sus propias palabras, le había gustado mucho cojer conmigo, sobre todo le encantó el tamaño de mi verga, ya que según me comentó a mi y también a Candela, sentía que la llenaba totalmente mi pija, tanto por su concha, como por su culito y también a su boca, así que me dije, ¡a gozar y a cumplir con el deber! Pero, mi demora fue de algo más de dos meses y medio ya que tuve que viajar al exterior para solucionar ciertos asuntos que se habían complicado un poco.
Una vez solucionado todo regresé rápidamente a buscar a mis diosas, obviamente con varios regalos para ellas.
Llegué a la casa de Marce y cuando esta me vio se colgó de mi cuello como si en verdad yo fuera su amante y me besó, nos besamos, repetidamente, cosa que no pasó inadvertida por sus vecinos que cuando vieron que llegó mi auto, se asomaron a curiosear ya que anteriormente lo habían visto casi todo un día en el jardín de Marce, y según me contó ella después, a los días le preguntaron por mí, ya que ella había dicho que yo era su novio, y como pasaron muchos días sin que yo volviera, querían saber que pasaba.
Bueno, luego de saludarnos, besarnos y abrazarnos, ingresamos a la casa y ella me dijo si quería que llamara a las chicas, por ahora no, le dije, antes charlemos un ratito los dos solos, ¿charlamos solamente?, me preguntó ella con picardía, si, si, le respondí yo, pero ya sabes que a mí me gusta "charlar largo y tendido", o sea, en la cama, bueno, vamos, me dijo y me tomó de la mano tratando de arrastrarme hacia el dormitorio, ¡espera, espera!, le dije, primero bajemos las cosas del auto, no vaya a ser cosa de que las roben, bueno, me dijo, vamos; fuimos al auto y comenzamos a bajar los paquetes con los regalos, y ella al ver que eran varios, me dijo, ay Boni, cuantas cosas nos has traído, la verdad es que sos un amor, ¿solamente por los regalos?, le dije yo, noooo, vos sabés que no es solamente por eso, vos sabés que es por tu forma de ser, me dijo, ¿y que mas?, le dije, y por que también me hacés gozar mucho con esa pija hermosa que tenés, y que ahora te la voy a chupar hasta dejártela seca, ¡ya vas a ver!, me dijo, ante semejante amenaza mi miembro se asustó y demostró su temor irguiéndose en toda su dimensión y formando una carpa escandalosa en mi bermuda.
Esto no pasó desapercibido a ella quien al ver esta demostración de "temor" me dijo, ay hijo de puta, que linda se te ha puesto, ven, ven, bajemos todos estos paquetes y vamos rápido a la cama.
Y claro, ante este pedido no me pude resistir y me dejé conducir mansamente al "cadalso", una vez allí, ella misma se encargó de desnudarme y desnudarse, y tal cual lo había prometido, se encargó de mi pija de una manera por demás eficiente y placentera.
Parecía que su culito estaba más estrecho que la vez anterior, o según ella, parecía que mi verga había crecido.
Luego de este agradable reencuentro me dijo que quería ver que le había traído, y entonces yo le dije socarronamente, ¿y te parece poco lo que te dí?, y ella se largó a reír y me dijo que era un hijo de puta, que no me burlara de ella, y que sabía que ahora, cuando vinieran las pendejitas, la iba a dejar de lado por un rato, no, le dije, de ninguna manera, no digas eso porque vos también lo disfrutas viendo como las cojo o viendo como me chupan la pija, y también cuando le chupás la conchita a Ayelén, ah, y otra cosa, ¿ya le chupás la conchita también a Cande?, ¡ay si!, me dijo, a las dos, me dijo, ¿y les gusta?, volví a preguntarle, siiiii, vieras como disfrutan las dos putitas, y hasta Ayelén nos ha prometido que va a dejar que la cojás, que se la va a aguantar aunque le duela, me contestó, ¡ojalá que se dé! le dije yo, bueno, me dijo, ¿que te parece si las llamo?, si, si, por supuesto, le dije.
Entonces ella salió al patio de su casa y desde allí las llamó, yo escuché cuando Ayelén le respondió y le dijo que ya venía, y Marce le dijo que también venga Cande, porque tengo una sorpresa para ustedes, ¡ay bueno! le dijo Ayelén, y al ratito se escucharon los gritos de las dos pendejitas cuando vieron mi auto en el jardín de Marce.
Entraron como una tromba, sin llamar a la casa y se arrojaron sobre mi, llenándome de besos y colgándose de mi cuello, de mis brazos, de adelante, de atrás, en fin, una clara y hermosa demostración de cariño por parte de estas niñitas.
Bueno, bueno, les dije, yo también las extrañé mucho y no veía las horas de volver.
Miren, les dijo Marce, miren los regalos que nos trajo Boni, entonces ellas repararon en los paquetes y nuevamente irrumpieron en gritos y saltos de alegría, a ver, a ver, les dije, cada paquete tiene el nombre, así que nada de confundirse, y procedieron a abrir sus regalos mientras yo las miraba pensando que ellas eran el regalo para mí y que de verdad eran unos regalos hermosos, y mi verga estuvo de acuerdo con mi pensamiento ya que comenzó a despertarse nuevamente y a erguirse formando la consabida "carpa" en mi bermuda, y como siempre, Ayelén fue la primera que se dio cuenta y tocándola con su codito a Candela, le señaló mi bulto que en ese momento era bien prominente, entonces Cande dijo, ¡mirá Marce, mirá!, ¡mirá como se le puesto la pija a Boni!, entonces Marce al ver mi bulto se largó a reír y las niñas le hicieron coro me dijo, ¡pero Boni!, si recién te la había dejado muerta, seca!, ¡a siiii!, dijo Cande, ¡así que ya estuvieron cogiendo ustedes dos!, ¡eso no se vale!, y siguieron riéndose mientras miraban y disfrutaban de sus regalos, que en verdad eran varios.
Una vez terminado esto, les dije que ya era hora de que comiéramos algo, porque yo tenía hambre y también mucha sed, ¿nada más que eso quieres?, me preguntó pícaramente Marce, y yo le dije, lo primero es lo primero, ahora, busquemos que comer y que tomar, ¿tienen el número de teléfono de algún lugar para pedir que nos traigan algo de comer y tomar?, si, si, me dijo Marce, entonces desde mi celu hicimos el pedido y quedamos a la espera de que nos lo trajeran, y mientras esperábamos, ellas siguieron disfrutando de sus regalos, hasta que Cande vino hacia mi y se subió a mi falda, sobre mis piernas y dándome un beso en la boca me dijo, ¿por qué te demoraste tanto en volver?, yo te extrañaba mucho, ah sí, le dije, ¿a quién extrañabas mas, a mi o a mi "amiguito"?, a los dos me dijo, mientras con su manito le daba un apretón a mi pija, lo que hizo que me estremeciera totalmente y que mi verga pegara un salto en su mano, ¡huy, que grande está, y que dura!, dijo, y nuevamente me besó en la boca y metía su lengua que se enredaba con la mía, todo esto sin soltar mi verga, que a cada momento latía con más intensidad y parecía que se agrandaba bajo las caricias de esta niñita, ¡eh, eh ustedes dos, no nos dejen afuera!, dijo Marce riéndose junto a Ayelén, nosotras también queremos, ¿no es cierto Ayelén?, si, si, dijo la niñita, y al escuchar su vocecita diciendo esto, a mi me pareció que hizo que mi lanza creciera y engordara más aún, bueno, vengan les dije, y en eso sonó el timbre, era el delibery que nos traía el pedido, así que suspendimos momentáneamente todo para abocarnos a la también agradable tarea de saciar nuestra hambre y sed.
Todo esto se desarrolló en un ambiente de alegría, riéndonos constantemente por cualquier cosa, es que todos estábamos contentos, ellas por mi vuelta y sobre todo por los regalos, y yo, bueno, yo por la fiesta que se avecinaba.
Solo con mirar esas dos niñitas la pija se me ponía dura como un pedazo de hierro de una manera que me hacía doler la contención que me daba mi bermuda.
Una vez concluida la comilona, nuevamente las niñitas se dirigieron a la habitación donde estaban los regalos, todos diseminados sobre la cama, otra vez se deleitaron con ellos mientras yo concluía con mi cerveza.
De pronto escuché que Cande me llamaba, así que me dirigía a la habitación, y al entrar en la misma me encontré con la hermosa e inesperada sorpresa de que ambas niñas se encontraban totalmente desnudas sobre la cama con sus piernitas bien separadas mostrándome sus hermosas y lampiñas conchitas.
Marcela al lado mío al verlas dijo, ---que hijas de puta, mira como están, y las dos para colmo, ---por suerte dije yo, hacía mucho que no las veía de ese modo y la verdad que las extrañaba y sobre todo las deseaba mucho, tenía y tengo muchas ganas cojerlas a las dos, ¡pero bien cojidas!, por adelante y por atrás, ---¡ah no, dijo Cande, por atrás no, ---¿Por qué por atrás no?, le dije yo, ---porque la tienes muy gorda y me va a hacer doler mucho.
---¿y por adelante?, ---por adelante si, me respondió Cande, por adelante si porque tengo muchas ganas de que me cojas, ---¿desde que yo me fui no han vuelto a coger con nadie?, pregunté, ---no, me dijo Cande, ---¡mentiras! Interrumpió Ayelén, mentiras, ---¡callate vos, botona!, ---¡a ver, a ver!, dije yo, a ver ¿qué es lo que ha pasado durante mi ausencia?, ---ella ha cogido con el tío Pepe, dijo Ayelén, ---¡callate hija de puta!, le gritó Cande, ---¡no, no, no!, les dije, no se peleen, eso no me gusta, no quiero que se peleen nunca entre ustedes, y menos delante mío, a ver, cuéntenme que es lo que ha pasado.
A todo esto Marcela miraba y escuchaba todo esto sonriendo.
---Si Boni, me dijo Ayelén, ella ha cogido una vez con el tío Pepe, yo la vi, --- si, le respondió Cande, y a vos te chupó y te tocó bien tocada tu concha, ---pero no me cogió, dijo Ayelén, ---bueno, bueno, basta les dije, a ver, cuéntenme como fue todo, ---¿no te vas a enojar Boni?, me dijo Cande, ---no mi amor, yo no me voy a enojar, pero eso si, ¡quiero que me digan la verdad eh, porque si me mienten, entonces si me enojo, así que a ver, empieza vos a contarme Cande, y Ayelén, si Cande miente, vos me lo dices, ---si Boni, dijo Ayelén muy seria y con su carita compungida, ---no Boni, yo no te voy a mentir como fue que pasó, ---bueno, adelante, le dije, ---Bueno, dijo Cande, un día cuando iba a la casa de una compañerita de grado, me encontré con mi tío Pepe, el me saludó y me dio un beso y me dijo que tenía muchas ganas de estar conmigo, que si jugábamos un ratito me iba a regalar el celu que él tenía, y me lo mostró y me dijo este es el celu que te voy a dar si jugamos un ratito, y me preguntó si en mi casa había alguien, ---no le dije, solo está Ayelén mirando TV.
---bueno, me dijo, vamos a tu casa y ahí jugamos un ratito, ---no, le dije yo, no quiero jugar con vos, ---¿Por qué?, me preguntó, y yo le dije que por que podía volver mi mamá y nos encontraba, entonces él me dijo que sabía que mi mamá volvía como a las 7 de la tarde, ya que trabajaba hasta esa hora, que no tuviera miedo, ¡dale, vamos!, no le dije yo, no quiero, ¿por qué no quieres, no te gusta este celular que te voy a regalar si vamos?, no le dije yo, además una vez me prometiste que me ibas a regalar unas zapatillas y nunca lo hiciste, sos un mentiroso, no, no me dijo, esta vez te prometo que sí te lo regalo al celu, mira, si quieres ya te lo doy para que ya lo tengas vos, ¿quieres?, y mientras me decía esto y ponía el celular en mi mano, con su otra mano me tocaba la cola, y luego me tocó mi conchita, yo lo dejé que me tocara por que el celu que me había dado es muy lindo, entonces le dije, ¿de verdad me lo vas a regalar si vamos a jugar a mi casa?, si, si, me dijo el mientras continuaba tocando mi conchita, bueno, le dije, vamos, pero no hagamos ruido al entrar para que Ayelén no se dé cuenta, entonces fuimos a casa y nos metimos en la piecita del fondo, donde siempre hay una camita solamente con un colchón, y ahí me empezó a besar y a sacarme la ropa, me acostó en la camita y cuando estaba toda desnudita, me empezó a besar mi conchita, y bueno…, como ya hacía mucho que vos me habías cogido por última vez, me dieron ganas de hacerlo, y más cuando me puso la pija en la mano y me pidió que se la chupara, me dijo espera, espera, vamos a hacer un 79 o 69, no sé cómo se llama, y se dio vuelta y me puso su pija en mi boca y siguió chupándome la conchita, de pronto me dijo, espera, espera que me vas hacer volcar, y me dijo vamos a culear ahora, y se puso entre mis piernitas y me la empezó a meter y a mí me gustó mucho, así que empezamos a culear y en eso entró Ayelén y nos dijo, ¿qué están haciendo?, cuando venga la mami le voy a contar, no, no, le dije, no le digas nada a la mami, porque si le dices me va a pegar mucho y le va a contar al papi, espera Ayelén, le dijo el tío Pepe, espera, si vos no dices nada te voy a hacer un regalo, ¿qué me vas a regalar?, lo que tú quieras le respondió el tío, quien a todo esto no había sacado su pija de mi conchita, pero por el susto que teníamos los dos al ser descubiertos, yo sentía que se le estaba ablandando, y de pronto se salió de adentro mío, entonces mi tío se levantó de la cama, y así desnudo como estaba se paró delante de Ayelén y le preguntó que quería que le regalara, y mi hermana le dijo que una mochila para la escuela, bueno, bueno le dijo el tío, pero se buenita y no le cuentes a nadie de lo que viste, ¿siiii?, si le dijo Ayelén, pero me tienen que dejar mirar que es lo que hacen, bueno, le dijo el tío, claro que puedes quedarte, y viendo que Ayelén no le quitaba los ojos de la pija a pesar que se le había puesto chiquita, le dijo, bueno, ven que te doy un beso porque sos muy buenita, y la atrajo hacia su cuerpo y le dio un beso en la mejilla y viendo que Ayelén no decía nada, le dio un beso en la boca, y como no dijo nada, la volvió a besar en la boca, esta vez fue un beso más fuerte, y cuando la soltó le dijo, ¿no me la quieres tocar un poquito?, y entonces su pija comenzó a ponerse dura nuevamente, y tomando la manito de Ayelén la puso sobre su pija que ya se había puesto dura y parada otra vez, y Ayelén se la comenzó a tocar toda y el tío Pepe le pidió que le dé un besito en la punta y Ayelén no quiso, entonces el tío le comenzó a desabrochar el vaquero y se lo bajó hasta el piso y le dijo que se lo quitara y al quitárselo quedó en bombachita y el tío se la bajó y le empezó a tocar la conchita y entonces Ayelén le dijo que quería que continuara haciendo conmigo lo que hacíamos cuando ella llegó, el tío le dio un beso bien fuerte y se subió nuevamente arriba mío y me la empezó a meter, ya la tenía bien dura y a mí me gustó mucho, y entonces el tío dijo que rápido y fácil te ha entrado Cande, parece que tu conchita se ha estirado un poco, claro tío dijo Ayelén, lo que pasa es que…, cállate no seas tan bocona, le dije rápidamente yo tratando que no le cuente que yo había cojido con vos porque no quería que mi tío supiera eso, y entonces mi tío sin dejar de culearme nos dijo que quería saber qué es lo que le quería contar Ayelén, entonces rápido yo le dije que lo que pasaba era que me había visto como me tocaba una noche en la cama, y que vio que me metía los deditos en mi chochito, ¿es cierto eso Ayelén? le preguntó mi tío, si, si, le dijo Ayelén, por eso tiene más grande su conchita, porque se mete los dedos, ahhh, dijo mi tío, ¿y porque te metes los dedos en tu tajito?, y…, no sé le dije yo, ¿será que me extrañabas a mi?, nnnoo sé le dije, dale, dale, dijo mi tío, dale confesá que me extrañabas y que tenías ganas de que te culeara otra vez, nnnno, le dije, si, era eso tío, porque una vez la vi que se metía una zanahoria grandota, ah sí, con que hasta una zanahoria, ¿y era muy grande?, y Ayelén nuevamente le dijo que sí, que era bien grande, ¿más grande que mi pija? Preguntó mi tío, si, le dijo Ayelén, más grande y más gorda, ah sí, o sea que tenías muchas ganas de culear con tu tiíto querido sobrinita, y….
, si le dije yo, y ¿me vas a dejar que te culee por el culito también ahora?, noooo, por el culito noooo, le dije, dale, no seas mala me dijo mi tío, déjame que te la meta por el culito, no, no, eso no, le dije, dale, la puntita nada más me dijo, no, no, le respondí, dale, probemos si te entra un poquito, y si te duele no te la meto, ¿quieres?, no, no, le volví a contestar yo, a todo esto mi tío había dejado de culearme pero sin sacar su pija de mi chochito, y yo tenía unas ganas bárbaras de que me siga culeando, entonces reanudó su bombeo metiéndola hasta el fondo y volviéndola a sacar hasta la punta, yo sentía que mi conchita ardía de ganas, en eso mi tío le dijo a Ayelén que se acercara al lado de él, y al hacerlo, le dijo que se quitara la bombachita que aún tenía baja a mitad de las piernitas, y cuando se sacó la bombachita comenzó a tocarle la conchita, pero se ve que lo hacía fuerte porque Ayelén se quejó y le dijo que le hacía doler y se retiró de la cama, entonces mi tío le dijo que se acercara nuevamente que ahora se lo iba a hacer suavemente y que ya iba a ver que le gustaría mucho, se acercó otra vez Ayelén y el tío volvió a tocarle la conchita, esta vez lo hacía más despacio, más suave porque Ayelén no se retiró ni tampoco se quejó, entonces el tío llevó su mano a su boca y escupió en ella, y esa saliva se la puso en la conchita a Ayelén y la siguió tocando mientras le preguntaba si aún le dolía, Ayelén le dijo que no, y el tío le preguntó si le gustaba como se lo hacía ahora, ella le respondió que sí, y él le preguntó si quería que continuara tocándola, y ella le dijo que si, el tío le preguntó si se iba a dejar culear como lo hacía conmigo, y Ayelén le dijo que no, que eso no, y mientras el tío la seguía tocando a mi me seguía culeando y de pronto me la metió de golpe hasta el fondo y sentí que me largaba la leche dentro de mi conchita, y entonces yo también sentí que acababa y lo abracé fuerte y él me dio un beso largo en mi boquita y me metía la lengua bien adentro y yo también le metía mi lengua en su boca, y sentí que mi tío me decía, ¡ ay Cande, ay Cande, que polvazón que te estoy echando, te estoy llenando la concha de leche, por fin, tenía muchas ganas de volver a culearte ¿te gusta cómo te culea el tío Pepe?, si le dije yo, ¿acabaste vos también? me preguntó, si le dije yo, y entonces el tío se bajó de arriba mío y le dijo a Ayelén que se dejara culear también, pero ella no quiso y cuando le vio la pija que se le había puesto chiquita, se largó a reír y le dijo, ja, ja, ja, mira que chiquita te la ha dejado la Cande, chiquita y toda arrugada, esto no le gustó a mi tío y le dijo bueno, pero si me la tocas y me la chupas un poquito vas a ver como se pone grande de nuevo, y si vos me dejás, te voy a culear bien culeada a vos también, querés, no, no quiero que me culee, pero si te la voy a tocar tío para ver si es cierto que se te vuelve a poner grande, entonces se la agarró con su manito y se la comenzó a tocar, y luego de un rato se le empezó a parar nuevamente y entonces la agarró a Ayelén y la acostó en la cama y le dijo que abriera sus piernitas, pero ella le dijo que no quería que la culeara, y él le dijo que no la iba a culear, que solamente le iba a chupar la conchita un rato, y que después si ella quería, la culeaba, entonces Ayelén abrió sus piernitas y el tío Pepe se metió entre ellas y comenzó chuparle la conchita, yo miraba todo esto y de pronto vi que Ayelén se comenzó a mover, a retorcer su cuerpito y me di cuenta de que le estaba gustando mucho lo que le hacía el tío, y él también se dio cuenta y sacando su boca del chochito de ella le preguntó si le gustaba lo que le hacía, y al responderle ella que sí, que le gustaba mucho, nuevamente él le volvió a preguntar si lo dejaba que la culeara, entonces Ayelén solamente se encogió de hombros sin decir nada, mi tío se levantó y le puso la pija que la tenía bien dura en la entrada de la conchita de ella y empezó a empujar, y en ese momento, cuando el trataba de meterle la pija a Ayelén, escuchamos que llegaba mi mamá y nos llamaba, rápidamente el tío se levantó con su pija aún dura y se vistió apresuradamente ya que tenía pánico de que lo encontraran en mi casa, por que mi papá le había prometido que si lo veía nuevamente en la casa lo iba a matar como a un perro, mientras Ayelén quedaba tendida en la cama con sus piernitas bien abiertas como si estuviera soñando, yo la sacudí y le dije ¡vamos, vamos!, ha llegado la mami y nos está llamando, entonces fue como si ella reaccionara y se levantó de un salto y se vistió rápidamente, mi tío nos dijo que saliéramos nosotras y que él se iba a quedar hasta que pudiera salir, estaba asustado y no quería que mi mami lo viera, entonces salimos con Ayelén y fuimos hacia la casa de donde justo en ese momento salía mi mamá a buscarnos y nos reprendió diciéndonos que si no escuchábamos que nos estaba llamando, si, le dijimos, por eso vinimos, y nos colgamos de su cuello y le dimos varios besos como para que se le pasara el enojo y de paso se distrajera para que pudiera salir nuestro tío.
Bueno, eso es todo por ahora, ya la vamos a continuar, por que esta historia sigue.
Espero que les guste.
Se aceptan críticas y consejos para tratar de mejorar la redacción, ya que la historia es real y por lo tanto, si se quiere ser fiel a los hechos, no se debe modificar en su contenido básico.
Hasta la próxima.
 
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