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Una Ama de Casa muy Especial – Capítulo 01
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Una Ama de Casa muy Especial – Capítulo 01
Nunca pensé que un calentador de agua averiado pudiera cambiarme tanto la vida. Era el mes de julio, hacia un calor insufrible, y el maldito calentador se estropeó. La verdad es que en pleno verano una se puede duchar con agua fria, pero a mi siempre me ha gustado el agua calentita.
Eran las ocho de la mañana, mi marido acababa de marcharse a trabajar, como siempre, estaría toda la semana fuera, y yo, tambien como de costumbre, sola en casa. Sono el timbre, pensé que sería él que había olvidado algo, y abrí sin mirar por la mirilla. Ante mi aparecieron un hombreton de unos cincuenta años y dos jovenes de entre quince y veinte.
- Somos los fontaneros de "Tubería feliz", venimos a arreglarle el calentador. ¿Es usted la Sra. Maria, verdad?
Mientras hablaba, el que a todas luces era el jefe, no paraba de mirarme. La verdad es que no era para menos, la única prenda que me cubría, discretamente, era una camiseta de futbol americano, de mi marido, que me servía de camisa de dormir. Mis pechos eran bien evidentes, sin sujetador alguno que los contuviera. Mis muslos quedaban totalmente al descubierto. A poco que me moviera se me verían las braguitas sin ningún problema. Y yo, con mis 25 años, aunque me esté feo decirlo, estaba para mojar pan.
- Si, si de acuerdo, pasen ustedes. Siganme, por favor. - - La seguimos donde usted diga, señora. Mientras ibamos hacia la galeria, sentía sus ojos clavados en mis nalgas, y, todo sea dicho, no me molestaba en absoluto.
Llegamos a la puerta de la galeria, entre la lavadora y el marmol de la cocina quedaba un paso estrecho que el Sr. Paco, que asi se llamaba el jefe, aprovechó inmediatamente para darme un buen achuchón.
- Huy, perdone Sra. , decia mientra me refregaba su paquete por mis posaderas, y vaya paquete, que tenía el tio!!... Si le parece bien nosotros vamos trabajando...que debe usted tener ganas de que funcione bien ¿no?
Les deje con su trabajo, mientras me dediqué a mis ocupaciones habituales. Estaba haciendo la cama en mi dormitorio, agachada, de espaldas a la puerta, con el culito en pompa, cuando noté una presencia extraña, me volví rápidamente, y ahí estaba uno de los aprendices, mirándome embobado el culo, sin ningún recato. Estaba colorado a mas no poder, yo me hice la timida, estirando un poquito la camiseta, sin demasiado convencimiento.
- Si, dime ¿ necesitas algo? - - Dice el Sr. Paco, que ya está arreglado, que si usted quiere se puede duchar para probarlo.
En eso aparecieron los otros dos - - Señora, si usted quiere puede aprovechar para estrenar el calentador nuevo. - - Muchas gracias, ahora cuando ustedes se hayan ido, me ducharé. - - No mujer, si le parece a usted bien, mejor que lo pruebe ahora, asi si no funciona podemos acabar de arreglarlo. Nosotros aprovecharemos para ir a desayunar. - - Bien, de acuerdo, voy a ducharme.
Los tres hicieron el ademan de irse, pero solo el ademan, llegaron a la puerta la abrieron y la cerraron, pero los muy cabritos se quedaron dentro, en la habitación al lado de la puerta.
Yo como una tonta voy y me meto en la bañera, estaba disfrutando como una colegiala con un chupa-chups, el agua calentita resbalando por mi cuerpo y la verdad es que los tres fontaneros estaban empezando a ponerme cachonda, con el regimen al que me tenía obligada mi marido, no era difícil.
En eso se abre la puerta del baño y aparecen los tres fontaneros con sus "tuberias" en la mano, yo al principio me asusté y estuve a punto de gritar, pero me contuve, afortunadamente.
- Desde luego, estás buenisima, mucho mejor que con la camiseta. Anda hazle sitio al aprendiz, que tiene que "aprender" de todo en esta vida.
Ya me había apeado el tratamiento, ni usted ni nada.Y, dicho y hecho, ya tenía al aprendiz dentro de la bañera sobándome como un poseso. Desde luego el muchacho tenia una buena "cañeria", unos veinte centimetros de carne joven a punto de estallar. Me arrinconó contra la pared, mientras me mordisqueaba los pezones y me metía mano en mi almejita, que se estaba poniendo a tono. El otro, tampoco era manco y hacía lo que podía. Y el Sr. Paco dirigiendo la operación sentado en el bidet como si fuera su trono.
- Venga Antonio, muérdele los pezones. Luis métele los dedos en el coño, no veis como la estais poniendo, la muy zorra está que se derrite.
Y la verdad es que el tal Paco tenía razón, me estaban poniendo a cien, mi chocho estaba chorreando y pidiendo verga...
- Dejame que te la coma un poquito. Y, ni corta ni perezosa, le agarro la polla y empiezo a lamersela desde la base hasta la punta. - - Hum, está riquisima... ¿te gusta, cariño? - - Muchisimoooo... Estaba tan salido que en dos chupadas mas se fue en mi boca, llenandomela hasta rebosar. No deje ni una gota.
El otro aprendiz, Luis, ya iba a entrar en la bañera, cuando Paco le dijo:
- Espera, vamos a secarla bien sequita, y a la cama con ella. Te vamos a hacer una mujer, zorrita!!
Empezaron a secarme entre los dos y no paraban de acariciarme, la nuca, los hombros, el culo, el pubis, los muslos. Mientras iban besandome todo el cuerpo y dándome la lengua, alternativamente. Yo no se para que me secaban, si despues me dejaban chorreando de saliva.
- Venga putita, ya está, al catre!!
Yo iba delante, de ellos, totalmente desnuda, y los muy golfos iban pellizcándome el culo y las tetas, los cardenales me duraron una semana. Nada mas entrar en el dormitorio, me enpujaron sobre la cama y empezaron a meterme mano.
- Anda, chupamela, me decía Paco, poniendome su verga en los labios. Menuda tranca, era mas grande que las otras dos... Realmente, me asustaba, pensar que tenía que metermela, pero lo estaba deseando. Mientras tanto Luis no paraba de sobarme el chocho. Me separaba los labios y me acariciaba el clitoris. Parecía mas experto que Antonio.
- Por favor, métemela ya. Yo nunca había dicho una cosa asi. Habia que verme abierta de piernas, yo misma separando los labios de mi almejita y esperando la acometida de Luis, y la boca ocupada hasta el fondo con la polla de Paco.
A todo esto, Antonio se habia recalentado de nuevo y se incorporaba a la fiesta. Luis me la estaba metiendo hasta el fondo, sus huevos chocaban con mi entrepierna, y no paraba de embestir. Paco le había cedido su puesto a Antonio, que me sujetaba la cabeza y me follaba la boca. Yel "jefe" pronuncio las palabras fatídicas
- Te vamos a dar por culo. Dí un respingo. Nunca le había dejado a mi marido y ahora estos golfos me iban a desvirgar el trasero, bueno ,este golfo, porque esto era jurisdicción de Paco.
- No por favor, me vas a destrozar.
- Tranquila, no eres la primera ni serás la última, ni yo seré el último en entrar ahí, seguro que le vas a coger gusto. Cuando lo probais os enloquece.
Ahora, Antonio se tendió en la cama, boca arriba con su mastil al aire. Venga, putita, móntalo, me ordenó Paco. Y no me hice esperar. A horcajadas me coloqué sobre él, metiendomela hasta el fondo. Quedé a cuatro patas con el coño bien lleno con la polla de Antonio. Luis me la metió en la boca. Y por detrás podía notar las manos de Paco preparándome el ojete. Un buen salivazo y empezó a meterme un dedo, dos y tres, Muy despacito, fue muy bueno conmigo, mi esfinter se relajaba y al cabo de un momento noté como su capullo empezaba a empujar...
- Ahhh... Cuidado, que me destrozas.. Los otros dos se pararon para ver el espectáculo de su maestro desvirgando un culito.
Ya estaba la mitad dentro y entonces de un buen empujón me la metió toda. Me dejó sin aliento. Creía que me destrozaba. Y entonces empezó a moverse despacito. Culeando, y girando las caderas, Antonio empezó a coger el ritmo. Sus pollas se debían rozar dentro de mí, estaban enloquecidos. En pocos minutos estaban follándome como si se acabara el mundo y yo no paraba de jadear y de chupar...
El primero en correrse fue Luis, que me lleno la boca, me rezumaba por las comisuras de la boca y no pude tragarmelo todo aunque lo intente.
Antonio me regó el coñito a conciencia y Paco la sacó de golpe y me bañó el culo con su esperma.
Caimos planos sobre la cama.
- Bueno, golfita, ¿ lo has pasado bien, eh ? Ya sabes cuando tengas algo que arreglar nos llamas. Por el precio de hoy, te podemos ir arreglando la casa poquito a poquito. - - Ahora que lo dices, necesitaré un electricista.
Habian pasado dos dias desde la feliz visita de mis fontaneros, que me habian "arreglado" a fondo, y ya empezaba a notar un desasosiego y una picazón en la entrepierna. Yo antes de este encuentro no era asi, era una mujer tranquila, que cumplia con mi marido cuando me lo pedía y poco mas, alguna fantasia sexual y para de contar. Ahora la cosa era diferente, había probado la fruta prohibida y me volvía loca, solo de pensar en Paco y sus muchachos ya me ponía cachonda.
Recordé lo que me había dicho
Si necesitas un electricista ves a ver a Julio, es el mejor del barrio, el rey de la corriente, te "electrificará", je je.
y no me lo pensé dos veces, hacía tiempo que el cuarto de baño necesitaba luces nuevas, quería unos focos de esos halógenos y ahora iba a conseguirlos.
Por lo que pudiera pasar, me preparé a conciencia, él me electrificaría pero yo lo iba a dejar pasmado. Llené la bañera de agua calentita y eché sales de baño en abundancia, me sumergí en la espuma, estaba tan a gusto que casi no me apetecía salir, pero me la obligación es antes que la devoción.
Unté mi cuerpo con leche hidratante, sobre todo mis tetas, las nalgas y el vientre, para que estuviera bien suave. Unas gotitas de perfume... y a vestirnos... Escogí un conjunto de tanga y sostenes color granate, con encaje gris oscuro... El tanga era la mínima expresión, el vello sobresalía un poquito y me dije esto hay que arreglarlo, ahora no tengo tiempo pero para el próximo "arreglo" me depilo...Desde luego me estaba volviendo una golfa, todavía no me habían arreglado la luz y ya estaba pensando en la albañileria... El sosten era del tipo wonerbra, me juntaba las tetas y me las levantaba, ya no eran pequeñas, o sea que asi, estaba rompedora...
Encima me puse un top blanco, corto que dejaba el ombligo al descubierto y una falda de lycra, azul electríco, zapatos de tacón alto y a la calle...
En el ascensor me encontre con el vecino de arriba, solterón empedernido de unos 35 años, los ojos se le salían de las órbitas y la mano en el bolsillo del pantalón no paraba...
Buenos dias vecina, está usted guapisima... A ver si un dia de estos quedamos para cenar, asi no se aburrirá usted tan solita mientras su marido está por esos mundos de dios...
Me parece muy bien don Arturo, ¿qué le parece mañana?
Y ¿por qué no hoy mismo, Maria?
Huy, hoy no se si podrá ser, mire si llego pronto a casa le llamo y quedamos ¿ de acuerdo?
De acuerdo, sus deseos son órdenes para mi.
Que galante, pensaba yo, despues de los operarios algo toscos y bruscos no me iría mal un "caballero andante" como este, ya tenía el Arturo, solo me faltaba la mesa redonda para pasarlo en grande.
Fui paseando hasta "La Chispa Alegre" y tuve que oirme de todo por el camino, la verdad es que los tacones altos me obligaban a cimbrear el culo de una manera pecaminosa... Menudo meneo, según decian por la calle.
Entre en la "Chispa", acababan de abrir y el cierre estaba medio bajado todavia.
El Sr. Julio, por favor.
Yo mismo, señora, usted dirá.
Caray, con el Sr. Julio, no tendría mas de 30, rubio, altisimo y fuertisimo.
Me envia el Sr. Paco el fontanero, me estuvo haciendo unos arreglos anteayer y me aconsejó que para las cuestiones eléctricas nadie mejor que usted.
Si, señora, ya me comentó Paco que probablemente vendría usted por aquí, pero no la esperaba tan pronto, creía que el "arreglo" duraría un poquito mas, pero me alegro muchisimo de conocerla.
El cabrito de Paco seguro que se lo había contado todo y este ya se estaba relamiendo solo de pensar lo que se avecinaba. Me entraron ganas de irme, pero esperé un momento a que se pasaran, estaba demasiado bueno para desperdiciarlo por un orgullo estúpido.
Y bien, Maria, ¿te llamas Maria, verdad? ¿que deseas?
Si me llamo Maria. Ya está ya me habia apeado el tratamiento y eso quería decir que se aproximaba el folleteo... El otro día aprendí que cuando empiezan a tutearte, comienza el magreo. Quería poner unos halógenos en el cuarto de baño y venía a ver las muestras para escoger.
Muy bien Maria, tendremos que pasar a la trastienda, ahí tengo los muestrarios, y el despacho, estaremos mas cómodos. Deja que baje el cierrre, porque hoy no puede venir la dependienta y asi no nos molestaran.
Al oir eso no puede evitar un ligero desasosiego, me estaba lanzando demasiado, yo aquí sola con este hombretón, al que no conocía de nada, encerrados, podría hacer de mi lo que quisiera y no enteraría nadie, pero si me lo había recomendado Paco no podía ser mala persona.
Anda Maria, vamos hacia dentro. Y cogiéndome por la cintura, acompañó sus palabras con la acción, empujándome hacia la trastienda.
¿Este es el despacho? Menudo despacho, una mesa pequeñisima y un sofá inmenso, que despues se convertiría en una cama de impresión.
Si, tengo que pasar muchas horas aquí y me gusta estar comodo, siéntate, mientras pongo música. ¿quieres tomar algo?
Hombre a las diez de la mañana, no se que tomar.
Una copita de champan siempre viene bien. Dicho y hecho, de una nevera de camping sacó una botella fresquisima y escanció un par de copas. Estaba preparado el cabrito, no debía ser la primera que pasaba por aquí, pero yo no soy celosa.
A todo esto, sentada en el borde del sofá mi faldita se me había subido hasta casi enseñar mi tanga y yo no hacía nada por evitarlo.
¿Quieres escoger los focos? Te aconsejo estos, son los mas caros, son alemanes, pero te daran un resultado magnífico. Bien solucionado un problema, ahora un sorbito. a tu salud, preciosa...
A la tuya... Nuestras caras estaban cada vez mas cerca y nuestros labios a poco mas de un par de centímetros, y entonces sacó la lengua, pasándola por mis labios. Yo entreabrí la boca y entrecerré los ojos, nuestras lenguas se enzarzaron en una lucha sensual, mientras sus manos empezaban a acariciarme los muslos.
En un momento, me despojó del top y de la falda. Los sostenes no duraron mucho. Yo no me quedé atrás, le quité la camiseta y el pantalón en un abrir y cerrar de ojos.
Dejate el tanga y los zapatos, me gustan mucho las mujeres asi... Eres un buena zorrita, tengo una sorpresa para ti, golfa. El sofá ya era cama, me tendió boca arriba y empezó a chuparme los pezones, que enseguida se pusieron tiesos y duros. Yo empezaba a perder el oremus. Entonces se levantó cierra los ojos... Yo entrabía un ojo y pude ver como recogía del suelo una batería de coche, con unos de esos cables con pinzas para arrancar coches. Puso todo sobre la cama y cogío la copa de champan, rociándome los pechos. A continuación me puso una pinza en cada pezón.
¿Te gusta eh, putita? ¿Notas la corriente en tus tetas?
Siii, siii. La verdad es que era una sensación extrañisima y Julio no perdía el tiempo, me roció el pubis con champan y empezó a beber, despues agitó la botella y me la metió en la vagina, menudo lavado de bajos a presión!!! Amorrándose al pilón se bebió lo que pudo. Las pinzas cada vez me apretaban mas, el dolor y el placer se mezclaban.
Ahora te vas a tragar todo mi polla, cariño....
Si, dámela toda,,, Empecé a darle lenguetazos a todo lo largo, cada vez estaba mas imponente...
Despues te daremos por culo, ya se que te gusta muchisimo..
Ese Paco se lo ha dicho todo, en fin, mejor asi ya sabe que todo es asequible...
Lo que tu quieras, mi amo, estoy a tu disposición.
Venga ponte a cuatro patas, perra,, ¿estas en celo?, tu siempre lo estás, ¿verdad?
Me coloqué de rodillas con la cabeza sobre la cama esperando la acometida, no se hizo esperar, me hundió la verga en la vagina de golpe y empezó a bomber como un salvaje. Como me haga esto en el culo me desgracia, pensé para mis adentros. Pero no era momento de pensar, y acompasé mis culeos a los suyos. Sus huevos chocaban contra mis muslos. Me cogía las tetas, pellizcándome los pezones...
Eso es aprieta, pellizcame..Muérdeme. En eso noté su dedo en mi culo, empujando, solo hacía dos dias que era virgen por el segundo canal y ahora ya ves...
Despacio por favor,,no me hagas daño.
Tranquila, te va a encantar.
Dos dedos, entrando y saliendo, me sacó la polla de la almeja y me la colocó en el culo, empezó a empujar y de una sola enculada me la metió hasta el fondo.
Ahhhh, me vas a destrozar. Estaba empalada, creia que me iba a llegar a la garganta. Empezó a moverse muy despacito, en círculos, para acabar empujando a lo bestia, me metía dos dedos en el chochito, y me acariciaba el clítoris.
Me voy a correr. Pero como si no fuera con él, seguía dándole como si se acabara el mundo. Yo ya llevaba mas de cuatro orgasmos y no paraba. Me la saco de golpe y se desplomó sobre mi haciéndome estirar boca abajo en la cama y me regó el culo y la espalda con su leche.
Venga, puta, limpiamela, chupala toda. Me volví, y me la metí en la boca, dejandola reluciente.
Joder tia, eres una máquina de follar, por lo de hoy te pongo los focos y lo que tu quieras. Y ya hablaré con mis compañeros por si necesitas algún trabajito mas..
Pero, a ver si eres mas discreto que Paco, tengo miedo de que se entere mi marido.
Tu tranquila, todos somos muy discretos. Y te vamos a dar unos servicios completos.
Como pude recompuse mi figura y regresé a casa. Por el camino iba pensando en Arturo y su invitación a cenar. A este paso iba a acabar escocida en la entrepierna, pero no iba a hacerle un feo ¿no?.
Mientras volvía a casa, bastante irritada mi entrepierna y el culo despues de mie encuentro con Julio, mi electricista, no paraba de pensar en Arturo, realmente me estaba convirtiendo en una ninfomana, continuamente pensaba en el sexo y, afortunadamente, no solo pensaba.
Cuando llegué la hogar lo primero que hice fue llamar a Arturo, quería saber a que atenerme, sin tenía el rollo asegurado o debía salir a buscarlo.
Don Arturo, hola, buenos dias, soy Maria, mire he podido arreglar mis compromisos y si le parece a usted bien podriamos quedar para cenar esta noche.
Hola Sra. Maria, muy buenos dias, me parece perfecto ¿en su casa o en la mia, o prefiere salir a algun restaurante?
Mejor en su casa, si no le molesta, acabo de hacer obras en casa y no está en óptimas condiciones para recibir visitas. Y desde luego a un restaurante ni pensarlo, no fuera a ser que nos viera alguien y le fuera con la historia a mi marido, ademas si se está en casa ya tiene una la cama cerca.
Como usted diga. ¿Tiene alguna preferencia para la comida?
No, don Arturo, cualquier cosa me va bien, me gusta todo, y me lo como todo.
De acuerdo ¿ qué le parece a las 9 de la noche?
Muy bien, hasta luego entonces.
La suerte estaba echada, ahora a escoger el atuendo, había que dejarlo fuera de combate a la primera mirada. Primero pensé en una camiseta muy ajustada, que marcara bien mis tetas, y un pantalón elástico, de esos que enseñan mas que tapan. Tenía unos de color gris perla que tenía que usar sin bragas para que no se notaran en mis nalgas. Los labios de mi almejita eran tan evidentes como si fuera desnuda. Pero despues pensé: demasiado difícil quitarmelos, ademas Arturo era un caballero y habia que ir elegante. Al final me decidí por un conjunto de tanga y sujetador color verde oscuro. La braguita era la mínima expresión, solo un triángulo sobre mi pubis y unas pequeñas cintas entre mis nalgas. El sujetador era, asimismo, minúsculo, sin tirantes. Sobre tal cantidad de ropa elegí un vestido de noche largo de lamé gris, de tirantes. La abertura de la espalda me llegaba prácticamente al culo por lo que por fin me decidí por no usar sostenes. Mis pezones eran bien evidentes bajo la fina tela de mi vestido. Unos zapatos de tacón alto completaban el "equipo". Pinte mis labios y mis ojos, ya estaba lista para la guerra.
A las 9 en punto salí de casa. Arturo ocupaba el piso de encima nuestro, el ático, solo tenía que subir ocho peldaños y ya estaba allí. Llamé a la puerta y en dos milisegundos apareció Arturo, enfundado en un esmoquin de americana blanca, parecía James Bond, estaba para comerselo, y a eso iba ¿no?
Hola Maria, bienvenida. Dicho esto, tomó mi mano y agachandose me la besó con dulzura.
Buenas noches Arturo. Le abracé, besándole las mejillas, al pasar junto a sus labios a punto estuve de darle mi lengua, pero me contuve. Espera, me dije, si no se va a pensar que soy una putona.
Pasa, por favor. Ya estabamos como siempre, hablándome de tu, ahora seguro que las cosas se precipitaban. Me rodeó la cintura con su brazo, cerrando la puerta tras nosotros. Anda, siéntate. Entramos en el salón, era muy acogedor, un gran sofá frente a la terraza. Era un piso muy alto por lo que los vecinos no podían vernos, pensé en ese momento que nunca lo había hecho en una terraza como esta, ya veriamos lo que tenía pensado Arturo para mi.
¿Quieres tomar algo, Maria?
Lo que tu tomes.
Estoy tomando una copa de champan, ¿te apetece?
Si, mucho. Anda, por qué no me enseñas el piso, soy muy chafardera.
De acuerdo, aquí tienes la copa. Bien este es el salón-comedor, la cocina está ahí, es igual que la tuya, la misma distribución. Ven, éste es mi dormitorio, dijo mientras me tomaba de la mano y abría la puerta. Esto no era un dormitorio, era un picadero. Muy poca luz, una cama enorme, de al menos 2 metros de ancho y espejos en todas las paredes y en el techo. Música y, como sabría despues, paredes y suelo insonorizados.
¿Qué te parece, Maria?
Muy bonito, menuda cama tienes no.
Es para moverme mejor, como diría el lobo, je je...
Mientras mirábamos la habitación se lo montó para acercarse a mi todo lo que podír, eso era empujar contra mi culo con su paquete, que parecía de considerables proporciones... Yo, por mi parte, acepté el envite, sonriendo y agachándome a recoger un pañuelito, que previamente había tirado, mientras retregaba mis nalgas contra él. Cuando me levanté fue como si le hubieran encendido la mecha, me arrambó por detrás, mientras sus manos apretaban mis tetas y empezaba a morderme en el cuello y los hombros.
Arturo, Arturo, ¿pero no ibamos a cenar?
Primero te voy a comer y a joderte y despues comemos, si todavia tienes ganas.
Me volvió hacia él y empezó a besarme, mientras notaba sus manos bajándome la cremallera del vestido. En un momento me dejo en bragas ante él. Me apartó para mirarme mientras se relamía, sonriendo.
Estás buenisima, el cornudo de tu marido debe estar ciego para dejarte sola aquí, pero a partir de hoy ya no estarás nunca mas sola.
Me empujó sobre la cama, mordiéndome los pezones, que se pusieron inmediatamente como dos pitones. Empezó a desnudarse, al fin podría cogersela y hacerle un buen trabajito de los que me gustan a mi.
Estaba completamente desnudo y su verga era impresionante. Se lanzó sobre mi, arrancándome las braguitas.
Ven aquí, déjame que te la chupe.
Se puso sobre mi cara, sus rodillas junto a mi cabeza y empezamos un 69 de órdago. Su polla me llenaba la boca hasta el fondo y su lengua se hundía en mi coño y chupaba mi clitoris a conciencia. Me corrí un par de veces, antes de que empezara el ritual. Saco unas medias de la mesita de noche y comenzó a anudarme las muñecas y los tobillos a la cama, yo me dejaba hacer, nunca me habian atado y la cosa se estaba poniendo interesante.
En unos minutos me dejo como una X sobre la cama, los brazos y las piernas bien separados, mi chocho abierto y chorreando, estaba pidiendo a gritos que me penetrara.
Métemela, por favor, fóllame. Le susurraba.
Tranquila, Maria, puedes gritar todo lo que quieras que no te va a oir nadie.
En un momento apareció en escena un pequeño látigo y con él empezo a golpearme los muslos y muy suave las tetas. Yo estaba que me salia, no podía mas, necesitaba una polla como la de Arturo.
Metemela, cabrón, fóllame ya. Le grité con todas mis fuerzas.Parece ser que estaba esperando que se lo pidiera, porque de un empujón me la metió hasta el fondo y empezó un mete y saca desaforado, mientras me morreaba sin parar, sus manos apretaban mis tetas. Empecé a pensar que nunca perdería los cardenales.
Empezó a culear como un poseso, comprimía mi cuerpo bajo su empuje, notaba su polla hasta el fondo de mi vagina, me estaba volviendo loca.
Arturo metemela por detrás, dame por culo. Este no iba a ser menos, ya los habian visitado tantos amantes que mi culo estaba algo celosillo.
En un momento me encontré liberada de mis ataduras, arrodillada y con su polla en mi culo, desde detrás me cogía ambas tetas y empujaba con toda su alma.
Ahhh, Maria, me corro,,,,y me dio un baño de leche sobre mis nalgas. Era un surtidor impresionante, me chorreaba entre las piernas y por las nalgas, yo no paraba de acariciarme el clitoris y le acompañé en la corrida.
Caimos exhaustos sobre la cama.
Maria, este cuerpo tuyo, nos puede dar muchas alegrias. ¿ qué te parece si montamos un pequeño negocio? Con lo que te gusta la jodienda, te podrías dedicar a ello profesionalmente, yo te podría proporcionar un clientela selecta, solo tengo que contarle a mis amigos lo buena que estás y lo bien que follas, y harán cola en tu puerta.
La verdad, es que estaba actuando como una auténtica puta, menos con Arturo, que era puro vicio, con los demás había sacado algo, además de un magnifico polvo.
No es mala idea, pero no se si serviría para este trabajo.
Seguro que si sirves, solo hay que ver lo bien que te mueves en la cama, todos tus agujeros son accesibles y, lo mas importante, te gusta mucho follar.
De acuerdo, seremos socios, tu me lo organizas y yo te cedo una parte de mis ganancias y una parte, la que mas te guste y cuándo gustes, de mi cuerpo.
Asi me gusta, Maria, vas a ser la furcia mas conocida del barrio y la mas cara. Y ahora vamos a arreglar este pubis. Y se dedicó a rasurarmelo, dejándome solo un mechón de vello sobre el monte de Venus. Me lo dejó precioso y asi mi chochito era aun mas accesible.
Esa noche, todavia follamos dos veces mas, no me dejo ni un agujero libre. Nos dormimos a las cinco de la madrugada y al dia siguiente, empezó nuestro negocio
Eran las ocho de la mañana, mi marido acababa de marcharse a trabajar, como siempre, estaría toda la semana fuera, y yo, tambien como de costumbre, sola en casa. Sono el timbre, pensé que sería él que había olvidado algo, y abrí sin mirar por la mirilla. Ante mi aparecieron un hombreton de unos cincuenta años y dos jovenes de entre quince y veinte.
- Somos los fontaneros de "Tubería feliz", venimos a arreglarle el calentador. ¿Es usted la Sra. Maria, verdad?
Mientras hablaba, el que a todas luces era el jefe, no paraba de mirarme. La verdad es que no era para menos, la única prenda que me cubría, discretamente, era una camiseta de futbol americano, de mi marido, que me servía de camisa de dormir. Mis pechos eran bien evidentes, sin sujetador alguno que los contuviera. Mis muslos quedaban totalmente al descubierto. A poco que me moviera se me verían las braguitas sin ningún problema. Y yo, con mis 25 años, aunque me esté feo decirlo, estaba para mojar pan.
- Si, si de acuerdo, pasen ustedes. Siganme, por favor. - - La seguimos donde usted diga, señora. Mientras ibamos hacia la galeria, sentía sus ojos clavados en mis nalgas, y, todo sea dicho, no me molestaba en absoluto.
Llegamos a la puerta de la galeria, entre la lavadora y el marmol de la cocina quedaba un paso estrecho que el Sr. Paco, que asi se llamaba el jefe, aprovechó inmediatamente para darme un buen achuchón.
- Huy, perdone Sra. , decia mientra me refregaba su paquete por mis posaderas, y vaya paquete, que tenía el tio!!... Si le parece bien nosotros vamos trabajando...que debe usted tener ganas de que funcione bien ¿no?
Les deje con su trabajo, mientras me dediqué a mis ocupaciones habituales. Estaba haciendo la cama en mi dormitorio, agachada, de espaldas a la puerta, con el culito en pompa, cuando noté una presencia extraña, me volví rápidamente, y ahí estaba uno de los aprendices, mirándome embobado el culo, sin ningún recato. Estaba colorado a mas no poder, yo me hice la timida, estirando un poquito la camiseta, sin demasiado convencimiento.
- Si, dime ¿ necesitas algo? - - Dice el Sr. Paco, que ya está arreglado, que si usted quiere se puede duchar para probarlo.
En eso aparecieron los otros dos - - Señora, si usted quiere puede aprovechar para estrenar el calentador nuevo. - - Muchas gracias, ahora cuando ustedes se hayan ido, me ducharé. - - No mujer, si le parece a usted bien, mejor que lo pruebe ahora, asi si no funciona podemos acabar de arreglarlo. Nosotros aprovecharemos para ir a desayunar. - - Bien, de acuerdo, voy a ducharme.
Los tres hicieron el ademan de irse, pero solo el ademan, llegaron a la puerta la abrieron y la cerraron, pero los muy cabritos se quedaron dentro, en la habitación al lado de la puerta.
Yo como una tonta voy y me meto en la bañera, estaba disfrutando como una colegiala con un chupa-chups, el agua calentita resbalando por mi cuerpo y la verdad es que los tres fontaneros estaban empezando a ponerme cachonda, con el regimen al que me tenía obligada mi marido, no era difícil.
En eso se abre la puerta del baño y aparecen los tres fontaneros con sus "tuberias" en la mano, yo al principio me asusté y estuve a punto de gritar, pero me contuve, afortunadamente.
- Desde luego, estás buenisima, mucho mejor que con la camiseta. Anda hazle sitio al aprendiz, que tiene que "aprender" de todo en esta vida.
Ya me había apeado el tratamiento, ni usted ni nada.Y, dicho y hecho, ya tenía al aprendiz dentro de la bañera sobándome como un poseso. Desde luego el muchacho tenia una buena "cañeria", unos veinte centimetros de carne joven a punto de estallar. Me arrinconó contra la pared, mientras me mordisqueaba los pezones y me metía mano en mi almejita, que se estaba poniendo a tono. El otro, tampoco era manco y hacía lo que podía. Y el Sr. Paco dirigiendo la operación sentado en el bidet como si fuera su trono.
- Venga Antonio, muérdele los pezones. Luis métele los dedos en el coño, no veis como la estais poniendo, la muy zorra está que se derrite.
Y la verdad es que el tal Paco tenía razón, me estaban poniendo a cien, mi chocho estaba chorreando y pidiendo verga...
- Dejame que te la coma un poquito. Y, ni corta ni perezosa, le agarro la polla y empiezo a lamersela desde la base hasta la punta. - - Hum, está riquisima... ¿te gusta, cariño? - - Muchisimoooo... Estaba tan salido que en dos chupadas mas se fue en mi boca, llenandomela hasta rebosar. No deje ni una gota.
El otro aprendiz, Luis, ya iba a entrar en la bañera, cuando Paco le dijo:
- Espera, vamos a secarla bien sequita, y a la cama con ella. Te vamos a hacer una mujer, zorrita!!
Empezaron a secarme entre los dos y no paraban de acariciarme, la nuca, los hombros, el culo, el pubis, los muslos. Mientras iban besandome todo el cuerpo y dándome la lengua, alternativamente. Yo no se para que me secaban, si despues me dejaban chorreando de saliva.
- Venga putita, ya está, al catre!!
Yo iba delante, de ellos, totalmente desnuda, y los muy golfos iban pellizcándome el culo y las tetas, los cardenales me duraron una semana. Nada mas entrar en el dormitorio, me enpujaron sobre la cama y empezaron a meterme mano.
- Anda, chupamela, me decía Paco, poniendome su verga en los labios. Menuda tranca, era mas grande que las otras dos... Realmente, me asustaba, pensar que tenía que metermela, pero lo estaba deseando. Mientras tanto Luis no paraba de sobarme el chocho. Me separaba los labios y me acariciaba el clitoris. Parecía mas experto que Antonio.
- Por favor, métemela ya. Yo nunca había dicho una cosa asi. Habia que verme abierta de piernas, yo misma separando los labios de mi almejita y esperando la acometida de Luis, y la boca ocupada hasta el fondo con la polla de Paco.
A todo esto, Antonio se habia recalentado de nuevo y se incorporaba a la fiesta. Luis me la estaba metiendo hasta el fondo, sus huevos chocaban con mi entrepierna, y no paraba de embestir. Paco le había cedido su puesto a Antonio, que me sujetaba la cabeza y me follaba la boca. Yel "jefe" pronuncio las palabras fatídicas
- Te vamos a dar por culo. Dí un respingo. Nunca le había dejado a mi marido y ahora estos golfos me iban a desvirgar el trasero, bueno ,este golfo, porque esto era jurisdicción de Paco.
- No por favor, me vas a destrozar.
- Tranquila, no eres la primera ni serás la última, ni yo seré el último en entrar ahí, seguro que le vas a coger gusto. Cuando lo probais os enloquece.
Ahora, Antonio se tendió en la cama, boca arriba con su mastil al aire. Venga, putita, móntalo, me ordenó Paco. Y no me hice esperar. A horcajadas me coloqué sobre él, metiendomela hasta el fondo. Quedé a cuatro patas con el coño bien lleno con la polla de Antonio. Luis me la metió en la boca. Y por detrás podía notar las manos de Paco preparándome el ojete. Un buen salivazo y empezó a meterme un dedo, dos y tres, Muy despacito, fue muy bueno conmigo, mi esfinter se relajaba y al cabo de un momento noté como su capullo empezaba a empujar...
- Ahhh... Cuidado, que me destrozas.. Los otros dos se pararon para ver el espectáculo de su maestro desvirgando un culito.
Ya estaba la mitad dentro y entonces de un buen empujón me la metió toda. Me dejó sin aliento. Creía que me destrozaba. Y entonces empezó a moverse despacito. Culeando, y girando las caderas, Antonio empezó a coger el ritmo. Sus pollas se debían rozar dentro de mí, estaban enloquecidos. En pocos minutos estaban follándome como si se acabara el mundo y yo no paraba de jadear y de chupar...
El primero en correrse fue Luis, que me lleno la boca, me rezumaba por las comisuras de la boca y no pude tragarmelo todo aunque lo intente.
Antonio me regó el coñito a conciencia y Paco la sacó de golpe y me bañó el culo con su esperma.
Caimos planos sobre la cama.
- Bueno, golfita, ¿ lo has pasado bien, eh ? Ya sabes cuando tengas algo que arreglar nos llamas. Por el precio de hoy, te podemos ir arreglando la casa poquito a poquito. - - Ahora que lo dices, necesitaré un electricista.
Habian pasado dos dias desde la feliz visita de mis fontaneros, que me habian "arreglado" a fondo, y ya empezaba a notar un desasosiego y una picazón en la entrepierna. Yo antes de este encuentro no era asi, era una mujer tranquila, que cumplia con mi marido cuando me lo pedía y poco mas, alguna fantasia sexual y para de contar. Ahora la cosa era diferente, había probado la fruta prohibida y me volvía loca, solo de pensar en Paco y sus muchachos ya me ponía cachonda.
Recordé lo que me había dicho
Si necesitas un electricista ves a ver a Julio, es el mejor del barrio, el rey de la corriente, te "electrificará", je je.
y no me lo pensé dos veces, hacía tiempo que el cuarto de baño necesitaba luces nuevas, quería unos focos de esos halógenos y ahora iba a conseguirlos.
Por lo que pudiera pasar, me preparé a conciencia, él me electrificaría pero yo lo iba a dejar pasmado. Llené la bañera de agua calentita y eché sales de baño en abundancia, me sumergí en la espuma, estaba tan a gusto que casi no me apetecía salir, pero me la obligación es antes que la devoción.
Unté mi cuerpo con leche hidratante, sobre todo mis tetas, las nalgas y el vientre, para que estuviera bien suave. Unas gotitas de perfume... y a vestirnos... Escogí un conjunto de tanga y sostenes color granate, con encaje gris oscuro... El tanga era la mínima expresión, el vello sobresalía un poquito y me dije esto hay que arreglarlo, ahora no tengo tiempo pero para el próximo "arreglo" me depilo...Desde luego me estaba volviendo una golfa, todavía no me habían arreglado la luz y ya estaba pensando en la albañileria... El sosten era del tipo wonerbra, me juntaba las tetas y me las levantaba, ya no eran pequeñas, o sea que asi, estaba rompedora...
Encima me puse un top blanco, corto que dejaba el ombligo al descubierto y una falda de lycra, azul electríco, zapatos de tacón alto y a la calle...
En el ascensor me encontre con el vecino de arriba, solterón empedernido de unos 35 años, los ojos se le salían de las órbitas y la mano en el bolsillo del pantalón no paraba...
Buenos dias vecina, está usted guapisima... A ver si un dia de estos quedamos para cenar, asi no se aburrirá usted tan solita mientras su marido está por esos mundos de dios...
Me parece muy bien don Arturo, ¿qué le parece mañana?
Y ¿por qué no hoy mismo, Maria?
Huy, hoy no se si podrá ser, mire si llego pronto a casa le llamo y quedamos ¿ de acuerdo?
De acuerdo, sus deseos son órdenes para mi.
Que galante, pensaba yo, despues de los operarios algo toscos y bruscos no me iría mal un "caballero andante" como este, ya tenía el Arturo, solo me faltaba la mesa redonda para pasarlo en grande.
Fui paseando hasta "La Chispa Alegre" y tuve que oirme de todo por el camino, la verdad es que los tacones altos me obligaban a cimbrear el culo de una manera pecaminosa... Menudo meneo, según decian por la calle.
Entre en la "Chispa", acababan de abrir y el cierre estaba medio bajado todavia.
El Sr. Julio, por favor.
Yo mismo, señora, usted dirá.
Caray, con el Sr. Julio, no tendría mas de 30, rubio, altisimo y fuertisimo.
Me envia el Sr. Paco el fontanero, me estuvo haciendo unos arreglos anteayer y me aconsejó que para las cuestiones eléctricas nadie mejor que usted.
Si, señora, ya me comentó Paco que probablemente vendría usted por aquí, pero no la esperaba tan pronto, creía que el "arreglo" duraría un poquito mas, pero me alegro muchisimo de conocerla.
El cabrito de Paco seguro que se lo había contado todo y este ya se estaba relamiendo solo de pensar lo que se avecinaba. Me entraron ganas de irme, pero esperé un momento a que se pasaran, estaba demasiado bueno para desperdiciarlo por un orgullo estúpido.
Y bien, Maria, ¿te llamas Maria, verdad? ¿que deseas?
Si me llamo Maria. Ya está ya me habia apeado el tratamiento y eso quería decir que se aproximaba el folleteo... El otro día aprendí que cuando empiezan a tutearte, comienza el magreo. Quería poner unos halógenos en el cuarto de baño y venía a ver las muestras para escoger.
Muy bien Maria, tendremos que pasar a la trastienda, ahí tengo los muestrarios, y el despacho, estaremos mas cómodos. Deja que baje el cierrre, porque hoy no puede venir la dependienta y asi no nos molestaran.
Al oir eso no puede evitar un ligero desasosiego, me estaba lanzando demasiado, yo aquí sola con este hombretón, al que no conocía de nada, encerrados, podría hacer de mi lo que quisiera y no enteraría nadie, pero si me lo había recomendado Paco no podía ser mala persona.
Anda Maria, vamos hacia dentro. Y cogiéndome por la cintura, acompañó sus palabras con la acción, empujándome hacia la trastienda.
¿Este es el despacho? Menudo despacho, una mesa pequeñisima y un sofá inmenso, que despues se convertiría en una cama de impresión.
Si, tengo que pasar muchas horas aquí y me gusta estar comodo, siéntate, mientras pongo música. ¿quieres tomar algo?
Hombre a las diez de la mañana, no se que tomar.
Una copita de champan siempre viene bien. Dicho y hecho, de una nevera de camping sacó una botella fresquisima y escanció un par de copas. Estaba preparado el cabrito, no debía ser la primera que pasaba por aquí, pero yo no soy celosa.
A todo esto, sentada en el borde del sofá mi faldita se me había subido hasta casi enseñar mi tanga y yo no hacía nada por evitarlo.
¿Quieres escoger los focos? Te aconsejo estos, son los mas caros, son alemanes, pero te daran un resultado magnífico. Bien solucionado un problema, ahora un sorbito. a tu salud, preciosa...
A la tuya... Nuestras caras estaban cada vez mas cerca y nuestros labios a poco mas de un par de centímetros, y entonces sacó la lengua, pasándola por mis labios. Yo entreabrí la boca y entrecerré los ojos, nuestras lenguas se enzarzaron en una lucha sensual, mientras sus manos empezaban a acariciarme los muslos.
En un momento, me despojó del top y de la falda. Los sostenes no duraron mucho. Yo no me quedé atrás, le quité la camiseta y el pantalón en un abrir y cerrar de ojos.
Dejate el tanga y los zapatos, me gustan mucho las mujeres asi... Eres un buena zorrita, tengo una sorpresa para ti, golfa. El sofá ya era cama, me tendió boca arriba y empezó a chuparme los pezones, que enseguida se pusieron tiesos y duros. Yo empezaba a perder el oremus. Entonces se levantó cierra los ojos... Yo entrabía un ojo y pude ver como recogía del suelo una batería de coche, con unos de esos cables con pinzas para arrancar coches. Puso todo sobre la cama y cogío la copa de champan, rociándome los pechos. A continuación me puso una pinza en cada pezón.
¿Te gusta eh, putita? ¿Notas la corriente en tus tetas?
Siii, siii. La verdad es que era una sensación extrañisima y Julio no perdía el tiempo, me roció el pubis con champan y empezó a beber, despues agitó la botella y me la metió en la vagina, menudo lavado de bajos a presión!!! Amorrándose al pilón se bebió lo que pudo. Las pinzas cada vez me apretaban mas, el dolor y el placer se mezclaban.
Ahora te vas a tragar todo mi polla, cariño....
Si, dámela toda,,, Empecé a darle lenguetazos a todo lo largo, cada vez estaba mas imponente...
Despues te daremos por culo, ya se que te gusta muchisimo..
Ese Paco se lo ha dicho todo, en fin, mejor asi ya sabe que todo es asequible...
Lo que tu quieras, mi amo, estoy a tu disposición.
Venga ponte a cuatro patas, perra,, ¿estas en celo?, tu siempre lo estás, ¿verdad?
Me coloqué de rodillas con la cabeza sobre la cama esperando la acometida, no se hizo esperar, me hundió la verga en la vagina de golpe y empezó a bomber como un salvaje. Como me haga esto en el culo me desgracia, pensé para mis adentros. Pero no era momento de pensar, y acompasé mis culeos a los suyos. Sus huevos chocaban contra mis muslos. Me cogía las tetas, pellizcándome los pezones...
Eso es aprieta, pellizcame..Muérdeme. En eso noté su dedo en mi culo, empujando, solo hacía dos dias que era virgen por el segundo canal y ahora ya ves...
Despacio por favor,,no me hagas daño.
Tranquila, te va a encantar.
Dos dedos, entrando y saliendo, me sacó la polla de la almeja y me la colocó en el culo, empezó a empujar y de una sola enculada me la metió hasta el fondo.
Ahhhh, me vas a destrozar. Estaba empalada, creia que me iba a llegar a la garganta. Empezó a moverse muy despacito, en círculos, para acabar empujando a lo bestia, me metía dos dedos en el chochito, y me acariciaba el clítoris.
Me voy a correr. Pero como si no fuera con él, seguía dándole como si se acabara el mundo. Yo ya llevaba mas de cuatro orgasmos y no paraba. Me la saco de golpe y se desplomó sobre mi haciéndome estirar boca abajo en la cama y me regó el culo y la espalda con su leche.
Venga, puta, limpiamela, chupala toda. Me volví, y me la metí en la boca, dejandola reluciente.
Joder tia, eres una máquina de follar, por lo de hoy te pongo los focos y lo que tu quieras. Y ya hablaré con mis compañeros por si necesitas algún trabajito mas..
Pero, a ver si eres mas discreto que Paco, tengo miedo de que se entere mi marido.
Tu tranquila, todos somos muy discretos. Y te vamos a dar unos servicios completos.
Como pude recompuse mi figura y regresé a casa. Por el camino iba pensando en Arturo y su invitación a cenar. A este paso iba a acabar escocida en la entrepierna, pero no iba a hacerle un feo ¿no?.
Mientras volvía a casa, bastante irritada mi entrepierna y el culo despues de mie encuentro con Julio, mi electricista, no paraba de pensar en Arturo, realmente me estaba convirtiendo en una ninfomana, continuamente pensaba en el sexo y, afortunadamente, no solo pensaba.
Cuando llegué la hogar lo primero que hice fue llamar a Arturo, quería saber a que atenerme, sin tenía el rollo asegurado o debía salir a buscarlo.
Don Arturo, hola, buenos dias, soy Maria, mire he podido arreglar mis compromisos y si le parece a usted bien podriamos quedar para cenar esta noche.
Hola Sra. Maria, muy buenos dias, me parece perfecto ¿en su casa o en la mia, o prefiere salir a algun restaurante?
Mejor en su casa, si no le molesta, acabo de hacer obras en casa y no está en óptimas condiciones para recibir visitas. Y desde luego a un restaurante ni pensarlo, no fuera a ser que nos viera alguien y le fuera con la historia a mi marido, ademas si se está en casa ya tiene una la cama cerca.
Como usted diga. ¿Tiene alguna preferencia para la comida?
No, don Arturo, cualquier cosa me va bien, me gusta todo, y me lo como todo.
De acuerdo ¿ qué le parece a las 9 de la noche?
Muy bien, hasta luego entonces.
La suerte estaba echada, ahora a escoger el atuendo, había que dejarlo fuera de combate a la primera mirada. Primero pensé en una camiseta muy ajustada, que marcara bien mis tetas, y un pantalón elástico, de esos que enseñan mas que tapan. Tenía unos de color gris perla que tenía que usar sin bragas para que no se notaran en mis nalgas. Los labios de mi almejita eran tan evidentes como si fuera desnuda. Pero despues pensé: demasiado difícil quitarmelos, ademas Arturo era un caballero y habia que ir elegante. Al final me decidí por un conjunto de tanga y sujetador color verde oscuro. La braguita era la mínima expresión, solo un triángulo sobre mi pubis y unas pequeñas cintas entre mis nalgas. El sujetador era, asimismo, minúsculo, sin tirantes. Sobre tal cantidad de ropa elegí un vestido de noche largo de lamé gris, de tirantes. La abertura de la espalda me llegaba prácticamente al culo por lo que por fin me decidí por no usar sostenes. Mis pezones eran bien evidentes bajo la fina tela de mi vestido. Unos zapatos de tacón alto completaban el "equipo". Pinte mis labios y mis ojos, ya estaba lista para la guerra.
A las 9 en punto salí de casa. Arturo ocupaba el piso de encima nuestro, el ático, solo tenía que subir ocho peldaños y ya estaba allí. Llamé a la puerta y en dos milisegundos apareció Arturo, enfundado en un esmoquin de americana blanca, parecía James Bond, estaba para comerselo, y a eso iba ¿no?
Hola Maria, bienvenida. Dicho esto, tomó mi mano y agachandose me la besó con dulzura.
Buenas noches Arturo. Le abracé, besándole las mejillas, al pasar junto a sus labios a punto estuve de darle mi lengua, pero me contuve. Espera, me dije, si no se va a pensar que soy una putona.
Pasa, por favor. Ya estabamos como siempre, hablándome de tu, ahora seguro que las cosas se precipitaban. Me rodeó la cintura con su brazo, cerrando la puerta tras nosotros. Anda, siéntate. Entramos en el salón, era muy acogedor, un gran sofá frente a la terraza. Era un piso muy alto por lo que los vecinos no podían vernos, pensé en ese momento que nunca lo había hecho en una terraza como esta, ya veriamos lo que tenía pensado Arturo para mi.
¿Quieres tomar algo, Maria?
Lo que tu tomes.
Estoy tomando una copa de champan, ¿te apetece?
Si, mucho. Anda, por qué no me enseñas el piso, soy muy chafardera.
De acuerdo, aquí tienes la copa. Bien este es el salón-comedor, la cocina está ahí, es igual que la tuya, la misma distribución. Ven, éste es mi dormitorio, dijo mientras me tomaba de la mano y abría la puerta. Esto no era un dormitorio, era un picadero. Muy poca luz, una cama enorme, de al menos 2 metros de ancho y espejos en todas las paredes y en el techo. Música y, como sabría despues, paredes y suelo insonorizados.
¿Qué te parece, Maria?
Muy bonito, menuda cama tienes no.
Es para moverme mejor, como diría el lobo, je je...
Mientras mirábamos la habitación se lo montó para acercarse a mi todo lo que podír, eso era empujar contra mi culo con su paquete, que parecía de considerables proporciones... Yo, por mi parte, acepté el envite, sonriendo y agachándome a recoger un pañuelito, que previamente había tirado, mientras retregaba mis nalgas contra él. Cuando me levanté fue como si le hubieran encendido la mecha, me arrambó por detrás, mientras sus manos apretaban mis tetas y empezaba a morderme en el cuello y los hombros.
Arturo, Arturo, ¿pero no ibamos a cenar?
Primero te voy a comer y a joderte y despues comemos, si todavia tienes ganas.
Me volvió hacia él y empezó a besarme, mientras notaba sus manos bajándome la cremallera del vestido. En un momento me dejo en bragas ante él. Me apartó para mirarme mientras se relamía, sonriendo.
Estás buenisima, el cornudo de tu marido debe estar ciego para dejarte sola aquí, pero a partir de hoy ya no estarás nunca mas sola.
Me empujó sobre la cama, mordiéndome los pezones, que se pusieron inmediatamente como dos pitones. Empezó a desnudarse, al fin podría cogersela y hacerle un buen trabajito de los que me gustan a mi.
Estaba completamente desnudo y su verga era impresionante. Se lanzó sobre mi, arrancándome las braguitas.
Ven aquí, déjame que te la chupe.
Se puso sobre mi cara, sus rodillas junto a mi cabeza y empezamos un 69 de órdago. Su polla me llenaba la boca hasta el fondo y su lengua se hundía en mi coño y chupaba mi clitoris a conciencia. Me corrí un par de veces, antes de que empezara el ritual. Saco unas medias de la mesita de noche y comenzó a anudarme las muñecas y los tobillos a la cama, yo me dejaba hacer, nunca me habian atado y la cosa se estaba poniendo interesante.
En unos minutos me dejo como una X sobre la cama, los brazos y las piernas bien separados, mi chocho abierto y chorreando, estaba pidiendo a gritos que me penetrara.
Métemela, por favor, fóllame. Le susurraba.
Tranquila, Maria, puedes gritar todo lo que quieras que no te va a oir nadie.
En un momento apareció en escena un pequeño látigo y con él empezo a golpearme los muslos y muy suave las tetas. Yo estaba que me salia, no podía mas, necesitaba una polla como la de Arturo.
Metemela, cabrón, fóllame ya. Le grité con todas mis fuerzas.Parece ser que estaba esperando que se lo pidiera, porque de un empujón me la metió hasta el fondo y empezó un mete y saca desaforado, mientras me morreaba sin parar, sus manos apretaban mis tetas. Empecé a pensar que nunca perdería los cardenales.
Empezó a culear como un poseso, comprimía mi cuerpo bajo su empuje, notaba su polla hasta el fondo de mi vagina, me estaba volviendo loca.
Arturo metemela por detrás, dame por culo. Este no iba a ser menos, ya los habian visitado tantos amantes que mi culo estaba algo celosillo.
En un momento me encontré liberada de mis ataduras, arrodillada y con su polla en mi culo, desde detrás me cogía ambas tetas y empujaba con toda su alma.
Ahhh, Maria, me corro,,,,y me dio un baño de leche sobre mis nalgas. Era un surtidor impresionante, me chorreaba entre las piernas y por las nalgas, yo no paraba de acariciarme el clitoris y le acompañé en la corrida.
Caimos exhaustos sobre la cama.
Maria, este cuerpo tuyo, nos puede dar muchas alegrias. ¿ qué te parece si montamos un pequeño negocio? Con lo que te gusta la jodienda, te podrías dedicar a ello profesionalmente, yo te podría proporcionar un clientela selecta, solo tengo que contarle a mis amigos lo buena que estás y lo bien que follas, y harán cola en tu puerta.
La verdad, es que estaba actuando como una auténtica puta, menos con Arturo, que era puro vicio, con los demás había sacado algo, además de un magnifico polvo.
No es mala idea, pero no se si serviría para este trabajo.
Seguro que si sirves, solo hay que ver lo bien que te mueves en la cama, todos tus agujeros son accesibles y, lo mas importante, te gusta mucho follar.
De acuerdo, seremos socios, tu me lo organizas y yo te cedo una parte de mis ganancias y una parte, la que mas te guste y cuándo gustes, de mi cuerpo.
Asi me gusta, Maria, vas a ser la furcia mas conocida del barrio y la mas cara. Y ahora vamos a arreglar este pubis. Y se dedicó a rasurarmelo, dejándome solo un mechón de vello sobre el monte de Venus. Me lo dejó precioso y asi mi chochito era aun mas accesible.
Esa noche, todavia follamos dos veces mas, no me dejo ni un agujero libre. Nos dormimos a las cinco de la madrugada y al dia siguiente, empezó nuestro negocio
-Continuará