Esta historia es completamente real y aunque ya han pasado cuatro años desde que me ocurrió, espero relatar las cosas tal y como sucedieron.
Todo pasó en un pueblecito de Palencia en verano, yo estaba de vacaciones y me fui a pasar unos dÃ*as a casa de mis tÃ*os, ya que mi primo tiene mi edad y me lo pasaba muy bien siempre que iba para allÃ*. Yo tenia 18 años, el pelo corto castaño, ojos marrones, 75 kg, estaba algo gordito, y media 1.65, pero estaba muy moreno; además mi pene aun era joven y contaba con 15 cm en erección.
Mi tÃ*a, es una mujer de 44 años, de mi misma estatura, morena, muy morena, con una 95 de pecho y unos pezones q me vuelven loco, es delgadita, aunque ya tiene un poco de barriguita y unas arrugas debido a su edad, aunque eso me pone aun mas...
Pues cuando todo paso fue un dÃ*a que estábamos los dos solos en casa, mi tÃ*o estaba trabajando, y mi primo se habÃ*a ido a entrenar al fútbol y a mi no me apetecÃ*a salir por la tarde. AsÃ* que después de comer me eche en la cama para tomarme una siesta y descansar, cuando desperté, pasarÃ*a solo algo mas de media hora, estaba con mi polla empalmada y me puse a hacerme una paja. Estube un rato, haciéndomela, y ya estaba a punto de correrme cuando mi tÃ*a abrió la puerta y me pillo con los pantalones bajados y mi polla en la mano.
Nos quedamos unos segundos paralizados, pero entonces yo cogÃ* los pantalones rápido y me los subÃ* como pude.
Ella me empezó a hablar:
Tranquilo, no pasa nada, eso que haces es normal. Todos los chicos de tu edad lo hacen.
Yo estaba muy cortado y además seguro que estaba rojo como un tomate y tenia la cabeza agachada.
Y si lo que te preocupa es que se lo diga a alguien, no te preocupes, que no se lo voy a contar a nadie ¿vale?
Yo asentÃ* con la cabeza y se me pasó un poco la vergüenza, pero ya se me habÃ*a pasado la erección.
Entonces mi tÃ*a me dijo que siguiera si querÃ*a, que a ella no le iba a importar.
Es que ahora ya no me apetece.
¿Por qué no te apetece cielo?
Entonces yo me tumbe para que viera que no estaba empalmado.
¡Ah! Es por eso, no te preocupes.
Entonces se quito la camiseta y me dejo sus tetas a la vista, me encantaron mucho y aun me gustan.
¿Nunca habÃ*as visto unas?
Yo le negué con la cabeza y entonces me dijo que podÃ*a seguir pajeándome. Yo aun estaba un poco cortado, y ella lo notó, asÃ* que me tumbo en la cama y metió su mano por debajo del pantalón, en un segundo mi polla se puso dura de nuevo.
Parece que le gusta que tu tÃ*a te la toque...
Si, me gusta mucho, me gusta..
Empezó a acariciarme la polla por todo el tronco y a masajearme los huevos, estubo asÃ* cinco minutos, luego me empezó a sobar el capullo con dos dedos q previamente se habÃ*a mojado y empezó a pajearme muy despacio pero apretando con la fuerza justa.
¿Te gusta cielo?
Si tÃ*a, me encanta..
Estubo asÃ* un rato, pero yo aguantaba todo lo que podÃ*a, no querÃ*a correrme, intenté que durara todo el máximo posible.
-Vaya, vaya, parece que no quieres acabar en mi mano ¿eh pillÃ*n?
Yo no sabia que era lo que querÃ*a decir con eso. Pero entonces ella me guiño un ojo y sonrió y acto seguido bajo su cabeza asta mi polla y me la empezó a mamar. Se puso de rodillas y yo sentado en la cama. Paso primero toda su lengua por mi polla y mientras lo hacÃ*a también , me escupÃ*a para lubricarla, estubo asÃ* un rato, luego me empezó a dar una mamada durante diez minutos. Cuando ya noto que me iba a correr, se sentó a mi lado y me la cogió con la mano mojada de su saliva y me la empezó a menear. Cuando me corrÃ*, lance mi leche contra la puerta de la habitación, mi tÃ*a sonrió y lo limpio con su camiseta.
Descansa cielo, que estos dÃ*as habrá muchos como este.
Me guiño un ojo y se fue a duchar, yo aun no me lo creÃ*a, mi tÃ*a me habÃ*a pillado masturbándome y acabó chupándomela.
Los siguientes dÃ*as fueron con mamadas y pajas constantes cada vez que nos quedamos solos, hasta el último dÃ*a, el cual decidió darme un regalito y me folló.
Pero eso ya lo contaré otro dÃ*a
Espero que les haya gustado.
Todo pasó en un pueblecito de Palencia en verano, yo estaba de vacaciones y me fui a pasar unos dÃ*as a casa de mis tÃ*os, ya que mi primo tiene mi edad y me lo pasaba muy bien siempre que iba para allÃ*. Yo tenia 18 años, el pelo corto castaño, ojos marrones, 75 kg, estaba algo gordito, y media 1.65, pero estaba muy moreno; además mi pene aun era joven y contaba con 15 cm en erección.
Mi tÃ*a, es una mujer de 44 años, de mi misma estatura, morena, muy morena, con una 95 de pecho y unos pezones q me vuelven loco, es delgadita, aunque ya tiene un poco de barriguita y unas arrugas debido a su edad, aunque eso me pone aun mas...
Pues cuando todo paso fue un dÃ*a que estábamos los dos solos en casa, mi tÃ*o estaba trabajando, y mi primo se habÃ*a ido a entrenar al fútbol y a mi no me apetecÃ*a salir por la tarde. AsÃ* que después de comer me eche en la cama para tomarme una siesta y descansar, cuando desperté, pasarÃ*a solo algo mas de media hora, estaba con mi polla empalmada y me puse a hacerme una paja. Estube un rato, haciéndomela, y ya estaba a punto de correrme cuando mi tÃ*a abrió la puerta y me pillo con los pantalones bajados y mi polla en la mano.
Nos quedamos unos segundos paralizados, pero entonces yo cogÃ* los pantalones rápido y me los subÃ* como pude.
Ella me empezó a hablar:
Tranquilo, no pasa nada, eso que haces es normal. Todos los chicos de tu edad lo hacen.
Yo estaba muy cortado y además seguro que estaba rojo como un tomate y tenia la cabeza agachada.
Y si lo que te preocupa es que se lo diga a alguien, no te preocupes, que no se lo voy a contar a nadie ¿vale?
Yo asentÃ* con la cabeza y se me pasó un poco la vergüenza, pero ya se me habÃ*a pasado la erección.
Entonces mi tÃ*a me dijo que siguiera si querÃ*a, que a ella no le iba a importar.
Es que ahora ya no me apetece.
¿Por qué no te apetece cielo?
Entonces yo me tumbe para que viera que no estaba empalmado.
¡Ah! Es por eso, no te preocupes.
Entonces se quito la camiseta y me dejo sus tetas a la vista, me encantaron mucho y aun me gustan.
¿Nunca habÃ*as visto unas?
Yo le negué con la cabeza y entonces me dijo que podÃ*a seguir pajeándome. Yo aun estaba un poco cortado, y ella lo notó, asÃ* que me tumbo en la cama y metió su mano por debajo del pantalón, en un segundo mi polla se puso dura de nuevo.
Parece que le gusta que tu tÃ*a te la toque...
Si, me gusta mucho, me gusta..
Empezó a acariciarme la polla por todo el tronco y a masajearme los huevos, estubo asÃ* cinco minutos, luego me empezó a sobar el capullo con dos dedos q previamente se habÃ*a mojado y empezó a pajearme muy despacio pero apretando con la fuerza justa.
¿Te gusta cielo?
Si tÃ*a, me encanta..
Estubo asÃ* un rato, pero yo aguantaba todo lo que podÃ*a, no querÃ*a correrme, intenté que durara todo el máximo posible.
-Vaya, vaya, parece que no quieres acabar en mi mano ¿eh pillÃ*n?
Yo no sabia que era lo que querÃ*a decir con eso. Pero entonces ella me guiño un ojo y sonrió y acto seguido bajo su cabeza asta mi polla y me la empezó a mamar. Se puso de rodillas y yo sentado en la cama. Paso primero toda su lengua por mi polla y mientras lo hacÃ*a también , me escupÃ*a para lubricarla, estubo asÃ* un rato, luego me empezó a dar una mamada durante diez minutos. Cuando ya noto que me iba a correr, se sentó a mi lado y me la cogió con la mano mojada de su saliva y me la empezó a menear. Cuando me corrÃ*, lance mi leche contra la puerta de la habitación, mi tÃ*a sonrió y lo limpio con su camiseta.
Descansa cielo, que estos dÃ*as habrá muchos como este.
Me guiño un ojo y se fue a duchar, yo aun no me lo creÃ*a, mi tÃ*a me habÃ*a pillado masturbándome y acabó chupándomela.
Los siguientes dÃ*as fueron con mamadas y pajas constantes cada vez que nos quedamos solos, hasta el último dÃ*a, el cual decidió darme un regalito y me folló.
Pero eso ya lo contaré otro dÃ*a
Espero que les haya gustado.