Un crucero de placer 1

heroher

Virgen
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Jul 31, 2012
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El 11 de Julio de este año (2.006), Chelo y yo nos trasladamos en automóvil a Málaga (ciudad portuaria de España). Íbamos ilusionados para realizar un crucero que un mes antes una pareja amiga nos había ofrecido. Chelo llevaba en sus manos la reserva de billetes y el folleto enviado por correo donde se indicaban las características generales del crucero. En letras grandes se veía lo siguiente: CRUCERO PRIVADO DE PLACER; y a continuación una descripción detallada. Salida el 11 de Julio del 2.006. Embarque a las cinco de la tarde. SOLO PARA PAREJAS. Duración del viaje 9 días. No se permitirá desembarcar en ningún puerto, hasta su regreso al mismo lugar de salida. Solo se podrá llevar una maleta de mano para la pareja. A continuación ponían el precio del viaje y se les indicara la reserva con 15 días de anticipación (como mínimo)
Cuando leímos esta descripción y lo que anteriormente nos había comentado, telefónicamente, nuestra pareja amiga, nos decidimos a realizar este crucero que suponíamos gratificante para nosotros.
Llegamos con tiempo suficiente para visitar el puerto y ver el barco, donde estaríamos los días siguientes. Comimos en un restaurante cerca de dicho lugar y tranquilamente nos desplazamos hasta la escalerilla del barco. Subimos y al llegar a cubierta nos saludó el comandante y una persona, comprobando nuestras reservas. Nos dieron una tarjeta (igual que las tarjetas de crédito) donde se indicaba un numero el 36, y el señor de paisano nos indicó: "Este es su camarote y el numero de su identificación. Para ir a su aposento pueden entrar por la puerta de enfrente y verán un salón grande, bajando por las escaleras de la izquierda llegaran a un pasillo largo y allí se encuentran todos los camarotes, busquen su numero en la puerta y pueden tomar aposento en él. Elevamos anclas a las 17 h. y a las 19 h. en el salón principal tenemos reunión y cena de presentación. Bienvenidos y que tengan un placentero viaje".
Siguiendo las instrucciones, nos fuimos hacia el camarote que nos habían indicado. Este era una habitación no muy grande pero coqueta, el piso y el techo de parquet claro y las paredes estaban forradas de una tela gruesa en color naranja pálido. En el centro una cama de matrimonio y en sus esquinas superiores dos mesitas de noche pequeñas, en ambas habían colocado un teléfono. Se complementaba con un armario empotrado pequeño y un cuarto de baño completo. Colocamos las vestimentas y nuestros enseres en sus sitios respectivos. Dándole un vistazo mas pormenorizado a la habitación me percaté de que tenía una ventana al exterior por donde paseaban los otros pasajeros. Desde afuera se veía totalmente el interior de nuestro camarote como a sus habitantes. Se lo comuniqué a Chelo pero no me hizo caso pues estaba más pendiente de colocar bien sus vestimentas. Al poco rato le dije a Chelo:
- "Prepárate pues son cerca de las siete y debemos estar en el salón principal como nos han dicho".
Con la misma ropa nos fuimos hacia el lugar que nos habían indicado. Al llegar descubrimos un salón grande, lleno de mesas circulares y casi repletas de personas. En cada mesa se habían situado unos números. Supusimos que correspondían a los que nos habían dado y nos identificaban. Fuimos buscando el 36 y lo encontramos en una mesa cerca del centro de la estancia que estaba ocupada por otras tres parejas más. Los saludamos cordialmente y, al instante, el señor que nos había atendido en el embarque, subiéndose al estrado de la estancia empezó a hablar:
- Buenas tardes a todos. Este crucero es nuestro cuarto viaje de placer. Muchos de ustedes ya lo han hecho, pero para otros este viaje es una novedad. Por esta razón les informo de todas sus peculiaridades. Somos 72 parejas adultas que sabemos a lo que venimos, lo único que les pido que nos guardemos respeto entre nosotros y mucha discreción respecto al mundo exterior. Este es un viaje de placer donde podremos realizar nuestros sueños y nuestras fantasías. Todo lo que deseemos podremos ejecutarlo, solo nosotros podremos poner limites o fin a nuestras satisfacciones. Podemos practicar el voyeurismo observando a los demás desde el pasillo del barco que se ve el interior de los camarotes ó en los diversos salones ó en la piscina que está en popa. Podemos practicar el intercambio, o cualquier formula que nos apetezca en nuestros aposentos o en los diversos salones que hay para estos fines. La tripulación esta situada en la parte superior del barco y no se mezclara para nada en nuestras vidas. En esta planta esta situado este salón que solo sirve para comer y tendrá la comida y bebida necesaria para nuestra alimentación, estará abierto las 24 horas ininterrumpidamente, a cualquier hora podremos satisfacer nuestro apetito. En la planta de abajo están situados los diversos salones, discotecas o pubs. Y en la planta inferior nuestros camarotes. Debo puntualizar que cada pareja tiene un número de identificación para no tener que conservar los nombres en nuestra cabeza y poder comunicarnos o relacionarnos. Esos números coinciden con nuestros camarotes. Y sin mas preámbulos cenemos amigablemente y que tengamos un viaje lo mas satisfactorio posible para todos.
Después de la cena, y cansados por el viaje, nos fuimos a nuestro camarote a descansar.
(Desde este momento tanto Chelo como yo iremos describiendo nuestro fabuloso crucero, unas veces en pareja, otras individualmente y otras en grupo. Por eso en cada descripción pondré quien es el que lo relata)
DIA 1ª
Nos despertamos sobre las diez de la mañana y después de una ducha reconfortante nos dispusimos a tomar nuestro desayuno. Como el día era esplendido nos vestimos con nuestros trajes de baño. Chelo iba exuberante con su bikini azul tipo tanga (por detrás solo una simple tira de tela que se introducía entre sus glúteos, mientras por delante un triangulo pequeño que escasamente le ocultaba su sexo y en la parte superior dos círculos tan pequeños que tapaban solo sus pezones) y yo con un bañador ajustado tipo bóxer que realzaba mi "personalidad".
Pasamos por el salón principal y después del frugal desayuno nos dirigimos hacia la piscina.
Al llegar a ella vimos personas de toda índole, mayores, jóvenes, delgados, gruesos, morenos, etc. Mi visión personal fue de estupefacción pues las mujeres que allí estaban iban con mini bikinis, top-less, o incluso desnudas al completo, pensaba que Chelo iba a dar la campanada con su vestimenta y me di cuenta que ella era la mas recatada de la concurrencia. Fuimos hacia dos hamacas libres y a la persona que ocupaba el asiento contiguo le pregunté:
- "Por favor, están ocupados estos dos lugares"
Y una voz amable con acento sudamericano me respondió:
- "Pueden tomar asiento junto a nosotros. Nos presentaremos, tenemos el numero 14 y somos de México D.F. El año pasado ya estuvimos en este crucero y nos encantó tanto que este año hemos vuelto a repetir."
- "Nuestro apartamento es el 36 y es el primer año que acudimos. Somos españoles."
Mientras realizábamos las presentaciones pude apreciar que la mujer con quien hablaba era de unos cuarenta y muchos años, delgada, rubia, con media melena, esplendida, cubierta (si se puede decir así) con un bikini formado por su parte superior con dos triángulos de cuerdas que rodeaban solamente sus pezones dejando estos a la vista y en su parte inferior un hilo rodeando su cintura del cual salían tres hilos que se dirigían hacia su sexo en forma de triangulo invertido donde una cinta estaba ubicada en toda su raja y las otras dos iban por el exterior de sus labios vaginales. La visión era espectacular.
Ella, dándose cuenta de mi repaso visual, con una sonrisa maliciosa, fue separando sus piernas para dejarme ver mucho mejor su espectáculo sexual.
Yo estaba tan absorto mirando a todo lo que alrededor mío se movía que no le hacia caso a Chelo y suponía que ella estaría encantada igual que yo pues no decía ni una palabra. Entonces volcándome un poco hacia mi derecha donde estaba la mexicana, de dije:
- "Si no les importa y como ya conocen la operativa de este crucero, podrían informarnos de todo su desarrollo"
Ella me contestó mirándome dulcemente:
- "No tenemos ningún inconveniente en acompañarles esta tarde para visionar todos los lugares especiales. Ustedes son los que unilateralmente hacen lo que quieran. Por ejemplo ahora mismo y viendo su esplendoroso bulto me apetece tocarme el clítoris"
Y sin más preámbulos, mirando fijamente el dichoso bulto de mi bañador empezó a masturbarse. Yo no sabia donde mirar si a su sexo reluciente o a su boca entreabierta.
Al poco rato, y cuando empezaba a aflorar humedades entre sus labios vaginales, cogiendome de la mano me dijo:
- "Ven conmigo que te voy a enseñar un espectáculo que se está desarrollando en este mismo momento. ¿Ves a toda aquella gente que forma un círculo? Pues en el centro está el espectáculo".
Me giré hacia Chelo y le dije:
- "Quieres venir a ese lugar.
- "Estoy ahora mismo tomando el sol. Ir vosotros."
Nos aproximamos cogidos de la mano y cuando llegamos al circulo pude observar como una mujer de rodillas en posición del perrito estaba follando con un tío mientras a otro se la estaba chupando, todo ello rodeado por hombres y mujeres viendo el espectáculo. Algunos hombres se habían sacado su herramienta y mientras observaban se masturbaban. Otros se restregaban el sexo con el culo de su acompañante. Algunas mujeres se frotaban su almeja ó tomaban el pene del que tenían al lado para masajearlo. Y eso hizo mi acompañante mexicana. Mientras miraba fijamente al trío llevo su mano izquierda hasta mi entrepierna y metiendo esta por dentro del bañador empezó a masturbarme. Con mi mano derecha hice exactamente igual, la llevé hasta su coño y liberándolo de la cinta empecé a meterle mis dedos en su húmedo sexo. Al notar mis dedos, se agachó levemente y se abrió de piernas para darme más facilidad a mis movimientos. Así estuvimos hasta lograr ambos un orgasmo. Cuando a ella le llegó este le flaquearon las piernas y yo me corrí en su mano dejándole esta llena de semen que sonriéndome se la llevó a su boca y se la limpió con su lengua. Regresamos a nuestras hamacas y echándonos en ellas nos dispusimos a tomar el sol.
Después de tomar el sol, pasamos por el comedor para tomar algunas viandas, nos retiramos a nuestra habitación y nos echamos en la cama para tomar un poco de siesta. Nos despertó el sonido del teléfono. Era la pareja numero 14 y nos invitaba a dar un paseo por las zonas comunes para indicarnos sus peculiaridades. Les pedimos media hora de plazo para vestirnos adecuadamente.
Chelo, después de un relajante baño, se puso una falda de vuelo que le llegaba hasta medio muslo de color beige, complementando su parte superior con una blusa blanca semitransparente con tres botones desabrochados no llevando nada de ropa interior. Yo me puse unos pantalones de algodón azul con una camiseta ajustada blanca. Tampoco llevaba ropa interior. Y a la media hora estábamos en el salón principal con nuestra pareja amiga.
Después de saludarnos él nos dijo:
- "Os quiero hacer una recomendación que todo esto os lo toméis con la mayor calma posible, pues van a ser muchos días para practicar el sexo y si el primer día os dais un atracón el resto del tiempo no os lo pasareis bien. Ir despacio y disfrutar diariamente de todo aquello que deseéis pero sabiendo que al día siguiente tendréis mas"
Y su pareja, a continuación, nos dijo:
- "Pues vayamos a la planta de abajo para ir conociendo todos los salones privados"
Esta planta estaba diseñada de la siguiente forma: La escalera principal desembocaba en un hall circular y a su alrededor varias puertas que daban a distintas estancias.
Nuestra anfitriona entrando por la primera puerta a la derecha de las escaleras nos dijo:
- "Este es el Púb. de los ligues y de la amistad. En él se puede tomar una copa para poder ligar con la persona que uno quiera. Al final, como podéis ver, hay unas habitaciones para poder follar. En todas las estancias hay estas habitaciones para si uno quiere no tener que desplazarse a su camarote y desarrollar sus instintos en estos aposentos."
Y continuó enseñándonos los diversos salones. En la siguiente puerta había un cine con luces tenues donde se podía ver perfectamente su interior. A continuación había una estancia con un baño central dedicado al "jacuzzi" y a su alrededor varias colchonetas. En la siguiente puerta había una sauna y a continuación una ruidosa discoteca donde se podía ver a varias personas bailando el ritmo machacón que en ese momento salía por los altavoces. Y llegamos a la última puerta. Al traspasar esta nos encontramos en una estancia amplia de forma cuadrada. Al lado contrario de la entrada una barra donde poder servir las bebidas y siguiendo el perímetro de las paredes unos asientos corridos sin respaldos y de un metro y medio, aproximadamente, de ancho; unas cortinas livianas desde el techo haciendo de separadores caían de vez en cuando independizando zonas. El lugar estaba bastante concurrido y fuimos a tomar una copa a la barra. Desde ese lugar pudimos distinguir mucho mejor todo lo que había en su interior. A nuestra izquierda y cerca de donde nos encontrábamos había dos mujeres besándose y con sus manos se tocaban sus tetas y sus pezones. Mientras dos hombres arrodillados le comían sus coños y un tercer hombre colocado cerca de las cabezas femeninas se estaba masturbando, de vez en cuando las mujeres le tomaban la polla para mamársela. Un poco mas adelante una mujer de pie y agachada de medio cuerpo le hacia una felacion a un individuo echado en la colchoneta, mientras otro se la estaba follando por detrás. Siguiendo la secuencia en la siguiente separación una señora gruesa estaba encima de un joven y este se la follaba dándole fuertes sacudidas del mete-saca. De ver todo esto nos fuimos excitando y Chelo le preguntó a la mexicana:
- "¿Puede una intervenir en cualquier de estas fiestas? Es que de ver tanta gente follar me he puesto cachonda".
- "Acércate al lugar que quieras y prueba. Veras que sencillo es."
Sonriendo y con esa mirada de lujuria que tiene cuando esta caliente Chelo se dispuso a darse una vuelta por la estancia. Se acercó al lugar donde la mujer era follada mientras se la chupaba a otro hombre y este alargando su mano se la metió entre las piernas de mi esposa. Chelo derritiéndose de placer se aproximó más al trío. De ver aquello me iba excitando cada vez más. Me saqué mi pene y empecé a masturbarme mientras miraba la escena. Chelo se había sentado y despatarrándose le daba de comer su coño al hombre que le había metido mano. La mujer había dejado de mamarle su polla y en la misma posición recibía una y otra vez las embestidas del otro miembro viril. Chelo, ya humedecida por la lengua de su hombre y por su propia excitación, se había despojado de toda vestimenta y echándose totalmente en el asiento atrajo hacia sí a su hombre para que la perforara su coño. Estuvieron follando durante un tiempo hasta que el individuo se corrió encima de ella soltándole el semen en su vientre. Finalizado el polvo Chelo vino hacia mí viendo como me daba fuertes sacudidas en mi polla. Y ella me dijo:
-"Vamonos para nuestro aposento que quiero que me la metas y me folles como deseo. Este polvo no me ha dejado totalmente satisfecha y quiero follar contigo"
Nos fuimos para nuestro camarote y nada mas llegar me empujo hacia la cama sentándome en ella. Se agachó y me dio una formidable mamada. Cuando estaba a punto de explotar se sacó mi polla de su boca y me dijo:
- "Tiéndete que voy a follarte"
Así lo hice y se echo encima de mí metiéndose mi miembro por su chorreante raja. Mientras me follaba pude ver como la gente que paseaba por el exterior de los camarotes se paraban a vernos follar. Se lo indiqué a Chelo y eso la puso mas cachonda que arremetió con todas sus fuerzas en meterse mi miembro. Hacia círculos con sus caderas, restregaba su coño contra mi bajo vientre, se sacaba y se metía mi polla una y mil veces, se tocaba el clítoris, se pellizcaba los pezones, movía la cabeza hacia un lado y hacia otro, todas sus exquisiteces sexuales las puso en practica hasta correrse formidablemente y hacerme correr dentro de ella. Cuando terminamos y nos echamos exhaustos en la cama los mirones empezaron a aplaudir por lo bien que habíamos ejecutado nuestro polvo. Chelo les obsequió con una sonrisa y un saludo con la mano.
Nos quedamos dormidos y así terminó nuestro primer día.

Lo primero que hicimos al despertarnos fue darnos una ducha para quitarnos toda la secuela dejada del día anterior. Desinhibidos por lo visto el día anterior, salimos desnudos a desayunar.
Durante el refrigerio mi esposa me dijo:
- "Juan, esto si que es un viaje de placer y sexo. De ver a tanta gente y dispuesta a todo se me calienta la almeja una barbaridad."
Los dos nos reímos de la expresión que había dicho.
A continuación nos trasladamos al solarium de la piscina que estaba casi lleno. Como no había dos hamacas juntas cuando apercibimos una vacía le dije a Chelo que la ocupara pues yo iba a dar una vuelta por el barco.
(RELATA CHELO)
Al echarme en la hamaca pude contemplar que a mi derecha había un joven de unos 30 años, musculoso, alto y bien plantado. A mi izquierda estaba un señor entrado en años (unos 60 aproximadamente), pero que tenia un miembro en reposo bastante decente. Mi sonrisa de saludo fue para el joven apuesto. Este se me quedó mirando provocativamente y yo le sostuve la mirada. En ese momento aproximó su mano a mi rostro acariciándome la mejilla y dulcemente me estampó un beso en los labios. Me abrió la boca con la suya e introdujo su lengua en mi cavidad bucal. Durante unos segundos interminables su lengua pasó por todos los rincones del interior de mi boca. Mientras yo chupaba, lamía, estrujaba e intentaba que no se me escapara. Mientras nos besábamos noté como una mano delicada me estaba tocando el pecho izquierdo, era tal su delicadeza que un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. La mano experta se desplazó hasta mi endurecido pezón y empezó a pellizcarlo. Entre los besos del joven y las caricias del mayor un cosquilleo se fue adueñando de la parte superior de mi sexo siendo este cosquilleo cada vez mayor. Notaba como mis labios vaginales se iban hinchando y palpitaban en cada beso o en cada pellizco del pezón. Los flujos fueron apareciendo por mi coño humedeciéndose este cada vez más. Me recliné un poco más hacia mi derecha de tal forma que pudiera seguir besando al joven y pudiera tomar su pene con mi mano izquierda. En esta posición, mi almeja estaba más a mano del señor experto en artes manuales. Y así fue, pues al momento noté como unos dedos tocaban mi chorreante coño. Se dedicaron primero en abrir este, después a frotarme el clítoris y por ultimo a meterme uno, dos y hasta tres dedos en el interior de mi caverna. Mientras, yo seguía masajeando y masturbando al joven sin parar de meternos la lengua en nuestras respectivas bocas. Así estuvimos hasta que noté como dejaban de follarme manualmente, quedándome con una calentura extraordinaria y pensé:
- "Vaya cabron de viejo, me ha dejado a medio hacer".
Entonces el joven separándose de mí y tomándome de la mano me dijo:
- "Vamonos para el jacuzzi y allí nos divertiremos mas"
Y así fue. Cuando penetramos en la estancia del baño burbujeante, este tenía en su interior a tres parejas. Nos metimos en el interior del baño y mi acompañante se sentó en el suelo. Entonces me indicó:
- "Dame la espalda y siéntate encima de mi polla antes de que se afloje"
Le hice caso rápidamente me situé dándole la espalda, tomé su miembro y lo puse en la entrada de mi coño. Poco a poco se fue aposentando en mi interior notando como mis entrañas se abrían para ubicar ese pedazo de carne muscular. Cuando la tuve totalmente enterrada en mi cuerpo me quedé quieta, expectante, mirando a mí alrededor, viendo como las otras tres parejas follaban. Y empecé lentamente a subir mi cuerpo notando como la polla se salía de su escondite. Pero antes de que se saliera totalmente volvía a agacharme para introducir de nuevo el mástil en mi chocho. El placer y el gusto que tenía eran infinitos. Y fui incrementando el ritmo de subida y bajada. El joven me tenía agarrada por mis caderas pero el ritmo lo ponía yo. Las subidas y bajadas eran tan fuertes que el agua chapoteaba a nuestro alrededor, pero yo no me detenía por ello, al contrario fui brincando cada vez más hasta que un formidable orgasmo le hice tener a mi amante. Yo seguí con mi ritmo, frotándome furiosamente el clítoris hasta conseguir otro estupendo orgasmo. Cuando me separé del follador, de mi coño afloraron gotas de semen que salieron a la superficie del agua. Nos quedamos sentados en la bañera recuperándonos del esfuerzo que habíamos hecho.
Al término de unos minutos, él me propuso:
- "Me encantaría poder ser tu anfitrión durante el resto de la jornada"
- "Soy tu sumisa amante y puedes indicarme lo que quieras que estaría encantada de darte el placer que me propongas"
- "Pues vamonos para mi camarote y nos preparamos para los próximos acontecimientos"
Antes de llegar a su habitación pasamos por el comedor y tomamos algunos alimentos.
Ya en su camarote me hizo pasar a la ducha enjabonándome totalmente con gel. Después de secarme me untó el cuerpo con perfumes y motitas brillantes. Y sacando una túnica blanca transparente abierta por los costados me la puso. Mirándome al espejo me veía como una ninfa (parecida a las que salen en las películas de romanos antiguas), estaba esplendorosa, atrayente, sugestiva. Me veía muy bien con esa indumentaria. Pero no acabó mi transformación. Tomando las pinturas (supongo que de su esposa o compañera) se dispuso a pintarme los labios y los ojos. Con mano experta me dio un toque de rojo pálido en mis labios y con un lápiz negro me agrandó los ojos a su alrededor terminando con el rimel en las pestañas. Se me veía apetecible sexualmente.
Mi anfitrión me hizo señas para que lo acompañara y fuimos directamente a la puerta del "pub de los ligues". En la entrada me acogí a su antebrazo estrujando mis pechos en él. Pasamos y en el interior nos sentamos en una mesa tomando una bebidas. Mí apuesto joven rodeo mis hombros con su brazo derecho y su mano se entretuvo en tocarme mi pecho por dentro de la túnica. Aproximando sus labios a mi oído me empezó a decir:
- "Mira a todo lo que te rodea y sueña con quien te apetecería hacértelo en este momento"
Mientras veíamos a los hombres y mujeres que estaban en dicha estancia mi compañero me empezó a rodear con la yema de su dedo medio la aureola y pezón de mi pecho. La protuberancia pectoral empezó a tomar dimensiones y a endurecerse. Y yo empecé a excitarme sexualmente. Cuando mi pezón estaba totalmente erguido continuó con dos dedos a estrujarlo y pellizcarlo. Mi calentura fue en aumento y me removía restregando mi vulva en el asiento. Pero él no paraba de tocarme. Y entonces le dije:
- "Me estas poniendo caliente y si sigues así tendremos que hacer algo mas"
- "¿Has visto a ese gordo que está enfrente de nosotros? ¿Te gustaría saber como tiene la polla? ¿Has pensado como seria el echar un polvo con él?
- "Si lo he visto, así como a todos los demás, pero yo quisiera que fueras tú quien me metieras la polla.
- "Fíjate en aquella señora mayor que se va con esos dos a las habitaciones. Piensa en lo bien que se lo tiene que pasar"
- "Cariño me estoy poniendo cachonda, porque no vamos a una de esas habitaciones a follar"
- "Todavía es pronto para eso, humedece mis dedos con tu saliva para seguir excitándote"
- "Lo que tú quieras". Y poniéndome los dedos de ambas manos en mi boca los chupé y les pase mi lengua a todo su alrededor. A continuación los llevó a mis pechos y empezó a juguetear con ellos. Y siguió diciéndome.
- "Me encantaría verte como seduces al varón de la pareja que está un poco a tu izquierda, no dejan de mirarte y el tío está deseando poder llevarte a la cama"
- "Pues la mujer, desde que me estas dando en mis tetas no deja de mirarme a los pezones. Creo que también quiere tener sexo conmigo"
- "Sonríeles maliciosamente y pásate la lengua por tus labios. Mira como también ellos sonríen y se llevan sus manos a sus respectivos sexos. Observa como ella se restriega su almeja y abre su coño incitándote. Enséñale el tuyo y separa tus labios para que vean su interior"
- "Pero cariño, lo tengo lleno de flujo y se van a dar cuenta de lo cachonda que estoy"
- "Eso quiero que vean lo caliente y excitada que estás. Te voy a ayudar a enseñarles tu esplendida intimidad"
Llevó su mano izquierda hasta mis rodillas y fue separándolas hasta estar totalmente espatarrada. Su mano fue recorriendo el interior de mis muslos causándome un escalofrió en mi cuerpo, hasta llegar a mi humedecido conejo, entreteniéndose en pasarme los dedos por fuera y por dentro de mi coño. Yo estaba a mil. Y le dije:
- "Deseo que me folles. Vamos para una cama o si quieres aquí mismo delante de todos. Pero, por favor, méteme tu polla"
- "Todavía es pronto. Pero no desesperes que tendrás tu ración de sexo. Quiero que estés aún mas excitada"
Mi movimiento de pelvis contra el asiento eran significativos y el personal del interior del local estaban pendientes de mí. Eso me excitaba todavía más.
- "¿Me dejas que te masturbe con mi boca? Pues tu polla está bastante tiesa y necesitas un alivio momentáneo"
- "Así me gustas, que tengas hambre de polla. Pero quiero que sigas pasando necesidad hasta volverte loca por un miembro viril"
Ya solo miraba a los sexos de las personas que nos rodeaban. Veía como la pareja de la izquierda se masturbaba mirándome, como dos varones se estaban pajeando con la polla contraria mientras sus ojos recorrían mi sexo, como un tío sentado en la barra me enseñaba su tiesa herramienta o como follaban otra pareja sin quitarnos la vista de encima. Yo solo veía pollas tiesas y quería o necesitaba todas ellas en mi interior.
Cada vez más, me restregaba mi coño en el asiento y este estaba empapado por mis flujos. Mi desesperación era cada vez mayor. Mi necesidad de sexo era inaguantable.
Entonces fue cuando vi un poco de luz, pues mi joven amante levantándose del asiento me indicó amablemente que lo siguiera. Pensé: "Menos mal, ya era hora de poder tener su polla en mi chocho para que me calme esta ansiedad" Y nos trasladamos al ultimo salón. Cuando llegamos todo el personal allí reunido estaba acoplado follando unos con otros. Había parejas, tríos, orgías, todo lo apetecible en sexo comunitario. Con lo excitada que iba me aproximé a mi acompañante y le dí un beso ardiente metiéndole toda mi lengua en su boca, restregando mi sexo en su pierna. Entonces él me dijo:
- "¿Ves aquella pareja que el hombre es medio calvo? Pues aunque está follando con la mujer cómele los huevos e intenta que folle contigo"
Y así lo hice. Me fui hacia dicha pareja y reclinándome en el asiento intenté chuparle sus testículos pero no podía bien por el movimiento natural de estar follando. Aun así pude darle unas cuanta lamidas mientras me frotaba el clítoris. El calvo al darse cuenta de la situación puso a su pareja de rodillas y de la misma forma me puso a su lado. Y empezó a follarnos a las dos en la posición del perrito. Unas veces se la metía a ella y otras a mí. Cada vez que se dedicaba a mí, penetrándome, mi furor uterino se calmaba pues la necesidad de polla era inaudita. Pero cuando sacaba su polla de mi coño era un martirio corporal inaguantable, miraba a mi contrincante como satisfacía su deseo sexual mientras se la follaba. Y aproximando mis labios a su boca empecé a besarla y a pasarle mi lengua por su rostro. Ella me contestó igualmente teniendo entrelazadas nuestras lenguas mientras recibíamos las embestidas de la polla del calvo. Pero yo quería y necesitaba más.
Levantándome de mi posición y mirando a mi joven amante para pedirle permiso me fui hacia el lugar donde varios hombres y otras tantas mujeres estaban realizando una formidable orgía.
Mi anfitrión me acompañó en esta aventura.
Antes de entrar en la reunión me despoje de la túnica para no tener ningún impedimento. Me tumbé en la colchoneta y con ansiedad busqué el rabo mas cerca de mí para traerlo cerca de la entrada de mi cueva. Y pedí con desesperación:
- "Follame con todas tus fuerzas hasta que se me salten las lagrimas"
Y mi follador me introdujo su miembro con tal ímpetu que sus huevos casi se meten en mi coño. Lancé un grito de dolor y de placer.
- "Así quiero, sigue así hasta notar tu polla en mi garganta"
Y continuó follandome. Y empecé a tener orgasmos, uno, dos, tres, mil, no sé cuantas veces me corrí. Fue cuando me deje llevar por los acontecimientos. Sentía manos en mis pechos, en mis nalgas, en mi concha, sentía labios y lenguas en mi boca, en mi rostro, en mi cuerpo. Notaba como me follaban una y otra vez, pero nunca con la misma herramienta. Recibía una y otra vez el semen de mis amantes dentro o fuera de mi cuerpo. Yo hacia lo mismo, lamía una lengua, chupaba un pecho, tocaba polla o coño, pero no me quedaba quieta. Deseaba dar y recibir placer. Mis flujos mezclados con la leche se deslizaban por mis muslos. Era una verdadera orgía de sexo y placer. Estaba en el éxtasis.
Vi un hombre tumbado, con su polla tiesa mirando hacia el techo y aproveché (aunque estaba exhausta de sexo) para echarme sobre él y meterme su polla en mi dilatado chocho. Y comencé a follarlo. Como mi culo estaba expuesto a la vista de los demás, mi joven amante aprovechó la ocasión para ponerse detrás de mí e intentar darme por el culo. Lo miré con lascivia y le dije:
- "Deseabas verme así. Pues aquí me tienes. Méteme tu tranca por el culo y descarga tu corrida dentro de él. Así podré disfrutar doblemente por mi dos orificios"
Y sin contestarme me puso su prepucio en la entrada de mi ano y empezó a metérmelo. Conforme iba introduciéndose dentro de mí, las embestidas que le daba al follador de mi coño eran mayores, hasta notar como las dos pollas estaban dentro de mi cuerpo. Entonces les dije:
_ "Dejarme unos segundos en esta posición para poder saborear vuestras riquísimas pollas en mi interior. Estoy disfrutando como nunca"
Al cabo de un momento empezaron a moverse. Metían y sacaban sus falos, cada vez más rápidos hasta que tomaron una velocidad endiablada. Notaba como sus cojones chocaban en el trozo de carne que divide mis dos agujeros. Así estuvimos hasta corrernos casi al mismo tiempo. Cuando noté como se vaciaban en mi interior recibiendo la leche caliente exploté en un orgasmo espectacular. Jadee, chille, dije palabras ininteligibles. Pero al final me quedé exhausta y satisfecha.
Después de haber recibido tanto placer, me incorporé y me fui a mi camarote. Tal y como estaba, cubierta por tanto semen, me eché en la cama al lado de mi esposo y me dispuse a descansar.
 
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