Trio mama tia y Yo

heranlu

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Ago 31, 2007
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Antes de nada decir que me llamo Javier y tengo 35 años, soy de a Coruña y llevo separado tres años. Este último verano me fui de vacaciones a Tenerife, donde tengo familia, que hace años con el “boom” del turismo, se trasladó allí, y ahora les va muy bien con varios restaurantes.
Decir, que nada más llegar, me quedé prendado de la hermosura de mi tía Mª José, de unos 50 años muy bien llevados, morena, buen culo y tetas enormes. Desde el primer momento tuve la sensación de la atracción era mutua, y desde luego no escatimaba en intentar agradarla, incluso un día le regalé flores. El caso es que a mí no me parecía mal pues ella era viuda y nadie interfería, salvo mi madre, que por cierto me acompañó en el viaje. De hecho, el día de las flores mi madre se sorprendió y mostró su sorpresa, pero al darle las explicaciones del agradecimiento por la hospitalidad, lo entendió.
Pasó la primera semana, y Yo estaba cada vez más “enganchado”, la vigilaba, seguía, y aprovechaba cualquier situación para darle un beso, tocarla, etc.., aunque lógicamente de forma inofensiva, pero para mí era toda una excitación. Todas las noches me pajeaba frenéticamente pensando en ella y muchas noches en más de una ocasión.
Una noche, mientras me hacía una paja, oí ruido en el pasillo, y salí, era mi tía, con un camisón que a medida que se acercaba al fondo del pasillo se transparentaba más y más, la luz del fondo hacía el trabajo y yo alelado la miraba. De repente ella se giró y sonriendo me dijo: ” ¿Qué haces? ¿No tienes sueño? Y así se inició una conversación.
Le contesté: “La verdad que no mucho, hace calor” Ella volvió a sonreír y moviendo la cabeza replicó: “Hace calor o ¿Estás tú caliente?, ya te he oído varias noches, la verdad es que tienes que estar bastante “salidito”.
Me dio una vergüenza enorme, pero ella sin darme tiempo de dijo: “Ven aquí, que te voy a aliviar…”, y me puso la mano en la entrepierna. Justo en ese instante apareció mi madre, de un chillido dijo: “¿Qué coño es esto?, me lo estaba oliendo, pedazo de puta, te quieres follar a mi hijo, pero no lo voy a permitir”, y cogiéndome de la mano y dirigiéndose a mi susurró: ” Vete a tu habitación que tengo que hablar con esta zorra”. Así lo hice.
Oí gritos, pero al rato todo se tranquilizó, y decidí dormir.
Ya de madrugada, oí ruido en la puerta y me desperté y vi como entraba en la habitación, por un lado me sentía intranquilo por si lo oía mi madre, pero por el otro estaba como loco por abrirla de piernas. Estaba medio adormilado, pero en cuanto se acercó, la cogí, y de un tirón le quité el camisón, no opuso casi resistencia, y apenas le empecé a sobar las tetas empezó a suspirar como loca y a dar pequeños gritos, y aproveché para darle caña a las tetas, me volvían loco y al mimo tiempo empecé a acariciarle el conejo.
Ella de inmediato se abrió de piernas, la empitoné y empecé a bombearla. Se agarró al culo como si en ello le fuera la vida y después de un buen rato, no tanto como a mí me hubiera gustado, descargué. Afortunadamente ella se había corrido varias veces ya, o era una actriz fenomenal.
Nos quedamos tan a gusto y abrazados, que nos quedamos dormidos.
Eran algo así como las cinco de la madrugada cuando me desperté de nuevo y la sentí a mi lado, de espaldas toqué su culazo y me dispuse a darle caña de nuevo. La agarré y noté que ella estaba despierta y me dejo hacer, se la metí y tiré de su culo para follarla como los perros, justo en ese momento pude ver su cara en el espejo del tocador y me quedé por un instante paralizado.
En ese instante me di cuenta que tenía a cuatro patas y empitonada, no a mi tía, sino a mi madre. Ella se dio cuenta y dijo: ” Lo siento hijo, pero necesitaba esto tanto o más que tu tía”. Yo paré unos instantes sin contestar y ella volvió a insistir: “Sigue dándome, por favor, por favor, lo necesito”. Me excitó muchísimo la súplica y sin pensarlo dos veces continué bombeándola hasta que nos corrimos.
Al día siguiente hicimos la firme promesa de que aquello no se volvería a repetir. Nos fuimos de vuelta a Coruña, pero ya desde la primera noche yo ya estaba frito por darle caña de nuevo y así fue. Apenas salió al baño, yo salí también y empecé a acariciarle el culo, ella sumisa total se limitó a acompañarme hasta la cama, se dejó desnudar y recibió su buena dosis de
Desde ese día somos pareja y ella hace todo lo que le pido. Pienso seguir así mientras el cuerpo le aguante. Por ahora sigue estando muy, muy buena.
 
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