Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulos 01 al 07

heranlu

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Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 01

Desde que nos casamos siempre hemos compartido nuestros sueños y deseos. Muy activos en la cama, y nos da por decirnos cosas como "¿Te gustaría que yo fuera otro? ¿Te gustaría que estuviera otro tipo aquí para que entre los dos te la metamos?

Eso la pone siempre muy caliente y llega al orgazmo rápido y muy fuerte. Un día, hablando ya en serio, le pregunté si deveras le gustaría hacerlo con dos, me dijo que sí, pero que tenía miedo. Pero con el tiempo y siguiendo con las fantasías, llegó a preguntarme si de veras estaba buscando a alguien para compartir, le dije que no, pero esa plática me dió muchas ideas.

Para nuestro décimo aniversario, preparé un viaje hacia el sur de Florida, sin decirle nada a ella. Cuando llegó el día, simplemente le dije que le tenía una sorperesa. Le dije que había alquilado un cuarto de hotel en una playa, pero lejos de nuestro pueblo. Para pasar todo el fín de semana solos, la única condición, era que ella tenía que vestir minifaldas todo el tiempo, a lo que ella dijo que eso no ers ningún problema, pues ella siempre viste minifaldas. Y es cierto, entre mas cortas major, le gusta enseñar sus piernas y acentuar su culo. No tiene muchas tetas, pero las que tiene se le ven muy bien, ella no es alta, de pelo largo negro y una cara que no le pide nada a nadie.

-Pero- Le dije, -no vas a ponerte nada debajo de la falda.

Ella me miró incrédula, pero acceptó. Y así nos fuimos al hotel que había reservado, como a cuatro horas de camino de donde nosotros vivimos. Durante todo el camino le pedí que me enseñara la concha, ella se reía y se subía mas la falda hasta que yo podia ver pelos. Y luego después me enseñaba tetas. Llegamos al hotel a eso de las cinco de la tarde, y nos fuimos a la playa. Ella en su bañador muy diminuto que apenas le cubría, lucía estupenda, y yo ví como los demas tipos que andaban por ahí se le quedaban viendo. Al llegar la noche, nos fuimos a cenar, luego a una disco, que nos había recomemdado el mesero. El mesero se portó muy bien con nosotros y y hasta nos cobró menos, porque mi esposa se puso a coquetear con el. Cada vez que pasaba por nuestra mesa, mi esposa se subía mas la falda hasta que por fín, me dijo ella, que el podia ver todo. Ya calientes, nos fuimos al la disco.

Había mucha gente, y el ambienta estaba bien movido. Muchas chicas bonitas y muchos chicos guapos, mi mujer se quedó maravillada. Llegamos a la barra y con suerte había un par de asientos libres. Pero la dejé sola un minuto para ir al aseo. Cuando regresé, mi lugar estba ocupado por un tipo que le hacía conversación a mi mujer. Ella se reía con el y parecía muy animada. Cuando llegué el me vió con cara de pocos amigos y me dijo

-¿Qué no ves que estoy platicando?

-Si ya veo, no hay ningún problema-

-¿Pero que quieres?

-Sentarme con mi esposa.

Huy, se puso de todos colores, y quiso disculparse. Perdón, no sabía que ella venía acompañada, no es mi intención crear un problema….etc. pero yo le dije que no había problema y le invité un trago. Nos terminamos de conocer, el se llama Allan, le presenté formalmente a mi mujer Sarita y yo, le dije, soy Lucho.

Después de un rato de conversación, me preguntó si podía bailar con Sarita, y a mí que me dices, pregúntale a ella. Ella ya empezaba a sentir los efectos del alcohol, y se sentía muy alegre. Se fué a bailar con él y estuvieron buen rato. Cuando regresaron, Sarita me contó que nuestro buen amigo se portó muy caballeroso, al principio, pues como le pista está tan llena de gente, no había mas que pegarse a el, y el, se empezó a poner duro, Sarita se quedó intrigada, porque parece ser, Allan está bien dotado.

-¿Te gusta el gringo, no?

-Huy si.

-¿Ya te tocó el cuerpo?

-Me puso las manos en las caderas, y luego se paso para las nalgas.

-Cabrona que eres, ¿Y qué hiciste?

-Me le pegué mas, y fué cuando sentí su paquete.

Cuando ví a Allan de reojo le hice un gesto, y el se acercó a mí. Le dije que buscaramos una mesa para estar mas privados. Fuimos de inmediato hacia la parte del fondo de la disco, y no pudimos encontrar nada. Pensé entonces regresar al hotel. Le pregunté a Allan y el aceptó de inmediato. De camino al hotel, el se sentó con Sarita en el asiento trasero del coche, y ella se avalanzó sobre el, ya no había por que pretender, se beasaron y el le recorrió el cuerpo con sus manos prestándole atención a sus nalgas y piernas. Nos metimos al hotel por una de las puertas traseras, y subimos al décimo piso en el ascensor. Durante el corto viaje, Allan, no perdió tiempo, le metió mano a mi mujer por todos lados y hasta en la concha, informándoma que la tenía muy mojada y muy caliente. Cabrón.

Y apenas entramos al cuarto, Allan empujó a mi mujer en la cama, ella cayó sentada, esperaba que Allan se le echara encima, pero el gringo tenía otras ideas. Se bajó los pantalones y su ropa interior, y como de resorte saltó una verga dura, no muy larga, pero sí muy gruesa. A mi esposa se le abrieron los ojos grandes y sin que le dijeran nada, la tomó en su boca.

Y ahí esta la muy puta, chupando, lamiendo, como si fuera la última verga en el planeta.

Allan porsupuesto, gozando da las mamadas que le daba mi mujer, pero no pudo aguantar mucho, y le dijo que se acostara, ahora era el turno de el. Mi esposa, muy obediente, se acostó, y el le levantó la falda hasta la cintura. Le pasó la lengua por los labios vaginales, y luego la penetró la mas que pudo con la lengua. A mi mujer le gusta que le coman la concha, le encanta que le den de lenguetasos por su rajita y le fascina que le meta uno o dos dedos mientras me la como. Por lo visto Allan estaba haciendo muy buen trabajo, porque pronto empezó a rogarle a Allan que se la metiera. Allan se terminó de desvestir, y hay que ser justos, el muchacho está bien cuadrado, me refiero a que es obvio que se dedica al fisiculturismo. Yo no estoy mal, pero este gringo parece uno de esos modelos para la revista de playgirl.

Se subió arriba de mi mujer, y de un solo golpe, se la metió hasta que solo las bolas le quedaron afuera, pegándole en el ojete del culo. Mi mujer dió un grito de écstasis y continuó gimiendo mientras Allan se la metía y se la sacaba con bastante rapidés.

Me sorprendió el gringo, Porque después de como veinte minutos, le dió vuelta a mi mujer, poniendola en cuatro, metiéndosela de perrito, y como otros veimte minutos mas, se cansó mi esposa, y se dejó caer de panza en la cama. Este cabrón siguió con un mete y saca impresionante, hasta que porfín anunció que se chorreaba, y se vino con una última arremetida, y se dejó caer encima de mi mujer.

Yo, en realidad, no pude aguantar viendo como este gringo se culeaba a mi mujer. Se me paró, y me la tuve que jalar. Me la jalé hasta que ya no pude mas y me descargué sobre la alfombra.

Mi mujer, cansada, con alcohol en la cabeza y recién cojida, se dió la vuelta y se puso a dormir. Allan se tumbó al lado de ella y me dijo lo incredible que está. Le dije que eso ya lo sabía, y lo invité a que se quedara con nosotros esa noche.

Nos acostamos los tres en la cama, mi esposa en medio. Me dormí, pronto, no sé por que, si no era muy tarde y yo no había tomado nada, pero me despertaron Allan y mi esposa temprano en la mañana. Parece que Allan se despertó porque mi esposa, la muy cabrona, se la estaba chupando, A este se la paró otra vez con mamadas de mi mujer y otra vez se la metió, mientras yo dormía.

El plan era para quedarnos ahí dos días y dos noches. La segunda noche, Allan fué al hotel otra vez, y se volvió a clavar a mi esposa. Esta vez me acordé y saqué la video cámara, y grabé dos horas de sexo ininterrumpido. Allan se la metió a mi mujer por la boca y por la concha, hasta que se vino tres veces. Mi mujer perdió la cuenta de las veces que se vino. Otra vez me la tuve que jalar, una vez y me vine una segunda vez con ayuda de mi esposa, que me la chupó y me la jaló hasta que me vine.

Nos regresamos a nuestro pueblo, ella iba muy contenta, y hasta le enseñó las tetas a un chofer de esos camiones de carga, este sonó el claxon y le aventaba besos desde su cabina. A otro camionero le enseño la concha, se subió la falda, y como ibamos en nuestro coche, el del camión, podía ver fácil desde su cabina, hacia abajo todo lo que mi esposa le enseñara.​

Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 02

Desde ese fín de semana, mi esposa dió un cambio muy radical. Siempre usó minifaldas y ropa pegada al cuerpo. Pero desde entonces, me parece que las minifaldas se estan haciendo mas cortas y muchas veces sin panties, las blusas y camisas, mas escotadas; como favoreciendo ropa que destaque sus atributos. Ahora sale mas seguido con sus amigas, y como era de esperarse, nunca falta uno que otro lambiscón que quiera salir con ellas.

Hasta ahora solo me cuenta que ha habido una ocasión en que le hubiera gustado acostarse con un amigo de ella, que trabaja en su oficina. El amigo este parece ser también tiene interés en mi esposa, el problema es que es casado y mi mujer no quiere meterse en líos. También, solo una vez tomó bastante valor como para querer meterse con un tipo que conoció hace ya tiempo. Pues la muy cabrona lo llevó a casa. Empezaron a besuquearse, besos con lengua y muy mojados, este tipo estaba ya en lo de él, queriéndole quitar el brasier a Sara, y Sara también agarrándole la verga por encima del pantalón pero….En ese ajetreo estaban cuando entré por la puerta y el muchacho se puso de mil colores. Salió de la casa con la cola entre las patas y Sara me dice que jamás le ha vuelto a hablar.

-¿Pero Sara, que pasaba?

-Pues de no haber vuelto tú tan temprano a la casa……hubiera pasado mucho.- Y lo dice con una sonrisita diabólica que hasta duro me puso, durísimo.

-¿Me toca entonces cumplirte con lo que este no pudo?

-y mas vale que te apures, que me tenía muy caliente,-

Esa fué una noche que me dejó acabado.

Sin que ella supiera, he mantenido contacto con nuestro amigo Allan, preparando la próxima sesión. Allan me pregunta siempre por Sara y me dice que le gusto mucho lo de aquella noche. Y también que ya tiene enlistado a otro amigo, un muchacho joven de veintitantos años, de descendencia italiana que se llama Nicholas, pero le decimos Nick.

El día indicado llegó, y Allan me habló al móvil, o cellular, para decirme en cuál hotel y cuól cuarto estaban instalados. Me dejó muy poco tiempo para actuar, y casi casi pierdo la oportunidad, pues Sara estaba muy cansada de su trabajo y no tenía ganas de nada. Pero a tapujos y regañadientes la saqué de la casa y me la llevé a cenar. Luego de un par de margaritas ya se sentía mas relajada. Platicando de todo un poco le dije que quería ir a visitar a unos amigos que estaban en la ciudad y no muy lejos de el restaurant donde estábamos. Sin sospechar nada dijo que sí, y después de pagar la cuenta, fuimos directo al hotel.

Anter de irnos, Sara me dijo que quería ir al aseo. Aproveché para hablarles al hotel y decirles que ibamos en camino. Cuando llegamos, nos recibió Allan, desnudo, y obviamente exitado. Los ojos de sara se abrieron grandes y se le dibujó una sonrisa maquiavela, se volvió a mi para decirme

-¿Amigos tuyos de paseo por la ciudad?-

-Sí. ¿Qué te parece?

-Eres un diablito-

-¿Diablo Yo?

Entramos, no antes sin besuquearse con el ahora mas exitado Allan, y las sorpresas fueron aumentando, pues no solo había Allan traído a Nick, sino también a otro amigo rubio, de buen porte, llamado Alex. Y Alex y Nick estaban tambien desnudos.

-¿Que piensas?- Preguntó Allan.

-¿Qué hacer con tanta polla?-dije.

Sara sonreía de oreja a oreja y era evidente que se había exitado.

Les dije: - No se arrepentirían, y esque un viaje de cuatro horas para ver si acaso la mujer se va a presentar, como que no vale la pena. Pero para que vean ustedes dos que está aquí ella, y parece ser que ya lista.

-Claro que esta lista. Perdón, se me olvida, les presento a Nick y a Alex.

Sara solo mantenía la vista en lo que le interesa: sus vergas que se estaban engrandeciendo y en lo curioso de Alex que tiene poco vello púbico y lo poco que tiene es rubio.

Las caras de nuestros anfitriones estaban sonrientes de contentos y veían de arriba a bajo a mi mujer. Allan tomó a Sara de la mano y la llevó al centro del cuarto, donde se dispuso a disfrutar de los atributos de mi mujer. Las manos volaron de las tetas a las nalgas, apretandole el culo mientras la besaba. Luego le dió la vuelta y les enseñó a los demás las tetas de mi mujer. Ella echó la cabeza hacia atrás sobre el pecho de Allan mientras este, parado atras de ella, les presentaba a los otros dos, los atributos de Sara.

La blusa salió rápido dejándola con su sostén. Luego paseando sus manos, le desabrochó el sostén y las tetas de Sarita quedaron al descubierto, a lo que Nick se apresuró y cogió un pesón en la mano izquierda y el otro en su boca.

Meintras Nick le chupaba las tetas a mi esposa, Alan se concentró en quitarle el resto de la ropa. La min-falda cayó al suelo seguida de la tanga. Alex aprovechó también y se pegó a Sara y le dijo a Nick que fuera mas compartido. Nick soltó la teta de su mano izquierda y Alex se la puso en la boca de inmediato. Mientras que cada uno de estos le mamaban las tetas a mi esposa, Allan, empezó a besarle la espalda, los hombros, y luego se deslizó hacia abajo, le mordizqueó la cintura, la parte alta de las nalgas, hasta que fué a dar en medio del culo. Se levantó, pero las manos seguían en la concha de mi mujer.

-Me acuerdo que a tu esposa se le pone caliente aquí abajo muy rápido, como cuando le metí los dedos en el elevador, ¿Te recuerdas?

-Como no me voy a acordar, si ella se la pasa recordándome esa noche. Que por cierto, te pudimos haber usado un par de veces.

-Pues aquí estoy, y parece ser que las cosas van a ser major que la primera vez.

Sarita seguía disfrutando de los menesteres de sus dos nuevos amantes, que le seguían mamando las tetas y la estaban poniendo a cien. Alex tomó la mano de Sarita y la guió hasta su verga, ella estonces hizo lo mismo con la otra mano empuñando la de Nick. Las dos vergas estaban ya duras y perece como si al toque de mi mujer hubieran crecido otro par de cm. Luego de un par de minutos de esto, Allan se la llevó a la cama, la puso en cuatro y se la metió de perrito. Estaba Allan metiéndosela a mi esposa cuando Alex y Nick decidieron tomar parte en las festividades. Se acercaron a ella y le ofrecieron sus vergas. Ella alternó entre una y otra, chupando una mientra masajeaba la otra. Allan, como siempre, con su tremenda estámina, estaba en un mete y saca frenético y me dí cuenta de que Sarita se había chorreado ya dos veces. Fue en eso que Allan anunció que se chorreaba. En la última arremetida, cerró los ojos y se la dejó metida hasta las bolas. Luego, después de depositar toda su leche dentro de Sara, sacó su verga todavía semi dura y fué cuando nos dimos la sorpresa de la noche. Nick se postró de rodillas delante de él y tomó la verga de Allan en su boca! Se la lamió hasta dejarlo limpio

-A Nick le gusta el semen- dijo Alex.

-Ya veo.

Y mientras estaba distraido con la escenita homosexual de Nick y Allan. Alex ya había cambiado de lugar y ahora el se la estaba metiendo a mi esposa. Pero no duró mucho y también derramó su leche dentro de mi mujer. Ahora Nick, se la chupó a Alex hasta dejarlo limpio.

-Quiero mas.- Dijo Sara, y con esto Nick dejo la tranca de Alex y fué a l a cama, puso a mi mujer de espalda otra vez y de un empujón se la metió hasta las bolas. No sé exactamente porque. Pero Nick no duró nada metiéndosela a mi mujer, en cuestión de segundos, se chorreó añadiendo aún mas leche a la vagina de Sara. Y como no duró mucho, mi esposa no logró correrse otra vez, asi que tuve que intervenir.

Aqui fué que me dí cuenta porque Nick no había durado mucho tiempo, la sensación de la vagina llena de esperma caliente, es para perderse, pero de inmediato. Cosa que me sucedió y en pocos minutos terminé chorreandome dentro de mi mujer. Acto seguido, Nick pidió chupármela para saborear mas semen. ¿Pues ya que? Y no solo me la dejó limpia el muy maricón, sino tambien se puso entre las piernas de mi mujer y le chupó las concha hasta sacarle toda la esperma que pudo.



Esto no fué el final, solo un entremes, nos dispusimos a descansar tomando unas cervezas que los muchachos habían traído, y nos sentamos en la cama a platicar. Discutiendo de todo y de nada a la vez. Seguimos todos desnudos, y como Sara estaba entre Nick y Allan, los dos le pasaban las manos por donde quisieron, sobándole las tetas, los pelos, su concha, y diciéndole que estaba muy buena. Las manos de ellos le recorrían el cuerpo acariciando todo cm. cuadrado de su pel. Ella a su vez, disfrutaba del toque de ellos y de sus vergas, pues las estaba acariciando, sobando y apretando. Le pregunté a Nick si el es bi, a lo que me dijo que solo le gustaba el semen y que le gustaba tanto el sexo oral que no le importaba si se lo hacía a una mujer o a un hombre. A lo que todos concuerdamos que es bisexual.

Creo el toque de mi mujer, o tocar a mi mujer, o las dos cosas, puso duro a Nick otra vez, a lo que le pidio a mi esposa que le dejara metérsela, ella dijo que si y se besaron de inmediato, Allan dejó de tocar a Sara, y todos nos pusimos a ver como Nick se cogía a Sarita. Un pistoneo impresionante en el que sacaba casi toda la polla y se la volvía a clavar con vastante fuerza y rapidez. Sara no tardó en responder a este tratamiento y se corrió de nuevo. Para esto, Allan ya estaba erecto y esperó paciente hasta que Nick se viniera dentro de mi esposa.



Una vez que Nick terminó, sacó su verga semi dura de Sara, goteando las sábanas, Allan se seguía masturbando hasta que fué su turno otra vez, se tumbó de espaldas al lado de mi esposa, y le dijo que se acostara en el, pero boca arriba, ella se sentó sobre su polla, dándole la espalda, y una vez que tenía la tranca toda metida, se dejó caer hacia atrás sobre el pecho de Allan. De esta manera pudimos ver la verga de Allan entrando y seliendo de Sarita desde muy buen ángulo. A Alex ya se le estaba parando otra vez y decidió metersela al mismo tiempo. Un poco difícil, porque Allan no dejaba de pistonear su polla, pero se detuvo lo suficiente para que Alex se pusiera en posición y con un poco de esfuerzo, le metió su tranca. Ahora mi mujer estaba gritando de placer enparedada entre Allan y Alex con dos pollas dentro.

Aquello fue un cojedero que dejó a mi esposa muerta. Después de que se la metieran Allan Y Alex al mismo tiempo, Nick otra vez le lempió la concha y después se ocupó de las vergas de Allan y Alex. Mientras Nick se ocupaba de Alex y de Allan, me volví a mi mujer y se la metí otra vez.

Nos despedimos esa misma noche, cerca de las tres de la mañana, y nos comprometimos a volver a repetir la session. Nos fuimos, no sin antes besar a los muchachos. Sara estaba ya cansadísima, por lo que sólo se puso la blusa y la minifalda sin tanga ni brasier. Aparte que tampoco pudo encontrar sus dos prendas íntimas, y me imagine que alguno de ellos las había escondido para quedarse con ellas. Sara no quiso sexo por casi dos semanas, de tan adolorida que quedó desde aquella noche. Me tuve que comformar con unas chupadas o con que me hiciera correrme con sus manos.​

Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 03


Sara trabajo y puteando. Bueno, mas bien trabajo y un par de negocios que la han mantenido bastante ocupada, aunque si ha tenido tiempo para mi casi del diario y para un tipo que se encontró en un bar. Pero eso es lo de menos, ahora les cuento que sucedió con los muchachos de Melbourne, (sur de Florida) Allan, Nick y Alex.

Nick y Alex vinieron invitados por Allan. Allan fue el primero que se tiró a Sarita, fuera de nuestro matrimonio, y ha mantenido contacto con nosotros. Allan es un tipo que mide 1.80 m. Aproximadamente. Se mantiene en forma con mucha natación, ciclismo, jogging y con algo de fisiculturismo. Muy bien parecido y con una herramienta que es verdaderamente envidiable. No muy larga pero si muy gruesa. Ademas dice mi mujer que es un amante consumado. Alex y Nck no se queda atrás en cuanto a fisico se refiere, y son bastante bien parecidos, Alex es el juguetón de los tres y a Nick, por cualquiera que sean sus motivos, le gusta tragarse el semen de sus amigos. En realidad, si se recordarán, hasta nos mamó las vergas para no desperdiciar ni una gota.

Hace ya semanas vinieron a visitarnos con ganas de jugar con nosotros, mejor dicho, con Sarita. Solo que esta vez me incluyeron en las festividades. Estuvimos un rato tomando un par de cervezas en el hotel al que llegaron, Sara sentada entre Nick y Allan. Se beasba con uno luego el otro, sus manos entre las piernas de los dos calentándoles las pollas. Alex y yo charlábamos y me platicaba de un juego muy bueno del que había leído en la revista Penthouse.

El juego de ‘Ten Strokes’. El juego de las diez estocadas. Esto es: diez metidas de polla. La idea, bastante genial, es que la mujer se pone como a ella le de la gana, llega el primero y se la mete diez veces. Luego el segundo se la mete veinte, el tercero treinta veces. El cuarto cuarenta y el primero otra vez cincuenta. Y así sucecivamente añadiendo diez mas cada vez. Le dije que eso me gustaba y que deberíamos tratarlo. Alex dijo que el que se chorreara al último sería el ganador. Y que deberíamos pensar en algún premio. El ganador sellevaría a Sarita a su casa por todo un fín de semana, para convertirla en su esclava sexual. ¿Y el perdedor? La verdad no supimos que hacer con el perdedor, porque Allan y Nick ya estaban desnudando a Sara y le estaban metiendo mano por todos lados.

Les explicamos el juego y rápido Sara se terminó de desnudar y se tiró en la cama, boca arriba, preguntando quen va a ser el primero. Como Alex fue el de la idea, se puso entre las piernas de mi esposa y de un solo empujón, se la metió hasta las bolas. Sarita gemió de placer al sentir la polla de Alex, este tomó su tiempo y con lentitud se la sacó y se la metió diez veces.

Le sacó la polla, brillante con los secreciones de Sarita, que en realidad estaba muy mojada. Nick se puso luego, y también de un solo golpe se la metió hasta la base. Y, al igual que Alex, con movimientos lentos, se la metió y sacó veinte veces. Allan hizo lo mismo treinta veces. Cada vez que uno de ellos la ocupaba, Sara gemía de placer, y mientras se la metían o sacaban, se veía que estaba gozando. Las pollas salían cubiertas de lo mojado de Sarita.

Seguí con mis cuarenta, y Alex con cincuenta. Luego Nick sesenta veces y para sorpresa de todos, Allan se chorreó mientras intentaba darle sus setenta. Le dijimos a Nick que dejara a Sara enpaz, y que le chupara el coño hasta que terminaramos todos.

Uno por uno fuimos metiéndosela y al final Alex fué quien se chorreó al último.

Durante tanta metida, sacada y cambio de verga, Sara se había chorreado ya dos o tres veces. Une vez que Alex depositó hasta la última gota de su leche dentro de sara, Nick se puso con la cabeza entre las piernas de Sara y le sacó con la lengua hasta la última gota de esperma, haciendo que Sara se chorreara otra vez.

Pero la muy puta no estaba satisfecha. Y dejó que Allan se la metiera mientras todos veíamos, tomando otra cerveza. Allan, como se había chorreado primero, no tardó en ponerse duro. Esta vez duró mas tiempo que la primera vez y le dió a mi mujer tremenda cojida. Nick se puso duro viéndolos y esperó hasta que Allan se chorreara, Apenas Allan, sacó su miembro (un tanto flácido ya) goteando semen, Nick se puso entra las piernas de Sara y también se la metió hasta depositar su leche.

Le dijimos a Nick que limpiara a Sarita. Este le volvió a chupar el coño a mi mujer y la dejó al borde de otro orgazmo. A lo que Alex sugirió que se la metieramos los dos a la misma vez. Alex se puso debajo y yo arriba, ella viéndome. Las pollas entraron rápido y sería por cuestión de minutos nada mas, que a Sara le estalló otro orgazmo. Pero paramos, hasta que le dejé ir mi leche y le provoqué a Alex tambien el orgazmo.

Sara se metió al cuarto de baño, oímos la regadera y supimos que Sara se bañaba, y mientras decidimos tomar las últimas cervezas. Todavía sin vestirnos, cuando salió sara del baño, anunció que todavía no estaba satisfecha del todo. Nick le dijo que le gustarí hacer una 69 con ella, sara aceptó pronto estaban en la cama de nuevo, ella arriba de el, pasandole la lengua por su verga y el chupándole la concha. Pero Allan, no aguantó mas y se acerco para metersela a sara, Nick no puso resistencia y pronto estuvo Allan metiendosela a Sara, mientras que Nick le lamía a sara. Los huevos de Allan, le pegaban en la nariz a Nick, pero Nick nunca se quejó e inclusive, cuando se chorreo Alla, Nick le dio un par de lenguetazos a Allan para limpiarlo y siguió con mi mujer en la 69.

Por fín los dejamos, Sara ya bastante cansada, y los muchachos también agotados. Por ahora seguimos en contacto con ellos, en especial con Alex, el ganador de jueguito, y estamos planeando un viaje a Melbourne, donde Sarita será la esclava de Alex. Alex dice tener un par de proyectos en mente para mantener ocupada a Sara, entre ellos exhibirla en la playa y metersela en algún lugar público​

-Continuará




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heranlu

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Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 04

No se si seré un poco descuidado, pero creo no haber descrito a mi mujer anteriormente. Sara es en realidad un bombón. Bajita de estatura, aprox 1.60, pechos no muy grandes, un culo bien sabrosito y tiene una cara angelical. Mi mujer es de verdad muy apetecible, y se hace mas aun con la ropa que usa: faldas cortas, camisas y camisetas muy escotadas y muchas veces sin ropa interior.

Hemos estado en contacto con unos chicos del sur de la Florida, una ciudad que se llama Melbourne. Ellos son Nick, Allan y Alex. A Nick y a Alex los conocimos a traves de Allan. Allan los invitó a venir a nuestra ciudad, y los muchachos muy aventureros vinieron solo por que Allan les prometió que la pasarían bien. Y bien que la pasaron, es mas, regresaron por otra sesión de sexo, y la pasamos aún mejor, con el jueguito de las diez estocadas.

El ganador del juego, si recuerdan, fue Alex. Alex al chorrearse al último ganó y su premio fue llevarse a Sarita a Melbourne por un par de días para hacerla su esclava sexual. Sara pidió un par de días de vacaciones a su jefe, para complementar su fín de semana, y en total se la pasó desde el Viernes en la noche hasta el Miércoles por la tarde, en compañía de Alex, haciendo lo que a Alex se le ocurriera. Y muy buenas ideas tiene el cabrón, para empezar, me habló por telefono un par de días antes para decirme qué tipo de ropa Sara debería de llevar. "Nada de ropa interior, ni una braga, ni un sosten".

"OK, ¿Algo mas?" pregunté.

"La ropa entre mas corta mejor, ni jeans vaqueros, ni faldas que vayan mas debajo de la rodilla"

"Por eso ni te preocupes", le dije. "Sara solo tiene mini faldas"

"Perfecto"

"Creo lo único que le gusta es llevarse unos pantalocitos cortitos para usar en la casa"

"No, porque mientras esté aquí, no le permito usar nada en su cuerpo"

"Esto va ser muy bueno para grabar" pensé en voz alta

"No te procupes, te mandaré con ella algún video que hagamos"

Me extrañé, "¿Quiere decir que no me invitas?

"No, disculpa, pero ella, y solo ella, es mi premio"

"Que cabrón eres"

"Espero le guste a Sarita", y luego de una pausa añadió: "Y si pudieras, trata de no metersela por cuando menos tres días antes de traérmela, quiero que cuando llegue esté bien caliente".

Le platiqué a Sarita la petición de Alex, ella se echó a reír y se encogió de hombros diciendo que Alex había ganado, y que me tendría que conformar con par de jaladas o chupadas. Llegado el Viernes, fui por Sara a su oficina y llevaba yo la pequeña maleta que Sara había empacado de ante mano. En su ofina Sara puede llevar faldas, pero no muy cortas, y debe ser un poco mas recatada. Al subirse al auto, de inmediato se quitó la ropa y se vistió de nuevo con una faldita que apenas le cubre su culo (lo sé porque ya la ha usado antes) Y una camiseta o jersey sin ropa interior. Tal como Alex había dicho. Y en el proceso, dándoles a dos tipos que pasaban por ahí un show gratis enseñándoles su cuerpo.

Durante el camino (casi cuatro horas) Sara venía agarrandome la tranca y yo poniendo mis manos sobre sus pechos o en su entrepierna. Había muchos autos en la carretera, y muchos con familias enteras, así que no pudo enseñar sus tetas a choferes o tipos que viajaran solos, además de que se ponía ya oscuro.

Sabiendo que el muy cabrón de Alex no me permitiría quedarme, me apresure lo mas que pude y llegamos a Melbourne a buena hora. Alex salió al aparcadero de su piso a recibirnos, a mi con un apretón de manos muy afectuoso y a Sarita besándola en la boca y con un abrazo manoseando su culo. Casi a la entrada de su piso le ordenó se quitara la ropa, yo iba a protestar para decirle que sería mejor que lo hiciera dentro, pero Sara no se detuvo ni un momento y la falda y el jersey fueron al piso en cuestión de segundos.

Usé el aseo de Alex, besé a mi esposa y le pedí me llamara de vez en cuando para que me pusiera al tanto de lo que haciera. Me despedí de Alex y emprendí el camino de regreso a casa, otras tres horas de viaje. Llegué a eso de la una y media de la mañana del Sábado. Sara había hablado y dejó un mensaje en la contestadora automatica:

"Hola cariño, tan pronto te fuiste y Alex me obligó a chuparsela, Alex está tan caliente que no tardó mucho en correrse, pero ya se le paró y en este momento me la está metiendo.... muy rico.......¿Me escuchas?........" Alcanzé a escucharla jadeante, al fondo se escuchaba Alex jadeante y el indiscutible golpeteo de los genitales de Alex con los de Sara. "¿Cariño.....ahh....me escuchas? Este cabrón me hizo que.... me chorreara dos... veces ya ...Y creo voy al tercer orgazmo....pronto.....si me la sigue metiendo así.....que rico..... Fuck me!....... Fuck me!.... Harder!… ¿Lo escuchas...... como me la mete?....."

La llamada duró 15 minutos que fue la capacidad de mi contestadora, escuché a Alex decirle: "Puta, ¿Te gusta así? ¿La quieres mas fuerte?" Y a sarita gritándole que se la metiera mas. Y a la vez preguntando que si podía escuchar como Alex se la metía.

Pero no supe mas, la contestadora llegó a su límite y cortó la llamada. Después supe (cuando Sarita regresó y me contó) que después de metersela toda la noche, durmieron hasta ya entrado el medio día. Luego de ducharse los dos juntos (Alex otra vez quizo que Sara se la chupara) y de vestirse salieron a comer. Sara vestida con su minifalda y una blusa muy provocativa, y Alex normal en vaqueros y camisa. Sara atrajo las miradas de muchos tipos que andaban por ahí, por la playa y por supuesto, Sara me dijo tambien, que ella se sentía como una verdadera zorra, y esto le mantuvo la concha mojada todo el tiempo que estuvo en la calle.

En el restaurante (aquí en la Florida se acostumbran muchos los "sports bar") como era de esperarse, la mayoría de los concurrentes eran jovenes, de ambos sexos. Y por supuesto Sara no pudo pasar cuanta oportunidad tuvo para coquetear con cuanto chico le llamara su atención, e incluso los dejaba ver su concha mojada, cosa fácil, pues solo tenía que abrir las piernas un poco para enseñarla. Alex por su parte, la alentaba a portarse aún mas zorra. Cuando iba al aseo se le acercaban un par de chicos (los mas atrevidos) con el pretexto de saber su nombre o número de telefono, y ella los dejaba que le pasaran las manos por encima de la minifalda, sobandole el culo. Se les acercaba mas y "accidentalmente" las tetas pasaban por los antebrazos o el pecho de algún afortunado. En el automovil seguido enseñaba sus tetas, o se levantaba la mini para enseñar su culo o su concha, a otros automoviles llenos de chicos.

Llegada la noche Alex la llevó a una disco muy grande, repleta de jovenes bailando, tomando, besandose (hombres con mujeres, y mujeres con mujeres). Sara le chupó la polla a Alex en un rincón oscuro de la disco, Alex le pasó las manos a Sara por debajo de la falda, metiéndole los dedos en la concha mojada, mientras bailaban. En una ocasión, Sara fué rodeada por tres tipos, a los cuales les acarició sus pollas por arriba del pantalon, los tres la manosearon, le metieron los dedos, y uno de ellos le chupo las las tetas. Esto tenía a Alex a cien, y la sacó al aparcadero, donde busco un lugar oscuro y se la metió hasta chorrearse. Se regresaron a la disco con algo de la leche de Alex todavía corriéndosele por la pierna, cosa que a Sara no le importó mucho. Después de eso Alex le dio mas cerveza y la puso media embriagada. Se sentaron a una mesa donde habían varios chicos y chicas. No tardaron mucho en manosear a Sarita los que estaban por ahí. Alex jura que hasta una de las chicas le metió los dedos a Sara. Pero como todo llega a su fin, se regreason al piso de Alex, donde este se la volvió a meter (bendita juventud) hasta las cuatro de la mañana del Domingo.​

Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 05

El Domingo Sarita y Alex se levantaron tarde otra vez. Sara se duchó dos veces, la primera para quitarse el olor a cigarillo y sudor de la noche anterior, y la segunda fué porque Alex se la volvió a meter y la dejó las tetas y la concha llena de leche. Luego mientras platicaban, Alex preparaba el desayuno, luego mientras comían Alex recordó que su sobrino quedó en visitarlo. Alex le comentó a Sara que su sobrino, Gunner, es un muchacho muy apuesto, alto, con uncuerpo muy atlético, de 18 años y virgen. El muchacho parece, se dedica mucho a su colegio, al deporte y tiene suerte con las mujeres, pero (siempre hay un pelo en la sopa), y parece tener un poco de miedo. Alex le pidió a Sara ayuda con su sobrino. Sara repondió que si el chico le parecía, ella haría todo lo que pudiera. Una de las raras veces que Sara se puso ropa en la casa de Alex fué cuando Gunner se presentó. Sara quedó impresionada con el chico. Alto, pelo largo (a los hombros) y rubio, muscular, y muy bien parecido. Y miedoso, "Que cosa tan curiosa", reflexionó después Sara, "este chico puede tener a cuanta chica se le ponga en frente, y a este le dan ataques de nervios."

Sara se sentó frente a Gunner en la sala, con su mini y su blusa escotada (como siempre), Gunner sudó la gota gorda tratando de ver a sara a los ojos y no las tetas, y evitar ver por abajo de la minifalda. Sara le da risa recordar que a veces hasta tartamudeaba, y el pobre llegó a ponerse duro un par de veces.

Alex estaba al tanto de lo que pasaba y se disculpó con los dos (Sara y Gunner) diciendo que tenía que salir emergente por cuestiones de trabajo. Gunner se levantó para salir también, pero Alex logró disuadirlo diciéndole que Sara necesitaba compañía hasta que Alex regresara.

Una vez solos, la seductora echo manos a la obra:

"Me caes bien, ¿Tienes una amiguita por ahí?"

"No"

"¿Y eso, un chico tan guapo….me imagino entonces tendrás a varias amiguitas?"

"Ah….si, chicas del colegio…"

"¿Y con todas…….?" Sara mantuvo una sonrisa de diablita mientras hablaba con Gunner. "Tu sabes, ¿Con todas….?" y le guiñó un ojo. Gunner se puso rojo, y su nerviosismo se reflejaba en sus manos.

"No..es lo que piensas, son solo amigas"

"Esto me está gustando, entonces eres libre, como yo"

"¿Que no eres la chica de Alex?"

"No, somos amigos, nada mas" Sara se acercaba mas y mas a Gunner, Gunner estaba sentado en uno de esos banquillos como bar, en una pequeña barra que Alex tenía en su cocina, la barra divide la cocina con la sala, y Sara aprovechó la posisión de las piernas de Alex, un poco abiertas, para irse acercando a el. Luego de estar casi pegada con el, y viendo que este no se atrevía, lo cogió de la mano y se la puso en una teta, Sara notó entonces que el falo de este estaba ya duro, y se veían sus dimensiones a simple vista. Sara recuerda que no estaba el chico de tamaño descomunal, pero tampoco era para decir que le faltaba.

"Estás nervioso"

"Si"

"No hay necesidad….Mírame a los ojos" Gunner la enfrentó.

"¿Te gusta?" Sara ahora tenía las dos manos de Gunner, una en cada teta. Gunner se limitó a asentir con la cabeza. Sara guíó las manos del chico y las metió debajo de la blusa, la respiración le venía a intérvalos irregulares.

"¿Tienes que ser firme, pero suave. A las chicas les gusta que masajees los pechos, y le pongas especial atención a los pezones. Así… eso es. Será major me ayudes con la blusa." Segundos después Sara estaba disfrutando de la lengua y labios de Gunner en sus tetas."Despacio, y chúpame bien los los pesones…eso…asi, y cuando vayas de teta a teta, pasame la lengua entre las dos…ooh yeah…., mójame bien con la lengua….y sigue para abajo….así, "¿Que pasa? Quítame tu la falda." Segundos después Sara estaba desnuda ante Gunner. "Tienes que aprender algo que te hará popular con las chicas…¡De rodillas!" Sara le ordenó y Gunner obedeció, "Ahora bésame ahí y pásame bien la lengua." Ahora sin titubear, Gunner se puso manos a la obra. Sarita lo guió dándole palabras de aliento y diciéndole qué le gustaba y qué no. Gunner, para ser su primera vez comiendo coño, no lo hizo tan mal. Sara lo mantenía en posición agarrándolo por la nuca y suavemente empujándolo hacia ella. Después se lo llevó al sofa, ahí ella se tumbó de espaldas y abriendo las piernas le dijo a Gunner que se la chupara mas. Luego le devolvió el favor.

Se levantó, y le ayudó a Gunner con el pantalon y las bragas.

"De ahí saltó una verga muy, muy Buena (me contó Sara mientras yo le lamía las tetas) luego le pasé la lengua de arriba a abajo, y cuando me la metí en la boca, duró tres segundos máximo y el tonto se chorreó."

Me dió risa, Sara todavía no se acostumbra al sabor del semen, me imaginé la cara de Sarita con la barbilla llena de leche, y escupiendo lefa. Gunner se disculpó y se puso mal, Sara corrió al aseo y se quitó lo ultimo de la leche del chico. Cuando salió del baño, Gunner estaba por salirse del piso. Sara lo detuvo y el se disculpó mas aún.

"No sé que pasó, pero no pude aguantarme…."

"Ya, está bien, no hay problema. Nada mas me avisa la próxima vez"

"I am sorry, I am so sorry"

"Stop it! A las chicas no les gusta chicos inseguros, tómalo como experiencia, y ven acá."

Lo abrazó, lo besó en los labios y lo relajó para volver a empezar, "Esque el chico está muy bien, ademas, un problemita así no iba a impedir que me lo comiera." Me contó Sarita.

Sara volvió a revivir el miembro de Gunner con sobadas, jaladas, y chupadas. Gunner ganó confianza.

Sara lo invitó otra vez al sofa y de Nuevo ella se tiró de espaldas, el se tumbó sobre ella y entre besos y apretones de tetas, la polla se fué acomodando, Sara no pudo mas, y con su mano guió la verga de Gunner a su concha que ye estaba bastante bien mojada. Con las manos en las nalgas de Gunner lo invitó a que este se la metiera, y ni tardo ni perezoso, Gunner empezó a follarse a Sarita, hasta hacerla chorrear dos veces antes de que el depositara otro chorro de leche caliente dentro de Sara. Sara se lo cojió dos veces mas y luego lo dejó ir. Diciéndole que Alex llegaría en cualquier momento y no sería bueno que los encontrara desnudos. Gunner besó a Sarita una última vez y se fué.

Alex, que esperaba cerca del piso, vió a Gunner salir, y entró un par de minutos después.

"¡Que barbaros!¡Casi tres horas y media follando!"

"Tu sobrino está muy bueno, a ver si me lo prestas mas seguido."

"Ya, quitate la ropa que ahora sigo yo...."

Alex volvió follarse a Sarita esa tarde y la noche. Y me llamaó por teléfono para decirme los planes del Lunes.

"Tienes una mujer increible"

"Gracias"

"A ver si me toca la suerte que a tí"

"Cuestión de comunicación, la pareja tiene que tener comunicación"

"En este momento se está duchando, es la tercera vez que follamos, increible, nunca pensé poder hacerlo, eres el mas afortunado, tu mujer folla muy bien, pero te dejo, Sara ya sale de la ducha y saldremos a cenar. Nada hoy, mañana tengo una sorpresita preparada, pero te tendrás que esperar a que te la mande."

"¿Qué es?

"¿Te acuerdas del video que te prometí?

"Si" Fue mas pregunta que acertación.

"Pues mañana te envío uno después de hacerlo, entrega rápida para que lo veas antes de que Sara regrese contigo"

"¿De que se trata?"

"Ya lo verás....

Pero no llegó a tiempo.

Lo ví a los dos días de que Sara regresara, y me gustó​

Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 06

El miércoles me levanté temprano para viajar. Aún así llegué a Melbourne a eso de las dos de la tarde. Algo cansado, sobretodo por el trabajo de los días anteriores. Por el hecho de no poder dormir bien durante la semana, se le van juntando a uno las bolsas bajo los ojos y el cansancio se va acumulando. Sin embargo, al llegar al piso de Alex, la polla se me puso a cien cuando vi. el espectáculo con el que me recibieron. Cansado o no, cuando ves a una mujer disfrutando de una buena cogida, con las piernas bien abiertas, las manos haciendo puños con las sábanas y gritándole a su amante que le de mas fuerte; y este esmerándose por metérsela mas profunda a cada arremetida y mas rápido que la anterior, cansado o no, la verga se te tiene que poner dura.

Estuve a punto de jalármela mientras veía como este par disfrutaban. Desde donde estaba sentado veía perfectamente la polla de Alex entrar y salir de la concha de mi esposa. El golpeteo indiscutible de genitales, los gemidos de Sara, el aroma a sexo y los gruñidos de Alex llenaban la habitación.



Que puta es, pensé, ¿Se le quitará algún día? Ojala no.

No pude con la excitación, me saqué la polla y le di un par de jaladas. En eso me percaté del video cámara montada sobre un par de revistas (para darle el ángulo mejor apuntando hacia la cama), la tomé y empecé a grabar a Sara y a Alex. Por fin se dieron cuenta que estaba ahí,

La toma fue buena, y los filmé follando en todas posiciones. La última toma fue desde atrás, enfocando bien en la polla de Alex entrando y saliendo de mi mujer. Sara había llegado cuando menos a dos orgasmos muy fuertes en los pocos minutos que estuve ahí. Cuando Alex se chorreó, contrajo su culo y ensartó su polla una última ves hasta el fondo. Agachó la cabeza para besar a Sara, en un beso muy mojado intercambiando lengua y saliva. A los pocos instantes, después de sacarle la polla, la leche de Alex se le chorreaba de la concha a las sabanas.

Con la polla todavía bien parada, me le acerque a Sara, esta la agarró y le dio unas cuantas jaladas, antes de chorrearme, le apunté la polla a su vagina y toda mi leche goteó en sus labios vaginales que ya estaban empapados con la lefa de Alex.

-¿Que tal? Alex me preguntó.

-Bien, me imagino la tienes agotada.

-Uffff, ella a mi, este es el segundo que echamos hoy.

-Y mírala, se quedo fulminada en la cama, ni se ha preocupado de limpiarse,

-No se ha ni movido,

-Las piernas abiertas y todo, y puedo ver como se le sale el semen. Le voy a tomar unas fotos para el álbum.

Regresamos a nuestra casa, a eso de las nueve de la noche. Agotada, me pidió la dejara descansar ‘por lo menos un año, por que me duele mucho mi conchita, creo que me pasé’. Mala suerte para mi, me tengo que esperar para poder metérsela. Se duchó y se acostó. No se levanto hasta otro día a las diez de la mañana.

-¿No vas a trabajar?

-Estoy muy cansada.

-No te vayan a reñir

-Por favor, si algo pasa, amenazo al hijo de mi jefe con no volvérsela a chupar.

Me imagine a Sara mimándole la verga al hijo de su jefe, o quizás amenazándolo de decirle a su esposa lo que hacen en la oficina.

-Claro que me tengo que esperar hasta el siglo que viene, me duele ahí abajo

Habló por teléfono con su jefe y este le dio el resto de la semana libre. Me tuve que conformar con jalármela mientras ella me contaba con lujo de detalles todas las aventuras con Alex. Al fin, el Viernes por la noche me ayudó a jalármela y me dic un par de chupadas. La concha estaba todavía fuera de juego.

Para el Sábado Sara se sentía ya mejor, pero por mi trabajo, no pudimos hacer nada. El sábado trabajé todo el día y ella se fue de compras con sus amigas. A las ocho de la noche que regresé, Sarita estaba ya en casa, pero no sola….Jason nos visitaba y me recibió de la misma manera que cuando estaba en Melbourne, con las piernas abiertas y un tipo arriba de ella metiéndosela a cien por hora. La muy puta le gritaba que se la metiera mas duro, y Jason respondió arremetiendo con más fuerza.

Jason se detuvo lo suficiente para levantarse y postrarse ante ella, entre las piernas de Sara, de rodillas, estando ella de espaldas, Jason levantó las piernas de ella. Sara a su vez cruzó sus tobillos detrás de la nuca de Jason. Este alternaba agarrándola de la cadera, o por la parte de enfrente de las piernas o la cogia de las nalgas para metérsela. Sara no duró mucho en esta posición y dejo escapar un gemido acompañado de gritos cortados por sus respiración. La puta se chorreaba y Jason no dejaba de bombear su polla.

Jason se cansó de esta posición y le dio la vuelta. Con su culo al aire, Sara sumió su cara en la almohada cuando Jason se la volvió a meter. Estuvo así un rato hasta que se volvió a cansar. Jason, se acostó bocarriba al lado de Sara, su polla apuntando hacia el techo, dura y brillante con las secreciones de Sarita. Sara se subió arriba de Jason y con la mano izquierda se balanceaba mientras con la otra guiaba la polla de Jason a su concha. De rodillas sobre el cuerpo de Jason, pero dándole la espalda, (ósea, viéndome), poco a poco se sentó sobre el órgano gueso y venudo, hasta que el vello púbico de la base de la polla de Jason se juntó con los labios vaginales de mi esposa.

Jason la cogió de las nalgas y la ayudaba en el vaivén de cada arremetida. Ella me indicó con el dedo que me acercara, cuando estuve cerca de ella me besó, la boca le olía a polla, probablemente de chupársela a Jason.

-Chúpame las tetas.

Muy obediente, le cogí la izquierda con la mano y a la otra me la puse en la boca. Ella gemía como loca, con la polla de Jason bien metida y yo mordisqueándole los pezones. Me empujó suavemente, y se acostó sobre Jason.

Viendo a mi mujer así, de espaldas sobre el pecho de Jason, con las piernas abiertas y la polla metida, me estaba poniendo bastante duro. Puta, pensé, no me pudo esperar.

Jason extendió los brazos de Sara hacia arriba y le cogió las tetas desde abajo. La mano de ella se deslizó a su concha y se frotó el clítoris un par de veces.

-Sabes como me gusta que me comas la concha- Me dijo- Chúpame, pásame la lengua por ahí.

La polla de Jason seguía entrando y saliendo y mantenía la concha abierta.

Me fui deslizando lentamente por el cuerpo de mi mujer, con las manos en sus tetas, pellizcando suavemente sus pezones, besé y lamí sus tetas, y corrí mi lengua en pequeños círculos, pasando por su vientre hasta llegar a su vagina. Encontré su clítoris y me di a la tarea de masajearle bien con la lengua. A escaso un centímetro de mi boca la polla de Jason entraba y salía de Sara. Casi inmediatamente, un orgasmo de los más intensos cogió a Sara y la mantuvo en un éxtasis sexual por casi un minuto. Durante el cual, ni Jason dejó de bombear su polla, ni yo dejé de comerle el clítoris. Minutos después, Jason pidió volver a cambiar de posición. La puso otra vez de espaldas, se puso el de rodillas entre las piernas de ella, Al mismo tiempo que levantaba las piernas de Sara sobre sus hombros, le volvió a meter la tranca. Yo me puse a la cabeza de ella para ponerle mi verga en la cara, Sara abrió su boca y me chupo mientras Jason continuaba follándosela salvajemente.

Finalmente Jason gruñó y se chorreó depositando una buena cantidad de leche dentro de Sara. Yo saqué la polla de entre los labios de mi mujer y me puse entre sus piernas. Cuando se la metí, sentí lo caliente de la vagina de mi esposa y la leche de Jason. En cuestión de cinco minutos deposité mi leche junto a la de Jason dentro de mi mujer.



Minutos después, Jason y yo charlábamos en la sala mientras Sarita se duchaba.

-Cabrón que eres Jason, llevo una semana sin poder follarme a mi mujer y te me adelantas.

Con una sonrisita diabólica me dijo que solo venia a visitarnos sin saber que yo no estaba. Cuando llegó, Sara estaba desvistiéndose y no se preocupó por ponerse más ropa que la que llevaba puesta, ósea, bragas y una pequeña jersey en vez de brasier. Le comentó a Jason que ella estuvo en Melbourne vacacionando mientras yo permanecí aquí por el trabajo. A Jason le pareció curioso que yo no hubiese ido a Melbourne pues siempre estamos juntos. Luego me explicó que Sara se sonrió y le platicó que fue lo que hizo con Alex. Jason luego la cogio de la cintura y la beso, debiéndole que yo era un tipo muy afortunado y que el quisiera encontrarse con una chica como Sara. Sara preguntó que tipo de chica es ella. Jason dijo liberal, libertina, libre y con muchas ganas de sexo a todas horas del día. De la cintura, las manos se le fueron al culo de mi mujer y pronto las bragas estaban en el suelo y mi mujer con la polla de el en la boca dándole una mamada que le aflojó las piernas​

Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 07

mi mujer se fue al sur de la Florida para pasarse unos cuantos días con Alex, como su ‘esclava sexual. Se fue unos días a Melbourne donde hizo de las suyas, cosas que ya les platique, y la última de ‘complaciendo a mi mujer,’ les platique de Jason. Cosa, que por olvido, no lo había introducido anteriormente. Si por alguna razón se han aburrido leyendo las cosas que hace mi mujer, sabrán que Sara y yo fuimos a Melbourne (sur de la Florida) donde conocimos a Allan. Allan fue el primero con el que Sara probó el sexo fuera de nuestro matrimonio. Después fueron Alex y Nick.

Sara dio un giro muy grande en su vida, de mujer recatada y respetuosa, a una liberal, en ninfomana siempre hambrienta de sexo. Desde la ropa que lleva, hasta las cosas que hace en la cama. Se me ha convertido en una puta de la noche a la mañana. Y no digo esto quejándome, pues nuestra vida sexual ha aumentado en un quinientos por cien.

Así que ahora le gusta que la vean, que a los hombres se les caiga la baba cuando ella camina por la calle, o en la playa. Le gusta coquetear con cuanto chico guapo se le atraviese y por supuesto, cuando vamos a la disco, le gusta ponerle las vergas duras a todo el que tenga valor de acercársele. Para lograr esto, se viste muy provocativa, minifaldas, camisas con mucho escote (muy seguido sin sostén), y se acerca mucho a los hombres para ‘accidentalmente’ rozar sus tetas o culo en algún afortunado.

De esta manera conocimos a Jason, en una disco. Jason es un tipo bien parecido, agradable, no hace fisiculturismo como Allan, o Alex, pero se mantiene bien en forma jugando mucho fútbol, jogging y con mucho ejercicio en la bicicleta. Nada descomunal, la polla de el es normal, como la mía, no tiene nada físico que lo destaque de otros chicos (ni gordo ni flaco), excepto que tiene una personalidad y carisma que lo hacen muy popular. Es de esos tipos que todo ven con optimismo, y siempre te hace sentir bien cuando estas con el. Es rápido para contar chistes, siempre listo para darte la mano, y, dice mi mujer, se toma su tiempo para comerle la concha y chuparle bien el clítoris.

Fuimos a una disco en la playa. Como siempre, repleta de chicos y chicas. Jason estaba ahí, de inmediato se fijó en Sarita. Sara y yo tomamos unas cervezas, bailamos un poco, coqueteó con los chicos y no faltó a quien se le pasara la mano por las nalgas o las tetas de Sara. Jason la observaba de cerca, y entabló conversación conmigo cuando Sara fue al aseo. De regreso a la mesa, le presenté a Jason y este nos mantuvo muy animados con una conversación muy amena, hablando de todo un poco, lo muy trivial hasta lo muy íntimo. La plática se volvió al sexo y pronto Jason descubrió cual era el juego nuestro. Sara me comento que le agradaba mucho y que buscara la manera de llevarlo a la cama.

Durante la plática Jason aseguro ser muy buen amante y que se especializaba en sexo oral. Sara dijo que eso estaba por verse, porque yo soy muy apto para el trabajo. Jason entonces dijo que solo había una manera de saber. Sara propuso ponernos a prueba y decidimos ir a casa de el, ya que vive cerca de ahí, en un condominio en la playa, en el último piso del edificio.

La tensión sexual estaba casi palpable, caminando hasta ahí por la playa, ya de noche, Jason le propuso a Sara que se quitara algo de ropa. Sara entre risitas se quito la blusa y rápido le pidió que la abrazara porque la brisa del mar le daba frío. Jason se puso frente a ella y la abrazo besándole el cuello y lentamente acercándose más hacia sus labios. Pronto estaba mi esposa besándose, semidesnuda, en brazos de este tipo que hacía media hora no conocíamos.

La entrada al edificio estaba llena de luz, pero desierta. Jason explicó que casi todos los inquilinos eran de edad avanzada, excepto uno que otro (como el) que todavía trabajaban, la mayoría de los que ahí viven son retirados. Sara se volvió a poner su blusa, y entramos al ascensor, ahí, Jason se abalanzó sobre Sara, besándola, y pasándole las manos por todos lados. En cuestión de segundos las braguitas de Sara fueron al suelo, mientras que Jason disfrutaba del cuerpo de mi mujer. En realidad, estaba difícil de decir quién gozaba mas, Sara estaba también disfrutando de la manoseada que recibía.

Jason se puso entonces de rodillas frente a Sara y sin más ni más le metió la lengua en su coño. Pero el viaje era corto y pronto se abrieron las puertas del ascensor, cosa que no preocupó mucho a Jason, pues este seguía en su afán de comerse el coño de mi mujer. Entramos a su piso, y ahí se olvidaron otra vez de mi, igual que como en el ascensor, Sara estaba de espaldas a la pared, con una pierna arriba, sobre la espalda de Jason y con la otra balanceándose de puntitas en el suelo. Jason seguía expertamente lamiendo la concha de Sara. Esta estaba gritando, dándole aliento y diciéndole que le diera más.

Jason la levantó para llevarla a sofá, ahí la acostó con una pierna en el suelo y otra sobre el respaldo del sofá, ósea, con las piernas abiertas al máximo. Jason continuo, de rodillas al pie del sofá, administrando placer a mi esposa con su lengua, chupándole el clítoris, metiéndole un dedo, después dos y con la otra mano pellizcando un pezón y luego el otro.

Jason continuó chupando y metiéndole los dedos a mi mujer por casi veinte minutos.

Finalmente, Sara llego al punto donde un orgasmo intenso se apodero de ella y no pudiendo contenerse mas, se dejo llevar y gritaba como una loca de pasión, Le pedía a Jason que dejara respirar un poco pero este estaba afanado en su tarea y no le dio tregua. Continuaba lamiendo y metiéndole los dedos.

Pero Sara tenía otras ideas, y le pidió que por favor se la metiera, Jason no tardó mucho en levantarse para quitarse los pantalones, en cuestión de segundos, estaba guiando su polla al coño. Apoyando una rodilla en el sofá, y con la otra pierna en el suelo, Jason mantenía las piernas de mi esposa abiertas, y de un solo golpe le metió la verga hasta la base. Jason continuó fallándose a mi esposa de esta manera por unos minutos, hasta que Sara de nuevo llegó a otro orgasmo tan intenso como el primero. Jason dejo de su polla adentro de mi mujer mientras ella bajaba de la nube donde estaba. Aprovechó la pausa para cambiar de posición, se sentó en el sofá, e invitó a Sara a sentarse en el. Ella lo hizo rápido, acomodándose bien para asegurarse de que Jason tuviera acceso a sus tetats. Con las manos en las nalgas, la polla bien metida y chapándole las tetas a mi mujer, Jason y Sara follaron por varios minutos, creo fue la fricción, o el calor de sus cuerpos (estaban sudando) que decidieron cambiar de posición. Esta vez, Puso a Sara de rodillas frente al sofá, con el torso hacia al asiento del sofá, Se postró detrás de Sara y antes de metérsela, bajo la cabeza para darle otra chupada al dilatado coño de Sara; después se la metió por detrás, de perrito. Jason y Sara follaron como locos en esta posición, aprovechando para pellizcarle las tetas, Sara poco a poco se recostó ota vez en el sofá, pero sobre la orilla del sofá mientras Jason le levanto una pierna, poniéndola en el sofá mientras la otra seguía en el suelo. De esta manera Jason tenía acceso total a la panocha de Sara. Apoyándose en la espalda de Sara, o a veces cogiéndola de las caderas, Jason siguió bombeando, fallándose a Sara hasta que por fin dio señales de empezar a chorrearse. Cosa que hizo sacando su polla y disparando chorros de lefa en la espalda y el culo de mi esposa. Sara llego a otro orgasmo al sentir la leche caliente de Jason sobre su piel. Exhausto, se acostó sobre ella desparramando su propio semen entre su estomago y la espalda de Sara. Yo quise limitarme a ver la acción desde la silla al otro lado del cuarto, pero no pude contenerme y me tuve que jalar hasta chorrearme dejando caer todo en el piso.

Jason abrió los ojos, y se volvió para verme, tenía una expresión como esas cuando tienes muchas ganas de orinar, y luego después de aguantarte por horas, finalmente descargas la vejiga, y te da una sensación de alivio que te dura por varias horas.

-Tu mujer es una bomba-

-Creo que la prueba queda aplazada- Le dije.

-¿Cuál?-

-Para ver quien da el mejor sexo oral, para eso vinimos ¿no?-

Sara y Jason se rieron.

-La próxima vez será- Dijo Sara

-Hm., ¿Me van a incluir la próxima vez?- Pregunto Jason.

Hasta hoy día, Jason es parte de nuestro ‘sexo recreacional’ como le llamo. A veces, Sara va a casa de Jason, donde se la pasa un par de horas, o a veces toda la noche, follando y chupando. Jason viene a veces a nuestra casa para lo mismo. La mayoría de las veces cuando el viene a casa, yo estoy y participo, dándole a Sara horas y horas de satisfacción. A veces vamos a casa de el, nos follamos a Sara juntos, a veces uno por la boca y el otro fallándole el coño, a veces los dos metiéndole la verga en la panocha al mismo tiempo, haciendo un emparedado sensacional como cuando Allan y los chicos vinieron a visitarnos.

Una vez que Jason fue a la casa, Sara todavía no regresaba del trabajo, yo estaba ya y charlábamos un poco. Cuando por fin llegó, y después de un rato de plática, Sara me dijo que Jason había estado en nuestra casa el día anterior. Jason se levanto entonces, y se acercó a Sara, quien estaba sentada en nuestro sofá y me dijo:

-Tu mujer es la mejor mama vergas que conozco- luego se volvió a Sara y le dijo:-¿Por qué no le enseñas a tu marido lo que me hiciste ayer?

Sin mas, Sara sacó la verga flácida de Jason, y se la metió en la boca. Se la mamo hasta que la puso dura, luego se recostó en el sofá para que Jason se la metiera. Estas escenas son muy comunes aquí en mi casa últimamente. Y no necesariamente con Jason siempre. Sara me avisa con tiempo para decirme que tiene entre ojos a un chico nuevo, y me pregunta si tengo algún inconveniente. Cosa imposible, pues siempre terminamos los dos muy satisfechos de nuestras sesiones de ‘sexo recreacional’.​

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