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Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 01
Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 02
Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 03
-Continuará
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Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 01
Desde que nos casamos siempre hemos compartido nuestros sueños y deseos. Muy activos en la cama, y nos da por decirnos cosas como "¿Te gustaría que yo fuera otro? ¿Te gustaría que estuviera otro tipo aquí para que entre los dos te la metamos?
Eso la pone siempre muy caliente y llega al orgazmo rápido y muy fuerte. Un día, hablando ya en serio, le pregunté si deveras le gustaría hacerlo con dos, me dijo que sí, pero que tenía miedo. Pero con el tiempo y siguiendo con las fantasías, llegó a preguntarme si de veras estaba buscando a alguien para compartir, le dije que no, pero esa plática me dió muchas ideas.
Para nuestro décimo aniversario, preparé un viaje hacia el sur de Florida, sin decirle nada a ella. Cuando llegó el día, simplemente le dije que le tenía una sorperesa. Le dije que había alquilado un cuarto de hotel en una playa, pero lejos de nuestro pueblo. Para pasar todo el fín de semana solos, la única condición, era que ella tenía que vestir minifaldas todo el tiempo, a lo que ella dijo que eso no ers ningún problema, pues ella siempre viste minifaldas. Y es cierto, entre mas cortas major, le gusta enseñar sus piernas y acentuar su culo. No tiene muchas tetas, pero las que tiene se le ven muy bien, ella no es alta, de pelo largo negro y una cara que no le pide nada a nadie.
-Pero- Le dije, -no vas a ponerte nada debajo de la falda.
Ella me miró incrédula, pero acceptó. Y así nos fuimos al hotel que había reservado, como a cuatro horas de camino de donde nosotros vivimos. Durante todo el camino le pedí que me enseñara la concha, ella se reía y se subía mas la falda hasta que yo podia ver pelos. Y luego después me enseñaba tetas. Llegamos al hotel a eso de las cinco de la tarde, y nos fuimos a la playa. Ella en su bañador muy diminuto que apenas le cubría, lucía estupenda, y yo ví como los demas tipos que andaban por ahí se le quedaban viendo. Al llegar la noche, nos fuimos a cenar, luego a una disco, que nos había recomemdado el mesero. El mesero se portó muy bien con nosotros y y hasta nos cobró menos, porque mi esposa se puso a coquetear con el. Cada vez que pasaba por nuestra mesa, mi esposa se subía mas la falda hasta que por fín, me dijo ella, que el podia ver todo. Ya calientes, nos fuimos al la disco.
Había mucha gente, y el ambienta estaba bien movido. Muchas chicas bonitas y muchos chicos guapos, mi mujer se quedó maravillada. Llegamos a la barra y con suerte había un par de asientos libres. Pero la dejé sola un minuto para ir al aseo. Cuando regresé, mi lugar estba ocupado por un tipo que le hacía conversación a mi mujer. Ella se reía con el y parecía muy animada. Cuando llegué el me vió con cara de pocos amigos y me dijo
-¿Qué no ves que estoy platicando?
-Si ya veo, no hay ningún problema-
-¿Pero que quieres?
-Sentarme con mi esposa.
Huy, se puso de todos colores, y quiso disculparse. Perdón, no sabía que ella venía acompañada, no es mi intención crear un problema….etc. pero yo le dije que no había problema y le invité un trago. Nos terminamos de conocer, el se llama Allan, le presenté formalmente a mi mujer Sarita y yo, le dije, soy Lucho.
Después de un rato de conversación, me preguntó si podía bailar con Sarita, y a mí que me dices, pregúntale a ella. Ella ya empezaba a sentir los efectos del alcohol, y se sentía muy alegre. Se fué a bailar con él y estuvieron buen rato. Cuando regresaron, Sarita me contó que nuestro buen amigo se portó muy caballeroso, al principio, pues como le pista está tan llena de gente, no había mas que pegarse a el, y el, se empezó a poner duro, Sarita se quedó intrigada, porque parece ser, Allan está bien dotado.
-¿Te gusta el gringo, no?
-Huy si.
-¿Ya te tocó el cuerpo?
-Me puso las manos en las caderas, y luego se paso para las nalgas.
-Cabrona que eres, ¿Y qué hiciste?
-Me le pegué mas, y fué cuando sentí su paquete.
Cuando ví a Allan de reojo le hice un gesto, y el se acercó a mí. Le dije que buscaramos una mesa para estar mas privados. Fuimos de inmediato hacia la parte del fondo de la disco, y no pudimos encontrar nada. Pensé entonces regresar al hotel. Le pregunté a Allan y el aceptó de inmediato. De camino al hotel, el se sentó con Sarita en el asiento trasero del coche, y ella se avalanzó sobre el, ya no había por que pretender, se beasaron y el le recorrió el cuerpo con sus manos prestándole atención a sus nalgas y piernas. Nos metimos al hotel por una de las puertas traseras, y subimos al décimo piso en el ascensor. Durante el corto viaje, Allan, no perdió tiempo, le metió mano a mi mujer por todos lados y hasta en la concha, informándoma que la tenía muy mojada y muy caliente. Cabrón.
Y apenas entramos al cuarto, Allan empujó a mi mujer en la cama, ella cayó sentada, esperaba que Allan se le echara encima, pero el gringo tenía otras ideas. Se bajó los pantalones y su ropa interior, y como de resorte saltó una verga dura, no muy larga, pero sí muy gruesa. A mi esposa se le abrieron los ojos grandes y sin que le dijeran nada, la tomó en su boca.
Y ahí esta la muy puta, chupando, lamiendo, como si fuera la última verga en el planeta.
Allan porsupuesto, gozando da las mamadas que le daba mi mujer, pero no pudo aguantar mucho, y le dijo que se acostara, ahora era el turno de el. Mi esposa, muy obediente, se acostó, y el le levantó la falda hasta la cintura. Le pasó la lengua por los labios vaginales, y luego la penetró la mas que pudo con la lengua. A mi mujer le gusta que le coman la concha, le encanta que le den de lenguetasos por su rajita y le fascina que le meta uno o dos dedos mientras me la como. Por lo visto Allan estaba haciendo muy buen trabajo, porque pronto empezó a rogarle a Allan que se la metiera. Allan se terminó de desvestir, y hay que ser justos, el muchacho está bien cuadrado, me refiero a que es obvio que se dedica al fisiculturismo. Yo no estoy mal, pero este gringo parece uno de esos modelos para la revista de playgirl.
Se subió arriba de mi mujer, y de un solo golpe, se la metió hasta que solo las bolas le quedaron afuera, pegándole en el ojete del culo. Mi mujer dió un grito de écstasis y continuó gimiendo mientras Allan se la metía y se la sacaba con bastante rapidés.
Me sorprendió el gringo, Porque después de como veinte minutos, le dió vuelta a mi mujer, poniendola en cuatro, metiéndosela de perrito, y como otros veimte minutos mas, se cansó mi esposa, y se dejó caer de panza en la cama. Este cabrón siguió con un mete y saca impresionante, hasta que porfín anunció que se chorreaba, y se vino con una última arremetida, y se dejó caer encima de mi mujer.
Yo, en realidad, no pude aguantar viendo como este gringo se culeaba a mi mujer. Se me paró, y me la tuve que jalar. Me la jalé hasta que ya no pude mas y me descargué sobre la alfombra.
Mi mujer, cansada, con alcohol en la cabeza y recién cojida, se dió la vuelta y se puso a dormir. Allan se tumbó al lado de ella y me dijo lo incredible que está. Le dije que eso ya lo sabía, y lo invité a que se quedara con nosotros esa noche.
Nos acostamos los tres en la cama, mi esposa en medio. Me dormí, pronto, no sé por que, si no era muy tarde y yo no había tomado nada, pero me despertaron Allan y mi esposa temprano en la mañana. Parece que Allan se despertó porque mi esposa, la muy cabrona, se la estaba chupando, A este se la paró otra vez con mamadas de mi mujer y otra vez se la metió, mientras yo dormía.
El plan era para quedarnos ahí dos días y dos noches. La segunda noche, Allan fué al hotel otra vez, y se volvió a clavar a mi esposa. Esta vez me acordé y saqué la video cámara, y grabé dos horas de sexo ininterrumpido. Allan se la metió a mi mujer por la boca y por la concha, hasta que se vino tres veces. Mi mujer perdió la cuenta de las veces que se vino. Otra vez me la tuve que jalar, una vez y me vine una segunda vez con ayuda de mi esposa, que me la chupó y me la jaló hasta que me vine.
Nos regresamos a nuestro pueblo, ella iba muy contenta, y hasta le enseñó las tetas a un chofer de esos camiones de carga, este sonó el claxon y le aventaba besos desde su cabina. A otro camionero le enseño la concha, se subió la falda, y como ibamos en nuestro coche, el del camión, podía ver fácil desde su cabina, hacia abajo todo lo que mi esposa le enseñara.
Eso la pone siempre muy caliente y llega al orgazmo rápido y muy fuerte. Un día, hablando ya en serio, le pregunté si deveras le gustaría hacerlo con dos, me dijo que sí, pero que tenía miedo. Pero con el tiempo y siguiendo con las fantasías, llegó a preguntarme si de veras estaba buscando a alguien para compartir, le dije que no, pero esa plática me dió muchas ideas.
Para nuestro décimo aniversario, preparé un viaje hacia el sur de Florida, sin decirle nada a ella. Cuando llegó el día, simplemente le dije que le tenía una sorperesa. Le dije que había alquilado un cuarto de hotel en una playa, pero lejos de nuestro pueblo. Para pasar todo el fín de semana solos, la única condición, era que ella tenía que vestir minifaldas todo el tiempo, a lo que ella dijo que eso no ers ningún problema, pues ella siempre viste minifaldas. Y es cierto, entre mas cortas major, le gusta enseñar sus piernas y acentuar su culo. No tiene muchas tetas, pero las que tiene se le ven muy bien, ella no es alta, de pelo largo negro y una cara que no le pide nada a nadie.
-Pero- Le dije, -no vas a ponerte nada debajo de la falda.
Ella me miró incrédula, pero acceptó. Y así nos fuimos al hotel que había reservado, como a cuatro horas de camino de donde nosotros vivimos. Durante todo el camino le pedí que me enseñara la concha, ella se reía y se subía mas la falda hasta que yo podia ver pelos. Y luego después me enseñaba tetas. Llegamos al hotel a eso de las cinco de la tarde, y nos fuimos a la playa. Ella en su bañador muy diminuto que apenas le cubría, lucía estupenda, y yo ví como los demas tipos que andaban por ahí se le quedaban viendo. Al llegar la noche, nos fuimos a cenar, luego a una disco, que nos había recomemdado el mesero. El mesero se portó muy bien con nosotros y y hasta nos cobró menos, porque mi esposa se puso a coquetear con el. Cada vez que pasaba por nuestra mesa, mi esposa se subía mas la falda hasta que por fín, me dijo ella, que el podia ver todo. Ya calientes, nos fuimos al la disco.
Había mucha gente, y el ambienta estaba bien movido. Muchas chicas bonitas y muchos chicos guapos, mi mujer se quedó maravillada. Llegamos a la barra y con suerte había un par de asientos libres. Pero la dejé sola un minuto para ir al aseo. Cuando regresé, mi lugar estba ocupado por un tipo que le hacía conversación a mi mujer. Ella se reía con el y parecía muy animada. Cuando llegué el me vió con cara de pocos amigos y me dijo
-¿Qué no ves que estoy platicando?
-Si ya veo, no hay ningún problema-
-¿Pero que quieres?
-Sentarme con mi esposa.
Huy, se puso de todos colores, y quiso disculparse. Perdón, no sabía que ella venía acompañada, no es mi intención crear un problema….etc. pero yo le dije que no había problema y le invité un trago. Nos terminamos de conocer, el se llama Allan, le presenté formalmente a mi mujer Sarita y yo, le dije, soy Lucho.
Después de un rato de conversación, me preguntó si podía bailar con Sarita, y a mí que me dices, pregúntale a ella. Ella ya empezaba a sentir los efectos del alcohol, y se sentía muy alegre. Se fué a bailar con él y estuvieron buen rato. Cuando regresaron, Sarita me contó que nuestro buen amigo se portó muy caballeroso, al principio, pues como le pista está tan llena de gente, no había mas que pegarse a el, y el, se empezó a poner duro, Sarita se quedó intrigada, porque parece ser, Allan está bien dotado.
-¿Te gusta el gringo, no?
-Huy si.
-¿Ya te tocó el cuerpo?
-Me puso las manos en las caderas, y luego se paso para las nalgas.
-Cabrona que eres, ¿Y qué hiciste?
-Me le pegué mas, y fué cuando sentí su paquete.
Cuando ví a Allan de reojo le hice un gesto, y el se acercó a mí. Le dije que buscaramos una mesa para estar mas privados. Fuimos de inmediato hacia la parte del fondo de la disco, y no pudimos encontrar nada. Pensé entonces regresar al hotel. Le pregunté a Allan y el aceptó de inmediato. De camino al hotel, el se sentó con Sarita en el asiento trasero del coche, y ella se avalanzó sobre el, ya no había por que pretender, se beasaron y el le recorrió el cuerpo con sus manos prestándole atención a sus nalgas y piernas. Nos metimos al hotel por una de las puertas traseras, y subimos al décimo piso en el ascensor. Durante el corto viaje, Allan, no perdió tiempo, le metió mano a mi mujer por todos lados y hasta en la concha, informándoma que la tenía muy mojada y muy caliente. Cabrón.
Y apenas entramos al cuarto, Allan empujó a mi mujer en la cama, ella cayó sentada, esperaba que Allan se le echara encima, pero el gringo tenía otras ideas. Se bajó los pantalones y su ropa interior, y como de resorte saltó una verga dura, no muy larga, pero sí muy gruesa. A mi esposa se le abrieron los ojos grandes y sin que le dijeran nada, la tomó en su boca.
Y ahí esta la muy puta, chupando, lamiendo, como si fuera la última verga en el planeta.
Allan porsupuesto, gozando da las mamadas que le daba mi mujer, pero no pudo aguantar mucho, y le dijo que se acostara, ahora era el turno de el. Mi esposa, muy obediente, se acostó, y el le levantó la falda hasta la cintura. Le pasó la lengua por los labios vaginales, y luego la penetró la mas que pudo con la lengua. A mi mujer le gusta que le coman la concha, le encanta que le den de lenguetasos por su rajita y le fascina que le meta uno o dos dedos mientras me la como. Por lo visto Allan estaba haciendo muy buen trabajo, porque pronto empezó a rogarle a Allan que se la metiera. Allan se terminó de desvestir, y hay que ser justos, el muchacho está bien cuadrado, me refiero a que es obvio que se dedica al fisiculturismo. Yo no estoy mal, pero este gringo parece uno de esos modelos para la revista de playgirl.
Se subió arriba de mi mujer, y de un solo golpe, se la metió hasta que solo las bolas le quedaron afuera, pegándole en el ojete del culo. Mi mujer dió un grito de écstasis y continuó gimiendo mientras Allan se la metía y se la sacaba con bastante rapidés.
Me sorprendió el gringo, Porque después de como veinte minutos, le dió vuelta a mi mujer, poniendola en cuatro, metiéndosela de perrito, y como otros veimte minutos mas, se cansó mi esposa, y se dejó caer de panza en la cama. Este cabrón siguió con un mete y saca impresionante, hasta que porfín anunció que se chorreaba, y se vino con una última arremetida, y se dejó caer encima de mi mujer.
Yo, en realidad, no pude aguantar viendo como este gringo se culeaba a mi mujer. Se me paró, y me la tuve que jalar. Me la jalé hasta que ya no pude mas y me descargué sobre la alfombra.
Mi mujer, cansada, con alcohol en la cabeza y recién cojida, se dió la vuelta y se puso a dormir. Allan se tumbó al lado de ella y me dijo lo incredible que está. Le dije que eso ya lo sabía, y lo invité a que se quedara con nosotros esa noche.
Nos acostamos los tres en la cama, mi esposa en medio. Me dormí, pronto, no sé por que, si no era muy tarde y yo no había tomado nada, pero me despertaron Allan y mi esposa temprano en la mañana. Parece que Allan se despertó porque mi esposa, la muy cabrona, se la estaba chupando, A este se la paró otra vez con mamadas de mi mujer y otra vez se la metió, mientras yo dormía.
El plan era para quedarnos ahí dos días y dos noches. La segunda noche, Allan fué al hotel otra vez, y se volvió a clavar a mi esposa. Esta vez me acordé y saqué la video cámara, y grabé dos horas de sexo ininterrumpido. Allan se la metió a mi mujer por la boca y por la concha, hasta que se vino tres veces. Mi mujer perdió la cuenta de las veces que se vino. Otra vez me la tuve que jalar, una vez y me vine una segunda vez con ayuda de mi esposa, que me la chupó y me la jaló hasta que me vine.
Nos regresamos a nuestro pueblo, ella iba muy contenta, y hasta le enseñó las tetas a un chofer de esos camiones de carga, este sonó el claxon y le aventaba besos desde su cabina. A otro camionero le enseño la concha, se subió la falda, y como ibamos en nuestro coche, el del camión, podía ver fácil desde su cabina, hacia abajo todo lo que mi esposa le enseñara.
Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 02
Desde ese fín de semana, mi esposa dió un cambio muy radical. Siempre usó minifaldas y ropa pegada al cuerpo. Pero desde entonces, me parece que las minifaldas se estan haciendo mas cortas y muchas veces sin panties, las blusas y camisas, mas escotadas; como favoreciendo ropa que destaque sus atributos. Ahora sale mas seguido con sus amigas, y como era de esperarse, nunca falta uno que otro lambiscón que quiera salir con ellas.
Hasta ahora solo me cuenta que ha habido una ocasión en que le hubiera gustado acostarse con un amigo de ella, que trabaja en su oficina. El amigo este parece ser también tiene interés en mi esposa, el problema es que es casado y mi mujer no quiere meterse en líos. También, solo una vez tomó bastante valor como para querer meterse con un tipo que conoció hace ya tiempo. Pues la muy cabrona lo llevó a casa. Empezaron a besuquearse, besos con lengua y muy mojados, este tipo estaba ya en lo de él, queriéndole quitar el brasier a Sara, y Sara también agarrándole la verga por encima del pantalón pero….En ese ajetreo estaban cuando entré por la puerta y el muchacho se puso de mil colores. Salió de la casa con la cola entre las patas y Sara me dice que jamás le ha vuelto a hablar.
-¿Pero Sara, que pasaba?
-Pues de no haber vuelto tú tan temprano a la casa……hubiera pasado mucho.- Y lo dice con una sonrisita diabólica que hasta duro me puso, durísimo.
-¿Me toca entonces cumplirte con lo que este no pudo?
-y mas vale que te apures, que me tenía muy caliente,-
Esa fué una noche que me dejó acabado.
Sin que ella supiera, he mantenido contacto con nuestro amigo Allan, preparando la próxima sesión. Allan me pregunta siempre por Sara y me dice que le gusto mucho lo de aquella noche. Y también que ya tiene enlistado a otro amigo, un muchacho joven de veintitantos años, de descendencia italiana que se llama Nicholas, pero le decimos Nick.
El día indicado llegó, y Allan me habló al móvil, o cellular, para decirme en cuál hotel y cuól cuarto estaban instalados. Me dejó muy poco tiempo para actuar, y casi casi pierdo la oportunidad, pues Sara estaba muy cansada de su trabajo y no tenía ganas de nada. Pero a tapujos y regañadientes la saqué de la casa y me la llevé a cenar. Luego de un par de margaritas ya se sentía mas relajada. Platicando de todo un poco le dije que quería ir a visitar a unos amigos que estaban en la ciudad y no muy lejos de el restaurant donde estábamos. Sin sospechar nada dijo que sí, y después de pagar la cuenta, fuimos directo al hotel.
Anter de irnos, Sara me dijo que quería ir al aseo. Aproveché para hablarles al hotel y decirles que ibamos en camino. Cuando llegamos, nos recibió Allan, desnudo, y obviamente exitado. Los ojos de sara se abrieron grandes y se le dibujó una sonrisa maquiavela, se volvió a mi para decirme
-¿Amigos tuyos de paseo por la ciudad?-
-Sí. ¿Qué te parece?
-Eres un diablito-
-¿Diablo Yo?
Entramos, no antes sin besuquearse con el ahora mas exitado Allan, y las sorpresas fueron aumentando, pues no solo había Allan traído a Nick, sino también a otro amigo rubio, de buen porte, llamado Alex. Y Alex y Nick estaban tambien desnudos.
-¿Que piensas?- Preguntó Allan.
-¿Qué hacer con tanta polla?-dije.
Sara sonreía de oreja a oreja y era evidente que se había exitado.
Les dije: - No se arrepentirían, y esque un viaje de cuatro horas para ver si acaso la mujer se va a presentar, como que no vale la pena. Pero para que vean ustedes dos que está aquí ella, y parece ser que ya lista.
-Claro que esta lista. Perdón, se me olvida, les presento a Nick y a Alex.
Sara solo mantenía la vista en lo que le interesa: sus vergas que se estaban engrandeciendo y en lo curioso de Alex que tiene poco vello púbico y lo poco que tiene es rubio.
Las caras de nuestros anfitriones estaban sonrientes de contentos y veían de arriba a bajo a mi mujer. Allan tomó a Sara de la mano y la llevó al centro del cuarto, donde se dispuso a disfrutar de los atributos de mi mujer. Las manos volaron de las tetas a las nalgas, apretandole el culo mientras la besaba. Luego le dió la vuelta y les enseñó a los demás las tetas de mi mujer. Ella echó la cabeza hacia atrás sobre el pecho de Allan mientras este, parado atras de ella, les presentaba a los otros dos, los atributos de Sara.
La blusa salió rápido dejándola con su sostén. Luego paseando sus manos, le desabrochó el sostén y las tetas de Sarita quedaron al descubierto, a lo que Nick se apresuró y cogió un pesón en la mano izquierda y el otro en su boca.
Meintras Nick le chupaba las tetas a mi esposa, Alan se concentró en quitarle el resto de la ropa. La min-falda cayó al suelo seguida de la tanga. Alex aprovechó también y se pegó a Sara y le dijo a Nick que fuera mas compartido. Nick soltó la teta de su mano izquierda y Alex se la puso en la boca de inmediato. Mientras que cada uno de estos le mamaban las tetas a mi esposa, Allan, empezó a besarle la espalda, los hombros, y luego se deslizó hacia abajo, le mordizqueó la cintura, la parte alta de las nalgas, hasta que fué a dar en medio del culo. Se levantó, pero las manos seguían en la concha de mi mujer.
-Me acuerdo que a tu esposa se le pone caliente aquí abajo muy rápido, como cuando le metí los dedos en el elevador, ¿Te recuerdas?
-Como no me voy a acordar, si ella se la pasa recordándome esa noche. Que por cierto, te pudimos haber usado un par de veces.
-Pues aquí estoy, y parece ser que las cosas van a ser major que la primera vez.
Sarita seguía disfrutando de los menesteres de sus dos nuevos amantes, que le seguían mamando las tetas y la estaban poniendo a cien. Alex tomó la mano de Sarita y la guió hasta su verga, ella estonces hizo lo mismo con la otra mano empuñando la de Nick. Las dos vergas estaban ya duras y perece como si al toque de mi mujer hubieran crecido otro par de cm. Luego de un par de minutos de esto, Allan se la llevó a la cama, la puso en cuatro y se la metió de perrito. Estaba Allan metiéndosela a mi esposa cuando Alex y Nick decidieron tomar parte en las festividades. Se acercaron a ella y le ofrecieron sus vergas. Ella alternó entre una y otra, chupando una mientra masajeaba la otra. Allan, como siempre, con su tremenda estámina, estaba en un mete y saca frenético y me dí cuenta de que Sarita se había chorreado ya dos veces. Fue en eso que Allan anunció que se chorreaba. En la última arremetida, cerró los ojos y se la dejó metida hasta las bolas. Luego, después de depositar toda su leche dentro de Sara, sacó su verga todavía semi dura y fué cuando nos dimos la sorpresa de la noche. Nick se postró de rodillas delante de él y tomó la verga de Allan en su boca! Se la lamió hasta dejarlo limpio
-A Nick le gusta el semen- dijo Alex.
-Ya veo.
Y mientras estaba distraido con la escenita homosexual de Nick y Allan. Alex ya había cambiado de lugar y ahora el se la estaba metiendo a mi esposa. Pero no duró mucho y también derramó su leche dentro de mi mujer. Ahora Nick, se la chupó a Alex hasta dejarlo limpio.
-Quiero mas.- Dijo Sara, y con esto Nick dejo la tranca de Alex y fué a l a cama, puso a mi mujer de espalda otra vez y de un empujón se la metió hasta las bolas. No sé exactamente porque. Pero Nick no duró nada metiéndosela a mi mujer, en cuestión de segundos, se chorreó añadiendo aún mas leche a la vagina de Sara. Y como no duró mucho, mi esposa no logró correrse otra vez, asi que tuve que intervenir.
Aqui fué que me dí cuenta porque Nick no había durado mucho tiempo, la sensación de la vagina llena de esperma caliente, es para perderse, pero de inmediato. Cosa que me sucedió y en pocos minutos terminé chorreandome dentro de mi mujer. Acto seguido, Nick pidió chupármela para saborear mas semen. ¿Pues ya que? Y no solo me la dejó limpia el muy maricón, sino tambien se puso entre las piernas de mi mujer y le chupó las concha hasta sacarle toda la esperma que pudo.
Esto no fué el final, solo un entremes, nos dispusimos a descansar tomando unas cervezas que los muchachos habían traído, y nos sentamos en la cama a platicar. Discutiendo de todo y de nada a la vez. Seguimos todos desnudos, y como Sara estaba entre Nick y Allan, los dos le pasaban las manos por donde quisieron, sobándole las tetas, los pelos, su concha, y diciéndole que estaba muy buena. Las manos de ellos le recorrían el cuerpo acariciando todo cm. cuadrado de su pel. Ella a su vez, disfrutaba del toque de ellos y de sus vergas, pues las estaba acariciando, sobando y apretando. Le pregunté a Nick si el es bi, a lo que me dijo que solo le gustaba el semen y que le gustaba tanto el sexo oral que no le importaba si se lo hacía a una mujer o a un hombre. A lo que todos concuerdamos que es bisexual.
Creo el toque de mi mujer, o tocar a mi mujer, o las dos cosas, puso duro a Nick otra vez, a lo que le pidio a mi esposa que le dejara metérsela, ella dijo que si y se besaron de inmediato, Allan dejó de tocar a Sara, y todos nos pusimos a ver como Nick se cogía a Sarita. Un pistoneo impresionante en el que sacaba casi toda la polla y se la volvía a clavar con vastante fuerza y rapidez. Sara no tardó en responder a este tratamiento y se corrió de nuevo. Para esto, Allan ya estaba erecto y esperó paciente hasta que Nick se viniera dentro de mi esposa.
Una vez que Nick terminó, sacó su verga semi dura de Sara, goteando las sábanas, Allan se seguía masturbando hasta que fué su turno otra vez, se tumbó de espaldas al lado de mi esposa, y le dijo que se acostara en el, pero boca arriba, ella se sentó sobre su polla, dándole la espalda, y una vez que tenía la tranca toda metida, se dejó caer hacia atrás sobre el pecho de Allan. De esta manera pudimos ver la verga de Allan entrando y seliendo de Sarita desde muy buen ángulo. A Alex ya se le estaba parando otra vez y decidió metersela al mismo tiempo. Un poco difícil, porque Allan no dejaba de pistonear su polla, pero se detuvo lo suficiente para que Alex se pusiera en posición y con un poco de esfuerzo, le metió su tranca. Ahora mi mujer estaba gritando de placer enparedada entre Allan y Alex con dos pollas dentro.
Aquello fue un cojedero que dejó a mi esposa muerta. Después de que se la metieran Allan Y Alex al mismo tiempo, Nick otra vez le lempió la concha y después se ocupó de las vergas de Allan y Alex. Mientras Nick se ocupaba de Alex y de Allan, me volví a mi mujer y se la metí otra vez.
Nos despedimos esa misma noche, cerca de las tres de la mañana, y nos comprometimos a volver a repetir la session. Nos fuimos, no sin antes besar a los muchachos. Sara estaba ya cansadísima, por lo que sólo se puso la blusa y la minifalda sin tanga ni brasier. Aparte que tampoco pudo encontrar sus dos prendas íntimas, y me imagine que alguno de ellos las había escondido para quedarse con ellas. Sara no quiso sexo por casi dos semanas, de tan adolorida que quedó desde aquella noche. Me tuve que comformar con unas chupadas o con que me hiciera correrme con sus manos.
Hasta ahora solo me cuenta que ha habido una ocasión en que le hubiera gustado acostarse con un amigo de ella, que trabaja en su oficina. El amigo este parece ser también tiene interés en mi esposa, el problema es que es casado y mi mujer no quiere meterse en líos. También, solo una vez tomó bastante valor como para querer meterse con un tipo que conoció hace ya tiempo. Pues la muy cabrona lo llevó a casa. Empezaron a besuquearse, besos con lengua y muy mojados, este tipo estaba ya en lo de él, queriéndole quitar el brasier a Sara, y Sara también agarrándole la verga por encima del pantalón pero….En ese ajetreo estaban cuando entré por la puerta y el muchacho se puso de mil colores. Salió de la casa con la cola entre las patas y Sara me dice que jamás le ha vuelto a hablar.
-¿Pero Sara, que pasaba?
-Pues de no haber vuelto tú tan temprano a la casa……hubiera pasado mucho.- Y lo dice con una sonrisita diabólica que hasta duro me puso, durísimo.
-¿Me toca entonces cumplirte con lo que este no pudo?
-y mas vale que te apures, que me tenía muy caliente,-
Esa fué una noche que me dejó acabado.
Sin que ella supiera, he mantenido contacto con nuestro amigo Allan, preparando la próxima sesión. Allan me pregunta siempre por Sara y me dice que le gusto mucho lo de aquella noche. Y también que ya tiene enlistado a otro amigo, un muchacho joven de veintitantos años, de descendencia italiana que se llama Nicholas, pero le decimos Nick.
El día indicado llegó, y Allan me habló al móvil, o cellular, para decirme en cuál hotel y cuól cuarto estaban instalados. Me dejó muy poco tiempo para actuar, y casi casi pierdo la oportunidad, pues Sara estaba muy cansada de su trabajo y no tenía ganas de nada. Pero a tapujos y regañadientes la saqué de la casa y me la llevé a cenar. Luego de un par de margaritas ya se sentía mas relajada. Platicando de todo un poco le dije que quería ir a visitar a unos amigos que estaban en la ciudad y no muy lejos de el restaurant donde estábamos. Sin sospechar nada dijo que sí, y después de pagar la cuenta, fuimos directo al hotel.
Anter de irnos, Sara me dijo que quería ir al aseo. Aproveché para hablarles al hotel y decirles que ibamos en camino. Cuando llegamos, nos recibió Allan, desnudo, y obviamente exitado. Los ojos de sara se abrieron grandes y se le dibujó una sonrisa maquiavela, se volvió a mi para decirme
-¿Amigos tuyos de paseo por la ciudad?-
-Sí. ¿Qué te parece?
-Eres un diablito-
-¿Diablo Yo?
Entramos, no antes sin besuquearse con el ahora mas exitado Allan, y las sorpresas fueron aumentando, pues no solo había Allan traído a Nick, sino también a otro amigo rubio, de buen porte, llamado Alex. Y Alex y Nick estaban tambien desnudos.
-¿Que piensas?- Preguntó Allan.
-¿Qué hacer con tanta polla?-dije.
Sara sonreía de oreja a oreja y era evidente que se había exitado.
Les dije: - No se arrepentirían, y esque un viaje de cuatro horas para ver si acaso la mujer se va a presentar, como que no vale la pena. Pero para que vean ustedes dos que está aquí ella, y parece ser que ya lista.
-Claro que esta lista. Perdón, se me olvida, les presento a Nick y a Alex.
Sara solo mantenía la vista en lo que le interesa: sus vergas que se estaban engrandeciendo y en lo curioso de Alex que tiene poco vello púbico y lo poco que tiene es rubio.
Las caras de nuestros anfitriones estaban sonrientes de contentos y veían de arriba a bajo a mi mujer. Allan tomó a Sara de la mano y la llevó al centro del cuarto, donde se dispuso a disfrutar de los atributos de mi mujer. Las manos volaron de las tetas a las nalgas, apretandole el culo mientras la besaba. Luego le dió la vuelta y les enseñó a los demás las tetas de mi mujer. Ella echó la cabeza hacia atrás sobre el pecho de Allan mientras este, parado atras de ella, les presentaba a los otros dos, los atributos de Sara.
La blusa salió rápido dejándola con su sostén. Luego paseando sus manos, le desabrochó el sostén y las tetas de Sarita quedaron al descubierto, a lo que Nick se apresuró y cogió un pesón en la mano izquierda y el otro en su boca.
Meintras Nick le chupaba las tetas a mi esposa, Alan se concentró en quitarle el resto de la ropa. La min-falda cayó al suelo seguida de la tanga. Alex aprovechó también y se pegó a Sara y le dijo a Nick que fuera mas compartido. Nick soltó la teta de su mano izquierda y Alex se la puso en la boca de inmediato. Mientras que cada uno de estos le mamaban las tetas a mi esposa, Allan, empezó a besarle la espalda, los hombros, y luego se deslizó hacia abajo, le mordizqueó la cintura, la parte alta de las nalgas, hasta que fué a dar en medio del culo. Se levantó, pero las manos seguían en la concha de mi mujer.
-Me acuerdo que a tu esposa se le pone caliente aquí abajo muy rápido, como cuando le metí los dedos en el elevador, ¿Te recuerdas?
-Como no me voy a acordar, si ella se la pasa recordándome esa noche. Que por cierto, te pudimos haber usado un par de veces.
-Pues aquí estoy, y parece ser que las cosas van a ser major que la primera vez.
Sarita seguía disfrutando de los menesteres de sus dos nuevos amantes, que le seguían mamando las tetas y la estaban poniendo a cien. Alex tomó la mano de Sarita y la guió hasta su verga, ella estonces hizo lo mismo con la otra mano empuñando la de Nick. Las dos vergas estaban ya duras y perece como si al toque de mi mujer hubieran crecido otro par de cm. Luego de un par de minutos de esto, Allan se la llevó a la cama, la puso en cuatro y se la metió de perrito. Estaba Allan metiéndosela a mi esposa cuando Alex y Nick decidieron tomar parte en las festividades. Se acercaron a ella y le ofrecieron sus vergas. Ella alternó entre una y otra, chupando una mientra masajeaba la otra. Allan, como siempre, con su tremenda estámina, estaba en un mete y saca frenético y me dí cuenta de que Sarita se había chorreado ya dos veces. Fue en eso que Allan anunció que se chorreaba. En la última arremetida, cerró los ojos y se la dejó metida hasta las bolas. Luego, después de depositar toda su leche dentro de Sara, sacó su verga todavía semi dura y fué cuando nos dimos la sorpresa de la noche. Nick se postró de rodillas delante de él y tomó la verga de Allan en su boca! Se la lamió hasta dejarlo limpio
-A Nick le gusta el semen- dijo Alex.
-Ya veo.
Y mientras estaba distraido con la escenita homosexual de Nick y Allan. Alex ya había cambiado de lugar y ahora el se la estaba metiendo a mi esposa. Pero no duró mucho y también derramó su leche dentro de mi mujer. Ahora Nick, se la chupó a Alex hasta dejarlo limpio.
-Quiero mas.- Dijo Sara, y con esto Nick dejo la tranca de Alex y fué a l a cama, puso a mi mujer de espalda otra vez y de un empujón se la metió hasta las bolas. No sé exactamente porque. Pero Nick no duró nada metiéndosela a mi mujer, en cuestión de segundos, se chorreó añadiendo aún mas leche a la vagina de Sara. Y como no duró mucho, mi esposa no logró correrse otra vez, asi que tuve que intervenir.
Aqui fué que me dí cuenta porque Nick no había durado mucho tiempo, la sensación de la vagina llena de esperma caliente, es para perderse, pero de inmediato. Cosa que me sucedió y en pocos minutos terminé chorreandome dentro de mi mujer. Acto seguido, Nick pidió chupármela para saborear mas semen. ¿Pues ya que? Y no solo me la dejó limpia el muy maricón, sino tambien se puso entre las piernas de mi mujer y le chupó las concha hasta sacarle toda la esperma que pudo.
Esto no fué el final, solo un entremes, nos dispusimos a descansar tomando unas cervezas que los muchachos habían traído, y nos sentamos en la cama a platicar. Discutiendo de todo y de nada a la vez. Seguimos todos desnudos, y como Sara estaba entre Nick y Allan, los dos le pasaban las manos por donde quisieron, sobándole las tetas, los pelos, su concha, y diciéndole que estaba muy buena. Las manos de ellos le recorrían el cuerpo acariciando todo cm. cuadrado de su pel. Ella a su vez, disfrutaba del toque de ellos y de sus vergas, pues las estaba acariciando, sobando y apretando. Le pregunté a Nick si el es bi, a lo que me dijo que solo le gustaba el semen y que le gustaba tanto el sexo oral que no le importaba si se lo hacía a una mujer o a un hombre. A lo que todos concuerdamos que es bisexual.
Creo el toque de mi mujer, o tocar a mi mujer, o las dos cosas, puso duro a Nick otra vez, a lo que le pidio a mi esposa que le dejara metérsela, ella dijo que si y se besaron de inmediato, Allan dejó de tocar a Sara, y todos nos pusimos a ver como Nick se cogía a Sarita. Un pistoneo impresionante en el que sacaba casi toda la polla y se la volvía a clavar con vastante fuerza y rapidez. Sara no tardó en responder a este tratamiento y se corrió de nuevo. Para esto, Allan ya estaba erecto y esperó paciente hasta que Nick se viniera dentro de mi esposa.
Una vez que Nick terminó, sacó su verga semi dura de Sara, goteando las sábanas, Allan se seguía masturbando hasta que fué su turno otra vez, se tumbó de espaldas al lado de mi esposa, y le dijo que se acostara en el, pero boca arriba, ella se sentó sobre su polla, dándole la espalda, y una vez que tenía la tranca toda metida, se dejó caer hacia atrás sobre el pecho de Allan. De esta manera pudimos ver la verga de Allan entrando y seliendo de Sarita desde muy buen ángulo. A Alex ya se le estaba parando otra vez y decidió metersela al mismo tiempo. Un poco difícil, porque Allan no dejaba de pistonear su polla, pero se detuvo lo suficiente para que Alex se pusiera en posición y con un poco de esfuerzo, le metió su tranca. Ahora mi mujer estaba gritando de placer enparedada entre Allan y Alex con dos pollas dentro.
Aquello fue un cojedero que dejó a mi esposa muerta. Después de que se la metieran Allan Y Alex al mismo tiempo, Nick otra vez le lempió la concha y después se ocupó de las vergas de Allan y Alex. Mientras Nick se ocupaba de Alex y de Allan, me volví a mi mujer y se la metí otra vez.
Nos despedimos esa misma noche, cerca de las tres de la mañana, y nos comprometimos a volver a repetir la session. Nos fuimos, no sin antes besar a los muchachos. Sara estaba ya cansadísima, por lo que sólo se puso la blusa y la minifalda sin tanga ni brasier. Aparte que tampoco pudo encontrar sus dos prendas íntimas, y me imagine que alguno de ellos las había escondido para quedarse con ellas. Sara no quiso sexo por casi dos semanas, de tan adolorida que quedó desde aquella noche. Me tuve que comformar con unas chupadas o con que me hiciera correrme con sus manos.
Transigiendo a mi Señora (Orgias) – Capítulo 03
Sara trabajo y puteando. Bueno, mas bien trabajo y un par de negocios que la han mantenido bastante ocupada, aunque si ha tenido tiempo para mi casi del diario y para un tipo que se encontró en un bar. Pero eso es lo de menos, ahora les cuento que sucedió con los muchachos de Melbourne, (sur de Florida) Allan, Nick y Alex.
Nick y Alex vinieron invitados por Allan. Allan fue el primero que se tiró a Sarita, fuera de nuestro matrimonio, y ha mantenido contacto con nosotros. Allan es un tipo que mide 1.80 m. Aproximadamente. Se mantiene en forma con mucha natación, ciclismo, jogging y con algo de fisiculturismo. Muy bien parecido y con una herramienta que es verdaderamente envidiable. No muy larga pero si muy gruesa. Ademas dice mi mujer que es un amante consumado. Alex y Nck no se queda atrás en cuanto a fisico se refiere, y son bastante bien parecidos, Alex es el juguetón de los tres y a Nick, por cualquiera que sean sus motivos, le gusta tragarse el semen de sus amigos. En realidad, si se recordarán, hasta nos mamó las vergas para no desperdiciar ni una gota.
Hace ya semanas vinieron a visitarnos con ganas de jugar con nosotros, mejor dicho, con Sarita. Solo que esta vez me incluyeron en las festividades. Estuvimos un rato tomando un par de cervezas en el hotel al que llegaron, Sara sentada entre Nick y Allan. Se beasba con uno luego el otro, sus manos entre las piernas de los dos calentándoles las pollas. Alex y yo charlábamos y me platicaba de un juego muy bueno del que había leído en la revista Penthouse.
El juego de ‘Ten Strokes’. El juego de las diez estocadas. Esto es: diez metidas de polla. La idea, bastante genial, es que la mujer se pone como a ella le de la gana, llega el primero y se la mete diez veces. Luego el segundo se la mete veinte, el tercero treinta veces. El cuarto cuarenta y el primero otra vez cincuenta. Y así sucecivamente añadiendo diez mas cada vez. Le dije que eso me gustaba y que deberíamos tratarlo. Alex dijo que el que se chorreara al último sería el ganador. Y que deberíamos pensar en algún premio. El ganador sellevaría a Sarita a su casa por todo un fín de semana, para convertirla en su esclava sexual. ¿Y el perdedor? La verdad no supimos que hacer con el perdedor, porque Allan y Nick ya estaban desnudando a Sara y le estaban metiendo mano por todos lados.
Les explicamos el juego y rápido Sara se terminó de desnudar y se tiró en la cama, boca arriba, preguntando quen va a ser el primero. Como Alex fue el de la idea, se puso entre las piernas de mi esposa y de un solo empujón, se la metió hasta las bolas. Sarita gemió de placer al sentir la polla de Alex, este tomó su tiempo y con lentitud se la sacó y se la metió diez veces.
Le sacó la polla, brillante con los secreciones de Sarita, que en realidad estaba muy mojada. Nick se puso luego, y también de un solo golpe se la metió hasta la base. Y, al igual que Alex, con movimientos lentos, se la metió y sacó veinte veces. Allan hizo lo mismo treinta veces. Cada vez que uno de ellos la ocupaba, Sara gemía de placer, y mientras se la metían o sacaban, se veía que estaba gozando. Las pollas salían cubiertas de lo mojado de Sarita.
Seguí con mis cuarenta, y Alex con cincuenta. Luego Nick sesenta veces y para sorpresa de todos, Allan se chorreó mientras intentaba darle sus setenta. Le dijimos a Nick que dejara a Sara enpaz, y que le chupara el coño hasta que terminaramos todos.
Uno por uno fuimos metiéndosela y al final Alex fué quien se chorreó al último.
Durante tanta metida, sacada y cambio de verga, Sara se había chorreado ya dos o tres veces. Une vez que Alex depositó hasta la última gota de su leche dentro de sara, Nick se puso con la cabeza entre las piernas de Sara y le sacó con la lengua hasta la última gota de esperma, haciendo que Sara se chorreara otra vez.
Pero la muy puta no estaba satisfecha. Y dejó que Allan se la metiera mientras todos veíamos, tomando otra cerveza. Allan, como se había chorreado primero, no tardó en ponerse duro. Esta vez duró mas tiempo que la primera vez y le dió a mi mujer tremenda cojida. Nick se puso duro viéndolos y esperó hasta que Allan se chorreara, Apenas Allan, sacó su miembro (un tanto flácido ya) goteando semen, Nick se puso entra las piernas de Sara y también se la metió hasta depositar su leche.
Le dijimos a Nick que limpiara a Sarita. Este le volvió a chupar el coño a mi mujer y la dejó al borde de otro orgazmo. A lo que Alex sugirió que se la metieramos los dos a la misma vez. Alex se puso debajo y yo arriba, ella viéndome. Las pollas entraron rápido y sería por cuestión de minutos nada mas, que a Sara le estalló otro orgazmo. Pero paramos, hasta que le dejé ir mi leche y le provoqué a Alex tambien el orgazmo.
Sara se metió al cuarto de baño, oímos la regadera y supimos que Sara se bañaba, y mientras decidimos tomar las últimas cervezas. Todavía sin vestirnos, cuando salió sara del baño, anunció que todavía no estaba satisfecha del todo. Nick le dijo que le gustarí hacer una 69 con ella, sara aceptó pronto estaban en la cama de nuevo, ella arriba de el, pasandole la lengua por su verga y el chupándole la concha. Pero Allan, no aguantó mas y se acerco para metersela a sara, Nick no puso resistencia y pronto estuvo Allan metiendosela a Sara, mientras que Nick le lamía a sara. Los huevos de Allan, le pegaban en la nariz a Nick, pero Nick nunca se quejó e inclusive, cuando se chorreo Alla, Nick le dio un par de lenguetazos a Allan para limpiarlo y siguió con mi mujer en la 69.
Por fín los dejamos, Sara ya bastante cansada, y los muchachos también agotados. Por ahora seguimos en contacto con ellos, en especial con Alex, el ganador de jueguito, y estamos planeando un viaje a Melbourne, donde Sarita será la esclava de Alex. Alex dice tener un par de proyectos en mente para mantener ocupada a Sara, entre ellos exhibirla en la playa y metersela en algún lugar público
Nick y Alex vinieron invitados por Allan. Allan fue el primero que se tiró a Sarita, fuera de nuestro matrimonio, y ha mantenido contacto con nosotros. Allan es un tipo que mide 1.80 m. Aproximadamente. Se mantiene en forma con mucha natación, ciclismo, jogging y con algo de fisiculturismo. Muy bien parecido y con una herramienta que es verdaderamente envidiable. No muy larga pero si muy gruesa. Ademas dice mi mujer que es un amante consumado. Alex y Nck no se queda atrás en cuanto a fisico se refiere, y son bastante bien parecidos, Alex es el juguetón de los tres y a Nick, por cualquiera que sean sus motivos, le gusta tragarse el semen de sus amigos. En realidad, si se recordarán, hasta nos mamó las vergas para no desperdiciar ni una gota.
Hace ya semanas vinieron a visitarnos con ganas de jugar con nosotros, mejor dicho, con Sarita. Solo que esta vez me incluyeron en las festividades. Estuvimos un rato tomando un par de cervezas en el hotel al que llegaron, Sara sentada entre Nick y Allan. Se beasba con uno luego el otro, sus manos entre las piernas de los dos calentándoles las pollas. Alex y yo charlábamos y me platicaba de un juego muy bueno del que había leído en la revista Penthouse.
El juego de ‘Ten Strokes’. El juego de las diez estocadas. Esto es: diez metidas de polla. La idea, bastante genial, es que la mujer se pone como a ella le de la gana, llega el primero y se la mete diez veces. Luego el segundo se la mete veinte, el tercero treinta veces. El cuarto cuarenta y el primero otra vez cincuenta. Y así sucecivamente añadiendo diez mas cada vez. Le dije que eso me gustaba y que deberíamos tratarlo. Alex dijo que el que se chorreara al último sería el ganador. Y que deberíamos pensar en algún premio. El ganador sellevaría a Sarita a su casa por todo un fín de semana, para convertirla en su esclava sexual. ¿Y el perdedor? La verdad no supimos que hacer con el perdedor, porque Allan y Nick ya estaban desnudando a Sara y le estaban metiendo mano por todos lados.
Les explicamos el juego y rápido Sara se terminó de desnudar y se tiró en la cama, boca arriba, preguntando quen va a ser el primero. Como Alex fue el de la idea, se puso entre las piernas de mi esposa y de un solo empujón, se la metió hasta las bolas. Sarita gemió de placer al sentir la polla de Alex, este tomó su tiempo y con lentitud se la sacó y se la metió diez veces.
Le sacó la polla, brillante con los secreciones de Sarita, que en realidad estaba muy mojada. Nick se puso luego, y también de un solo golpe se la metió hasta la base. Y, al igual que Alex, con movimientos lentos, se la metió y sacó veinte veces. Allan hizo lo mismo treinta veces. Cada vez que uno de ellos la ocupaba, Sara gemía de placer, y mientras se la metían o sacaban, se veía que estaba gozando. Las pollas salían cubiertas de lo mojado de Sarita.
Seguí con mis cuarenta, y Alex con cincuenta. Luego Nick sesenta veces y para sorpresa de todos, Allan se chorreó mientras intentaba darle sus setenta. Le dijimos a Nick que dejara a Sara enpaz, y que le chupara el coño hasta que terminaramos todos.
Uno por uno fuimos metiéndosela y al final Alex fué quien se chorreó al último.
Durante tanta metida, sacada y cambio de verga, Sara se había chorreado ya dos o tres veces. Une vez que Alex depositó hasta la última gota de su leche dentro de sara, Nick se puso con la cabeza entre las piernas de Sara y le sacó con la lengua hasta la última gota de esperma, haciendo que Sara se chorreara otra vez.
Pero la muy puta no estaba satisfecha. Y dejó que Allan se la metiera mientras todos veíamos, tomando otra cerveza. Allan, como se había chorreado primero, no tardó en ponerse duro. Esta vez duró mas tiempo que la primera vez y le dió a mi mujer tremenda cojida. Nick se puso duro viéndolos y esperó hasta que Allan se chorreara, Apenas Allan, sacó su miembro (un tanto flácido ya) goteando semen, Nick se puso entra las piernas de Sara y también se la metió hasta depositar su leche.
Le dijimos a Nick que limpiara a Sarita. Este le volvió a chupar el coño a mi mujer y la dejó al borde de otro orgazmo. A lo que Alex sugirió que se la metieramos los dos a la misma vez. Alex se puso debajo y yo arriba, ella viéndome. Las pollas entraron rápido y sería por cuestión de minutos nada mas, que a Sara le estalló otro orgazmo. Pero paramos, hasta que le dejé ir mi leche y le provoqué a Alex tambien el orgazmo.
Sara se metió al cuarto de baño, oímos la regadera y supimos que Sara se bañaba, y mientras decidimos tomar las últimas cervezas. Todavía sin vestirnos, cuando salió sara del baño, anunció que todavía no estaba satisfecha del todo. Nick le dijo que le gustarí hacer una 69 con ella, sara aceptó pronto estaban en la cama de nuevo, ella arriba de el, pasandole la lengua por su verga y el chupándole la concha. Pero Allan, no aguantó mas y se acerco para metersela a sara, Nick no puso resistencia y pronto estuvo Allan metiendosela a Sara, mientras que Nick le lamía a sara. Los huevos de Allan, le pegaban en la nariz a Nick, pero Nick nunca se quejó e inclusive, cuando se chorreo Alla, Nick le dio un par de lenguetazos a Allan para limpiarlo y siguió con mi mujer en la 69.
Por fín los dejamos, Sara ya bastante cansada, y los muchachos también agotados. Por ahora seguimos en contacto con ellos, en especial con Alex, el ganador de jueguito, y estamos planeando un viaje a Melbourne, donde Sarita será la esclava de Alex. Alex dice tener un par de proyectos en mente para mantener ocupada a Sara, entre ellos exhibirla en la playa y metersela en algún lugar público
-Continuará
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