Tiernas primas by Daiana

Gabriel11

Virgen
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Oct 7, 2018
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Hola gente, le comenté a mi prima Daiana sobre el relato que publiqué en la página, se lo mostré y le encantó; entonces surgió que ella también quería contar el relato pero desde su punto de vista. Les comento también que estoy preparando el segundo relato, espero terminarlo en estos días.
Ah también se me ocurrió contarle a Eva, veré cuál será su reacción. Saludos lectores.
Hola me llamo Daiana y soy la prima de Gabriel, actualmente tengo 19 años.
Les voy a contar la misma historia que contó mi primo pero desde mi punto de vista, el de la niña de once años como tenía en ese momento, también les contaré algunas cosas más que creo que enriquecerán el relato.
Leí el relato de mi primo y la verdad que me gustó mucho, fue muy lindo recordar aquellos bellos momentos, éramos tan chicos!! Los años pasaron y por supuesto que nos seguimos llevando muy bien, amo a mi hermana, ella es mi confidente en todo y de Gabi es como un hermano, más que eso, no sé. Él es mi “héroe”, es una de las personas a las que más admiro en el mundo.. a parte me coge como nadie jaja. Bueno, comencemos con el relato.
Un día común como cualquiera mi primo Gabriel llegaba a casa como casi todas las tardes, nos saludó como siempre, con un beso en la mejilla a cada una. Siempre me gustó su personalidad, bromista pero no pesado, alegre pero también serio cuando la situación lo ameritaba.
Nos gustaba pasar la tarde haciendo fiaca, jugando a lo que sea, escuchando música. Casi siempre terminábamos de la misma forma, jugando a las peleas. El por supuesto que por fuerza nos ganaba, a veces éramos mi hermana y yo las que terminábamos de los pelos y el entre medio de nosotras separándonos. Claro que todo era dentro del marco de un juego, en realidad nunca nos peleábamos de verdad.
Esos fueron mis primeros acercamientos con Gabi, de acercamiento corporal hablo; de sentir sus manos en mi cuerpo, en mi cintura, en mis nalguitas, como rozaba mi entrepierna algunas veces con su mano sobre mi pantalón, de estar abrazada a él y recostada en su pecho. Sentía muchas cosas, los latidos en mi pecho muy fuerte, el rápido cansancio, el calor en mi conchita, a veces cosquilleo otras veces un ligero ardor. Me encantaban esas peleítas, incluso yo misma las generaba algunas veces.
No sé si alguna vez fui la “ niña inocente”, lo habré sido seguro en algún momento. Desde que tengo uso de razón siempre estuvo lo sexual presente en mí, creo que por culpa de mi hermana Eva también. Nosotras teníamos una televisión en nuestra habitación, por lo cual siempre dormíamos tarde; dejábamos muy bajito la televisión y veíamos las novelas que pasaban por la noche, con escenas de sexo y todo, también veíamos las películas los sábados por la noche. Mis padres jamás se dieron cuenta de lo que miraban sus hijas tan tarde. Yo me imaginaba antes de dormir que era mi primo quien me hacía todo lo que veía en esas películas; claro está que nunca había visto hasta ese momento lo que tienen los hombres entre sus piernas porque en las novelas y en esas películas no lo mostraban, sentía una gran curiosidad por eso; recuerdo que mi hermana me dijo una noche “ cuando son adultos más grande la tienen”.
En ese momento le tenía algo de envidia a Eva, ya que había comenzado a notar que a veces se cortaban solos, él se acostaba con ella y al rato estaban a los besos, no pasaba de ahí, me daba pena llamar la atención haciendo algo, así que sólo los dejaba solos a ellos que se devoren como locos; eso ocurría cada tanto, no siempre. Me lamentaba sola, quería ser yo la que estuviese en la cama a los besos con él.
Volviendo a la historia, recuerdo que nos metimos a la habitación de mis padres, la cama era más grande así que entrabamos los tres repartidos. En un momento Gabriel se hizo el chistoso y se arrojó al suelo, no recuerdo muy bien por qué; lo que sí recuerdo muy bien es que se sacó algo de debajo de la cama y exaltado lo tiró sobre las piernas de mi hermana Eva; era una revista.
Lo primero que alcancé a ver era unas tetas de una mujer morena, eran muy grandes. También había varias imágenes más y fotos más chicas de mujeres y hombres desnudos.
Eva tomó la revista y la abrió, nosotros nos acercamos; mientras ella pasaba cada hoja veía cosas jamás vistas. Hombres con vergas gigantes, mujeres con vello púbico cosa que para mí era muy extraño ya que yo no tenía nada aún. Imágenes explícitas de sexo, vaginal, anal, oral.
Siempre sentí curiosidad en esas escenas que le menciones y ahora las estaba viendo de manera muy explícita la conchita se me mojaba, hacía cosquillas; yo miraba de reojo a mi hermana y a mi primo que también parecía que les gustaba lo que veían; hasta que terminó el silencio y comenzaron las preguntas.
Recuerdo que mi hermana le preguntó a Gabriel si le gustaba una chica rubia que aparecía desnuda acariciándose la concha y él dijo que sí. Yo no me quise quedar atrás y le pregunté sobre otra chica una morena con rulos muy tetona y con algo de pelitos encima de la vagina y me dijo que sí, que esa le gustaba más, me miró y sonrío. Mi hermana Eva estaba sorprendida por el tamaño de las vergas de los muchachos (bueno yo también) pero no me animaba a decirlo así como ella. Comparaba los tamaños de los negros con los blancos y en un momento se le ocurrió sugerirle a mi primo que nos mostrar él su verga.
Gabriel no tuvo mayor reparo, dijo que sí y la sacó. Por primera vez estaba viendo una verga en vivo y en directo, me pareció más linda que la de las fotos, la tenía igual de grande, también la cabeza rosadita y se marcaban mucho las venas, estaba mojada la puntita.
Nosotras nos quedamos embobadas mirando como la tenía, claramente estaba muy excitado con todo lo que está pasando. Eva era más lanzada que yo, así que sin vuelta atrás empiezo a tocarla y mi primo puso una cara como si estuviera disfrutando. Como yo hacía todo lo que mi hermana también se la comencé a tocar, lo que primero toqué fue el glande, la cabecita fue lo que más me llamó la atención, creo que era la primera vez que tocaba algo tan suave. Mi hermana seguía recorriendo el tronco con su mano; subiendo y bajando, aumentando la velocidad siguió masturbándolo ella sola; Gabriel dijo que le gustaba pero que lo hagamos las dos así que yo también agarré la verga y empecé a mover mis manos hacia abajo y arriba; seguimos haciéndolo por unos cuantos minutos.
Mi manito subía y bajaba por ese tronco venoso, Eva agarraba el glande y después cambiábamos; yo era la que le acariciaba el glande y mi hermana lo masturbaba más rápido.
En un momento Eva le preguntó si daba leche y mi primo dijo que si, que ya viene seguimos así seguimos moviendo nuestras manos hasta que hasta que Gabriel cerró los ojos, suspiró fuerte y gimió largando toda la leche en nuestras manos. En ese momento era mi mano la que estaba más cerca de la cabecita así que recibió mucha más leche. Yo me quedé con la mano mirando como sin saber qué hacer mientras mi hermana y mi primo reían.
Yo salí al baño a lavarme las manos, mi primo salió detrás de mí. Mientras yo me lavaba las manos Gabriel estaba todavía con su verga parada y afuera esperando que terminara usar la pileta para lavarse.
Esa fue la primera experiencia de tantas, espero les haya gustado, ese es mi punto de vista. Si les gustó escríbanle a Gabi qué les pareció y el seguro me hará llegar los mensajes y sus opiniones que muero por conocer, saludos.
 
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