Mi suegra era una mujer muy bella, como la hija.
Era una bella rubia, usaba el pelo corto y se veía sensacional. Era enfermera y viuda.
Su especialidad eran los médicos, al ultimo novio que tuvo le saco un departamento y un bmw.
Se había comido varios en su vida profesional.
Mi señora le echaba la culpa de la muerte de su padre de cancer.
El pobre estaba cansado de que lo gorrearan y se dejo morir.
Yo me entere por un matrimonio amigo que la llamaban la viuda blanca en la clínica, le gustaban los viejitos, era cara de mantención, le gustan los viajes, las joyas y vestirse bien, era que no.
Yo la había visto de enfermera y era el sueño erótico de cualquier, era curvilínea, con buenos pechos, lindas piernas y un trasero bien cuidado, ya no trabajaba tanto como antes.
Ahora estaba sin novio desde hacia 4 meses.
Como comenzó mi aventura con ella, levante un peso sin ningún cuidado y me vino un ataque de siatica, el doctor me recomendó inyecciones periódicas.
Así que mi esposa, le pidió a su madre que me pusiera las inyecciones.
Con mi señora estábamos enojados y llevaba un mes sin sexo.
Así que llego mi suegra para mi primera inyección esa misma tarde temprano, en la mañana habíamos ido al médico, era en el trasero, yo tenia todo preparado en mi pieza, así me eche de estomago, me baje los pantalones y espere a la suegra que conversaba con mi esposa hasta que dije que ya estaba listo.
Ahí estaba con el trasero al aire, esperando que mi bella suegra me inyectara, obviamente tuve una erección, ella llego y me dijo que abriera las piernas y que me relajara, lo cual no ayudo mucho a disimular mi erección, mi pene no se veía pero sentía que mis testículos que estaban tensos quedaron expuestos, la suegra me paso un algodón con alcohol por la nalga y luego me pincho, ella me tranquilizo que no me dolería si era un niño bueno y me relajaba, al decir esto me acaricio la nalga y luego vino el pinchazo, duro poco.
Ella me dijo que me había portado bien y nuevamente me acaricio el trasero, pero ahora paso su dedo por mi ano, lo que logro aumentar mi erección y que mis bolas quedaran mas tirantes, el dedo de mi suegra bajo y llego al perineo, que comenzó a acariciar hasta llegar a mis bolas, las siguió acariciando, levante las caderas y ella agarro mi pene con su mano y comenzó a mastúrbame, no aguante mas y me di vuelta.
Ella se sonrió y me dijo: ahora se por que mi hija se caso contigo tienes un lindo aparato, bajo su cabeza y me lamio el pene antes de comenzar a chupar.
Yo no lo podía creer, veía su cabeza, con su maravillosa melena rubia, subir y bajar, no me pude resistir y eyacule en su boca, no había durado mucho pero a cualquiera le pasa, ella se trago todo mi semen.
Luego se levanto, se lavo las manos con alcohol, se puso lápiz labial que saco de su cartera y se fue. Yo me levante y me fui al baño del dormitorio para lavarme y no dejar rastro de semen que pudiera oler mi señora.
A las 9 venia de nuevo mi suegra, mi señora invento una excusa y se fue a ver a la otra hermana, yo sabia que no quería estar con su madre.
Esa tarde le tocaba trabajar y había alargado el turno, a una enfermera de su experiencia le aguantaban todo en la clínica, entre tanto jovencitos incluidos muchos médicos ella era la reina, así que llego vestida de enfermera, era una preciosura.
Al llegar pregunto por su hija, le dije que había a ver a su otra hija, tenía 3, sola la menor la quería.
Nuevamente, se sonrió y me dijo: mejor para nosotros, abriéndose el delantal y quedando en ropa interior, llevaba un sostén mínimo para sus pechos llenos, una enagua blanca y medias blancas, se saco la enagua, eran normas de la clínica para que las enfermeras no mostraran sus traseros, quedo con pantaletas y un liguero que le sostenía las medias, todo blanco.
Tuve una erección inmediata, me dijo: ahora te toca a ti, echo a un lado la pantaletas mostrando sus bellas labias, obviamente que caí de rodillas para adorar a esa bella mujer como se merecía, comencé de lleno a lamer sus labias, a mi esposa le encantaba el sexo oral, yo tenia que lamerla cada vez que hacíamos el amor, a su madre le daría lo mejor, quería penetrarla hacerla mía por todos sus hoyos, que fuera mi perrita mientras se la metía por su bello coño depilado y por su ano. Gustoso la lamería completa y sus labias era pura miel.
Pronto se comenzó a mojar, le faltaba sexo a la suegra.
La lamí completa, en un momento se dio vuelta, se inclino y quedaron sus bellos hoyitos a mi disposición, era un espectáculo soberbio, no estaba depilada, pero tenía unos pocos pelitos rubios que parecen como su lo estuviera, hasta su ano era bello, le lamí las labias y seguí hacia arriba llegando a su hoyito trasero, lamí alrededor y sus bellas nalgas, se quejo y volví a su agujerito, era una golosa, le había pasado la lengua por el borde pero ella quería más, así comencé desde afuera hasta lamer todo su hoyito, como gozaba, sus jugos bajaban por sus piernas, así que nuevamente fui a recoger su savia, ahora metiendo mi lengua en su vagina, con eso tuvo un orgasmo mientras le metía un dedo por su ano, previamente lo había pasado por sus labias y estaba mojado por sus jugos.
Fue rico, le metí otro dedo en su vagina y pude sentir su orgasmo.
Quede con mi mano, en su coño, toda mojada. Me levante y fuimos al baño. Nos lavamos y besamos, mi pene esta a mil así que lo puse sobre su vientre, ella se arrodillo y lo comenzó a lamer, nuevamente yo quería eyacular en su boca pero no me dejo.
Me dijo que me fuera a la cama, me puse boca abajo para que me inyectará, pero me dijo tonto, date vuelta, ahora yo voy arriba. Se dio vuelta y se puso para bajar hacia mi pene erecto.
Como yo no podía hacer esfuerzo, ella me cabalgaría. LLevò mi pene a la entrada de su vagina, se ayudo con una mano, se había abierto las labias para dejar mi pene en posición, con un pequeño movimiento bajo y la penetre o mas bien ella se inserto levemente mi pene, solo el glande, fue bajando lentamente, así mi pene quedaba tocando sus labias mientras se lo metía, pero era mala y sabía del tema, no llego muy abajo y subió nuevamente hasta sacarlo y dejar el glande en contacto con su entrada vaginal, así lo hizo nuevamente, bajaba, sus labias se adherían a mi pene, bajaba gozando cada cm de mi hermoso pene y luego subía, se quedaba con el glande adentro y lo sacaba, ese era su juego.
Yo no podía mover ni subir las caderas.
Era un espectáculo maravilloso, nuevamente no me resistí al ver su coño que se había proyectado hacia afuera subir y bajar por mi pene, era como un anillo de carne y de placer. Ella no había terminado. Se dio vuelta enojada.
Comenzó a rasguñar con sus bellas uñas pero se contuvo, pensando en su hija, ella no sabia que yo no tenia sexo por ese lado.
Me dijo muy seria: no cumpliste mis instrucciones, yo te dijo cuando te vienes, ahora tendrás un castigo. Yo no me había dado cuenta pero ella traía un bolso, lo había llevado a la pieza.
Se comenzó a cambiar, primero se saco las medias blancas y saco unas medias negras, pensé mejor para mi, luego se saco la pantaletas y el liguero, me dio la espalda y se saco el sostén.
Era muy bella, tenía un trasero pequeño, duro por el ejercicio, faltaba lo mejor, saco un corpiño negro y rojo, colgaban una cintas que actuaban como liguero, se abrocho las medias y se dio vuelta, el corpiño se dibuja su cintura y sus caderas, pero los bellos pechos quedaban libres. Lo malo era que tenía una fusta en la mano, y ahí me di cuenta que era un Dominatrix, esa era su vida secreta y seguramente los médicos eran sus victimas y esclavos, ahora yo era su esclavo.
Me dijo que me pusiera en cuatro, quede mostrando el trasero. Ella me lo acarició con la fusta.
Sin esperar, llego el primer azote, me dolió quise levantarme y sujetarle la mano pero eso sólo lo empeoria todo.
Mi señora me mataría si sabia que había tocado a su odiosa mama.
Era el divorcio sin contemplaciones, estaba a merced de la suegra, así que baje la cabeza, el segundo golpe no se hizo esperar. Así me dio tres golpes más.
Ella se situó al borde de la cama, me gire y tenía su coño a mi disposición, comencé a lamerlo como disculpa a mi comportamiento, ella se dejaba hacer mientras me acariciaba el pelo, ella era mi ama y si pudiera movería la cola de felicidad al permitirme mostrarle mi amor y obediencia.
La lamí y la bese hasta que alcanzo un orgasmo.
Era una buena ama, me dio paso su mano, para que la besara no me guardaba rencor. Yo se la bese en señal de obediencia, era suyo, su esclavo.
Me dijo que me pusiera en el piso, con las manos y pies en el suelo, como un perrito.
Me paso su pie, sus uñas estaban pintadas de rojo, el color de follar de las damas, pero yo era su esclavo y comencé a lamer y a chupar sus bellos deditos.
Me paso el otro pie. Era su fetiche. Gozaba mis caricias en sus pies.
Luego, me hizo acostarme de espalda, iba calzada con unas sandalias, se saco una y puso su pie sobre mi pene erecto, ya me había dicho que no podía eyacular sin su permiso.
Pasaba el pie de arriba a abajo, hasta alcanzar mis huevos y también los recorría con su planta y sus uñas.
Luego, se sentó sobre mi, dejando su ano sobre mi boca, comencé a lamerlo, a ella le gusto por sus gemidos y los mas mas era una gozadora, con sus manos agarro mi bolas, pasando sus uñas sobre ellas y pone mi pene. Yo seguía lamiendo su ano, cambio de posición y ahora seguí con sus labias, le gustaba el sexo oral, nuevamente se cambio y ahora se introdujo mi pene en su vagina, para comenzar a bombearla, yo veía subir y bajar sus labias interiores por los costado de mi pene, pero preferí no mirar sino eyacularía, ella subía y bajaba hasta alcanzar un orgasmo, al sentirlo pude eyacular, se levanto y de su vagina salía mi semen junto con sus jugos. Se dio vuelta y puso sobre mi.
Con sus bellas tetas sobre mi busto, su cara al lado de la mía así que nos besamos. Era una buena ama.
Finalmente, me dijo, que me pusiera en la cama para ponerme la inyección, eso sería todo por hoy.
Le pregunte si la vería de blanco de nuevo, me dijo que si era un buen chico, la vería de blanco.
Así mi convertí en el esclavo de mi suegra.
Era una bella rubia, usaba el pelo corto y se veía sensacional. Era enfermera y viuda.
Su especialidad eran los médicos, al ultimo novio que tuvo le saco un departamento y un bmw.
Se había comido varios en su vida profesional.
Mi señora le echaba la culpa de la muerte de su padre de cancer.
El pobre estaba cansado de que lo gorrearan y se dejo morir.
Yo me entere por un matrimonio amigo que la llamaban la viuda blanca en la clínica, le gustaban los viejitos, era cara de mantención, le gustan los viajes, las joyas y vestirse bien, era que no.
Yo la había visto de enfermera y era el sueño erótico de cualquier, era curvilínea, con buenos pechos, lindas piernas y un trasero bien cuidado, ya no trabajaba tanto como antes.
Ahora estaba sin novio desde hacia 4 meses.
Como comenzó mi aventura con ella, levante un peso sin ningún cuidado y me vino un ataque de siatica, el doctor me recomendó inyecciones periódicas.
Así que mi esposa, le pidió a su madre que me pusiera las inyecciones.
Con mi señora estábamos enojados y llevaba un mes sin sexo.
Así que llego mi suegra para mi primera inyección esa misma tarde temprano, en la mañana habíamos ido al médico, era en el trasero, yo tenia todo preparado en mi pieza, así me eche de estomago, me baje los pantalones y espere a la suegra que conversaba con mi esposa hasta que dije que ya estaba listo.
Ahí estaba con el trasero al aire, esperando que mi bella suegra me inyectara, obviamente tuve una erección, ella llego y me dijo que abriera las piernas y que me relajara, lo cual no ayudo mucho a disimular mi erección, mi pene no se veía pero sentía que mis testículos que estaban tensos quedaron expuestos, la suegra me paso un algodón con alcohol por la nalga y luego me pincho, ella me tranquilizo que no me dolería si era un niño bueno y me relajaba, al decir esto me acaricio la nalga y luego vino el pinchazo, duro poco.
Ella me dijo que me había portado bien y nuevamente me acaricio el trasero, pero ahora paso su dedo por mi ano, lo que logro aumentar mi erección y que mis bolas quedaran mas tirantes, el dedo de mi suegra bajo y llego al perineo, que comenzó a acariciar hasta llegar a mis bolas, las siguió acariciando, levante las caderas y ella agarro mi pene con su mano y comenzó a mastúrbame, no aguante mas y me di vuelta.
Ella se sonrió y me dijo: ahora se por que mi hija se caso contigo tienes un lindo aparato, bajo su cabeza y me lamio el pene antes de comenzar a chupar.
Yo no lo podía creer, veía su cabeza, con su maravillosa melena rubia, subir y bajar, no me pude resistir y eyacule en su boca, no había durado mucho pero a cualquiera le pasa, ella se trago todo mi semen.
Luego se levanto, se lavo las manos con alcohol, se puso lápiz labial que saco de su cartera y se fue. Yo me levante y me fui al baño del dormitorio para lavarme y no dejar rastro de semen que pudiera oler mi señora.
A las 9 venia de nuevo mi suegra, mi señora invento una excusa y se fue a ver a la otra hermana, yo sabia que no quería estar con su madre.
Esa tarde le tocaba trabajar y había alargado el turno, a una enfermera de su experiencia le aguantaban todo en la clínica, entre tanto jovencitos incluidos muchos médicos ella era la reina, así que llego vestida de enfermera, era una preciosura.
Al llegar pregunto por su hija, le dije que había a ver a su otra hija, tenía 3, sola la menor la quería.
Nuevamente, se sonrió y me dijo: mejor para nosotros, abriéndose el delantal y quedando en ropa interior, llevaba un sostén mínimo para sus pechos llenos, una enagua blanca y medias blancas, se saco la enagua, eran normas de la clínica para que las enfermeras no mostraran sus traseros, quedo con pantaletas y un liguero que le sostenía las medias, todo blanco.
Tuve una erección inmediata, me dijo: ahora te toca a ti, echo a un lado la pantaletas mostrando sus bellas labias, obviamente que caí de rodillas para adorar a esa bella mujer como se merecía, comencé de lleno a lamer sus labias, a mi esposa le encantaba el sexo oral, yo tenia que lamerla cada vez que hacíamos el amor, a su madre le daría lo mejor, quería penetrarla hacerla mía por todos sus hoyos, que fuera mi perrita mientras se la metía por su bello coño depilado y por su ano. Gustoso la lamería completa y sus labias era pura miel.
Pronto se comenzó a mojar, le faltaba sexo a la suegra.
La lamí completa, en un momento se dio vuelta, se inclino y quedaron sus bellos hoyitos a mi disposición, era un espectáculo soberbio, no estaba depilada, pero tenía unos pocos pelitos rubios que parecen como su lo estuviera, hasta su ano era bello, le lamí las labias y seguí hacia arriba llegando a su hoyito trasero, lamí alrededor y sus bellas nalgas, se quejo y volví a su agujerito, era una golosa, le había pasado la lengua por el borde pero ella quería más, así comencé desde afuera hasta lamer todo su hoyito, como gozaba, sus jugos bajaban por sus piernas, así que nuevamente fui a recoger su savia, ahora metiendo mi lengua en su vagina, con eso tuvo un orgasmo mientras le metía un dedo por su ano, previamente lo había pasado por sus labias y estaba mojado por sus jugos.
Fue rico, le metí otro dedo en su vagina y pude sentir su orgasmo.
Quede con mi mano, en su coño, toda mojada. Me levante y fuimos al baño. Nos lavamos y besamos, mi pene esta a mil así que lo puse sobre su vientre, ella se arrodillo y lo comenzó a lamer, nuevamente yo quería eyacular en su boca pero no me dejo.
Me dijo que me fuera a la cama, me puse boca abajo para que me inyectará, pero me dijo tonto, date vuelta, ahora yo voy arriba. Se dio vuelta y se puso para bajar hacia mi pene erecto.
Como yo no podía hacer esfuerzo, ella me cabalgaría. LLevò mi pene a la entrada de su vagina, se ayudo con una mano, se había abierto las labias para dejar mi pene en posición, con un pequeño movimiento bajo y la penetre o mas bien ella se inserto levemente mi pene, solo el glande, fue bajando lentamente, así mi pene quedaba tocando sus labias mientras se lo metía, pero era mala y sabía del tema, no llego muy abajo y subió nuevamente hasta sacarlo y dejar el glande en contacto con su entrada vaginal, así lo hizo nuevamente, bajaba, sus labias se adherían a mi pene, bajaba gozando cada cm de mi hermoso pene y luego subía, se quedaba con el glande adentro y lo sacaba, ese era su juego.
Yo no podía mover ni subir las caderas.
Era un espectáculo maravilloso, nuevamente no me resistí al ver su coño que se había proyectado hacia afuera subir y bajar por mi pene, era como un anillo de carne y de placer. Ella no había terminado. Se dio vuelta enojada.
Comenzó a rasguñar con sus bellas uñas pero se contuvo, pensando en su hija, ella no sabia que yo no tenia sexo por ese lado.
Me dijo muy seria: no cumpliste mis instrucciones, yo te dijo cuando te vienes, ahora tendrás un castigo. Yo no me había dado cuenta pero ella traía un bolso, lo había llevado a la pieza.
Se comenzó a cambiar, primero se saco las medias blancas y saco unas medias negras, pensé mejor para mi, luego se saco la pantaletas y el liguero, me dio la espalda y se saco el sostén.
Era muy bella, tenía un trasero pequeño, duro por el ejercicio, faltaba lo mejor, saco un corpiño negro y rojo, colgaban una cintas que actuaban como liguero, se abrocho las medias y se dio vuelta, el corpiño se dibuja su cintura y sus caderas, pero los bellos pechos quedaban libres. Lo malo era que tenía una fusta en la mano, y ahí me di cuenta que era un Dominatrix, esa era su vida secreta y seguramente los médicos eran sus victimas y esclavos, ahora yo era su esclavo.
Me dijo que me pusiera en cuatro, quede mostrando el trasero. Ella me lo acarició con la fusta.
Sin esperar, llego el primer azote, me dolió quise levantarme y sujetarle la mano pero eso sólo lo empeoria todo.
Mi señora me mataría si sabia que había tocado a su odiosa mama.
Era el divorcio sin contemplaciones, estaba a merced de la suegra, así que baje la cabeza, el segundo golpe no se hizo esperar. Así me dio tres golpes más.
Ella se situó al borde de la cama, me gire y tenía su coño a mi disposición, comencé a lamerlo como disculpa a mi comportamiento, ella se dejaba hacer mientras me acariciaba el pelo, ella era mi ama y si pudiera movería la cola de felicidad al permitirme mostrarle mi amor y obediencia.
La lamí y la bese hasta que alcanzo un orgasmo.
Era una buena ama, me dio paso su mano, para que la besara no me guardaba rencor. Yo se la bese en señal de obediencia, era suyo, su esclavo.
Me dijo que me pusiera en el piso, con las manos y pies en el suelo, como un perrito.
Me paso su pie, sus uñas estaban pintadas de rojo, el color de follar de las damas, pero yo era su esclavo y comencé a lamer y a chupar sus bellos deditos.
Me paso el otro pie. Era su fetiche. Gozaba mis caricias en sus pies.
Luego, me hizo acostarme de espalda, iba calzada con unas sandalias, se saco una y puso su pie sobre mi pene erecto, ya me había dicho que no podía eyacular sin su permiso.
Pasaba el pie de arriba a abajo, hasta alcanzar mis huevos y también los recorría con su planta y sus uñas.
Luego, se sentó sobre mi, dejando su ano sobre mi boca, comencé a lamerlo, a ella le gusto por sus gemidos y los mas mas era una gozadora, con sus manos agarro mi bolas, pasando sus uñas sobre ellas y pone mi pene. Yo seguía lamiendo su ano, cambio de posición y ahora seguí con sus labias, le gustaba el sexo oral, nuevamente se cambio y ahora se introdujo mi pene en su vagina, para comenzar a bombearla, yo veía subir y bajar sus labias interiores por los costado de mi pene, pero preferí no mirar sino eyacularía, ella subía y bajaba hasta alcanzar un orgasmo, al sentirlo pude eyacular, se levanto y de su vagina salía mi semen junto con sus jugos. Se dio vuelta y puso sobre mi.
Con sus bellas tetas sobre mi busto, su cara al lado de la mía así que nos besamos. Era una buena ama.
Finalmente, me dijo, que me pusiera en la cama para ponerme la inyección, eso sería todo por hoy.
Le pregunte si la vería de blanco de nuevo, me dijo que si era un buen chico, la vería de blanco.
Así mi convertí en el esclavo de mi suegra.