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Soy la Marrana de mi Novio y mi Ex – Capítulos 01 al 02
Soy la Marrana de mi Novio y mi Ex – Capítulo 01
He sido educada en un ambiente muy conservador, pues mi madre es ama de casa, no trabaja, es la que me ha criado, ya que mi padre es comercial en una empresa y le ha tocado siempre viajar de forma asidua. Soy una chica con poco carácter, mi tía siempre a dicho que no tengo sangre en las venas, que debería enfadarme alguna vez y no ser como mi madre, tan “sumisa”, aunque no hay nada al respecto que yo pueda hacer, una nace en ese aspecto, no se hace. Tengo que reconocer que soy muy confiada, no veo mala intención en la gente y siempre veo las cosas positivas. Lo curioso de todo es, que por ejemplo, a nivel de chicos siempre me han gustado totalmente diferentes a como soy yo, atrevidos, descarados y chulitos…me gustan así y ya está, para gustos colores.
Veréis, actualmente salgo con un chico llamado Luis, el cual conocí a través de su amigo Tolo, mi ex, con el que rompí hace 4 meses. Tolo como novio no era nada atento, era descuidado, más bien era rudo, dominante, atrevido y sinvergüenza, puede que eso fuera lo que me atrajo de él hasta cegarme, me volvía y me sigue volviendo loca su chulería, su atractivo, lo macho y la fuerte personalidad que desprende y, lo que me separó fue que se cansó de mi, sin más. No será por que no me dejaba hacer, era atenta, servicial, cediendo a todos sus caprichos y perversiones.
Al principio de comenzar a salir con él ya me dejó claro que le gustaba que llevara mayas o falda, que por una parte se marcara bien mi cuerpo, y por otra que mis agujeros fueran accesibles para él. A los tres días de conocerlo, ya nos habíamos dado nuestros primeros besos bien dados, claro está. Uno de los días, cuando ya llevábamos unas semanas, me dijo de ir a su casa, ya que sus padres no estaban, estaríamos solos. Ese día me dirigí con mi coche a su casa. Para la ocasión me puse un vestido y un tanga de color negro, el cual hacía un buen contraste con mi blanca piel. No llevaba sujetador, por lo que el movimiento de mis exuberantes pechos era morboso, aunque nada exhibicionista, era más bien elegante, pues no era de ese tipo de chicas que le gustaba ir despechugada por la calle mostrando todo su cuerpo, más bien me gustaba ser sexy sin ser vulgar. Mi pelo lo llevaba suelto y reposando sobre mis hombros, iba hecha una princesa, como en ocasiones me decía mi madre.
-Hola, has tardado - dijo Tolo con tono de desagrado nada más abrir la puerta.
-ya... Perdona... Yo... - me dejó con la palabra en la boca, ya que dio media vuelta y se metió hacia la casa dejándome en la puerta.
-¡¡¡Pon el pasador a la puerta cuando pases, anda!!! -gritó desde el salón.
Tal y como dijo, puse el pasador a la puerta, no se bien para qué, pero así lo hice, introduciéndome a continuación en el interior de la casa, llegando al salón, donde el se encontraba espatarrado en el sillón, en calzoncillos, un slip negro, con un bulto enorme.
-estoy cansado, dame un masaje en los pies -me dijo Tolo.
-vale cariño, como quieras -Contesté complaciente.
-Quítame los calcetines -me dijo poniendo los pies sobre mi regazo dirigiendo su mirada hacia la televisión.
Lentamente comencé a quitarle sus calcetines, para después comenzar a masajearle la planta del pie, alternando se uno al otro, masajeando igualmente sus dedos. Mientras tanto él se dedicaba a mirar la televisión mientras con una mano se tocaba todo su gran paquete, que se adivinaba realmente grande tras los calzoncillos que llevaba, ya que era lo único que vestía.
Mi mirada no podía apartarse del paquete, comprobando que ese enorme pollón estaba completamente tieso, y marcándose en un lado todo el tronco que le sobrepasaba la ingle, era monstruoso, por lo menos en comparación a lo que había visto hasta el momento.
De golpe, Tolo giró su cabeza y me pilló con mi mirada puesta sobre su paquete.
-Que pasa ¿te gusta mi rabo? jajajaja -Me dijo agarrándome de la nuca y aproximándome a tan solo dos centímetros de este.
-Eh…siiii…parece muy…grande… jijiji -Contesté
-¿Te gustan grandes, marrana? -Dijo apretando los dientes y pegando bruscamente mi cara contra su paquete, presionando mi cabeza fuertemente agarrada por la nuca -¡Si es que estás hecha una guarra, calienta pollas!
-Bueno…mejor chúpame el pie, que lo tengo cansado y me relaja mucho, todas mis novias me chupan los pies-Dijo poniendo su pie a la altura de mi boca, a lo que yo lo tomé tímidamente con la mano y comencé a chupar su dedo gordo intentando complacerle, tenía que ser mejor que las otras, si es que decía la verdad...
-¡¡¡Pero mételo en tu boca coño!!! -Dijo mientras forzaba con todos sus dedos hacia el interior de mi boca con fuerza como si me la estuviese follando -¡Parece que te lo tengo que decir todo, coño! -Dijo con cierto enfado.
-¡¡¡Aaaaaggggggggghhhhhh!!! ¡¡¡Aaaaaggggggggghhhhhh!!! -Intentaba abrir la boca todo lo que podía.
Mientras tanto él se bajo la parte delantera de su calzoncillo y se sacó su enorme rabo lleno de venas y con unos huevos enormes, como pelotas de tenis y todo depilado, comenzando a pajearse lentamente, dejándose caer sobre su rabo un gran chorro de saliva el cual cayó sobre la punta del enorme capullo morado, deslizándose lentamente hasta la base de sus huevos. Comenzó a deslizar su mano de arriba a bajo, pudiéndose escuchar los chasquidos producidos por su mano al friccionar sobre la saliva, mientras el continuaba follando mi boca con su pie, provocándome arcadas acompañadas de espesos hilos de saliva que colgaban sobre mi barbilla.
-Acércate, puerca, que me vas a hacer una cubana -Me dijo con tono autoritario que no dejaba lugar a protesta.
-Vale…voy… -Dije tímidamente…
Yo, como una tonta, con la mente nublada por la situación y, por qué no decirlo, también por la excitación de ser tratada así por un macho con esa seguridad, me acerqué hacia él, quedando de rodillas entre sus piernas. Él se incorporó sobre mi y, agarrando la parte superior del vestidito de las solapas, tiró hacia los lados y rasgó los tres primeros botones dejando mis tetas al aire balanceándose, tras lo cual se hecho más para adelante a la altura de mis nalgas, levantó mi faldita hasta mi cintura y comenzó a propinarme una serie de fuertes nalgadas alternando de una nalga a otra.
-¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! ¡¡¡Culo de guarraaaaaaa!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! ¡¡¡Así se trata a las marranas como tú!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! -Decía mientras estrellaba su manaza contra mis blanquitas nalgas, las cuales adquirieron un color rojizo.
-¡¡¡Aaaayyyyyyyy!!! ¡¡¡Aaaayyyyyyyy!!! -Respondía a cada nalgada, lo cual le provocaba mayor excitación si cabe.
-¡¡¡Saca bien el culo de puerca hacia fuera y curva la espalda, quiero ese culo de puta bien a mi disposición, en pompa!!! -Me gritaba con autoridad, haciendo caso inmediato a su imposición.
Mis nalgas blanquitas, ya rosadas y con sus grandes manos marcadas, temblaban a cada nalgada. Me pegó la cara al suelo poniendo su pie sobre ella, de esa manera mis nalgas quedaron totalmente apuntando al techo, por lo que mientras me nalgueaba con una mano, con la otra metía el dedo pulgar por mi culo y el índice por mi coño, metiéndolos y sacándolos al ritmo de una follada.
Cuando se sació de calentarme el culo, se recostó en el sillón de nuevo y estiró de mis pezones hacia él para acercarme a su enorme cipote.
-Hazme una cubana, mojigata.
Agarré mis grandes pechos y en volví la enorme barra de carne con ellos, sobresaliendo más de medio cipote por encima, deslizando mis pechos a lo largo de todo su tronco mientras él miraba fijamente la televisión, incorporándose de vez en cuando a regar mis pechos con salivazos espesos que dejaba caer entre ellos para lubricar. Cuando estaba centrada en la cubana, y sin que nada me hiciese adivinar lo que podía pasar, ya que el mal nacido no dio indicios de nada y estaba mirando atentamente el televisor, comenzó de repente a disparar chorros a presión de semen sobre mi cara y pechos, por lo que al caer unos de ellos sobre mis ojos inmediatamente me aparté por instinto, a lo que él respondió rápidamente agarrándome de la nuca.
-¡¡¡No pares ahora coño!!! -Dijo, dirigiendo mi boca hasta su tieso cipote, el cual me introdujo sin compasión ninguna hasta lo más profundo de mi cavidad, provocándome fuertes arcadas, mientras él agitaba mi cabeza de arriba a bajo con rapidez, mientras los chorros de semen continuaban saliendo hasta por mi nariz.
-¡¡¡Te voy a convertir en una chupa rabos, cerda!!! jajajajaja -Decía riéndose de mí mientras se deleitaba con mi agonía.
¡¡¡Aaaaaggggggggghhhhhh!! -Era todo lo que salía de mi sufrida garganta, mi rímel se corrió y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas por la congestión, mientras mi boca tan solo emitía sonidos guturales y burbujeantes por la gran cantidad de saliva que emanaba de mi boca.
-¡¡¡Aaaaaggggghhhhhhh!!! ¡¡¡Uuuuuuugggggghhhhhhh!!! -Alcanzaba a emitir por los pocos recovecos que quedaban libres en mi boca, los cuales iban acompañados de burbujas de saliva que explotaban sobre mi cara.
-¡¡¡Aaaahhhhhhhhhh!!! ¡¡¡Uuuuuuffffffggg!!! -Emitió el triunfante liberando por fin mi cabeza entre tos y cogidas de aire a bocanadas.
Se incorporó y dio un beso que me supo a gloria, sabía como tratarme, como ganarme, me sentía feliz de verlo satisfecho, mi mirada hacia él era de felicidad, perdonando toda su rudeza.
Tolo es un chico impulsivo, hace lo que quiere y como quiere, mira por su placer, reconozco que es algo egoísta, pero yo lo quería tal y como era, aunque a veces me molestara un poco…pero era mi chico y cada cual tiene lo suyo.
Luis y yo, finalmente quedamos en ir al cine, a ver una película que tenía entendido que era bastante mala, pero que decía quería ver él. Yo iba con un vestidito muy bonito y modoso, con un buen escote. Mido 1.60, y de pechos tengo una talla 105, con un buen culo y tez blanca. Luis era un macarrilla, y un bestia en la cama, al igual que mi ex, le gustaba darme el trato que se le da a una marrana.
Ayer sin ir más lejos, me tuvo chupando su culo en mi propia casa, con mi madre en el baño. Él y yo estábamos sentados en el salón de mi casa, yo acurrucada junto a él mientras miraba la televisión sin prestarme mucha atención. Mi madre salió de la cocina:
-Me voy a duchar -Dijo mi madre.
- Pues me parece muy bien, preciosa -Le contestó Luís en un tono malicioso.
Mi madre le miro y le dedicó una dulce sonrisa mientras Luís no le quitaba ojo de su culo, mientras con descaro a tocarse el cipote por encima del pantalón mientras mi madre se preparaba la ropa disfrutando de tal visión.
-¡Mete la mano en el pantalón y pajéame, guarra! -Me dijo de forma imperativa.
-Pero…mi madre… -Dije titubeante, ya que mi madre se encontraba en frente, bueno…más bien de espaldas, vistiendo una camiseta que le llegaba por debajo del culo, y marcaba la figura de sus redondas nalgas, sobre todo cuando se agachada y quedaba con el culo empinado, algo que a mi novio sé que le estaba poniendo cachondísimo, pero es muy macho, él es así jajajaja.
-¡¡Que me pajees coño, o cojo y me largo!! -Dijo con enfado, descubriendo todo el cipote bien duro y tieso con líquido preseminal deslizándose por la punta del enorme capullo, dada la excitación, sin importarle el que mi madre se diese la vuelta. Puse mi mano en el capullo increíblemente hinchado, mientras lo miraba fijamente como hipnotizada, y le esparcí el líquido preseminal por el tronco lentamente, intentando abarcar todo el grosor del enorme miembro con mi pequeña mano, cosa que no conseguía, para deslizarlo hasta llegar a la base de sus enormes pelotas, las cuales agarré con la otra mano, volviendo a deslizar mi mano por todo la barra de carne recogiendo por el camino toda la cantidad de líquido que emanaba de ella quedando mano completamente encharcada, oyéndose como chasqueaba mano mientras friccionaba el gran cipote en toda su extensión hasta llegar nuevamente hasta la punta, donde apretaba con mano para forzar a salir más líquido de este macho, haciéndoseme la boca agua, mientras el echaba la cabeza hacia atrás sin quitar ojo de mi madre que seguía a lo suyo.
-¡¡¡OOOOOOOHHHHHHHH!!! ¡¡¡UUUUUUUUUFFFFFF!!!
¡¡¡SIGUEEEEEEEE!!! -Dijo en voz alta para que mi madre lo oyese y poder alimentar su morbo todavía más el mal parido, teniendo a su hija ordeñando ese enorme gran cipote con sus manos.
Mi madre, instintivamente giró la cabeza encontrándose precisamente con esa situación, algo que me dejo paralizada al igual que a mi madre, algo que sin embargo no pasó a Luis, el cual miraba fijamente a mi madre, mientras se incorporó y echó sobre la punta de su capullo un gran río de saliva que cubrió por completo todo su capullo para ir resbalando por todo el tronco hasta llegar a mi mano, donde se desbordó por mis dedos.
-¡¡¡Que hija tienes más buena…!!! -Le espetó a bocajarro a mi madre con toda la sinvergonzonería y atrevimiento, mientras la cara de mi madre se ponía de todos los colores.
-¡¡¡Plaaaaaaaaaaaaaaasssss!!! -Luis me dio un fuerte azote en las nalgas que me sacó del ensimismamiento -¡¡¡Sigue coño!!! -Me ordenó Luis.
-Ssssiii…. -Dije como una imbécil con la cara completamente roja, retirando la mirada y continuando pajeando el tremendo nabo.
Mi madre retiró la mirada en cuanto fue consciente de la situación, intentando normalizarlo todo poniéndose a tararear como si nada hubiese pasado, supongo que así creería que se normalizaría la situación y, con un poco de suerte todo acabaría en un momento, por lo que continuó dentro de la habitación con sus preparativos.
Pero Luis tenía otros planes.
-Levanta cariño -Me dijo con tono tierno…algo que me encantó haciéndolo con cara de satisfacción y sumisión, premiándome con un beso profundo y baboso que me dejo temblando.
-Me pones el cipote durísimo pedazo de zorra -Me dijo acariciándome la cara, mientras yo le miraba con cara de orgullo -¿Eres mi zorra? -Me preguntó mirándome fijamente helándome el alma e inundando todo mi coño y mis bragas.
-Sssiii…soy tu zorra…cariño… Contesté completamente rendida a sus deseos.
-Levanta cariño -Me dijo
Se levantó y se puso a cuatro patas en el sillón, bajando su pantalón hasta sus tobillos junto a sus calzoncillos, dejando al aire ese pedazo de nabo y esos dos grandes y imponentes cojones.
-¡Acércate y chúpame el culo, marrana! -Dijo sin dar lugar a contradicciones.
-Pero…por favor…no…Luis…cariño…eso no…mi madre… -Le dije suplicante con la cara, esta vez, completamente blanca.
En esos momentos me miró fijamente con autoridad, una mirada que lo dijo absolutamente todo, se me clavó hasta el espinazo, no hizo falta levantar la voz, esa mirada me traspasó.
A cámara lenta y sin dejar de mirar la puerta tras la que estaba mi madre, tragué saliva rezando para que no saliese, y me fui acercando muy lentamente hacia sus nalgas, donde el permanecía a cuatro patas con todo sus culo empinado, viendo todo su ojete con esos dos cojones colgando.
Lentamente comencé a pasar la lengua por la rabadilla, bajando lentamente por toda la raja del culo, mientras el suspiraba y gemía. Continué bajando hasta llegar a su ojete, donde saqué la lengua y comencé a chupar.
-¡Mee…eee…te la lengua…zorraaaa…! –Me decía entre suspiros, mientras agarró me agarró cabeza con una mano y me la hundió en la raja de su culo, comenzando a pasarla con fuerza de arriba abajo, desde la rabadilla hasta los huevos -¡Asiiii…marrana…hazme una lavada de ojete –Me decía mientras intentaba aplicarme lo mejor posible intentando meter la lengua en su agujero.
Ahí estaba yo, una chica de 27 años chupando el culo de un chico de 19, parecía una película porno de las buenas, menuda imagen.
-¡¡¡Clara…!!! ¡¡¡Claraaaaa…!!! –Grito Luis entre suspiros gritando el nombre de mi madre.
En esos momentos mi madre abrió la puerta, quedando plasmada en su retina la imagen de su angelical hija con la cara encajada en el culo de un chico de 19 años que se encontraba a cuatro patas sobre su propio sillón, con una barra de carne descomunal. No teniendo dudas del emputecimiento que su hija había sufrido, algo que le implicaba a ella y no sabía como reaccionar, no sabía enfrentarse a esa situación que le venía grande, su inseguridad frente a la seguridad aplastante de ese chico le dejaba sin argumentos, hecha un manojo de inseguridades.
Continua
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Soy la Marrana de mi Novio y mi Ex – Capítulos 01 al 02
Soy la Marrana de mi Novio y mi Ex – Capítulo 01
He sido educada en un ambiente muy conservador, pues mi madre es ama de casa, no trabaja, es la que me ha criado, ya que mi padre es comercial en una empresa y le ha tocado siempre viajar de forma asidua. Soy una chica con poco carácter, mi tía siempre a dicho que no tengo sangre en las venas, que debería enfadarme alguna vez y no ser como mi madre, tan “sumisa”, aunque no hay nada al respecto que yo pueda hacer, una nace en ese aspecto, no se hace. Tengo que reconocer que soy muy confiada, no veo mala intención en la gente y siempre veo las cosas positivas. Lo curioso de todo es, que por ejemplo, a nivel de chicos siempre me han gustado totalmente diferentes a como soy yo, atrevidos, descarados y chulitos…me gustan así y ya está, para gustos colores.
Veréis, actualmente salgo con un chico llamado Luis, el cual conocí a través de su amigo Tolo, mi ex, con el que rompí hace 4 meses. Tolo como novio no era nada atento, era descuidado, más bien era rudo, dominante, atrevido y sinvergüenza, puede que eso fuera lo que me atrajo de él hasta cegarme, me volvía y me sigue volviendo loca su chulería, su atractivo, lo macho y la fuerte personalidad que desprende y, lo que me separó fue que se cansó de mi, sin más. No será por que no me dejaba hacer, era atenta, servicial, cediendo a todos sus caprichos y perversiones.
Al principio de comenzar a salir con él ya me dejó claro que le gustaba que llevara mayas o falda, que por una parte se marcara bien mi cuerpo, y por otra que mis agujeros fueran accesibles para él. A los tres días de conocerlo, ya nos habíamos dado nuestros primeros besos bien dados, claro está. Uno de los días, cuando ya llevábamos unas semanas, me dijo de ir a su casa, ya que sus padres no estaban, estaríamos solos. Ese día me dirigí con mi coche a su casa. Para la ocasión me puse un vestido y un tanga de color negro, el cual hacía un buen contraste con mi blanca piel. No llevaba sujetador, por lo que el movimiento de mis exuberantes pechos era morboso, aunque nada exhibicionista, era más bien elegante, pues no era de ese tipo de chicas que le gustaba ir despechugada por la calle mostrando todo su cuerpo, más bien me gustaba ser sexy sin ser vulgar. Mi pelo lo llevaba suelto y reposando sobre mis hombros, iba hecha una princesa, como en ocasiones me decía mi madre.
-Hola, has tardado - dijo Tolo con tono de desagrado nada más abrir la puerta.
-ya... Perdona... Yo... - me dejó con la palabra en la boca, ya que dio media vuelta y se metió hacia la casa dejándome en la puerta.
-¡¡¡Pon el pasador a la puerta cuando pases, anda!!! -gritó desde el salón.
Tal y como dijo, puse el pasador a la puerta, no se bien para qué, pero así lo hice, introduciéndome a continuación en el interior de la casa, llegando al salón, donde el se encontraba espatarrado en el sillón, en calzoncillos, un slip negro, con un bulto enorme.
-estoy cansado, dame un masaje en los pies -me dijo Tolo.
-vale cariño, como quieras -Contesté complaciente.
-Quítame los calcetines -me dijo poniendo los pies sobre mi regazo dirigiendo su mirada hacia la televisión.
Lentamente comencé a quitarle sus calcetines, para después comenzar a masajearle la planta del pie, alternando se uno al otro, masajeando igualmente sus dedos. Mientras tanto él se dedicaba a mirar la televisión mientras con una mano se tocaba todo su gran paquete, que se adivinaba realmente grande tras los calzoncillos que llevaba, ya que era lo único que vestía.
Mi mirada no podía apartarse del paquete, comprobando que ese enorme pollón estaba completamente tieso, y marcándose en un lado todo el tronco que le sobrepasaba la ingle, era monstruoso, por lo menos en comparación a lo que había visto hasta el momento.
De golpe, Tolo giró su cabeza y me pilló con mi mirada puesta sobre su paquete.
-Que pasa ¿te gusta mi rabo? jajajaja -Me dijo agarrándome de la nuca y aproximándome a tan solo dos centímetros de este.
-Eh…siiii…parece muy…grande… jijiji -Contesté
-¿Te gustan grandes, marrana? -Dijo apretando los dientes y pegando bruscamente mi cara contra su paquete, presionando mi cabeza fuertemente agarrada por la nuca -¡Si es que estás hecha una guarra, calienta pollas!
-Bueno…mejor chúpame el pie, que lo tengo cansado y me relaja mucho, todas mis novias me chupan los pies-Dijo poniendo su pie a la altura de mi boca, a lo que yo lo tomé tímidamente con la mano y comencé a chupar su dedo gordo intentando complacerle, tenía que ser mejor que las otras, si es que decía la verdad...
-¡¡¡Pero mételo en tu boca coño!!! -Dijo mientras forzaba con todos sus dedos hacia el interior de mi boca con fuerza como si me la estuviese follando -¡Parece que te lo tengo que decir todo, coño! -Dijo con cierto enfado.
-¡¡¡Aaaaaggggggggghhhhhh!!! ¡¡¡Aaaaaggggggggghhhhhh!!! -Intentaba abrir la boca todo lo que podía.
Mientras tanto él se bajo la parte delantera de su calzoncillo y se sacó su enorme rabo lleno de venas y con unos huevos enormes, como pelotas de tenis y todo depilado, comenzando a pajearse lentamente, dejándose caer sobre su rabo un gran chorro de saliva el cual cayó sobre la punta del enorme capullo morado, deslizándose lentamente hasta la base de sus huevos. Comenzó a deslizar su mano de arriba a bajo, pudiéndose escuchar los chasquidos producidos por su mano al friccionar sobre la saliva, mientras el continuaba follando mi boca con su pie, provocándome arcadas acompañadas de espesos hilos de saliva que colgaban sobre mi barbilla.
-Acércate, puerca, que me vas a hacer una cubana -Me dijo con tono autoritario que no dejaba lugar a protesta.
-Vale…voy… -Dije tímidamente…
Yo, como una tonta, con la mente nublada por la situación y, por qué no decirlo, también por la excitación de ser tratada así por un macho con esa seguridad, me acerqué hacia él, quedando de rodillas entre sus piernas. Él se incorporó sobre mi y, agarrando la parte superior del vestidito de las solapas, tiró hacia los lados y rasgó los tres primeros botones dejando mis tetas al aire balanceándose, tras lo cual se hecho más para adelante a la altura de mis nalgas, levantó mi faldita hasta mi cintura y comenzó a propinarme una serie de fuertes nalgadas alternando de una nalga a otra.
-¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! ¡¡¡Culo de guarraaaaaaa!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! ¡¡¡Así se trata a las marranas como tú!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! -Decía mientras estrellaba su manaza contra mis blanquitas nalgas, las cuales adquirieron un color rojizo.
-¡¡¡Aaaayyyyyyyy!!! ¡¡¡Aaaayyyyyyyy!!! -Respondía a cada nalgada, lo cual le provocaba mayor excitación si cabe.
-¡¡¡Saca bien el culo de puerca hacia fuera y curva la espalda, quiero ese culo de puta bien a mi disposición, en pompa!!! -Me gritaba con autoridad, haciendo caso inmediato a su imposición.
Mis nalgas blanquitas, ya rosadas y con sus grandes manos marcadas, temblaban a cada nalgada. Me pegó la cara al suelo poniendo su pie sobre ella, de esa manera mis nalgas quedaron totalmente apuntando al techo, por lo que mientras me nalgueaba con una mano, con la otra metía el dedo pulgar por mi culo y el índice por mi coño, metiéndolos y sacándolos al ritmo de una follada.
Cuando se sació de calentarme el culo, se recostó en el sillón de nuevo y estiró de mis pezones hacia él para acercarme a su enorme cipote.
-Hazme una cubana, mojigata.
Agarré mis grandes pechos y en volví la enorme barra de carne con ellos, sobresaliendo más de medio cipote por encima, deslizando mis pechos a lo largo de todo su tronco mientras él miraba fijamente la televisión, incorporándose de vez en cuando a regar mis pechos con salivazos espesos que dejaba caer entre ellos para lubricar. Cuando estaba centrada en la cubana, y sin que nada me hiciese adivinar lo que podía pasar, ya que el mal nacido no dio indicios de nada y estaba mirando atentamente el televisor, comenzó de repente a disparar chorros a presión de semen sobre mi cara y pechos, por lo que al caer unos de ellos sobre mis ojos inmediatamente me aparté por instinto, a lo que él respondió rápidamente agarrándome de la nuca.
-¡¡¡No pares ahora coño!!! -Dijo, dirigiendo mi boca hasta su tieso cipote, el cual me introdujo sin compasión ninguna hasta lo más profundo de mi cavidad, provocándome fuertes arcadas, mientras él agitaba mi cabeza de arriba a bajo con rapidez, mientras los chorros de semen continuaban saliendo hasta por mi nariz.
-¡¡¡Te voy a convertir en una chupa rabos, cerda!!! jajajajaja -Decía riéndose de mí mientras se deleitaba con mi agonía.
¡¡¡Aaaaaggggggggghhhhhh!! -Era todo lo que salía de mi sufrida garganta, mi rímel se corrió y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas por la congestión, mientras mi boca tan solo emitía sonidos guturales y burbujeantes por la gran cantidad de saliva que emanaba de mi boca.
-¡¡¡Aaaaaggggghhhhhhh!!! ¡¡¡Uuuuuuugggggghhhhhhh!!! -Alcanzaba a emitir por los pocos recovecos que quedaban libres en mi boca, los cuales iban acompañados de burbujas de saliva que explotaban sobre mi cara.
-¡¡¡Aaaahhhhhhhhhh!!! ¡¡¡Uuuuuuffffffggg!!! -Emitió el triunfante liberando por fin mi cabeza entre tos y cogidas de aire a bocanadas.
Se incorporó y dio un beso que me supo a gloria, sabía como tratarme, como ganarme, me sentía feliz de verlo satisfecho, mi mirada hacia él era de felicidad, perdonando toda su rudeza.
Tolo es un chico impulsivo, hace lo que quiere y como quiere, mira por su placer, reconozco que es algo egoísta, pero yo lo quería tal y como era, aunque a veces me molestara un poco…pero era mi chico y cada cual tiene lo suyo.
Luis y yo, finalmente quedamos en ir al cine, a ver una película que tenía entendido que era bastante mala, pero que decía quería ver él. Yo iba con un vestidito muy bonito y modoso, con un buen escote. Mido 1.60, y de pechos tengo una talla 105, con un buen culo y tez blanca. Luis era un macarrilla, y un bestia en la cama, al igual que mi ex, le gustaba darme el trato que se le da a una marrana.
Ayer sin ir más lejos, me tuvo chupando su culo en mi propia casa, con mi madre en el baño. Él y yo estábamos sentados en el salón de mi casa, yo acurrucada junto a él mientras miraba la televisión sin prestarme mucha atención. Mi madre salió de la cocina:
-Me voy a duchar -Dijo mi madre.
- Pues me parece muy bien, preciosa -Le contestó Luís en un tono malicioso.
Mi madre le miro y le dedicó una dulce sonrisa mientras Luís no le quitaba ojo de su culo, mientras con descaro a tocarse el cipote por encima del pantalón mientras mi madre se preparaba la ropa disfrutando de tal visión.
-¡Mete la mano en el pantalón y pajéame, guarra! -Me dijo de forma imperativa.
-Pero…mi madre… -Dije titubeante, ya que mi madre se encontraba en frente, bueno…más bien de espaldas, vistiendo una camiseta que le llegaba por debajo del culo, y marcaba la figura de sus redondas nalgas, sobre todo cuando se agachada y quedaba con el culo empinado, algo que a mi novio sé que le estaba poniendo cachondísimo, pero es muy macho, él es así jajajaja.
-¡¡Que me pajees coño, o cojo y me largo!! -Dijo con enfado, descubriendo todo el cipote bien duro y tieso con líquido preseminal deslizándose por la punta del enorme capullo, dada la excitación, sin importarle el que mi madre se diese la vuelta. Puse mi mano en el capullo increíblemente hinchado, mientras lo miraba fijamente como hipnotizada, y le esparcí el líquido preseminal por el tronco lentamente, intentando abarcar todo el grosor del enorme miembro con mi pequeña mano, cosa que no conseguía, para deslizarlo hasta llegar a la base de sus enormes pelotas, las cuales agarré con la otra mano, volviendo a deslizar mi mano por todo la barra de carne recogiendo por el camino toda la cantidad de líquido que emanaba de ella quedando mano completamente encharcada, oyéndose como chasqueaba mano mientras friccionaba el gran cipote en toda su extensión hasta llegar nuevamente hasta la punta, donde apretaba con mano para forzar a salir más líquido de este macho, haciéndoseme la boca agua, mientras el echaba la cabeza hacia atrás sin quitar ojo de mi madre que seguía a lo suyo.
-¡¡¡OOOOOOOHHHHHHHH!!! ¡¡¡UUUUUUUUUFFFFFF!!!
¡¡¡SIGUEEEEEEEE!!! -Dijo en voz alta para que mi madre lo oyese y poder alimentar su morbo todavía más el mal parido, teniendo a su hija ordeñando ese enorme gran cipote con sus manos.
Mi madre, instintivamente giró la cabeza encontrándose precisamente con esa situación, algo que me dejo paralizada al igual que a mi madre, algo que sin embargo no pasó a Luis, el cual miraba fijamente a mi madre, mientras se incorporó y echó sobre la punta de su capullo un gran río de saliva que cubrió por completo todo su capullo para ir resbalando por todo el tronco hasta llegar a mi mano, donde se desbordó por mis dedos.
-¡¡¡Que hija tienes más buena…!!! -Le espetó a bocajarro a mi madre con toda la sinvergonzonería y atrevimiento, mientras la cara de mi madre se ponía de todos los colores.
-¡¡¡Plaaaaaaaaaaaaaaasssss!!! -Luis me dio un fuerte azote en las nalgas que me sacó del ensimismamiento -¡¡¡Sigue coño!!! -Me ordenó Luis.
-Ssssiii…. -Dije como una imbécil con la cara completamente roja, retirando la mirada y continuando pajeando el tremendo nabo.
Mi madre retiró la mirada en cuanto fue consciente de la situación, intentando normalizarlo todo poniéndose a tararear como si nada hubiese pasado, supongo que así creería que se normalizaría la situación y, con un poco de suerte todo acabaría en un momento, por lo que continuó dentro de la habitación con sus preparativos.
Pero Luis tenía otros planes.
-Levanta cariño -Me dijo con tono tierno…algo que me encantó haciéndolo con cara de satisfacción y sumisión, premiándome con un beso profundo y baboso que me dejo temblando.
-Me pones el cipote durísimo pedazo de zorra -Me dijo acariciándome la cara, mientras yo le miraba con cara de orgullo -¿Eres mi zorra? -Me preguntó mirándome fijamente helándome el alma e inundando todo mi coño y mis bragas.
-Sssiii…soy tu zorra…cariño… Contesté completamente rendida a sus deseos.
-Levanta cariño -Me dijo
Se levantó y se puso a cuatro patas en el sillón, bajando su pantalón hasta sus tobillos junto a sus calzoncillos, dejando al aire ese pedazo de nabo y esos dos grandes y imponentes cojones.
-¡Acércate y chúpame el culo, marrana! -Dijo sin dar lugar a contradicciones.
-Pero…por favor…no…Luis…cariño…eso no…mi madre… -Le dije suplicante con la cara, esta vez, completamente blanca.
En esos momentos me miró fijamente con autoridad, una mirada que lo dijo absolutamente todo, se me clavó hasta el espinazo, no hizo falta levantar la voz, esa mirada me traspasó.
A cámara lenta y sin dejar de mirar la puerta tras la que estaba mi madre, tragué saliva rezando para que no saliese, y me fui acercando muy lentamente hacia sus nalgas, donde el permanecía a cuatro patas con todo sus culo empinado, viendo todo su ojete con esos dos cojones colgando.
Lentamente comencé a pasar la lengua por la rabadilla, bajando lentamente por toda la raja del culo, mientras el suspiraba y gemía. Continué bajando hasta llegar a su ojete, donde saqué la lengua y comencé a chupar.
-¡Mee…eee…te la lengua…zorraaaa…! –Me decía entre suspiros, mientras agarró me agarró cabeza con una mano y me la hundió en la raja de su culo, comenzando a pasarla con fuerza de arriba abajo, desde la rabadilla hasta los huevos -¡Asiiii…marrana…hazme una lavada de ojete –Me decía mientras intentaba aplicarme lo mejor posible intentando meter la lengua en su agujero.
Ahí estaba yo, una chica de 27 años chupando el culo de un chico de 19, parecía una película porno de las buenas, menuda imagen.
-¡¡¡Clara…!!! ¡¡¡Claraaaaa…!!! –Grito Luis entre suspiros gritando el nombre de mi madre.
En esos momentos mi madre abrió la puerta, quedando plasmada en su retina la imagen de su angelical hija con la cara encajada en el culo de un chico de 19 años que se encontraba a cuatro patas sobre su propio sillón, con una barra de carne descomunal. No teniendo dudas del emputecimiento que su hija había sufrido, algo que le implicaba a ella y no sabía como reaccionar, no sabía enfrentarse a esa situación que le venía grande, su inseguridad frente a la seguridad aplastante de ese chico le dejaba sin argumentos, hecha un manojo de inseguridades.
Continua
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