Siempre te espere…

upskirt2006

Virgen
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Dic 9, 2012
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Siemprete espere…
CapituloPrimero
Todavíano terminaba de sorprenderme la directora del colegio, que a pesar de mihistorial o quizás por el, me hallan dado la plaza bacante. Su aspecto erarustico y muy formal más bien severo, pero se podía vislumbrar un par de pechosde considerable volumen, los cuales porsus ropas trataba de disimular, pero estando hablando con ella me fui dandocuenta, que todo era solo una postura dado su papel de directora. Pues senotaba que estaba orgullosa de sus pechos, a los cuales yo no podía sacarleslos ojos de encima, y eso que me trataba de controlar, por ser el primercontacto con ella. Terminadas las formalidades del papeleo, mañana comenzaría conuna la visita informal y presentaciones a los demás profesores y programas aemprender etc. etc. Al despedirme, la bese en la mejilla, y al acercarme conmis manos tomando sus brazos, y mis pulgares acariciando sus pechos, ellaenrojeció. Y en ese mismo instante, ya me comenzaba arrepentir de mi osadía.
Discúlpeme…esta mañana.
Ah.No crea que no he leído su historial, es más le he prestado suma atención, perosepa que aquí no condenamos a nadie, como ya lo vera a lo largo de su estadíaen esta su nueva escuela. Pero debo decirle, que aquí, somos muy discretos,todo lleva su tiempo, se lo digo porque le deseo lo mejor.
Volvía repetir: Discúlpeme… esta mañana. Y me di vuelta a hacía la puerta, y ella meparo tomado mi brazo.
Notiene, por que disculparse. Lo veré mañana, por la mañana y allí le presentarea mi esposo, él es pastor evangélico y también a nuestra psicóloga.
Comousted disponga.
Ellaentonces, bajando la voz. O sea mañana, trate de ser más discreto, al mirarmelos pechos. Todo tiene su momento…
Sonriendofue ella quien me beso la mejilla, y al hacerlo pude sentir sus tetas, contrami pecho.
Alsalir pensaba, en sus palabras y reflexionar sobre mi futuro, de mi nueva vida yestar listo para mañana.

Desdela escuela, cada media hora salían micros que te llevaban a la estación de sanFernando. Estando en el micro, sucede algo que me indico que llegue al lugarcorrecto y que cambiaría mi vida, pues esta historia que contare es larga yexcitante como la vida misma.
Comolos profesores entraban primero, me senté casi al final del micro cerca de lapuerta trasera y quede abstraído en mis pensamientos.
Pasandounos quince minutos, me vuelve a la realidad el rostro de un niño y mi vista sefija en el. En su rostro llevaba la inconfundible marca, de que estaba por hacer una travesura, y lapicardía de no ser descubierto. Al seguirlo con la mirada observo que al pasarjunto a la maestra, la roza intencionalmente pasando toda la palma de su manopor la cola de ella. Ella ni lo noto pues trataba de controlar a una nena quellevaba del brazo, la cual parecía tener alguna dificulta de aprendizaje. Migesto inmediato fue una sonrisa, era evidente que el chico disfruto de ello ylo va a disfrutar aun mas esta noche en su cama, después de comer y lo manden adormir. El chico se bajo en la que debería ser su parada. Todo en el micro siguióigual, no se noto para nada la bajada de un pasajero ni su audacia.
Mispensamientos fueron retrocediendo a mis tiempos de escuela, y recordando que yotambién tuve momentos tan preciosos como los que el niño había obtenido hacesolo un instante…
En las épocas patrias, siempre se hacían actos que los chicosrepresentaban, para los padres y maestros. Bien en recreo una semana antes dela fecha patria, ya se alistaban los preparativos. Mi asombro fue ver sobre elescenario a una maestra nueva que habría sido de los primeros años o deinfantes, pues nunca la había visto antes, se encontraba trabajando, y llevabapuesta una minifalda y su guardapolvo era solo un poco mas largo y no cubría losuficiente, cuando se ponía en cuquillas se le veía todo, por esa época era unade mis aficiones husmear debajo de las faldas de las mujeres no solo en laescuela, en la iglesia y en mi familia.Al llegar a mi grado me ofrecí para ayudar a armar el escenario para lasfiestas. Mi señorita me dijo que si, y en la segunda hora me llevo al escenarioy me presento.
- Aquíte traigo ayuda, supongo que la necesitas.
- OH!!Si estamos un poco retrasados.
- Comote lamas?
- Alberto.
- BienAlberto, yo soy la señorita Cristina. Y además de trabajar nos vamos adivertir, pues te voy a enseñar a decorar el escenario, veras que no te vasaburrir.
- Buenoslos dejo antes del timbre de salida vendré, a buscarlo.
- OK.
Es día me deleité con sus piernas y sus pantis, que dejabandivisar una bombachita blanca. Conteniendo mis deseos de tocarla, más bienpensando como hacerlo. Ella en su inocencia, (eso creía yo). Se agachaba frentea mi mostrándome todo, en un momento al bajar del escenario por una escaleritaestrecha. Me dijo.
- bajatu primero, para yo alcanzarte unas cajas y después bajo yo.
Baje y ella me pasaba las cajas estando para ello de cuquillas,mis ojos no podían separarse de su entrepierna, y al parecer ella lo habíanotado. Antes de bajar le dijo a dos nenas que también estaban de ayudantes.
-Chicas por que no van a la cocina y le dicen a la portera,que les de dos botellitas de agua y vasos.
Las chicas salieron corriendo y ella se dispuso a bajar.
- Nocorran o las voy a poner en penitencia esta claro.
- Siseño.
Para bajar ella se dio vuelta, comenzó a descender , yodebajo de la escalera tenia la mas maravillosa visión, de sus grandes piernas ysu entrepierna, me quede helado tanto así que ella siguió bajando y yo me quedeinmóvil, mi cara golpeo con su cola. Ella se dio vuelta.
- OH,mi amor perdóname, pensé que estas mas abajo.
Yo me quede callado, o boqueado.
No te pongas mal mi amor, yo no voy a decir nada, yo se quete dada vergüenza.
Yo con la cabeza gacha susurre:
- nome dio vergüenza.
Ella enmudeció….
-Te gusto verme debajode mi falda.
Diciendo esto, miraba como incomoda para todos lados por si regresabanlas nenas.
- decimela verdad, yo no se lo voy a decir a nadie, esto va a quedar entre nosotrossabes.
- Si.
En se momento llegan las nenas con el agua y al pasar unosminutos vino a buscarme mi señorita.
- BuenoAlberto ya es hora.
- Comose porto.
- Unamaravilla, podrás traérmelo mañana.
- Tegustaría.
- SiSeño.
- OKte espero mañana.
Yo me iba de la mano de mi maestra, cuando miro atrás yestaba ella sonriendo.
- Albertoven un minuto por favor. Te vas sin dame un beso.
Yo me pare y mi señorita dio su consentimiento soltándome lamano. Al llegar junto a ella se agacho para estar a mi altura y me dijo aloído.
-No te preocupes, yo no voy a decir nada.
Haciéndose de esa manera cómplice de mi travesura.
-Realmente quieres venir mañana.
-Si.
- Decime que color de bombachita llevo puesta mi amor.
- yo baje la cara y dije blanca.
Me dio un beso, y se despidió hasta mañana.
Al día siguiente, al llegar, ella me saluda con beso agachándose.
Mira como vos fuiste ayer buen ayudante, decidí recompénsatey te tengo un regalo para ti.
Diciendo esto, separo las piernas y me digo.
-Mira hoy no me puse medias, así que me podrás mirar la bombachita toda lamañana, lindo.
No paso una hora, que ya no pude más y metí una mano bajo sufalda, ella se dio vuelta sacándomela rápidamente, y miro a las chicas queestaban entretenidas recortando papel glasé y pegándolos en una cartulina, sedio vuelta.
Y me puse rojo.
- delante de las nenas no mi amor. (Viendo mi cara) No estoyenojada solo que no quiero que ellas vean, sabes.
-Chicas nos ayudan a traer las cosas del sótano, Alberto va abajar y me las alcanza a mi en las escaleras y yo se las paso a ustedes y lasacomodan arriba OK.
Baje al sótano y ella me dijo cuando me pases las cajas y yose las de a ellas, vas a tener tiempo de magrear mis bragas cabroncito.
Fueron unos minutos eternos, yo la tocaba toda con mi torpezay deseo, también notaba que ella se refregaba mas al contacto de mi mano. Al terminarselas cajas, le pidió a chicas que fueran por agua y bajo.
- te gusto, sos muy chiquito para hacer esas cosa sabes. Peroveo que te gusto mucho se te paro lapijita,
- si. (Era la primera vez que alguien me decía eso, ella debíasaber)
- bueno ahora, antes que regresen las nenas te voy a hacermasajitos en tu pijita, lindo. Bájate el cierre.
Ella antes de ponerse a mi lado de rodillas se saco subombachita.
- Asíque te gusta mi bombachita, mírala ahora y la vas a oler, es olor de hembra, dehembra caliente, mi amor. Sabes que vamos hacer con ella te voy a envolver tupijita en ella y hacer una linda pajita. Mientras vos le miras la conchitapeludita a su putita señorita.
Dos a tres minutos y acabe sobre sus bragas ella me seco conella, miro mi leche.
- cuanta leche que tienes ni amor. Ahora míramecomo, me voy a frotar la concha con mi bombachita llena de tu lechita.
- mira a la golfa de tu maestracomo se pajea con tu leche.
Con los ojos abiertos, me quede mirando, por primera vez auna mujer pajeandose y con mi leche en sus bragas.

Volviendoa la realidad, que delicia… al viajar por esos años… mientras no dejaba de mirara la maestra, llevaba un guardapolvo blanco un poco mas corto que su faldanegra plisada la cual le llegaba a la mitad de la pierna casi a la rodilla, sutrasero era prominente era obvió el deseo expresado por el niño. En se momentoveo que otro niño al pasar detrás de ella, corre los pliegues del guardapolvoblanco, para que su mano solo sea separada de su objetivo por la falda y repitela acción de su compañerito, esta vez pude ver con mas detenimiento como,pasaba su mano por un cachete y la deslizaba por la raya que los separa… fueronunos segundos eternos, se me seco la garganta… el niño paso toco el timbre y elbus paro dejándolo bajar. No podía ser que ahora ella no se había dado cuenta,yo se que hay mujeres que disfrutan de ello… mi mente se disparo… ella eramaestra, y de echo que esos chicos eran de su escuela y tal vez de sus grados.
Bajamosdel micro yo y mi excitación, al llegar a la estación "San Fernando".La cual era una Terminal, tan pequeña que no cumplía con su finalidad por la incomodidaddada la cantidad de gente que circulaba en las horas pico…
Busqueacércame a la maestra del bus.
- Holami nombre es Alberto soy nuevo en la escuela veo que vamos a ser colegas.
- Muchogusto mi nombre es Clara.
- Siemprees así.
- Silo dices, esto… todos los días a estas horas es un rió de gente.
- Mamatengo calor.
- Sontus hijas.
- Site presento ella se llama Esther y ella Claudia… y acercándose un poco más medice, ella tiene problemas de aprendizaje tu entiendes?
- Siclaro!
Mientrasestábamos hablando en el andes ella se iba sacando su guardapolvo blanco ydespués hizo lo mismo con los de sus hijas, para colocarlos en una bolsa demano. las nenas no tendría más de años, pero Claudia, según me decía ella, mentalmentesolo siete. Su figura ya me había impactado en el bus, pero más lo hizo comoestaba vestida Claudita, ese día la nena, tenía una pollerita casi miniacampanada blanca y suéter rosa viejo encima de una remerita la cual dejabaadivinar sus insípidas pero hermosas tetitas.. Y su hermana Esther tenia unacombinación muy parecida pero en color celeste, su cuerpo era mas pequeño yresaltaba la diferencia entre hermanas no solo por el problema de Claudia si noque el pelo de Esther era mas tirando a rubiecito.
Yaeran las siete de la tarde y el sol ya se ocultaba, algunas luces de laestación comenzaban a prenderse, y el tren no arribaba.
-Paracolmo atrasado.
-Siy con la gente que hay. No creo que podamos tomar algún asiento.
-Asiento,yo ya ni sueño, hasta después de pergamino yo casi nunca me senté y con suerte.
-Allíviene!
Unavez que paro el tren subieron a tropel, la gente casi se mataba por subir dejeque ella, subiera adelante mío. Pensé en aprovechar ese momento como lo habíaecho aquellos chicos, pero fui un poco mas precavido pues era en primer día queentablaba conversación y no lo quería arruinarlo. Note que un tipo se habíametido forcejeando a los demás gente detrás de la hijita, la verdad es queestaba apetecible la nena con su pollerita estaba terrible y era una situaciónque invitaba a aprovecharla, en ese instante lo mire y la tome del hombro aella y la puse de mi lado, como resguardándola de las intenciones del tipo, el entendióen seguida mi enojo, pues habrá pensado que era su padre.
Clara,mirando tal situación, sonrió he hizo un ademan o mueca de orgullo al vermecuidad de sus hijas.
Bienen realidad, ahora la tenía para mí y pensaba como aprovecharme sin que lamadre lo notara.
-Clara…Claudita, esta conmigo no te preocupes trata de entrar al vagón no nos quedemosen la puerta.
-OK!
Finalmenteconseguimos entrar en el interior y continuamos hablando, entre ambos seencontraba Claudita y Esthercita. Con Claudita de mi lado y con una mano sobresu hombro y con la otra tenia mi maletín, y su hermoso culito sobre mí pija queya se me había parado… y la luz tenue del vagón ayudaba a mis intenciones.
Mientrashablamos yo note que un jovencito se había situado detrás de la madre de lasnenas y me imaginaba lo que estaría pensando hacer, o lo que ya estaba empezandoa hacer. El solo pensamiento me calentótanto que deje el maletín entre mis piernas y dejar la mano libre a mis deseosya que mi mano derecha la había bajado de su hombro a la cinturita de la nena. Mirabaa la madre que tenia dos cosas en lacabeza, como disimular hablándome sin parar y disimular, mientras dejaba que elintruso a sus espaldas siga con su trabajo. Yo me daba cuenta de ello, puesveía una mano del muchacho, tomándola de la cintura, y dada la pasividad de Clara,estaría disfrutándola con creces.
Atrajea Claudita para frotármela y pasármela bien con su hermoso culito. Viendo quecomo la madre era a su vez agarrada de la cintura por el extraño, yo realizabala misma tarea con su hijita, ya no me cabía la menor duda que ella disfrutabade estos viajes. Mientras que Claudia al igual que su madre no decía nada, melance con todas mis cartas, fui subiéndole la pollerita, con dos dedos hastallegar al pliegue de la faldita y al subirla comenzar al manosear subombachita, la niña me miro y yo me quede helado. Pero enseguida Salí alfrente.
- Te pasa algo Claudita…
-No señor (y me sonrió, dulcemente, siguió jugando con su hermanita, y de vez en cuando me volvía mirarsonriéndome.)
Pasadoel susto, y con el corazón en la boca, pero sin sacar la mano se su culito.Veía a la madre hablándome se la notaba mas contenta que un cascabel.
- Sabesque en la escuela son pocos con los que había podido entablar una amistad, yo diríacontados con los dedos.
- Gracias,tu eres muy amable, y es muy bueno ya tener una nueva amiga en mi nuevotrabajo.
- Pueses difícil encontrar personas con los mismos gustos. (dicho esto puso su manosobre la mía), la cual estaba en la cinturita de su nena.
La situación estaba cargada de morbo pues mi otra mano estasobre el precioso culito de su hijita.
Su comentario no fue mal recibido por mi, fue un detonante enmi cabeza, entonces me baje el cierre y ya tenia mi pija sobre canalcito de suhija, la cual yo apretaba para que se quedara lo mas pegadita posible a mi. Enese tiempo le pase mi pija por todo su culito y entre sus piernitas, y al verque ella se dejaba hasta me anime a separar su calzoncito, para que no hubieranada que me separe de esa carnecita fresca que está a mi alcance y disfrutarlo,quedando mi pija sobre su canalcito y atrapada por su calzón, el cual ya me loimaginaba rosadito ya no me controla iba a acabar y tirar dos o tres lechazossobre la nena.
De repente al ver que dos señoras se levantan, Clara me dijo vamosa sentarnos. Entonces con velocidad y miedo pues esta temblando baje lapollerita y me subí el cierre del pantalón, tratando de disimular que no encontrabael maletín. Clara me vio subirme el cierre pero no dijo nada, realidad hizocomo que no vio nada, y sonrió levemente y se dispuso a tomar asiento. Elmomento era increíble y mi corazón explotaba, no daba crédito a lo que meestaba pasando.
Ellaquiso tomar el asiento junto a la ventana, ya había bajado el sol y dentro del vagónhabía muy poca luz. Pero de igual manera al pasar frente a mí para sentarse vi ensu falda negra que tenia unas machas blancas, restos que su casual acompañante habíaderramado sobre ella, a la altura de sucola, eran tres chorros abundantes de leche y unas cuantas gotas le caían sobrelos pliegues de su negra falda plisada, el contraste era espectacular ydeliciosamente morbosa. Al ver esto, la atmósfera se me torno realmente sensual y quede sin control demi respiración.
Micalentura era insoportable, nos sentamos y entre nosotros las dos nenas paradaspara no estén solas en el pasillo, no había lugar para los cuatro, cuando derepente Clara dice:
- Temolesta si siento a Claudita sobre tus faldas y a Esther la tengo yo.
- Nopor favor, como me va a molestar..
Erauna propuesta divina, ella tomo a Claudita y estoy seguro que noto mi bulto enel pantalón pues se había formado una mancha pre-seminal de la calentura quetenia. Ella obvio todo esto, pero al sentarla levanto su pollerita lentamente,como mostrándome que era ella, quien me iva a regalar tan hermoso momento, enese instante pude confirmar el color rosa de su calzón y la puso casi encima demi bulto. O sea que la pollerita me tapaba los costados y ella estaba sobre mibulto tan solo en bombachita. Tomo la su otra hija sobre sus piernas, yseguimos hablando del colegio.
- Tevoy a presentar a las personas indicadas dentro de la escuela, veras que te vaa gustar tu nuevo puesto.
- Teagradezco, pero no se… mañana la directora me parece que volverá a revisar milegajo y no se.
- Note preocupes, es amiga mía mañana temprano hablare con ella.
- Teagradezco, pero al decir verdad no esta muy limpio que digamos…
- Teentiendo todos tenemos debilidades… (sonriendo y mirando a su hija sobre mifalda).
Quedándome callado…
- Mira en este lugar tan apartado de las grandes ciudades, losmaestros que ejercen aquí, lo hacen por dos razones, o nacieron en la zona olos mandan por que se portaron mal en algún otro lugar, así que descuida.
- Y a ti cual de las dos formas te sienta.
- Las dos, nací aquí y no soy tan buena como parezco… (Y se echóa reír).
No se, si ya te has dado cuenta, pero una forma de llevasebien con nuestra directora es elógiales, sus pechos.
Me lo dices, por hombre.
A buen entendedor, pocas palabras. Si fueras mujer te diríalo mismo.
Y parece, tan recatada la esposa del pastor.
Esther se acerca a su mama para hablarle al oído, y trato demover mi mano por debajo de la faldita de claudia y llegar a mi cierre..
- Diceque tiene frió, Allí tengo una manta, por favor me alcanzas el bolso.
- Sipor supuesto. Saco mi mano del culito de su hija y se la alcanzo.
Ella nota mis movimientos sospechosos y me pongo colorado.Mientras ella pone sobre ella y su hija la manta me dice.
Senota que estas incomodo, a ver Claudia levántame apenas un poquito para queRicardo se pueda acomodar, todo esto lo decía en un tono pausado sonriéndomecon una complicidad que yo no podía creer. Acomode mis piernas y también bajemi cierre y saque mi pija, un poco fláccida por los nervios, pues sentía losojos de Claudia clavados en mí, mientras acomodaba a su otra hija sobre si. Claudiapuso su cola sobre mí verga desnuda, y en dos segundos yo hacia fuerza contrasu calzoncito, metiéndolo entre sus nalguitas. Era evidente que ella la sentía,pues se movía más como si se la acomodase para darse gusto.
MientrasClara continuaba hablándome yo notaba que algunas veces miraba a su hijita moversesobre mi, tuve pánico que le diga algo…
-estas incomoda mi amor, te pasa algo. Le decía a la hija.
-No mama, me gusta viajar así, no es divertido Esther?
-Si.
-Que ocurrencias estas chicas!!
-Ellas encuentran la diversión en todas partes no?
-Si es verdad, o si no nosotros tenemos que encargamos de que se diviertan ysean lo mas felices posible, no te parece.
-Si es verdad, eres toda una madre.
Y yo veía que una mano estaba debajo de lamanta, la cual la movía lentamente, no lo podía creer lo que veían mis ojos.
-Yotrato de suplir todas las necesidades de mis hijas y mías también. Creo quetodos buscamos eso.
Estabamasturbando a su hijita mientras me veía a mí. Para ese entonces la faldita declaudia se levanto un poco pues tenia mi pija parada entre las piernitas yrozando su conchita y mi cabeza levantaba su faldita.
Y si esas necesidades, no son bien vistas.
Bueno, estando con las personas correctas y siendo discretos,la vida nos nuestros placeres.
Erala segunda vez en el día que escuchaba la palabra. Discreción.
Decidíjugarme, dejando pocas dudas de lo que estaba haciendo, corrí la falda deClaudia sobre su pierna, para darle una vista de lo que sucedía debajo, sindejar nada a la imaginación. Y comencé a mirarla expectante, para saber cualera su reacción.

Alver eso Clara, se quedó en silencio mirándonos y comenzó a mover la mano conmás velocidad debajo de la manta, y Esthercita se recostaba sobre su pecho y encerrabasus ojos... y al abrirlos fijaba la vista en la entre pierna de su hermana.
- estaes mi humilde bienvenida profesor… (corriendo un poco su manta, dejando ver sumano debajo de los calzoncitos de su niña), y sin dejar de moverla.
- Estuveesperando toda una vida una mujer como tu!
- Yyo como tu!
Sonriendo me dijo: Que corto encuentro…. Es una lastima,pronto vamos a tener que terminar… la conversación pues me bajo en dosestaciones más.
Vamosa tener que terminar lo dijo en un tono tan diferente que solo podía ser lo queestaba pensando…
Entiendo,entonces te puedo pedir un favor…
-Si.
-Que me ayudes, pues tengo aquí un lió con las mantas.
-Si dame un minuto que termine yo.
-como veras yo también tengo problemas con mi manta (sonriendo).
Subímas, la pequeña falda hasta la cintura y Claudia, no podía sacar la vista de lacaliente pija que se levantaba entre sus piernitas.
Continúomirándome con los ojos fijos y vidriosos viéndome como magreaba a su niña yacelero la paja que le estaba haciendo a esthercita.
-Bueno ya esta, haber que pasa aquí?
Clarase acerco a mi y Esthercita se había parado pero pude ver como ella se subía labombachita que tenia casi por las rodillas, acomodo su pollera y comenzó adoblar la manta. Mientras la madre con sus manos bajo la falda de Claudia yrodeo mi pija que quedo levantando el vestidito de su hija por delante… separolas piernas de la nena puso su mano sobre la falda y presiono mi pija sobre la conchitade Claudita y comenzó a frotar con un movimiento lento de abajo hacia arriba. Ytanto fue a si que acabe con tres tremendos chorros entre las piernas de suhijita, la nena se seguí moviendo como si fuera un juego para ella, fue tantala leche que su pollerita comenzó a humedecerse, y Mirta lo noto. Y acercándosea mi oído me susurro.
-No te preocupes, las bombachitas las lavo yo… y mi marido nunca se entera demis viajes.
Después,y mientras se levantaba para ir acercándose a la puerta de salida, me quedemirando la mancha de su pollera la cual ya se había secado. Pase la mano por suhermosa cola como aquel niño esta tarde.
Note olvides de este detalle blanco, o tu marido cree que es plasticola?
- Mañanate cuento…chau!!
Continuara…
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