Me llamo Mario, soy un chico de un pueblo de Andalucía.
Soy un chico de 1,80, moreno y con pelo corto. De constitución delgada.
Hijo único, quizás por ello, se me han permitido más cosas y he estado más mimado que otros niños.
Todo paso un verano, en el que mi madre, cansada de esperar las vacaciones de mi padre, decidió que nos fuéramos a pasar el fin de semana a una playa cerca de Granada.
A mi no me apetecía nada. Quería quedarme enganchado a mi ordenador como hago todos los días y comer porquerías de la despensa.
Ella se llama Ana. Mide 1,75. Su pelo es corto con un flequillo largo. Sus ojos parecen los de un gato. Grandes rasgados y negros. Su piel es morena con dos buenos pechos, delgada y con complexión fuerte a base de horas en el gimnasio.
Esa mañana, hablaba con mi padre en su cuarto bastante alterada. Cuando salió, se dirigió a mí con el dedo apuntándome y sin lugar a quejas me dijo…
- Mañana nos vamos tu y yo a la playa el fin de semana. Prepara una maleta.
Por supuesto, no le lleve la contraria a no ser que pretendiera quedarme todo el verano sin poder hacer lo que yo quisiera…
Al dia siguiente, sábado, nos levantamos sobre las diez. Cogimos una pequeña bolsa y nos dirigimos a no se donde y sin hacer preguntas.
La cara de mi madre era seria pero a la vez satisfecha de haber tomado esa decisión.
- Lo vamos a pasar muy bien los dos. Ya verás.
- No lo dudo…
- Has traido bañador??? Porque si no lo has traido, te dejo en medio de la carretera y te vuelves con tu padre…
- Si, no te preocupes. He traido bañador y algo de ropa por si salimos por la noche.
- Eso es. Vamos a pasarlo muy bien (volvía a repetir)
Habíamos recorrido unos 300 km cuando nos dimos cuenta de que la temperatura del coche, estaba más que alta
- Mama. Has visto la aguja de la temperatura???
- Qué??? Eso que significa…
- Mama, tienes que parar. Si continuas te puedes cargar el motor.
- Parar??? Pero si todavía no hemos llegado…
- Mama. ¡¡¡ para !!!
Estábamos en un pequeño pueblo costero donde por casualidad ese fin de semana comenzaban las fiestas.
Mi madre, llamó al seguro, que rápidamente llegaron para llevarse el coche a un taller y a nosotros, proporcionarnos un taxi para acercarnos donde quisiéramos.
- ¡¡ Pues aquí nos vamos a quedar!!. Busca un hotel y no se te ocurra decirle nada a tu padre. Solo faltaría que se enterara de que nos hemos quedado tirados con el coche.
- Ok. Busco un hotel y le diré a papa que estamos perfectamente.
- Eso es.
- Y ahora mismo nos cambiamos y nos vamos a la playa. Donde has dejado las maletas???
- Maletas??? No las cogiste tú???
- Noooo nooooo no puede ser. Se las ha llevado el chico de la grua.
Tras varios intentos de llamada, nos cogió el teléfono una vez llegó a su destino. Una nave propiedad del servicio de grúa donde dejaría el coche hasta el lunes para llevarlo al taller. Estaban en fiestas y no habría ningún servicio hasta entonces…
- No me puede estar pasando esto a mí…. Por un dia que quiero ir de vacaciones.
- No importa. Tienes la tarjeta aquí verdad??? Vayamos a comprarnos un bañador y nos vamos a la playa.
Así lo hicimos y así comenzó mi historia…. El único sitio donde había bañadores, era un pequeño comercio de ropa ibicenca donde no invertían mucho dinero en tela. Más bien, pequeños hilos que agarraban una cuerda con otra.
- Vamos. Tenemos que encontrar algo si o sí.
- Perdone. Podría enseñarme biquinis de la talla 90???
- Lo siento. Tendrá que mirar y escoger algo que se adapte a usted.
- Ok… pues este. Vente conmigo.
Al llegar a los vestuarios, mi madre pasó con un par de biquinis que le cabían en una sola mano.
Como cualquier adolescente, me quedé en la entrada ojeando el móvil. Y como no, algunas fotos de amigas en bikini durante las vacaciones.
Al momento, salió mi madre.
- ¡¡ Este !!. Que te parece???
Mi ojos se abrieron como platos. Inconscientemente, mi boca se abrió sin poder emitir palabra y un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo.
Alli estaba ella. Con un biquini blanco y minúsculo que solo llegaba a tapar la aureola del pezón. Más abajo, sólo un pequeño trocito de tela cubría su sexo depilado introduciéndose por detrás y dejando al aire aquellos maravillosos glúteos.
Sus pies, estaban levantados de puntillas como si llevara tacones, estilizando sus gemelos y sus piernas.
Mi corazón palpitaba sin descanso.
- Te gusta??? Por tu cara, creo que sí….
- Sí… siii, por supuesto… te queda muy bien.
- No crees que es un poco atrevido???
- Noooo para nada. Así te podrás poner escotes y tirantas sin que se te note la marca del bañador.
- Pues perfecto. Cogemos también dos toallas, crema y nos vamos a la playa. Buscaste hotel???
- Sí. Me dijeron que les quedaba justo una habitación para dos y que nos la guardaban.
- Estupendo. Las cosas van mejorando.
En la playa, la situación no podía ser peor….o mejor, según se mire.
Mi madre, acostada a mi lado, frotaba sus piernas tostadas por el sol y las abria con cuidado de que no pasara nadie por nuestro frente y con el fin de coger color en el interior de los muslos.
Yo, con gafas de sol y gorra, escaneaba cada cm de su cuerpo y comparaba las demás chicas que había a mi alrededor.
Con diferencia, la mujer que estaba a mi lado, estaba mucho mas buena que cualquier otra chica.
- Estas bien???
- Sí, por qué???
- Nada… te veo un poco nervioso… tu cabeza parece la de los muñecos que va girando de un lado hacia otro.. jajajaja
- Bueno, no… esta playa no la conocía y quería verla bien.
- Y que tal está lo que ves???
- Biennnn muy biennnn
- Jajaja ya lo noto.
- Cómo??? Que lo notas??? No sabía a qué se refería hasta que miré hacia abajo y vi la tienda de campaña.
Como pude, intenté tapar aquella erección sin llegar a conseguirlo.
- Bueno. Son las 14.00. Vayamos a comer algo y nos instalamos en el hotel.
En un chiringuito cerca de donde estábamos, nos tomamos 3 ó 4 vinos blancos fresquitos y algunas tapillas de pescado antes de dirigirnos al hotel.
Cuando llegamos al hotel, mi madre me felicitó por haber encontrado un alojamiento tan bonito y coqueto.
Cuando subimos, y abrimos la puerta, nos encontramos con una cama enorme de matrimonio con las sábanas blancas y unos almohadones gigantes, unos grandes ventanales con vistas al mar y un jacuzzi en el baño.
- Guauuuu es maravillosa la habitación. Pero tendrás que dormir conmigo… jajaja sólo hay una cama.
- Bueno… es lo único que había. Además, no me importa. Espero que no te importe que ronque.
- jajaja, estoy acostumbrada... Creo que con el sol y los vinos, estoy un poco mareada… que te parece si nos damos una ducha y descansamos un poco, antes de irnos otra vez a pasear o la playa???
- Por mi perfecto.
- Ok. Dúchate tú primero y después lo hago yo.
Así lo hice. Me duche y cuando salí, no encontré mi ropa interior y tampoco mi bañador.
- Mama. Has visto mi ropa interior o el bañador???
- Hijo, hasta que no nos traigan la maleta, habrá que apañarse con lo que tenemos. Así que he lavado y tendido tu ropa interior y la mía para poder ponérnosla cuando vayamos a salir. No querrás ponerte las cosas sudadas y sucias.
- No claro, pero entonces???
- Acuéstate en la cama y tapate con la sábana. Yo salgo enseguida. Cuando echemos la siesta, seguro que ya estará todo seco.
Aquella situación, me provocó algo más que nerviosismo…. Me quité la toalla, la puse en la terraza y me acosté en la cama tapando con la sábana. mi erección.
Al rato, salió ella. Allí estaba. Caminando hacia mí enrollada en una toalla minúscula y que le tapaba justo hasta el borde de sus glúteos y con otra toalla enrollada en la cabeza.
Se sentó en el borde de la cama y comenzó a ponerse crema after sun en las piernas y brazos.
Después se levantó y se dirigió al baño nuevamente para secarse el pelo.
Mis ojos, no se apartaron de su cuerpo en ningún momento y mi erección, volvió a aparecer.
- Bueno. Ya estoy aquí. Quieres que cierre un poco las cortinas para que no entre tanta luz???
- Sí, pero no mucho. Parecería que es de noche.
- Ok. Así está bien.
- Voy a meterme en la cama. Así que mira para otro lado que voy a quitarme la toalla y ya sabes que estamos bajo mínimos de ropa interior… jajaja
Mis manos fueron a mi cara para tapar mis ojos, pero no iba a perder la ocasión de ver el cuerpazo de mi madre.
En ese momento, mi madre, dándome la espalda, se quitó la toalla dejándola caer sobre una silla próxima a la terraza.
Mi corazón bombeaba a 1000 por hora.
Con sutil delicadeza, se sentó en la cama y metio las piernas por debajo de la sabana tapándose hasta el cuello.
- Estas bien???? Me preguntó.
- Eh??? Sí, sí… estas ya en la cama tapada???
- Si hijo, puedes quitarte las manos de la cara.
Me recosté hacia abajo, intentando tirar un poco de la sábana y que se quedaran al aire aquellos preciosos pechos.
- Ehhh ten cuidado… o verás algo que quizás no quieras….
- Bueno, en la playa, estoy harto de verlas.
- Sí, pero en la playa es diferente.
- A sí??? Por qué??? Si yo te las viera aquí, sería igual que las que veo en las otras chicas en la playa.
- En serio??? Entonces me estas diciendo que no sentirías ningún tipo de excitación???
- Para nada. Sería igual que si veo un muslo o una rodilla. A parte, eres mi madre.
- Jajajaja que mentiroso eres. Todos los hombres sois iguales. Cortados por el mismo patrón.
- En serio… haz la prueba si quieres.
- Muy bien, juguemos. Voy a mostrarte mis pechos para demostrarte que todos los hombres, sois iguales y que terminaras excitado, aunque sea tu madre.
- Ok… cuando quieras.
Con una pequeña luz que entraba por la ventana de la habitación, mi madre se levantó enrollada en la sábana blanca de la cama. Sólo quedaban al descubierto sus brazos y hombros.
- Mario, creo que me ha picado alguna medusa esta mañana en la playa.
Estando de pie junto a la cama, subio su pierna y apoyo el pie sobre el colchon. Poco a poco, subió la sábana hasta la ingle.
- Sí, creo que ha sido por aquí…. Lo ves???
Sus dedos fueron deslizándose desde su tobillo hasta llegar al muslo.
- Aquí justo aquí. Quizás debería de echarme más crema como protección.
- Y..no… y no… te ha picado en ningún otro sitio???
- No sé. Quizás en la espalda. Pero no logro vermela.
De espaldas a mí, fue dejando caer la sábana desde sus hombros, muy lentamente, hasta llegar a sus caderas…
- Ves algo??? Ves alguna parte de mi espalda enrojecida???
- No…creo que no, quizás debería de acercarme un poco más…desde aquí no logro ver nada…
- Esta bien, acércate un poco porque creo que también noto algo de picor en mi pecho…justo aquí…
Ahora frente a mí, sus manos fueron deslizando la sábana poco a poco hasta dejar sus pechos al descubierto y tapando solamente sus pezones.
- Ves algo???
- Sí, si veo… quizás haga falta poner un poco de crema.
- Esta bien. Pon la mano…
En ese momento, me dio la espalda para que le pusiera crema por los hombros.
- Empieza por detrás.
Muy suavemente, comencé a aplicar la crema sobre sus hombros y brazos, bajando poco a poco por su espalda.
- Creo que también, algo me ha tocado por el culo. Ese bikini era tan minúsculo que no me ha protegido nada. Podrías mirar???
- Si… sii.. por supuesto.
- Espera. Creo que será mejor que me agache y me apoye en la cama para que puedas verlo mejor.
Mi madre, apoyó sus rodillas y sus antebrazos en la cama curvando su cuerpo hacia adelante y dejando su culo totalmente en popa.
Volteó su mano derecha señalándome uno de sus cachetes…
- Aquí. Puedes ver algo enrojecido???
- No.. no veo nada…
- Acércate más… creo que es por aquí.
No podía creerlo, mis ojos se iban a salir de las órbitas, tenía su culo y coño, totalmente depilados y abriendo sus nalgas, podía ver sus rosados y grandes labios que se abrían hacia mí.
- Acércate todo lo que puedas….
Su olor me llego como un afrodisiaco, nunca había olido un coño, nunca había estado tan cerca y mi erección era evidente y enorme. No podía parar mi excitación y el instinto animal hizo que me lanzara a probarlo…
Mis manos agarraron cada uno de los cachetes de su precioso culo y mi boca se introdujo entre ellos, lamiendo aquellos labios rosados de arriba abajo.
- Aaaahhhh (susurro mi madre)
Con su dedo índice, descendió desde su cintura hasta llegar a su ano…como indicándome por donde debía lamer.
- Ahhh aaaaahhhhhh
Su culo empujaba hacia atrás y su cuerpo se arqueaba más y más.
Yo no dejaba de lamer toda su raja, hasta llegar a su ano.
- Aaaahhhh cariño… aaaaahhhhhhh no paressss
Con suavidad, mis manos masajeaban su culo abriéndolo poco a poco e introduciendo cada vez más mi lengua.
Ella, introdujo su mano por debajo y comenzó a masajear su clítoris a la vez que me dejaba lamer todo su coño.
- Aaaahhhhh que gusto me estas dando…. no pares por favorrrr aaahhhhhh
- Metete dentro de mí…. Quiero sentirla dentro…
Me limpié la boca, de aquellos ricos fluidos y me incorporé.
Como si llevara toda la vida haciendo esto, me coloqué por detrás e introduje mi polla.
- Aaaahhhhhh siiii, ooohhhhhh
Volvió a empujar su culo hacia atrás para que se introdujera hasta el fondo y sus gemidos no paraban de salir…
Una y otra vez, sus caderas se movían de adelante hacia atrás haciendo que mi polla entrara y saliera cubierta por aquellos fluidos…
- Aaahhh cariño… me estoy corriendo como hacía tiempo no lo hacía… no pares por favorrrr…
- No aguanto más mamaaaaa aaahhhh voy a expolotarrrrr
En ese momento, mi madre, empujó sus caderas hacia atrás soltando un chorro de fluidos que se mezclaron con mi semen…
Los dos estallamos en un orgasmo maravilloso y placentero, quedando con nuestros cuerpos sudados extasiados y unidos por nuestros sexos.
Al cabo de unos minutos, mi madre, se echó hacia adelante y acabó en la cama tumbada de costado con todo su cuerpo sudado y relajado.
Yo, con mi cuerpo sudado y sin saber aún que había pasado, me acosté pegado a ella por su espalda y abrazándola, pegando mi pene flácido y mojado a su culo que recibió con agrado, volviendo a empujar su culo hacia atrás.
Soy un chico de 1,80, moreno y con pelo corto. De constitución delgada.
Hijo único, quizás por ello, se me han permitido más cosas y he estado más mimado que otros niños.
Todo paso un verano, en el que mi madre, cansada de esperar las vacaciones de mi padre, decidió que nos fuéramos a pasar el fin de semana a una playa cerca de Granada.
A mi no me apetecía nada. Quería quedarme enganchado a mi ordenador como hago todos los días y comer porquerías de la despensa.
Ella se llama Ana. Mide 1,75. Su pelo es corto con un flequillo largo. Sus ojos parecen los de un gato. Grandes rasgados y negros. Su piel es morena con dos buenos pechos, delgada y con complexión fuerte a base de horas en el gimnasio.
Esa mañana, hablaba con mi padre en su cuarto bastante alterada. Cuando salió, se dirigió a mí con el dedo apuntándome y sin lugar a quejas me dijo…
- Mañana nos vamos tu y yo a la playa el fin de semana. Prepara una maleta.
Por supuesto, no le lleve la contraria a no ser que pretendiera quedarme todo el verano sin poder hacer lo que yo quisiera…
Al dia siguiente, sábado, nos levantamos sobre las diez. Cogimos una pequeña bolsa y nos dirigimos a no se donde y sin hacer preguntas.
La cara de mi madre era seria pero a la vez satisfecha de haber tomado esa decisión.
- Lo vamos a pasar muy bien los dos. Ya verás.
- No lo dudo…
- Has traido bañador??? Porque si no lo has traido, te dejo en medio de la carretera y te vuelves con tu padre…
- Si, no te preocupes. He traido bañador y algo de ropa por si salimos por la noche.
- Eso es. Vamos a pasarlo muy bien (volvía a repetir)
Habíamos recorrido unos 300 km cuando nos dimos cuenta de que la temperatura del coche, estaba más que alta
- Mama. Has visto la aguja de la temperatura???
- Qué??? Eso que significa…
- Mama, tienes que parar. Si continuas te puedes cargar el motor.
- Parar??? Pero si todavía no hemos llegado…
- Mama. ¡¡¡ para !!!
Estábamos en un pequeño pueblo costero donde por casualidad ese fin de semana comenzaban las fiestas.
Mi madre, llamó al seguro, que rápidamente llegaron para llevarse el coche a un taller y a nosotros, proporcionarnos un taxi para acercarnos donde quisiéramos.
- ¡¡ Pues aquí nos vamos a quedar!!. Busca un hotel y no se te ocurra decirle nada a tu padre. Solo faltaría que se enterara de que nos hemos quedado tirados con el coche.
- Ok. Busco un hotel y le diré a papa que estamos perfectamente.
- Eso es.
- Y ahora mismo nos cambiamos y nos vamos a la playa. Donde has dejado las maletas???
- Maletas??? No las cogiste tú???
- Noooo nooooo no puede ser. Se las ha llevado el chico de la grua.
Tras varios intentos de llamada, nos cogió el teléfono una vez llegó a su destino. Una nave propiedad del servicio de grúa donde dejaría el coche hasta el lunes para llevarlo al taller. Estaban en fiestas y no habría ningún servicio hasta entonces…
- No me puede estar pasando esto a mí…. Por un dia que quiero ir de vacaciones.
- No importa. Tienes la tarjeta aquí verdad??? Vayamos a comprarnos un bañador y nos vamos a la playa.
Así lo hicimos y así comenzó mi historia…. El único sitio donde había bañadores, era un pequeño comercio de ropa ibicenca donde no invertían mucho dinero en tela. Más bien, pequeños hilos que agarraban una cuerda con otra.
- Vamos. Tenemos que encontrar algo si o sí.
- Perdone. Podría enseñarme biquinis de la talla 90???
- Lo siento. Tendrá que mirar y escoger algo que se adapte a usted.
- Ok… pues este. Vente conmigo.
Al llegar a los vestuarios, mi madre pasó con un par de biquinis que le cabían en una sola mano.
Como cualquier adolescente, me quedé en la entrada ojeando el móvil. Y como no, algunas fotos de amigas en bikini durante las vacaciones.
Al momento, salió mi madre.
- ¡¡ Este !!. Que te parece???
Mi ojos se abrieron como platos. Inconscientemente, mi boca se abrió sin poder emitir palabra y un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo.
Alli estaba ella. Con un biquini blanco y minúsculo que solo llegaba a tapar la aureola del pezón. Más abajo, sólo un pequeño trocito de tela cubría su sexo depilado introduciéndose por detrás y dejando al aire aquellos maravillosos glúteos.
Sus pies, estaban levantados de puntillas como si llevara tacones, estilizando sus gemelos y sus piernas.
Mi corazón palpitaba sin descanso.
- Te gusta??? Por tu cara, creo que sí….
- Sí… siii, por supuesto… te queda muy bien.
- No crees que es un poco atrevido???
- Noooo para nada. Así te podrás poner escotes y tirantas sin que se te note la marca del bañador.
- Pues perfecto. Cogemos también dos toallas, crema y nos vamos a la playa. Buscaste hotel???
- Sí. Me dijeron que les quedaba justo una habitación para dos y que nos la guardaban.
- Estupendo. Las cosas van mejorando.
En la playa, la situación no podía ser peor….o mejor, según se mire.
Mi madre, acostada a mi lado, frotaba sus piernas tostadas por el sol y las abria con cuidado de que no pasara nadie por nuestro frente y con el fin de coger color en el interior de los muslos.
Yo, con gafas de sol y gorra, escaneaba cada cm de su cuerpo y comparaba las demás chicas que había a mi alrededor.
Con diferencia, la mujer que estaba a mi lado, estaba mucho mas buena que cualquier otra chica.
- Estas bien???
- Sí, por qué???
- Nada… te veo un poco nervioso… tu cabeza parece la de los muñecos que va girando de un lado hacia otro.. jajajaja
- Bueno, no… esta playa no la conocía y quería verla bien.
- Y que tal está lo que ves???
- Biennnn muy biennnn
- Jajaja ya lo noto.
- Cómo??? Que lo notas??? No sabía a qué se refería hasta que miré hacia abajo y vi la tienda de campaña.
Como pude, intenté tapar aquella erección sin llegar a conseguirlo.
- Bueno. Son las 14.00. Vayamos a comer algo y nos instalamos en el hotel.
En un chiringuito cerca de donde estábamos, nos tomamos 3 ó 4 vinos blancos fresquitos y algunas tapillas de pescado antes de dirigirnos al hotel.
Cuando llegamos al hotel, mi madre me felicitó por haber encontrado un alojamiento tan bonito y coqueto.
Cuando subimos, y abrimos la puerta, nos encontramos con una cama enorme de matrimonio con las sábanas blancas y unos almohadones gigantes, unos grandes ventanales con vistas al mar y un jacuzzi en el baño.
- Guauuuu es maravillosa la habitación. Pero tendrás que dormir conmigo… jajaja sólo hay una cama.
- Bueno… es lo único que había. Además, no me importa. Espero que no te importe que ronque.
- jajaja, estoy acostumbrada... Creo que con el sol y los vinos, estoy un poco mareada… que te parece si nos damos una ducha y descansamos un poco, antes de irnos otra vez a pasear o la playa???
- Por mi perfecto.
- Ok. Dúchate tú primero y después lo hago yo.
Así lo hice. Me duche y cuando salí, no encontré mi ropa interior y tampoco mi bañador.
- Mama. Has visto mi ropa interior o el bañador???
- Hijo, hasta que no nos traigan la maleta, habrá que apañarse con lo que tenemos. Así que he lavado y tendido tu ropa interior y la mía para poder ponérnosla cuando vayamos a salir. No querrás ponerte las cosas sudadas y sucias.
- No claro, pero entonces???
- Acuéstate en la cama y tapate con la sábana. Yo salgo enseguida. Cuando echemos la siesta, seguro que ya estará todo seco.
Aquella situación, me provocó algo más que nerviosismo…. Me quité la toalla, la puse en la terraza y me acosté en la cama tapando con la sábana. mi erección.
Al rato, salió ella. Allí estaba. Caminando hacia mí enrollada en una toalla minúscula y que le tapaba justo hasta el borde de sus glúteos y con otra toalla enrollada en la cabeza.
Se sentó en el borde de la cama y comenzó a ponerse crema after sun en las piernas y brazos.
Después se levantó y se dirigió al baño nuevamente para secarse el pelo.
Mis ojos, no se apartaron de su cuerpo en ningún momento y mi erección, volvió a aparecer.
- Bueno. Ya estoy aquí. Quieres que cierre un poco las cortinas para que no entre tanta luz???
- Sí, pero no mucho. Parecería que es de noche.
- Ok. Así está bien.
- Voy a meterme en la cama. Así que mira para otro lado que voy a quitarme la toalla y ya sabes que estamos bajo mínimos de ropa interior… jajaja
Mis manos fueron a mi cara para tapar mis ojos, pero no iba a perder la ocasión de ver el cuerpazo de mi madre.
En ese momento, mi madre, dándome la espalda, se quitó la toalla dejándola caer sobre una silla próxima a la terraza.
Mi corazón bombeaba a 1000 por hora.
Con sutil delicadeza, se sentó en la cama y metio las piernas por debajo de la sabana tapándose hasta el cuello.
- Estas bien???? Me preguntó.
- Eh??? Sí, sí… estas ya en la cama tapada???
- Si hijo, puedes quitarte las manos de la cara.
Me recosté hacia abajo, intentando tirar un poco de la sábana y que se quedaran al aire aquellos preciosos pechos.
- Ehhh ten cuidado… o verás algo que quizás no quieras….
- Bueno, en la playa, estoy harto de verlas.
- Sí, pero en la playa es diferente.
- A sí??? Por qué??? Si yo te las viera aquí, sería igual que las que veo en las otras chicas en la playa.
- En serio??? Entonces me estas diciendo que no sentirías ningún tipo de excitación???
- Para nada. Sería igual que si veo un muslo o una rodilla. A parte, eres mi madre.
- Jajajaja que mentiroso eres. Todos los hombres sois iguales. Cortados por el mismo patrón.
- En serio… haz la prueba si quieres.
- Muy bien, juguemos. Voy a mostrarte mis pechos para demostrarte que todos los hombres, sois iguales y que terminaras excitado, aunque sea tu madre.
- Ok… cuando quieras.
Con una pequeña luz que entraba por la ventana de la habitación, mi madre se levantó enrollada en la sábana blanca de la cama. Sólo quedaban al descubierto sus brazos y hombros.
- Mario, creo que me ha picado alguna medusa esta mañana en la playa.
Estando de pie junto a la cama, subio su pierna y apoyo el pie sobre el colchon. Poco a poco, subió la sábana hasta la ingle.
- Sí, creo que ha sido por aquí…. Lo ves???
Sus dedos fueron deslizándose desde su tobillo hasta llegar al muslo.
- Aquí justo aquí. Quizás debería de echarme más crema como protección.
- Y..no… y no… te ha picado en ningún otro sitio???
- No sé. Quizás en la espalda. Pero no logro vermela.
De espaldas a mí, fue dejando caer la sábana desde sus hombros, muy lentamente, hasta llegar a sus caderas…
- Ves algo??? Ves alguna parte de mi espalda enrojecida???
- No…creo que no, quizás debería de acercarme un poco más…desde aquí no logro ver nada…
- Esta bien, acércate un poco porque creo que también noto algo de picor en mi pecho…justo aquí…
Ahora frente a mí, sus manos fueron deslizando la sábana poco a poco hasta dejar sus pechos al descubierto y tapando solamente sus pezones.
- Ves algo???
- Sí, si veo… quizás haga falta poner un poco de crema.
- Esta bien. Pon la mano…
En ese momento, me dio la espalda para que le pusiera crema por los hombros.
- Empieza por detrás.
Muy suavemente, comencé a aplicar la crema sobre sus hombros y brazos, bajando poco a poco por su espalda.
- Creo que también, algo me ha tocado por el culo. Ese bikini era tan minúsculo que no me ha protegido nada. Podrías mirar???
- Si… sii.. por supuesto.
- Espera. Creo que será mejor que me agache y me apoye en la cama para que puedas verlo mejor.
Mi madre, apoyó sus rodillas y sus antebrazos en la cama curvando su cuerpo hacia adelante y dejando su culo totalmente en popa.
Volteó su mano derecha señalándome uno de sus cachetes…
- Aquí. Puedes ver algo enrojecido???
- No.. no veo nada…
- Acércate más… creo que es por aquí.
No podía creerlo, mis ojos se iban a salir de las órbitas, tenía su culo y coño, totalmente depilados y abriendo sus nalgas, podía ver sus rosados y grandes labios que se abrían hacia mí.
- Acércate todo lo que puedas….
Su olor me llego como un afrodisiaco, nunca había olido un coño, nunca había estado tan cerca y mi erección era evidente y enorme. No podía parar mi excitación y el instinto animal hizo que me lanzara a probarlo…
Mis manos agarraron cada uno de los cachetes de su precioso culo y mi boca se introdujo entre ellos, lamiendo aquellos labios rosados de arriba abajo.
- Aaaahhhh (susurro mi madre)
Con su dedo índice, descendió desde su cintura hasta llegar a su ano…como indicándome por donde debía lamer.
- Ahhh aaaaahhhhhh
Su culo empujaba hacia atrás y su cuerpo se arqueaba más y más.
Yo no dejaba de lamer toda su raja, hasta llegar a su ano.
- Aaaahhhh cariño… aaaaahhhhhhh no paressss
Con suavidad, mis manos masajeaban su culo abriéndolo poco a poco e introduciendo cada vez más mi lengua.
Ella, introdujo su mano por debajo y comenzó a masajear su clítoris a la vez que me dejaba lamer todo su coño.
- Aaaahhhhh que gusto me estas dando…. no pares por favorrrr aaahhhhhh
- Metete dentro de mí…. Quiero sentirla dentro…
Me limpié la boca, de aquellos ricos fluidos y me incorporé.
Como si llevara toda la vida haciendo esto, me coloqué por detrás e introduje mi polla.
- Aaaahhhhhh siiii, ooohhhhhh
Volvió a empujar su culo hacia atrás para que se introdujera hasta el fondo y sus gemidos no paraban de salir…
Una y otra vez, sus caderas se movían de adelante hacia atrás haciendo que mi polla entrara y saliera cubierta por aquellos fluidos…
- Aaahhh cariño… me estoy corriendo como hacía tiempo no lo hacía… no pares por favorrrr…
- No aguanto más mamaaaaa aaahhhh voy a expolotarrrrr
En ese momento, mi madre, empujó sus caderas hacia atrás soltando un chorro de fluidos que se mezclaron con mi semen…
Los dos estallamos en un orgasmo maravilloso y placentero, quedando con nuestros cuerpos sudados extasiados y unidos por nuestros sexos.
Al cabo de unos minutos, mi madre, se echó hacia adelante y acabó en la cama tumbada de costado con todo su cuerpo sudado y relajado.
Yo, con mi cuerpo sudado y sin saber aún que había pasado, me acosté pegado a ella por su espalda y abrazándola, pegando mi pene flácido y mojado a su culo que recibió con agrado, volviendo a empujar su culo hacia atrás.