Sexo entre hermanos(8)

Tarick

Virgen
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Dic 1, 2008
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Cuando Luis bajó se sentó en su lugar de siempre a la mesa de la cocina, jugaba en silencio con su plato vacÃ*o, Elena lo miró, estaba lleno de tristeza, lo comprendÃ*a, su sentimiento era el mismo, tener que olvidar a la persona que se ama cuando se vive con ella era muy difÃ*cil, casi imposible, ella se quedó pensando en qué podÃ*a hacer para consolarlo "Dicen que un clavo saca otro clavo" se acercó a Luis
- ¿Te gusta mucho?... Me refiero a Monse
Luis sin mirar a Elena le dijo con voz triste.
-Es muy linda, tiene unos ojos increÃ*bles, su voz, su risa…Cuando juega pone los dientes de arriba sobre su labio de abajo asÃ* como conejito, su cabello se mueve cuando corre y que te puedo decir de esas nalgas y esas piernas que tiene, claro que no se compara cont… Con el amor de mi vida, pero no deja de ser una chica increÃ*ble.
-Luis…Vas a terminar cacheteando las banquetas con las nalgas, y…Bueno si te gusta, no veo la razón para no quererla, es una buena mujer y no me refiero a sus formas. ¿Sabes que es hija de Beristain?...Aquel doctor amigo de mi papá que nos visitaba muy seguido cuando estábamos en la frontera norte…Déjame probar lo que digo, te haces el enfermo, dices que te duele aquÃ* en el apéndice y yo pido el servicio… Tal vez viéndote en la cama…No sé
-Elena, ¿Ya está la comida?
-Si, te sirvo, no te levantes.
Mientras comÃ*an Elena insistió
-Chaparro, burrito…intenta lo que te digo.
-Lo voy a hacer solo por ti y te juro que si algo sale mal no volveré a seguir un consejo tuyo referente a nada.
Terminando de comer Luis subió a su recámara, Elena tomó el teléfono "Región militar, teniente Morales, ¿en que le podemos servir?"…"Habla la hija del general comandante, mi hermano tiene un fuerte dolor abdominal, no se puede mover, necesito que lo vengan a revisar"… "De inmediato señorita". Colgó el teléfono y se sentó a esperar. A los 10 minutos se detuvo frente a su casa la ambulancia militar de la que descendió Monserrat, Elena abrió la puerta, "Pasa Monse, dice que le duele el abdomen y me da miedo que sea el apéndice y se reviente, ven sube está en su recámara". Las dos subieron y entraron a ver a Luis.
Monse lo miró y solo sonrió, puso su maletÃ*n sobre la silla, miró a Elena, aflojó el cinturón de Luis, desabrochó el pantalón, metió la mano debajo, oprimió a un lado en el bajo abdomen y le levantó la pierna, sacó la mano oprimió con fuerza el abdomen de Luis, él se quejó, ella soltó de golpe, miró a Luis a los ojos y dijo. "No te preocupes Elena, no es apendicitis, ¿Me permites hablar con Luis?", Elena dijo "Si, voy a recoger la cocina", bajo la escalera para después subirla despacio y descalza para escuchar lo que se decÃ*a. Monse quedó seria mirando a Luis muy molesta y le dijo
-Necesito ponerte unas inyecciones en el abdomen Luis.
-No, como crees, ¿Para qué?
-¡Para que se te quite lo imbécil!, ¿sabes el susto que nos has dado a Elena y a mi?
-Es que me duele mucho
-Luis soy médico militar, he visto muchas caras de dolor, desde una simple cefalea hasta heridas por accidentes de metralla y la tuya es cara de emoción y no de dolor, ¿De que se trata Luis?
-QuerÃ*a verte.
Monse se sentó en la cama junto a Luis que permanecÃ*a acostado y preguntó
-¿Y para ver a una mujer usas "técnicas de niño"?...No Luis, asÃ* no, no trates de apresurar las cosas de tal forma que me hagas suponerte un niño malcriado.
Luis tomó la mano de Monse y le dió un beso diciendo
-Perdón Monse, tienes razón, es que soy un desesperado, y me muero de ganas de….De ti__respondió Luis en voz baja y avergonzado
Monse puso su mano sobre el abdomen de Luis y lo acariciaba mientras le decÃ*a
-Mira Luis quiero que me entiendas lo que voy a decir, no porque sea la verdad absoluta, sino porque es mi sentir y cuando dos personas tratan de entenderse en algo tan inmedible como son los sentimientos humanos, lo que importa es el sentir ya que no existe una verdad o un modelo como norma a seguir en los sentimientos.
La mano de Monse recorrÃ*a suavemente el abdomen de Luis, sus dedos entraban bajo el pantalón y la erección de él muy a su pesar y su vergüenza se presentó, ella no le dio importancia alguna y continuó diciendo.
-Si dos personas deciden tener relaciones sexuales deben de aceptar las consecuencias que esto puede tener, habrá mujeres que lo puedan hacer por el simple placer, yo no Luis, y no por ser mojigata, ni santurrona, ni nada de eso, es simplemente por que sé que me enamorarÃ*a de ese hombre
Los dedos de Monse se toparon con el pene de Luis, ella sonrió y le dijo "Vas a tener dolor, pero no precisamente de apéndice" él se avergonzó mas de lo que estaba "Es que tu mano…Tenerte tan cerca…Yo quiero…"¡Soy un imbécil!" . Trató de enderezarse pero ella lo detuvo para que no lo hiciera y metió su mano poniéndola sobre el pene de Luis, en la cara de ella se notó su admiración por lo que tocaba pero no dijo nada, él la miró y trató de meter su mano por debajo de la guerrera, Monse lo detuvo negando con la cabeza y el bajó su mano para apoyarla sobre el muslo de ella que continuó diciendo mientras acariciaba el pene de Luis.
-Por favor no digas nada ni intentes nada, solo escúchame, me gustas, te quiero mucho y no me molestarÃ*a hacerlo contigo si siento que significo algo para ti, con esto no te estoy pidiendo que me ames con locura, no Luis, simplemente quiero sentirme algo importante para alguien, estoy muy sola y harta de ser la doctora buenota con la que todos se quieren acostar.
La mano de Monse apretaba suavemente el glande y usaba el lÃ*quido que salÃ*a por la punta para lubricar sus caricias que recorrÃ*an el pene erecto de Luis, él la veÃ*a a los ojos, eran grandes con un color claro indefinido, su bello rostro reflejaba tranquilidad y ternura en lo que decÃ*a y en lo que hacÃ*a, sobre su cabeza la gorra militar verde camuflaje con una estrella negra bordada al centro de ella, su uniforme de la misma tela que la gorra, sobre sus hombros las palas con la estrella bordada y a un lado de su pecho bordado se leÃ*a M.Beristain, y una serie de escudos bordados que él no reconocÃ*a. Luis tomó su otra mano, la besó, era muy suave, de finos dedos largos. Luis dijo
-Que lindas manos tienes.
Monse respondió
-Shhh, no hables, solo sigue escuchándome, es muy dura la vida militar, tú la conoces bien, hoy aquÃ*, mañana allá, ¿Cuánto tiempo? Ni la misma superioridad lo sabe, nos cambian al azar o por necesidades que a uno no le explican, pero asÃ* es y hay que obedecer.
Luis sentÃ*a la mano de ella acariciar su pene mientras hablaba y no podÃ*a entender la tranquilidad con que lo hacÃ*a, no habÃ*a excitación notoria en ella, simplemente lo complacÃ*a con cariño y dulzura, se tomaba su tiempo para hacerlo disfrutar al máximo y él estaba enloqueciendo al sentir algo mas que el placer de sus caricias, no lo podÃ*a explicar solo sabÃ*a que era increÃ*ble, una mujer increÃ*ble.
-En el ejercito Luis, no hay personas, solo grados. Galones y estrellas que mandan y obedecen, yo quiero sentirme algo mas que una estrella en un uniforme, necesito que alguien me quiera a mi a Monserrat Beristain, si tú quieres ser esa persona para mi serÃ*a algo grandioso, sé que no llegarÃ*amos a nada si mirásemos al futuro pero yo quiero tan solo vivir mi presente sintiéndome mujer al lado de un hombre que me quiera y me lo haga sentir……
Luis cerró los ojos y arqueó su cuerpo levantando la cabeza y ella sintió sobre su mano el cálido semen que en gran cantidad habÃ*a salido del pene de Luis en varios chorros, ella mantuvo su mano sobre el pene y dijo.
-Entenderás que no me cuesta nada acostarme contigo, pero para hacerlo necesito saber y sentir que serás capaz de disfrutar de la mujer ardiente tanto como de la mujer frÃ*a, que sabrás entender que dentro de este cuerpo que dices que te gusta mucho hay una mujer como cualquier otra que a veces querrá pasión y a veces tan solo cariño y comprensión o simplemente sentirse acompañada, pero acompañada de verdad Luis, cualquier persona es compañÃ*a, un perro es compañÃ*a y muy fiel compañÃ*a, me refiero a la compañÃ*a que es capaz de llenar los vacÃ*os que produce el hastÃ*o de la vida diaria y….
-Monse…Enséñame a quererte como dices__Interrumpió Luis llevado por la emoción de lo que ella habÃ*a dicho y hecho
-Voy a pasar a tu baño y me tengo que retirar.
Monse sacó su mano mojada de semen, se puso de pie y se lavó en el lavabo del baño, Elena que escuchaba en la sala de TV, bajó a la cocina sin hacer ruido, Luis se cubrió con la sabana y cuando Monse salÃ*a él la llamó y se sentó nuevamente junto a él, Luis la tomó de las manos, las besó muy suavemente y le dijo.
-Gracias, eres una mujer increÃ*ble…Yo no sé explicar lo que siento por ti, pero creo que….
-Mañana a las 6 de la tarde nos vemos en el frontón, toda la mañana estaré fuera, pero regreso como a las mil…perdón como a las cinco de la tarde, ahÃ* te espero.
Le dió un beso en los labios a Luis, se puso de pie y bajó a la cocina a ver a Elena a la que le dijo
-No te preocupes, no es nada, posiblemente un tirón muscular le puse un relajante muscular y con eso se sentirá bien.
-¿Estás enamorada?
-¿Qué?
-De Luis, ¿Lo estás?
-Elena, que preguntas haces, no veo que tiene que ver eso con su dolor
-Nada, absolutamente nada, solo te digo que tengas cuidado, ya que si lastimas a mi hermano yo me encargaré de hundirte de por vida en la mas remota guarnición militar que exista.
-Por Dios Elena, ¿estás celosa o que te pasa?, somos amigas no hay razón para que me hables asÃ*, tú fuiste la que me platicó que Luis esto y Luis lo otro y que él querÃ*a hacerlo conmigo y….
Elena recapacitó su actitud, abrazó a Monse y le dijo
-No amiga, solo quiero que estés segura de lo que haces, a mi me gustarÃ*a que te entendieras con él, que mejor mujer puede encontrar mi hermano para…
-Elena, no seas hipócrita, el mentir no te queda, lo haces muy mal, ya no te entiendo, pero lo que yo haga con tú hermano es asunto de él y mÃ*o…No va a ser para ti Elena eso te lo aseguro al cien por ciento…
Salió de la casa molesta, se subió a la ambulancia y regresó al cuartel, entró a su consultorio y se puso a redactar su reporte. Elena vió retirarse a Monse y se quedó de pie en el hall de entrada de la casa."¿No va a ser mÃ*o?, pendeja ya es mÃ*o, y ni tú ni ninguna otra puta barata me lo quitarán". Subió al cuarto de su hermano entró sin avisar y lo encontró limpiando el semen de su abdomen
-¡Carajo Elena!…No puedes avisar, ¡chingada madre!
-Luis, ¿te masturbaste?, ¿por qué?, si yo….
-¡NO!, yo no me masturbé.
Elena entendió y en un arranque de celos incontenible grito poniéndose las manos sobre la cabeza
-¡Esa infeliz, puta de mierda!, de haber sabido que mientras te hablaba con su vocecita de santita te estaba masturbando, hubiera entrado a desgreñarla, ¡cabrona de mierda!
-¿Estabas escuchando Elena?, ¡Qué bajeza!, ¿como pudiste ser tan corriente, tan vulgar?, que bajo caÃ*ste hermana
Ella se recostó sobre Luis en la cama "No Luis, no me digas eso, entiéndeme por favor", él la abrazó, acarició su espalda y le puso su mano en las nalgas sobre los jeans, ella levantó la cara, se quedaron viendo a los ojos y Luis le dijo "Levántate Elena, ve a la cocina, yo me limpio y bajo a ayudarte a recoger". Elena bajó la cara, quedó unos segundos recostada sobre su hermano, trató de decir algo pero se arrepintió, se puso de pie, arregló su blusa y solo le dijo.
-Gracias Luis…Reconozco que estoy celosa, que me duele tu rechazo, pero te agradezco en el alma que tengas el valor de hacerlo, eres un hombre de verdad…No podÃ*a ser menos siendo hijo de quien eres, yo soy la que los está traicionando a ellos y a ti…Te adoro hermano y que difÃ*cil me has puesto las cosas, siempre te he de comparar con mi novio o con el que llegue a mi vida.
Elena bajo a la cocina y al poco rato la alcanzó Luis y juntos se pusieron a limpiar a fondo para que estuviera limpia la casa para cuando llegaran sus papás, no tocaron el tema y solo platicaban de tonterÃ*as y anécdotas de los muchos lugares donde habÃ*an vivido. Ya en la noche cuando terminaron de limpiar la casa Elena se metió a bañar y salió vistiendo unos shorts de tela muy delgada y una playera holgada de la misma tela, se sentó a un lado de Luis en el sofá de la sala de TV subiendo sus muslos al sofá, Luis la volteo a ver, agachó su cabeza y le dio un beso en cada muslo, ella sonrió y le acarició los cabellos. El se levantó y caminó hacia su cuarto, pasados unos minutos Elena comenzó a escuchar el ruido de la escaladora para hacer ejercicio en la recámara de sus papás
-¿Qué haces burrito?__Preguntó Elena gritando.
-Ejercicio__Gritó Luis___, ¿No escuchas?
Elena ya no respondió y se quedó muy interesada viendo un programa en la TV, después de casi media hora Luis regreso jadeando y con una toalla sobre su cuello.
-Caray, me cansé y tú deberÃ*as de hacer lo mismo___Le dijo a Elena
-¿Para que lo haces, si te cansas?
-Para eso precisamente, para cansarme, te acuerdas cuando vivimos en aquella guarnición militar por el sur del paÃ*s, en un lugar con un calor sofocante que nos hacÃ*a bañarnos tres veces al dÃ*a, donde mi mamá nos ponÃ*a esa crema para evitar que se nos acercaran los mosquitos, una cosa blanca y grasosa que parecÃ*a semen de burro.
Elena rió con ganas por lo dicho por su hermano y él continuó
-Te acordarás que yo salÃ*a mucho con el general y un dÃ*a me dijo muy serio "Hijo cuando un general no puede dar a sus hombres una esperanza de éxito no los lleva a una batalla, simplemente se retira y busca otra salida. AsÃ* debes ser siempre en tu vida, si algo no tiene esperanza de éxito, déjalo y busca otra cosa que te satisfaga plenamente"….
-¿Y eso que tiene que ver con hacer ejercicio hasta quedar agotado?
-¿Hay alguna esperanza para nuestro amor?
-No Luis, no la hay, o al menos yo no la veo.
-Entonces por que no cansarme hasta quedar agotado, asÃ* solo usaré mi cama para dormir…¿Me baño y cenamos?
Elena solo afirmó con la cabeza y Luis se metió a bañar… Cenaron y esa noche cada uno se metió a su cama solo, Elena se levantó y entró al cuarto de Luis, lo miró profundamente dormido y se dijo "Tiene razón, cansarse hasta el agotamiento…Cuando regresen nuestros padres todo será mas fácil, por lo pronto seguiré el consejo de Luis"
Luis despertó solo en su cama, no pudo evitar un gesto de tristeza, inspiró profundamente y se levantó al baño, para después asomarse a la recámara de Elena, la miró durmiendo boca arriba y sin sábana que la cubriera, tenÃ*a una pierna doblada por la rodilla y la otra estirada, su playera se habÃ*a subido hasta permitir entrever la parte baja de sus pechos, Luis permaneció de pie observándola por varios minutos, ¡Qué bella era!, sus pies, sus pantorrillas, sus muslos, su cadera que se cerraba en dos curvas si no pronunciadas si bien delineadas dando forma a un maravilloso cuerpo de mujer, sus pechos, su brazos y ese rostro bellÃ*simo. "Es idéntica a mi mamá, por eso el general sigue tan enamorado" pensó Luis y en un momento llegó a su mente la imagen de su madre, cubrió a su hermana con la sábana, dió media vuelta y bajo a preparar el desayuno.
Subió con una taza de café en la mano, entró a la recámara de Elena, ella estaba en el baño, no se acercó a la puerta y solo le dijo "Coronelita, te dejo un café sobre tu buró", Elena salió con el cepillo de dientes en la boca y pregunto "¿Gomo me llamnaste?"…"No te entiendo nada, te espero abajo, hice unos huevos a la mexicana muy ricos" respondió Luis y bajó a la cocina. Elena bajó con su taza en la mano y le dijo "Me dijiste coronelita, asÃ* me decÃ*a mi papi cuando era niña", Luis respondió "Por eso te lo dije, mi mamá era la coronela, tú la coronelita y yo el generalito". Los dos rieron y ella dijo "Yo deberÃ*a haber sido la generalita, yo nacÃ* primero", los dos desayunaron y subieron a bañarse cada uno en su baño.
Elena se asomó a la recámara de Luis que escuchaba música sentado en el sillón, vestÃ*a unos jeans ajustados a la cadera, una blusa a cuadros roja y unas botas vaqueras, el aroma de su perfume cubrió el ambiente, el la recorrió con la mirada mientras ella decÃ*a "Voy a casa de una amiga, ¿Tú que piensas hacer?". Luis respondió "AquÃ* voy a estar, en la tarde voy a ver a Monse". La cara de Elena se frunció y dijo "¿A esa? Y que demonios le vas a ver?". Luis se puso de pie se acercó a su hermana y le dijo.
-Te recuerdo que no es esa, es Monse, y que fuiste tú la que me lanzó a sus brazos, asÃ* que mejor acepta lo que hiciste y respétala.
-Es qué…..
-¿Es que qué Elena?, ¿¡ES QUE, QUE!? … Es que tienes celos, es que pretendes que yo me convierta en tú pinche juguete, te sientes mal por lo que hemos hecho, te duele amar a tu hermano como hombre, pero no permites que haga su vida, insultas y desprecias a la mujer que me gusta, con la que quiero olvidar tus besos y tu amor….¡De que carajos se trata!...
Cuando Elena pensaba responder él la abrazó dándole un beso profundo en la boca que ella aceptó sin resistencia alguna, la mano de Luis entró debajo de su blusa y subió hasta sus pechos acariciándolos apasionadamente, ella abrió los botones de la blusa de su hermano y besó su pecho lamiendo y mordiendo su tetillas, sus bocas y sus lenguas se juntaban mezclando y saboreando sus salivas, Elena desabrochó el cinturón de Luis y en ese momento él se separó y le grito "¡NO ELENA!"... Y con voz agitada le dijo, "Ya no hermana, ya no, esto es un maldito suplicio, te tengo, me rechazas, busco a otra, te encelas, me buscas, te insinúas, te cojo, te amo, te arrepientes y después se repite el ciclo perverso en el que estamos"…Luis calmó su respiración, acarició la cara de su hermana y dijo.
-Ya no Elena, ahora soy yo el que no puede más…Ya no hermana, por favor vete de aquÃ*, piensa las cosas y toma una decisión de una vez por todas.
 

elvergador

Pajillero
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Ene 15, 2007
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uuuf hermano te la estas volando con este relato muy buenooooooooo
 

meteorosw

Virgen
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Nov 6, 2014
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Magnífico relato mil gracias y espero que continúe, por favor
 
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