Sere una perra? 2

kamuix99

Pajillero
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En mi ultimo relato ¿ sere una perra ?(1), les conté de la primera vez que mi primo Paco se pasó toda una tarde jugando con mi hermana Rosa y conmigo, en nuestra casa allá en el rancho donde nacimos. Les relaté cómo mi primo casi me quita la virginidad y si no es porque llegó de improviso mi tía Toña, me hubiera mandado al hospital bien lastimada por su enorme camote de 25 centímetros.

También les dije como esa tarde había acabado cuando Paco y Rosa, en ese entonces de 10 años de edad, se metieron en la bodega del rancho y él le atascó su animalote a la niña por la boca hasta venirse como caballo casi ahogándola de leche, la cual le salía por las fosas nasales lo que me asustó y al quererle gritar que la dejara porque la iba a matar, ella se le separó y después de toser y escupir el exceso de semen se recuperó y se le volvió a prender del garrote, para seguírsela chupando hasta que ya no le salía nada...Bueno, pues seguí observando escondida y ví como, Paco, se volvió a masturbar en la cara de mi hermana, sentada frente a él, que lo veía con cara de mensa y después de unos minutos se volvió a vaciar encima de ella, llenándole todavía más el rostro y la blusita de su leche; le pasaba la vergota por la cara a Rosa y se la metía en la boca llena de semen y ella se la seguía chupando y sorbiendo hasta no dejar nada de sus dos venidotas.

Me salí inquieta, a ver cómo iban los cargadores y ellos se salieron de la bodega y se fueron a la casa. Cuando ví a lo lejos a mi hermana la mayor llegar del trabajo, me fui corriendo porque pensé que los iba a sorprender, pensé que Paco todavía estaría abusando de mi hermanita, cuando entré él estaba sentado tomándose una cerveza de las que Rosa le había traído hacía rato y al escuchar la regadera me metí al baño y ella se estaba bañando vestida lavando la ropa que traía puesta llena de semen; le dije que ya llegaba Martha nuestra hermana y ella se limitó a decirme que le dijera que ahorita iba, que se estaba bañando.Me fui a la sala con mi primo y entró mi hermana, se saludaron y se pusieron a platicar. Martha nos dijo que fuéramos a ver cómo iban los cargadores, mientras ella hacía la cena y me fui con Paco para la bodega. Cuando habíamos avanzado medio camino me agarró de la mano y me metió entre unos tractores, me subió la falda para agarrarme por las nalgas y me quiso besar.

Yo no me dejé y le dije que me soltara, que era un animal, que lo había visto en la bodega como casi ahogaba a Rosy, que era una bestia. El muy estúpido me preguntó si estaba celosilla, pendejo: "verga grande, cerebro chico". Lo arañé en la cara y enfurecida le dije que me soltara que ya no lo iba a dejar que me tocara. Terminaron los cargadores de subir los costales vacíos y él se fue con ellos.La noche fue difícil, Rosa se quejaba de dolor y malestar del estómago, incluso no quiso cenar nada. De madrugada se vomitó varias veces en nuestro cuarto –dormíamos juntas- y no le quise avisar a Martha porque lo que volvía era puro semen del maldito de Paco, traía el estomaguito lleno de leche de hombre, ¡qué bárbaro, cómo tenía cargados los huevotes! Cuando la niña echó todo, limpié aquello y nos se dormimos y ya no hubo problemas; yo estaba muy asustada y maldecía a mi primo, les agarré mucho miedo, a él, a su vergota y hasta a su semen.

También le agarré coraje, por dejar así a mi hermanita. Pero ella, al contrario, siempre que venía Paco a la casa lo provocaba y hasta recaditos le mandaba, donde le decía que se la quería mamar, que la tenía bien rica y grandota y fuera a donde ella estaba, que se la iba a chupar bien rico. Hacía los recados delante de mí!!! A veces mis papás y hermanos estaban afuera con él sentados platicando y nosotras en nuestro cuarto viendo la tele y decía que iba al baño.

En lugar de eso, se metía con nosotras y cerraba la puerta, se me echaba encima bien caliente y yo lo rechazaba y lo pataleaba, me dejaba en paz y se iba con mi hermana, se sacaba la vergota por la bragueta y se la metía en la boca a Rosa que feliz se la empezaba a mamar con desesperación. Yo asustada le decía que la dejara que allí estaba toda la familia, sólo para que los dos me respondieran al unísono: CÄLLATE!!!. El maldito Paco, incluso me decía que le enseñara los calzoncitos para sentir más rico y yo pensando que así acabaría más rápido, me subía la falda y me recostaba en la cama para enseñarle mis cada día más ricas piernas y mi calzón bien ajustadito, pues cada vez me quedaban más chicos, ya que mi cuerpo no dejaba de desarrollarse.

Nervioso y excitado me decía que estaba bien buenota, que tenía unas piernotas bien sabrosas al tiempo que le metía a Rosa su cosota hasta la garganta con fuerza y al venirse le dije que no se los echara en la boca porque le hacían daño en el estómago, entonces se venía hacia mí y se masturbaba sobre mis piernas, dejándomelas completamente cubiertas por su leche. Me agarraba la mano y me hacía que se la exprimiera bien y que se la limpiara con la boca toda, allí empecé a chupar verga y semen por primera vez y vaya que me estaba gustando. Cuando notaba que al limpiársela se le empezaba a parar otra vez lo dejaba y le decía que ya se fuera, que ya de seguro lo extrañaban allá afuera.

Se la guardaba y se metía al baño un rato, supongo para que se le bajara la hinchazón. Después de cumplir los 13 años, ya era una delicia mi cuerpecito... y a pocos meses de cumplir los 14 empecé a notar cómo mi hermano Javi se interesaba más por mí, siempre estaba por donde yo andaba, mirándome con disimulo. Hasta pude notar también a papá mirarme con cierto nerviosismo cuando andaba cerca de él. Me hice muy cariñosa con mi papi, lo abrazaba mucho y descalza me "subía" en sus botas, sobre el empeine jugando a que me "paseaba", abrazándome a su cintura, pegándole mis bien duros y redondos senos en la panza, mientras sentía su pene crecerle bien rico en mi abdomen.

También me sentaba en su regazo a recortarle el bigote, se ponía muy caliente, se le notaba muy excitado mirando mi cara y mi cuerpo tan cerca de él, mientras mis suaves manitas le agarraban la cara; claro si sólo tenía 38 años y estaba bien fuertote; con todo esto conseguía todo lo que quería: dinero, permisos, etc. Ahí empecé a darme cuenta que podía conseguir lo que quisiera con los hombres usando mi atractivo. Claro que Paco mi primo, no me dejaba en paz y cada que tenía oportunidad me daba mis fajadas, incluso me decía que para que me pusiera más buena. Bueno...pues yo lo veía así y me dejaba hacer con algo de temor hacia su garrote que no dejaba de asustarme, ya sea cuando mis papás se descuidaban y él se iba a nuestro cuarto y se la metía a Rosa en la boca, mientras yo de pie a un lado de ella me lo agasajaba a besos y se la jalaba masturbándolo mientras mi hermanilla se la mamaba y él me metía mano por debajo de la falda, recreándose con mis piernas y mis nalgas, o ya más confiada tiempo después, cuando nos íbamos al final del terreno de papá y allá recargados en un árbol o en su camioneta, nos dábamos buenos atrancones; se volvía loco besándome la piernas y sin quitarme los calzones, porque no se lo permitía, me comía la parruchita por un lado hasta hacerme venir con su boca.

La vergota parecía que le estaba creciendo más, me volvía loca su tamaño y su sabor, la tenía bien grande y rica mmmmm!. Se la chupaba mucho con mi boquita y luego lo masturbaba despacito mientras me besaba bien rico. Aprendí a besar muy bien y le metía toda mi lengua en la boca mientras se venía como bombero en mis manos.El 6° año lo reprobé, era de esperarse, tuve que repetirlo; con mamá se me armó, de por sí ya había repetido el 4° grado... me puso una regañada tremenda, hasta cachetadas hubo; pero papá no me dijo nada, ni un regañito siquiera.

Como el plan era pasar a secundaria, ya no me compraron uniforme de primaria y ya no conseguimos en las tiendas, tuvimos que mandarlo a hacer con una costurera que se tardó un mes en tenerlo listo. Ya se imaginaran cómo me quedaba el viejito, bien pegadito y muy rabón. A mi hermano se le iban los ojos cuando me veía con ese uniforme bien por arriba de mis rodillas, de falda volada, de tablones y con zapatitos de medio tacón que le pedí a papi y que desde luego me compró sin chistar. Me miraba al espejo y me veía muy buena, las piernas se me veían muy bonitas, tersas y llenitas. Por atrás sólo faltaban unos 15 centímetros para que se me viera el calzón.

En la escuela era la sensación, los traía locos a todos, hasta muchos maestros me miraban con muchas ganas en sus ojos. Esto provocó que un día al salir de la escuela, me siguieran unos muchachos más grandes que yo, como de 17 ó 18 años y me empezaran a molestar. Sin atenderlos seguí mi camino y ellos subieron el tono de sus palabras: "Mamita... que rica estás, mira cómo te estás poniendo, chiquita". Algo les dije, no muy amable y ellos me aventaron uno al otro, aprovechando para agarrarme. Asustada les empecé a gritar que me dejaran y ellos risa y risa... En eso de la nada, salió Javi mi hermano y zaz! se peleó con ellos, como eran tres, golpearon a mi hermano y se echaron a correr. Lo dejaron muy maltrecho, le dije que dónde había dejado la camioneta y me respondió que no la traía, le repliqué que por qué y nada me respondió, paré un carro de un desconocido y le dije que si nos llevaba a la Cruz Roja, Javi protestó que allí no, que para qué y sin hacerle caso lo subí al asiento de atrás y nos dirigimos a la Cruz.

En el camino me quité un medio fondo que traía debajo de la falda, que mi mamá insistía en que me pusiera para que no anduviera enseñando lo chones y le limpié la sangre que traía en la nariz y boca, recargándomelo en mi pecho. La falda me quedó hasta arriba y al mover a mi hermano para ver si atrás de la cabeza traía lesiones quedo boca abajo mirando perfectamente mis piernas y mi calzoncito. Pude sentir su mano recorriendo con suavidad el interior de mis muslos hasta donde empezaba mi calzón, de ida y vuelta. Me quedé de palo, sintiendo como me agasajaba y él bajo su cabeza y quiso meterse entre mis piernas a saborearlas con su boca.

Lo jalé de los cabellos y en secreto, enojada le dije que si estaba loco, que somos hermanos. Llorando me confesó que no traía la camioneta porque venía a seguirme, que lo hacía desde hace meses sólo para verme caminar, que estaba bien buena y que ya no aguantaba las ganas que me traía, que lo perdonara... Me dio mucha ternura verlo así y lo abracé del cuello, me rodeo por la cintura y me pegó a él, lo dejé que me agarrara las tetas por encima de la blusa y que me besara el cuello. El señor que nos llevaba miró por el espejo y preguntó cómo iba "mi novio", que si iba mejor y yo le respondí que sí.

Al oír esto, Javi se emocionó y se afianzó más a mi cintura y me atrajo a él para con facilidad tomarme por el culito y acariciarme mis redonditas nalgas, yo le hacía piojito y lo dejaba hacer, sintiendo como poco a poco me humedecía de mi cosita; mirándome por una parte del espejo retrovisor del auto, veía como me cambiaban las facciones de la cara por la calentura, en ese momento el señor me miró y yo me mordí el labio inferior sin retirarle la vista por el espejo, para hacerle saber el gusto que me estaba dando "mi novio", él sólo se limitó a decir: "Cabrones muchachos".

Llegamos y le di las gracias, entrando con mi hermano al sanatorio para que lo atendieran.Lo curaron y mi papás fueron por nosotros a la Cruz para irnos a la casa.Como en la casa sólo había camionetas pick-up, de caja no cabíamos en la cabina los cuatro, así que con la excusa de que Javi no se fuera solo lastimado atrás, me fui con él. La camioneta de papá traía un camper así que papá lo cerró al subirnos nosotros y nos fuimos. En cuanto se arrancó nos recargamos en la caja pegados a la cabina y nos echamos una cobija que mis padres siempre traían para lo que se ofreciera. Ya cubiertos mi hermano se dedicó a acariciarme las piernas y yo a agarrale el fierro por encima del pantalón. Me subió arriba de él y así acostados nos fuimos besando y acariciando bien rico, auque yo me hacía la "nueva", no me dejaba ir besándolo y acariciándolo con soltura para que no se diera cuenta que yo ya sabía cómo.

Hasta que llegamos a la casa bien calientes, incluso se tubo que bajar envuelto en la cobija, diciendo que tenía frío, pues traía la cosota bien parada y se le notaba bastante.No se la pude ver, ni siquiera se la sacó del pantalón, pero se le sentía bien grande y gorda cuando se la tomaba por encima del pantalón, o cuando me la restregó en mi cosita, acostada encima de él. Estaba empeñada en vérsela en vivo, andaba ardiendo, bien mojada. Les platiqué a mis papás lo que había pasado y les dije que mi hermano era mi héroe, que yo lo iba a atender para agradecerle lo que hizo por mí.

Me acordé de los recaditos que Rosa le hacía a Paco cuando le quería hacer "cariñitos" y le hice uno a Javi, donde le decía que se quitara los pantalones y los calzones y que se metiera así debajo de las cobijas de su cama, que iba yo a regresar y le quería ver su cosota, que la sentía bien grandota y rica y que no aguantaba las ganas de vérsela sin nada. Le serví un baso de leche y unas galletas y se los llevé a su cuarto, donde veía la tele. Le entregué el recado y me fui.Al rato dije que iba a ver cómo seguía y me metí a su recamara cerrando la puerta tras de mí. Estaba acostado bajo las cobijas, se veía claramente que se la estaba jalando muy despacio mirándome fijamente; sin perder el tiempo me senté en la cama y le dije que me la enseñara, se descubrió y lo que vi me dejó muda: Un camote hermosísimo, gordo y cabezón.

No tan grande como el de Paco, como de unos 20 ó 21 centímetros, pero bien gruesa, prieta y muy cabezona. Se veía muy poderosa, las venas lo irrigaban con mucha fuerza. Es muy parecida a la de mi Amorcito, el que le partió la madre al bruto de mi ex esposo, ¿se acuerdan? ( ¿Seré una Perra? – 1 ), sólo que Mi Amor la tiene un poco más larga y gruesa. PAPACITO!!! Qué vergota tiene mi Amor...Se la jalaba con la mano derecha y con la izquierda se jalaba los huevotes peludos para abajo lo que hacía que se le viera más grandota. Mi hermano es muy peludo, tiene el pecho, los brazos y las piernas cubiertos de una alfombra de pelos, como mi papá y la vergona no era la excepción, bien peluda.

Me tomó la mano y me la puso alrededor de su fierro, se le sentía muy fuerte, muy potente, riquísima, gordota. Ni de chiste mi manita alcanzaba a rodearla, faltaban como 3 ó 4 centímetros para que mis dedos llegaran a juntarse.Se la empecé a jalar, olvidando que se suponía que era primeriza, se la jalaba con confianza, con la confianza que da la experiencia.... muy lentamente, como le gustaba a Paco, mi primo, embarrando en la cabezota el juguito que le salía del agujero, muy suavemente sin hacer presión, para que sintiera mi manita suavecita recorriéndole todo el garrote, para que sintiera los contrastes: De lo poderoso de su miembro con lo débil de mi mano; de lo rugoso de su inflamado vergón con lo suave de mi manita; de lo desigual del encuentro de una verga tan grande de un hombre de 21 años y la pequeña mano de su propia hermanita de 13.

Él se medio revolcaba en la cama, arqueándose para que la reatota le saliera más, al notar esto supe que estaba por reventar en lechazos y también pensando que ya no tardaría alguien en venir e interrumpirnos, brinqué y de rodillas me puse entre sus piernas y sólo apoyada en sus muslos me la metí en la boca y se la empecé a mamar como podía ya que por lo gruesa que estaba, batallaba para comérsela con facilidad.Sin reparar en que estaba mostrándole toda la experiencia que había ganado con Paco, se la chupaba encantada, la tenía deliciosa, mucho más rica que mi primo, no le olía a nada a pesar de tenerla tan peluda, además de que el liquido que le salía no era tan fuerte como el de Paco, hasta dulce lo sentía.

Ya casi se venía, me agarraba de la cabeza y me quería retirar de él, pero yo no lo dejaba, quería saborear su venida, estaba segura de que también la iba a disfrutar más que la de mi primo, a quien también le sabía muy fuerte la leche. Me jaló muy gacho de los cabellos y me aventó con violencia a un lado, yo babeando y limpiándome la boca lo miré con sentimiento y él me preguntó enojado que dónde chingados había aprendido todo eso. Le dije con desprecio y descarada que qué le importaba, que si no le estaba gustando la mamadota que le estaba dando, porque a mi me encantaba chuparle la verga a los hombres.

Que si no quería ahí le parábamos. Se me quedó viendo como sacado de onda, pero con el garrote bien parado. Yo así como estaba, al contrario de el, con mi cabeza a los pies de la cama, abrí mis piernas y me alcé la de por sí, corta falda, enseñándole su locura: Mis muslos. Me los acaricié con soberbia, mostrándoselos orgullosa, sabiendo que lo volvían loco. La verga le respingaba, descontrolada. Quedito me dijo: "tienes las mejores piernas que he visto, las tienes color miel, suavecitas y carnosas".Le dije que sí, que era cierto, que yo sabía que las tenía bien buenas, que muchos me las chuleaban y me las acariciaban desesperados; le pregunté que si me las quería besar y lamer. Trémulo, de coraje por lo que le había dicho y de lo caliente que andaba, me dijo que sí, queriendo alcanzarlas.

Yo me bajé la falda y me puse de pie, lo miré y seria le dije que entonces iba a ser la ultima vez que se atrevería a maltratarme en su chingada vida, pues de lo contrario la iba a pasar muy mal, que lo iba a volver loco provocándolo y nunca lo dejaría volver a disfrutar de ellas. Le dije que lo pensara, que iba a ver si no había moros en la costa e iba a volver: "para tomarme tu leche, rica y calientita, como a mí me gusta la leche de los hombres... si quieres, si no, ni modo", sin más me salí de su cuarto y me fui con mamá, le dije que ya se había dormido y me abrí una coca-cola para ver tele con ellos.Cuando más picados estaban con la telenovela, dije que iba a ver a Javi, nadie me peló, mejor. Entré y cerré con llave; él estaba igual, tapado con la colcha hasta la cintura haciendo una carpa con su bien erecta vergota. Le pregunté que si ya lo había pensado y no me contesto nada, estaba ofendido.

Me levanté la falda y me quité los calzones aventándoselos justo encima de la cumbre del cerro que hacía su erección en la colcha. Los vio serio y yo me acerqué a donde estaba recargado en la cabecera de la cama... Me subí de rodillas y me situé a la altura de su cara, deteniéndome la falda con una mano y con la otra acariciándole los cabellos. Le dije, chiflada, que si no quería verme allí, que sentía como una picazón, que a lo mejor traía algún animalillo. Me miró primero a los ojos desde allá abajo, yo le sonreí cautivadora y lo tomé de la nuca y le hice señas para que me viera la cosita. Me tomó con sus manos por atrás de mis muslos y los empezó a acariciar suavemente, con calma, mientras me veía muy de cerca mi cosita ahora sí algo peludita.

No quería soltarme los muslos, le encantaban... Yo misma me metí la falda entre la barbilla y el pecho y con mis manos me abrí la rajadita de mi vagina y le dije que me la lamiera, que me ardía mucho. Sacó su lengua y me la pasó por toda la rajadita. Me chupaba y me lamía muy rico, me agarró de las pompis y me acercó más a él. Me apoyé en una sola rodilla y la otra pierna la alcé para meterme su cara en medio lo más que pude. Me comió como 5 ó 6 minutos, me vine dos veces en su boca y le dije que ya parara que ya no había tiempo y que se la quería volver a chupar.Como pude me separé de él, no quería, quería seguir buceando mi hermanito... Rápido lo destapé y lo que ví me dejó lela: Traía el garrote descomunal, mucho más grandote de cómo se lo dejé hacía rato. "Hay manito, la tienes bien grande..." , le dije hipnotizada ante semejante manjar. Sin perderla de vista me fui y me ubiqué entre sus peludas piernas, se la tomé por pescuezo y se la maniobré unos segundos, sintiendo como parecía ser otra verga diferente a la que jalé y chupé hacía solamente un ratito

.La levanté y me metí de cara entre sus piernas a lamerle los huevotes a chupeteárselos, a mordisqueárselos con cariño. Me erguí, mirándolo directo a los ojos me desprendí dos o tres pelitos de sus huevos de la lengua, me tendí sobre él y le metí toda mi lengua en la boca, lo besé lo mejor que sabía mientras me restregaba en mi cosita su garrote al desnudo. Me separé de él y me miró cómo queriéndome preguntar algo, sólo le dije: "Sí, también sé besar delicioso, aprovecha y déjate de pendejadas". Me volví a bajar a su entrepierna y me empecé a meter esa majestuosidad de camote como pude, la traía más gruesota también... Sin dejar de masturbarlo con mis dos manitas al mismo tiempo, se la estuve disfrutando con la boca cerca de 10 minutos, se puso tenso y me agarró de los cabellos como para retirarme, le retiré las manos con fuerza y sin sacármelo de la boca lo miré con cara de "ni se te ocurra".

La venida fue enorme, lo más pronto que pude me tragué los primeros tres chorros, pero me acordé de Rosa cuando le salieron los chorros de mi primo por la nariz y me separé de él asustada por la presión con que le salía todo aquello. Lo seguí masturbando y se chorreó en mis manos, en sus muslos, en sus huevos, en la panza, en la sabana, en mi cabello, en fin hacia donde apuntaba mi mano su camote hacia allá aventaba chorros y chorros de leche. ¡¡Madre mía!! Mucho más que Paco y eso ya era algo... ya ven que les platiqué que parecía que mi primo se estaba miando cuando se vino en la cara de Rosa, pues con mi hermanito, CUIDADO!!. Tremendo.

Por fin acabó y su fierrote se veía muy rico, a medio palo, pesadote. Me lo volví a meter a la boca y se lo chupé un ratito saboreando su semen y sí, sí lo tenía mucho más rico que el de mi primo, como más delgadito no tan espeso y no tan fuerte, sabroso.Me puse de pie y le dejé los calzones, me dijo que me los pusiera, que no anduviera así. Le contesté, impúdica, que no, que de seguro mamá me iba a mandar a traerle algo a la tienda y que mejor me iba así, por si me encontraba a un hombre buenote que me quisiera meter le lengua no batalláramos tanto, porque todavía andaba muy caliente, y quién sabe a lo mejor si la tenía rica me lo cogía, que se me hacía que no se iba a negar... Alzándome la falda y metiéndome un dedito en la vagina enfrente de él.

Me respondió, entre enojado y excitado, que era una cabrona mentirosa porque era virgen, lo notó cuando me metió la lengua. Le respondí que sí, pero que ya me andaba con que me la metieran toda y que de seguro él no sería el primero. Se dejó caer de lado en la cama tapándose los oídos, como si no quisiera escucharme. Yo por mi parte, me carcajeé perversa y me salí de su cuarto.Así estuve mortificándolo cada que se podía, torturándolo con mi cuerpo y haciéndole comentarios malsanos cuando menos se lo esperaba, cuando más creía que me tenía.

Incluso le dije que Paco la tenía mucho más grande que él y como ya sabía que aquel tenía fama de vergudo en todo el pueblo, sufrió mucho cuando le confesé que desde hacía mucho que se la chupaba y que me dejaba fajar por él. Le dije que Paco me volvía loca con esa vergota y que estaba pensando muy seriamente en que me la metiera por primera vez. Que de seguro me iba a volver loca cundo me tuviera bien ensartada... Se la quiso hacer de tos a su primo, pero yo le dije que ni se le ocurriera, que entonces sí ya no lo iba a dejar ni olerme siquiera. Se aplacó.

A Paco también lo hacía desvariar muy feo, pero a él sí le tenía miedo, pues cuando me pasaba de lanza en mis comentarios o no me dejaba tocar por él me amenazaba con poner a Rosa, ya de 12 años, bien caliente y meterle el monstruo por adelante y por detrás y como aquella nomás estaba de que le moviera tantito, me tenía que conformar con molestarlo menos que a mi hermano Javi.Después de un año de degenere con mi hermano y mi primo, ya no pude permanecer en la casa.

Ya la situación se puso insoportable incluso con mi papá que iba por las noches a mi cuarto y sin importarle que Rosa estuviera ahí, se hincaba en el suelo a un lado de mi cama y me besaba y lamía las piernas y la panochita y si yo estaba volteada de espaldas a él o cuando me bajaba la regla, me mordisqueaba las nalguitas y me metía la lengua por la cola, haciéndome venir en varias ocasiones esas noches, con regla o sin regla... para al final de sus juegos dejarme dinero en mi almohada como premio a mi sumisión. Y el colmo, mi papá planeó un viaje a la capital del Estado, a solas con migo, quesque para inscribirme en una buena escuela de allá, háganme el favor, lo que quería era darme pá mis chicles.

Sin decirles nada hablé con mi hermana Martha que ya se había venido para acá y le dije que me quería ir a estudiar la secundaria con ella, que me ayudara, que estaba desesperada por salir del pueblo. Así fue y me vine a vivir con ella hace ya 15 años. Gracias por leer lo que les escribo, TODO es real, incluso los nombres. Me sirve de terapia, de desahogo. Más adelante les platicaré de mi vida actual y a lo mejor les doy mi Mail, para que me escriban y opinen a cerca de mis vivencias. CHAO...
 
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