Sere una perra? 1

kamuix99

Pajillero
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Ene 2, 2014
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Ahora les contaré cómo fueron mis inicios en los caminos del sexo. Como suele ocurrirnos a quienes empezamos de muy niñas a tener contactos sexuales, éstos se dan normalmente con relaciones incestuosas; la mía fue con mi propio hermano mayor y con Paco, mi primo de 25 años, hijo de la mayor de las hermanas de mamá. Soltero codiciado en el rancho.

Nací en una comunidad rural del centro de México, ahí los jóvenes se casan muy chicos, por lo que mi padre sólo tenía 37 años cuando su hijo mayor tenía 20 y yo casi 12 años de edad. Yo era una morenita delgadita de carita coqueta y pizpireta. Grandes ojos color café oscuro y cabello castaño casi negro hasta media espalda, muy lacio. A los 11 años ya había tenido mi primera regla, por lo que mis pechitos ya se delataban claramente por debajo de mis blusitas de escuela y de vestir.

Otra de mis cualidades era que mis caderitas y nalguitas ya tenían formas femeninas notables como las "pistolitas" en la parte alta de mis muslos y mis nalguitas que se empezaban a poner esponjositas y a inflamarse hacia atrás. Mis piernas se pusieron más gorditas, lo sentía cuando nos tocaba clase de educación física, los cortos que nos exigían en la escuela para ello me apretaban mucho los muslos, a pesar de ser los que me habían comprado al inicio del año escolar. Además los comentarios de mis amigas y las miradas de mis compañeros y algunos maestros, me lo confirmaron.

En mi conchita tenía una pelusita muy fina y en mi axilas apenas un par de bellitos en cada una.Fui poco noviera, no me autorizaban en casa y mi hermano era muy celoso, no se podía. Tuve un par de noviecillos sin consecuencia alguna, sólo agarradas de mano y de cabello, incluso nunca los besé, mucho menos hubo monoseadas o tocamientos atrevidos, yo no sabía de eso. Los que me enseñaron fueron mi hermano y mi primo... les platico:Como les digo en mi primer relato, mi hermana menor y yo desde más chicas nos empezamos a interesar por como se le notaba a Paco, mi primo, el bultote en sus pantalones, que bárbaro, parecía que traía una salchicha. Le bajaba por el muslo derecho- la usaba "al revés" para que se le notara más, ya ven que los hombres normalmente la traen hacia la izquierda, en contra de la bragueta; ésto lo aprendí tiempo después- y se le veía bastante gorda.

A mi hermana y a mí se nos iban los ojos cuando llegaba por la casa, se juntaba mucho con Javier, mi hermano el mayor, de 20 años, a quien también se le veía muy rico su bulto pero él la usaba normal, no era tan exhibicionista como Paco que incluso usaba pantalones de tela polyester muy delgada y después, cuando nos enredamos con él, supimos que nunca usaba interiores, con razón se le veía claramente el camote.En una ocasión que fue por Javi no lo encontró ya que se había ido a la capital del estado con mis papás a vender unas vacas. Era de tarde y estábamos solas hasta las 9:00 PM que llegaba mi hermana de su trabajo, con la que vivo ahora. Cuando le dijimos esto, muy solicito nos dijo que se quedaría a cuidarnos hasta que ella llegara y nosotras nerviosas e inquietas le dijimos que sí. Incluso nos miramos con cierta malicia que él debió notar.

Él yá desde hacía tiempo había notado como nos llamaba la atención su siempre visible salchichón, era imposible no fijarse como el par de estúpidas calenturientas le comíamos con los ojos la bragueta cada que se podía desde hacía un par de años. Se sentó en una silla como a dos metros de dónde estábamos nosotras sentadas en la mesa haciendo las tareas escolares, yo cursaba el 6° y mi hermanita el 5° año, de la primaria. Allá sentado, como que no quiere la cosa, se la empezó a acariciar por encima del pantalón muy despistadamente, yo lo miraba de reojo, pero mi hermana estaba hipnotizada... cuando se le paró parecía que traía un pepino grande que le llegaba hasta la bolsa derecha del pantalón color café claro.

Era una visión escandalosa ver como se le dibujaba perfectamente la cabezota y las venas por encima de su pantalón. Se la zarandeaba y se la agarraba como si fuera una botella de cerveza con sus dos manos. De repente se levantó y se encaminó hacia nosotras, yo impresionada cuando ví que de pie se la notaba más todavía, fijé mi vista en mi libreta y fingí estar muy concentrada. No así mi hermanita que ante semejante espectáculo parecía estar en trance, completamente absorta mirando como nuestro primo se encaminaba con semejante hinchazón a la mesa preguntando qué tanto hacíamos. Yo nada le contesté, no así la otra que sin quitarle la vista del camotote a su primo, le dijo que era la tarea. Ante esto, él seguramente hizo su "elección" y ya sea por que la vio más interesada, aunque yo lo estaba igual, pero lo disimulaba, o por ser mi hermana más chica y "una presa más fácil", se plantó a su lado y como si revisara su tarea le arrimó su entrepierna casi a la mejilla.

No pasó mucho tiempo para que él sin ningún recato tomara a la niña de la parte contraria de su cabeza a la altura de su oreja y se empezara a deslizar la carita de mi hermana por sobre la terrible protuberancia que le desfiguraba la hechura del pantalón vaquero que traía, mientras mi hermana dócilmente se dejaba mover como el quería. Pasándole, inclusive, su brazo por entre las piernas a Paco y enrollándolo por detrás de su muslo, cerrando sus ojitos, como sintiendo el contacto dela vergona.Así estuvo unos minutos, cuando, sin que le importara mi presencia, la volteó de frente a él y era ya la boquita de mi hermana la que se pasaba, agarrando a la niña con sus dos manos de su cabeza, por todo lo larguísimo y anchísimo del pepinote que ya se le notaba de manera escandalosa, incluso la humedad que la boca de mi hermana dejaba en la tela ya era visible y más visible y oscura era la mancha que a él se le estaba formando en la punta de aquel bulto , muy cerca de las costuras externas del lado derecho del pantalón hasta donde le llegaba ya la erección.

Nerviosa y asustada dije fuerte que iba al baño, me metí y me senté en la taza, sentía ganas de orinar, me picaba la vagina, pero nada... sólo me salió un hilillo de algo como babita que nunca me había salido o nunca había notado. Me limpié aquello y no le bajé al baño sino que abrí la puerta muy despacio para ver que hacían. Casi me desmayo: Paco se había desabrochado y bajado un poco los pantalones hasta media nalga y se había sacado la vergota. Se la pasaba a Rosa, mi hermana, por las mejillas, por la barbilla, por la frente. Era impresionante el tamaño de esa cosa, además de mucho muy larga era muy gorda y cabezona y estaba curveada hacia la derecha, era más oscura que la piel de Paco y se le veían una venas azules muy visibles, no era muy peluda, como si él se recortara los bellitos.

La cabezota era muy roja y voluminosa y se la ponía a Rosy en los labios y le metía la punta mientras se la jalaba con su mano derecha ya que con la izquierda sostenía la cabeza de mi hermana. Le dijo a Rosa que abriera la boca y se la empezó a meter despacio, era demasiado, parecía que no le iba a caber semejante grosería de reata, pero sí, le metió la cabezona y se la siguió jalando diciéndole a rosa que se la chupara. Le dijo que si le gustaba y ella movió su cabeza afirmativamente, mientras lo miraba con los ojos algo llorosos, creo yo que por el esfuerzo, aunque de ninguna manera se le veía que estuviera sufriendo. Les corté la inspiración cuando le bajé al baño y el ruido hizo que Paco se la sacara de la boca a mi hermanita y como pudo se la medio guardó.

Yo esperé dentro del baño a que se acomodara el pantalón pero en lugar de eso agarró a Rosa de la manita y se la llevó a la sala y se sentó en uno de los sillones con mi hermana encima de él. Al salir del baño, él estaba como bromeando con Rosa y diciéndole que hacía mucho que no le hacía cariñitos. Yo me senté e hice como que seguía con mi tarea, sólo hice como si, porque estaba muy excitada con lo que había visto. Paco se movía a mi hermana encima de él pasándole su cosota por las nalguitas de ella con cierta delicadeza, pero con una cara de caliente que no podía disimular.

Se la estuvo fajando un rato cuando me llamó a mí y me dijo que también hacía mucho que no me hacía cariñitos. Yo le sonreí y puse cara de "quiero"... y ahí voy. Retiró a mi hermana a un lado y me hizo la seña de ven. Como les dije al principio, yo ya estaba más desarrollada que antes y mucho más que Rosa quien todavía parecía lo que era: una niña de 10 años.

Yo traía puesta la falda del colegio, voladita de tablones sin calcetas, sólo una chanclitas de metedera, con mis piernas, color miel, como me decía mi hermano Javi, desnudas y arriba una blusita camisera de manga corta muy pegadita con todos los botones abiertos y sólo una camisetita de tirantes muy delgadita y ligera , que incluso ya me quedaba chica, me había quitado el corpiño desde que llegué de la escuela, al cabo que sólo estábamos Rosa y yo.

Quién me vería...Al retirar a Rosa y recibirme a mí pude notar que sus pantalones estaban desabrochados, ahí noté que no usaba interiores, seguro para que se le dibujara mejor el miembro, se le notaban los bellos del pubis solamente, no le di tiempo de abrochárselos bien cuando salí del baño y claramente se veía su tremendo garrote bien gordote descansando sobre su muslo derecho y llegándole hasta la costura del costado del pantalón, gigantesco, parecía un platanote macho por la curva que hacía sobre su pierna; ¡claro!, por eso lo tenía curvado a la derecha, por el efecto de rodeo que le daba a su muslo, ¡qué vergota!, se imaginan cómo estaba yo, nombre...bien impresionada.

De todo modos me senté sobre él, claro que en su pierna derecha, ya para que hacerse la inocente, incluso despistadamente volé un poco mi falda para que no se interpusiera al contacto con él. De inmediato sintió la diferencia. No era lo mismo tener sobre él a un niña con cuerpo de niña, que a una niña ya más desarrollada. Le eche mi brazo izquierdo por el cuello sobre sus hombros y espalda y lo miré directo a los ojos mojándome los labios con mi lenguita, y recogiéndome el cabello con mi mano derecha por atrás de mi cabeza desde el lado izquierdo, mostrándole mi cuello y mi carita de medio lado, todo bien aprendido en las telenovelas de Televisa, ¡claro!. Al sentir lo esponjoso de mi culito y la redondez y temperatura de mis muslos no pudo evitar un quejidito de placer. Inocente le pregunté si pesaba mucho y excitado me respondió que sólo un poco más que Rosy.

Qué sabroso se sentía su camote, me lo hincaba en las pompis y yo me movía arriba de él para sentir hasta su ultimo detalle. Mientras Rosy nos miraba como babosa lo que puso a Paco algo incomodo y le dijo que terminara la tarea. Ella se fue a sentar a la mesa mientras mi primo me metía la mano derecha por debajo de la falda y me acariciaba bien caliente las piernas desde las rodillas hasta donde terminaban mis calzoncitos, mientras yo no dejaba de frotarme descaradamente sobro su bultote que ya se me había acomodado en medio de mis nalguitas y como las tenía muy inflamaditas hacía atrás, se lo "mordisqueaba" con mi rajadita del culo, bien rico.

Me quiso meter la mano por entre las piernas hacía mi cosita, pero ni madre, crucé las piernas y con la pura mirada le dije "olvídalo", se medio conformó y así cruzada de piernas se dio un banquete con ellas, mientras yo le pasaba los dedos de mi mano izquierda por el cabello y su oreja derecha y no dejaba de moverme arriba de su camotote ya bien inflamado.Estaba Paco sudando aunque estaba fresco el día, algo frío, le limpié la frente y le soplé con cariño como para refrescarlo, eso lo puso más caliente y me quiso besar, tampoco me dejé, me voltee a un lado y me beso el cuello haciéndome sentir algo nuevo. Me gustó mucho. Su mano derecha no paraba de deslizarse por mis piernas, me empezó a quitar la blusa que traía encima de la camisetita y a besarme los hombros, ¡ayyy! me quejé quedo, me estaba matando del gusto. Me acordé de Rosa, mi hermana y voltee a verla, estaba lela viéndonos. Le dije a Paco que se calmara por Rosa y me dejó el cuello y la miró.

Le preguntó que si había cervezas y ella le dijo que no. Entonces sacó su cartera de la bolsa de atrás sin bajarme de él lo que me hizo sentir más claramente su reatota en mi colita. Me moví un poco porque me incomodó, la traía muy dura, sólo para subirme un poco más y ahora sentirla exactamente en mi parruchita, casi pierdo el sentido...una sensación completamente nueva me recorrió todita, entre sueños lo escuché decirle que fuera a la tienda y le trajera cervezas y que comprara lo que quisiera para ella, no escuche ni la puerta, me sentía en la gloria con ese camotote metido en mi mera rajadita, lo sentía extraño pero muy, muy rico.Sólo reaccioné cuando el me quitó la blusita y me dejó sólo con la camisetita. Me siguió besando, qué digo besando, lamiendo el cuello, las mejillas y la barbilla.

Solita abrí la boca y me metió la lengua... mi primer beso. Uyyy, estaba que me moría, me lleno de lengua la boca, se la chupaba con hambre sin dejar de moverme encima de su garrote. Se volvió a bajar a mi cuello y me alzó los brazos, me lamía la axila izquierda, con hambre también, con lujuria inaudita. Ahora sí lo dejé meter su mano izquierda entre mis piernas y me frotaba la vagina con sus dedos encima del calzón. Ya me tenía, SOLO UN MILAGRO le impediría romperme. Yo estaba perdida completamente, mi hormonas me habían ganado. Dejó mi entrepierna y me alzó la camiseta, dos limas de pechos se encontró, con una aureola mediana casi del color de mi piel y dos pezones bien paraditos... Empezó por el izquierdo, el más cercano. Me lo mordisqueo, me lo chupó, me lo lamió, qué delicia, TODO era nuevo para mí.

Eché mi mano derecha por detrás de mi, por mis nalgas para agarrarle la verga y se la froté mientras me atraía hacia él para apoderarse de mi pechito derecho, me levanté un poco para que lo alcanzara más fácil y retiré mi rajadita de su garrote, así se la pude tocar toda .¡¡¡ MADRE MIA!!! Qué es esto... era una mazorca de las grandes y macizas, sólo algo así había tenido en mi mano derecha.

Quedito y algo desesperada, queriendo tener la misma suerte de Rosa, le dije al oído cuando regresó a mi tetita izquierda : "Ya... ya enséñamela, te la quiero ver..." Me levantó de su regazo y yo sin dejar caer mi falda escolar, me puse de pie, atenta. Se corrió un poco en el asiento y se bajo el pantalón a medio muslo y la vi... vaya que la vi, de mi boca salió un leve "la tienes bien grandota..." – 25 centímetros...Primita... respondió él, presionándose donde se le juntaba con el abdomen, sacándosela lo más que podía de su propio cuerpo. Sí, se sentía soñado.

Estaba orgulloso de su miembro. Vanidoso, por eso los pantalones embarrados, por eso no usaba calzones. Gigantesca, incluso grotesca...irreal. Por toda la acción que había tenido esa tarde con dos niñas, su erección era suprema, su cabezota estaba morada, ya no roja como cuando se la metió en la boca a mi hermana 30 minutos antes, parecía que le iba a explotar en cualquier momento. En muchos años no volví a ver otra igual, hasta ahora que últimamente mi Amorcito me ha traído algunos super hombres, como él, en nuestros viajes, ya les platicaré próximamente.

Me acercó a él y me la pasó por las piernas, yo estaba parada y la cabezota me tocaba la pucha por encima del calzón mojándome toda de con el jugo que le salía de la pollota.Me dijo que me hincara y que se la chupara, así lo hice sin mucha idea. Le olía muy fuerte, me dio asco y le dije que no, insistió, pero no, no pude, casi me vomito. Que cosas de la vida, ahora de grande me encanta ese olor, me vuelven loca los hombres que les huele la verga a verga... desde los 17 años cuando me trago una buena reata y se viene en mi boca, no me enjuago, me encanta el sabor de la leche de macho...ah! ya le había platicado, verdad. No me acordaba.

Al convencerse que no se la iba a poder mamar y que no había tiempo ni caso de lavársela, me jaló el calzón para abajo y me lo dejó en una sola pierna y me hizo montarme en él, hasta aquí llegue, me dije, ya ni modo de decirle que tampoco me podía dejar coger. Me dio unos pasones con su macanota y yo deteniéndome las enaguas en el pecho, mirando para abajo buscando una respuesta lógica a mi pregunta obvia de : ¿Cómo va a entrar eso de 25 X 7 centímetros en mi mini vaginita de 12 años? En mi inocencia no dije nada, sólo veía como se la empapaba con la sabia que me salía como si tuviera una fuga, cuando me pasaba la cabezona por la rajita. Yo creo que la misma naturaleza de la mujer al sentir el diámetro del animal que se le va a introducir, hace lo suyo y de alguna manera protege y previene esa invasión desigual.Ya estaba, ya la punta de la locura esa estaba entre los pliegues de mi vulvita, ya mis jugos le bajaban hasta la mitad del tolete, ya me había amacizado de mi cinturita con sus manos, incluso yo misma sentía mi coño inusualmente abierto, preparado.

Mi vista estaba nublada por la calentura, sentía que él era parte de mí y yo parte de él. Sólo escuchaba un zumbido y como que todo me pasaba en cámara lenta. ¿Les parece familiar todo esto, Amigas?, ah verdad, entonces sí me están entendiendo. Ya no había más, iba a perder mi virgo ese día sin más, a los 12 años, con un primo hermano 13 años mayor que yo, con la verga más grande de todo el pinche pueblo y de pilón: seguramente iba a acabar en el hospital de la capital, donde andaban mis papás, con el coño partido y todos mis jóvenes órganos reproductores vueltos al revés, fuera de su lugar, esto bien seguro, porque cómo andaba de calentorra le iba a pedir que me la metiera TODA.

Así que abrí bien mis piernas color miel, solté mi falda y me tomé de su cuello y lo miré con cara de "cuando quieras", me apretó más de la cintura y las caderas y.....Llegó el milagro... mi hermana Rosa gritando, ¡ahí viene mi tía Toña, ahí viene mi tía Toña!... Puta madre!! Me paré y me fui corriendo al baño, Paco me gritó que al baño no, que yo al cuarto y él al baño. Traía el fierro que parecía bestia, ni el susto me impidió volver a vérsela. Entró la tía toña, hermana de papá, y al rato salí yo. Nos saludamos y le dije que mis padres andaban en la capital. Dijo que sólo iba por unos costales de azúcar vacíos que mi papá le había separado para empacar sus cosechas, que ahí traía el camión.

Le dije que fuéramos a la bodeguita de papá a buscarlos para que se los cargaran y se los llevara. Le dije que Paco, el primo, estaba en el baño que de seguro el sabía dónde estaban. A los 5 minutos salió Paco del baño, sin camisa, estaba bien arrugada, y con una toalla en un hombro, desde luego en el hombro derecho, tapándole el bultote, la traía bien parada todavía. Dijo que una paloma le había cagado toda la camisa, también para despistar el olor a sexo al que olía le casa y nosotros mismos.Nos fuimos a la bodeguita y empezaron a cargar los costales vacíos, aquello llevaría un buen rato pues eran muchos. Paco le dijo a mi tía que mejor se fuera y que él llevaba a los cargadores y el camión a su propiedad cuando acabaran, que para qué se enfriaba. Mi tía aceptó y se retiró en su camioneta.

En cuanto se alejó Paco les dijo a los pelados que se pusieran atentos y me agarró de la mano para llevarme a la casa y acabar lo pendiente. Le dije que no, que ya no tardaba en llegar mi hermana la mayor del trabajo. Me dijo que cómo se iba a quedar así, mostrándome su inflamado reatón. Y le dije que no sabía. Y era verdad, yo cómo iba a saber si sólo tenía 12 años de edad...Se recargó en una pacas de paja pensativo y ahí va Rosa, mi hermana, a hacerle plática.

Luego, luego se la repegó a sus piernas y los dos parados le llegaba a pasar la vergota por el pecho a la niña, al rato ya muy despistadamente, para que los trabajadores de mi tía no lo notaran, había hecho que Rosa le mordiera todo el garrote por encima del pantalón.En un descuido que me di viendo cómo cargaban, ya no estaban. Se habían metido a la bodega, se habían ido más adentro.

Fui a buscarlos y escondida sin que me vieran vi a Paco con los pantalones hasta los tobillos con Rosa sentada en unos bultos mamándole todo el fierrote por la cabezota, con la boca llena de espuma y toda la pechera de la blusita que traía empapada de su saliva. Paco sin consideración, como poseído, agarraba a mi hermanita de la cabeza y le hundía lo más que podía la trancona gordota hasta la garganta que se le hinchaba a Rosa como si fuera sapo.

Así estuvieron un rato hasta que mi primo le sacó la vergota de la boca de Rosa y se empezó a venir como burro en la carilla de ella, parecía que se estaba miándo, pero era pura leche. Todo lo que traía guardado desde que empezó cuando llegó.Luego se la metió a Rosa en la boca otra vez y se siguió vaciando, ella se empezó a ahogar y empezó a salirle la leche por la nariz; ni así mi primo le sacaba el camote de la garganta y de la boca. Yo me asusté y apenas le iba a gritar que ya se la sacara que la iba a matar, cuando Rosa se le zafó solo para toser y echar el exceso de mocos y al medio minuto que se repuso se volvió a prender ella solita de la manguerota de su primo para seguir chupándosela hasta el final. Increíble, verdad, una nena de 10 años con esa hambre.

Pues sí, TODO lo que les he escrito, en este, en el pasado y en los próximos relatos es TOTALMENTE CIERTO.Próximamente les contaré cómo volví locos a mi hermano Javi y a mi primo Paco cuando agarré más cuerpo y los hacía enloquecer de calentura. La situación se puso insoportable. Por eso me tuve que ir de la casa,"pa ´ca. Pal norte, sí siñorrrr".

Continua....
 
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