-
Ser la Hembra de mi Macho (Zoofilia) - Capitulo 01
Primero me presentaré soy Samara, tengo 27 años, soy morena, ojos café, 1.68, 69kg.
Cuando tenía 21 años la cosa me iba bien y pues decidí emanciparme, por lo que empecé a buscar casa. Encontré una casa, con tres habitaciones, cocina, salón, dos baños y una despensa, estaba muy bien el piso por lo que decidí comprarlo. Tras solucionar las cosas con el banco y la posterior mudanza por fin estaba independizada.
A las semanas de establecerme en mi nueva casa no me habituaba a tanto silencio, con algún amigo que venía a tomarse algo o se que daban a dormir... ya me entendéis, pero me decidí a adoptar un perro, ya que yo siempre me crié con perros y sabía que me iban a dar compañía.
Cogí el coche y fui a un albergue de perro que hay a las afueras de la ciudad, era curioso porque tú no elegías al perro, el perro te debía elegir a tí y allí estaba yo en un recinto y me iban trayendo los perros, los cuales algunos pasaban o se acercaban, hasta que llegó Danko, un perro negro, grande y de tres años, nada más entrar en el recinto se vino a mi, muy juguetón y pues decidieron que me lo podía quedar. Tras arreglar los papeles más entregar lo correspondiente por el perro para que la organización siga financiandose (yo le di mucho más) pues pude llevarme a Danko.
Nada más llegar a casa ya tenía su cama, cuenco y de la para que cuando llegara se hiciera a la vida casera. Danko dio dos vueltas por la casa y se tumbó a mi vera.
Pasaron los días y Danko ya se habituó a su nuevo hogar y yo a él. Una noche estaba yo en mi cuarto durmiendo pero algo me despertó, Danko estaba en su cama al lado mia y yo pues al ver que estaba dormido intenté conciliar el sueño, no podía así pues me quité la ropa y me predispurse a masturbarme para cansarme y así dormir. Me quité toda la ropa y empecé a masajearme el clítoris, suave, haciendo círculos, como nos gusta a todas. Algo despertó a Danko, me imagino que o mis gemidos o el olor de mi flujo, pues de subió a la cama y se quedó sentado mientras yo seguía a lo mío. No le di mayor importancia, hasta que se acercó, yo cerré las piernas para impedirle (por dios que asco pensé), pero el seguía con insistencia. Estaba a punto de correrme pues ya no podía estar a dos cosas y eso lo aprovechó para lamer mi vagina, dios, que placer sentí al sentir esa lengua áspera lamerme toda la vagina, me recorrió un escalofrío por todo mi cuerpo con una explosión de flujo acompañado por un gemido que seguro que se escuchó. Danko aprovechó mi cansancio para lamer mi flujo, pero al sentir esa lengua yo arqueaba la espalda, era tan rico....
Danko se subió encima mía, me intentaba penetrar, pero eso sí que no me atrevía, no podía, pareció que el entendió mi miedo y se volvió a sentar y ante mí se dislumbró su miembro, con la punta fuera, Danko jadeaba, se le notaba superexcitado, así que me envalentoné y sentándome con mucho cuidado empecé a acariciarle la panza. Él se puso boca arriba, poco a poco mi mano de acercaba a su miembro, parecía que captaba el mensaje pues su pene estaba ya casi fuera, pues lo cogí y empecé a masturbar cual pene humano, pero no es igual, pero a Danko parecía que le gustaba pues su pene salió por completo. Menudo pedazo de carne salió, no me lo esperaba y lo peor (o mejor) me llamaba a metermelo en la boca, mi boca ensalivaba a más no poder así que mire a Danko y pareció que me dio el visto bueno. Me acerqué despacio, con cuidado mientras lo seguía masturbando. Mi boca llegó a su pene, le lamí la punta y un poco el tronco. Es mas duro que el del hombre y las venas se sienten más, de sabor estaba riquísima por lo que decidí meterla entera. Danko parecía que le gustaba, ya que solo soltaba algún que otro gruñido pero no quejándose si no como de gusto y eso me ponía más cachonda. Seguí metiéndome su pene en la boca mientras le sobaba los testículos, hasta que al rato sentí su leche calentita y abundante en mi boca, ya os digo que la saboreé y mucho, me encantó. Terminé de lamerle el pene y de limpiarselo, al apartarme el seguía con ganas de penetrarme pero no podía, no me atrevía:
-Amor no te preocupes que tendrás a esta hembra pero déjame investigar - le dije mirándole a los ojos
Pareció que me entendió pues se recostó a mi lado y aproveché para dormirá su lado abrazándolo.
La noche transcurrió normal. La mañana siguiente Danko estaba en el salón, pues yo me dispuse a arreglarme para ir a trabajar. En el trabajo no podía dejar de pensar en lo que sucedió lo cual me mojó bastante, no veía la hora de ir a casa....
Como yo tengo mi propio despacho, mis ganas me pudieron más e inicié una investigación de como hacerlo con mi perro. Todo era confuso, solo se veían mujeres haciéndolo con perros, pero no te explicaban como, pero gracias a la magia de internet di con una mujer que lo explicaba, posiciones, gustos de los perros, estimulaciones.... lo cual no me podía creer que estuviera haciendo.
Salí del trabajo para casa y conduje pensando en Danko, no me lo podía sacar la cabeza, pero antes como consejo de la página paré en una tienda de animales para comprarle una especie de calcetines para que no me arañase.
Llegué a casa y ahí estaba macho, nada más abrir la puerta se abalanzó sobre mi y me empezó a dar lametones en la cara a los cuales respondí igual, fue la primera vez que nuestras lenguas se juntaron.
Yo llevaba unos pantalones vaqueros y rápidamente el fue a olfatear mi vagina la cual he de reconocer que estaba chorreando y deseosa, pero todavía el miedo me invadía.
Fui al baño y cerré la puerta ya que Danko estaba detrás mia buscándome, pasaron bastantes minutos en los cuales yo me miraba al espejo buscando esa valentía o ese rechazo, pero cuando empezó Danko a arañar la puerta un escalofrío recorrió mi cuerpo y acepté que tenía que entregarme a mi macho. Salí del baño miré a Danko y le dije:
- deja que tu hembra se prepare- increíblemente me gruñó pero fui a mi habitación y cerré la puerta. Me desnudé, coloqué los calcetines de él en la mesilla y me coloque en cuatro para esperar el acontecimiento. Danko fue a mi vagina la lengua empezó a lubricar mi vagina.
En unos minutos Danko decidió montarme, sentí su punta golpear en mis cachetes, en la búsqueda de mi orificio. Estaba nerviosa, levanté mi culo para facilitarle la entrada a mi vagina, tras varios intentos acertó. Un dolor intenso, sacudió mi cuerpo, estremeciéndome por el ansia y la fuerza que puso para introducirla. Danko puso sus patas en mis muslos olvidé ponerle los calcetines y me estaba arañando lo que me ponía más cachonda, con cada embestida el dolor pasó al placer y del placer a los orgasmos, no se cuantos orgasmos tuve, me sentí desmayar del placer, estaba como drogada por el gozo de tener esa verga canina dentro de mí.
Danko ponía mucho ímpetu hasta que sentí como algo muy duro se metió dentro de mi vagina con un dolor intenso mientras sentía su leche brotar en mi vagina, me había metido la bola. Con su movimiento quedamos pegado culo con culo, el tiraba para sacar la bola, lo cual sentía mucho dolor, solo le decía "amor no, por favor, no tienes espera", más o menos estuvo unos 6-7 minutos atorado pero se me hicieron eternos a la vez que maravillosos, hasta que sonó un "pop" y su pene a la vez que su leche salieron de mi vagina, rápidamente fue con su lengua a limpiarme la vagina lo cual me produjo otro orgasmo.
Caí rendida en la cama, fue algo que no me esperaba que fuese tan placentero, mi macho se quedó ahí sentado mirándome mientras sentía el escozor de mi vagina y de sus arañazos, pero ya no había marcha atrás, Danko quería más y así me lo demostraba dándome con la pata en los arañazos lo cual entendí que quería montarme. Me volví a poner a cuatro y Danko rápidamente me volvió a montar, abrí un poco más las piernas para ofrecerle más mi vagina y que acertara, y al segundo intento volvió, esta vez sus patas estaban arañando mi espalda, pero se sentía taaan rico que me daba igual, mientras me penetraba le empecé a sobar el pene, lo que el empezó a morderme el pelo, baje la cabeza en acto de sumisión y pareció que le puso más excitado ya que embestía con muchísima fuerza, me costaba mantenerme en la posición. Mis orgasmos venían uno tras otro, notaba mi flujo recorrer mis piernas y empapar las sábanas. De repente volví a sentir el nudo y como me volvía a llenar con su leche mientras me seguía mordiendo el pelo, aunque estaba atorado esta vez se sentía muy rico pues él no estiraba, aproveché para seguir masajeándole los testículos. Al cabo del rato su nudo bajó y sacó su verga, y empezó a lamerme con mucho ímpetu, mis fuerzas flaquearon y caí en la cama, abrí las piernas para que siguiera aprovechándose de mi y de mi vagina, al terminar el cansancio era tal que me quedé dormida sin darme cuenta y sin ir a limpiarme.
Me desperté y vi a Danko a mi lado, todavía notaba como algo de su leche seguía brotando se mi vagina, nada más verme empezó a lamerme la cara y yo le correspondí lamiéndole la lengua, era un beso torpe pero me gustaba hacerlo y parecía que a él también. Me incorporé en la cama y noté la sábana empapada de mis flujos y los de Danko, lo cual me gustaba sentirlo pues era de nuestro amor prohibido.
Me fui al baño a limpiarme y Danko me siguió, me senté en la taza y Danko delante mia observándome, no le di más importancia pues pensé que era para proteger su hembra. Empecé ha hacer las cosas de la casa, limpiar, cambiar las sábanas y por supuesto tocaba salir a pasear con mi macho. Todo fue normal, iba con unas mallas negras y unos tirantes, hasta que se me acercó otro perro que estaba suelto en el canican, yo estaba sentada y Danko haciendo lo suyo. Vino corriendo hacia mí y me empezó a oler la vagina, al verlo Danko vino corriendo y empezó a gruñirle, ante eso, cerré las piernas y le eché con apartándole con las manos, pareció que el perro notó mi posición y también quería probar a esta hembra, pero Danko no le iba a dejar y con actitud agresiva y chulesca hizo que el otro perro se apartara. Desde ese momento Danko no se apartó de mi lado y pues ya había transcurrido tiempo desde que salimos y ya había echo sus necesidades.
Llegamos a casa y me senté en el sofá con Danko en el suelo, me puse a ver la TV mientras acariciaba a Danko. A Danko le gusta que le arrasque el lomo y así estaba haciendo, pero se puso boca arriba y empecé a tocarle la pancita.
Al cabo del rato Danko se subió en el sofá y yo me senté para dejarle sitio a mi macho y tumbándose puso su cabeza en mis piernas, yo aproveché para rascarsela.
Se puso de pie y con las patas de puso como a escarbar en mi vagina, sabía que mi macho quería poseerme. Me puse en pie para desnudarme pero no me dejó, me pegó un mordisco en el muslo que me hizo daño, así que como pude me bajé las mallas y el tanga y abrí las piernas para dejarle acceso a mi vagina, me miré y tenía la marca de sus colmillos en mi muslo, lo cual me preocupó, pensé que se estaba empezando a descontrolar pero rápidamente se me pasó al sentir su lengua en mi vagina. Me recosté en el respaldo del sofá para dejarle más sitio, pero vi que la punta de su pene está fuera y mientras él me lamía la vagina entre mis gemidos y mis orgasmos le cogí su pene y comencé a masturbarlo.
Rápidamente su pene se asomó y yo seguía masturbandolo y apretando un poco mientras ni vagina no paraba de chorrear y venían orgasmos uno tras otro. De repente, dejó de lamerme y me miró a la cara, lo que entendí que era que quería montarme, me puse a cuatro y le ofrecí mi vagina a mi macho, el cual no tardó en montarme, con gran fortuna atinó y yo empecé a morder un cojín para ahogar mis gritos de placer mientras él me mordía el pelo. Mi vagina no paraba de chorrear mientras mi macho daba fuertisimas embestidas que me costaban mantenerme en la posición a la vez que me jalaba del pelo mordiéndolo. Mis piernas temblaban ya, no paraba de venirme un orgasmo tras otro, hasta que sentí la bola entrar y su leche tan calentita en lo más hondo de mi ser. Tardó poco la bola en salirse y que su pene se saliera junto a nuestros flujos juntos, rápidamente como de costumbre se puso a lamerme la vagina lo que me producían más orgasmos. Quería sorprenderlo con una limpieza de pene al igual que el hacia conmigo. Me di la vuelta y me predispuse a limpiarsela, pero él se puso de lado levanto la pata y me soltó varios chorros de pis en la cara, como marcandome. Me quedé inmóvil, no sabía qué hacer pero su gruñido me volvió a la realidad, me puse en posición y me volvió a montar apretando más más garras en mi espalda, y ahí estaba yo, con mi macho montandome y con la cara con chorros de meado, me daba un poco de asco pero a la vez entendía más mi posición, Danko seguía bombeando mi vagina, se tiró más de lo que me tenía acostumbrada, mi vagina me empezaba a doler, pero no paraba de correrme, pues entendía mi posición de sumisa, hembra y juguete sexual. Cuando me fue a meter la bola, me dio una embestida que me tiro de cara contra el reposabrazos, se quedó inmóvil esperando que su bola se bajase pero yo me intentaba mover un poco para sentirla, pero me gruñó y entendí el mensaje. Al salirse la bola empezó a lamer y limpiarme pero mi vagina estaba dolorida e hinchada, por lo que cada lengüetazo me daba escozor, pero aguanté. Cuando terminó se bajó del sofá, yo me intenté poner de pie pero mis piernas no respondían pero debía reaccionar, pues así me quedé en el sofá, oliendo a meado y con mi vagina chorreando y dolorida.
Continuará
-
Ser la Hembra de mi Macho (Zoofilia) - Capitulo 01
Primero me presentaré soy Samara, tengo 27 años, soy morena, ojos café, 1.68, 69kg.
Cuando tenía 21 años la cosa me iba bien y pues decidí emanciparme, por lo que empecé a buscar casa. Encontré una casa, con tres habitaciones, cocina, salón, dos baños y una despensa, estaba muy bien el piso por lo que decidí comprarlo. Tras solucionar las cosas con el banco y la posterior mudanza por fin estaba independizada.
A las semanas de establecerme en mi nueva casa no me habituaba a tanto silencio, con algún amigo que venía a tomarse algo o se que daban a dormir... ya me entendéis, pero me decidí a adoptar un perro, ya que yo siempre me crié con perros y sabía que me iban a dar compañía.
Cogí el coche y fui a un albergue de perro que hay a las afueras de la ciudad, era curioso porque tú no elegías al perro, el perro te debía elegir a tí y allí estaba yo en un recinto y me iban trayendo los perros, los cuales algunos pasaban o se acercaban, hasta que llegó Danko, un perro negro, grande y de tres años, nada más entrar en el recinto se vino a mi, muy juguetón y pues decidieron que me lo podía quedar. Tras arreglar los papeles más entregar lo correspondiente por el perro para que la organización siga financiandose (yo le di mucho más) pues pude llevarme a Danko.
Nada más llegar a casa ya tenía su cama, cuenco y de la para que cuando llegara se hiciera a la vida casera. Danko dio dos vueltas por la casa y se tumbó a mi vera.
Pasaron los días y Danko ya se habituó a su nuevo hogar y yo a él. Una noche estaba yo en mi cuarto durmiendo pero algo me despertó, Danko estaba en su cama al lado mia y yo pues al ver que estaba dormido intenté conciliar el sueño, no podía así pues me quité la ropa y me predispurse a masturbarme para cansarme y así dormir. Me quité toda la ropa y empecé a masajearme el clítoris, suave, haciendo círculos, como nos gusta a todas. Algo despertó a Danko, me imagino que o mis gemidos o el olor de mi flujo, pues de subió a la cama y se quedó sentado mientras yo seguía a lo mío. No le di mayor importancia, hasta que se acercó, yo cerré las piernas para impedirle (por dios que asco pensé), pero el seguía con insistencia. Estaba a punto de correrme pues ya no podía estar a dos cosas y eso lo aprovechó para lamer mi vagina, dios, que placer sentí al sentir esa lengua áspera lamerme toda la vagina, me recorrió un escalofrío por todo mi cuerpo con una explosión de flujo acompañado por un gemido que seguro que se escuchó. Danko aprovechó mi cansancio para lamer mi flujo, pero al sentir esa lengua yo arqueaba la espalda, era tan rico....
Danko se subió encima mía, me intentaba penetrar, pero eso sí que no me atrevía, no podía, pareció que el entendió mi miedo y se volvió a sentar y ante mí se dislumbró su miembro, con la punta fuera, Danko jadeaba, se le notaba superexcitado, así que me envalentoné y sentándome con mucho cuidado empecé a acariciarle la panza. Él se puso boca arriba, poco a poco mi mano de acercaba a su miembro, parecía que captaba el mensaje pues su pene estaba ya casi fuera, pues lo cogí y empecé a masturbar cual pene humano, pero no es igual, pero a Danko parecía que le gustaba pues su pene salió por completo. Menudo pedazo de carne salió, no me lo esperaba y lo peor (o mejor) me llamaba a metermelo en la boca, mi boca ensalivaba a más no poder así que mire a Danko y pareció que me dio el visto bueno. Me acerqué despacio, con cuidado mientras lo seguía masturbando. Mi boca llegó a su pene, le lamí la punta y un poco el tronco. Es mas duro que el del hombre y las venas se sienten más, de sabor estaba riquísima por lo que decidí meterla entera. Danko parecía que le gustaba, ya que solo soltaba algún que otro gruñido pero no quejándose si no como de gusto y eso me ponía más cachonda. Seguí metiéndome su pene en la boca mientras le sobaba los testículos, hasta que al rato sentí su leche calentita y abundante en mi boca, ya os digo que la saboreé y mucho, me encantó. Terminé de lamerle el pene y de limpiarselo, al apartarme el seguía con ganas de penetrarme pero no podía, no me atrevía:
-Amor no te preocupes que tendrás a esta hembra pero déjame investigar - le dije mirándole a los ojos
Pareció que me entendió pues se recostó a mi lado y aproveché para dormirá su lado abrazándolo.
La noche transcurrió normal. La mañana siguiente Danko estaba en el salón, pues yo me dispuse a arreglarme para ir a trabajar. En el trabajo no podía dejar de pensar en lo que sucedió lo cual me mojó bastante, no veía la hora de ir a casa....
Como yo tengo mi propio despacho, mis ganas me pudieron más e inicié una investigación de como hacerlo con mi perro. Todo era confuso, solo se veían mujeres haciéndolo con perros, pero no te explicaban como, pero gracias a la magia de internet di con una mujer que lo explicaba, posiciones, gustos de los perros, estimulaciones.... lo cual no me podía creer que estuviera haciendo.
Salí del trabajo para casa y conduje pensando en Danko, no me lo podía sacar la cabeza, pero antes como consejo de la página paré en una tienda de animales para comprarle una especie de calcetines para que no me arañase.
Llegué a casa y ahí estaba macho, nada más abrir la puerta se abalanzó sobre mi y me empezó a dar lametones en la cara a los cuales respondí igual, fue la primera vez que nuestras lenguas se juntaron.
Yo llevaba unos pantalones vaqueros y rápidamente el fue a olfatear mi vagina la cual he de reconocer que estaba chorreando y deseosa, pero todavía el miedo me invadía.
Fui al baño y cerré la puerta ya que Danko estaba detrás mia buscándome, pasaron bastantes minutos en los cuales yo me miraba al espejo buscando esa valentía o ese rechazo, pero cuando empezó Danko a arañar la puerta un escalofrío recorrió mi cuerpo y acepté que tenía que entregarme a mi macho. Salí del baño miré a Danko y le dije:
- deja que tu hembra se prepare- increíblemente me gruñó pero fui a mi habitación y cerré la puerta. Me desnudé, coloqué los calcetines de él en la mesilla y me coloque en cuatro para esperar el acontecimiento. Danko fue a mi vagina la lengua empezó a lubricar mi vagina.
En unos minutos Danko decidió montarme, sentí su punta golpear en mis cachetes, en la búsqueda de mi orificio. Estaba nerviosa, levanté mi culo para facilitarle la entrada a mi vagina, tras varios intentos acertó. Un dolor intenso, sacudió mi cuerpo, estremeciéndome por el ansia y la fuerza que puso para introducirla. Danko puso sus patas en mis muslos olvidé ponerle los calcetines y me estaba arañando lo que me ponía más cachonda, con cada embestida el dolor pasó al placer y del placer a los orgasmos, no se cuantos orgasmos tuve, me sentí desmayar del placer, estaba como drogada por el gozo de tener esa verga canina dentro de mí.
Danko ponía mucho ímpetu hasta que sentí como algo muy duro se metió dentro de mi vagina con un dolor intenso mientras sentía su leche brotar en mi vagina, me había metido la bola. Con su movimiento quedamos pegado culo con culo, el tiraba para sacar la bola, lo cual sentía mucho dolor, solo le decía "amor no, por favor, no tienes espera", más o menos estuvo unos 6-7 minutos atorado pero se me hicieron eternos a la vez que maravillosos, hasta que sonó un "pop" y su pene a la vez que su leche salieron de mi vagina, rápidamente fue con su lengua a limpiarme la vagina lo cual me produjo otro orgasmo.
Caí rendida en la cama, fue algo que no me esperaba que fuese tan placentero, mi macho se quedó ahí sentado mirándome mientras sentía el escozor de mi vagina y de sus arañazos, pero ya no había marcha atrás, Danko quería más y así me lo demostraba dándome con la pata en los arañazos lo cual entendí que quería montarme. Me volví a poner a cuatro y Danko rápidamente me volvió a montar, abrí un poco más las piernas para ofrecerle más mi vagina y que acertara, y al segundo intento volvió, esta vez sus patas estaban arañando mi espalda, pero se sentía taaan rico que me daba igual, mientras me penetraba le empecé a sobar el pene, lo que el empezó a morderme el pelo, baje la cabeza en acto de sumisión y pareció que le puso más excitado ya que embestía con muchísima fuerza, me costaba mantenerme en la posición. Mis orgasmos venían uno tras otro, notaba mi flujo recorrer mis piernas y empapar las sábanas. De repente volví a sentir el nudo y como me volvía a llenar con su leche mientras me seguía mordiendo el pelo, aunque estaba atorado esta vez se sentía muy rico pues él no estiraba, aproveché para seguir masajeándole los testículos. Al cabo del rato su nudo bajó y sacó su verga, y empezó a lamerme con mucho ímpetu, mis fuerzas flaquearon y caí en la cama, abrí las piernas para que siguiera aprovechándose de mi y de mi vagina, al terminar el cansancio era tal que me quedé dormida sin darme cuenta y sin ir a limpiarme.
Me desperté y vi a Danko a mi lado, todavía notaba como algo de su leche seguía brotando se mi vagina, nada más verme empezó a lamerme la cara y yo le correspondí lamiéndole la lengua, era un beso torpe pero me gustaba hacerlo y parecía que a él también. Me incorporé en la cama y noté la sábana empapada de mis flujos y los de Danko, lo cual me gustaba sentirlo pues era de nuestro amor prohibido.
Me fui al baño a limpiarme y Danko me siguió, me senté en la taza y Danko delante mia observándome, no le di más importancia pues pensé que era para proteger su hembra. Empecé ha hacer las cosas de la casa, limpiar, cambiar las sábanas y por supuesto tocaba salir a pasear con mi macho. Todo fue normal, iba con unas mallas negras y unos tirantes, hasta que se me acercó otro perro que estaba suelto en el canican, yo estaba sentada y Danko haciendo lo suyo. Vino corriendo hacia mí y me empezó a oler la vagina, al verlo Danko vino corriendo y empezó a gruñirle, ante eso, cerré las piernas y le eché con apartándole con las manos, pareció que el perro notó mi posición y también quería probar a esta hembra, pero Danko no le iba a dejar y con actitud agresiva y chulesca hizo que el otro perro se apartara. Desde ese momento Danko no se apartó de mi lado y pues ya había transcurrido tiempo desde que salimos y ya había echo sus necesidades.
Llegamos a casa y me senté en el sofá con Danko en el suelo, me puse a ver la TV mientras acariciaba a Danko. A Danko le gusta que le arrasque el lomo y así estaba haciendo, pero se puso boca arriba y empecé a tocarle la pancita.
Al cabo del rato Danko se subió en el sofá y yo me senté para dejarle sitio a mi macho y tumbándose puso su cabeza en mis piernas, yo aproveché para rascarsela.
Se puso de pie y con las patas de puso como a escarbar en mi vagina, sabía que mi macho quería poseerme. Me puse en pie para desnudarme pero no me dejó, me pegó un mordisco en el muslo que me hizo daño, así que como pude me bajé las mallas y el tanga y abrí las piernas para dejarle acceso a mi vagina, me miré y tenía la marca de sus colmillos en mi muslo, lo cual me preocupó, pensé que se estaba empezando a descontrolar pero rápidamente se me pasó al sentir su lengua en mi vagina. Me recosté en el respaldo del sofá para dejarle más sitio, pero vi que la punta de su pene está fuera y mientras él me lamía la vagina entre mis gemidos y mis orgasmos le cogí su pene y comencé a masturbarlo.
Rápidamente su pene se asomó y yo seguía masturbandolo y apretando un poco mientras ni vagina no paraba de chorrear y venían orgasmos uno tras otro. De repente, dejó de lamerme y me miró a la cara, lo que entendí que era que quería montarme, me puse a cuatro y le ofrecí mi vagina a mi macho, el cual no tardó en montarme, con gran fortuna atinó y yo empecé a morder un cojín para ahogar mis gritos de placer mientras él me mordía el pelo. Mi vagina no paraba de chorrear mientras mi macho daba fuertisimas embestidas que me costaban mantenerme en la posición a la vez que me jalaba del pelo mordiéndolo. Mis piernas temblaban ya, no paraba de venirme un orgasmo tras otro, hasta que sentí la bola entrar y su leche tan calentita en lo más hondo de mi ser. Tardó poco la bola en salirse y que su pene se saliera junto a nuestros flujos juntos, rápidamente como de costumbre se puso a lamerme la vagina lo que me producían más orgasmos. Quería sorprenderlo con una limpieza de pene al igual que el hacia conmigo. Me di la vuelta y me predispuse a limpiarsela, pero él se puso de lado levanto la pata y me soltó varios chorros de pis en la cara, como marcandome. Me quedé inmóvil, no sabía qué hacer pero su gruñido me volvió a la realidad, me puse en posición y me volvió a montar apretando más más garras en mi espalda, y ahí estaba yo, con mi macho montandome y con la cara con chorros de meado, me daba un poco de asco pero a la vez entendía más mi posición, Danko seguía bombeando mi vagina, se tiró más de lo que me tenía acostumbrada, mi vagina me empezaba a doler, pero no paraba de correrme, pues entendía mi posición de sumisa, hembra y juguete sexual. Cuando me fue a meter la bola, me dio una embestida que me tiro de cara contra el reposabrazos, se quedó inmóvil esperando que su bola se bajase pero yo me intentaba mover un poco para sentirla, pero me gruñó y entendí el mensaje. Al salirse la bola empezó a lamer y limpiarme pero mi vagina estaba dolorida e hinchada, por lo que cada lengüetazo me daba escozor, pero aguanté. Cuando terminó se bajó del sofá, yo me intenté poner de pie pero mis piernas no respondían pero debía reaccionar, pues así me quedé en el sofá, oliendo a meado y con mi vagina chorreando y dolorida.
Continuará
-