Ser la Hembra de mi Macho - Capítulos 01 al 03

heranlu

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Ser la Hembra de mi Macho (Zoofilia) - Capitulo 01


Primero me presentaré soy Samara, tengo 27 años, soy morena, ojos café, 1.68, 69kg.

Cuando tenía 21 años la cosa me iba bien y pues decidí emanciparme, por lo que empecé a buscar casa. Encontré una casa, con tres habitaciones, cocina, salón, dos baños y una despensa, estaba muy bien el piso por lo que decidí comprarlo. Tras solucionar las cosas con el banco y la posterior mudanza por fin estaba independizada.

A las semanas de establecerme en mi nueva casa no me habituaba a tanto silencio, con algún amigo que venía a tomarse algo o se que daban a dormir... ya me entendéis, pero me decidí a adoptar un perro, ya que yo siempre me crié con perros y sabía que me iban a dar compañía.

Cogí el coche y fui a un albergue de perro que hay a las afueras de la ciudad, era curioso porque tú no elegías al perro, el perro te debía elegir a tí y allí estaba yo en un recinto y me iban trayendo los perros, los cuales algunos pasaban o se acercaban, hasta que llegó Danko, un perro negro, grande y de tres años, nada más entrar en el recinto se vino a mi, muy juguetón y pues decidieron que me lo podía quedar. Tras arreglar los papeles más entregar lo correspondiente por el perro para que la organización siga financiandose (yo le di mucho más) pues pude llevarme a Danko.

Nada más llegar a casa ya tenía su cama, cuenco y de la para que cuando llegara se hiciera a la vida casera. Danko dio dos vueltas por la casa y se tumbó a mi vera.

Pasaron los días y Danko ya se habituó a su nuevo hogar y yo a él. Una noche estaba yo en mi cuarto durmiendo pero algo me despertó, Danko estaba en su cama al lado mia y yo pues al ver que estaba dormido intenté conciliar el sueño, no podía así pues me quité la ropa y me predispurse a masturbarme para cansarme y así dormir. Me quité toda la ropa y empecé a masajearme el clítoris, suave, haciendo círculos, como nos gusta a todas. Algo despertó a Danko, me imagino que o mis gemidos o el olor de mi flujo, pues de subió a la cama y se quedó sentado mientras yo seguía a lo mío. No le di mayor importancia, hasta que se acercó, yo cerré las piernas para impedirle (por dios que asco pensé), pero el seguía con insistencia. Estaba a punto de correrme pues ya no podía estar a dos cosas y eso lo aprovechó para lamer mi vagina, dios, que placer sentí al sentir esa lengua áspera lamerme toda la vagina, me recorrió un escalofrío por todo mi cuerpo con una explosión de flujo acompañado por un gemido que seguro que se escuchó. Danko aprovechó mi cansancio para lamer mi flujo, pero al sentir esa lengua yo arqueaba la espalda, era tan rico....

Danko se subió encima mía, me intentaba penetrar, pero eso sí que no me atrevía, no podía, pareció que el entendió mi miedo y se volvió a sentar y ante mí se dislumbró su miembro, con la punta fuera, Danko jadeaba, se le notaba superexcitado, así que me envalentoné y sentándome con mucho cuidado empecé a acariciarle la panza. Él se puso boca arriba, poco a poco mi mano de acercaba a su miembro, parecía que captaba el mensaje pues su pene estaba ya casi fuera, pues lo cogí y empecé a masturbar cual pene humano, pero no es igual, pero a Danko parecía que le gustaba pues su pene salió por completo. Menudo pedazo de carne salió, no me lo esperaba y lo peor (o mejor) me llamaba a metermelo en la boca, mi boca ensalivaba a más no poder así que mire a Danko y pareció que me dio el visto bueno. Me acerqué despacio, con cuidado mientras lo seguía masturbando. Mi boca llegó a su pene, le lamí la punta y un poco el tronco. Es mas duro que el del hombre y las venas se sienten más, de sabor estaba riquísima por lo que decidí meterla entera. Danko parecía que le gustaba, ya que solo soltaba algún que otro gruñido pero no quejándose si no como de gusto y eso me ponía más cachonda. Seguí metiéndome su pene en la boca mientras le sobaba los testículos, hasta que al rato sentí su leche calentita y abundante en mi boca, ya os digo que la saboreé y mucho, me encantó. Terminé de lamerle el pene y de limpiarselo, al apartarme el seguía con ganas de penetrarme pero no podía, no me atrevía:

-Amor no te preocupes que tendrás a esta hembra pero déjame investigar - le dije mirándole a los ojos

Pareció que me entendió pues se recostó a mi lado y aproveché para dormirá su lado abrazándolo.
La noche transcurrió normal. La mañana siguiente Danko estaba en el salón, pues yo me dispuse a arreglarme para ir a trabajar. En el trabajo no podía dejar de pensar en lo que sucedió lo cual me mojó bastante, no veía la hora de ir a casa....

Como yo tengo mi propio despacho, mis ganas me pudieron más e inicié una investigación de como hacerlo con mi perro. Todo era confuso, solo se veían mujeres haciéndolo con perros, pero no te explicaban como, pero gracias a la magia de internet di con una mujer que lo explicaba, posiciones, gustos de los perros, estimulaciones.... lo cual no me podía creer que estuviera haciendo.

Salí del trabajo para casa y conduje pensando en Danko, no me lo podía sacar la cabeza, pero antes como consejo de la página paré en una tienda de animales para comprarle una especie de calcetines para que no me arañase.

Llegué a casa y ahí estaba macho, nada más abrir la puerta se abalanzó sobre mi y me empezó a dar lametones en la cara a los cuales respondí igual, fue la primera vez que nuestras lenguas se juntaron.

Yo llevaba unos pantalones vaqueros y rápidamente el fue a olfatear mi vagina la cual he de reconocer que estaba chorreando y deseosa, pero todavía el miedo me invadía.

Fui al baño y cerré la puerta ya que Danko estaba detrás mia buscándome, pasaron bastantes minutos en los cuales yo me miraba al espejo buscando esa valentía o ese rechazo, pero cuando empezó Danko a arañar la puerta un escalofrío recorrió mi cuerpo y acepté que tenía que entregarme a mi macho. Salí del baño miré a Danko y le dije:

- deja que tu hembra se prepare- increíblemente me gruñó pero fui a mi habitación y cerré la puerta. Me desnudé, coloqué los calcetines de él en la mesilla y me coloque en cuatro para esperar el acontecimiento. Danko fue a mi vagina la lengua empezó a lubricar mi vagina.

En unos minutos Danko decidió montarme, sentí su punta golpear en mis cachetes, en la búsqueda de mi orificio. Estaba nerviosa, levanté mi culo para facilitarle la entrada a mi vagina, tras varios intentos acertó. Un dolor intenso, sacudió mi cuerpo, estremeciéndome por el ansia y la fuerza que puso para introducirla. Danko puso sus patas en mis muslos olvidé ponerle los calcetines y me estaba arañando lo que me ponía más cachonda, con cada embestida el dolor pasó al placer y del placer a los orgasmos, no se cuantos orgasmos tuve, me sentí desmayar del placer, estaba como drogada por el gozo de tener esa verga canina dentro de mí.

Danko ponía mucho ímpetu hasta que sentí como algo muy duro se metió dentro de mi vagina con un dolor intenso mientras sentía su leche brotar en mi vagina, me había metido la bola. Con su movimiento quedamos pegado culo con culo, el tiraba para sacar la bola, lo cual sentía mucho dolor, solo le decía "amor no, por favor, no tienes espera", más o menos estuvo unos 6-7 minutos atorado pero se me hicieron eternos a la vez que maravillosos, hasta que sonó un "pop" y su pene a la vez que su leche salieron de mi vagina, rápidamente fue con su lengua a limpiarme la vagina lo cual me produjo otro orgasmo.

Caí rendida en la cama, fue algo que no me esperaba que fuese tan placentero, mi macho se quedó ahí sentado mirándome mientras sentía el escozor de mi vagina y de sus arañazos, pero ya no había marcha atrás, Danko quería más y así me lo demostraba dándome con la pata en los arañazos lo cual entendí que quería montarme. Me volví a poner a cuatro y Danko rápidamente me volvió a montar, abrí un poco más las piernas para ofrecerle más mi vagina y que acertara, y al segundo intento volvió, esta vez sus patas estaban arañando mi espalda, pero se sentía taaan rico que me daba igual, mientras me penetraba le empecé a sobar el pene, lo que el empezó a morderme el pelo, baje la cabeza en acto de sumisión y pareció que le puso más excitado ya que embestía con muchísima fuerza, me costaba mantenerme en la posición. Mis orgasmos venían uno tras otro, notaba mi flujo recorrer mis piernas y empapar las sábanas. De repente volví a sentir el nudo y como me volvía a llenar con su leche mientras me seguía mordiendo el pelo, aunque estaba atorado esta vez se sentía muy rico pues él no estiraba, aproveché para seguir masajeándole los testículos. Al cabo del rato su nudo bajó y sacó su verga, y empezó a lamerme con mucho ímpetu, mis fuerzas flaquearon y caí en la cama, abrí las piernas para que siguiera aprovechándose de mi y de mi vagina, al terminar el cansancio era tal que me quedé dormida sin darme cuenta y sin ir a limpiarme.

Me desperté y vi a Danko a mi lado, todavía notaba como algo de su leche seguía brotando se mi vagina, nada más verme empezó a lamerme la cara y yo le correspondí lamiéndole la lengua, era un beso torpe pero me gustaba hacerlo y parecía que a él también. Me incorporé en la cama y noté la sábana empapada de mis flujos y los de Danko, lo cual me gustaba sentirlo pues era de nuestro amor prohibido.

Me fui al baño a limpiarme y Danko me siguió, me senté en la taza y Danko delante mia observándome, no le di más importancia pues pensé que era para proteger su hembra. Empecé ha hacer las cosas de la casa, limpiar, cambiar las sábanas y por supuesto tocaba salir a pasear con mi macho. Todo fue normal, iba con unas mallas negras y unos tirantes, hasta que se me acercó otro perro que estaba suelto en el canican, yo estaba sentada y Danko haciendo lo suyo. Vino corriendo hacia mí y me empezó a oler la vagina, al verlo Danko vino corriendo y empezó a gruñirle, ante eso, cerré las piernas y le eché con apartándole con las manos, pareció que el perro notó mi posición y también quería probar a esta hembra, pero Danko no le iba a dejar y con actitud agresiva y chulesca hizo que el otro perro se apartara. Desde ese momento Danko no se apartó de mi lado y pues ya había transcurrido tiempo desde que salimos y ya había echo sus necesidades.

Llegamos a casa y me senté en el sofá con Danko en el suelo, me puse a ver la TV mientras acariciaba a Danko. A Danko le gusta que le arrasque el lomo y así estaba haciendo, pero se puso boca arriba y empecé a tocarle la pancita.

Al cabo del rato Danko se subió en el sofá y yo me senté para dejarle sitio a mi macho y tumbándose puso su cabeza en mis piernas, yo aproveché para rascarsela.

Se puso de pie y con las patas de puso como a escarbar en mi vagina, sabía que mi macho quería poseerme. Me puse en pie para desnudarme pero no me dejó, me pegó un mordisco en el muslo que me hizo daño, así que como pude me bajé las mallas y el tanga y abrí las piernas para dejarle acceso a mi vagina, me miré y tenía la marca de sus colmillos en mi muslo, lo cual me preocupó, pensé que se estaba empezando a descontrolar pero rápidamente se me pasó al sentir su lengua en mi vagina. Me recosté en el respaldo del sofá para dejarle más sitio, pero vi que la punta de su pene está fuera y mientras él me lamía la vagina entre mis gemidos y mis orgasmos le cogí su pene y comencé a masturbarlo.

Rápidamente su pene se asomó y yo seguía masturbandolo y apretando un poco mientras ni vagina no paraba de chorrear y venían orgasmos uno tras otro. De repente, dejó de lamerme y me miró a la cara, lo que entendí que era que quería montarme, me puse a cuatro y le ofrecí mi vagina a mi macho, el cual no tardó en montarme, con gran fortuna atinó y yo empecé a morder un cojín para ahogar mis gritos de placer mientras él me mordía el pelo. Mi vagina no paraba de chorrear mientras mi macho daba fuertisimas embestidas que me costaban mantenerme en la posición a la vez que me jalaba del pelo mordiéndolo. Mis piernas temblaban ya, no paraba de venirme un orgasmo tras otro, hasta que sentí la bola entrar y su leche tan calentita en lo más hondo de mi ser. Tardó poco la bola en salirse y que su pene se saliera junto a nuestros flujos juntos, rápidamente como de costumbre se puso a lamerme la vagina lo que me producían más orgasmos. Quería sorprenderlo con una limpieza de pene al igual que el hacia conmigo. Me di la vuelta y me predispuse a limpiarsela, pero él se puso de lado levanto la pata y me soltó varios chorros de pis en la cara, como marcandome. Me quedé inmóvil, no sabía qué hacer pero su gruñido me volvió a la realidad, me puse en posición y me volvió a montar apretando más más garras en mi espalda, y ahí estaba yo, con mi macho montandome y con la cara con chorros de meado, me daba un poco de asco pero a la vez entendía más mi posición, Danko seguía bombeando mi vagina, se tiró más de lo que me tenía acostumbrada, mi vagina me empezaba a doler, pero no paraba de correrme, pues entendía mi posición de sumisa, hembra y juguete sexual. Cuando me fue a meter la bola, me dio una embestida que me tiro de cara contra el reposabrazos, se quedó inmóvil esperando que su bola se bajase pero yo me intentaba mover un poco para sentirla, pero me gruñó y entendí el mensaje. Al salirse la bola empezó a lamer y limpiarme pero mi vagina estaba dolorida e hinchada, por lo que cada lengüetazo me daba escozor, pero aguanté. Cuando terminó se bajó del sofá, yo me intenté poner de pie pero mis piernas no respondían pero debía reaccionar, pues así me quedé en el sofá, oliendo a meado y con mi vagina chorreando y dolorida.


Continuará

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heranlu

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Ser la Hembra de mi Macho (Zoofilia) - Capitulo 02


Al cabo del tiempo mis piernas y me cabeza volvieron a responder, fui al baño y me metí en la ducha, como siempre Danko no me perdía ojo, pero yo necesitaba limpiarme la cara del meado y la vagina y piernas por los flujos de ambos.

Al salir de la ducha no vi a Danko lo cual me extrañó pero no le di mayor importancia. Después de recoger algunas cosas y sacar a pasear a Danko me dispuse ha preparar la cena pero siempre primero para Danko y luego para mi.

Danko terminó de cenar su pienso y yo mi cena (no recuerdo que era). Transcurrió normal, al finalizar a ver la TV con Danko tumbado en el sofá y yo sentada rascándole la cabeza.

No sé en qué momento exactamente Danko se puso panza arriba y la señal era clara, poco a poco me acerqué con la mano para acariciar su pene. Su punta ya está fuera pero a mí me encanta jugar con el antes de mamarselo. Empecé a lamerle la punta mientras le tocaba los testículos, el me gruñía como para marcarme el ritmo, en mi boca su pene se le salió de la funda. Empecé a mover su pene en mi boca, (me lo estaba currando y mucho jejeje) a mi macho le encantaba y así me lo agradeció, llenándome la boca con su sabroso y espeso dulce nectar. No sé por qué pero cuando recogí la última gota abrí la boca enseñándole su semen y como me lo tragaba. Parece que le encantó pues se levantó y me volvió a marcar con su orín. Ya no me dió tanto asco, al revés me encantó, pues me puse a cuatro en el suelo esperando que me montará. Pegó un salto desde el sofá, me hizo mucho daño pero aguanté su peso sobre mí como buena perra sumisa, y después de un par de intentos le la clavó, pero esta vez no atinó en la vagina. Sentí un dolor inmenso en mi ano, me la metió hasta lo más hondo de mi ser, se me caían las lágrimas pero seguía aguantando como buena perra los deseos de mi macho, se le veía disfrutar, me gruñía, me arañaba fuerte y me jalaba del pelo con ansia, estaba desatado.

Danko siguió bombeando en mi ano mientras yo aguantaba inmenso dolor, mi ano no se adaptaba y con cada embestida me empujaba hacia delante, cosa que no le gustaba pues en un gruñido me enseñó los dientes. Con esa advertida plante fuerte mis manos en el piso y le dije "tranquilo amor ya no me moveré más" entre llanto. Él seguía a lo suyo, el dolor seguía pero que me marcara y me poseyera me puso a mil, mi vagina empezó a chorrear al sentir como me me embestía y de una introducía su nudo en mi ano. Dios que dolor, pero joder que rica me veía complaciendo a mi macho....

Empezó a jalar fuerte estando atorado, le intenté coger de las patas pero no le gustó nada, me ladró marcando territorio, así pues aguanté y de esas jaladas me inundó una sensación extraña pues comencé ha hacerme pipí encima y ahí estaba yo, aguantando las embestidas de mi macho, en un charco de flujo y de pipí. Al fin se le vino abajo el nudo, y de mi ano empezó a brotar el semen de mi macho, en vez de limpiar su semen como siempre se subió al sofá y se limpió su pene, me intenté levantar pero me ladró, señal que identifiqué como que me quedara quieta, al mirarle vi como su semen teñido de rojo, me había partido literalmente el ano y me había hecho sangre, pero como buena perra sumisa y complaciente de mi macho me quedé ahí quieta, aguantado, hasta que se acercó y empezó a darme lengüetazos en la cara, lengüetazos que fueron respondidos por mí parte, por fin pude levantarme, y rápidamente fui a lavarme (otra vez) y recoger el desperdicio de mis flujos. Él me miraba desde el sofá con orgullo y eso os diré que fue la mejor sensación que tuve.

Tras lo sucedido estaba refeliz, esa mirada de orgullo mientras recogía mis flujos fue... espectacular, sentía un enorme dolor de culo pero me daba igual, había satisfecho a mi macho y eso era suficiente. Tras recogerlo todo seguimos con nuestra vida cotidiana, le serví la cena, me puse a su lado a cuatro y cuando terminó me serví la mía y disfrutamos de un ratito de relax y de tranquilidad viendo una película en el sofá, como siempre el tumbado yo sentada. Era sobre las 11 de la noche, estaba cansada de lo ocurrido pues me empecé a preparar para dormir, recogí el salón un poco, me lave los dientes, me puse el pijama y me metí en la cama. Danko ya dormía a mi lado, nada de suelo en todo caso sería yo quien dormiría si tocase y lo haría con gusto.

Nada más meternos en la cama nos dimos los típicos lengüetazos nuestros y le desee buenas noches.

Yo estaba dormida, pero algo me empezó a incomodar, recuerdo sentir una presión enorme sobre mi pues me desperté y al encender la luz era Danko, estaba sobre mi con su pene fuera, no me lo podía creer, me estaba intentando penetrar yo dormida, ya no tenía en cuenta si yo quería o no, simplemente si le daba la gana había tomado la actitud de usarme. Esa noche la recuerdo perfectamente, medio dormida, cansadísima y con cero ganas la verdad pero, al despertarme asumí mi rol y los gruñidos de Danko me hicieron ver lo que era, su hembra, su objeto, su sumisa.

- Danko amor, déjame que me saque la ropa y así podrás disfrutar de tu hembra.

Las y los que estáis en esto me entenderéis perfectamente, cuando se enganchan no entran a razones y Danko no lo estaba haciendo. Como pude bajé mi mano con muchísimo cuidado y empecé a sobarle el pene, en ese momento se quitó de encima mía y sentí un alivio, pero sabía que me montaría por las buenas o por las malas, pues decidí que fuera por las buenas. Mientras le masturbaba me quite el pantalón del pijama lentamente para no cortar el ritmo de la masturbación, recuerdo que Danko estaba tumbado de lado mirándome fijamente. Terminé de quitarme el pantalón del pijama con las piernas suavemente para no perturbar a Danko, ya tenía su pene fuera y sabía lo que tocaba.

Me acomode a cuatro y esperé a mi macho, fue instintivo, me montó rápidamente buscando mi vagina, pocos intentos fueron suficientes para clavarmela. Rápidamente sentí como sus patas se aferraron a mi cintura fuertemente, estableciendo su dominio hacia mí. Sentí clavarse más aún sus uñas, grité por el dolor pero no se detuvo, su dominio era total. Sus penetraciones eran bastantes violentas, me costaba mantener la posición ante cada embiste que me recibía notaba como mis tetas al unísono que mi cuerpo rebotaban con casa embestida.

Mi gemidos eran ahogados con cada penetración, pese que al principio no quería estaba totalmente excitada, sabiendo que me estaba usando a su antojo. Los orgasmos empezaron a venir uno tras otro, una enorme sensación de placer recorría mi cuerpo. Danko seguía penetrando a su hembra en celo. Danko estaba aguantando más de lo normal, mis flujos caían a chorros por mis muslos estaba en un éxtasis permanente y al sentir su bola y su pene inundandome fue tan rico que con su bola aún atorada caí extasiada en la cama, menos mal que mantuve el culo en alto y la bola no tiró de mi vagina. Al rato salió la bola y en esa posición Danko empezó a lamerme, dios que rico se sentía esa lengua áspera y larga metiéndose en mi vagina para recoger nuestros flujos. Cuando terminó saqué fuerzas de donde pude y le empecé ha hacerle una mamada como compensación a mi Macho, dios que rica estaba y está, Danko medio tumbado y su hembra haciéndole la mejor mamada hasta el momento. Sentirla tan dura, tan gorda, venosa, dios... seguía y seguía esmerándome esperando la recompensa de mi macho y dios si me la dio, varios trallazos de su rica leche inundaron mi boca, que rica está, Danko al terminar me miró y ya sabía lo que quería, como antes, le enseñé mi boca con su leche y me la tragué. Caímos redondos los dos y me dormí en seguida con la leche de mi macho en mi vagina y su sabor en mi boca.





-Continuará
 

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Ser la Hembra de mi Macho (Zoofilia) - Capitulo 03


Me desperté para ir a trabajar, no os podéis imaginar la calentura que tenía al sentir de nuevo mi vagina encharcada con el semen de mi macho y el gusto que sentía todavía en la boca. Miré a mi lado y ahí estaba mi macho dormido, me quedé un buen rato mirándole, que ganas tenía de sentirle otra vez, de que me montara, pero yo no decidía, solo él tenía ese poder. Me levanté con cuidado para no despertarle, se le veía tan rico...

Me fui al baño ha hacer pipi y escurrirme una pena pero la llamada de la naturaleza no se puede rechazar. Me fui a la cocina a preparar el desayuno de Danko, al escuchar el pienso se despertó y vino hacia el salón esperando su desayuno. Se lo serví y me quedé a cuatro viendo cómo mi macho desayunaba con una sonrisa de lado a lado. Me quedé embobada mirando a Danko como comía, pensando que algún día debería comer como él, en el suelo, en un cuenco junto a mi macho. Por mí cabeza pasó ir a la tienda de animales y adquirir uno después del trabajo. Mientras pensaba eso, Danko terminó de comer y se puso delante mia a darme lametones, los cuales fueron respondidos con más lametones en su lengua. No sé exactamente en qué momento entre tanto lametón se puso detrás mía, dispuesto a montarme:

-Amor, por dios no sabes las ganas que tenía de que me montaras, quiero sentirte y que me revientes- le dije muy excitada

Recuerdo de esa vez como no me montó de primera si no que me pegó un bocado en la parte de detrás del muslo que me hizo daño, pero como buena perra en celo aguanté la compostura. Se subió apoyando sus patas y todo su peso en mi espalda, me la arqueó hacia abajo al apretar sus uñas en mi espalda y hacer como que excavaba, dios que dolor, pero aguanté esperando mi recompensa. Alcé mi culo para que me penetrara por donde quisiera, yo prefería vagina, pero el manda y aceptaría cualquier agujero. Me entró "miedo" al ver que su punta rozaba con mi ano, pero a la tercera la metió de golpe en mi vagina, al sentirla me desaté y empecé a gemir a gritos, mi macho respondió apretando las uñas y morderme el pelo jalando de él hacia atrás. Yo sólo le agradecía por cada embestida, movía las caderas al ritmo contrario que Danko para darle más placer. Puse la cara en el suelo subiendo más mi culo para que me llenará aún más, era delicioso pues le empecé a tocar sus testículos, cosa que agradecía aparentando más sus uñas contra mí. Mi cara contra el piso, mi mano en los testículos de mi macho masajeándoselos, mi macho cargando contra mí y sus uñas marcándome, estaba en éxtasis, mi vagina chorreaba literalmente a chorros:

-Asíiiiii, asíiiiiiiii mi amor, siiiiigue ,siiiiigue soy tu perrita dómame

Notaba que Danko me iba a meter la bola, momento que aproveché para darle más mi vagina. Sacó casi toda su verga y me la metió entera con su bola rozando con la punta mi cérvix, cosa que me dolía pero al sentir su leche un nuevo orgasmo me vino desde lo más hondo de mi ser.

Joder me dejó rendida, llevaba 30 minutos bombeandome a máxima velocidad, no sé cómo aguantaba tanto, me quedaba extasiada y casi deshidratada, miré la hora y era tardísimo, Danko estaba a lo suyo lamiéndose, qué pena que me tenga que ir (pensé), pero mi obligación me llamaba. Noté como la leche de mi Macho estaba dentro mia y no quería que de saliera pues me puse un tampón y fui a trabajar.

En el trabajo notaba como pese al tampón la leche se salía, lo que aprovechaba para recogerla con mucho cuidado, ya que llevaba una minifalda y me la llevaba a la boca, joder, me ponía más cachonda y deseaba volver a la casa para que mi macho me forzase, me rompiera, me arañase, me mordiera, estaba bien puta, bien perra en celo.
Las horas en el trabajo pasaban lentas, seguía yo con mi calentón, ya que al poco que me movía notaba la leche de mi macho en la vagina, y algunas gotas seguían saliendo y recogidas por mis dedos para deleitarme con su sabor.

Por fin me dió la hora de salir, no veía la hora de llegar a casa, pero antes tenía una sorpresa que comprar para mi macho. Fui a la tienda de animales y me compré un collar, una correa y unos cuencos de comida para mí. Fui a la ferretería y compré unos tornillos, tacos y un mosquetón para darle la sorpresa y rauda fui a casa, no iba ni a comer, iba directa hacia mi lujuria si mi macho deseaba.

Al abrir la puerta Danko se me tiró encima, tanto que casi me tira al piso, le miré y mientras nos dábamos los lengüetazos le dije:

- Hola amor, vaya se ve que quieres montar a tu hembra, no te preocupes que lo harás después de que prepare una sorpresa.

Rápidamente cogí el taladro y el martillo y a un palmo del suelo pude el mosquetón, Danko se quedó sentado mirándome sin saber qué hacia pero yo ardua quería demostrarle mi sumisión aún más a mi macho. Terminé de instalar el gancho en la pared, miré a Danko con una sonrisa pícara:

-Ahora si podrás montar a tu hembra a tu placer.

Me quité toda la ropa y el tampón, lo que conllevó que cayera el semen de mi macho de la mañana. Me coloqué el collar y me enganche con la correa del collar al gancho en la pared, poniéndome a cuatro patas ofreciéndome a mi macho. Puse la cara en el piso para que tuviera más acceso a mi vagina o ano, lo que él prefiriera, rápidamente empecé a sentir su lengua que me recogía toda la leche que aún me caía. Rápidamente empecé a gemir alto para mi macho, rápidamente mis flujos comenzaron a caer, rápidamente me llegaron los orgasmos.

Rápidamente me montó, a la primera noté como su pene empezó a profanar mi vagina, parecía que el lo deseaba más que yo, notaba sus garras en mi espalda, clavadas, dolorida pero aguanté por mi macho, que seguía en su vaivén de penetraciones, de tal manera que, las uñas ya me daban igual, incluso me gustaba. Con cada penetración me venía un orgasmo, Danko seguía clavándome sus uñas hasta que sentí como metía hasta lo más hondo de mi ser su pene junto a la bola, sentí más placer al sentir su leche inundandome mi vagina. Nos quedamos acoplados por unos 5 minutos hasta que se le bajó y al sacar su pene cayó toda su leche y mis flujos. Volvió a lamer mi vagina para recoger nuestros flujos, y al terminar para sorpresa de él, me mantenía en la misma posición, pero él se fue. Aún así me mantuve hasta que volvió y pareció que se sorprendió, no se esperaba que siguiera ahí, para él, para mi macho.

Pareció que le gustó, pues volvió a la carga y otra vez me montó por la vagina:

- si amor, demuestra quien manda - le decía entre gritos.

No le gustó, pues me mordió el pelo y me jaló de los pelos fuertes hacia atrás, cosa que entendí, y callada, sin ningún tipo de murmuro ni aún cuando me venía el orgasmo, espera a mi macho que se viniese. Notaba sus garras raspandome, notaba su pene destrozándolme, notaba como mi macho ponía mucho ímpetu en montar a su hembra, notaba a mi macho como me dominaba.

Volví a sentir su pene en lo más hondo de mi junto a su bola, y otra vez su deliciosa leche inundandome, el placer era máximo con algunas alteraciones pues los arañazos me escocían, estaba dolorida pero ni una queja, ni un murmullo, ni un resoplido salió de mi boca mientras mi macho esperaba que se le bajase su bola para no sabía si montarme o dejarme. Sentí su bola salir con el clásico "plop" al igual que nuestros jugos cayendo de mi vagina recogidos por su lengua.

Yo seguía con la misma posición, a cuatro con la cara al piso amarrada por el collar y la correa a la pared. Danko se puso a mi lado y para sorpresa mía levantó la pata y comenzó a orinarme en la cara, cosa que acepté cual marca de dominación sobre su hembra, y ahí me quedé en el suelo, follada, rasguñada, dolorida y marcada, pero me daba igual, debía mantener la compostura y aguantar, pues quería estar disponible para mi macho, pues él de volvió a ir y me dejó ahí cual juguete.

Después de dejarme ahí, venía me olía y se iba, lo hizo muchas veces, pero mi sorpresa llegó cuando ya después de más de dos horas en esa posición, pensé que mi macho ya se ah la cansado, pero volvió la última carga, pues me agarró con las patas por los muslos y sentí como su pene desgarraba mi ano. Dios, que dolor sentí, pero como buena perra sumisa aguanté sin emitir ni un sólo ruido, mordiéndome el labio para no hacer enfadar a mi macho, mientras él seguía reventándome el ano sin piedad, marcando su territorio, arañandome los muslos... Siguió sin piedad, tomando posesión de su hembra, marcando con cada penetración sus uñas en mis muslos, solo se escuchaba el choque de su pene contra mi ano desgarrandolo, pero aguanté, por mi macho, por su satisfacción, sentí como metió su bola y un pequeño quejido se escapó de mis labios, a la vez que sentía su leche llenándome mi ano, Danko se lo tomó mal, pues empezó a ladrar con rabia y soltando gruñidos. Como castigo creo yo, se dio la vuelta quedando culo con culo, atorada con su bola y el tirando sabiendo que me dolía, sin esperar a que se le bajara, que dolor, pero qué delicia al saber o yo me lo tomaba como castigo. Salió la bola, y con mi cara en el piso vi como por mi muslo bajaba nuestros jugos con un tinte rojo de mi sangre. Danko no me lamió, no me limpió, algo raro en él, pero seguí en esa posición hora y media más, pero al ver que mi macho no vino más, tomé la decisión de levantarme.

Cogí la comida y se la serví a mi macho y como buena perra me.mantuve a su lado esperando que terminara, y al hacerlo me serví su comida en mi cuenco y comí en el suelo las croquetas, muy secas, pero sabían bien, al ver eso mi macho me miró con orgullo al ver a su perra denigrada comiendo su comida.




-Continuará
 
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